sábado, 29 de septiembre de 2012

Carta de adiós a La Luna

Querida Luna:
hoy es tu último día: a partir de mañana estará cerrado lo que fue, durante los convulsionados primeros años de la paz, mi bar favorito - un lugar místico, divertido, lleno de vida y risas, chistes y planes de un futuro mejor. Punto de encuentro y discusión interminable entre artistas, intelectuales, escritores, periodistas, izquierdistas, bohemios y bolos ilustrados. Bueno, no todos...

No entiendo porqué muchos de los dolientes, incluyendo su fundadora y dueña, Beatriz Alcaine, hoy tratan de decirnos que la difunta no fue un bar, sino “un proyecto cultural”. Como si un bar fuera algo ordinario, una institución no digna para enamorarse de ella – y como si un centro cultural fuera algo más digno de tristeza cuando deje de existir...

Déjense de pajas todos ustedes: Nos enamoramos de La Luna porque fue un bar excelente, con buenos tragos, meseras guapas y con chispa, creativa decoración, rica comida, un lugar divertido. Nadie se enamora de una institución cultural, pero sí de un buen bar, como La Luna de los años noventa. Claro que un bar, para que sea bueno, tiene que tener cultura, clase, buena música. Y buena música tenía aquella Luna. Aunque no siempre. A veces era más bien horrible, y uno prefería migrar a la Taberna del Viejo, del papá de la Bea, a la vuelta de La Luna, a pesar de que ahí siempre había demasiados izquierdosos frustrados llorando en su jarra de cerveza...

Es más, querida Bea: la decadencia de La Luna empezó cuando ustedes se olvidaron que estaban manejando un bar, un lugar para divertirse y relajarse y para tener buenas conversaciones. Cuando de repente las bocas ya no eran las mismas, los tragos mal servidos y la música tan heavy metal que ya no había forma de conversar con su novia. O cuando La Luna se convirtió tanto en centro cultural que puso espectáculos que requerían atención respetuosa, y uno ya no se atrevía a hablar de voz alta, ni a pedir su whisky, ni a reírse.

¡Cómo extrañaba yo la vieja Luna-bar! Todavía la extraño. ¿Quién diablos, luego de echar riata todo el día, quiere tomarse su trago en un centro cultural donde no lo dejen hablar – sea por la bulla, sea por “respeto” al arte?

Que La Luna tiene que cerrar, como hoy dicen, porque los gobiernos no apoyan la cultura y el arte, me parece una mamada. ¿Qué diablos tienen que ver el gobierno y su política cultural con el bar donde yo me echo mi trago y me encuentro con gente inteligente y divertida, o donde disfruto de un buen jazz?

Un bar es donde me quiero olvidar que existe tal cosa como un gobierno o una secretaría de cultura. Un buen bar es donde se vive cultura y donde nadie habla de “política cultural”. Esta clase de bar fue aquella Luna, por esto todos la recordamos con nostalgia.

A los lectores, que en su mayoría tal vez no saben de qué estoy hablando en esta carta, les digo: ¡Miren lo que se perdieron los que nunca pasaron una noche mágica en el bar La Luna!

Adiós, Luna! Nos harás falta. Paolo
(Más!/EDH)

viernes, 28 de septiembre de 2012

Para el análisis no se necesita visa

Me dejaron con los colochos hechos. A la hora que usted lee estas líneas, el que las escribe ya tenía que estar en Caracas/Venezuela haciendo las primeras entrevistas a analistas, académicos, militares y opositores venezolanos. No fui para Venezuela, porque el gobierno del teniente coronel Hugo Chávez así lo decidió, negándome la visa. Sin explicaciones ni razones. “Una decisión soberana del gobierno soberano de una república soberana”, me dijo el encargado de negocios de la embajada venezolana en San Salvador, Ismael Cañas.

Bueno, ni modo. Pero esto no va cambiar la manera cómo este periódico y este periodista van a cubrir las elecciones del 7 de octubre, que van a decidir sobre el rumbo de Venezuela e influir mucho el rumbo de América Latina, incluyendo El Salvador. Va a cambiar la forma de nuestra cobertura, pero no el contenido.

Teníamos preparado dos semanas de recoger informaciones, impresiones, opiniones y análisis en Venezuela: acompañando a la campaña del candidato Henrique Capriles en los últimos días de su recorrido por cientos de pueblos y barrios; conversando con dirigentes opositores y voceros chavistas, con reconocidos académicos y abogados de derechos humanos, con presos políticos y militares; incursionando en los famosos “cerros”, como en Caracas llaman los populosos barrios marginados de obreros y desempleados, donde hace 15 años nació el movimiento bolivariano que llevó al poder a Chávez, y donde hoy existe una fuerte batalla electoral entre chavistas y opositores...

Negándome la entrada a su país, me impiden ser testigo directo de los acontecimientos antes, durante y luego del día electoral. No voy a poder tomar fotos ni grabar las voces de los pobladores de los barrios. No voy a ver con mis propios ojos el efecto de los desfiles de las milicias chavistas fuertemente armadas, con los cuales el gobierno trata de sembrar miedo en la población. Otros periodistas nos mandarán la información y las crónicas. Y para el análisis crítico no se necesita visa. Para conversar con las voces críticas y los observadores independientes en Venezuela no se necesita permiso gubernamental.

El Diario de Hoy va a activar otras formas de cubrir las elecciones y las tensa situación después, cuando se va a definir si la autoridad electoral reconoce fielmente la voluntad popular, y si los contendientes, sobre todo el actual presidente, reconocen el resultado. Y este analista, triste de no poder regresar a su trayectoria de cronista, va a dedicarse al análisis.

Mis fuentes en Venezuela no coinciden en sus pronósticos electorales, y tampoco en sus pronósticos sobre qué van hacer Chávez y sus lugartenientes en el gobierno y en las Fuerzas Armadas en caso que la voluntad popular no les favorezca. El mismo Chávez ha expresado a gritos que si gana la oposición, el país tendrá guerra civil. Sin embargo, esto es imposible: Para una guerra se necesitan dos bandos armados, y en Venezuela sólo hay uno, bajo el mando del teniente coronel Hugo Chávez. Puede haber represión. Puede haber hasta masacres, si la Fuerza Armada lo permite a su Alto Mando chavista y a las milicias. Pero no guerra civil.

Parece que Hugo Chávez está quedando sin plan. Apostó todo a aplastar la oposición y su candidato antes de las elecciones, movilizando todos los recursos del estado y su imperio mediático. Pensaba que la oposición no podía resistir en esta lucha desigual. Y que por tanto, no veían la necesidad ni de fraude electoral ni mucho menos de un autogolpe luego de una eventual derrota electoral. Este cálculo no le ha funcionado. La oposición no está aplastada, sino sigue creciendo. No sé si suficiente para ganar, pero obviamente suficiente para que al comandante y su partido les entre pánico, porque de repente no saben cómo actuar en caso de perder las elecciones. Esto puede generar una situación sumamente peligrosa para los días después de las votaciones. Mi instinto de reportero me hace desear estar ahí y servir de testigo y cronista. Cosa que no pasará, por “decisión soberana” del gobierno de Hugo Chávez. Ni modo. Pero esto no le va a ayudar en nada a la hora de enfrentar la realidad el 7 de octubre.

(El Diario de Hoy)
Venezuela niega entrada al país a enviado de EDH
El consulado venezolano en San Salvador le negó el día 26 de septiembre la visa a nuestro periodista Paolo Lüers, quien iba a cubrir para nuestro medio las elecciones presidenciales del 7 de octubre. Según declaraciones del encargado de negocios de la embajada venezolana en El Salvador, Ismael Cañas, esta decisión fue tomada por el gobierno en Caracas.
Nuestro columnista Paolo Lüers ha sido enviado por El Diario de Hoy a Venezuela en cinco diferentes ocasiones entre febrero del 2008 y agosto del 2011, y ha publicado en nuestro medio amplios reportajes, entrevistas y análisis sobre la revolución bolivariana, el proceso de unificación de la oposición, las batallas por la libertad de prensa, las elecciones parlamentarias del 2010 y el surgimiento del liderazgo del hoy candidato a la presidencia Henrique Capriles Radonski. Estas publicaciones han tenido repercusiones a nivel internacional y en el debate público en Venezuela.
En esta ocasión, nuestro enviado especial y analista iba a viajar a Caracas el día 27 de septiembre y cubrir la recta final de las campañas presidenciales, las elecciones del día 7 de octubre y la situación post-electoral. Así como lo ha hecho en anteriores ocasiones, iba a realizar extensas entrevistas a Henrique Capriles y otros líderes opositores, y tratar de poder conversar con dirigentes del partido PSUV.
A la pregunta por las razones de la decisión de negar la visa a nuestro enviado especial, el encargado de negocios de la embajada se limitó a declarar que “es una decisión soberana de su gobierno otorgar o no otorgar visas para viajar a Venezuela. Nuestro gobierno toma estas decisiones a su discreción y no debe explicaciones a nadie.” Preguntado si la negativa de la visa se debe al trabajo periodístico realizado por nuestro corresponsal Paolo Lüers en Venezuela o a las opiniones críticas al gobierno de Hugo Chávez expresados en sus análisis y crónicas, Cañas expresó que “en Venezuela los periodistas y los medios gozan de absoluta libertad de prensa.” Cuando nuestro corresponsal le preguntó cómo podría ejercer esta “absoluta libertad” si el gobierno le niega la visa, el encargado de negocios de la embajada venezolana terminó la conversación diciendo que “no hay más explicaciones.”
El Diario de Hoy, con los contactos establecidos en Venezuela durante 4 años de trabajo de su enviado especial, va a seguir cubriendo con independencia y análisis crítico los acontecimientos en Venezuela, a pesar de las restricciones impuestas por el gobierno de Venezuela.
El periodista Paolo Lüers afirmó que “un día me dicen en el consulado que todos los papeles están en orden para otorgar la visa, y el día siguiente hay una orden de Caracas de negarla. No permitir la entrada al país de un corresponsal debidamente acreditado es una restricción seria a la libertad de prensa, sobre todo en tiempos electorales. Encaja en los sistemáticos ataques a los medios independientes, que en los últimos años he observado en Venezuela. Nunca me ha pasado esto en mi carrera profesional, ni a en países en estado de guerra, ni siquiera durante la guerra civil en El Salvador, a pesar de que escribí artículos muy críticos a los gobiernos salvadoreños.”
Las publicaciones de Lüers:

Carta a la “Comisión Agenda de País” de la Asamblea

Estimados diputados:
Tamaño nombre que se han puesto ustedes: “Agenda de País”. Suena bien serio y ambicioso: arreglar al país; dar rumbo al país; supeditar todo al interés del país...
¡Y no logran elegir fiscal general! Ni siquiera han intentado a iniciar un debate serio sobre las deficiencias de la fiscalía y sobre las reformas necesarias para que pueda cumplir su misión. Reprobados.
Como ustedes se entramparon, ya hablan nuevamente de llevar el problema a Casa Presidencial, a ver si ahí lo solucionen: ¡qué declaración de bancarrota!
Para ahorrarse la ahuevada de otra vez pedirle al presidente que resuelva el problema de la Asamblea, les propongo otro mecanismo más efectivo – y seguramente más transparente: En vez de celebrar otras 19 reuniones a puerta cerrada en Casa Presidencial, simplemente adopten el mecanismo de La Academia de México. Sí, de la academia musical...
No estoy diciendo que pongan a los 5 finalistas a cantar, pero sí que hagan 4 eventos públicos y televisados: En vez de cantar y bailar, en cada evento los 5 candidatos a fiscal tendrán oportunidad de dar una charla magistral sobre temas trascendentales del país. Por ejemplo: El principio de la independencia de los órganos del Estado; las reformas que necesita la fiscalía; la problemática de los testigos “criteriados”; ¿cómo erradicar la impunidad?; crimen organizado, corrupción y lavado de dinero...
Cada uno escoge su tema libremente y tendrá el mismo tiempo para exponer. Digamos 15 minutos cada uno. Luego se someterá a preguntas del jurado, que serán ustedes los miembros de la Comisión Agenda de País. Todo esto en televisión y en vivo. Al final de cada reality show uno de los finalistas queda eliminado y va a su casa. Igual que en La Academia. 
¿Quién decide sobre las expulsiones? El público, por supuesto. Nosotros, los ciudadanos. Igual que en La Academia. Cada uno de ustedes le da notas a cada uno de los finalistas, igual que en La Academia. Pero el ciudadano televidente decide con su voto, vía llamadas o mensajes telefónicas. Igual que en La Academia. Y con cuatro eventos, que perfectamente las pueden celebrar dentro de una sola semana, tendríamos fiscal general. Last man standing...
Espero que tomen en cuenta mi propuesta. Es más: Me ofrezco de moderador, junto con Luciana Sandoval.
Mejor un buen show público que otra farsa a espaldas de la ciudadanía.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 25 de septiembre de 2012

Carta al candidato del FMLN por la presidencia

Estimado Salvador Sánchez Cerén:

Me tomé la molestia (literalmente) de seguirle en twitter. Es un medio ideal para hablar claro y  pelado, preciso y con claridad, sin el rodeo tan acostumbrado en las entrevistas.
Para entender porqué usted quiere ser presidente y qué podemos esperar de su eventual presidencia, he pasado dos semanas leyendo todos sus mensajes en twitter. Tengo que decirle que ahora estoy más confundido que antes. Aquí una selección de sus tweets, que podríamos titular “Las palabras del profe”:
“Hay que prepararnos en el alma y en el espíritu para hacer la comunicación directa y llegar al corazón de la gente” (08 09)
  “El FMLN nos comprometemos a trabajar por el buen vivir de la gente” (09 09)
 “Una corriente del Buen Vivir esta creciendo por America Latina y nosotros tenemos que ser parte de esa esperanza y optimismo” (09 09)
 “Tengan toda la confianza, vamos a estar en mayor contacto con ustedes” (16 09)
 “La esperanza esta basada en la fe” (16 09)
 “Expresamos nuestra esperanza en el Buen Vivir” (16 09)
 “Tengan toda la confianza, vamos a estar en mayor contacto con ustedes” (20 09)
 “nuestro gobierno es honrado, respeta el dinero del pueblo, los ministros del pasado usaron dinero público para uso personal, hubo corrupción” (22 09)
 “La esperanza en el Buen Vivir está en el Corazón de la Gente” (22 09)
 “Abramos nuestros corazones al Buen Vivir para nuestra Patria” (22 09)
 “tenemos que construir en la sociedad una relación, armoniosa, respetuosa, tolerante, eso debe estar en nuestros corazones” (22 09)
  “hay grandes deficiencias, ero todos juntos sigamos cambiando la Patria” (22 09)
 “Trabajemos unidos y unidas por un país con Buen Vivir” (23 09)
 “Vale la pena seguir luchando y sacrificandose por un buen vivir para nuestro país” (23 09)
Primero quiero aclarar que todas los errores de redacción, ortografía o lógica corren a cuenta del ex-viceministro de educación.
Ya no entiendo de qué se trata en esta su campaña. Hasta ahora pensaba que existen marcadas diferencias entre discurso político y sermón. Creía que la extraña fusión que Daniel Ortega y su esposa Chayo hacen entre consignas revolucionarias, moralina y seudo-religión era una excepción. Luego Rafael Correa, el líder de la “revolución ciudadana” ecuatoriana, también comenzó a hablar así. Y de repente usted va para Ecuador y regresa con este discurso-sermón...
Por favor, profesor: hable claro, sáquenos de la confusión. Díganos algo que uno puede entender y argumentar.
Paolo Lüers
(más!)

sábado, 22 de septiembre de 2012

Carta a la Asamblea Legislativa


Estimados diputados:
Ustedes son los únicos que tienen el privilegio de poderse recetar su propio presupuesto. Self service. Esto supuestamente supone una especial responsabilidad para que nadie piense que se estén sirviendo demasiado...

Entonces, uno pensaría que ustedes, para aprobar el presupuesto de la Asamblea, hagan un riguroso examen de todos los rubros – y también de las prioridades del país, para no exponerse a ninguna sospecha o mala interpretación. Porque aunque ustedes no parecen darle importancia, hay mucha gente en el país que sospechan de ustedes. Nadie tiene dudas de la austeridad ni de la eficiencia de la Asamblea – sabemos con ciencia cierta que no existen. Pero sí existen sospechas de la honorabilidad de muchos diputados y de la transparencia y responsabilidad fiscal de la Asamblea como tal. Y bastante generalizado: todos sospechan de todos, independientemente de preferencias ideológicas...

Sin embargo, esto no les parece importar. Tuvieron la oportunidad de mostrar lo contrario: Sólo tenían que atreverse a transparentar todos los gastos de la Asamblea (incluyendo viajes, carros, asesores, fondos discretos del presidente de la Asamblea...), someterlos a un examen riguroso, confrontarlos con las otras necesidades urgentes del país – y reducirlos a lo mínimo necesario. Hubieran podido decir al país: Nosotros asumimos parte del sacrificio que todos tenemos que hacer para sanear las finanzas públicas y para concentrarnos en las prioridades urgentes del país. Hicieron todo lo contrario. No hubo examen riguroso ni transparencia. Y no hubo recorte sino aumento. Ni habrá ningún vehículo menos, ni una plaza de asesores fantasma eliminada. La Asamblea sigue con el plan de construir una nueva plenaria, cuando el país necesita construir escuelas, cárceles, hospitales. Ustedes van a seguir viajando a costa de un Estado que no puede pagar a sus maestros, policías y enfermeras.


Todo esto aprobado en plenaria, sin un solo voto disidente o de consciencia. Sin auditoría independiente al presupuesto ejecutado. Sin discusión. Ni siquiera ustedes mismos conocen la lista de asesores de las fracciones ni sus honorarios. Mucho menos los conocemos nosotros los ciudadanos...

Y por arte de magia, cuando se trata del presupuesto propio, ya no hay oposición.

 ¿Y ustedes en serio se extrañan porqué en la calle y en las redes sociales hablan peste de los diputados? Pero aunque a ustedes les parece que en la Asamblea no es vigente la regla que no hay almuerzo gratis (ni carro, ni trago, ni viajes, ni nada): al final del día les cobrarán las facturas.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 20 de septiembre de 2012

Columna transversal: Por una Ley de Libre Competencia Política

Es obvio que necesitamos una Ley de Partidos Políticos. Hasta los mismos responsables del desgaste de los partidos ya no tienen boca para poner en duda la necesidad de esta ley, por el simple hecho que la ciudadanía así lo exige. Ningún partido puede darse el lujo de permitir que otro tome ventaja apropiándose de la bandera de una mayor transparencia y democratización del sistema partidario.

Entonces, el mayor obstáculo para la Ley de Partidos ya no es que alguien se oponga abiertamente, sino que los promotores de los diferentes anteproyectos plantean un exceso de regulación.

Si bien es cierto que esta ley será una acto de regulación del Estado, hay que aplicar el mismo principio que a cualquier otra regulación del Estado en las esferas de los individuos, la ciudadanía y la economía: “Tanta libertad como sea posible, tanto Estado como sea necesario.”

Cualquier legislación que se pase de la regulación necesaria es contraproducente y abre espacios para la restricción de los principios que dice defender y promover: el pluralismo político, la libre competencia entre las corrientes de pensamiento, la libertad de organización e incluso la transparencia.

Entonces, definamos ‘lo necesario’.

No me compete entrar en detalles, prefiero concentrarme en los principios que habría que discutir antes de que los legisladores produzcan, con cientos de artículos, una camisa de fuerza en vez de una ley que asegure las libertades, el pluralismo y la libre competencia política.

Esta ley tiene que ser simple y clara. Sin trampas, sin nuevas burocracias. Tiene que concentrarse en las verdaderas necesidades y no meterse en otros temas que perfectamente las puede resolver la libre competencia política y electoral, una vez que esta ley le remueva los obstáculos.

Necesitamos fortalecer el pluralismo. Entonces, la ley tiene que remover los engorrosos obstáculos existentes para que los ciudadanos se organicen libremente en partidos políticos para competir con las banderas existentes. No puede ser que sigan siendo los partidos establecidos, mediante su control sobre el TSE, los que permitan o no la inscripción de sus futuros competidores. Si organizarnos en partidos es un derecho constitucional elemental, debe volverse tan fácil como un acto notarial que exprese la voluntad de sus fundadores. Sin necesidad de recoger miles de firmas. Sin requisitos de un mínimo de votos obtenido en elecciones para seguir inscrito.


Necesitamos más transparencia de las finanzas de los partidos y sus campañas electorales. Entonces, transparentemos - ¡y punto! Si obligamos a los partidos a transparentar todas sus fuentes de financiamiento, ¿por qué regular los montos que los ciudadanos o empresas queremos aportar? Si nos crea desconfianza que ciertos sectores financian ciertos partidos, seremos los ciudadanos que castiguemos a estos partidos, no el Estado mediante una burocracia supervisora. Los supervisores somos los ciudadanos, y lo único que necesitamos para ejercer este derecho es tener pleno acceso a la información financiera de los partidos.

Necesitamos partidos democráticos. Está bien, suena bonito. ¿Pero por ley? La regulación estatal debe limitarse a lo necesario en materia de democracia interna: garantizar que las direcciones salgan electas en cumplimiento de los estatutos; que no pueda haber golpes de estado (o autogolpes) dentro de un partido. Y asegurar, nuevamente, la transparencia de los procesos internos: La militancia y los ciudadanos tienen que saber de qué tipo de procesos han surgido direcciones, candidaturas, y otras decisiones importantes de los partidos. No es la ley que debe decretar de qué manera los partidos decidan en sus estatutos elegir direcciones o candidatos. Con tal que la ley asegura que los procesos internos de cada partido estén a la vista pública, seremos los ciudadanos los que sancionemos a los partidos, no la ley, ni mucho menos una Dirección Nacional de Partidos Políticos (sólo el nombre ya da miedo).

Necesitamos que los partidos promuevan la formación política de sus militantes y simpatizantes. ¿Pero por ley? La ley puede determinar que el Estado provea fondos u otros incentivos para que los partidos que lo deseen creen mecanismos de formación política. Pero nada más. Un partido con militantes bien formados ganará ventaja en la competencia con otros partidos. Es esta competencia que va a obligar a los partidos encargarse de programas de educación cívica, no la ley.

Hay que crear una situación (y sólo para esto necesitamos la ley) para que la transparencia, la democracia interna, los esfuerzos de formación cívica se conviertan en factores decisivos en la competencia de los partidos por el apoyo popular. Un partido que tiene fuentes dudables (pero públicamente conocidos) de financiamiento, que se niega a hacer elecciones internas, y que no invierte en la formación de sus bases, obviamente tendrá desventaja en la opinión pública y en las elecciones. Lo único que necesitamos es que la Ley de Partidos y las reformas al código electoral establezcan de verdad la libre competencia y el pluralismo en el sistema partidario. Cualquier regulación estatal que va más allá es restricción de libertades.

Guarden (o mejor quemen) los tres mamotretos de anteproyectos de Ley de Control de Partidos que se presentaron. Escriban una simple, corta y clara Ley de Libre Competencia Política.
(El Diario de Hoy)

Carta al coronel Ochoa

Estimado Sigifredo: 
Ambos conocemos bien las diferencias que tenemos: Usted ha sido guerrero en un bando, yo guerrillero. Usted se proclama orgullosamente anticomunista, metiendo a toda la izquierda en el mismo saco, yo critico a los comunistas porque creo en la izquierda democrática. Usted adora al teniente coronel José Domingo Monterrosa como militar ejemplar, para mi era un mal militar, porque los buenos no cometen masacres a civiles. Podríamos ampliar esta lista de diferencias, pero no hace falta. Porque de todos modos tenemos algo importante en común: la rebeldía, la polémica, el amor a la libertad. Cada uno de su forma y con sus errores...

Habiendo dicho todo esto, sólo me queda decir: No se deje doblegar, de nadie. Usted y David Reyes están haciendo algo valiente: defender el principio que los diputados tienen que obedecer a su conciencia y al compromiso adquirido con sus votantes. Si esto los obliga a votar diferente a la “línea” de su partido, hay que hacerlo, con la cabeza en alto.

Así entendí su voto solitario en contra de la elección de un cuadro del FMLN como presidente de la Corte. A mi me pareció correcta la decisión de ARENA de aceptar una solución política para asegurar que la Asamblea cumpla su deber de acatar las sentencias de la Sala. Pero mi respeto por su valentía de disentir.

Espero que usted, así como en Cabañas no hizo caso a la “Chancha Loca” al mando del ejército, hoy tampoco haga caso a ninguna presión. Y que logre resistir sin caer en la dinámica fatal de dejarse apartar de su partido. Esto sería una fatal forma que se cumpla la profecía de traición, sólo porque no hay espacio para debate, disidencia y autonomía conciente.

Que bueno que hay algunos diputados que entendieron la diferencia entre lealtad y obediencia ciega. Ojala que mañana haya más, en todos los partidos. Esto, en vez de debilitar a los partidos, los hará más fuertes y creíbles.

A las cúpulas hay que decir: los traidores no hay que buscarlos entre los hombres de principios, aunque estos sean incómodos. Los traidores siempre surgen entre los oportunistas. Los diputados que se fueron a Gana no fueron disidentes, porque para disentir primero hay que tener principios.

Ya ve, estimado Sigifredo, tenemos algo en común, a pesar de todas las diferencias históricas e ideológicas que nos separan y sobre los cuales podemos seguir polemizando.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 18 de septiembre de 2012

Carta al presidente de la República

Presidente:
Le pido que mida sus palabras y su temperamento. En sus discursos en el reciente aniversario de la Academia Nacional de Seguridad Pública y del 15 de septiembre, usted intervino en el debate que, gracias a Dios, la tregua de las pandillas ha provocado en la opinión pública sobre las causas y las posibles soluciones del problema de la violencia en nuestro país.

Pero en vez de saludar, como jefe de Estado, que al fin se ha abierto este debate indispensable, usted aprovechó su investidura para tratar de aplastarlo antes de que se desarrolle al punto que todos nos veamos obligados a enfrentarlo y aportar a que produzca acuerdos y soluciones.

Usted en su discurso en Comalapa dijo sobre la tregua: “Yo no voy a justificar a ningún político, ni partido que, por más que esté en campaña electoral, desconozca este proceso que vivimos o lo que es peor, trabaje para abortarlo e impedir que se siga profundizando. Yo no puedo justificar a ningún dirigente político, a ningún partido y mucho menos a ningún candidato que diga que esta es una farsa. Pero menos lo justifico de parte de quienes se supone que son comentaristas o analistas de la realidad...” Y el 15 de septiembre habló en el mismo tono.

Todos los actores y observadores responsables de este proceso delicado de la tregua estamos de acuerdo que, para que este proceso abierto por la tregua pueda llevarnos a la paz social y la exitosa reinserción de los pandilleros a la sociedad, no hay que convertirlo en tema electoral ni populista.

¿No se da cuenta, presidente, que de esta manera usted está haciendo precisamente lo que había que evitar: exponer el delicado tema de la tregua y su posible conversión en un proceso exitoso de paz al fuego de las emociones electorales? Hasta ahora los partidos y sus candidatos han sido bastante prudentes y no han tratado de explotar el tema de la tregua – ni apelando a los resentimientos y dudas que tienen sectores amplios de la población, ni tampoco apelando a la esperanza que en otros sectores se ha despertado. Así tiene que ser, y el presidente debería hacer todo lo posible para que este proceso no se queme al calor del enfrentamiento electoral.

Tampoco es responsable que usted, como presidente, trata de “vender” los resultados positivos de la tregua (las vidas que ha salvador en seis meses) como “logros” de su gestión, cuando hasta ahora el gobierno como conjunto no ha presentado políticas públicas nuevas destinadas que pueden hacer sostenible la tregua.

No existe ninguna razón para apagar el debate sobre la tregua con expresiones de intolerancia como las que usted ha lanzado a los que expresan crítica y dudas. Claro que hay críticas y dudas – y tienen que expresarse y discutirse. Este debate no es sobre usted, presidente, ni sobre su gobierno, sino sobre algo mucho más importante: la oportunidad de resolver el problema de la violencia y delincuencia relacionadas con las pandillas.

Quien se enoja, pierde. Sólo que en este caso, perderíamos todos.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 15 de septiembre de 2012

Carta a los proceres de la independencia

Caballeros:
Hoy los tataranietos de ustedes (o los nietos de ellos, no estoy seguro cuántas generaciones han pasado...) desfilan en las calles, celebrando la independencia que ustedes gestaron. En los discursos oficiales de presidentes, obispos, directores de colegio y otras autoridades, ustedes son los héroes, los padres de la patria. Aunque ya les metieron el cuchillo por la espalda.

Para mi, lo más importante de su gesta no es la independencia como tal, en el sentido de romper con el colonialismo y como país hacerse independiente del imperio, sino el paso que ustedes dieron de constituirse como república. Lo revolucionario de la independencia no es la conquista de la libertad como país, sino la conquista de a libertad como ciudadanos.

Docenas de países se han hecho independientes de los imperios coloniales, sólo para constituirse en monarquías o dictaduras independientes, a veces aún más represivos que los regímenes coloniales. Los ciudadanos pasaron de una esclavitud a otra. El país quedó “libre”, pero no los ciudadanos...

Las celebraciones, que cada año se hacen durante el mes de septiembre poco enfocan en la verdadera conquista del 1821, la revolución democrática y los principios republicanos: división e independencia de poderes; control ciudadano sobre el gobierno; el imperio de la ley y de Constitución; igualdad ante la ley; libertad de voto y de expresión...

Hablar de estos principios no es solamente alabar la historia (la gesta histórica de ustedes), sino exige pronunciarse sobre el presente y el futuro. Es hablar de lo frágil que todavía es nuestro sistema republicano. Ustedes declararon estos principios, pero nosotros todavía estamos peleando para darles plena vida y garantizarles estricta vigencia. Sobre todo por parte del gobierno y sus instituciones...

El reciente pleito sobre la Corte Suprema tuvo como origen un ataque de una parte de nuestra clase política y gobernante (incluyendo el presidente, algunos magistrados de la Corte, una mayoría de diputados y los partidos oficiales) a los principios republicanos de la división de poderes y la independencia de los jueces. Fue un vil ataque al legado de ustedes, los fundadores de República. Un cuchillo a la espalda de los héroes nacionales. La buena noticia: Este ataque fue derrotado, porque en el país y su ciudadanía se mantiene viva y combativa la idea de la república de hombres libres que ustedes sembraron.


Los herederos de ustedes no son los actuales “padres de la patria”, sino los jóvenes que se movilizaron para defender la Constitución; los académicos que se pronunciaron mayoritariamente contra el intento de suspender el balance de poderes; y los 4 magistrados de la Sala de lo Constitucional.

En este aniversario de la independencia y de la república, las ideas revolucionarias de ustedes son más vivos en El Salvador que nunca. A pesar de los discursos huecos que los presidentes de los órganos del Estado les van a dedicar en laza pública...

Descansen en paz, padres de la patria, su legado está en buenas manos rebeldes. Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 13 de septiembre de 2012

Carta a los que se lamentan que en el país sólo hay noticias malas

Estimados amigos:
Calma: No me voy a unir a la campaña “Hablemos bien de El Salvador” del presidente de un grupo radial, que tiene como único propósito elevarlo a otra presidencia. Pero sí quiero romper con el mitos que todo está perdido en El Salvador.

Muchos dicen que nuestra economía está mal, que ya no producimos otra cosa que emigrantes. ¡Paja! Producimos y exportamos al mundo en grandes cantidades y de alta calidad: atún, elementos electrónicos, zapatos, café, plantas, ropa... Damos servicio de mantenimiento a los jets de varias líneas aéreas internacionales. Los call centers salvadoreños dan servicio a clientes de multinacionales en todo el mundo y publican cada semana anuncios buscando más empleados.

No estoy diciendo que está bien nuestra economía, porque sería mentira, igual que decir que está mal. Lo que está mal es el gobierno y sus políticas públicas. Y no sólo a partir de la llegada de Funes y el FMLN al gobierno. Ejemplo: Dos gobiernos sucesivos no han logrado poner a trabajar al puerto de La Unión. Pero 8 años de políticas populistas y mal manejo de las finanzas públicas tampoco han logrado quebrar nuestra economía. La han debilitado. Han impedido que crezca. Pero no la han vencido.

Un día de estos fui al recién inaugurado “Centro Internacional de Cáncer” del Hospital Diagnóstico. Odio ir a estos lugares. Me invitaron y no quise ir, porque no me quería deprimir. Al fin me venció la curiosidad. Por suerte no tuve que ir como paciente, sino como periodista...

La sorpresa: No salí deprimido, sino todo lo contrario. Fíjense ustedes: De repente tenemos en El Salvador el centro de tratamiento al cáncer equipado con la tecnología más avanzada de toda América Latina. Con médicos especialistas, científicos y técnicos (salvadoreños) formados en las mejores universidades del mundo. Tan buenos los equipos técnicos y humanos que ya llegan pacientes de muchos países a curarse...

Hice a los médicos la misma pregunta que ustedes se van a hacer: ¿Y qué sirve esto a los que no pueden pagar, que somos la mayoría? La respuesta: “Podemos atender a muchos pacientes que jamás podrán pagar tratamientos en otros países, porque nuestros precios, aunque son altos, son menos de la mitad que en Estados Unidos, pero de la misma calidad. Es cierto, como empresa privada no podemos resolver el problema del retraso tecnológico en el sistema público de salud. Podemos atender a algunos pacientes gratis o a tarifas reducidas, para esto creamos una fundación.” En esta línea humanitaria han analizado el caso del periodista Santiago Leiva y pueden tratar su cáncer a un costo de 20 mil dólares. En Estados Unidos sería impagable. Pero 20 mil puede asumir la comunidad de periodistas y medios...

Además ofrecen un novedoso servicio gratis: el “Centro de Cáncer Virtual”. Cada paciente de cáncer y cada médico del país puede solicitarles un análisis de sus diagnósticos y recibir una segunda opinión, hecha por una junta de especialistas.

Existen buenas noticias en El Salvador. Son la excepción en un mar de malas noticias. Pero muestran que el país, por maltrecho que esté, sigue vivo y coleando.

No hay porqué tirar la toalla, dice Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 11 de septiembre de 2012

Carta a los candidatos a presidente

Estimado Salvador, estimado Norman:
Les voy a dar un consejo que a lo mejor no les va a gustar. Lo hago de todas formas, porque así como otros dicen que lo último que se pierde es la esperanza, no quiere perder la confianza en la racionalidad.

Abro los periódicos y están llenas de fotos de ustedes dos vestidos de rojo uno, de tricolor el otro. Ustedes y todos a su alrededor. Dos partidos que se presentan al público como si fueran columnas de pinta y pega. Dos hombres como si no fueran candidatos a presidente sino a jefe paramilitar.

¿No se dan cuenta que viajando así de pueblo en pueblo están creando distancia a los ciudadanos? Más de la que ya existe, que es abismal...

Mi consejo: Quemen estos ridículos disfraces y enfrenten al pueblo dándole la cara como ciudadanos. Háganse acompañar de gente que se presenten como lo que son: mecánicos, ingenieros, profesores, amas de casa, estudiantes, empresarios, campesinos... ¡y dejen de uniformarlos! Una vez uniformada, una multitud pierde lo más rico: su pluralidad, la unión de individuos autónomas que se juntan para un fin común, no para formar una masa uniformada gritando consignas huecas.

Uniformar a los candidatos, dirigentes y a todo el partido es una estrategia tan absurda como pintar todos los postes del país.

Seguimos esperando que los partidos dejen de ser círculos cerrados, que se desmarcan de los ciudadanos uniformándose, dejando afuera a los que nunca nos vamos a poner sus cachuchas, chalecos y camisetas. Seguimos esperando que un partido se transforme de partido de activistas, militantes y cuadros en partido de ciudadanos. En partido que en vez de apostar a uniformidad apueste a pluralidad, en vez de apostarle a militantes, apueste a ciudadanos. Este partido ganará las elecciones.

¿No me lo creen? Bueno, Funes ganó las elecciones no por el mar de banderas y camisas rojas que desplegó el FMLN en 2009, sino por su camisa blanca. Y el hecho que Funes todavía, a pesar de su mal gobierno, es bien visto por la ciudadanía, algo tendrá que ver con su negación de disfrazarse y con su insistencia de presentarse como civil...

Pero la de Funes fue la decisión de un hombre solitario y su actitud confrontativa y arrogante en nada corresponde a su imagen civil. ¡Imagínense el impacto cuando todo un partido asuma vestimenta, discurso y actitud de ciudadanos! Los que se desviven por sus colores y canciones de todas formas votarán por su candidato. Todos los demás sentimos el excesivo uso de los colores como frontera que nos sigue separando de los partidos.

¿Necesitan otro argumento más? Si ustedes no se presentan como ciudadanos, tengan por seguro que Toni Saca lo hará. No porque le guste, sino porque no le conviene presentarse con la bandera tan manchada de GANA.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 8 de septiembre de 2012

Carta a los analfabetas políticos

¡Semejantes ignorantes!
El presidente de la República aprovechó su discurso ante las autoridades de Educación en ocasión del Día Internacional de la Alfabetización para anunciar un nuevo programa presidencial, que promete revolucionar la nuestra cultura. Como su gobierno ya está al punto de erradicar el analfabetismo, da el siguiente paso: la campaña “Alfabetización de Valores y Comprensión” para los retrasados líderes de la oposición.

Por suerte nuestra, el presidente tiene a la par a un vicepresidente experto en educación (y muy en especial en la educación del “hombre nuevo”). Así que asesorado por el profesor Salvador Sánchez Cerén nos comunicó: “¿De qué les sirvió a estos señores que nos gobernaron durante 20 años aprender a leer y escribir, si nunca aprendieron a interpretar la realidad y a identificar cuáles fueron sus principales problemas? ¿De qué les sirvió aprender a leer y escribir, si junto con ese aprendizaje no adquirieron los valores de la solidaridad para saber que eso que aprendieron tendría que haberles servido para combatir la injusticia y la desigualdad?”

Así que el ministerio de Educación desarrollará un programa revolucionario, que ni siquiera se ha llevado a cabo en Cuba (donde los opositores, que no entienden los cambios, fueron forzados a emigrar a Miami, o terminaron presos o en un triste “exilio interior”), sino solamente en la revolución cultural de Mao en China: la reeducación de los opositores.

El gobierno del cambio no puede simplemente tolerar que sigan existiendo (y jodiendo) lideres empresariales, políticos y de opinión que siguen oponiéndose a los cambios o incluso se proponen a revertirlos. Por suerte tenemos un presidente mucho más inteligente que Castro y Mao. Funes sabe que a los opositores no hay que reprimirlos, sino ofrecerles oportunidades de reeducación para que entiendan los cambios y dejen de joder. Dos o tres regañadas presidenciales a la semana, esto sí, pero nada de represión.

A ustedes, los analfabetas modernos en las dirigencias opositoras, se les abre una oportunidad única y generosa: Sométanse voluntariamente al programa de Alfabetización de Valores – y tal vez con esto se termina la polarización. Si ustedes sólo lograran entender los cambios que nuestro presidente está impulsando y nuestro vicepresidente promete profundizar, seguramente dejarían de oponerse al curso de la historia.


Solamente pediría al presidente que nombre, luego de tres años de no hacerlo, a un ministro de Educación de tiempo completo, para llevar adelante este proyecto estratégico. Alguien con las visiones del profesor Sánchez Cerén...

No hagan berrinche, señores Cristiani, Daboub y Quijano, aprovechen la oportunidad que les ofrece el presidente. Yo, por mi parte, me suscribo al nuevo programa presidencial, para liberarme de mi ignorancia. Quiero entender el cambio.

Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 6 de septiembre de 2012

Carta a Toni Saca

Estimado Toni:
Los líderes que se comportan como la virgencita (“Quiero, pero a lo mejor no... Por ahora no, pero tal vez más tarde...”) nunca llegan a nada. Mucho menos cuando estas actitudes de virgen tentada pero vacilante la exhibe alguien que todo el mundo sabe que de virgen no tiene nada...


Algunos piensan que esta tu táctica de mantenerse en la jugada, pero sin entrar y correr los riesgos de competir es estrategia. Déjeme decirte que la gente no lo percibe así. Te percibe como un macho que perdió las garras, perdió el partido (¡en los dos sentidos de la palabra!) y se ha vuelto nostálgico del poder, pero vacilante. Perdiste el poder, perdiste el control de tu partido. Y perdiste el respeto que muchos te tenían, cuando te escondiste detrás de un partido de perdedores como Gana.

¿Cuántas veces tú crees que puedes decir “no soy candidato... ¡por ahora!” cuando todo el mundo sabe que tu candidatura “de tercera vía” es pieza angular de la estrategia del FMLN y del hombre que está en Casa Presidencial gracias a ti? 

Tienes varios elementos poderosos en contra de tu candidatura. Las voy a poner en forma de preguntas. ¿Quién va a querer regresar en la historia, cuando la gente empieza a entender que la desgracia del país empezó precisamente con tu presidencia? ¿Quién va a apostar a políticas, cuyo fracaso ya está a plena vista: populismo, compra de voluntades, corrupción, subsidios son focalización, erosión de las instituciones que deberían controlar al Estado? Y una última pregunta: ¿Realmente los salvadoreños, angustiados por la polarización imperante, van a apostar a alguien que combina en sí los peores vicios de derecha e izquierda y las vende como “tercera vía”?


Es hora de definirse. Porque los salvadoreños, los votantes del 2014, ya se están definiendo. Lea las encuestas. Es hora de terminar el juego de escondelero y decir de qué lado estás. Si estás con el FMLN en su camino al Sistema Ortega, bienvenido sea el anuncio. Le puedes sumar votos al profesor Salvador Sánchez Cerén. Obviamente los necesita. O estás con el sistema de libertades e instituciones democráticas independientes, y entonces tendrías que apartare y dejar que la oposición lo defienda. Pero no nos siga tomando del pelo con “tal vez sí, tal vez no” y con el cuento de fantasía de la “tercera vía” y de la “despolarización”...

De paso sea dicho: Yo sí creo en la necesidad de una tercera vía, pero la va a construir la siguiente generación y no los políticos fracasados del pasado. La van a construir mujeres y hombres cansados de las virginadas de políticos que en vez de superar la polarización hacen juegos cínicos con ella. Y que además nunca se definen porque no tienen principios que los guíen.

Reflexione, Toni. Aún no es tarde. Saludos de Paolo
(Más!/EDH)

Columna transversal: La batalla por el control total de la CEL

A veces se arman grandes batallas que no tienen sentido. O parecen no tener sentido. O cuyo verdadero sentido y propósito no logramos decifrar. Esto pasa en lo militar y también en lo político. En estos casos hay que asumir que se arman para distraer la atención y para encubrir la verdadera batalla, donde a lo mejor los propósitos son inconfesables.

El caso más reciente: el asalto del presidente Funes a las autónomas. A aquellas instituciones del Estado que supuestamente gozan de autonomía del Ejecutivo, porque sirven a intereses y necesidades del Estado, no del Gobierno de turno. Por esto están gobernadas por juntas directivas plurales, donde tiene presencia el Gobierno, para coordinar sus actividades con las otras agencias del Estado; pero también la empresa privada y los sindicatos, para asegurar que estas instituciones correspondan a los intereses de la sociedad y no del Gobierno.

El presidente Funes presentó a la Asamblea un paquete de 19 reformas a las leyes que regulan el funcionamiento de 19 autónomas, todas en la misma dirección: que los representantes de la sociedad en las respectivas juntas directivas sean nombrados por el presidente de la República. Él personalmente los escogería de ternas que además en el futuro serán presentadas a Casa Presidencial no sólo por las gremiales empresariales, sino por otros grupos de la sociedad civil, abriendo la puerta a "amigos" del presidente.

La Asamblea aprobó estas reformas con dispensa de trámite, sin consultas con los sectores sociales involucrados, sin discusión ni siquiera dentro de una comisión legislativa y tampoco en el pleno. El bloque de partidos forjado por la batalla por la Corte Suprema funcionó como maquinaria.

Como era de esperar, este asalto general a todas las autónomas causó un amplio y polémico debate, sobre todo por parte de las gremiales empresariales. Nadie entendió por qué el presidente, a la hora de medio salir de una profunda crisis de institucionalidad, provocara otra confrontación, esta vez con la empresa privada. ANEP, por su parte, denunció que de esta manera el presidente estaba erradicando su presencia en las juntas de gobierno de las autónomas, acusaron a Funes de dictador, y anunciaron su retiro de todas las instancias de concertación y diálogo con el Gobierno.

Se armó una discusión sobre la "contraloría social" dentro de las autónomas, con el presidente metiéndoles goles a las gremiales, diciendo que sus representantes en las autónomas nunca habían ejercido una efectiva contraloría capaz de evitar la corrupción. Lo que en gran medida es cierto. Por su parte, el presidente y sus operadores en la Asamblea tuvieron que asumir un serio costo político, no sólo por la forma inconsulta de las reformas, sino porque era obvio que querían sustituir a los delegados de ANEP por otros más cómodos para el Gobierno o incluso con "amigos" interesados en participar del sistema de corrupción dentro de algunas autónomas.

Sin embargo, ¿cómo explicar que el Gobierno esté dispuesto a asumir los costos y riesgos de una nueva crisis de confianza, por puestos de todos modos no muy influyentes en instituciones no muy importantes como por ejemplo la Corporación Salvadoreña de Turismo, CORSATUR, o el ISTA, donde obviamente la presencia empresarial es imprescindible para cumplir sus funciones? ¿O cómo explicar que a los problemas generalizados del Seguro Social les agregan otra crisis más, excluyendo de sus junta directiva a los sectores que lo financian mes a mes?

No tiene sentido. Lo que sí tiene sentido e importancia es controlar la CEL, que siempre ha sido la caja chica (pero tampoco tan chica) de los gobiernos y presidentes de turno. En esta autónoma, en los últimos años, sí hubo cuestionamientos serios dentro de la junta directiva. Ahí sí el representante de la empresa privada ha logrado unir esfuerzos de fiscalización y contraloría con los representantes de algunos ministerios, y sólo así se explica que el presidente ya ha tenido que sustituir a dos presidentes de la CEL. En INSAFORP, si se logra desarticular la contraloría social, está en juego una reserva de unos pobres 25 millones (aportados por la empresa privada, por cierto), pero en CEL son cientos de millones cada año. En la CEL dentro de la junta directiva se cuestionaba el manejo escandaloso del megaproyecto de la presa hidroeléctrica El Chaparral, así como el endoso que la CEL hizo de sus acciones en la profitable Geotérmica a una Sociedad Anónima llamada INE, fuera del alcance de la Corte de Cuentas y otras entidades que supuestamente controlan las entidades estatales.

Para asumir el control total de la CEL y protegerse de cualquier contraloría independiente sí vale la pena pagar cualquier costo político. Ahí el divorcio con la empresa privada sí tiene sentido, porque estorba. Así que todo este paquete de reformas a 19 autónomas sólo tiene sentido como maniobra para encubrir el verdadero objetivo: control total de la CEL, de INE y de la GEO. Si sólo hubieran presentado una reforma para la CEL, todos hubieran brincado.

Por esto la respuesta de la oposición y de ANEP no fue la adecuada. En vez de llorar por cargos perdidos en autónomas con poca importancia, y donde de todos modos los directores independientes no pueden hacer mucho contra sus colegas estatales, la respuesta correcta sería: Montemos un operativo permanente y eficiente de fiscalización al pez gordo que se llama CEL. ¿Nos sacan de la junta de la CEL? Ok, vamos a movilizar los recursos financieros, humanos e investigativos que sean necesarios para vigilar, desde afuera, la CEL, haciendo uso creativo y eficiente de la Ley de Transparencia y de todos los recursos de investigación y legales.
(El Diario de Hoy)


martes, 4 de septiembre de 2012

Carta a los medios de comunicación

Estimados señores:


Sus empleados, los periodistas, están haciendo lo posible (y también lo imposible) para juntar la plata para que nuestro colega Santiago Leiva puede salvar su vida amenazada por un agresivo cáncer.

El Seguro Social ya tiró la toalla: No pueden hacer más por Santiago. Tiene que ir a Estados Unidos, donde tal vez le pueden curar.

Los periodistas de todos los medios se han bolseado a ellos mismos y a sus amigos; han hecho colectas en la calle; han organizado partidos de fútbol para ayudar a su colega. Pero por sus propias pistolas van conseguir el pisto necesario cuando ya sea tarde y lo único que habrá que cubrir son los gastos funerales...

Es hora que asuma su responsabilidad la otra parte de la comunidad periodística: los medios. Es hora que las empresas mediáticas digan: Mandemos a Santiago a Estados Unidos, a ver si la medicina avanzada le puede salvar la vida - y luego veamos cuánto costó y cómo entre todos nos repartamos la carga y paguemos el tratamiento.

La comunidad que supuestamente somos los comunicadores -periodistas, editores, periódicos, radios y canales de televisión- tiene que asumir la responsabilidad sobre la vida y la salud de uno de sus miembros.

Voy a dejar esta carta tan corta como está, porque los asuntos de decencia no necesitan más explicación.

Saludos, Paolo Lüers 
(Más!/EDH)

Nace la Fundación Humanitaria

La tregua de las pandillas y el debate que ha despertado en la sociedad sobre los conceptos de seguridad pública, prevención y rehabilitación ya han dejado claro una cosa: ninguno de estos conceptos llevaría al país a construir la paz social si la sociedad civil, la empresa privada y todos los actores de la vida nacional no asumen responsabilidad y protagonismo. Se trata de problemas demasiado complejos para esperar las soluciones solamente del gobierno.

Con este planteamiento nace la Fundación Humanitaria. Como uno de sus promotores. don Antonio Cabrales dijera en la primera aparición pública de esta idea: “Esta iniciativa ciudadana hubiera tenido que surgir hace 50 años.” Tiene toda la razón don Toni: Si la sociedad civil hubiera asumido su responsabilidad a tiempo, a lo mejor ahora el país no enfrentaría una crisis de seguridad pública, una crisis carcelaria y el terrible problema de las pandillas.

De lo anterior se deriva que el esfuerzo de la Fundación Humanitaria, aunque en esta coyuntura tenga que jugar un rol decisivo para darle sostenibilidad a la tregua y al esfuerzo todavía frágil de reducir los niveles de violencia y delincuencia en el país, va mucho más allá: La Fundación Humanitaria, que en pocos días se presentará formalmente a la nación, será un esfuerzo permanente, apolítico, independiente, abierto apersonas e instituciones de todas las ideologías y religiones con un propósito compartido: humanizar los conflictos sociales relacionados con la marginación, la pobreza, con y los fenómenos de violencia y las pandillas. Esto incluye -por lógica, por decencia y por necesidad urgente- la humanización del sistema carcelario del país.

El debate sobre la tregua de los pandilleros, sus limitaciones y alcances, ha vuelto a enfocar la atención de la nación sobre algo que por décadas como sociedad hemos obviado con una negligencia irresponsable: nuestras cárceles y su población reclusa, que se han convertido en fábricas de odio y violencia y en universidades de delincuencia. La Fundación Humanista va a retomar los principios de nuestra Constitución, del sistema internacional de Derechos Humanos y de las convicciones religiosas, que dictan que las cárceles tienen que ser instituciones que cuidan y restablecen la dignidad de las personas, con el fin de reintegrarlas a la sociedad y a la economía.

Veamos este problema desde una perspectiva más coyuntural: Parece increíble que la iniciativa de construir y consolidar la tregua, y con ella un proceso de reinserción y de paz, se haya gestionado en las cárceles de nuestro país, a pesar del hacinamiento, a pesar de que el Estado y la sociedad no están cumpliendo su deber de garantizar a los reclusos el derecho a salud, educación, inclusión productiva y dignidad humana. A pesar de todo esto y de la incapacidad del Estado (y sus sucesivos gobiernos) de cumplir con su obligación de desarrollar un sistema carcelario como nuestras leyes y la decencia humana demandan, se ha manifestado la voluntad de los pandilleros reclusos de dar pasos concretos para disminuir la violencia y para iniciar un proceso tendiente a su reinserción productiva a la sociedad.

Dada esta situación, la Fundación Humanitaria se propone convertirse en el ente que canalice y coordine los aportes de la sociedad civil y de la empresa privada para humanizar nuestro sistema carcelario y así crear condiciones para que este proceso de la tregua pueda ser sostenible y encaminarse hacia la reinserción productiva de los pandilleros, sus familias y sus entornos sociales.

En este sentido la Fundación Humanitaria va a promover proyectos de mejoramiento de la infraestructura carcelaria existente; proyectos de salud, educación, capacitación vocacional e inserción productiva dentro de las cárceles, agregados a las cárceles y en las comunidades afectados por la delincuencia y la violencia, incluyendo obviamente las víctimas y sus familiares y toda la juventud en riesgo.

Estamos hablando de una iniciativa ciudadana que obviamente va a tener que coordinar la ejecución de sus proyectos con las instancias competentes del gobierno, pero que nace y se desarrollará autónomamente del Estado. La Fundación nace con y raíces dentro del empresariado salvadoreño y de las instituciones nacionales e internacionales que trabajan o quieren trabajar en este campo.


Entre sus fundadores se encuentran personajes de gran prestigio y larga trayectoria de independencia y servicio como Antonio Cabrales, María Elena Alfaro, Francisco de Sola, Roberto Rubio, William Pleitez, Alejandro Bellegarrigue. Tengo el honor que estos representantes de la sociedad civil me hayan invitado a formar parte de la iniciativa.

Hay un malentendido que vale la pena aclarar: Como la existencia de la Fundación Humanitaria fue anunciada en la conferencia de prensa del embajador Adam Blackwell, subsecretario de Seguridad de la OEA, muchos la confundieron con otra Comisión que en esta ocasión se propuso crear: una Comisión Técnica de Coordinación entre el Ejecutivo, representado por el ministro de Justicia y Seguridad David Munguía Payés; el equipo de mediadores (monseñor Fabio Colindres y Raúl Mijango); la sociedad civil representada por nuestra Fundación (y otras que se quieran incorporar) y las agencias internacionales que quieren intervenir en el mejoramiento del sistema carcelario y en el proceso de reinserción productiva de los pandilleros y sus familias. Los promotores de la Fundación Humanitaria vemos con buenos ojos la creación de una comisión de este tipo y desde el principio de integraría en ella, siempre sosteniendo el carácter independiente, apolítico y plural de nuestra iniciativa.

Para prevenir otro posible malentendido: Lo aquí escrito no es un comunicado de la Fundación Humanitaria, sino mi razonamiento muy personal que me lleva a apostar a esta iniciativa ciudadana y a invitar a más empresarios, académicos y profesionales a incorporarse.
(El Diario de Hoy)


sábado, 1 de septiembre de 2012

Carta a los operadores clendestinos

El otro día estaba viendo el partido Real Madrid contra Barcelona, cuando alguien tocó la puerta de mi casa. Un señor que nunca antes había visto. Me dijo que me buscaba en la casa, porque en mi negocio no me había encontrado. Cuando le pregunté cómo conocía la dirección de mi casa, se rió y me dijo: Sé muchas cosas de usted, porque durante año y medio me tocó darle seguimiento. También a varios de sus amigos... y me dio tres nombres de personas que de hecho son amigos cercanos.

-¿Seguimiento?, le pregunté, ¿qué clase de seguimiento?
-Seguimiento del Estado...
-??
-Yo trabajé en el Organismo de Inteligencia del Estado y en el 2010-2011 nos encargaron investigar a usted y sus amigos.
-¿Y por qué me viene a contar esto?
-Es que luego los hijos de puta me echaron. Me dejaron en la calle sin nada. Estoy hecho mierda.

Bueno, pensé, este hombre pisto quiere. Una nueva forma de extorsión... Pero no me pidió nada. Me dijo que pensaba que yo debería saber que me habían investigado. Aunque, según él, nunca llegaron a nada. Me enseñó unas hojas de papel con apuntes: nuestros nombres, un montón de fechas, que correspondían a diferentes viajes míos y de mis amigos; direcciones. Todos datos correctos.

El hombre se fue, no sin dejarme su tarjeta de presentación: “investigaciones matrimoniales y más... 25 años de experiencia.” Sus últimas palabras: Cuídese, don Paolo. Cosa que se dice todos los días a diferentes personas. ¿Pero de la boca de un hombre de la seguridad del estado?

Luego hablé con alguien que conoce bien este sub-mundo de inteligencia. Me dijo: Paja, ningún ex-miembro de inteligencia va a contactar a alguien que ha sido sujeto de investigación. Nunca. En este mundo esto es un pecado que puede ser fatal. Simplemente no pasa.

-¿Y entonces?
-A este hombre te lo mandaron. Alguien te está mandando una advertencia: Mire, papito, te tenemos en la mira...
-¿Alguien? ¿Quién?
-Alguien que te quiere impresionar o intimidar. Alguien que no le gusta lo que estás haciendo. Alguien que se siente amenazado, ¿qué sé yo?
-¿Me decís que es paja que lo echaron de la OIE? ¿Que la misma OIE me lo mandó para asustarme? No creo.
-Yo tampoco. Pero hay grupos paralelos de inteligencia vinculado a ciertos partidos que se han llevado ex-miembros de la OIE a operar para ellos, clandestinamente.
-¿Quiénes me van a mandar este tipo de recados?
-Vaya, vos sabrás a quién estás molestando. Saca tu conclusión...
-¿Y porqué harían esto?
-Porque saben que a vos no te impresionan con insultos en internet. Que vos, cuando te tiran mierdas, las agarras y se las tirás de vuelta...

¿Este hombrecillo que me hizo perder el gol de Messi sólo fue un loco? ¿Fue realmente un ex-agente resentido que me quería hacer un favor, o es un agente activo que me quería asustar? Nunca lo voy a saber. Pero ténganlo por seguro: No estoy asustado. ¿Que me estaban siguiendo o que todavía me siguen? Adelante, si no tienen otra cosa que hacer... Sólo que la próxima vez por favor no lleguen cuando estoy viendo un partido...

Paolo Lüers  
(Más!/EDH)