sábado, 29 de septiembre de 2018

Carta: Si me tocara interrogar a los candidatos presidenciales

Preguntas que haría a los 4 candidatos:

-¿Me puede nombrar tres personas que se puede imaginar como su Ministro de Seguridad y otros tres que podrían asumir el Ministerio de Hacienda?

-Todos hablan de reforma fiscal. ¿Cuáles son para usted los 3 pilares principales para esta reforma?
-¿Qué hará su gobierno con la iniciativa de las Zonas Económicas Especiales propuesta por el actual gobierno?

-¿Cómo quedará bajo su gobierno la relación de El Salvador con las dos Chinas?

-¿Qué cambios hará usted en la política energética?

Preguntas a Hugo Martínez:

-¿Qué haría usted diferente a ambos presidentes del FMLN para evitar las violaciones de Derechos Humanos por parte de la PNC y el sistema penitenciario, señalados por representantes de Naciones Unidas?

-Funes y Sánchez Cerén no lograron cumplir sus promesas de creación de empleo. ¿Qué haría diferente?

-Como presidente le tocará no solo ejecutar (como lo hizo como canciller), sino definir la política exterior del país. ¿Cambiaría la posición de El Salvador en la OEA ante las crisis institucionales, de Derechos Humanos y humanitarias en Venezuela y Nicaragua?

Preguntas a Nayib Bukele:

-Su campaña se nutre del rechazo a los partidos tradicionales, sobre todo al FMLN y ARENA. ¿Cómo construirá gobernabilidad con una Asamblea en la cual no habrá mayoría sin votos de estos dos partidos? Félix Ulloa dijo: “gobernando con el pueblo”. ¿Qué significa esto en concreto?

-GANA fielmente apoya las políticas de mano dura. Exige medidas aun más duras (pena de muerte, patrullas civiles, etc.). Su discurso es diferente, priorizando el diálogo e inclusión social. ¿Cuál concepción se va a reflejar en su gobierno?

-¿Cuál es su concepción de la responsabilidad fiscal?

Preguntas a Josué Alvarado:

-Usted es el outsider por excelencia en esta carrera. Explique cómo y de qué sectores piensa reclutar a los docenas de funcionarios para su gabinete y las autónomas.

-Usted dice que para VAMOS la prioridad #1 es “combatir la violencia”. ¿Cuáles son los errores que se han cometido en esta lucha y cómo los va a corregir?

-Usted dice que sabe cómo restablecer la paz social. ¿Considera usted abrir un diálogo con las pandillas para su inserción a la vida legal y productiva?

Preguntas a Carlos Calleja:

-Su familia es dueña de una de las empresas más importantes del país. Otros empresarios emblemáticos apoyan su candidatura. ¿Cómo blinda a su gobierno de conflictos de interés y prácticas mercantilistas?

-Bajo los últimos dos gobiernos de ARENA la inseguridad y la violencia masiva se han incrementado. También bajo los gobiernos del FMLN. ¿Con qué políticas nuevas piensa revertir esta tendencia?

-Usted se presenta como candidato proveniente de la sociedad civil. ¿Por qué no se aparta del culto a la personalidad del fundador de ARENA? ¿Tiene problemas de evaluar críticamente los elementos cuestionados del origen de ARENA?


Como no seré moderador de ningún debate, pueden dar sus respuestas en redes sociales.


Saludos,

jueves, 27 de septiembre de 2018

Carta a los que se impresionan con las encuestas: Calma, no se dejen engañar

Estimados consumidores de las redes sociales:
El equipo de propaganda de Bukele es deficiente para promover el debate basado en argumentos, propuestas racionales. La verdad es que está hecho para esto, no tienen este propósito. No está hecho para debatir, sino para propaganda. Y para este fin, hay que reconocerlo, es muy eficiente. ARENA y FMLN, en este campo, parecen aprendices.

Ayer las redes sociales, campo principal de batalla del Team Nayib, logró puntear en su intento de crear la percepción de que las elecciones presidenciales ya están definidas y que el ganador es Bukele. Ayer CID Gallup publicó su nueva encuesta, y Nuevas Ideas y sus múltiples pasquines digitales saturaron las redes con estos mensajes: “Nayib ganará en primera vuelta”, “25 puntos encima de Calleja”.

Todo el mundo sabe que las encuestas no solamente son instrumentos de análisis. También son instrumentos de propaganda. Y el método de engañar es la lectura parcial de los datos que una encuesta arroja. Y así es en este caso. CID Gallup hizo dos simulacros de voto, uno poniendo a la gente a escoger entre los candidatos – y el otro poniéndolos a votar en una papeleta real, con los banderas de los partidos. Y los dos arrojan marcadas diferencias.

El único resultado que anda flotando por todas partes en redes es el simulacro de votación con nombres, que da a Bukele 45%, a Calleja 20%, a Hugo Martínez 7%, a Josué Alvarado 1%, y un 27% de indecisos. Este es que favorece a Bukele que se conozca. Pero no es simulacro real.

Pero en el simulacro que corresponde a como realmente vamos a votar, marcando en una papeleta con las banderas de los partidos, nos da la imagen de una carrera mucho más cerrada: 39% marcan GANA, 13% marcan FMLN, y 31% marcan las banderas de la coalición ARENA, PCN, PDC y DC.

39% versus 31%, a más de 4 meses de una elección presidencial, no debería provocar ni celebraciones y euforia de unos, ni tampoco susto o desesperación otros. Quien se deja de impresionar por una diferencia tan insignificante, se equivocará en su estrategia – y pagará las consecuencias.

Viendo los datos de Gallup queda evidente que Calleja y Martínez todavía no han logrado movilizar las bases de sus partidos, ni el porcentaje de población que simpatiza con sus partidos. Esto, en El Salvador y en muchas partes, suele reflejarse en las encuestas al inicio de las campañas, pero esta brecha suele cerrarse gradualmente al acercarse el día de la verdad. Las campañas de Calleja y de Hugo Martínez tienen que analizar bien esta situación, y sacar las estrategias adecuadas. Esta estrategia no puede ser quedarse atrapados en campañas dirigidas a sus propias bases. La única forma que las bases se van a animar y movilizar es cuando vean que sus candidatos, asumiendo liderazgo y propuestas audaces, comienzan a puntear con los ciudadanos indecisos y escépticos.

Aquí no hay nada decidido, ni perdido ni ganado. Está todo por decidir en los 4 meses de campaña que comienzan la próxima semana. Ni siquiera conocemos las propuestas de los candidatos. No hemos visto su temple en un debate. Los ciudadanos harían bien en no dejarse engañar por la propaganda que se hacen con las encuestas.


Saludos,


martes, 25 de septiembre de 2018

Otra carta a los candidatos: No se corran del tema Seguridad

Escuchamos las primeras pinceladas de un retrato difícil: el de los planes de Seguridad de las fórmulas presidenciales. Recibimos un retrato abstracto, dibujado por Félix Ulloa, quien dijo todo lo políticamente correcto que se puede decir sobre este tema – pero lo único concreto que anunció fue que van a continuar con el Plan El Salvador Seguro y con el Concejo Nacional de Seguridad Ciudadana, así como fue concebido y conducido por Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. ¿Más de lo mismo?

Josué Alvarado, candidato presidencial de VAMOS, y Carmen Aída Lazo, candidata a la vicepresidencia de la alianza opositora nos dibujaron por lo menos bocetos de lo que podría ser un cambio de rumbo en la política de Seguridad: invertir la relación entre represión y prevención, priorizando la prevención y convirtiéndola en el eje central de las políticas económicas y sociales del país.

El escenario: un foro convocado por el PNUD y el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia para que los candidatos expusieran sus conceptos de política de Seguridad. Un reto incómodo, porque las fórmulas todavía no tienen listos sus planes de Seguridad. Pero más incómodo aun porque la violencia es el tema más sensible para la población – y a la vez el terreno más resbaloso para los candidatos. Saben que para solucionar el problema hay que romper con las políticas de mano dura (versión ARENA y versión FMLN), pero nadie sabe cómo le irá a un candidato que con audacia propone soluciones alternativas.

¿Será por esto que Bukele y Calleja decidieron mandar mejor a sus vices para medir la temperatura del agua antes de quemarse ellos, y que el Frente prefirió no asistir a este foro?

Pero Josué Alvarado y Carmen Aída Lazo mostraron que, por muy delicado que sea el tema, sí se pueden plantear alternativas, aun cuando no correspondan al supuesto clamor popular por medidas más drásticas. Alvarado puso en el centro las comunidades y planteó que hay que intervenirlas, pero no con plomo y sembrando temor entre los jóvenes, sino respondiendo a sus necesidades básicas: educación, salud, oportunidades. Fue también el que más énfasis puso en el daño que las redadas indiscriminadas causan a la confianza de estas poblaciones en el Estado.

Lazo, por su parte, puso el énfasis en la urgencia de invertir más en prevención, pero al mismo tiempo cambiar radicalmente su concepto. Lo definió así: Prevención efectiva requiere que todas las políticas públicas (sobre todo de inversión social, de crecimiento económico y de educación) se concentren en erradicar la pobreza y la exclusión – y en la generación de empleos y oportunidades.

Si desarrollan bien estos enfoques, pueden construir un plan de Seguridad Ciudadana integral con sentido. Faltan muchos elementos concretos, y también más audacia para nombrar con claridad los errores de las políticas pasadas y actuales. Un ejemplo: Cuando el moderador preguntó a los candidatos por sus medidas inmediatas para enrumbar la política de Seguridad, nadie dijo que volver a establecer el control civil sobre la policía. Tenemos un Ministerio de Seguridad en manos de policías, controlándose ellos mismos. Por esto nadie detiene los serios abusos de autoridad. Necesitamos un ministerio civil controlando al instrumento armado.

Otro ejemplo: Nadie tuvo el valor de decir que hay que cambiar radicalmente las prioridades del gasto público. Hay que dejar de regar recursos a todos los sectores y territorios por igual, y focalizar las intervenciones donde producen impacto estructural sobre la pobreza y a la vez sobre la inseguridad. Claro, priorizar y focalizar significa atender menos a otras demandas. Nadie tiene el valor de decir que va a reducir los subsidios generalizados para poder duplicar los presupuestos de los centros educativos en las zonas más conflictivas. Decir esto podría costar votos, pero hacerlo seguramente salvará vidas.


Repito: El tema Seguridad es terreno liso para candidatos en campaña. Sin embargo, queremos soluciones, y ustedes tienen que tener el valor de presentarlas. Si no, quedamos atrapados en más clientelismo y más violencia.



Saludos,

domingo, 23 de septiembre de 2018

El vacío de liderazgo. Columna Transversal

Estamos a días del arranque oficial de la carrera presidencial. Los candidatos no dan muestras de que realmente están listos.

Si Carlos Calleja no asume con firmeza el liderazgo dentro de su Alianza por un Nuevo País, el arranque de su campaña será complicado. Si su apuesta de verdad es esta alianza, los partidos coaligados tienen que entender que les toca subordinar todas sus acciones políticas y legislativos a una estrategia única y consensuada, encabezada por sus candidatos.

El primer test es la elección de los magistrados para la Corte Suprema. De repente el PCN sale con propuestas que más coinciden con los dos partidos que bloquean el proceso, GANA y FMLN. Debería haber una sola y sólida propuesta de la Alianza, concertada con la sociedad civil. Es hora de que Carlos Calleja golpee la mesa, tanto la de su partido como la de su coalición. Y que la golpea con fuerza, para que se oiga fuera de la sala de reuniones.

El FMLN tiene el mismo problema. La manera como en el tema de los magistrados, la fracción del FMLN apoya las estrategia de obstrucción de GANA, pone a Hugo Martínez en un dilema complicado. Para él lo más importante es desligarse de GANA y su candidato Bukele, porque ellos son sus verdaderos enemigos a vencer. Cualquier complicidad con ellos será un obstáculo para recuperar los votos que están migrando del FMLN hacia Bukele. Hugo Martínez, para que puede recuperar su rol como el principal adversario de ARENA, primero tiene que construir un perfil claro que lo distingue del populismo y oportunismo de Gana/Nuevas Ideas/Bukele. Y para hacerlo, también hace falta que golpee la mesa del Politburó.

A ambos, Calleja y Martínez, les conviene perfilarse como los dos candidatos que tienen propuestas claras, que representan dos ideologías congruentes con estrategias racionales para definir el rumbo del país —pero que al mismo tiempo tienen la capacidad y voluntad de actuar juntos donde hay coincidencias impuestas por el interés nacional. Esto lo pueden comenzar a comprobar resolviendo juntos la entrampada elección de magistrados.

El segundo test, tanto para la Alianza encabezada por Calleja como para el FMLN, es el presupuesto para el año 2019, que es el año de la transición. Solo juntos la alianza de Calleja y el FMLN pueden dar estabilidad a El Salvador, consensuando un presupuesto que permita al gobierno saliente terminar bien su mandato, y al gobierno entrante a arrancar bien con el suyo, en junio 2019. Cualquier complicidad con GANA, sea por parte de ARENA, sea por parte del FMLN, en el tema del presupuesto y del manejo de la deuda sería un error estratégico, con consecuencias negativas no solo para sus respectivas campañas, sino para el país y su estabilidad.

Para pasar bien ambas pruebas, y para proyectar al ciudadano que en las elecciones presidenciales pueden escoger entre dos proyectos congruentes, pero claramente distintos, mientras que la tercera fuerza no tiene congruencia y es impredecible por su carácter populista y oportunista, es indispensable que Carlos Calleja y Hugo Martínez garanticen que las propuestas de sus respectivos campos realmente sean congruentes, claras y realistas. Hasta la fecha, ni Calleja ni Martínez han asumido este liderazgo. Sus partidos no tienen la capacidad de resolver este dilema. En el fondo lo saben, y es por esto que escogieron a candidatos que no están casados con los conceptos tradicionales de estos partidos y con las políticas fracasadas: en seguridad, en educación, en cómo generar crecimiento económico que se traduzca en inclusión social. Ahora es el momento cuando los candidatos tienen que asumir su rol de líderes que saben romper con dogmas y abrir espacios de innovación.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Carta a la Asamblea: Turismo desvergonzado

Estimados diputados:
A ver si entre ustedes hay un cuerdo y valiente que presente en la próxima plenaria la siguiente iniciativa: “Esta Asamblea no designa a ninguna delegación oficial a viajar a Roma para representar a este Órgano del Estado en la canonización de monseñor Oscar Arnulfo Romero, porque no corresponde a las funciones que la Constitución nos asigna. La Asamblea otorgará permiso sin goce de sueldo a cualquier diputado, quien a título personal y pagándose el viaje decida asistir a dicho evento.”

Fuentes de la Asamblea
dieron a conocer que los diputados Francisco Merino del PNC, Numan Salgado de GANA, y Nidia Díaz del FMLN viajarán a Roma en representación de la Asamblea. Según reportes periodísticos, la Asamblea gastará $8,831.29 solo en boletos aéreos: $4,264.05 para el boleto de Chico Merino; $3,070.09 para el boleto de Numan Salgado; y $1,526.15 para el boleto de Nidia Díaz.
¡Que raro! Las líneas aéreas ofrecen boletos ida y vuelta San Salvador-Roma, clase económica, entre $1,000 y $1,200. Y varias agencias de viaje ofrecen paquetes completos por $2,341.00, que aparte del vuelo incluyen hoteles, desayunos para 6 días – y hasta excursiones a Venecia y Florencia.

No, pero esto solo es para la gente honrada. Nuestros diputados, aparte de gastar en boletos a precios exorbitantes, recibirán entre $3,956.25 (Nidia Díaz) y $4,736.25 (Salgado y Merino) en viáticos. Esto es, para decirlo sin ofender, escandaloso. Ustedes tienen que revertir esta decisión, sea quien sea quien la haya tomado.

Pero no solo es el problema de los costos y de la sinvergüenzada de cobrar tantos viáticos. Más allá de esto es un problema institucional y político. Institucional, porque constitucionalmente no le corresponde a la Asamblea (ni al gobierno, ni al órgano judicial) hacerse representar en actos religiosos. Somos un Estado laico, y por más importante que la canonización sin duda es para la nación salvadoreña, no es un asunto del Estado.

Y el problema político: ¿Realmente nos sentiremos dignamente representados, en un evento de importancia global y con tanto peso ético como la canonización de monseñor Romero, por Francisco Merino?

Los que deben asistir a este evento, representándonos ante los ojos de todo el mundo, son los personajes con más peso moral y estatura ética de nuestro país, no funcionarios mediocres y de dudosa reputación. Muchos de ellos son representantes de comunidades humildes, pero estoy seguro que habrá fondos privados para financiar estos viajes.


Ustedes, los diputados, olvídense de Roma y dedíquense a sus tareas incumplidas: elegir a los mejores magistrados; estudiar el presupuesto 2019, que tiene que dar viabilidad al gobierno saliente como al que asumirá en junio próximo; preparar las condiciones para que la elección del fiscal general no se convierta en otro desastre que ponga al país en crisis institucional.


Saludos,

jueves, 20 de septiembre de 2018

Carta a los candidatos, medios y universidades: Convoquen múltiples debates presidenciales

Estimados amigos:
Ayer las cuatro campañas presidenciales firmaron el compromiso de participar en un debate organizado por ASDER, que será transmitido por todas las radios y televisoras afiliadas a esta asociación. Perfecto. Un primer paso. Pero no puede ser un solo debate. Mucho menos un solo debate tan aguado como ASDER suele hacerlo.

Espero que los candidatos y los medios no hayan firmado un acuerdo de exclusividad que evite que los medios puedan producir o transmitir otros debates.

Necesitamos varios debates, en diferentes modalidades, con diferentes moderadores:

– otros debates de televisión, incluyendo de los candidatos a la vicepresidencia;
– debates más dinámicos, con los candidatos libremente discutiendo entre ellos;
– foros tipo ‘town hall’ en universidades o barrios, donde los candidatos discutan con los ciudadanos;
– debates temáticos sobre seguridad, empleo, corrupción, educación, donde los candidatos discutan con expertos;
Necesitamos todo esto para que los votantes podamos descubrir de qué están hechos los candidatos, qué temple tienen – y para que veamos si sus propuestas tienen sustancia.

Los debates, cuando son bien hechos y múltiples, no los gana el que habla más rápido, más fuerte y más bonito. Los gana quien tiene carácter y sustancia. Cuando más de la mitad de la ciudadanía todavía no sabe por quién votar, solo los debates pueden darnos elementos y criterios racionales para tomar la decisión.

Y si en el país no hay quien tenga la capacidad, la imparcialidad y el valor de organizar un verdadero debate, que inviten a CNN o CBS a que produzcan –en San Salvador, Los Angeles o Washington- un debate como ellos saben ponerlo en escena.

Ya van a comenzar las campañas con todo lo que significa: spots y cancioncitas que saturarán las radios y la televisión; vallas y mupis por todos lados; ataques mutuos; entrevistas hasta más no aguantar. Cada partido va a publicar su plan de gobierno, mamotretos a todo color que muy pocos van a leer. Pero todos estos instrumentos de campaña son monólogos. Los monólogos no sirven mucho para medir a los candidatos.

Necesitamos que los candidatos se encaren, se reten, se corrijan mutuamente. Y de cara a toda la ciudadanía.

El otro instrumento de campaña que tiene sentido, pero poco se hace, es el ‘town meeting’, donde el candidato se para frente a una audiencia local, dispuesto a responder a la preguntas, críticas y propuestas de la gente. No los ‘tarimazos’, donde cada uno de los candidatos habla a sus militantes acarreados. Necesitamos que cada candidato salga de su zona de confort y encare a comunidades enteras, audiencias críticas y exigentes. Lo pueden hacer juntos o cada uno por separado. Quien tiene el valor de hacerlo, se ganará el respeto de la gente.


Está bien que el 13 de enero del 2019 tengamos un debate, que será transmitido en todas las radios y televisoras. Pero mientras tanto, ¿sólo vamos a escuchar cancioncitas y monólogos? No jodan. Pónganse las pilas, candidatos, medios y universidades…


Saludos,

martes, 18 de septiembre de 2018

Carta a Yesenia Hernández: ¿Ingenua o tramposa?

Estimada concejal:
En Twitter se me ha desatado una ola de protesta (incluyendo los usuales insultos), porque le llamé a usted “ingenua” – por pensar que cambiándose del PDC al campo de Bukele estaría ayudando a “despolarizar” el país. Yo tengo la opinión que Bukele es la figura más polarizante de este país. La confrontación que él genera ya no es la clásica entre derecha e izquierda, sino una nueva y aun más explosiva entre democracia plural y caudillismo demagógico. Es a confrontación de uno contra todo el sistema político. No ver esto y pensar que Bukele es el hombre que sepa superar la polarización – eso es lo que yo llamo “ingenuo”.

¿Por qué sus defensores en las redes sienten que decirle “ingenua” es un insulto, casi un delito de violencia contra a mujer? Todo lo contrario: “Ingenuidad” es a interpretación más benévola que uno puede hacer del transfuguismo que ustedes han cometido al postularse a principio de este año como candidatos del PDC; al asumir sus cargos de alcaldes o concejales bajo la bandera del PDC; y al salir en septiembre uniéndose a la campaña de GANA-Nuevas Ideas. La otra interpretación, hecha por muchos, es que ustedes se vendieron, al mejor estilo de GANA, que es un partido nacido del transfuguismo que hizo de la compra-venta de voluntades políticas su negocio.

Yo no la estoy acusando de haberse vendido. No creo que a usted la compraron. No hubo necesidad. Y con esto llegamos a definir lo que significa “ingenuidad”. La Real Academia Española lo define así: ingenuidad = candor, falta de malicia.” Google nos da una definición más explicativa: “ingenuo = persona que es sincero, candoroso y sin doblez y actúa sin tener en cuenta la posible maldad de una persona o la complejidad de una situación.”

Esto es exactamente lo que yo quería expresar cuando le dije “ingenua”: Usted realmente cree en el discurso de Bukele, sin tener en cuenta su posible maldad, ni a complejidad de la situación de nuestro país. Usted no ve que el movimiento de Bukele, que surge de su capacidad de ubicar y luego profundizar y movilizar los resentimientos y las frustraciones que tantos (con sobradas razones) tienen con la política nacional, no es para superar la polarización – es para que surja un nuevo polo que se enfrenta a todos.
De todos modos, si queremos hablar de culpa, no la tienen solamente ustedes. Parte de la responsabilidad tiene el PDC, que conscientemente aceptó a candidatos, quienes abiertamente simpatizaron con Nuevas Ideas más que con el PDC. Era obvio que ustedes eran candidatos de Bukele, a pesar de su discurso oficial del abstencionismo. Su operador de propaganda, Neto “El Brozo” Sanabria, los estaba promoviendo abiertamente durante toda la campaña.

Todo este fenómeno también se podría interpretar como una infiltración planificada de agunos celestitos en el PDC – para luego conseguir que este partido se sumara a la candidatura de Bukele. Puedo entender que están algo decepcionados que esto no prosperó – y que en vez de conseguir otro partido taxi, Bukele se tuvo que conformar con algunos tránsfugas que se le unieron a título personal.


No son los únicos ingenuos que se unen a este movimiento, a pesar de su carácter caudillista y su falta de sustancia política. Solo espero que los ingenuos no se dejen contaminar de la malicia de sus operadores.
 


Saludos de


domingo, 16 de septiembre de 2018

Carta sobre la corrupción: Ver el bosque, no solo los árboles podridos

La corrupción es un cáncer. Puede matar la democracia. De acuerdo. Pero no nos damos cuenta que la medicina que recetamos puede ser más mortal que la enfermedad.

¿Por qué ahora estamos hablando todos de la corrupción? Es porque ahora hay más transparencia; hay más investigación; hay juicios; hay un presidente confeso y condenado, y otro prófugo; hay más vigilancia ciudadana; y porque leemos sobre la corrupción todos los días en los periódicos.

¿Estos son muestras que el país se está hundiendo en corrupción – o más bien que al fin estamos empezando a superarla? El país parece asumir lo primero. Hay un clima de sospecha generalizada: Para muchos, toda la política, todos los partidos, los partidos enteros, todos los funcionarios son corruptos, incluyendo los futuros que todavía no han tenido oportunidad de mostrar de qué son hechos.

Es cierto: La corrupción es sistemática, como hemos visto en los casos Saca y Funes. Diseñaron un sistema de robo. ¿Pero es cierto que sea sistémica, como muchos nos quieren decir? Sistémico en el sentido que incluso los hombres y mujeres de buenas intenciones que asumen cargos políticos, necesariamente terminarán corruptos, porque el sistema los corrompe.

Es cierto: Todos los partidos políticos han tenido diputados, funcionarios, dirigentes corruptos. ¿Pero son corruptos los partidos, todos enteramente, y todos por igual? No.

Las medicinas contra la corrupción son: transparencia, vigilancia ciudadana, sólidas instituciones que la investigan, persiguen y enjuician. Necesitamos más de estas medicinas, y más eficientes. ¿Pero será buena medicina la sospecha generalizada? ¿Será buena medicina la descalificación general de los partidos, de la Asamblea Legislativa, del sistema de justicia? No.

La sospecha generalizada y la deslegitimación sistemática de las instituciones y los partidos, de la clase política en general, son tan erosivos para la democracia que la misma corrupción. Profundizan los resentimientos populares, dan oxígeno a la anti política, y en última instancia abren espacio para movimientos autoritarias y anti institucionales.

Hay discursos irresponsables que atizan este fuego. Algunos los usan por ingenuidad, otros por interés. Para los partidos emergentes, para tener éxito, lo más rentable es arremeter contra todo: el sistema, la clase política, el establishment, ‘los mismos de siempre’ – contra la política misma. Si fuera solamente Nuevas Ideas que emplea este discurso redentor, no lograría erosionar la confianza de la gente en el sistema democrático e institucional del país. Pero a veces también caen en este discurso otros partidos emergentes, como Vamos y Nuestro Tiempo, igual que movimientos ciudadanos que con buenas razones se organizan para denunciar las deficiencias institucionales.

Si además tenemos una embajadora de Estados Unidos, un fiscal general y medios que diariamente hablan de la corrupción, pero no saben proyectar que la crisis se debe precisamente a que al fin la estamos enfrentando, el resultado es fatal: Lo que en realidad es la fiebre producida por la lucha contra la corrupción, es percibida como la fiebre de la agonía fatal del sistema.

Es en este ambiente que vamos hacia las elecciones presidenciales. En este ambiente de sospecha generalizada corremos peligro que ningún candidato, aun cuando proponga las soluciones correctas, tenga credibilidad. En una situación donde es urgente que los incipientes esfuerzos de transformar, limpiar y abrir los partidos adquieran fuerza y logren cambios, existe el peligro que se estrellen contra el muro de la incredulidad generalizada.

Los movimientos autoritarios y demagógicos no necesitan que los ciudadanos les crean. Lo único que necesitan es que los ciudadanos ya no crean a nadie y en nada. Así se genera la situación absurda que las propuestas más indecentes de repente puedan competir en igualdad de condiciones – o incluso con ventaja, siempre cuando logren explotar y movilizar las frustraciones y los resentimientos que con sobradas razones tiene la gente.


¿Qué hacer? Ver el bosque y no solo los árboles podridos. Exigir transparencia, instituciones sólidas e independientes, mejores políticas públicas. Y más sensatez. Creamos en nuestro poder ciudadano para producir cambios en los partidos e instituciones, en vez de delegarlo a redentores.


Saludos,

jueves, 13 de septiembre de 2018

Carta a Félix Ulloa: ¡Gracias!

Estimado candidato:
Me encanta la lista de principales críticos de tu proyecto Nuevas Ideas, que presentaste recientemente en una entrevista matutina, y que uno de los “periódicos” digitales de este partido publicó gustosamente: “Hay un coro que son los detractores oficiales de Nayib: Rubén Zamora, Roberto Rubio, los hermanos Samayoa, Jorge Villacorta, Paolo Luers. Los vas a oír en coro orquestado atacando el proyecto de Nuevas Ideas.” 

Para mi, es un honor figurar en esta lista.

Tú conoces muy bien a todos los integrantes de esta lista de honor. Todos son parte de tu propio historial en la izquierda salvadoreña. No te tengo que explicar que todos provienen de la izquierda, y que han jugado su papel en la larga lucha contra el militarismo, la represión y los gobiernos autocráticos – y luego en la solución política al conflicto armado, así como en la construcción de la democracia que se abrió camino luego de la firma de los Acuerdos de Paz.

Pero los integrantes de tu lista no son de cualquier izquierda. Son de la izquierda que estuvo con el Frente cuando se trataba de enfrentar a la dictadura y la supresión de las libertades de expresión y organización, pero que se volvieron críticos del Frente cuando este se transformó en un partido autoritario, vertical y dogmático.

Estás hablando de personas que se enfrentaron a los dirigentes del FMLN, con argumentos sólidos e insistentes basados en los ideales de una izquierda democrática, cuando tu líder Bukele, como él mismo cuenta, se sintió identificado con este partido y se inspiró en la figura de Schafik Hándal.

Estás hablando de personas que descubrieron y criticaron la trampa populista de Mauricio Funes, en el mismo momento que Nayib Bukele comenzó a vincularse a su gobierno nefasto para convertirse en su publicista bien remunerado. Cuando Nayib Bukele entró al FMLN para convertirse en alcalde, muchas de las personas de tu lista (todos, menos Rubén Zamora) en el 2012, fueron atacados e insultados cada sábado en los programas radiales del presidente Funes, porque criticaron su estilo de vida y gobierno.

Estás hablando de líderes de opinión quienes, mientras que tú te acercaste a Tony Saca y apoyaste su intento de regresar al poder en el 2014, insistentemente denunciaron la corrupción y el populismo demagógico que Saca había inyectado al sistema político salvadoreño.

Estás hablando de personas que, mientras Nayib Bukele pactó con las figuras más oscuras del FMLN para convertirse en alcalde de San Salvador para luego aspirar a la candidatura presidencial del FMLN, estaban siendo atacados por estas mismas figuras de la dirección del Frente como “traidores”, porque continuaron señalando al FMLN sus fracasos como partido de gobierno.

Estos son las personas que tú denuncias como “los detractores oficiales” de Nayib Bukele y su pacto con GANA, partido que fue creado por el grupo de Saca y financiado con fondos de la Casa Presidencial de Mauricio Funes.


Somos los que no vamos a permitir que nuevamente, luego de la triste experiencia con Funes, los oportunistas se apropien de las banderas de la izquierda democrática, solo porque de repente asumieron posiciones críticas al FMLN, luego de mamar durante años de sus tetas.


Sólo te puedo agradecer que me hayas incluido en esta lista de honor.
 

Saludos,


sábado, 8 de septiembre de 2018

Carta a los salvadoreños sin trabajo fijo y digno: Digan “¡Es el empleo, estúpidos!”

Estimados amigos:
Al inicio de la campaña presidencial del 1992, cuando Bill Clinton retó al presidente George Bush padre, quien buscaba un segundo mandato, hubo una reunión interna del el equipo de campaña de Clinton para definir la estrategia. James Carville, el estratega maestro de Clinton, puso en la pizarra tres frases que representaban tres diferentes conceptos de en qué enfocar la campaña:

• Change versus More of the Same: Cambio en vez de Más de lo Mismo
• Don’t forget Health Care: No se olviden del Seguro de Salud
• Economy and jobs: La economía y empleos

La mayoría de los expertos en mercadología política y propaganda presentes apoyaron la fórmula mágica #1, algunos la segunda, y casi nadie la tercera. Hasta que Carville comenzó a hablar: “It’s the economy, stupids! – Es la economía, estúpidos. Cambio en vez de Más de lo Mismo es pura demagogia. Cambio puede ser cualquier cosa, y nadie cree en algo que no sea concreto. El Seguro de Salud es demasiado técnico. Lo que la gente necesita es trabajo…

Carville ganó el debate. “It’s the Economy, stupids!” se convirtió en la consigna central de la campaña. Clinton ganó.

Pero hay que entender esta historia bien: Esta consigna no se la inventó James Carville. Él la recogió en las fábricas y las escuelas del país. Era lo que la gente estaba diciendo a los políticos. Por esto fue una consigna victoriosa.

Aquí la trillada consigna de “el cambio” ganó con Funes en el 2009, pero solamente porque ARENA fue suficiente estúpido para no decir otra cosa que “Sigamos con los mismo”. “El cambio” siempre gana a “Más de lo mismo”. Pero jamás gana a una campaña focalizada en la real necesidad de la gente.

El actual candidato de ARENA, Carlos Calleja, corre con la consigna “Trabajo para todos” y promete crear 80 mil nuevos empleos al año. Con esto, va en la dirección correcta, porque el empleo, en El Salvador, es clave para todo, aun más que en los Estados Unidos de Bush padre y Bill Clinton. Aquí el empleo es clave para los tres problemas centrales no resueltos del país: la crisis de crecimiento, la crisis de seguridad, y la incapacidad de superar la pobreza extrema.
James Carville le diría a Calleja y su equipo: Ya que tomaron la decisión correcta de no combatir la amenaza populista con otro populismo, ¡hazlo bien y consecuente! Yo no solo dije: “Economía y jobs”, yo dije: “Economía y jobs, ¡estúpidos! Hay que ser agresivo e ir a la ofensiva para que la gente les entienda. Y sobre todo, hay que ser consistente: enfocar todo en el meollo del asunto. Hay que vincular todo con el empleo: la reforma educativa, la pobreza, el crecimiento, la exclusión social, seguridad, el abandono de los barrios…

Bueno, pero no estoy escribiendo una carta a los estrategas de campaña, sino a los que van a definir esta elección: los millones que no tienen empleo fijo, ni la educación y formación vocacional para que su trabajo sea digno y seguro para el futuro.

Las campañas, para ser ganadoras, tienen que ser reflejos de lo que la gente necesita. No estoy hablando de lo que la gente quiere escuchar, sino de lo que necesitan. Ustedes tienen que expresarse y exigir. Ustedes tienen que interrumpir a los candidatos, cuando les dan discursos demagógicos, e insistir en soluciones concretas y viables.

Decir “Trabajo para todos” y prometer 80 mil empleos al año no es suficiente. Ustedes necesitan saber cómo se va a hacer. Tienen que exigir a los candidatos, en este caso a Carlos Calleja, de dónde saco el número de 80 mil. Esta es la cifra de jóvenes que cada año entran al mercado de trabajo y no encuentran nada. Entonces, estamos hablando de 80 mil empleos para jóvenes. Pero esto no funciona por arte de magia. ¿Cuáles son las prioridades en el gasto del Estado que van a cambiar? ¿Qué van a cambiar en la educación media para que esto sea realista? ¿Cómo van a construir un sistema nacional de formación vocacional? ¿Cómo van a asegurar que mayor empleo se traduzca en más seguridad ciudadana?

Adopten ustedes la consigna “Empleo, estúpidos!” Grítenla cuando vienen a hablarles paja sobre “Los mismos de siempre” y enseguida los prometen cualquier cosa. Grítenla también cuando les vienen a hablar de trabajo, pero sin decir ¿dónde, cómo, para quién?


Saludos,


viernes, 7 de septiembre de 2018

¿Una Cicies o reformar leyes e instituciones? Columna Transversal

Lo que está en juego en el país ahora es si vamos a tener o no una institucionalidad capaz de cerrar los espacios que tan evidentemente han estado abiertos para la corrupción al más alto nivel del gobierno. Sobre este tema necesitamos propuestas y acciones concretas de los hombres que quieren ser el próximo presidente de la República. Pero no solo propuestas, sino también compromisos confiables —y acciones, desde ya.

Nayib Bukele propone la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad a semejanza de la CICIG que Naciones Unidas instaló hace 10 años en Guatemala, y de la que el presidente Jimmy Morales quiere deshacerse antes de que lo enjuicien.

La CICIG ha sido exitosa, sin ella no hubieran renunciado y no estarían condenados por corrupción el ex presidente Otto Pérez y su vice. Pero ahora vemos que no es una figura sólida, porque su existencia depende de decisiones del presidente. Por esta razón, siempre he estado escéptico, cuando aquí la sociedad civil exigía una CICIES. Necesitamos apoyo, experticia y músculo internacional para enfrentar la corrupción sistémica, pero poco sirve una Comisión Internacional si no reparamos, de una vez por todas, las fallas institucionales que han permitido la inmunidad de los corruptos.

No hay que descartar la posibilidad de una CICIES, pero igual hay que considerar otras figuras para captar apoyo internacional. Pero sin un plan integral de fortalecer y dotar de independencia y capacidad de controlaría efectiva a la Fiscalía, la Corte de Cuentas, la Sección Probidad, ninguna forma de apoyo internacional será capaz de resolver nuestros problemas.

En estos precisos momentos estamos en medio de una batalla por no permitir un retroceso en el rol positivo que la Sala de lo Constitucional, la Sala Plena, y su Sección Probidad han tenido en la lucha contra la corrupción y para construir institucionalidad democrática y sólida. De esto se trata la gran tensión en la Asamblea sobre los magistrados a elegir. Y de esto se trata el bloqueo que GANA está encabezando (y el Frente está respaldando), con la finalidad de alterar la correlación de fuerzas en la Corte Plena y en la Sala. Del desenlace de esta lucha depende todo lo demás: el futuro de Probidad, de la Corte de Cuentas, de la Fiscalía. Qué papel van a jugar estas instituciones en la lucha contra la impunidad y corrupción —un rol protagónico o uno obstaculizador-, depende de la futura Sala de lo Constitucional y de la correlación de fuerzas en la Corte Plena.

Por esto es poco creíble que un candidato anuncia que va a instalar una CICIES en el futuro, pero en el presente, en el momento crítico, no hace nada para asegurar que la lucha contra la corrupción no se estanque en la futura Corte Suprema.

Si los candidatos nos quieren convencer que desde la presidencia van a combatir la corrupción, tienen que intervenir ahora en esta decisión trascendental de la Asamblea, o sea de los partidos políticos. Bukele y Hugo Martínez no han querido (o podido) intervenir para que sus partidos (GANA y FMLN) dejen de obstruir la elección de los magistrados. Carlos Calleja ha logrado que su partido ARENA, luego de muchas vacilaciones, haya tomado una posición consistente en contra la tentación de negociar cuotas y en pro de una elección basada en méritos e idoneidad. Sin embargo, aún no ha logrado construir posiciones y propuestas consensuadas entre los partidos de su coalición.

Ambos, Bukele y Calleja proponen la eliminación de la Partida Secreta. Pero hay diferencias: Solo Calleja y los partidos de su coalición convirtieron esta propuesta en iniciativas legislativas, dentro de un paquete de 5 reformas que permitirían cerrar el espacio a la corrupción desde el Ejecutivo. Y solo Calleja precisó y a la vez amplió la propuesta: Comprende todos los fondos que están a la disposición discrecional, sin rendición de cuentas, del presidente, de ministros y de otros funcionarios del Estado —y de las transferencias presupuestarias sin aprobación de la Asamblea que nutren a estos fondos. El paquete de medidas propuesto por Calleja cuenta con 49 votos en la Asamblea y puede ser aprobado sin demora, excepto la reforma constitucional que alarga el periodo de prescripción para delitos de corrupción de 10 a 20 años.

Pasar directamente de la propuesta a la iniciativa legislativa es un concepto novedoso para campañas presidenciales. Para una oposición que dispone de mayoría legislativa parece un paso lógico, porque de otra forma las propuestas son meras promesas y tienen poca credibilidad y consecuencia. Este paquete legislativo habría que completarlo con otras piezas: Una reforma de la Ley de la Corte de Cuentas, una nueva Ley de Probidad, y una reforma que asegure a la Fiscalía independencia verdadera, asignándole un porcentaje fijo del presupuesto de la nación. Una vez que todo esto sea diseñado y aprobado, habrá que analizar de qué forma organismos internacionales pueden fortalecer y complementar las instituciones salvadoreñas en su lucha contra corrupción e impunidad. Una forma a considerar sería una CICIES, otra sería una reingeniería de la Fiscalía General de la República, incluyendo comisiones mixtas con organismos internacionales.