sábado, 28 de septiembre de 2013

Carta a ARENA

Estimados dirigentes de ARENA:
“Quien llora ya perdió.” Palabra de mi mamá. Nunca aplicó esta sabiduría a ninguno de sus 8 hijos cuando lloramos después de un evento doloroso. No, nada de machismo, como el de mi papá, que vio a uno llorar con la pierna fracturada y decía: “Un muchacho alemán nunca llora.” No, mi mamá se refirió a llorar antes. Esto, para ella, era anticipar la derrota o la desgracia – y esto no valía...


¿Por qué les cuento esto a ustedes que dirigen un partido opositor y una campaña presidencial? Pues, para decirles que dejen de lloriquear que les van hacer fraude electoral.
No estoy diciendo que dejen de armar pleito donde hay que pararse firme. Claro que tienen que exigir al Fiscal General que no nombre a una militante del FMLN (o de cualquier otro partido) como fiscal electoral. Hagan la batalla, pero sin llorar, sin hablar de fraude. Hablen de legalidad.
Tampoco estoy diciendo que no enfrenten las payasadas de Walter Araujo. Pero enfréntenlas políticamente, desarmando sus discursos - o dejándolos caer en ridículo, pero sin adjudicarle superpoderes de fraude que no posee ni él, ni el TSE en general. Araujo ya se autodestruyó, dejen que se siga desprestigiando solito, dentro o fuera del TSE. Más bien, úsenlo como ejemplo vivo de la necesidad de reformar el Tribunal para que sea una instancia independiente, profesional y confiable. Pero no lo usen para lamentar un fraude que está fuera de su alcance.
Tampoco estoy objetando que reten al Tribunal Supremo Electoral a que compruebe la idoneidad de las empresas que contrata para la transmisión y el procesamiento de los datos electorales. Háganlo, pero con argumentos técnicos, no con fantasmas..
La confiabilidad del proceso electoral muy poco depende de las buenas o malas intenciones de los magistrados. Depende principalmente de la capacidad de los partidos de formar aparatos de vigilancia electoral fuertes, motivados, bien capacitados, muy organizados y coordinados... e incorruptibles. Esa es la garantía de la integridad del proceso electoral. Si este aparato funciona, ni Walter Araujo ni una fiscal electoral del Frente juntos pueden cometer un fraude. Ni metiendo empresas venezolanas en la parte de procesamiento de datos...
No confundan la beligerancia, que es necesaria para defender la limpieza del proceso electoral, con lamentos y lloriqueos. El que no entiende esto, se expone a la sospecha de querer matar su chucho a tiempo, anticipando que posiblemente va a perder.
Háganle caso a  la sabiduría de mi mamá. Saludos, Paolo Lüers 
@paololuers
(Más!/EDH)

Recetas abstractas de Oxford

El miércoles pasado vi en televisión a Joaquín Villalobos, mi máximo jefe durante la guerra. Un hombre que siempre he respetado por su capacidad de tomar posiciones y decisiones audaces. Un hombre sin miedo a equivocarse. Y por supuesto, se equivocó varias veces. Pero cuando acertó durante la guerra, lo hizo con mucho éxito.

Verlo analizar ahora el país, me causó una sensación extraña: Chis, me dije, así se siente la hormiga en un laboratorio, observada por científicos que quieren descifrar el sentido de sus movimientos y entender la red social en que se mueven...
Una vez firmada la paz y cuando se dio cuenta que no cabía en el mapa político partidario de la pos-guerra, tomo la decisión sabia de irse para Oxford, a estudiar y trabajar con los mejores politólogos del mundo. Hoy, transformado en académico y consultor de organismos internacionales y presidentes (México y Colombia), nos asesora a nosotros. Y de choto. Sus consejos se traducen a uno solo: Apoyen a Elías Antonio Saca. No porque les caiga bien (seguramente no le cae bien a Villalobos); no por que estén convencidos que no es corrupto (Villalobos no lo niega, aunque lo señala como la estrategia de siempre de la oligarquía de pintar de corruptos a los representantes de una tercera vía; estrategia que según Villalobos igual aplicaron a Duarte y ahora a Funes y Saca); no porque les convenza alguna de sus promesas (Villalobos ni siquiera menciona el programa de gobierno de Saca). No, Joaquín apuesta a Saca simplemente para romper la polarización, para abrir espacio para una tercera fuerza, para “equilibrar la política”. En el fondo la intención es muy pragmática: Yo nunca he logrado ni lograré abrir espacio en el sistema para una tercerea fuerza - dejemos que Saca con su ambición, su dinero y su carisma abra la puerta para que nosotros pasemos...
La tesis que el país necesita una tercera fuerza no es nueva y la compartimos muchos desde el principio de esta nueva república creada por los Acuerdos de Paz. Yo la sigo apoyando desde el año 1993 cuando salí del FMLN. 
Lo que no le compro a Villalobos es su tesis que necesitamos esta tercera fuerza a cómo dé lugar, a cualquier precio. A muchos que hemos tratado de establecer una alternativa de izquierda democrática, nos indigna la idea que ex-dirigentes como Villalobos y Dagoberto Gutiérrez ahora nos presenten a Saca como precursor de la alternativa política; y que no importa en qué pantano nazca esta alternativa - con tal que surja.
Villalobos ya está tan lejos de su país que lo ve como tablero de ajedrez, o como laboratorio de teorías políticas abstractas. Parte de su análisis es correcto (El país necesita una tercera fuerza), pero sus conclusiones son totalmente equivocadas: Hay que apoyar a cualquiera que tenga el potencial de romper el bipartidismo entre ARENA y FMLN. Puede ser Will Salgado o Tony Saca, o Mauricio Funes, o Guillermo Gallegos, o Francisco Merino. O todos estos juntos, como en el caso de Unidad. No importa su esencia populista y corrupta. No importa el corte caudillista del “movimiento”– con tal que sea “tercera fuerza” hay que apoyarla.
Y lo mismo nos dice Villalobos en cuanto al poder económico: Hay que apoyar el surgimiento de nuevos capitales y grupos financieros capaces de romper el control de la oligarquía - no importa que estén naciendo de alianzas con gobiernos autoritarios (caso Venezuela, Alba...) o de otras fuentes oscuras, por ejemplo la corrupción. No importa porque según su visión, todo capital tuvo su origen en fuentes oscuras...
Regresemos al origen de toda esta historia: Joaquín Villalobos salió de la guerra y de las negociaciones de paz como uno de los principales líderes de la izquierda no ortodoxa, no autoritaria. Fue, dentro del Frente, el polo contrario al Partido Comunista y al grupo de Sánchez Cerén dentro de las FPL. Pero fue incapaz de construir, a partir de la mayoría no comunista dentro de la izquierda, una opción política de la izquierda democrática – sea tomando control del FMLN, o sea desplazándolo con una tercera fuerza de carácter reformista. En su impaciencia y soberbia, Villalobos fue uno de los responsables de que la izquierda democrática fracasara en. Todos fallamos ante esta responsabilidad y oportunidad histórica, no sólo Villalobos. Unos por impaciencia y soberbia, como Joaquín, otros por indecisión, miedo de separarse de la liturgia revolucionaria, o oportunismo.
Y ahora viene el hombre de afuera, con mucho nuevo bagaje intelectual, pero lastimosamente con recetas abstractas. Su discurso está abstrayendo de la realidad: Trata de vendernos como la tercera fuerza que durante 20 años no supimos construir un movimiento basado en el pacto perverso de tres partidos desprestigiados que quieren regresar al poder, y que para este fin se ponen a disposición incondicional de un caudillo, bajo la consigna: Unidad es Saca. Saca es Unidad... Imagínense: un ex-estratega insurgente y ahora miembro de la elite de Oxford apostando a un caudillo sostenido por una coalición de corruptos y derrotados...
Con todo esto, Villalobos por lo menos legó a una conclusión correcta e importante: Ya no se trata de desplazar al FMLN con un partido de izquierda democrática, sino de fomentar el proceso gradual pero inevitable de transformación del Frente en una izquierda plural, abierta y democrática. Pero extrañamente no logra ver la misma verdad en la derecha: No se trata de desplazar a ARENA, mucho menos con una “tercera fuerza” que reunifica lo peor de la historia de las derechas salvadoreñas, sino de fomentar la transformación de ARENA en una derecha plural, abierta y democrática.
Anda perdido, comandante.
(El Diario de Hoy)

jueves, 26 de septiembre de 2013

Carta al senador Patrick Leahy

Estimado senador:
Ya recibió una carta abierta que le dedicó mi amigo y colega Federico Hernández Aguilar en este mismo Diario. Leyendo esta carta, me provoca agregarle otra misiva complementaria. No para defender mi terreno como escribidor de cartas -nadie tiene monopolio de escribir a los poderosos-, sino simplemente porque hay un par de cosas importantes que hasta ahora nadie le ha dicho a usted.


Mi colega ya le dio las explicaciones pertinentes sobre las dificultades que tiene nuestro señor presidente de entrar en debate con quienes osan de criticarlo. Tengo nada que agregar y nada que quitar a esta parte de la carta de Federico.
Usted tiene todo el derecho de expresar dudas y críticas a nuestro país y su gobierno. Por supuesto. Incluso, como senador, tiene todo el deber de analizar la situación de nuestro país antes de aprobarle un donativo que pagarán sus contribuyentes. Pero como formador de opinión pública y de debate tengo el derecho (y tal vez el deber) de señalar cuando sus declaraciones demuestran que está mal informado. Claro, es inaceptable que esto lo diga el presidente al senador de una nación que nos apoya... Pero algún beneficio tiene que tener no ser presidente y poder hablar francamente, incluso con senadores.
Como ya le hizo saber Federico: Todos estamos de acuerdo que usted señale los graves peligros que aquí enfrentamos en cuanto a la institucionalidad democrática y la independencia de los órganos del estado. Federico y este servidor lo hemos señalado en incontables columnas. Gracias por su apoyo en esta lucha. Y gracias por informase bien sobre el asunto, y no sólo escuchar a nuestro gobierno.
Pero usted está mal informado en cuanto a otros problemas que usted señala y que pueden ser razones para no aprobar el proyecto Fomilenio 2. Las agencias de seguridad de Estados Unidos (y algunos periodistas como Douglas Farah y Héctor Silva) le informaron mal: No hay una creciente influencia de los cárteles del narcotráfico en El Salvador, por la simple razón que nuestro país, diga lo que diga la DEA-CIA-ICE-FBI, no forma parte de las rutas principales de la droga en su camino de Suramérica al Norte.
Y tampoco es cierto, digan lo que le digan sus “contactos”, que la presencia del ministro de Defensa David Munguía Payés ponga en duda el compromiso de nuestro país de combatir el narcotráfico. Los pecados del ministro son diferentes: Primero es militar, y sabemos que a usted no le gustó cuando lo nombraron ministro de Seguridad; y segundo: Es de los funcionarios que han rebatido la tesis de los anteriores ministros (y de Estados Unidos) que el crimen organizado internacional relacionado al narcotráfico sea el principal problema de Seguridad en nuestro país, y que las pandillas sean parte de este problema.

Yo sé que usted recibe reportes (algunos de ellos también los recibimos aquí, otras serán confidenciales) que dicen todo esto. Por esto no digo que usted está distorsionando la verdad. Pero insisto: Usted está mal informado en esto dos puntos. Estoy seguro que a raíz de este debate, usted hará lo responsable: Pedir otros informes, poner a su staff a analizarlos, y llegar a una evaluación más realista de los peligros que enfrenta nuestro país. Al hacer esto, usted podrá dar un aporte esencial para conseguir que los apoyos de Estados Unidos sean mejor dirigidos para ayudarnos a resolver nuestros reales problemas.
Gracias por preocuparse de nosotros. Paolo Lüers 
(Más!/EDH)

martes, 24 de septiembre de 2013

Carta a "los cuatro magníficos"

Estimados magistrados de la Sala de lo Constitucional:
Así que admitieron un recurso que quiere abolir la ley de amnistía y llevar a las cortes los crímenes cometidos en el marco de la guerra. Yo, como siempre defiendo a ustedes, dije inmediatamente: Tranquilitos, admisión de un recurso no significa su aceptación. Puede ser que lo admitieron con la intención de limpiar la mesa y declarar, de una vez por todo, constitucional la amnistía...

Bueno, lo mismo dije --tengo que confesar mi error-- cuando ustedes admitieron el recurso contra el nombramiento de David Munguía Payés como ministro de Justicia y Seguridad, y de Francisco Salinas, como director general de la PNC – no por actos inconstitucionales, sino por haber sido militares. Y ustedes fallaron contra ellos, descabezando, de un solo tajo, al gabinete de Seguridad. Quitaron las dos cabezas que habían logrado comprender y cuidar la oportunidad histórica que se había abierto al país con la decisión de las pandillas de acordar una tregua entre ellas y dar los primeros pasos en el proceso de su reinserción a la vida productiva y el estado de derecho. Todavía pienso que atentar contra la tregua no fue su intención, pero ciertamente fue la consecuencia. La gran paradoja: La política de Seguridad no puede estar en manos de militares, aunque propongan soluciones civilizadas, pero sí en manos de civiles, aunque regresen a políticas represivas que ya sabemos que no dan soluciones...

Optimista que soy (y además fiel defensor del esfuerzo histórico que ustedes hacen para establecer la independencia del órgano judicial) vuelvo a depositar mi confianza en su sensatez y responsabilidad. Francamente, no me puedo imaginar que ustedes querrán demoler uno de los pilares del proceso de paz, de reconciliación y de la reconstrucción conjunta del país: la amnistía. A la hora de analizar el recurso que tienen sobre la mesa, ustedes tienen que tomar en cuenta que la amnistía es mucho más que la ley que ahora solicitan abolir. La amnistía es la capacidad y voluntad de entenderse mutuamente, incluyendo los errores y abusos de cada uno. La amnistía es la esencia no sólo del cese de la guerra, sino de la reconciliación y de la incorporación de la guerrilla y de los paramilitares a la vida política. La amnistía es la base de un acuerdo entre las dos partes beligerantes de no sólo dejar de matarse, sino de dejar de verse como enemigos y comenzar a trabajar juntos para crear una sociedad donde quede erradicada la violencia como método de llegar o defender el poder político.
Es inconcebible que alguien sensato quiera destruir esta concepción de la amnistía. Tal vez encuentren fallas legales en la ley de amnistía aprobada en el 1992. Bueno, repárenlas, si lo consideran pertinente. Pero sin demoler la base sobre la cual tenemos ya 20 años de convivencia. La amnistía es la regla básica baja la cual todos nos metimos en este juego de la democracia. Las reglas se pueden perfeccionar, pero no cambiar de fondo.
En este país, en esta situación específica de transición de la guerra a la paz en El Salvador, tomamos la decisión de decretar esta forma de amnistía. Escogimos un camino diferente que en otros países. Tal vez en Sudáfrica encontraron una fórmula más justa de equilibrar la paz con la justicia. Pero no podemos reescribir nuestra historia 20 años después, y ciertamente no con una sentencia de la Sala de lo Constitucional.
Confiando en su sabiduría, les saluda Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 19 de septiembre de 2013

Columna transversal: El campanazo

En el invierno de 1986, en una de las frecuentes invasiones de la Fuerza Armada a los territorios guerrilleros de Morazán, evacuamos el campamento de la Comandancia del ERP y de Radio Venceremos cerca de Perquín; y mientras las unidades de la Brigada Rafael Arce Zablah buscaron el combate con los batallones especiales y las unidades helitransportados, nosotros fuimos a una de nuestras famosas ‘guindas’: hacerse invisibles, burlar el cerco tendido por las tropas del gobierno, montar la radio en otro lugar - y transmitir. Nuestra función no era combatir, sino evadir el combate y seguir transmitiendo. Y la función del Chele German era: sacarnos lo más rápido a zonas seguras. En el mejor de los casos, sin topar con el enemigo. Si fuera necesario, German y su pequeña escuadra de combatientes se encargarían a romper el cerco y abrir un brecha para que nosotros pasáramos...

Esta vez la ‘guinda’ nos llevó bordeando el pueblo de Torola y de ahí adentrarnos a una montaña cerca de la frontera de Honduras. Toda esta zona estaba saturada de tropas del ejército que paulatinamente estrecharon el cerco. Nosotros pensamos que ya habíamos salido del cerco, y que solamente tendríamos que alejarnos lo más posible en esta misma noche, para llegar a tierras seguras. Pero de repente nos topamos con otras tropas – el ejército había tendido otro cerco adicional más amplio. Para no chocar, nos refugiamos en el cañón profundo de una quebrada. La orden: silencio absoluto. Porque si nos detectaban, nos tenían en una trampa mortal: sólo cerrarían las dos únicas salidas del cañón y dejarían caer granadas desde arriba, y adiós comandancia del ERP, adiós Venceremos - y adiós Paolo...
Comenzamos a bajar en la absoluta oscuridad. Lámparas apagadas. Las rocas se volvieron más lisas con cada bota que las pisaba. Adelante de mi caminaba uno de los logísticos que llevaba sobre su lomo uno de los grandes peroles de nuestra cocina. De arriba se escucharon voces de los soldados. No eran voces de mando, estaban platicando, no nos habían detectado. De repente, a media bajada, me deslicé en una piedra, perdí el equilibro, me caí y pegué con el fusil al perol - como si fuera mazo de campana. Sonaba un campanazo que pensaba que se escuchaba hasta San Francisco Gotera...
Toda la columna se paró. Siluetas congeladas. Otra vez, silencio total. Todos me estaban viendo como para decir: Nos mataste, cabrón. Quería desaparecerme, antes de que se desatara el desmadre. Esperé disparos, explosiones, granadas. Pero nada.
German, moviéndose como si fuera culebra, regresó de la cabeza de la columna hasta la cola donde estábamos. Dando instrucciones mudas al oído de cada uno. “Dame tu mochila y tu fusil”, me susurró. “Avancen lentamente. Quedaditos.”
Llegamos al fondo del cañón. Cada uno se buscó una roca para sentarse. Espera. Tiempo muerto. Más adelante, German susurrando con Joaquín y los otros del mando. Otra vez vino German donde nosotros: “Estamos rodeados, pero no saben que estamos aquí. No podemos amanecer aquí, nos detectan. Vamos a sacar al jefe. Ustedes quedan pendientes. ¿Entendido?” Entendí perfectamente. Para sacar a Joaquín iban a romper fuego, agarrarlos por sorpresa, y salir. ¿Cómo saldríamos nosotros? Quien sabe. A lo mejor no saldríamos...
Nadie tuvo ninguna duda que la decisión era correcta. Había que sacar al jefe. Había que tener claras las prioridades. Si tratáramos de salir todos de un sólo, no habría ninguna garantía de poder sacar a Joaquín. Bueno, hasta aquí llegaste, pensé. Al fin, esta guerra sí es conmigo. 
German y su gente, rodeando a Joaquín Villalobos, comenzaron a avanzar hacía la otra salida del cañón. Los perdimos de vista. No pudimos hablar. Nos comunicamos con gestos y miradas. Despidiéndonos. Haciéndonos ánimo uno al otro.
Cada rato tenía que romperse el fuego y armarse el combate. Sólo que nosotros no íbamos a combatir. Los soldados no tendrán que entrar al cañón, solo regarnos con granadas y ráfagas desde arriba.
Hernán Vera “Maravilla” se acercó y me dijo al oído: “Enano, la pasamos bien en esta guerra, ¿verdad?” Le dije: “Fantástico, aunque no me gusta mucho el final de la película.”
No hubo final. En vez de disparos y bombazos, de repente hubo truenos, relámpagos y una tormenta de estos diluvios que en aquellas montañas se arman de un segundo al otro. Y bajo esta tormenta, que hizo que los soldados buscaran cobertura en un bosque cercano, salimos uno tras otro del cañón de la quebrada, del cerco enemigo y de la zona de peligro. Me caí tres veces más en esta marcha, pero no importaba, ya que nadie escuchaba nada bajo esta tempestad. Dicen las malas lenguas que esta noche Joaquín decidió que mejor me sacaran del frente, antes de que matara a todos...
Posdata: Bienvenido, Joaquín, en el ring de los plumíferos y polemistas. No me gusta el medio que escogiste (La Pagina), pero lo mismo dirás vos del mío... Argumentemos.
(El Diario de Hoy)

Carta a Hugo Barrera

Estimado don Hugo:
Fue más bien un telegrama escueto que le mandé el otro día, diciendo que se tardó mucho, tal vez demasiado, en hablar la verdad sobre lo que pasó en el gobierno de Elías Antonio Saca.

Creo que es necesario ampliar y profundizar. No puede ser que esto de los 40 millones del MOP sea todo lo que usted sabe. Ni tampoco que usted sea el único que tenga información relevante. ¿Qué pasa con quienes renunciaron al gabinete de Saca porque no querían ser parte de esta forma de gobernar? Se fueron, se callaron, y hasta la fecha mantienen el silencio. Otros se se quedaron en el gobierno hasta el final del quinquenio, pero luego acuerparon la decisión del nuevo COENA, dirigido por Freddy Cristiani, a expulsar a los que habían corrompido al partido y al gobierno.

Le pregunto, don Hugo (y a todos los demás que compartieron el gobierno con Elías Antonio Saca): ¿Y los fondos de la CEL? ¿Y la privatización de la GEO, formando una sociedad anónima llamada INE SA de CV, que maneja las ganancias de la geotérmica -- sin rendición de cuantas a nadie más allá de la junta directiva de CEL?  ¿Y las famosas transferencias de todos los ministerios a Casa Presidencial? Por lo menos los ministros de Hacienda deben saber qué pasó con estos fondos. Uno de ellos entró luego al gabinete de Funes, el presidente que siempre habla de la lucha contra la corrupción, pero nunca habló de lo que pasó en el gobierno de Saca...
Regresemos con usted, don Hugo. De todos modos ya tiene encima dos denuncias por calumnia, por un total de 6 millones. Me imagino que dentro de esta tarifa cabrá mucho más información, de más casos, de otros millones...
La ciudadanía espera que, una vez que alguien (por estrategia o por mal cálculo) abrió la Caja de Pandora, salga toda la ropa sucia. Y si alguien de ustedes siente que hablando se metería en problemas legales, porque estaría reconociendo complicidad o encubrimiento de actos de corrupción, repito lo mismo que dije a Jorge Nieto: Pongan todo sobre la mesa, conviértanse en testigos en el proceso necesario para limpiar la política salvadoreña.
Y otra cosa: Expliquen, con toda transparencia, porqué y cómo expulsaron al ex-presidente Saca. Yo sé es un capítulo doloroso de la historia de su partido, pero será la única forma de recuperar credibilidad - no sola de su partido, sino de la política en general. Sin una profunda autocrítica, no habrá un futuro libre de los pecados del pasado. Y que nadie trate de insultar la inteligencia de los ciudadanos: Los pecados no han sido exclusivos de un hombre. Son pecados de una institución, de una cultura política, que ha permitido que una cúpula inescrupulosa cometa abusos.
Pero todo esto, don Hugo, usted lo sabe mejor que yo. Sólo hace falta la audacia de decirlo. Y usted tiene fama de audaz.
Saludos de Paolo Lüers
(más!/EDH)

martes, 17 de septiembre de 2013

Carta al doctor Quijano

Estimado Norman:
Declárese culpable, pague la multa, ¡y ya! De todos modos, no robó nada - a diferencia de otros. Nadie le acusa de esto, no tomando en cuenta los spots de GANA que nadie toma en serio... Ustedes pasaron medio millón de dólares de una gaveta de la caja municipal a otra, cubriendo una necesidad legítima de la alcaldía, pero para la cual no eran autorizados estos fondos. Es como el hijo que gasta en chuchería la mesada que tiene para el bus. No como el hijo que le roba pisto a la cartera de su mamá...


A usted le investigan por malversar fondos. La definición de malversar es: Apropiarse o destinar los caudales públicos a un uso ajeno a su función. Usted no se apropió de nada, pero sí destinó fondos de FODES a un uso ajeno a su función, la reforma del catastro. Declárese culpable. No es nada lesivo al honor hacerse cargo de una decisión administrativa equivocada, además ya corregida. Los fondos ya fueron devueltos a la gaveta correcta. La Corte de Cuentas le tiene que multar, usted y sus concejales pagan la multa, y le tienen que dar su finiquito...
Dejen de inventar sobre un caso relativamente sencillo – y poco relevante. Concentrémonos en los casos donde se ha sobornado, donde se ha robado, donde se ha hecho daño al patrimonio nacional.
Pero ahí también le tengo que decir: No se llene la boca de promesas que no podrá cumplir. Usted ya casi suena como Funes en el 2009: ¡Voy a echar presos a los corruptos de este gobierno! Cuidadito, no prometa lo que no puede cumplir. Y nunca saque la pistola si no está dispuesto a disparar – y sin estar seguro si el arma funciona y está cargado.
Lo que un presidente puede (y debe) hacer es crear las condiciones institucionales para que la fiscalía y los tribunales hagan justicia. No queremos ningún presidente para echar preso a sus adversarios. No es la función de un presidente. Queremos un presidente que construya una institucionalidad donde los poderes funcionen y, de manera independiente y profesional, cumplan sus tareas: investigar, acusar, condenar. No por orden del presidente, sino por orden de la Constitución. Suficiente con un presidente que se hizo el ridículo amenazando con echar preso a un montón de del gobierno anterior, para luego aliarse con ellos...

Ya que le estoy dando consejos no solicitados: No caiga en el oportunismo de cortejar al senador Patrick Leahy, solo porque ahora critica al gobierno de Funes. Es un error pensar que todos los enemigos de nuestros enemigos sean nuestros amigos. Leahy critica a Funes y el proyecto Fomilenio II con argumentos equivocados, queriendo imponer al país (y a su próximo presidente) a la fuerza del chantaje las políticas de seguridad pública de Estados Unidos - que giran alrededor de su fracasada guerra contra del narcotráfico, no alrededor de los problemas nuestros. Y aunque cueste admitirlo: Funes tiene razón en rechazar esta intromisión de Leahy. Hace un par de meses, Leahy nos quería obligar a extraditar a los oficiales salvadoreños para que sean enjuiciados en Madrid. Ahora exige a Funes que despida al general David Munguía Paeyes. ¿Por qué? Porque para Leahy y Cia. el general fue un obstáculo cuando ofreció a los oficiales protección en un cuartel -- y porque es obstáculo hoy, cuando quieren supeditar nuestra política de seguridad pública a los lineamentos del aparato de seguridad nacional de Estados Unidos.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 14 de septiembre de 2013

Carta a los implicados en el caso MOP

Esta vez estoy en un gran dilema: Por reclamo popular esta carta tiene que ser sobre el robo en el MOP bajo el gobierno de Saca, ¿pero a quién mandarla? Tal vez a Jorge Nieto, el hombre que cometió el error de su vida cuando aceptó la solicitud del presidente Saca de hacerse cargo de la misión imposible de ordenar y limpiar la escena del crimen en el MOP, luego de que por presiones públicas tuvieron que sustituir al ministro Gutiérrez. ¿Qué le diría a Jorge Nieto, a quién hoy quieren joder para que el escándalo no salpique a Saca? Le diría: don Jorge, hágase cargo de sus delitos de encubrimiento del robo durante la administración Saca. De todos modos, son menores a la par de los verdaderamente responsables. Destape todo. Tal vez va a la cárcel, o tal vez le dan el beneficio de “testigo criteriado” -- pero tendrá la satisfacción que los culpables paguen sus delitos.
O mejor escribo la carta a Hugo Barrera, otro ex-ministro de Saca, quien tuvo la decencia y los huevos de decir la verdad: “El ministro Gutiérrez me dijo que sacó 40 millones por órdenes de Saca y las entregó al presidente.” ¿Que le diría a don Hugo: Algo tarde habló, pero por lo menos rompió el silencio cuando el golpe iba a caer injustamente al menos culpable, que es Jorge Nieto. Usted paró la pelota y la tiró con fuerza al campo de Saca, donde pertenece. Como para decir: Tiren este vergazo al dueño del circo, no al mago que contrataron para hacer invisible el robo...


Bueno, mejor hubiera sido tener el valor de denunciar esta corrupción cuando el responsable estaba en la cima del poder y usted su ministro. Pero esto, lamentablemente, nadie de ustedes lo hizo. Buen, por lo menos tuvieron la decencia de luego limpiar el partido y darles a Saca y sus hombres la baja deshonrosa...

¿O debería escribir directamente al ex-presidente Saca? ¿Que le diría? No puedo creer que usted pensó que alguien podría abrir esta caja de Pandora y que sólo saliera la parte de la verdad que no le involucra a usted y su candidatura. Una vez abierta la cajita, saldrán todos los demonios -- y esto en la fase más crítica de su campaña cuando tiene que decidir si sigue o mejor se aparta, hoy que en las encuestas comienza a bajar. Piénselo bien, don Elías Antonio...

¿Y si escribo al fiscal general? Tal vez para preguntarle: ¿Y por qué ahora, en medio del debate en Estados Unidos sobre darnos o no el pisto para Fomilenio II – y en la fase decisiva de la campaña presidencial? O para hacerle la otra pregunta de rigor: ¿Por qué enfocar la investigación en Jorge Nieto y no en David Gutiérrez y su jefe? Le felicito por haberse atrevido a tocar el caso MOP que sus predecesores prefirieron engavetarlo. Pero me imagino que usted llegó a la sabia conclusión que no puede enfrentar a todos los poderes de un solo. Así que agarró suavemente una pita, aunque no sea la principal, sabiendo que al jalarla se desenredará todo el nudo de corrupción de todo el quinquenio. Y después le podrá decir a Saca y su protector Funes: Ni modo, saldrá de mi control...

A todos ustedes les digo: Que bueno que la caja de Pandora de la corrupción al fin se haya abierto. Por suerte, al fin siempre sale todo. Así como en la “investigación” que el FMLN mandó a hacer en la Asamblea Legislativa al convenio CEL-GEO-ENEL, con el único propósito de distraer la atención de la verdadera corrupción en la CEL, que se llama INE, Chaparral y ampliación de la presa 5 de noviembre -- todo bajo la guardia de los presidentes Saca y Funes. Al fin saldrá todo. La ciudadanía ya no permite que alguien deje escapar solo el pedazo de la verdad que le conviene para joder a otro, y que luego vuelva a tapar la caja de Pandora, antes de que salga el resto que le puede salpicar a él mismo...

Que bueno que así sea. Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 12 de septiembre de 2013

Tiro por la banda

En el billar hay una técnica que se llama ‘jugar por la banda’. O cuando es aun más sofisticado: ‘jugar por doble banda’. Esta técnica también se practica cuando se junta, en un sólo juego, el periodismo y la política, en el campo que tienen común: la opinión pública.

Veamos: Unos periodistas, quienes a la vez figuran como investigadores y analistas, comienzan a correr en Estados Unidos ciertas informaciones y las subsiguientes tesis. Por ejemplo: Que el narcotráfico y sus carteles internacionales están teniendo “cada día más presencia en El Salvador”. Que están detrás de la tregua. Que han infiltrado “altas estructuras” del gobierno y sus aparto de seguridad...
En Estados Unidos, donde existe la mala costumbre de ver a los países de Centro América principalmente como países de tránsito de la droga del Sur al Norte, caen en tierra fértil estos análisis y reportes. Sobre todo cuando sus autores, como Douglas Farah y Héctor Silva Ávalos, tienen años de cultivar buenas relaciones con ciertas oficinas de congresistas, senadores, tanques de pensamiento y agencias relacionadas a la guerra contra las drogas. El último, durante dos años, cultivó estas relaciones desde su cargo en la embajada salvadoreña en Washington.
El influyente senador Patrick Leahy, uno de los líderes demócratas siempre pendientes de El Salvador y miembro influyente del comité que aprueba o rechaza proyectos de cooperación con El Salvador (incluyendo los fondos de Fomilenio), comienza a preocuparse. Demasiado consistente han sido las advertencias de Silva, Farah y otros, no sólo en sus reportes publicados, sino también en pláticas directas con la gente de sus staff. Al senador, quien en estos días tiene que evaluar la solicitud de Fomilenio II para El Salvador, le entran dudas. Le han dicho nada menos que David Munguía Payes, el hombre que como ministro de seguridad creo las condiciones para que se gestionara la tregua entre pandillas, podría tener relaciones con el crimen organizado...
El senador no ha dado ninguna declaración pública sobre el tema, pero de “fuentes cercanas a su oficina” se filtra que existen tres razones que lo tienen al punto de vetar el Fomilenio II: el senador siente que el gobierno salvadoreño no está combatiendo debidamente al crimen organizado relacionado con drogas; el senador exige la remoción de David Munguía Payes, ahora ministro de Defensa; y el peligro existente para la independencia de la Corte Suprema. Sólo sabemos de esta nueva posición del senador Leahy, porque Héctor Silva Ávalos, quien dice disponer de información confidencial de la oficina de Leahy, lo afirmó en su nota publicada en La Prensa Gráfica el día 10 de septiembre.
Vean la belleza de este tiro a banda: La oficina de Leahy usa a Silva como una de sus fuentes para “informar” al senador sobre un presunto auge del crimen organizado en El Salvador, sobre el posible involucramiento de Munguía Payes, y sobre la tregua como producto de la decisión de las pandillas a apostar al narcotráfico -- y luego este mismo periodista se convierte en el canal para filtrar la “información” que el poderoso senador está al punto de vetar el Fomilenio II, y que la permanencia de David Munguía Payes en Defensa es una de las objeciones que tiene...
Pongo “información” entre comillas, porque es supuesta información, si no desinformación. No existe ningún indicio, mucho menos prueba, que en El Salvador esté creciendo el narcotráfico, ni tampoco que en el país se hayan atrincherado y incrustado en el Estado organizaciones del crimen organizado multinacional. Esto ha sido la tesis de los anteriores responsables de seguridad, tanto de ARENA como del FMLN, para distraer la atención de su aparatoso fracaso frente al fenómeno delincuencial mucho más importante del país: el accionar de las pandillas, y la violencia que genera.
Se sabe que más del 90% de la droga que transita del Sur al Norte, pasa por la ruta del Caribe y sólo una mínima parte por El Salvador.
Lo que algunos medios y algunos funcionarios llaman los carteles salvadoreños (los Perrones y el grupo de Texis) no son más que redes de contrabando y contratistas de transporte, que ciertamente merecen ser desmanteladas, pero de ninguna manera son responsables de la violencia endémica que tiene paralizado el crecimiento económico del país.
Tampoco existe ningún indicio que en los 18 meses de haber puesto en marcha la tregua y los acuerdos locales de crear “Municipios libres de Violencia”, las pandillas MS13 y Barrio 18 se hayan transformado en socios del narcotráfico internacional. Ni siquiera una tendencia en esta dirección es visible. Muchos hablan de esto, incluyendo el nuevo ministro de Seguridad -- pero nadie ha mostrado ni la sombra de una prueba.
Mucho menos existe un sólo indicio que el general David Munguía P. podría estar vinculado con actividades ilegales. Es un invento que como insinuación ha ventilado Douglas Farah en reuniones privadas, y que ha sido repetido de manera irresponsable, infame e intransparente -- hasta que al fin llegara a oídos del senador Leahy. Y este señor, sin molestarse a exigir pruebas, lo toma como base para amenazar con objetar un proyecto de la importancia de Fomilenio II.
La única fuente pública que filtra los interiores de la oficina del senador Leahy (el periodista salvadoreño y ex-funcionario de la embajada en Washington Héctor Silva Ávalos) reiteradamente ha exagerado los peligros del narcotráfico para la institucionalidad de El Salvador. Ojala que ahora nada más sea nuevamente Silva exagerando, esta vez el peligro de un veto contra Fomilenio II. Pero, ¿con qué intención? No creo que su interés sea la suspensión de Fomilenio II. Más bien me parece el intento de desacreditar a David Munguía Payes -- y a través de él a todo el proceso de reducción de violencia iniciado con la tregua. Me provoca la pregunta: Y este proceso, ¿a los intereses de quiénes está haciendo tanto estorbo este proceso? Esa es la pregunta del millón...
Que en este juego hayan logrado enrolar al senador Leahy, un tradicional crítico al aparato de seguridad nacional y sus estrategias, es la parte irónica de esta triste historia.
(El Diario de Hoy)

Carta a los periodistas y medios

Estimados colegas:
Me da pena ajena: El gremio entero de valientes periodistas y poderosos medios dejándose restringir su trabajo informativo por el gobierno – ¡y ni siquiera exigen o protestan!

El nuevo ministro de Justicia y Seguridad decretó hace dos meses que bajo su mando ningún medio tendrá permiso a entrar en las cárceles. ¿Y la transparencia? ¿Y la lucha incansable de los medios por la transparencia? Nadie pega el grito al cielo. Desde que Perdomo asumió el ministerio, hemos perdido el derecho de examinar y transparentar la situación crítica en los centro penales. Hemos perdido el derecho de entrevistar a los dirigentes de las pandillas recluidos en los penales. Puede estar dentro de las facultados del ministro prohibir que los reos convoquen conferencias de prensa en los penales o que salgan a participar en espectáculos o actos públicos fuera de las cárceles. Pero otra cosa diferente es que un ministro decrete un total embargo informativo que imposibilita saber qué piensan sobre la tregua sus principales protagonistas - y esto en el momento en que el país trata de entender si la tregua colapsó o si sigue funcionando.
Desde que se gestionó la tregua, hace año y medio, ustedes han criticado incansablemente la falta de transparencia alrededor de este proceso. En algunos casos con razón, en otros casos ustedes han escondido detrás de esta queja la propia indiferencia: en vez de visitar a los penales y las comunidades y topar a los pandilleros con sus preguntas, dudas y críticas, se quejaron de la falta de transparencia de los mediadores y del gobierne...
Como periodista que ha cubierto diferentes tipos de conflictos bélicos y políticos, aprendí varias lecciones. Una de las básicas: Donde el gobierno te niega acceso, hay historias interesantes...
Los eventos de julio y agosto de este año, con focos de violencia que nuevamente rebrotan en varios municipios, con un nuevo ministro de seguridad hablando de “privilegios” que ya no está dispuesto a dar a los pandilleros en las cárceles, ¿cómo todo esto no despierta la curiosidad de la prensa a ver qué pasa en las cárceles? Realmente, estimados colegas, ¿no quieren saber qué dicen los dirigentes pandilleros que lanzaron la tregua sobre los problemas que su implementación obviamente enfrenta en las comunidades?
Los entrevistadores de televisión que el año pasado se pelearon por ir a los penales y entrevistar a los pandilleros, ¿realmente han perdido el interés, precisamente ahora que está en juego la tregua en medio de la campaña electoral y de la ausencia de una posición clara del gobierno? No puede ser.
Tampoco los he visto a investigar qué asa en los municipios donde los alcaldes han firmado acuerdos locales con las pandillas y las comunidades para reducir la violencia. Ustedes escriben sobre el pleito sobre el uso que los alcaldes hacen de los fondos PATI  para implementar estos planes de pacificación, pero no veo los reportajes sobre los proyectos de reinserción que están en juego con este pleito.
Mientras no vea estas investigaciones y reportajes, y mientras no veo a ningún medio peleando con Ricardo Perdomo sobre su embargo informativo, no me hablen de transparencia.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 10 de septiembre de 2013

Carta a Mario Valiente

Estimado diputado:
Se hizo el valiente, señor Valiente. Dijo que si a Norman Quijano lo sacan de la carrera “por razones turbias, vamos a tener otra guerra y yo seré el primero en agarrar el fusil.”
Luego, cuando todo el mundo le reclamó esta bravuconería, trató de explicarse y a la vez a suavizar su posición: Sólo quería llamar la atención al peligro que surja la misma situación que nos llevó a la guerra...

Bueno, don Mario, tiene toda la razón: Cuando en los años 1979, 1980 y 1981 en El Salvador se cerraron todos los espacios democráticos y la gente perdió la esperanza de poder cambiar las cosas haciendo uso del voto, miles de gente agarraron un fusil – ¡y comenzó la guerra! Pero no fue usted, don Mario. Los que hicieron uso del derecho a la insurrección porque no encontraban otra vía de expresarse políticamente no fueron ustedes que luego fundaron ARENA. Los que agarramos los fusiles para conquistar las libertades de expresión y de organización fuimos otros.

Usted, don Mario, no sé si en algún momento agarró un fusil. Si lo hizo, mejor no hable mucho de esto, porque habrá sido en circunstancias poco confesables.

Cada uno hizo en la guerra lo que estuvo convencido que tenía que hacer para evitar que el adversario ganara y estableciera un régimen antidemocrático. Hasta que todos llegamos a la conclusión que la único solución era conversar y negociar un acuerdo que garantizara la democracia. Esto es lo que hicimos, y sobre esta base todos juntos reconstruimos el país y construimos la institucionalidad democrática.


Que no es perfecta. Todos lo sabemos. Pero que ofrece vías legales y caminos jurídicos y políticos de defender la democracia. Hablar de fusiles, en este contexto, es una locura. Y en su caso, es la peor defensa que puede hacer de su candidato.

Le recomiendo, don Mario, que no siga enredándose en este asunto. Hay una salida muy sencilla, que cuesta coraje civil, pero puede ser hasta popular: Decir que metió la pata en el calor del debate político. Arrepentirse. Reconocer la cagada. Pocos políticos hacen esto.

Si con algo no hay que jugar es la paz. Tenemos cualquier tipo de violencia, pero hemos lograda erradicar de este país la violencia política. La sociedad no la permite. Y si alguien en broma, con los tragos, o al calor de un debate sobrepasa esta raya y toca este punto neurálgico, le toca pedir perdón y reafirmar su compromiso con la paz. Le ha tocado al FMLN, cuando un par de sus militantes agarraron un fusil y mataron a dos policías. Y lo ha hecho. Ahora le toca a usted.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 7 de septiembre de 2013

Carta al hombre del maletín tricolor

Estimado fantasma:
Por insistencia de Sociedad Civil y sus trols voy a escribirle a usted, “el hombre del maletín tricolor”, como lo han bautizado en este sótano cibernético de la campaña electoral. Confeso que me sigue costando imaginarme que alguien con maletín lleno de pisto camine por las veredas de los pueblitos donde últimamente la gente se está desertando de las filas de Tony Saca. Porque me imagino que a estas deserciones de gente del PCN y de GANA se refieren cuando hablan de que ahora ARENA está mandando al hombre del maletín...

Para que en Sociedad Civil puedan dedicarse a cosas más importantes y dejar de mandarme el mismo mensaje todos los días: “@sociedadcivilsv: Aún esperamos que @paololuers escriba la carta al hombre del maletín tricolor... ¿Le dará permiso su partido?”, aquí, ante tanta insistencia, la carta que pidieron: Hombre del maletín tricolor, ¡no se atreva a materializar en nuestra escena política! No toleraremos hombres de maletines, no importando el color. En la oscuridad donde se mueve la corrupción todos los gatos son grises y todas las maletas son negras y apestan. Dejen este oficio a los dos compradores ya establecidos: Casa Presidencial y aquel que lo ocupó antes y sueña con volver. Ellos ya se condenaron al hundimiento con sus maletines...

Cualquiera en ARENA (y también en el FMLN) que siente la tentación de entrar en esta competencia, que lo piense mil veces. Todos sabemos que estas tentaciones existen. Lamentablemente, también el pisto; y las leyes flojas que no exigen transparencia a los partidos...

Espero que en los dos partidos grandes prevalezca, si no la decencia, por lo menos la razón: Hoy es cuando estos partidos pueden derrotar, de una vez por todas, las aberraciones y perversiones que han afectado tanto a la izquierda como a la derecha. Hoy, en esta campaña, pueden comprobar que los fenómenos políticos de Saca (en la derecha) y Funes (en la izquierda) fueron nada más accidentes de la historia. Y no, como ellos quisieran, el primer capítulo de nuestro futuro...

Ustedes, los hombres de los maletines negros, existen en todos los partidos. Pero ojo: Los dos partidos institucionales pueden tener vida más allá del populismo y la corrupción que se han incrustado en sus estructuras, como un cáncer. Los dos partidos, si se cuidan de este cáncer, tendrán vida aunque pierdan las elecciones. Pueden renovarse, reformarse, redefinirse. Ojala que ambos partidos entiendan que para derrotar la opción mafiosa que amenaza nuestro sistema político, no es suficiente derrotar a GANA - también tienen que derrotar la corrupción en sus propias filas. O sea, eliminar a los hombres de los maletines de todos los colores. Esto es lo que la ciudadanía exige.

Así que ustedes, compradores de voluntades de todos los colores, mejor guarden sus maletines. Estas elecciones no se van a ganar comprando voluntades. Y entre los dos partidos ganará el que con más claridad proyecte esto.

Así que, señor del maletín tricolor, si existe y quiere intervenir, le digo que llegó tarde: la competencia ya se cagó en este negocio. Ya es inviable.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

viernes, 6 de septiembre de 2013

Columna transversal: Conversación o silencio

Puse en twitter: “Quisiera que podríamos juzgar a las personas por su calidad humana, creativa y profesional, y no por su relación con partidos o candidatos.” Estaba harto de este maldito reflejo de poner a todos en gavetas ideológicas. Harto de conocer a alguien y, antes acercarse suficientemente para poder saber si me cae bien o no, tomar distancia porque está apoyando a un partido que no me gusta.

Un usuario del los que siempre me contestan y me reclaman, contesta: “cuanta sinceridad hay atrás de eso? Si fuese así, buscaras acercar a la gente y no dividirla Paolo...”
Le respondí: “No es que trato de dividir. Pero decir las cosas por su nombre en una cultura no acostumbrada a esto, puede dividir.”
Otra usuaria entra a la conversación: “queremos lo mismo, ya somos dos. Sigamos preguntando que deben haber mas buscando eso...todo es preguntar.”
Pensándolo bien: ¿Cuántos amigos me quedan en el FMLN? Muy pocos, pero muy buenos. Aunque hay muchos más a los cuales sigo teniendo respeto y cariño. De la dirigencia del FMLN, el único que sigue siendo amigo, a pesar de todas las diferencias políticas, es Oscar Ortiz. Por esto lo respeto. Oscar hace precisamente lo que mencioné en mi tuit: “juzgar a las personas por su calidad humana, creativa y profesional, y no por su relación con partidos.”
De paso sea dicho: Así era Schafik. Nos conocimos en Managua, al principio de la guerra. Lo entrevisté, y luego de la entrevista, nos quedamos conversando por horas. La conversación era su fuerte, la jodarria, el chiste, la anécdota. Pero también la conversación seria y política. Cuando hicimos amigos, conviviendo en el mismo campamento en una de sus largas visitas en Morazán, le encantaba provocar discusiones como: ¿Y por qué sos tan anticomunista?
Anos más tarde, cuando ya había dejado de militar en el Frente de la pos-guerra, nuestra relación sobrevivió la ruptura del ERP con el FMLN, sobrevivió los conflictos que como fundadores de un periódico independiente tuvimos con el dirigente Handal que no creía en independencia, sobrevivió incluso mis primeras críticas públicas al FMLN en mis columnas. Luego de algún pleito cuyo contenido ya ni recuerdo, Schafik apareció en La Ventana y dijo: ¡Conversemos! E insistió sentarse conmigo en la mesa más visible, a la vista incluso de los que pasan en bus o carro. Se cagaba del chiste de las caras de la gente al vernos juntos, tomando whiskey irlandés y discutiendo...
Schafik no aceptó que la disidencia impusiera silencio. Testigo de esto es Armando Calderón Sol: nunca dejaron de conversar Armando y Schafik.
En cambio, ¿cuántos de mis buenos amigos que entraron al gobierno de Funes siguen siendo amigos, conversan o discuten o se ríen con uno? Pocos. Para ser preciso: cinco de los que todavía están en el gobierno, entre ellos Rubén Zamora (los otros 4 mejor no los menciono para evitarles problemas). Los demás, al asumir cargos en el gobierno de Funes, dejaron de llegar a La Ventana, donde antes pasaron cada rato - y la pasaron bien. Algunos me hacen mucha falta, como Roberto Turcios. Otros, ninguna.
Hay una simetría en lo que me pasó con personajes de derecha, pero al revés, una vez que luego de la guerra los vine a conocer. Yo me había metido en la guerra sin tener ninguna historia personal con la gente que de repente asumí como enemigos. En mis meses como reportero en San Salvador, en el 1981, conocí a algunos líderes “del otro lado” que logré entrevistar: Napoleón Duarte, Roberto d’Aubuisson, Adolfo Rey Prendes, el general José Guillermo García. Extrañamente, el único que no me caía mal como persona, fue el mayor Roberto d’Aubuisson, a quien me habían pintado como un psicópata. Para mi, el loco era Duarte, loco por poder, loco con una misión dispuesto a hacer cualquier cosa para cumplirla...

Fue hasta después de los acuerdos de paz que tuve oportunidad de conocer a la gente de derecha. Y en estos años de apertura, cuando muchos intentamos de verdad a unir esfuerzos para reconstruir el país, me encontré que en la derecha, igual que en la izquierda, había personas abiertas y personas cerradas; líderes honestos y otros corruptos. Estos años 90 eran una escuela grande para los que tuvieron la mente abierta para entrar y aprender. Hice amistades con ex-militares, con areneros, con empresarios. No muchos, pero suficientes para aprender esta gran verdad que expresara mi gran amigo, el padre Rogelio Poncele: “Durante la guerra funcionamos creyendo que todos de nuestro bando somos buenos y todos del otro bando malos. De otra manera no pudimos haber hecho la guerra. Pero así no se puede vivir en paz. Ahora estamos aprendiendo, y nos cuesta, que nadie en este conflicto ha sido solamente malo o solamente bueno.”
Alguien que tiene por oficio hacer uso diario de la crítica, no puede correr el riesgo de olvidar este aprendizaje. 
(El Diario de Hoy)

jueves, 5 de septiembre de 2013

Carta a los diputados de ARENA

Estimados diputados:
¿Así que a la hora de la verdad todo este su discurso de transparencia y rendición de cuentas es paja? ¿O qué otra explicación me pueden dar de porqué ARENA en la junta directiva de la Asamblea avala a Sigfrido Reyes en su necedad de negar al público el derecho de saber quienes son los asesores del parlamento, de sus comisiones y de cada una de las fracciones partidarias, cuáles son sus calificaciones y cuánto les pagan?


Es fácil criticar al gobierno por falta de transparencia. Sobre todo, cuando el gobierno no es de uno. Todos desconfían del gobierno.
Corren rumores que varios partidos, no solamente del gobierno, tienen en la planilla de la Asamblea a varios asesores que no aportan absolutamente nada a la calidad legislativa, o por incompetencia, o porque ni siquiera trabajan para la Asamblea sino para el respectivo partido. Queremos saber si es cierto.

Corren otros rumores que al publicar los nombres de los asesores legislativos, saldrían mal parados algunos columnistas, de todos los colores. Bueno, como columnista tengo un especial interés de saber si es cierto. A los malos columnistas hay que exponerlos al público, igual que a los malos diputados.
ARENA ha cometido toda clase de pecados cuando estuve en el gobierno. Pero luego ha expulsado a su ex-presidente y varios de sus operadores por corruptos. Y además desde la oposición ha asumido posiciones muy críticas al despilfarro, a la falta de transparencia, y a la erosión de la institucionalidad. Ahora queremos saber si se trata de una cambio consecuente y honesto, o de un cambio táctico para ganar las próximas elecciones – y para luego volver a la viejas andanzas.
La única manera de poner a prueba los principios es no claudicar cuando hay que aplicarlos a si mismo. Por esto, cuando el bloque conducido por Sigfrido Reyes y Guillermo Gallegos se niega a cumplir la ley y revelar públicamente los nombres, las funciones y los salarios de sus asesores, ARENA debería inmediatamente publicar la lista de sus asesores, sus funciones, sus calificaciones y sus salarios. Y si en este proceso quedara evidente que ARENA mantiene asesores que no cumplen el perfil, inmediatamente sustituirlos.
Pero ustedes hacen lo contrario: se atrincheran junto a Gallegos y Reyes, para defender lo indefendible.
La ley es clara. Los comisionados del Instituto de Acceso a la Información Pública tienen toda la razón de solicitar la información sobre la contratación de asesores – y de publicarla. Ustedes lo único que tienen que hacer es decidir de qué lado quieren estar: ¿de la transparencia o del encubrimiento? ¿Del cumplimiento de la ley o del manoseo de la institucionalidad?
Hay varios diputados de ARENA que a título personal publicaron parte de la información requerida. Y me imagino que ustedes ya recibieron una carta aún más dura por parte de su fórmula presidencial exigiendo que se desmarquen de Sigfrido Reyes, Gallegos y Cia. Bueno, ¡háganles caso! Y pídanles a sus candidatos lo mismo: que no esperen hasta que alguna ley o sentencia les obligue a transparentar el financiamiento de su campaña; que lo hagan por su propia voluntad, para mostrar que creen en la transparencia...
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/El Diario de Hoy)

"Esta represión es producto de un gobierno ilegítimo"

Entrevista a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado. 
De Paolo Luers para El Diario de Hoy.
La diputada María Corina Machado es la canciller de la oposición venezolana. Esta función –explicar la situación seria de violaciones a los Derechos Humanos y a las reglas democráticas en su país- la ha llevado por dos días a El Salvador, junto a su colega diputada Dinorah Figueroa. Se reunió con varias fracciones legislativas, con empresarios, con medios de comunicación, y  a invitación del movimiento 300 dio una charla sobre los peligros que emanan del modelo chavista.  El Diario de Hoy publicó en su edición de miércoles la primera parte de una entrevista que María Corina Machado nos brindó. Aquí la segunda parte.
Ayer nuestro Diario salió con un titular que decía “Maduro intenta establecer un régimen policial al estilo cubano”. En Venezuela siempre la gente que me dice: Esto no es posible, no va con el carácter de los venezolanos, no lo vamos a tolerar...
En efecto, no lo vamos a permitir, lo vamos a combatir y vamos a lograr tener a una Venezuela que sea fuente de estabilidad y de resolución de conflictos y no generadora de confrontación y división.

¿Hay en Venezuela una réplica del régimen cubano, o es una figura retórica?
Hay una presencia cubana inaudita e inaceptable. ¿Que sentirían si en su país los organismos de seguridad y de inteligencia, estuvieran dirigidos bajo el control de cubanos? ¿O si sus generales y soldados recibieran órdenes de otro gobierno?
Pero, ¿esto hoy en día está pasando, o estás advirtiendo un peligro?
Hoy en día es así. Y pareciera que este modelo está derivando, no hacia Cuba, sino hacia Rusia. Es decir, un país donde la presencia de las mafias en sus diversas expresiones se va apoderando de las instituciones, de los órganos del poder publico y termina controlando una sociedad. Venezuela tiene la fragilidad institucional y la disposición del gobierno actual de hacer cualquier cosa a cambio de permanecer en el poder.
Hay un caso que se ha vuelto emblemático para la represión en Venezuela, que es Iván Simonovis. Un preso político que está enfermo, que está muriéndose en la cárcel. Todo el mundo dijo que hay que darle una medida humanitaria. ¿Cómo es posible que paguen el costo político de no liberarlo?
Desafortunadamente el costo de represión en Venezuela sigue siendo muy bajo. Otro caso: Globovisión. La compra de Globovisión terminó siendo en la practica la eliminación del único espacio mediático genuinamente independiente y autónomo que teníamos. El caso del diputado Richard Mardo, le quitan su fuera parlamentario, violando la disposición constitucional de que se necesitan dos tercios y lo hicieron con mayoría simple. La criminalización de la protesta, utilizando la Guardia Nacional disparando e hiriendo a jóvenes y mujeres -- y no hay un costo político y una reacción fuerte especialmente de la comunidad internacional. Entonces cuando el costo es así de bajo, el gobierno hace lo que le da la gana. La represión que estamos viendo es producto de un gobierno ilegitimo que se robó la elección. La forma de cohesionar a sus seguidores e intentando aniquilar los espacios de resistencia es reprimiendo de esta manera. Ahora es inaudito, es incomprensible y es inaceptable que no haya reacciones firmes de los demócratas de América Latina en cuanto a lo que está ocurriendo en Venezuela.
Hablemos de las Fuerzas Armadas. Siempre he tenido la impresión de que el ejército venezolano no se va a prestar como instrumento de represión abierta. Entonces, si el gobierno necesita mas represión para mantener en el poder a Maduro, ¿qué va a pasar?
Hay que entender que se le ha hecho mucho daño a las Fuerzas Armadas estos años de manera sistemática. Es  paradójico que sea Chávez, que vino de las filas militares, quien se propuso destruirla. Con la corrupción y la creación de las milicias han hecho un enorme daño a la profesionalización de nuestras fuerzas, agregado a la penetración del narcotráfico - y esto es por diseño, porque es la forma de ir corrompiendo desde adentro la institución. Sin embargo, yo siento que la mayor parte de los cuadros medios de nuestras FFAA fueron formados en democracia y están al servicio de la nación y no de un proyecto político particular. Ahora, las FFAA se pondrán a prueba en el momento en que los ciudadanos reaccionen en un proceso de movilización de calle...
Vamos al tema de la unidad dentro de la oposición. ¿Han logrado mantener el grado de unidad formidable que han logrado construir en la campaña electoral del año pasado de Henrique Capriles? Después de la experiencia del robo de las elecciones, del fraude que ustedes denuncian, ¿no entró en crisis la unidad?
No. Estamos acudiendo a un nuevo proceso electoral (las elecciones de alcaldes, en diciembre de este año. PL) con una unidad prácticamente perfecta. Desde el punto de vista electoral, la unidad ha funcionado, ha establecido un conjunto de lineamientos, de reglas que se han cumplido. La presencia de quienes competimos en las primarias contra Henrique Capriles y perdimos, pero luego lo apoyamos es la evidencia. Ahora, no se puede confundir unidad con unanimidad. A veces hay la tentación de no permitir voces de disidencia o discusión dentro de la propia oposición, y eso es un error, porque eso es lo que hace el oficialismo, de no permitir que haya discusión de nivel estratégico o táctico. En la Unidad tenemos que hacer un esfuerzo además por ampliarla y que no sea solamente electoral, ni solamente de los partidos políticos. Yo he insistido muchísimo en la necesidad de incorporar sectores de la sociedad civil, gremios, organizaciones de base.
Te iba a preguntar sobre eso. Tú llegaste a esta construcción de la unidad como independiente, no afiliada a un partido. ¿Cuál es el aporte que los independientes pueden dar a la oposición?
Como no tengo militancia partidista, puedo decir lo que pienso...
Y lo estás haciendo...
¡Siempre! Y eso me da una enorme libertad. Lo hago en privado y lo hago en público. Y eso es una enorme fortaleza, porque nos permite tener discusiones muy francas, de distintas perspectivas.

Esto es lo que hace tan interesante el proceso venezolano, por ejemplo en El Salvador. La manera cómo la unidad se ha construido entre diferentes partidos y sectores de la sociedad civil…
Sí, es una cosa muy interesante. Para las elecciones parlamentarias del 2010, tuvo que ir a primarias muy competidas, en un circuito con muy buenas posibilidades para la oposición para ganar. Entonces, lo duro era ganar las primarias. Una vez gané las primarias dije: Bueno, ahora tengo que ir ayudar a los candidatos opositores en los otros circuitos. Toda mi campaña la hice prácticamente fuera de mi circuito, acompañando a otros candidatos opositores. Ahora de cara a las elecciones de alcaldes todos estamos apoyando a todos, independiente de que pertenezcan u no a un partido y otro. Lo que no quiere decir que cada organización no tenga su visión de las políticas que creemos debemos fortalecer o privilegiar en Venezuela. Y esa discusión es necesaria que se de y que se de abiertamente.
Entonces ustedes han logrado un proceso unitario, pero sin tocar la autonomía, el espacio de debate, el espacio para disentir, ¿eso es lo que me estás diciendo?
Bueno, no hay todo ese espacio como yo quisiera, pero lo hay, y tenemos largas discusiones. Ahora, yo soy de la opinión de que los diversos planteamientos estratégicos tienen que abrirse aun más, tienen que hacerse de cara a los ciudadanos, no a puerta cerrada.
¿Las primarias del año pasado, con sus debates abiertos, no han dejado heridas abiertas? ¿Cómo se han desarrollado las relaciones personales entre todos ustedes? Por ejemplo, Leopoldo López y Henrique Capriles, cuando los conocí los vi. muy opuestos, con poca química y mucha competencia. Pero en el transcurso del proceso de unidad los he visto haciéndose socios e incluso amigos. ¿Como es en el caso tuyo? ¿Tú ahorita eres amiga de Capriles y de los demás líderes opositores?
Mira trabajamos juntos, llegar a decir que soy amiga íntima de todos no es verdad, pero compartimos una causa y tenemos buena comunicación - y obviamente complementamos nuestros puntos de vista. Pero yo fui clara en la primaria y expresé cual era la estrategia con la cual se debía enfrentar el modelo del oficialismo chavista. Siempre insistí en la necesidad de confrontar y contrastar los dos modelos en cuanto a sus valores, y además advertir los atropellos y los abusos de un sistema electoral perverso - y eso no fue compartido por Capriles durante la campaña electoral del 7 de octubre (del 2012, contra Chávez, PL), pero luego se hizo un cambio de estrategia hacia lo abril (del 2012, la carrera Capriles contra Maduro, PL) que se acerco mucho a lo que yo originalmente planteaba. Pero de todos modos, en ambas campañas me involucré y apoyé, independientemente de mi disidencia.
La experiencia de no poder defender el voto, luego de ganar en abril, obviamente metió en crisis la oposición. Hubo fuertes discusiones sobre cómo defender el triunfo. Incluso hubo críticas a Capriles de no haber apoyado las movilizaciones en la calle para defenderlo. ¿Cómo salieron de esa crisis?
Sí, hubo varios dilemas, y decisiones con los que yo no necesariamente estaba de acuerdo. Uno era el supuesto dilema entre la confrontación o la esperanza. Yo decía que la esperanza es producto de entender lo perverso de este modelo, lo nefasto, lo contrario de los valores venezolanos, llamarlo por su nombre, y enfrentarlo sobre la base de una movilización profunda del país. Entonces, para mi esta contradicción entre denunciar o confrontar, por un lado, y la esperanza y la confianza en el sistema electoral, por el otro lado, para mi no existía. Se pueden compaginar ambas. Unos dicen: Si denuncias y criticas al Consejo Nacional Electoral, puedes generar desconfianza y por tanto abstención. Siempre he sostenido lo contrario: la gente tiene que estar clara de los problemas con el proceso electoral. La participación electoral y la movilización en la calle no son excluyentes. El 14 de abril (las elecciones que la oposición reclama que ganaron, PL) nos demostró que frente a una neo-dictadura no basta ser mayoría y ganar elecciones, se necesita saber defenderlo y eso implica movilización, y eso implica calle, y eso implica protesta.
¿Y allí fallaron ustedes?
Subestimamos lo que el régimen era capaz de hacer frente al triunfo electoral. Ahora, es una situación muy compleja, es una situación de una enorme responsabilidad y así lo he dicho yo, yo creo que Henrique Capriles con la información que tenía en ese momento tomó la decisión que el consideró que era la mejor. Que era suspender las protestas en las calles...
Pero sigues en desacuerdo...
Estos regímenes requieren la presión de los ciudadanos que desafían el poder. Creo en que somos capaces de rebelarnos contra el abuso y el atropello. Rómulo Betancourt decía que hay dos mecanismos a través de los cuales el pueblo tiene conciencia de su existencia material: el voto y la protesta. La amenaza de la represión no puede ser la excusa para inhibirnos, porque entonces terminaremos todos protestando en el baño de la casa.
Tengo entendido que te invitó aquí a El Salvador el movimiento 300, o sea un grupo decidido a producir un relevo generacional en la política. La oposición venezolana es un ejemplo impresionante de relevo generacional. ¿Desapareció la vieja guardia?
No necesariamente. Hay personas de los partidos tradicionales con mucha influencia todavía. Y lo que ha pasado no sólo es un relevo generacional, sino que muchos sectores que no consideraban el servicio público y la política como un proyecto de vida hemos despertado. Y soy una que entré muy tarde en la política.
¿No tenías en tu plan de vida entrar en la política?
Jamás, lo último que quería hacer en mi vida era hacer política. La razón era que pensaba que para entrar en política era requisito hacer concesiones en materia de principios - y hoy me doy cuenta que eso es un error garrafal. Si de algo me arrepiento es de no haber comenzado antes...
Espérate, ¿me dices que tú y otros son un ejemplo de que se puede hacer política sin comprometer sus valores?
Absolutamente.
Explícame más. Eso es interesante para este país. Es la pregunta que aquí muchos jóvenes profesionales se están haciendo. Y no tienen respuesta...
Esa es la gran trasformación que los venezolanos estamos pidiendo desesperadamente: la posibilidad de volver a sentir confianza y respeto hacia quienes ostentan el poder. Eso exige una ciudadanía activa, que pida rendición de cuenta. Ciudadanía que nos apoya a quienes nos metimos en política, pero nos exigen rendición de cuentas.
Insito en el tema generacional. Esta oposición que representan ustedes es como la revolución de los cuarenteros. No te voy a preguntar tu edad, pero de los otros líderes que consta que todos oscilan alrededor de los 40. Y todos ustedes han logrado credibilidad en cuanto dicen: No vamos para atrás, no vamos a restaurar al régimen anterior a Chávez, vamos a un futuro diferente a lo que había antes y muy diferente a lo que tenemos ahorita...
Mire, la democracia venezolana, entes de Chávez, fue un modelo que se agotó en términos de la relación Estado-ciudadano. Esto no significa que tenemos que descalificar los logros de ese periodo. Pero incluso mucha antes de Chávez, el estado concentraba cada vez más y más propiedades y más poder, se convirtió en el motor, el controlador y el dueño de todo. Generó incentivos perversos para promover tres grandes males: el centralismo, el rentismo y el populismo. Y esos son los que desvirtuaron y deslegitimaron el sistema de partidos y el sistema de la sociedad. Y generaron además incentivos para que el resto de la sociedad no se involucrara.
...creando la situación para que surgiera un Chávez.
Así es. Hubo clientelismo, demagogia, corrupción, inseguridad y eso generó una ruptura, o la  necesidad de un cambio a cualquier costo. Este sistema obviamente no lo vamos a restaurar.
¿Cómo sigue la película ahora? ¿Están pensando en hacerle a Maduro un referéndum revocatoria en cuanto se pueda, cumpliendo la mitad del mandato?
V
oy a hablar por mí, no por la unidad. Cuando uno vive en un sistema democrático uno tiene derecho a pedir un cambio de gobierno en cualquier momento, y de hecho en nuestra historia, en nuestra república civil, no hubo un solo gobierno en el cual no se pidiera la renuncia del presidente. Cuando uno está en democracia eso es un derecho, pero viviendo en dictadura es un deber.
Entonces, no quieres esperar 3 años, como dice la Constitución.
Yo dedico todos los días de mi vida y mis noches a que la duración de este régimen sea lo más corto posible. Ahora bien, yo soy demócrata y yo conozco y respeto mi constitución, y sé muy bien cuáles son las herramientas que ofrece la constitución para que esta tragedia dure lo menos posible.  Efectivamente, lo planteo con total firmeza y responsabilidad, Venezuela no aguanta 6 años de este régimen, ni aguanta 3. Por eso yo he planteado la necesidad de apelar a otras herramientas que están en la constitución para poder plantear no solo un cambio de gobierno, sino también un cambio de régimen. 
¿Hay mecanismos para esto, más allá de la revocatoria del presidente?
Uno de esos mecanismos y el cual yo favorezco es una Asamblea Nacional Constituyente. Porqué? Porque permite que sea el pueblo y la gente quien lo pida en el momento en que así lo deseemos y que podamos, con la fuerza originaria del pueblo, poner a un lado las instituciones que hoy en día en Venezuela están todas confabuladas para que este régimen permanezca en el poder. No se trata solamente de cambiar un presidente, en este momento, la descomposición institucional y moral es tan grande, el riesgo de anarquía es tan grande, la destrucción económica y social es tan profunda, que Venezuela requiere un cambio de régimen a la mayor brevedad.
¿Y sobre eso hay una discusión abierta en la oposición y en el país?
Sí la hay. Y yo creo que es sano y necesario que esa discusión sea abierta e incorpore a todos los sectores del país.
Para un país como El Salvador hay un aspecto sumamente importante en lo que acabas de mencionar: la lucha por la institucionalidad, por la independencia de los poderes...
En Venezuela, el único espacio institucional donde el resto del país no sumiso al oficialismo tiene alguna voz es la Asamblea Nacional. Pero los chavistas manejan la Asamblea Nacional como si fuera un cuartel, y el teniente Cabello (presidente de la Asamblea Nacional, PL) pretende imponerse violando la constitución y violando las normas y procedimientos de la propia Asamblea Nacional. Imagínese que el presidente de la Asamblea le diga a los diputados de toda la oposición: Yo no les doy el derecho de palabra hasta que ustedes no declaren públicamente que reconocen la legitimidad de la elección de Maduro. Donde es concebible que eso ocurra? Y ante nuestra negativa nos caen a golpes.
Bueno, aquí uno ya aprende a imaginárselo, viendo cómo funciona la presidencia de nuestra Asamblea...
Pero entonces, si eso es así, no podemos hablar de un sistema democrático y republicano.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Carta al candidato presidencial del FMLN

Estimado profesor Salvador Sánchez Cerén:
Escuché con mucho interés su presentación del programa de gobierno en la Convención del FMLN. Muchas propuestas, demasiadas promesas, como en toda campaña electoral. Hasta ahí, nada fuera de lo común.

Hasta que su discurso al fin llegó al punto medular: ¿Cómo financiar todo esto? Usted explicó las tres fuentes: 1) Mayores ingresos tributarios del Estado debido al crecimiento económico que un gobierno del FMLN piensa provocar; 2) Ahorro en el gasto público, reduciendo la corrupción y mejorando la administración; y 3) 640 millones de dólares extra que, según usted, el Estado va a tener cada año a raíz del ingreso de El Salvador a Petrocaribe.
Veamos la cuenta que usted hizo: Si nos afiliamos a Petrocaribe, Venezuela nos cobrará sólo el 60% de la gasolina que nos vende, el restante 40% es crédito a 25 años. Entonces usted, el profe, saca la cuenta: La factura petrolera anual de El Salvador es de 1.600 millones de dólares. 40% de este total son 640 millones, que el gobierno, según su matemática, tendrá “para invertir cada año” en educación.
Vaya matemática. Vaya economía...
Lo que usted no dijo es: Para que existan estos 640 millones de “ahorro para inversiones sociales”, El Salvador tendría que comprar toda su gasolina a Venezuela. Para asegurar esto, y sobre todo para asegurar que este 40% de la factura petrolera quede en manos del gobierno, el FMLN tendría que nacionalizar la importación de gasolina. O sea, el mismo Estado tendría que comprar la gasolina de la estatal venezolana PDVSA y revenderla a los distribuidores que operan en el país. Los distribuidores pagarían al Estado el 100%, pero este solamente liquida a PDVSA el 60% y se queda con el 40%, o sea con los 640 millones anuales con los cuales usted quiere financiar sus promesas electorales.
Hay que decirlo con transparencia, candidato: Aquí solo hay dos opciones para que ustedes se queden con los famosos 640 millones, y ambas tienen serias consecuencias que hay que explicar a la gente. La primera opción se llama nacionalización: el Estado asume la importación de la gasolina, para quedarse con el 40% de la factura petrolera y gastárselo - en este caso ustedes estarían aumentando la deuda del país anualmente por 640 millones. Porque los venezolanos no regalan gasolina, la venden a crédito. Ojo, estamos habando de endeudar al país sin autorización ninguna de la Asamblea.
La otra opción es la mafiosa a la nicaragüense. Ortega no nacionalizó la importación del combustible, sino la privatizó - pero a su favor. Crearon una empresa privada parecida a Albapetroleos de El Salvador, que en Nicaragua se llama Albanisa. Esta empresa, controlada por Ortega, importa la gasolina, se queda con el 40%, pero ni un centavo de este dinero entra al arca del Estado. Se convierte en la caja chica de la familia Ortega, y con esto financian la mayor parte del gasto social, aparte de sus empresas familiares. Es el sistema más perverso imaginable: Los pobres reciben subvenciones, pero no del Estado, sino del partido, del caudillo, de “la revolución”... Así se explica el poder político y económico del partido de gobierno y, muy en particular, de la familia Ortega.
Entonces, candidato, ¿cuál de los dos modelos tienen ustedes en mente? ¿Nacionalización o privatización a favor de Albapetróleo, o sea de la cúpula del FMLN?
A ver si en un próximo discurso usted repase la suma y resta y explique cómo de la nada piensa producir 640 millones.
Saludos, Paolo Lüer
(Más!/EDH)