martes, 30 de marzo de 2021

Carta al Team Focos: Tómenlo como certificado de calidad. De Paolo Luers

 

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 30 marzo 2021

Estimados colegas:

Todo el mundo les manda condolencias, porque echaron su programa FocosTV del canal 33. Yo les mando felicitaciones. Pasaron una prueba de fuego. Mostraron principios y el valor de defenderlos. Si ustedes no se hubieran negado a adaptarse a una línea editorial más cobarde y menos incómoda para los gobernantes, no los hubieran purgado. Tómenlo como certificado de calidad…

Además, hay vida más allá de un canal de televisión cuyos dueños piensan que tienen que cerrar espacios de periodismo independiente y crítico. De todos modos, donde no hay vida para el periodismo profesional es en un medio que se avergüenza de sus mejores programas, sólo porque reciben llamadas del ‘Brozo’ Sanabria o del mero presidente.

Hay que felicitar en especial a Saúl Hernández, quien no dudó en inmediatamente renunciar como director del canal 33 e irse con FocosTv a un futuro incierto, en vez de mantener su cargo pero a costa de perder su integridad ética como periodista. En tiempos como los actuales, cuando la presión del gobierno sobre los medios de comunicación independientes es permanente y creciente, necesitaremos más ejecutivos como Saúl Hernández. 

La pregunta del millón es: ¿Qué va a pasar con el proyecto FocosTV? Parece que ustedes ya tienen planes adelantados, porque seguramente ya sentían que su tiempo en el canal 33 no iba a ser eterno. Con el récord de periodismo de calidad que han construido en cuatro años al aire, deberían haber mostrado a la sociedad salvadoreña que este tipo de periodismo es necesario y útil. Habrá que ver hasta qué grado esto se traducirá en apoyos que daría sostenibilidad al proyecto.

Cuando en 1996 tomamos la triste decisión de cerrar, luego de un año de batallar, el periódico Primera Plana, el primer proyecto de renovación periodística, yo escribí en el editorial de despedida que no podíamos seguir haciendo un periódico de calidad para el cual obviamente no existía suficiente demanda en la sociedad salvadoreña. No podíamos mantener un periódico con fondos de cooperación y con sacrificios no remunerados cuando la sociedad no estaba dispuesta a sostenerlo con inversiones, con anuncios y con suscripciones. 

Estoy convencido de que 25 años más tarde existe esta demanda. El Salvador ahora necesita con urgencia más periodismo valiente, profesional, investigativo, crítico e independiente. Es el único antídoto a la inundación permanente con desinformación y a una política gubernamental de crear realidades paralelas. 

Sin embargo, esta demanda no se traduce en audiencias (y por tanto en incentivos de mantener un medio alternativo con suscripciones, inversiones y anuncios) sólo porque es valiente y crítico. Además de esto, tiene que ser interesante, a veces incluso divertido. Tiene que abstenerse de sermonear y de asumir actitudes prepotentes frente a sus audiencias… No siempre he visto en nuestros medios investigativos y alternativos estas capacidades. Yo a veces he apagado el televisor, porque me aburrí de recibir lecciones sobre qué es políticamente correcto y qué no. Pero ustedes, amigos, igual que todos nosotros que tratamos de hacer periodismo de calidad, caemos muchas veces en el pecado de sermonear y aburrir. 

Espero que ustedes, luego de 4 años, y ahora sin tener que rendir cuentas a gente que no comparte sus principios éticos y profesionales, tengan la frescura, la irreverencia y el valor de combinar la capacidad de investigación y análisis con la creatividad de entretener.

Si en algo les podemos ser útil en esta aventura los que trabajamos en medios comerciales, cuenten con nosotros. 

Saludos, 


domingo, 28 de marzo de 2021

El dilema de Washington con la CICIES. Columna Transversal de Paolo Luers

Los padres de la CICIES: Luis Almagro y Nayib Bukele

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 28 marzo 2021

Hoy que la administración Biden ha demostrado su interés en convertir la CICIES en un instrumento eficaz e independiente de investigación de corrupción, vale la pena entrar en serio en el debate sobre este proyecto. Lamentablemente, la CICIES surgió con tantos defectos de nacimiento que nadie en la sociedad civil salvadoreña la tomóen cuenta. Nació de un acuerdo bilateral entre el gobierno de Bukele y la OEA dirigida por su amigo Luis Almagro, sin involucramiento de la Fiscalía General, de la Asamblea legislativa y de las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la lucha contra la corrupción y en pro de la transparencia. 


A finales del año pasado surgió, lastimosamente sin la debida discusión participativa y amplia, en algunas organizaciones cívicas la iniciativa de reformar la CICIES para darle a la criatura la independencia y los dientes que sus padres Almagro y Bukele le habían negado. Algunos diputados retomaron esta idea y le dieron iniciativa de ley. Otros vimos esta idea con mucha reserva, porque al no poder tener como resultado una CICIES independiente del gobierno y eficiente, se corría el riesgo de dar legitimidad a una farsa que usaba el gobierno para crear la ilusión que estaba luchando contra la corrupción.

 

¿Por qué pensamos que esta reforma de la CICIES estaba condenada a fracasar? Porque en la presente configuración política de El Salvador, con Nayib Bukele a punto de tomar el control absoluto de la Asamblea, luego de la Fiscalía y al fin de la Corte Suprema, no cab una CICIES independiente. Por mandato de la Constitución, una Comisión Internacional Anticorrupción no puede operar sin estrecha cooperación con la Fiscalía, que tiene el monopolio de la investigación y acción penal. En este escenario, sin una Asamblea y una Fiscalía que pueden garantizar la independencia de la CICIES, sería contraproducente otorgarle legitimidad a este adefesio, porque daría al gobierno un instrumento para blindarse de investigaciones de la corrupción sistémica en su propio seno, e incluso para perseguir a empresarios, políticos y medios de comunicación incómodos. 


A menos que un actor externo, con suficiente poder y dedicación, asumiera lo que ahora ningún actor nacional puede asumir: garantizar la independencia de la CICIES. Este actor externo, obviamente no es la OEA, ya que no tiene la credibilidad ni la voluntad ni el poder para jugar este rol. Naciones Unidas tampoco. El único que puede asumir esta tarea es Estados Unidos y su nueva administración Biden. Y ahora que sus funcionarios a cargo de la relación con Centroamérica han demostrado interés en hacerlo, cambia el debate sobre la CICIES.

 

Washington tiene que entender que si quieren patrocinar una reforma de la CICIES, lo tienen que hacer de manera radical y completa. Si se quedan a medio camino, obtendrán lo contrario a lo que quieren conseguir. Si el gobierno de Estados Unidos quieren apostar a la CICIES, porque saben que las instituciones nacionales, en la presente configuración del poder en El Salvador, no tendrán capacidad de luchar contra la corrupción, tiene que crear las dos condiciones mínimas: a) Estados Unidos tendrá que usar toda su influencia en la OEA para que esta organización regional deje de actuar en complicidad con el gobierno de Bukele y conduzca y supervise la CICIES con los criterios de independencia, profesionalidad y eficiencia; b) la administración Biden tendrá que ejercer toda la presión necesaria para obligar al gobierno salvadoreño a no atentar contra la independencia de la Fiscalía, usando su nuevo poder legislativo para sustituir al fiscal general actual o para nombrar, cuando termine su mandato, a un fiscal general dispuesto a supeditarse al poder ejecutivo. 

 

Lo que planteo es cosa seria: Yo sé que “intervención” es mala palabra, pero si Estados Unidos quiere que funcione una CICIES independiente, tendría que intervenir fuertemente en el funcionamiento de la OEA y también de los asuntos internos de El Salvador. Tendría que tomar la decisión y las acciones necesarias para convertirse en garante de la independencia no solo de la CICIES sino de la Fiscalía General. Porque sin fiscalía independiente no puede funcionar una CICIES independiente. 

 

Si el gobierno Biden no está dispuesto de intervenir de manera contundente, por miedo a lo mal que en América Latina suena la palabra “intervención de Estados Unidos”, que mejor no haga nada. Porque repito: No pueden quedarse a medio camino, dando legitimidad a la CICIES, pero sin garantizar su plena independencia. Si no están dispuestos de intervenir de manera radical, por favor no se metan. 

 

Alguien va a decir que estoy exagerando y que la actual CICIES ha dado muestras que quiere contribuir a la lucha contra la corrupción. Pero yo no creo en cachetadas de payaso. 


El Diario de Hoy, edición del 28 de marzo 2021, página 19



 

 


 

sábado, 27 de marzo de 2021

Carta de sábado: El secuestrado. De Paolo Luers



 Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 27 marzo 2021

(Las cartas de sábado: capítulos de un libro no terminado) 

Vamos a Morazán. Al fin voy a llegar a La Guacamaya, a la Venceremos. Voy a volver a encontrarme con Maravilla y Santiago. Quiero ver si es real este gran proyecto de comunicación guerrillera, al cual me apunté…

Llevo a Harry Mattison, el fotógrafo de TIME. Otro colega nos hace el favor de movilizarnos en su vehículo, primero a San Miguel, luego a un punto en la Ruta Militar, donde nos recogerían los compas.

En el carro, escuchamos una noticia inquietante: “La Iglesia Católica denuncia la desaparición del padre Maryknoll Roy Bourgeois. Salió del Camino Real para hacer compras en Metrocentro, y nunca regresó al hotel.”

Harry lo conoció: “Es un padre activista. Se hizo famoso cuando se infiltró a Fort Benning, uniformado como coronel, reunió a los miembros de uno de los batallones especiales salvadoreños en entrenamiento, y les dio un discurso citando a monseñor Romero. Fue uno de tantos arrestos de Roy Bourgeois por ‘desobediencia civil’.”

“¿Y qué diablos está haciendo en El Salvador? Lo van a matar…”

“Bueno, me dijo que quería ir a Morazán, para difundir su mensaje a los soldados salvadoreños por la Venceremos…”

“¡Oh no! Tengo un presentimiento. Me dijeron que en San Miguel vamos a recoger a dos personas más…”

Cuando llegamos a la casa del contacto en San Miguel, se me confirma la sospecha: Nos esperan dos personas, mochilas lisas. Uno es Roy Bourgeois, el otro un muchacho flaco, pálido, callado, cara de pocos amigos. Harry y yo armamos una discusión, convencidos que sería un error político llevar a este cura a la zona guerrillera. Todo el mundo denuncia su desaparición, culpa al gobierno – y de repente saldría en la Venceremos, desde La Guacamaya.” Estoy furioso: “¿Quién diablos autorizó esto, sin decirme nada?”

El tipo flaco dice: “Yo decidí llevarlo. Y así lo haremos.” – “Disculpe, ¿y quién sos vos?” Resulta que es Roger Blandino Nerio, recién liberado, luego de más de un año de preso político. Prominente líder de las LP 28…

“Estamos poniendo en riesgo a Roy, lo van a fregar a su regreso, pero también a Harry y a mi, si saben que anduvimos juntos. Y para la Iglesia será un gran escándalo. Tiene que regresar a San Salvador. Puede ir en el carro en el cual llegamos.”

Nuestro contacto nos apura: “Pónganse de acuerdo. Tenemos que ir ahora, si no perdemos la cita en Rio Seco.”

Bueno, “Jeremías” ( el seudónimo de Roger) es el cuadro del partido. Me cayó mal desde el primer día de conocernos, pero no tengo voto. Nos montamos en el carro y nos vamos.

Pasamos por la antena militar en el kilómetro 18. Hay un retén, pero no nos paran. Seguimos la Ruta Militar en dirección de Santa Rosa de Lima. Ya está oscureciendo. En una curva el contacto dice: “Luego del puente, dobla a la izquierda.” Cuando paramos, vemos unas señales de lámpara, bajamos las mochilas, el carro retrocede y se va. Caminamos unos 50 metros, y detrás de una casa están los compas. Sólo un susurro: “Vámonos ya, compas. Rápidos. Nadie habla.”

Y comienza la marcha. Mi primera columna guerrillera.

Caminamos rápido por un camino vecinal, pasando por algunas casas. Alejándonos de la carretera ya no hay más casas. Nadie habla. Nadie alumbra. Nos encontramos con dos compas más, de repente todos tienen fusiles. Cruzamos la carretera que conduce a Gotera, uno por uno, corriendo. Llegamos a un caserío, entramos a una casa, y al fin se

Jimmy "El Gato"

puede hablar. Estamos en un cantón llamado Río Seco. El líder de la escuadra es Jimmy, un tipo de tal vez 20 años. Nadie nos explica que él es el jefe, no hace falta, se nota de la manera como todos se relacionan con él. Le dicen “El Gato”, y tiene por misión llevarnos hasta el campamento en el cerro Cacahuatique.

El Gato explica: “Tenemos que llegar antes de que amanezca, hay partes donde no se puede caminar de día. No hay ejército, pero sí hay orejas.”

Nadie de nosotros está preparado para la marcha que nos espera. Roger, recién salido de la cárcel, está en las peores condiciones. Los tres ‘gringos’ tampoco estamos entrenados, y mucho menos acostumbrados a caminar en lo oscuro en terreno quebrado. Es una marcha brutal, siempre cuesta arriba, malos caminos. Llego a un estado de cansancio físico combinado con desesperación.

Odio este cerro. Comienzo a putear en alemán, cada vez que me tropiezo con una piedra. La vista me juega chistes, ya no puedo distinguir si el terreno a la par es inclinado para abajo o para arriba, es una especie de mareo. Odio este cerro…



miércoles, 24 de marzo de 2021

Carta a Fito Salume: Piratería. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 23 marzo 2021

Estimado señor:
Si usted hubiera fundado su medio digital ‘Diario1’ con ambiciones editoriales, y si sus redactores estuvieran trabajando bajo la ética profesional de los periodistas, no se le ocurrir
ía piratear artículos de otros medios o autores sin pedir y obtener permiso. Es uno de los pecados que entre periodistas profesionales y empresas mediáticas serias no se cometen. Es cuestión de honor.

Pero su ‘Diario1’ lo cometió - no sé si bajo instrucciones suyas, pero seguramente sin que usted interviniera para reparar el daño, retirar la publicación pirateada y pedir disculpas. Errores se pueden cometer, pero también se pueden reconocer y reparar. También es cuestión de honor.


El miércoles 17 entregué una crónica sobre las elecciones municipales en Metapán a mi periódico, El Diario de Hoy, para ser publicados en dos entregas el jueves 18 y el viernes 19 de marzo. Desde hace 13 años, todo el mundo sabe que EDH es el único periódico salvadoreño en el cual publico. Siempre acostumbré postear mis notas, columnas o cartas para EDH la noche anterior en mi blog personal Siguiente Página – más o menos a la misma hora que desde EDH las suben a su sitio digital elsalvador.com. Ya no lo voy a hacer, sabiendo que hay piratas acechando al periodismo.


Esta vez, posteé el material para jueves en mi blog el miércoles a las 6pm. Por razones técnicas, en EDH hasta las 9.15pm estaban listos para subirlo al sitio elsalvador.com. Pero cuando estaban al punto de hacerlo, nuestros editores se dieron cuenta que a las 9pm este mismo material de mi autoría ya había salido en ‘Diario1’. Valoraron la situación inédita y decidieron suspender la publicación de este material, tanto en su versión digital como en su versión impresa, porque ya estaba ‘quemado’ por la piratería de otro medio. Y no cualquier nota ni cualquier medio: Mi nota “Una ‘golpiza de cantina’ contra todos los poderes de Metapán” fue pirateado precisamente por ‘Diario1’, un medio creado por usted como instrumento para su guerra privada contra el Cartel de Texi y el consorcio Gumerasal, que compite con sus empresas. 

Nadie desconoce que usted y su ‘Diario1’ tienen el interés establecido de perjudicar a Juan Samayoa y ‘Chepe Diablo’, los caciques de Metapán. Si salía en ‘Diairio1’ una nota de El Diario de Hoy, que menciona de manera crítica a estos personajes, al mismo tiempo en ‘Diario1’, cualquier podría sospechar que esta doble publicación era producto de una maniobra política entre los dos medios. Pero nosotros no nos dedicamos a este tipo de maniobras. Es más: Si ustedes me hubieran pedido permiso, yo se lo hubiera negado. Y aunque a mi como autor me dolió que la nota de “la golpiza de cantina” no saliera en las páginas de El Diario, fue prudente no publicarla, una vez que ustedes nos habían hecho trampa pirateándola. Cuestión de principios.


Yo no escribí esta nota para tomar parte en la guerra comercial, de comunicación y jurídica entre usted y el grupo Samayoa/Salazar. La escribí por curiosidad. Quería entender porqué en la votación por alcalde en Metapán hubo un resultado tan diametralmente diferente al resto del país. Y déjeme asegurarlo, don Israel Peraza, el personaje principal en esta crónica, no decidió correr por la alcaldía de Metapán por ninguna razón que tuviera que ver con usted y sus intereses personales y comerciales.


En este contexto, apoderarse ilegalmente de mi crónica y lanzarla en su ‘Diario1’ no sólo fue una acción violatoria a la ética periodística, sino al la vez una maniobra política de muy bajo nivel.


Cuando un empresario pone un medio de comunicación, una fundación supuestamente en pro de la transparencia y hasta un partido político, con la única razón de tener instrumentos en su pelea comercial contra competidores, todo sale mal: el medio, la fundación, el partido, y el hombre detrás de los tres.


El periodismo es una cosa seria y responsable. Pero esto a la mejor usted no lo entiende y no le preocupa.


Saludos, 


sábado, 20 de marzo de 2021

Carta sobre ‘la farsa’ de la guerra: Los escuadroneros. De Paolo Luers

SAN SALVADOR, 25 Avenida Norte/Parque Cuscatlán. Enero 1981. Foto: Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 20 marzo 2021

Estando en Managua me perdí la boda de la hija del escuadronero. Mi amigo y mentor H. estaba invitado, y aunque para un reportero de guerra es un insulto que lo confundan con uno de bodas, aceptó. Asistir a una boda en la casa de este señor encajaba en su proyecto de hacer un reportaje sobre los escuadrones de la muerte. Me pidió acompañarlo, y acepté, pero me mandaron a llamar a Managua. Ni modo. 

H. fue a la fiesta y tomó las fotos, pero salió algo nervioso. Había recibido mensajes de no meter su nariz en cosas que no le competen. Ahora está pensando que la investigación sobre los escuadrones posiblemente será lo último que hará en El Salvador.

Susan Meiselas, la fotógrafa de Magnum, ya se fue, luego de que debajo de su jeep reventó una mina, en la zona baja de Guazapa. Fue un accidente, aunque muchos también lo querían vender como otro asesinato. El ejército había anunciado que tenía limpia de minas y otros peligros la carretera entre Aguilares y Suchitoto. Los periodistas se confiaron y se les reventó una mina, y el camarógrafo sudafricano Jan Mates murió y Susan salió herida. Entendible que no se quiso quedar… Pero nos estamos quedando solos, quedan pocos de los corresponsales serios y de confianza. 

Un día que paso por el parque Cuscatlán, en la 25 Avenida se hace una cola, porque está atravesado una camioneta Cherokee, igualita a la que le tomamos fotos en el taller donde H. y yo alquilamos los carros. El taller del papá de la novia de aquella boda. Varios hombres armados andan persiguiendo a pie a dos hombres, los agarran, y los suben a la Cherokee. Les sigo por toda la Calla Arce, y cabal, llegamos al mismo taller. Tomo fotos cuando los meten por el portón, pero cuando me doy cuenta que un vigilante me está observando, arranco quemando llantas. Luego, H. me regaña: “Por esta imprudencia te pueden matar, cabrón”.

SAN SALVADOR, 25 Avenida Norte/Redondel 
Fuente Luminaria. Enero 1981. Foto: Paolo Luers

El día siguiente, esperando afuera de la embajada gringa, donde quiero solicitar una cita para hablar con el encargado de prensa, escucho unos disparos. Corro al redondel y por la 25 Avenida en dirección sur veo cómo policías nacionales sacan del supermercado a dos hombres y los suben a un pick up. Uno de los detenidos me ve tomando fotos y me grita su nombre, antes de que lo callen con un golpe de culata. Decido seguir el pick-up. Baja hasta el Boulevard Venezuela, llega al Bulevar del Ejército y entra a la fábrica de harina Molsa. No me puedo acercar al portón, demasiados hombres armados. Corro a la oficina de la Comisión de Derechos Humanos, les doy el nombre y adónde lo llevaron, y les prometo para la mañana las fotos. Dudo que ellos les puedan salvar la vida a estos dos hombres.

H. dice que lo andan observando. Parece que saben que anda detrás de una historia sobre los escuadrones. Le digo que mejor se vaya un rato para Estados Unidos. Los roles se han invertido, hoy él es el que está en riesgo, y yo soy el razonable y prudente. Hacemos un deal: Yo lo llevo a Morazán, a la Radio Venceremos, y luego él saldrá del país, hasta que las cosas se calmen. “Ok, Paolo, f… the death squads!”