jueves, 30 de agosto de 2007

A Tony Saca le queda poco tiempo

Toda mi vida de periodista he trabajado para que los medios sean plurales. ¿Cómo, entonces, rechazar la oferta de El Diario de Hoy de publicar mi columna? Además, si tuviera la opción de escoger entre escribir para un periódico de derecha o de izquierda --alternativa que aquí no existe, porque no existe periódico de izquierda--, como izquierdoso que soy escogiera el periódico de derecha. Aburre "predicar a los convencidos".

Defraudaré a quienes esperan que me convierta en otro encargado de asuntos anticomunistas en El Diario de Hoy, o que para este diario escriba una versión "lite" de mi columna. Haré lo que he sido invitado a hacer: exactamente lo mismo que hice en tres años de Columna transversal.
A Tony Saca le queda poco tiempo para renunciar a la presidencia de su partido y dejar libre el camino para que ARENA escoja a su fórmula presidencial sin ataduras al liderazgo actual. Si espera demasiado, si se aferra al control del aparato partidario, lo sacarán de cualquier manera y saldrá golpeado. Los que asesoran a Saca no han entendido que ARENA no es un simple partido que sirve para ejecutar las políticas de sus afiliados. ARENA es más bien la empresa de mercadeo político-electoral donde uno se afilia y suda la camiseta para ejecutar las políticas emanadas de las concertaciones dentro del poder económico del país y entre este y otros poderes, sean ellos Washington o la oposición política interna. Así como los integrantes de la junta de accionistas de una compañía cuidan celosamente que los directores que han puesto a
dirigir la empresa no se escapen de su control, así la junta de accionistas de El Salvador S.A. de C.V., la empresa popularmente conocida como ARENA.
Quienes desde casa presidencial insisten en escoger al próximo inquilino, olvidándose que la casa no es suya y que el poder político, por definición, es transitorio y prestado, no tanto en el Estado (porque todavía no funciona la alternabilidad entre partidos), pero definitivamente en ARENA (donde internamente sí funciona la alternabilidad), ponen en peligro su propia sobrevivencia política.
A Tony Saca le queda poco tiempo para limpiar su casa antes de que otros se encarguen de hacerlo. Las renuncias, primero de su ministro de Hacienda, Guillermo López Suárez, y ahora de Eduardo Zablah, su jefe de gabinete, ponen el dedo en una llaga que, aunque en público nadie lo dice, todos saben que se llama corrupción. Ya David Gutiérrez tuvo que irse porque otros, no el presidente, golpearon la mesa y amenazaron exponer el robo en el MOP. Eduardo Zablah, el hombre más importante del gabinete de Saca, golpeó la mesa, varias veces. Sin embargo, se tuvo que ir él mismo, no los señalados. Igual suerte ya había corrido Guillermo López. En los dos casos, el presidente no respaldó a los hombres que hicieron funcionar su gobierno sino a los que lo están corrompiendo.

Los dos temas --entregar la dirección del partido y limpiar la casa-- están entrelazados. Alrededor del presidente hay quienes necesitan que el próximo jefe de partido y gobierno sea chero de ellos para armarse de inmunidad contra investigaciones y acciones legales.
Tony Saca, si quiere salvar su presidencia, su nombre y su futura influencia, tiene que actuar rápido y decidido, abriendo espacio a la democracia interna en su partido y limpiando su casa. Tiene que decidirse de ser él quien golpee la mesa antes de que lo hagan otros y posiblemente la volteen.
Todo esto hubieran tenido que decirle al presidente los empresarios en aquella cena en la casa de uno de ellos. Lastimosamente, no lo hicieron. No en la cara, por lo menos.

(Publicado en El Diario de Hoy)

lunes, 27 de agosto de 2007

¿Quién dice que el centro está perdido?

El mismo año, se eligió presidente de la República a una señora que entre sus cinco proyectos prioritarios que presentó en la campaña, tenía como número 3: Romper el hielo con la alcaldía de San Salvador, independientemente que partido gane, para revitalizar el centro de la ciudad.
Resulta que los dos habían vivido los mejores años de su juventud en ciudades universitarias extranjeras. Sabían perfectamente lo importante que es tener vida urbana, espacios públicos seguros y comunicativos, y sobre todo, habían vivido a plenitud la belleza de la vida urbana estudiantil.
En el mismo mes de tomar posesión los dos -uno de la alcaldía, una del gobierno- presidente y alcalde se reunieron para discutir cómo proceder con esta tarea, por muchos declarada imposible, de restituir el centro capitalino en sus funciones sociales, culturales, comerciales y comunicativas. Decidieron tres grandes proyectos, todos interdependientes.
El primero: convertir el centro en una ciudad del saber. Construir en el centro universidades, centros de investigación de las universidades y de la empresa privada, villas estudiantiles.
El segundo, incentivar a las grandes empresas de urbanización que construyan en el centro varios centros comerciales, entre grandes y pequeños, con los mejores y más modernos diseños arquitectónicos.
El tercero: obras de infraestructura dentro y alrededor del centro capitalino que aseguran la logística, la comunicación vial, la recreación. Esto incluye docenas de parqueos grandes y seguros; accesos logísticos subterráneos; parques, canchas, piscinas, centros culturales. Este sistema convierte una buena parte del centro en zona peatonal, otra parte en zona verde.

La primera acción que se tomó es nombrar una comisión de urbanistas, arquitectos, historiadores, sociólogos, quienes comenzaron a analizar cuáles zonas del centro había que conservar; y cuáles podían ser disponibles para los diferentes usos: comercial, académico, residencial y recreativo. La comisión determinó que casi el 60% de los edificios podían ser demolidos para dar espacio a construcciones modernas, zonas verdes o parqueos.
Se creó una corporación de derecho público que empezó, con fondos del gobierno, de la alcaldía, de cooperación internacional y de préstamos concertados entre todos los partidos a comprar todos los terrenos que se podía en el centro. Bloques enteros. Para facilitar esto, se concertó una Ley Especial para la Recuperación del Centro, en la cual se definen los nuevos usos de los terrenos recomendados por la Comisión de expertos. Esta ley también permitió nacionalizar terrenos en el centro siempre y cuando sus propietarios no le estaban dando los usos adecuados, o cuando sean requeridos para proyectos de interés nacional, como los tres proyectos para el centro.
Dentro de poco –a finales del año 2011- la corporación ya dispuso de los terrenos para los parqueos, los parques, para la conservación de las partes históricas, para la reconversión en residencias, sobre todo residencias estudiantiles, para la ciudad del saber, y para los centros comerciales.

Paralelamente, los dos gobernantes negociaron con la empresa privada la planificación de los centros comerciales, en base de la decisión política de seriamente restringir la otorgación de permisos para proyectos de centros comerciales fuera de la intervención urbanística del centro; y crear toda una gama de incentivos para proyectos comerciales en el centro: extensiones de impuestos a lago lazo; garantías estatales para préstamos; terrenos baratos y previstos de todos los servicios, etc.
Resultó que el mayor operador de centros comerciales del país no estaba interesado. Sus malls ubicados en la periferia del centro y en periferia de la ciudad eran exitosos precisamente por la decadencia del centro histórico. Sus malls pretendían sustituir al centro histórico como zona peatonal, como lugar de comunicación social. Entonces, los dos gobernantes decidieron hacer algo inusual: promover un consorcio de medianas empresas salvadoreños que junto con inversionistas extranjeros grandes estaba dispuesto a construir tres mega-malls y una serie de pequeños malls en el centro. Algunos de los malls iban a ser de carácter popular y tener la función de asumir gran parte de los negocios informales. Otros malls iban a ser de alta categoría y cumplir la función de volver a atraer al centro los públicos pudientes.
Paralelamente, los dos gobiernos formaron una comisión especial para la ciudad del saber, junto con las autoridades de las principales universidades y varias empresas interesadas en investigación, y con la participación de expertos internacionales, sobre todo de Japón, país que se convirtió en el majar patrocinador del proyecto ciudad del saber.
Se decidió crear, en la zona aledaña a los hospitales Roosevelt y Maternidad, un centro de enseñanza e investigación médica, concentrando ahí las escuelas de medicina de varias universidades, construyendo hospitales universitarios, y combinando todo esto con laboratorios tanto de las universidades como de la industria.
Además la Corporación Centro donó un terreno grande, aledaño a la Universidad Tecnológica, a la estatal Universidad de El Salvador para un segundo campus, dedicado principalmente a institutos de investigación, laboratorios, y las carreras de ciencias naturales e ingeniería. También cinco universidades privadas, aparte de las dos que ya tenían años de funcionar en el centro, adquirieron terrenos para construir dependencias en el centro. En pocos años, no menos de 50 mil jóvenes estudiarán en el centro de San Salvador.
A la par de las universidades, se proyectó el parque cultural, donde se construirán las escuelas nacionales de teatro, música, cine y danza. El parque cultural dispondrá además de salas para conciertos y funciones de teatro, cine y se convertirá en la sede de la nueva Biblioteca Nacional y del nuevo Museo Salvadoreño de Artes Plásticas. Todas estas estructuras serán integradas en una zona verde con canchas, piscinas y cafés al aire libre.
En el año 2014, cuando a los salvadoreños les tocó nuevamente elegir presidente, las leyes especiales para el centro ya estaban dictadas; las comisiones a habían presentado sus recomendaciones; los terrenos ya estaban comprados y redistribuidos; los planos ya estaban terminados y públicamente discutidos; las alianzas políticas, comerciales, financieras ya estaban forjadas; algunos trabajos ya estaban en marcha. El alcalde electo en 2009 y reelecto en 2012 se convirtió en presidente de la República, con gran mayoría. El primer nombramiento que hizo fue la Comisionada Presidencial para Urbanismo, y la ex-presidenta de la República aceptó el cargo.
De paso sea dicho, los dos gobernantes pertenecían a diferentes partidos.
Quedan dos interrogantes. Uno, ¿cómo resolver el problema con los miles de vendedores ambulantes que antes usurpaban el centro? Bueno, este problema se volvió manejable y encontró soluciones a partir del momento que existía un plan integral para el centro con consenso amplio para ejecutarlo. Mientras no había una visión de cómo revitalizar el centro, obviamente nadie podía con el poder de la anarquía.
La segunda interrogante: ¿No es absolutamente utópico este cuento? La respuesta: Sí, pero esto no significa que no puede ser factible.
(Publicado en Siguiente Página)

lunes, 20 de agosto de 2007

Un reality show político

Hoy, lunes 20 de agosto, en la mañana, fue evidente hay una terrible confusión de roles entre entrevistadores y candidatos. Disculpen, precandidatos. Bueno, pretendientes a precandidatos.


En Megavisión, Mauricio Funes, sostuvo un debate con Héctor Dada sobre la temática de la alianza de la izquierda y la necesidad de construir un programa de gobierno común antes de hablar de candidaturas. No se hablaba de candidaturas. Y no sólo porque Héctor Dada insiste que, antes de entrar en la discusión de nombres, hay que construir programa. Simplemente no se hablaba de candidaturas y de nombres, porque uno de los candidatos estaba sentado en el set de la entrevista. Y no era el invitado, sino el entrevistador.


Los que estaban discutiendo, eran dos protagonistas en esta nueva película Todos contra ARENA que estrena la izquierda: uno el doctor Héctor Dada, recién reelecto secretario general de Cambio Democrático y uno de los impulsores principales de la iniciativa de lanzar la discusión sobre la alianza amplia alrededor de la figura de Arturo Zablah, no de Mauricio Funes; y el otro, Mauricio Funes, quien hace pocos días era el único candidato de la izquierda, y a quien –así dicen- varios honorables de la izquierda, entre ellos probablemente Héctor Dada, están tratando de convencer que mejor se conforme con la alcaldía de San Salvador, dejando libre el camino a la creación de una alianza amplia, para la cual todo coinciden que él es obstáculo - o sea, dejando libre el camino a Arturo Zablah.


Sentar a esto dos personajes en una mesa a discutir públicamente, sin mencionar a los dos candidatos en discusión, mucho menos al presente, es una puesta en escena audaz. Debatir, entre estos dos personajes, los diferentes conceptos de alianza y cómo construirla, sin mencionar los dos nombres que representan a las dos concepciones opuestas en discusión, es un acto de acrobacia. Vale la pena verlo. Era excelente entertainment. Y de suspenso. Todo el mundo pendiente de quién de los dos va a meter la pata. ¿De repente el periodista va a hablar en primera persona? ¿O será el invitado quien de repente le habla directamente al candidato?


Héctor Dada, como siempre, salió del compromiso con elegancia. Contestando a las preguntas (más bien las tesis) de Mauricio Funes con ironía fina, con inagotable paciencia.


Para el espectador es obvio que no está viendo una entrevista, sino más bien un debate –de repente público- entre dos políticos involucrados hasta el cuello en la construcción de la estrategia de la izquierda. Pero de dos políticos que representan concepciones diferentes, programas diferentes, los cuales requieren candidatos diferentes. Lo que vimos, periodismo no es, pero es sumamente interesante: una especie de reality show político. Los dos manteniendo la forma. Quiere decir, haciéndose los majes cuando hablaban de candidaturas. Funes como si nada más fuera periodista y no un hombre que trata de salvar su precipitada candidatura. Dada, en el fondo explicando porqué hay que limpiar la mesa, olvidarse de la casi-candidatura de Funes, discutir el programa y luego unirse detrás de la figura de una alianza amplia, quiere decir detrás de Arturo Zablah – como si el hombre que tiene en frente no tuviera acciones que perder en todo esto. Magistral actuación de los dos.


Hasta que abrieron los teléfonos y un ciudadano dijo, sin tantas palabras: “Discutan lo que discutan, usted es nuestro candidato, Mauricio.” Y este, como para no quemarse, le pasa la papa caliente a su invitado. El doctor Dada, con su usual elegancia irónica: “Bueno, esto más bien es con vos, Mauricio.”


Lo más increíble de este reality show: la competencia no se duerme. Como Televisa siempre tiene una respuesta, o una copia, a cualquier ataque de Azteca, TCS tiene a la misma hora a Jorge Hernández debatiendo con Arturo Zablah. Concientemente no digo entrevistando, porque también en este canal no es entrevista. Más bien parece una reunión informal entre dos personajes que, aunque uno dice que es periodista y el otro dice que es ciudadano empresario, son políticos. En TCS debatió uno que quiere ser candidato de ARENA con uno que quiere ser candidato de una alianza amplia contra ARENA. Hasta hoy en la mañana pensaba que era un rumor infundado que el grupo continuista en Casa Presidencial, en caso que tenga que abandonar la candidatura de un ministro con el cual no puede ganar, tiene en su lista corta de sustitutos a Jorge Hernández. Hoy Jorge me convenció que es cierto: Así no habla un entrevistador, así no habla un periodista, así como Jorge habló a Arturo, habla alguien que se ve como candidato.


Igual que en Megavisión, el claro ganador es el invitado. Jorge Hernández, igual a Mauricio Funes, tenso, sin consistencia, inseguro. Arturo Zablah, igual a Héctor Dada, tranquilo, seguro, elegante. Los dos entrevistadores -los otros dos candidatos-, en defensiva.


Que mañana más memorable: Arturo Zablah y Héctor Dada, dos personajes de la oposición que quieren construir una alianza de las izquierdas, y que ambos saben que el hombre para construirla y liderarla no se llama Mauricio Funes sino Arturo Zablah, comienzan a desmontar -por lo menos a debilitar y poner en defensiva- a dos obstáculos: a Mauricio Funes, el otro candidato de la izquierda y exponente de un concepto diferente de alianza; y a un adversario desde la derecha quien, sea como entrevistador y jefe de noticieros de TCS o incluso como candidato de ARENA, siempre enfrentaría a la alianza.


Felicidades. Dos claras victorias a puntos. O, para quedar en la imagen de reality show: Algunos candidatos tendrán que salir pronto de la competencia.
(Publicado en Siguiente Página)

martes, 14 de agosto de 2007

¿Alianza o alineación? Se buscan idiotas útiles

Todos hablan de alianzas. Derecha e izquierda. Cada uno con su alianza. ARENA propone al PCN, al PDC y al empresariado una alianza estratégica de toda la derecha para evitar un triunfo del FMLN. El FMLN propone a los partidos de izquierda una gran alianza para sacar a ARENA del gobierno. Y los grupos de izquierda fuera del FMLN –como el CD, el FDR, los honorables de la “tertulia” (Abraham Rodríguez, Domingo Méndez, etc.) y Arturo Zablah hablan de una gran alianza por el cambio, conformada por “la sociedad civil” y apoyada por los partidos CD, FDR y FMLN.


Yo me pregunto: ¿Son beneficiosas estas alianzas para el país? Mi respuesta: no. Si el paisaje político salvadoreño, para el 2009, se reduce a dos alianzas, una de derecha dirigida por ARENA versus otra de izquierda, dominada por el FMLN, tendremos más polarización, menos pluralismo. En vez de tener más opciones, se reducen a dos.


La enorme presión que los dos partidos hegemónicos –los protagonistas y los grandes ganadores de la polarización extrema- ejercen sobre el resto de fuerzas políticas para alinearse con ellos, es correspondida, por parte de los partidos minoritarios y otros grupos políticos, por una mezcla de miedo existencial, atracción al poder y oportunismo. Uno ya no sabe si es más fuerte la presión de ARENA y FMLN o el deseo de alineación de FDR y PCN.


¿Realmente es válido para toda la derecha, incluyendo el empresariado, evitar que llegue al gobierno el FMLN a cualquier costo tiene prioridad absoluta, encima de convicciones, encima de la independencia de los demás partidos, encima de la autonomía de las gremiales empresariales, encima de los intereses del país? Y en el caso de las izquierdas, ¿realmente es válido para todas las izquierdas, incluyendo las izquierdas sociales y académicas, que el sacar a ARENA del gobierno tiene prioridad sobre el pluralismo dentro de la izquierda y sobre la autonomía de los movimientos sociales, las ONGs, las universidades?


Porque escuchando el actual debate alrededor de la candidatura de Arturo Zablah, a todos estos los quieren unir en la alianza para derrotar a ARENA. Y por otro lado, el presidente de ANEP ya tuvo que decirle a Toni Saca que su institución no puede formar parte de una alianza de la derecha para derrotar al FMLN. Todavía no he escuchado lo correspondiente por parte de los rectores de las universidades, los dirigentes sindicales y los directores de ONGs...


Si todos entran en alianzas con los dos partidos hegemónicos, ¿quién trabajará para superar la polarización? ¿Quien utilizará la tribuna de las campañas electorales para llamar a la cordura, a proponer políticas públicas consensuadas?


¿Será posible que los partidos minoritarios, para alinearse cada uno en su respectivos bloques, empeñen su independencia y acepten la tesis de que aquí sólo hay dos proyectos y la absurda idea que para hacer política hay que estar o con ARENA o con el FMLN? Parece así, escuchando a los voceros del FDR, de Cambio Democrático y del PCN en los últimos días. Sólo del PDC se escucha palabras diferentes. Rodolfo Parker ya ha dicho hace medio año: Lo que viene es un terrible choque de trenes entre ARENA y el Frente, y solo un tonto de subiría a cualquiera de los dos trenes...

¿Será posible que también los intelectuales, los analistas, los “tanques” de pensamiento, los gremios profesionales y empresariales, los movimientos sociales y las universidades caigan ante la presión y tentación de formar parte de una alianza ganadora, y abandonen su loable y tan necesaria función de trabajar para superar esta terrible reducción a dos opciones, para proponer nuevas salidas, nuevas visiones?


¿Será tan grande el retroceso en nuestra cultura política que pronto veremos nuevamente a instituciones como FUSADES y FUNDE –que en los últimos años han hecho una labor excelente de crear anticuerpos a la polarización estéril- regresar a sus antiguas militancias y lealtades, uno con ARENA, el otro con el FMLN? (Disculpen, uno con la gran alianza de salvar al país del comunismo, y el otro a la gran alianza por el cambio. O como sea que en el cercano futuro los dos bloques dominados por los dos partidos hegemónicos se vistan para seducir a los demás...)


Y luego las universidades – cada uno de regreso a su campo. La ESEN y la Matías Delgado alineándose con la derecha, UES, UCA y UTEC con la izquierda. Y las gremiales de profesionales y empresariales. Y, por supuesto, los medios de comunicación...


¿Es este el futuro del país? Habría que movilizar todas las reservas intelectuales, morales y creativas para evitarlo. Sobre todo movilizar el sentido de independencia, el anhelo de autonomía, el espíritu rebelde de disentir, el placer de nadar contra corriente, la resistencia de dejarse alinear...


Claro, ni el FDR ni el CD ni la “tertulia” de los honorables ni mucho menos instituciones como FUNDE o las universidades pueden abiertamente alinearse con el FMLN sin perder su credibilidad. Por esto hablan de una “gran alianza cívica por el cambio”, tan fuerte que al final hasta el FMLN se suma para apoyarla. Entonces, nadie se ha metido bajo las faldas del FMLN.


Pero, ¿cuáles movimientos cívicos? O peor aún, en el lenguaje nada menos del candidato Arturo Zablah, la que forja la alianza es “la sociedad civil”. ¿Cómo puede la sociedad civil, que por definición es la totalidad y la diversidad de la sociedad, ser partícipe de una alianza electoral? Entonces, Zablah más bien le cambia el nombre para no repetir los términos tan manoseados por la izquierda partidaria salvadoreña: “movimiento popular”, “movimiento social”, “el pueblo”...


¿Cuál “movimiento social”, “cuál sociedad civil” está proponiendo aquí alianzas a los partidos de la izquierda? Si la izquierda salvadoreña ha hecho todo lo posible para que no existan movimientos cívicos o sociales autónomos y auténticos. ¿Quién se va a creer este disfraz? Si esta alianza de la izquierda se hace, será dominada por el FMLN, que es la única fuerza de izquierda con presencia territorial, con un ejército de activistas. Y seguirá siendo la única fuerza con poder legislativo, sobre todo cuando todos sus competidores empeñan su autonomía.


La derecha no se complica tanto la cosa. No finge que juntos, entre todos los grupos de la derecha económica y política, hay que crear algo nuevo, sino simplemente exige que PCN, PDC y empresariado se alinean con lo que salga del acuerdo entre partido y poder fáctico. Punto.

Lo que el país realmente necesita, es una sociedad civil fuerte, una ciudadanía autónoma, plural y crítica, movimientos sociales independientes. Lo que se hace pasar de democrático y participativo -estas alianzas que trascienden los partidos- en realidad es destructivo para la sociedad civil, la democracia y la participación ciudadana.


Lo que el país realmente necesita, es una alianza totalmente distinta: un pacto entre las partes pensantes, innovadoras, responsables de la izquierda y de la derecha. Un pacto contra los polos de la polarización, no alrededor de ellos. La alianza entre todos que apuestan a más pluralismo, más opciones, menos polarización, menos mentalidad de campos. Tal vez este pacto no es viable para el 2009. Pero si todos se alinean ahora, no queda nadie para hacerla viable para el futuro.
(Publicado en Siguiente Página)

lunes, 6 de agosto de 2007

El periodismo es indispensable

De repente soy un “blogger”. Cuando iniciamos Siguiente Página, escogimos este medio por lo fácil y barato que es montar y mantener un blog, en comparación con una completa página Web. No hablar de montar un periódico digital. No teníamos la más mínima intención de entrar en una nueva subcultura, de volvernos parte de un movimiento. No teníamos ninguna pretensión de construir lo correspondiente a la democracia directa en la comunicación masiva. Sólo queríamos escribir y poner a la disposición del debate público nuestras ideas. Yo, en particular, no tuve ni tengo ni nunca voy a tener la intención de convertirme de periodista en “blogger”. Soy un periodista –en este momento sin periódico- que usa un blog para comunicarse. Así como antes usaba como medio un periódico digital sin pretender convertirme en “periodista virtual”.


En la primera semana de su existencia, a Siguiente Página le cayeron diariamente docenas de comentarios. Habíamos discutido que íbamos a filtrar los comentarios, con un criterio de sentido común: no publicar comentarios que contenían insultos, arengas partidarias, amenazas, incitación a la violencia. El problema: 90% de los comentarios recibidos no eran publicables. Alguien de nosotros tenía que pasar horas leyendo basura; alguien tenía todos los días que tomar decisiones editoriales: publicar o no publicar. Todo esto para publicar unas pocas cartas. Incluso, de las cartas publicables la mayoría no aportaba mucho al debate. No eran insultantes ni violentas, pero tampoco sustanciales.


Los comentarios a los blogs parecen la versión virtual de las llamadas a las entrevistas televisivas de la madrugada. A lo mejor son los mismos autores. Pensar que los comentarios –digitales o telefónicas- constituyen participación ciudadana y democratización de la comunicación, es absurdo. En su gran mayoría, son expresión de resentimiento, intolerancia, agresión. Entiendo perfectamente porque Nacho Castillo cerró el teléfono abierto en su programa Ocho en Punto. He estado sentado en estas entrevistas respondiendo a llamadas de gente que te atacan desde el anonimato, y de otros que confunden el medio de comunicación con la sala de un siquiatra.


Además en nuestra incursión al mundo de los blogs nos topamos con un problema que muy rápido nos llevó a la decisión de cerrar la modalidad de los comentarios a cada artículo que proveen los blogs: casi todos son anónimos o usan seudónimos. E incluso cuando son firmados con nombre y apellido, pueden ser seudónimos o nombres falsos. No hay ningún filtro técnico que impida que alguien mande un comentario y lo firme con el nombre de un personaje real. Es éticamente inadmisible publicarlos.


Cuando cerramos el canal de los comentarios, nos llegaron muchas cartas al e-mail reclamándonos que así no se valía, que estábamos violando la cultura bloguera, que esto era censura. Resulta que la posibilidad que cada lector agregue a cada “posteo” (así llaman los artículos publicados en un blog) un comentario, la posibilidad que este comentario esté lleno de violencia verbal, y la posibilidad de firmar este comentario con cualquier tipo de seudónimo, es parte integral de la “cultura bloguera”.


Entonces, en este sentido Siguiente Página no es un blog. Ni lo quiere ser. Yo no escribo “posteos”, sigo escribiendo columnas de opinión. Nuestro contorno intelectual no es el mundo de los blogs y sus comentarios anónimos, sino el debate nacional, tenga lugar en periódicos impresos en papel, en periódicos virtuales, en radio o televisión, en blogs o en eventos públicos, pero de personas reales que ponen su cara y su nombre.


No estamos publicando en un blog porque sentimos que estén agotados los medios de comunicación. No estamos usando el medio del blog porque queramos sustituir el lenguaje periodístico por otro más personal. Yo siempre he tratado de usar un lenguaje personal en mi labor periodística, independiente del carácter técnico del medio que uso para publicar.


Mucha gente piensa que el Internet, con sus inmensas posibilidades de comunicación directa y del acceso ilimitado, es la alternativa al periodismo. Algunos incluso piensan que es más democrático, ya que elimina la mediación del medio. Cada uno pone al Internet su información, cada uno la puede bajar. Igual con la opinión.


Esta es una gran paja. El Internet, las miles de páginas Web y blogs que son manejados por organizaciones, partidos, empresas o individuos y contienen toda clase de información - todo esto es una maravilla. Pero no sustituye el papel que juega el periodismo. El periodismo como medio entre la infinidad de información y el receptor sigue siendo indispensable. Precisamente la multiplicación infinita de las fuentes de información en el Internet hace indispensable la labor mediática, investigativa, interpretativa, seleccionadora, analítica y opinativa del los periodistas profesionales.


El hecho que los medios impresos posiblemente se verán desplazados por medios digitales, no contradice esta afirmación. Aunque se vuelvan digitales, siguen siendo medios. No es el acceso inmediato del ciudadano a la información, no es el “periodismo ciudadano”, no son los millones de blogs que van a sustituir el periódico tradicional, sino su versión digital pero no menos profesional. Todo esto es complemento –a lo mejor complemento necesario y enriquecedor- al periodismo, al reporteo, a la columna periodística, a la mediación del medio, pero no los puede sustituir.


Nicholas Lemann, decano de la escuela de periodismo de la Columbia University en New Cork y ex-reportero del New Yorker y del Washington Post, fue entrevistado sobre esta problemática por el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung. Le preguntaron: “En el Internet hoy cualquiera puede ser periodista. Hay una propagación de páginas Web del llamado periodismo ciudadano (citizen journalism). ¿Aun necesitamos periodistas profesionales?”


Nicholas Leman contesta: “Depende de qué entendemos de periodismo. Lo que el mundo necesita, sin duda, son reporteros profesionales. Para investigar y escribir reportajes tal vez no sea indispensable un entrenamiento formal, pero si se necesita tiempo. Y tiempo cuesta dinero. Reporteros pasan días enteros buscando facts, y esto constituye un valor social muy valioso. Este trabajo no se hace mandando un par de e-mails.”


Pregunta: “¿Está en peligro el periodismo de calidad?”


Nicholas Leman: “No, no lo creo. En vez del término periodismo de calidad, prefiero el término reporteo. En este sentido existe una élite del periodismo investigativo que más o menos es inmune a las fuerzas del mercado.”

Quiero creer esto. . Los periodistas tenemos que trabajar para que esto sea cierto. Esta inmunidad hay que conquistarla, el mercado no la concede voluntariamente.


Estas son mis reflexiones para el día del periodista. ¡Felicidades, colegas periodistas!


(Publicado en Siguiente Página)