viernes, 30 de noviembre de 2007

Cuba, objeto de amor y crítica

Imposible no amar a Cuba y su revolución. Imposible no criticar a Cuba y su revolución. Es igual de estúpido quien no encuentra nada bueno en Cuba que el que no encuentra nada malo. Si es así, aquí sobran los estúpidos: los que ven en Cuba el paraíso que hay que proteger de crítica; más los que ven en Cuba el reino del mal.

Tengo mucho que agradecer a Cuba, su gente, su partido, Acogieron a nuestros lisiados, les dieron vida, esperanza, dignidad. Acogieron a mis hijas y las mandaron de regreso, después de la guerra, mejor formadas, optimistas, orgullosas de ser salvadoreñas, hijas de guerrilleros, pero también un poco cubanas. Acogieron a una de ellas por segunda vez, después de la guerra, para estudiar medicina. Durante la guerra, cada vez que llegabas a la isla, los cubanos te hicieron sentir en casa, te curaron, te llevaron a la playa, a bailar, a tomar ron. Te escucharon tus cuentos, te prestaron sus hombros para llorar tus muertos, y sus noches para festejar tus victorias.

Uno puede decir, como la derecha salvadoreña, que todo esto se dio en el marco de la intervención del bloque comunista en Centro América. Tal vez en los burós políticos en Moscú y Habana lo hayan visto así. Pero se dio también en el marco de genuina amistad, solidaridad, generosidad de la gente común y corriente de Cuba. A uno que andaba en La Habana como ‘compañero internacionalista’ no sólo le trataron bien los cuadros del partido y los coroneles y generales, sino le trataron con respeto y amor los camareros, los soldados comunes, las enfermeras…

Los cubanos –cuadros o no cuadros- tenían una profunda admiración por los guerrilleros salvadoreños. Incluso –y sobre todo- para los guerrilleros del ERP que no ocultamos que no éramos comunistas y que criticamos la falta de libertades, de información y de la crítica en Cuba.

Los cubanos respetaban tanto a los guerrilleros salvadoreños, precisamente porque sabían que su lucha era genuina, que no importada i dirigida desde Cuba sino made in El Salvador. Es cierto que Fidel tenía mucha influencia sobre los dirigentes del FMLN, a veces los presionaba, a veces los regañaba. Pero igual es cierto que no siempre le hicieron caso. Sólo pocos de los comandantes tomaron ordenes de Fidel Castro. Tal vez los mismos que hoy aceptan ordenes de Hugo Chávez. La mayoría no. Y también es cierto que el mismo Fidel respetaba más a los comandantes salvadoreños que mostraron capacidad y coraje en la conducción de la guerra, que en los comandantes sumisos que pasaron más tiempo en La Habana que en El Salvador.

No decir todo esto, no confesar amor y respeto a Cuba, su gente, sus dirigentes, al mismo Fidel, es imposible para quien ha estado en la guerrilla salvadoreña. Para alguien como yo, que venía con un trauma resultado del socialismo gris, triste, malhumorado y malencarado de Europa Oriental, conocer al socialismo caribeño de Cuba, era toda una revelación.

Sin embargo, ya a segunda vista, ya durante los ochenta, era evidente la debilidad del sistema cubano. Igual que en Europa Oriental, no funcionaba sin represión, no estaba basado en libertad e información, no toleraba disidencia ni pluralismo. Era evidente, incluso para los visitantes amigos, que un sistema con estas debilidades no tiende a resolverlas, sino a profundizarlas. Cada año Cuba se volvió un poco menos alegre, un poco más triste. Un poco menos abierto, un poco más cerrado.

A esta altura, casi 20 años después de la caída del reino soviético, no decir con claridad que el sistema político que han creado Fidel y su partido es una dictadura, es irresponsable. No decir que la existencia de dos economías –la dolarizada y la de los pobres- ha creado en Cuba diferencias sociales incompatibles con la idea del socialismo. Decir que todo esto es sólo resultado del bloqueo impuesto por Estados Unidos, es hipócrita. Hay que exigir el fin del bloqueo económico, hay que exigir la apertura de relaciones diplomáticas con Cuba, pero igual hay que exigir a Cuba que se transforme hacia un régimen democrático y abierto. Para este proceso, Cuba puede contar con el apoyo de las izquierdas de todo el mundo.

Uno puede seguir amando, respetando y apoyando a Cuba - pero mantener frente a su militancia el mitos de Cuba como ‘democracia popular’, como lo hace el FMLN, es inaceptable. O es falta de valor de enfrentarse a sus aliados; o es expresión de su propia concepción antidemocrática. No es entendible que Mauricio Funes no puede decir con claridad lo que piensa de Cuba, de su falta de libertades, su falta de pluralismo, su falta de opinión pública crítica.

Si alguien le pide distanciarse del régimen represivo de Arabia Saudita, el candidato del FMLN puede decir: ¿Por qué diablos me preguntan sobre Arabia Saudita? ¿Por qué yo tengo que hablar de este país que apenas se donde queda? Pero esto no puede decir sobre Cuba el candidato de un partido que ha estado muy vinculado a Cuba durante toda su existencia. Tampoco lo puede decir sobre Venezuela y Hugo Chávez, cuando es evidente que hay vínculos entre su partido y Chávez y su ideario antidemocrático. Tener buenas relaciones con Cuba y Venezuela no tiene nada de malo, pero requiere de transparencia. EL FMLN y su candidato tienen que explicar con claridad y honestidad hasta dónde van sus coincidencias y vínculos con Fidel y con Chávez y sus políticas internas e externas.
(Publicado en Siguiente Página)

jueves, 29 de noviembre de 2007

El FMLN no quiere alianzas, busca anexiones

El FMLN no quiere alianzas, busca anexiones. Así lo define uno de los personajes más cortejadas por el Frente, pero quien --al definirlo así-- obviamente no quiere dejarse anexar.

Es uno de los pocos sabios de la política salvadoreña. No ha abandonado el sueño de una gran alianza de izquierdas que dé viabilidad a un gobierno de rescate de las instituciones y de consolidación de la democracia, pero tampoco está dispuesto a abandonar la condición que sea alianza, forjada en un proceso de diálogo sincero, basado en respeto mutuo. No ha abandonado del todo la esperanza que el Frente pueda llegar a la apertura, la cordura, la tolerancia necesarias para formar parte de esta alianza. Piensa que el Frente está en un proceso de cambio y que hay dejarle la puerta abierta. Por otra parte sabe que antes de nombrar su fórmula presidencial y así iniciar de lleno la precampaña electoral, el FMLN no ha entrado en el diálogo interno y externo, en las discusiones de fondo indispensables para producir los cambios ideológicos indispensables para poder concertar una alianza con las otras izquierdas y con sectores interesados en el cambio. Y sabe --por algo es sabio-- que los virajes y cambios de discurso en tiempos preelectorales no son nada confiables.

A pesar de saber racionalmente todo esto --a pesar incluso de los desplantes que le han hecho los dirigentes del FMLN-- su corazón y su profunda convicción que el país necesita cambios no le han permitido de cerrar la puerta al diálogo y a negociación con el FMLN. Puerta que otros de la izquierda democrática y del centro progresista, tal vez menos generosos y pacientes que él, han cerrado hace ratos.

El dilema de nuestro caballero --por que aparte de sabio y de gran corazón de izquierda es caballero, otra cosa que lo distingue dentro de la clase política-- es que para él y sus alegados, si no van con el FMLN, no hay alternativa que sea realista, digna y garantía de la supervivencia a la vez. Ir con el FDR y con Arturo Zablah, más que una alternativa realista, cada día parece más una cimera. Lastimosamente, de tres no hacen una. E ir con el PDC, significa el mismo riesgo de pérdida de identidad e integridad que ir con el FMLN. Además el PDC no quiere.

Tamaño dilema. Tengo la impresión que nuestro dirigente va trabajar y dialogar y tratar de abrir puertas sin descanso (las dos puertas, la que comunica hacia el FMLN y la otra que comunica hacía el FDR y Arturo Zablah y a saber quiénes podrían completar esta formula), aunque racionalmente ya sabe que el FMLN sigue buscando anexarlo para mejorar su imagen sin cambiar. Sabe que lo quieren como interlocutor con la empresa privada, con los gobiernos socialdemócratas y socialcristianos en Europa, y para terminar de anexar al resto de la izquierda democrática dispersa en el país. Igual sabe que Arturo Zablah no va a tener ni espacio ni capacidad ni dinero para crear una fuerza nueva capaz de romper la polarización.

E ir solos, parece una salida digna pero últimamente suicida. En un mundo donde los partidos socialdemócratas europeos y latinoamericanos (e incluso algunos empresarios salvadoreños) sólo le prometen apoyo si va con el FMLN, para que le ayude a moderarse, y cuando va solo lo dejan solo, ¿qué futuro político puede tener mi amigo Héctor Dada Hirezi?

No mucho, lastimosamente. Yo prefería verlo retirarse de la política partidaria, con a cabeza en alto, en vez de tratar de hacer funcionar alianzas, donde él y su Cambio Democrático sólo pueden terminar perdiendo su identidad y su dignidad. Le deseo, de todo corazón, que encuentra una salida digna de este dilema. Ofertas de algunas diputaciones y alcaldías repartidas no van a faltar, pero ¿qué va a hacer el CD con cuatro diputados y dos alcaldías si ha empeñado su alma?

Si esta nota me salió como homenaje a Héctor Dada, no es por accidente. Le deseo que después de todos los esfuerzos hasta imposibles que yo sé que va a hacer para construir una alternativa, y después de llegar a la conclusión de que no se pudo, tenga el valor de retirarse de la política partidaria antes de que le robe su independencia y su integridad. Y de seguir aportando al país desde el mundo académico.
(Publicado en El Diario de Hoy)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Extraña competencia discursiva

Hay dos señores de la alta política salvadoreña empeñados en una extraña competencia: A ver a quien le sale mejor el lenguaje socialdemócrata. Lo irónico: Ninguno de los dos es socialdemócrata. Uno es de derecha, es el presidente de ARENA y de la República. El otro es el candidato presidencial del FMLN, partido que ha expulsado de sus filas a toda desviación socialdemócrata. En esta competencia de cómo hacerse pasar de socialdemócratas, gana la derecha. Ha hecho más compatible --mucho más que el FMLN-- su discurso con ideas socialdemócratas sobre mercado y Estado. También tiene más tiempo de ensayar y practicar…

Bueno, para ser más preciso: Gana Tony Saca. Pero él, lamentablemente para la derecha, no será el candidato. A ver si encuentran a un candidato –o una candidata, en este caso sí es indispensable hacer la distinción de genero-- con reales tendencias socialdemócratas. Alguien que no tenga que fingir. Alguien que ha entendido que la derecha no puede seguir igual, sino tiene que abrirse hacía la izquierda socialdemócrata.

Porque una cosa ya se proyecta: El discurso obligado, el discurso que quiere escuchar la población, es esencialmente socialdemócrata. Se mueve en el campo donde están construyendo coincidencias FUSADES, FUNDE, el PNUD, los honorables de la CND y su grupo de apoyo, algunos dirigentes de ANEP, los intelectuales independientes de la izquierda, los rectores universitarios más influyentes del país, los columnistas más leídos de los medios.

Tanto ARENA como el FMLN van asumiendo como propio este discurso que habla de subsidios; de equidad; de equilibrio entre libertad y justicia social; de reformas institucionales; de concertación; de pactos sociales; de políticas públicas de nación. Lo asumen porque ya no se pueden dar el lujo de dejar este discurso a los pocos políticos locos (o sea, visionarios) como Héctor Dada, Arturo Zablah, Facundo Guardado, Joaquín Villalobos, Salvador Samayoa, quienes durante años han tejido este nuevo lenguaje político, cuando por nada estaba de moda, cuando más bien estaba de moda --en la derecha como en la izquierda-- el lenguaje de la confrontación, de los maximalismos, de la exclusión.

Milagrosamente, la moda está cambiando. Las expectativas de la gente, el ánimo de la gente, están cambiando. La misma gente que durante años premió con sus votos a los halcones, a los más agresivos, a los más confrontativos, a los más ortodoxos en los dos polos del espectro político, castigando a las “palomas”, a los concertadores, ahora ya no permite la polarización, exige políticas consensuadas de Estado. Lo moderado tenía estigma de blandengue, de falta de hombría. Hoy lo que cae mal es la falta de tolerancia, el insulto, la intransigencia…

Por esto Mauricio Funes está hablando diferente al Shafick de la campaña anterior. No porque uno sea moderado y el otro radical, uno socialdemócrata y el otro comunista. No, es porque la cultura política, al fin, está cambiando. Por esto Mauricio Funes trata de desaparecer (o por lo menos suavizar) los ataques frontales al empresariado. Por esto ya nadie habla del regreso al colón, de la oposición al TLC. Por esto ya no dejan hablar en público a Salvador Arias.

Y porl a misma razón, Tony Saca sigue hablando de lo social, de la intervención regulador del Estado en el mercado, de justicia social. Por esto ARENA está buscando desesperadamente a un candidato que puede asumir, hacer creíble y desarrollar este discurso exitoso de Tony Saca, pero esta vez sin contrarrestar y neutralizarlo con el lenguaje tradicional de ARENA, con el lenguaje de la mano dura, el lenguaje anticomunista, el lenguaje neoliberal.

Ni uno ni el otro está muy convencido del nuevo discurso moderado, conciliador, reformista y socialdemócrata. Ni ARENA, ni el FMLN, ni Tony Saca, ni Mauricio Funes. Sin embargo, su instinto político les dice que se está produciendo un viraje en el ánimo de la gente, y se adaptan.

A veces dan la impresión --sobre todo Mauricio Funes y los dirigentes del FMLN-- que en el mismo discurso quieren mandar señales a sus bases, como diciendo: “No tomen demasiado en serio lo que estamos diciendo. No somos socialdemócratas, nunca caeremos tan bajo, pero entienden, es tiempo electoral…¨ En estos momentos, rapidito expresan su solidaridad con Cuba y Venezuela unos o su rechazo a Fidel y Hugo los otros. O gritan una consigna para mostrar que siguen siendo combativos…

Pero no importa no creen en sus propias palabras. El nuevo lenguaje conciliador y socialdemócrata cobra su propia vida, refuerza y confirma el nuevo animo de la gente. Varios --de los dos bandos-- habrán estado sentados en Toledo poniendo buenas caras al discurso socialdemócrata proporcionado por los españoles, y diciéndose a si mismos: “Cuidadito, suena bonito, pero esto es precisamente el peligro, a mi no me van a lavar el cerebro…”

No importa. Es discurso de Toledo cobra vida propia. Nadie se atreve a contradecirlo, por lo menos no en público. A otros los hace reflexionar, flexibilizar posiciones. El mismo discurso, el mismo juego, se repite tres semanas después cuando la clase política salvadoreña ovaciona al ex-presidente chileno Patricio Aylwin hablando sobre la concertación como base de la transición democrática chilena. “La política partidaria no puede seguirse concibiendo como guerra interna”, dice don Patricio, y todos aplauden. Y Armando Calderón Sol complementa la idea: “Hay que romper con la idea de que el que gana, gana todo. Los gobiernos tienen q1ue ser incluyentes.”

En el Encuentro Nacional de la Empresa Privada (ENADE 2007), los empresarios escuchan con tolerancia respetuosa, pero sin mucho entusiasmo, el discurso el dinosaurio neoliberal Carlos Alberto Mantener; pero aplauden enfáticamente cuando el presidente Saca les exige “un crecimiento con equidad, con mayor sensibilidad sectorial y con un sentido más incluyente.”

Mauricio Funes dijo el 11 de noviembre en el estadio, ante 60 mil gentes vestidos de rojo dice: “Vamos a promover y respetar la inversión privada, nacional y extranjera, con base al respeto de las leyes del país. Vamos a exigirle al capital privado nacional y extranjero que respete las leyes del país, sobre todo las leyes laborales, la normativa relacionada con la regulación del mercado y las leyes fiscales.”

Y tres días más tarde, en el ENADE, Tony Saca le contesta: “No podemos renunciar, ni vamos a renunciar, al necesario papel del regulador de las instancias gubernamentales para evitar que la sed especulativa y la avaricia desmedida lastimen el bolsillo de los salvadoreños.”

Parece que todos estamos de acuerdo. Sólo que uno lo dice con el puño en alto, y los 60 mil militantes del Frente lo entienden como amenaza a los empresarios, no como gesto conciliador. Y el otro lo dice con toda la tranquilidad relajada de un hombre que ya sabe que los mil empresarios no lo van a malentender como amenaza…

Sin embargo, están diciendo lo mismo, en otras palabras, pero sobre todo en diferentes contextos. Sólo falta que todos lo que realmente creen en estos discursos, los tomen de la palabra, obligándoles a convertir el discurso en práctica política.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Izquierda seria versus Izquierda bayunca

¡Qué bueno que el pleito de Santiago de Chile pasó ante los ojos de toda América Latina! Hablo del berrinche que armaron Hugo Chávez y Daniel Ortega y que motivó a los estadistas socialistas Michelle Bachelet y José Luis Rodríguez Zapatero, a distanciarse de los populistas. Ya era tiempo que se volviera a pintar la línea divisoria entre izquierda democrática e izquierda populista.

El FMLN reclama casi como suyo el triunfo electoral de Álvaro Colom en Guatemala. Absurdo. Colom ganó aplastando a la parte de la izquierda guatemalteca que es homóloga del FMLN, representada por la URNG y Rigoberta Menchú. A la derecha la derrotó a duras penas, pero a la izquierda vinculada al FMLN la borró del mapa. El FMLN, en su acto del 11 de noviembre, presentó una carta de cortesía recibida de Álvaro Colom como apoyo político. Que esperen la convención de ARENA y van a escuchar la misma carta dirigida al candidato de la derecha.

En Guatemala --igual que anteriormente en Panamá, Costa Rica, Uruguay, Chile, Perú-- no ganó la prolongación del eje La Habana-Caracas-Managua-La Paz-Quito, sino más bien su antítesis socialdemócrata. En Guatemala ganó un señor empresario que con tranquilidad, sin sobresaltos, pero con perseverancia hablaba de "inteligencia", siempre cuando la derecha hablaba de "mano dura". Un señor que durante toda su campaña no se dedicaba a fanatizar sus bases partidarias, sino de construir mensajes de confianza, confiabilidad, continuidad y reforma a la empresa privada, a los militares, a la clase media.

El hecho que el socialista Rodríguez Zapatero tome el insulto a su precedente y adversario político José María Aznar como insulto a su persona, su cargo y su país es ejemplo de una madurez democrática con la cual aquí sólo podemos soñar. El día que en El Salvador un presidente o candidato a presidente de ARENA, declare en público que no permitirá que nadie tilde a Schafik Handal de "terengo", porque como firmante de la paz y dirigente de un partido con importante votación merece respeto o el día que un presidente o candidato a presidente de la izquierda diga en voz alta que no permite que en su presencia tilden a sus adversarios de "arenazis" y al fundador de ARENA de asesino, exigiendo respeto a un hombre que ha sido presidente de la Asamblea Constituyente de la República, ese día, repito, dejaré de preocuparme de nuestra convivencia democrática.

Defender la integridad de los principales dirigentes políticos del país --incluyendo de los adversarios-- es un asunto del Estado. Es proteger el Estado. Esto hicieron tanto el rey como el presidente del gobierno de España cuando Hugo Chávez insultó, en sus caras, al ex-presidente del gobierno español. El diputado socialista español Diego López Garrido lo definió así: "El jefe del Estado y el presidente del gobierno unidos, sin fisuras, han demostrado una vez más cómo se defienden los intereses de España y los españoles (...), incluyendo a quienes como Aznar no se comporta precisamente de esa forma cuando va a al extranjero".

El hecho que el presidente Hugo Chávez ahora se proyecte como libertador que lucha contra la colonia y corona española, sólo demuestra que de historia no ha entendido nada. No ha comprendido el papel crucial que el rey Juan Carlos ha jugado en la transición del fascismo a la democracia. Mucho menos el papel crucial que España --con gobiernos de derecha y con gobiernos de izquierda-- ha jugado para facilitar los procesos de democratización y reconciliación en América Latina. El discurso antimonarquista es muy barato. Todos somos republicanos. Pero en España, hasta los que han derramado la sangre para defender la República contra el fascismo, respetan al rey Juan Carlos por su papel protagónico en la transición.

El discurso de Hugo Chávez ya raya. Da pena ajena. Alguien tuvo que callarlo. Gracias, Juan Carlos. Reciba las gracias de un convencido republicano. Y gracias a Rodríguez Zapatero por esta lección en cultura política. Bueno, también gracias a Hugo Chávez y Daniel Ortega por volver a marcar la línea divisoria entre las dos izquierdas que se están disputando la hegemonía en América Latina: La seria y la bayunca.

¿Y en El Salvador, quién marca esta línea?
(Publicado en El Diario de Hoy)

martes, 13 de noviembre de 2007

Botan con una mano lo que construye la otra

A los bichos les dicen que en vez de vagar y delinquir, jueguen fútbol. Ministros inauguran canchas en las comunidades. Hasta canchas nocturnas. Prevención. La otra mano del Estado. La mano que no pega, sino ayuda, educa, orienta. La mano amiga.
Talvez funciona así en las canchas “oficiales” del Consejo de Seguridad Pública. En las canchas que tienen mantas de “Paz Social”, vigilancia, trabajadores sociales, iluminación, comités de vecinos.
¿Qué pasa donde no han llegado los del Consejo ni de la Secretaria de la Juventud ni de “Paz Social”? ¿Que pasa si los bichos de estas colonias se creen las consignas que ven en televisión? ¿Qué pasa cuando un grupo de seis bichos de una colonia de Santo Tomás se reúne para organizar un partido de fútbol, en una cancha no “oficial”, no iluminada, no asistida, no vigilada? Un mascón en un pedazo de tierra...
Lo más probable es que los levante la policía, que los remitan a un juez de menores, que los tengan tres días en bartolina, que los acusen de “asociación ilícita” y --para que valga la pena-- de robo. Esto es lo que pasó a seis jóvenes de Santo Tomás. Los levantaron el lunes, los tuvieron en bartolinas, el jueves el juez los sobreseyó. No por falta de pruebas o por debilidad de pruebas, sino por ausencia de pruebas.
Todos son estudiantes. No tienen antecedentes. Ni siquiera tienen aspecto de mareros. Bichos comunes y corrientes que salen en su tiempo libre para echarse un mascón. ¿Cómo es posible que los agentes policiales que patrullan estas colonias, no saben distinguir entre nuestros hijos y los mareros? Todo el mundo sabe distinguirlos. A estos bichos nadie se les aparta, como lo hacen cuando ven a pandilleros. Y los policías, supuestamente entrenados y experimentados, los confunden...
Los policías dicen que poco antes de la detención de los jóvenes ellos recibieron un aviso que en esta zona unos jóvenes estaban robando en un bus. Los únicos jóvenes que encontraron en la calle, eran los seis que en este momento estaban desplazándose a la cancha para jugar fútbol. Su pecado: estar en el momento equivocado en el lugar equivocado. Aparte del pecado de ser joven y pobre, no tener carro sino andar a pie. Suficiente pecado para pasar tres días y noches en bartolinas.
A mi hijo de 14 años, a quien cualquiera que sabe un poco de jóvenes lo reconoce como un bicho de colegio bueno, lo paró la policía en Suchitoto y le hicieron quitarse su arete. Con el argumento: “Mirá, bicho, aquí no andés esta mierda, porque así solo andan los mareros.” Cuando le reclamé al jefe, me pidió disculpas y regañó a sus agentes, pero no por actuar totalmente fuera de lo legal y fuera de lo lógico, sino porque no se habían dado cuenta que se habían topado con “el hijo de don Paolo...”
A mi hijo no pasó nada. Tampoco a los muchachos de Santo Tomás. En la estación los trataron bien, hasta les dieron comida. Claro, los agentes de la estación inmediatamente se dieron cuenta que estos bichos no habían hecho nada. Pero una vez remitidos, tienen que pasar detenidos hasta la audiencia. Mala suerte.
Es más que mala suerte. Es una falla grave del sistema. Es la mano dura estropeando la mano amiga. Al final ninguna mano haciendo nada. Ni prevención ni represión.
Urge repensar el concepto de la seguridad ciudadana. Urge una policía comunitaria que tenga raíces en la comunidad, que conozca a los vecinos, que sepa distinguir entre jóvenes maleantes y sanos. Una policía que realmente tenga dos manos.
Urge revisar los códigos para poder soltar a los inocentes sin tenerlos tres noches en bartolinas. Urge borrar de la concepción policíaca la cuota de detenciones que cada patrulla debe cumplir para quedar bien.
Pero lo que más urge es una cosa mucho más de fondo. Hay que volver a la presunción de la inocencia. Hay tenemos presunción de culpa. Los bichos tienen que probar su inocencia. No puede ser que los policías y fiscales vean a cada jóven y a cada pobre como presunto maleante.
Si no, vamos a seguir produciendo pandilleros. De los seis muchachos de Santo Tomás, si les pasa esto frecuente, más de uno se va a convertir en marero. Aunque sea para sentir “protección”. Porque en esta colonia de Santo Tomás, toda la gente te dice: “A los verdaderos pandilleros, les tienen miedo los policías, no les hacen nada, y por eso se lo desquitan con los bichitos virgos.”
Claro, ¿quién quiere que lo vean como bicho virgo?

viernes, 2 de noviembre de 2007

Una vida, en El Salvador, cuesta $250

Esto es lo que pagó el conductor y propietario del bus asesino de Santa Ana a los familiares de sus víctimas. El homicida no tenía licencia para manejar bus, pero según testigos lo manejaba a más de 100 kilómetros por hora. El bus no estaba matriculado y no tenía permiso para transportar personas. El homicida había comprado una chatarra --a precio de chatarra-- y la puso a transportar personas. Sin licencia, sin matrícula, sin permiso, sin misericordia. Nadie lo detuvo. Por el contrario, alguien lo contrató para transporte de personal. Hasta hora no he leído nada sobre una investigación para determinar quién lo había contratado para transportar a trabajadores de una maquila. En los periódicos se dice que este bus transportaba a 90 personas. Incluso si tuviera matrícula, ¿para cuántas personas hubiera podido tener permiso? Seguramente no para 90. ¿Quién lo contrató para transportar a 90 trabajadores?

Los periodistas reportan que las llantas eran inservibles. Una explotó y el bus pirata chocó contra una pared, matando a 10 de sus pasajeros e hiriendo a más de 70.

En El Salvador, una historia casi inadvertida. Esto precisamente es el problema. No debería pasar inadvertida. Pasa inadvertida porque nosotros lo permitimos, porque las víctimas siempre son pobres, y porque a nadie en la Asamblea le importa un comino. Mucho menos a la oposición que maneja excelentes relaciones con las mafias del transporte.

La jueza ratificó la "conciliación". No soy jurista, no sé si esto es legal. De todas formas, es profundamente inmoral. Si no hay una ley que mande a los jueces a no validar conciliaciones tan inmorales que ponen un precio de $250 dólares a la vida de un ciudadano, sólo porque es pobre y no tiene un abogado que defienda sus derechos, es tiempo que se haga esta ley.

Es tiempo también de cambiar --erradicar de una vez por todas-- los decretos legislativos que siguen permitiendo la circulación de buses chatarra y homicidas. Dicen que el Viceministerio de Transporte tiene registrados más de 2 mil 800 buses con más de 15 años de vida.

Es tiempo que el Estado haga cumplir la ley que obliga que para prolongar la matrícula a los buses (más bien todos los vehículos), tienen que pasar por una exhaustiva revisión técnica. Y esta revisión tiene que estar a cargo de una institución o empresa altamente calificada, independiente y regulada por el Estado.

Es tiempo de poner en vigencia las leyes que obligan a los transportistas a contratar un seguro para daños a terceros, para garantizar los derechos de las víctimas de accidentes. Y como en otros países, estos seguros tienen que ser extremadamente caros para los que causan accidentes o acumulan multas.

Hay un problema aún más de fondo. Antes de crear nuevas y más duras leyes, hay que erradicar el grado casi criminal de indiferencia, incapacidad e incluso complacencia que tienen las autoridades --policía, fiscalía, jueces, Viceministerio de Transporte-- con los infractores. El accidente en la autopista a Santa Ana fue provocado por un tipo que incumplió todas las leyes existentes. La simple aplicación del derecho actual hubiera sido suficiente para evitar este catástrofe. De nade sirven leyes más estrictas si nadie sanciona a los que sistemáticamente incumplen las existentes. Viajar por las autopistas y carreteras del país es suficiente para darse cuenta que no hay ningún control policial que evite que los vehículos circulen en el carril izquierdo, sin luces, con llantas lisas y a excesiva velocidad.

En los retenes revisan los papeles, pero jamás las luces, los frenos, las llantas. Aun sin revisión técnica obligatoria es prohibido circular con carros defectuosos. Pero a todo el mundo le vale.

Ojalá que escuchemos de alguno de los incontables candidatos palabras y medidas claras al respecto. Necesitamos que alguien asuma la responsabilidad para mejorar la seguridad en las carreteras, y liderazgo en la lucha contra las mafias del transporte, contra la indiferencia, incompetencia y la complacencia de las autoridades.

Y don Tony Saca, si quiere mostrar que no es cierto que su gobierno se encuentra paralizado por los forcejeos sobre las candidaturas y el rumbo del partido, ahí tiene todo un campo donde al país le urge gobierno, acción ejecutiva, acción legislativa.

(Publicado en El Diario de Hoy, 1 de nov. 2007)