jueves, 31 de enero de 2019

Carta a todos: La segunda será la vencida. O, quien quita, la primera…

Ojala que estas elecciones se resuelvan en primera ronda, este domingo. No sé si tengo el estómago para 6 semanas más de campaña, con sus insultos, noticias falsas, bombardeos de anuncios y canciones…

Todo está dicho. O sea, todo lo que los candidatos están dispuestos a decir. Si van a una segunda ronda, ¿qué van a decir que no hayan repetido mil veces? Bueno, los dos finalistas van a tratar de seducir a los votantes de los partidos eliminados en primera ronda. Van a detectar, de repente, muchas coincidencias con propuestas que durante meses rechazaron, atacaron y ridiculizaron… 

¿Habrá debates entre los dos finalistas? Depende de quienes lleguen a la segunda ronda – y de quién viene con ventaja. Si contrario a todos sus pronósticos Bukele llega segundo, será el primero en pedir debate – no uno, sino tres o cuatro. Si llega primero, no habrá debate. Y si llega tercero, los otros dos sí van a debatir – y esto podría valer la pena.

La otra incertidumbre: ¿Todos van a reconocer el resultado de la prima ronda – o los candidatos que no ven satisfechas sus expectativas van a pasar 6 semanas gritando fraude? Que lo piensen bien, porque les puedo asegurar que quien arme un gran berrinche será castigado por los votantes – en la segunda roda, si es que califique a ella, o en las siguientes elecciones. Si no, pregunten a López Obrador, quien luego de sus protestas masivas contra el supuesto fraude en el 2006 tuvo que aguantar 6 años luego, en el 2012, otra derrota –y esta vez asumirla sin berrinche- antes de poder competir con éxito en el tercer intento y convertirse en presidente…

Aquí, el candidato ya tiene un año de declararse víctima de bloqueos y fraudes, va a pagar, ahora en la primera vuelta, el costo de este error de cálculo. Será una de las razones por las cuales no le saldrán sus cuentas alegres.

Relajémonos. Ya no hay nada que hacer, excepto ir a votar el domingo y esperar los resultados. Y si no hay resultado final, reflexionar de fondo sobre cómo definir la cosa en segunda vuelta. Ya que tercera no habrá, la segunda será la vencida. O, quien quita, la primera…

Saludos,

martes, 29 de enero de 2019

Carta a los ciudadanos: Mi voto razonado (a pesar de todo)

Amigos:
Escribo esta carta a los que están, como yo, distanciados de los partidos, y quienes están entre no votar o, a pesar de todo, votar por algún candidato.

Yo votaré el domingo por Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo.

Aprovechando mi última carta antes de la veda electoral, voy a explicar por qué. Votaré por ellos, a pesar de que a ARENA le tengo mucho más crítica que simpatía. No me gusta cómo funciona este partido, tampoco su dirección.

En mi criterio, buena parte del COENA es mediocre, sin capacidad de convencer con argumentos y con creatividad; y otros son trogloditas reaccionarios. No me gustó cómo se gestó el proceso de elección del candidato presidencial. No me gustó la campaña interna de Carlos Calleja, quise que ganara mi amigo Javier Simán. Pero tampoco me gustó la actitud de los simpatizantes de Javier luego de haber perdido. No me gusta la incapacidad de ARENA de enfrentarse a las partes oscuras de su pasado. Y tampoco me gusta su intolerancia a la crítica y a cuestionamientos, y su desprecio a los jóvenes con cabeza propia. Pero una cosa es el partido y otra diferente sus candidatos.
Los candidatos, durante la campaña, llegaron a convencerme, primero Carmen Aída Lazo y luego Carlos Calleja. Me sorprendió su apertura frente a señalamientos francos, críticas y propuestas. Me impresionó su manera de enfrentarse, día a día, a todo tipo de gente, la mayoría humilde. Vi que ambos se dejaron tocar por la gente, sus problemas y peticiones. El Carlos Calleja que conocimos al inicio de su campaña no es el mismo de ahora. Sus preocupaciones y prioridades cambiaron.

Sigo pensando que ARENA necesita una radical renovación ideológica y de sus métodos de organización, dirección y comunicación. No sé si Carlos Calleja y Carmen Aída, desde Casa Presidencial, podrán empujar esta renovación. Tendrán las manos llenas con limpiar y renovar el gobierno.Los que estamos insatisfechos con los partidos, que somos la mayoría, debemos seguir empujando la renovación de los partidos, o la creación de nuevos que no nazcan con los vicios de los viejos, como Nuevas Ideas. Pero para esto habrá tiempo, y hay que hacerlo con paciencia e insistencia, gane quien gane la presidencia.

Pero mientras tanto, elijamos entre las cuatro fórmulas presidenciales la mejor. Para mí son Carmen Aída Lazo y Carlos Calleja. Para otros serán otros. Convirtamos nuestro voto en un mandato claro para cambiar la forma de gobernar, para limpiar Casa Presidencial y el gobierno entero de los mecanismos de corrupción, y para redefinir las prioridades del gasto estatal, para que comiencen a solucionar de fondo los problemas principales del país.

No nos dejemos paralizar por lo difícil que es renovar los partidos, ni mucho menos permitamos que la frustración y la impaciencia nos empujen a un voto irracional y aventurero de castigo o venganza. No es un juego. Luego veremos qué haremos con los partidos. Lo más probable es que yo, en el 2021, votaré por diputados de Nuestro Tiempo. Pero ahora nos toca escoger entre 4 fórmulas a quienes pensamos que formarán el mejor gobierno. Votemos con cabeza fría.

Saludos,

domingo, 27 de enero de 2019

Venezuela y nuestras elecciones. Columna Transversal

Los periodistas, los políticos, y todos los que generamos opinión pública tenemos que cuidar bien los términos que usamos para describir eventos, porque muchas veces con solo utilizar palabras equivocadas, cambiamos el significado de los eventos.

En los noticieros y en las notas de prensa sobre la actual crisis constitucional venezolana están hablando de que el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó “se autoproclamó presidente interino”. También escuché que de repente hay dos presidentes, porque “el rival político y opositor Guaidó se autoproclamó presidente interino”.

Seamos más precisos en las palabras que escojamos. Juan Guaidó no se “autoproclamó” presidente. Lo que hizo es asumir la responsabilidad que la Constitución dicta al presidente de la Asamblea en caso de ausencia de un presidente legítimamente electo. En este caso, la Constitución venezolana dicta que el presidente del Órgano Legislativo tiene que encargarse del Poder Ejecutivo y convocar elecciones libres dentro de un mes para restablecer el orden constitucional. Y no es Juan Guaidó como persona —y mucho menos en su calidad de “rival de Maduro” o de “opositor al régimen chavista”— quien determinó que Maduro no es presidente legítimamente electo para otro período presidencial, sino la Asamblea Nacional, el único órgano constitucional legítimamente establecido en Venezuela.

Tampoco ha sido Juan Guaidó quien para asumir el Poder Ejecutivo de forma interina invocó los artículos de la Constitución respectivos, sino que ha sido la Asamblea Nacional, en cumplimiento de sus facultades constitucionales.

En este contexto, hablar de que un “rival opositor” se autoproclamó presidente de Venezuela, trivializa el serio problema que enfrenta ese país. Y pinta una imagen equivocada. Juan Guaidó, aunque es miembro de uno de los partidos opositores que en su conjunto en las elecciones de 2015 ganaron la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional, no es “rival de Nicolás Maduro”. Es un diputado a cuyo partido Voluntad Popular, gracias al acuerdo entre los partidos opositores sobre la rotación en la presidencia de la Asamblea, le tocó asumirla para el último año de la legislatura. Y le tocó a Guaidó porque el régimen de Maduro ha logrado sacar de circulación toda las plana mayor de este partido: su presidente, Leopoldo López, está cumpliendo una condena por haber convocado las manifestaciones nacionales de 2014; y los que asumieron el liderazgo, Carlos Vecchio y Freddy Guevara, tuvieron que exiliarse en 2015 y 2017, respectivamente, para no compartir la misma suerte. Los tres, igual que los líderes de otros partidos opositores (Henrique Capriles, Julio Borges, Henry Falcón, Henry Ramos Allup, María Corina Machado…) son “rivales de Maduro” y serían posibles candidatos a la presidencia, si se lograra convocar elecciones libres. Juan Guaidó no tiene ningunas pretensiones de convertirse en presidente. Simplemente, y a pesar del visible miedo a las consecuencias, asumió la responsabilidad que la Constitución y su cargo como presidente de la Asamblea Nacional le impone.

Siendo las cosas así, y no como sugieren los términos que tan ligeramente se usan, hay que interpretar bien las decisiones que han tomado los diferentes gobiernos del Hemisferio (y más allá de las Américas) frente a la crisis constitucional venezolana. Los gobiernos no han tenido que escoger entre dos presidentes, reconocer al gobernante “de facto” Nicolás Maduro o al “autoproclamado” Juan Guaidó. No, los gobiernos han tenido que escoger entre dos opciones: reconocer y apoyar un régimen dictatorial ilegítimo, o apoyar el restablecimiento de la democracia vía elecciones libres. Esta es la disyuntiva que enfrentaron los presidentes de todo el mundo. La gran mayoría de los países, reconociendo que fue legitimo que el presidente de la Asamblea Nacional asumiera el poder interino, apostó por el restablecimiento de la democracia en Venezuela mediante elecciones libres. Una minoría, a la cual lamentablemente se inscribió el gobierno salvadoreño, optando por reconocer y apoyar al gobierno de facto de Maduro, bloquea la única salida posible y legítima: elecciones libres.

Habiendo dicho todo esto, queda claro que la crisis constitucional de Venezuela no la podemos discutir como un problema más de la política exterior de nuestro país. Nos plantea un desafío mucho más de fondo, y exige a los dirigentes políticos (y potenciales presidentes) posiciones y decisiones que tienen que ver directamente con la visión que cada uno tenga del país, de la democracia y del compromiso con los Derechos Humanos, el orden constitucional y el respeto a los poderes del Estado. Quienes dudan en reconocer el derecho y el deber del parlamento de aplicar la Constitución en caso que los demás poderes del Estado hayan perdido su legitimidad, en Venezuela como en El Salvador, no deben gobernar nuestro país. Por esto estamos exigiendo posiciones claras e inequívocas a todos los candidatos a la presidencia y vicepresidencia. No solo por solidaridad con los venezolanos, sino también para curarnos en salud aquí en El Salvador.

La pregunta es: ¿Cómo actuaría aquí un presidente a quien le tocaría gobernar con una Asamblea donde sus adversarios no solo tienen mayoría absoluta, sino mayoría calificada que les permitirá neutralizar cualquier veto presidencial?

sábado, 26 de enero de 2019

Carta a los votantes indecisos: Hagan las preguntas correctas

En la discusión sobre las propuestas de los cuatro candidatos presidenciales, el reclamo más frecuente es: Proponen cualquier cosa, pero nunca dicen cómo financiarlo. Exigimos saber con qué dinero van a pagar las escuelas nuevas. ¿De qué fondo salen los hospitales que van a construir? ¿De qué ingresos, las medidas de seguridad y prevención?

Por supuesto, nadie tiene respuestas. Es que no puede haber respuestas. El sistema de los fondos públicos no funciona así. No hay una fuente específica para escuelas, otra fuente financiera para hospitales y una tercera para la policía. Todos estos fondos provienen de la caja central del gobierno, y todos los impuestos y otros ingresos van a esta caja. Así lo dicta la Constitución. Hay algunas excepciones, como los impuestos especiales para gastos específicos, pero los constitucionalistas nos dicen que esto no puede ser la norma, sino la excepción, y de forma temporal. No podemos crear financiamientos específicos para cada rubro del gasto estatal.
Cuando dicen que van a recortar gastos de viajes para poder comprar más medicina, o que van a suspender los seguros o vales de gasolina para diputados y funcionarios para que la PNC pueda reparar sus vehículos, son afirmaciones simbólicas, para no decir puro populismo. Los fondos ahorrados no van a Salud ni a la PNC, sino van al fondo central del gobierno y cualquier asignación nueva tiene que aprobarse en la Asamblea como modificación a la ley de presupuesto.

Estamos haciendo las preguntas equivocadas a los candidatos. No hay que preguntarles de dónde van a sacar el pisto para medicinas, uniformes o bonos para policías y soldados, sino cómo proponen ellos sanear las finanzas públicas. ¿Con qué medidas piensan aumentar los ingresos y reducir los gastos del Estado? ¿Cómo van a hacer para que el presupuesto general de la nación realmente sea reflejo de un plan de gobierno, en el cual se priorizan correctamente los problemas a resolver?

Todo lo demás es paja. Paja de los políticos que no entienden la problemática, o que nos quieren engañar con trucos como: Voy a aumentar la recaudación tributaria y un día esto va a Educación; otro día va a Salud; el tercer día, en otro discurso ante otro sector, va dedicado a Seguridad.

O el truco del impuesto predial, que varios quieren implementar: un candidato dice que el nuevo impuesto será para financiar proyectos de infraestructura; y el otro afirma que será para financiar las municipalidades. Sigue siendo paja. Lo que el futuro presidente necesita hacer es revisar de fondo el gasto estatal con dos criterios: Primero, ¿qué realmente es necesario y qué es superfluo?, y segundo, ¿qué es realmente prioritario, de acuerdo a un plan de desarrollo nacional?

Necesitamos líderes con la capacidad y la voluntad de priorizar y focalizar los gastos estatales adecuadamente, en vez de seguir distribuyéndolos con la regadera para que a todos les caiga un poquito y nadie se sienta abandonado por el gobierno.

Así que, en los pocos días que faltan para las elecciones, fíjense en quiénes son los candidatos dispuestos a priorizar y focalizar los gastos estatales según nuestras verdaderas necesidades, y quiénes son los que prometen un poquito a cada región y a cada sector social. Los primeros son los visionarios y audaces, porque no temen tomar medidas impopulares; los segundos son los populistas, quienes nunca van a resolver ningún problema del país.

Saludos,

jueves, 24 de enero de 2019

Carta a los candidatos presidenciales: ¿Con quiénes gobernarán?

Faltan 10 días para las elecciones. Los programas de gobierno están colgados en Internet. Muy pocos los habrán leído, pero todos escucharon las propuestas emblemáticas de cada uno de ustedes. Casi todos tenemos una idea del carácter de cada candidato, y todos sin excepción tenemos una noción clara de por lo menos 3 de los 4 partidos que compiten: el FMLN, GANA y ARENA.

Casi todo está dicho. Casi. Quedan muchas dudas, pero la duda más inquietante es: ¿Con quiénes van a gobernar?

Comparto esta duda y además creo que es la razón por la cual muchos aun no han tomado una última decisión por quién votar.

Los que están entre votar por Bukele o quedarse fiel al FMLN se estarán preguntando: Si Hugo está hablando que va a corregir los errores de los dos gobiernos del Frente, ¿quiénes van a ser sus hombres fuertes en Casa Presidencial y los ministerios? Porque si viene con los mismos comandantes y a misma gente de ALBA, ¿cómo va a gobernar diferente? Y si quiere poner gente más joven, más abierta, más capaz, ¿de dónde los va a sacar? ¿Va a llamar a personajes fuera del partido? ¿El partido le van a dejar hacer esto? ¿Y quienes le van a aceptar la invitación?

Estas son las dudas frente al FMLN y Hugo. Pero los mismos sectores tendrán dificultades similares para imaginarse un gabinete de Bukele. ¿Cuántos ministerios va a dar a GANA y otros corruptos? ¿Cuántos funcionarios del actual gobierno se van a pasar con Bukele? Y si quiere poner gente nueva, honesta, capaz, ¿quiénes serán, si solo pícaros lo rodean y hasta la fecha nadie decente se ha dejado ver a la par de Bukele? ¿Va a encontrar a profesionales competentes y confiables para Salud, Hacienda, Seguridad? Porque si son los mismos de siempre, como Walter Araujo y Guillermo Gallegos, este gobierno será un desastre…

¿Y Carlos Calleja? Él y Carmen Aída Lazo hablan de un ‘gobierno de meritocracia’, incluso del ‘mejor gabinete de la historia’. Pero tampoco nos han presentado nombres. Entonces, la gente se queda con la duda si van a ver las caras viejas de ARENA en el gabinete. Mientras no digan lo contrario, la gente se va a imaginar a Rodrigo Ávila en Seguridad, haciendo lo mismo de siempre, pero esperando mejores resultados. ¿Vamos a ver en el gabinete de Calleja a los que le fueron fieles en la primaria? ¿O va a llamar a alguien como Juan Valiente, el ex diputado que criticó al COENA? ¿Vamos a ver ministros con el mismo perfil de Carmen Aída: jóvenes profesionales o académicos, competentes pero críticos e independientes? ¿Hay empresarios jóvenes de la generación de Carlos Calleja que estarían dispuestos a apartarse de sus negocios para servir en el gobierno (y sin sobresueldos)?

Ya Calleja se atrevió a presentar a Carmen Aída Lazo como su Secretaria Técnica, o sea darle el poder de coordinar el gabinete. Es un buen inicio, pero no es suficiente para despejar las dudas.

En el caso de VAMOS la incógnita es total – con excepción de Luis Membreño quien de repente apareció a la par de Josué Alvarado. El problema es que Membreño ya tuvo ambiciones de entrar en el gabinete, tanto de Funes como de ARENA…

Lo mejor sería que los candidatos nos revelaran algunas de sus cartas. No necesitamos que nos presenten la lista del gabinete. Incluso, sería sospechoso si sacarían de la manga esta lista, sin los procedimientos transparentes de selección de funcionarios idóneos. ¿Pero qué impide a los candidatos a decir: Aquí hay 6 nombres de personas que me gustaría tener en mi gabinete, por su capacidad, su trayectoria, por a confianza que darían a la ciudadanía y los inversionistas.

Si nadie nos da elementos para imaginarnos de sus posibles gabinetes, vamos a tender a imaginarnos lo peor. Para cada presidente nos podemos imaginar un gabinete de horror: Gallegos ministro de Seguridad de Bukele; José Luis Merino ministro en el gabinete de Hugo (o de Bukele, quien sabe?); alguien muy cercano a la familia Regalado y los azucareros en Agricultura.


Si no nos sacan de estas dudas, los optimistas vamos a votar por el candidato de nuestra preferencia, a pesar de todo. Pero los pesimistas, los escépticos y los más resentidos van a votar por nadie – o por el que más grita.


Repito: Quien se atreva de despejar estas dudas, gana las elecciones.

Saludos,




martes, 22 de enero de 2019

Carta a Carmen Aída Lazo: El #DebateChallenge


 Estimada Carmen:
Los ‘guerreros celestes’ de mil batallas en redes sociales te pusieron ‘Betty la fea’. Pero no voy a hablar de sus gustos, sino de su falta de decencia – y de inteligencia. Cometen un tremendo error de cálculo: No saben que los salvadoreños, si algo detestan, es la prepotencia. Se solidarizan con el ‘underdog’, el ‘outsider’, el ofendido – siempre cuando tenga agallas. No suelen simpatizar con la arrogancia de los ‘ricos y famosos’..

La única manera que un ‘underdog’ puede perder esta simpatía es cuando se hace la víctima y pasa quejándose, en vez de pelear. Quien pone la cara, gana simpatía, y no importa que tan bonita o fea sea.


Hay ciertas cualidades típicas de los políticos exitosos que no tenés. Por ejemplo: No sos de teflón. Los ataques e insultos no te resbalan, como a los políticos experimentados. No fingís que no te duelen. A vos te duelen, sos vulnerable, y no lo escondés. Los estrategas de campañas dirían que es una muy peligrosa debilidad. Pero de hecho es una ventaja: Te hace humana. Mientras no te comportás como una víctima llorona, tu vulnerabilidad es tu fuerza. Y si además lográs que tus respuestas a los ataques e insultos, aunque las expresás esforzándose a retener las lágrimas, sean de altura, ya ganaste…

Otra cualidad típica del político exitoso es: Tener respuesta para todo. A vos no te cuesta decir: Habría que analizar el problema y ver las soluciones. Porque vos sos analítica. Como académica sabes que no se trata de saber todo, sino de saber cómo investigar para llegar a respuestas.
Tampoco sos carismática. Vos no te parás frente a una multitud y la hacés hervir de emociones. La hacés reflexionar. La retás a pensar, no a gritar. Y a veces las multitudes no quieren pensar. Por esto, nunca llegarás a presidente. Asumís, sin complejos, el papel de técnica. Por muy importante que sea el liderazgo transmisor de visiones y rumbos, alguien tendrá que garantizar que estas visiones se implementen de manera eficiente, transparente, técnicamente correcta. Muchos suelen tener menosprecio a los ‘tecnócratas’, pero sin ellos las mejores ideas o visiones producirán desastres.
Viendo todas estas tus deficiencias, de repente uno llega a la conclusión que vos sos la verdadera ‘outsider’, ajena. Por esto te atacan con tanta saña: Les estás disputando el rol de renovadores, de gente ajena a las formas tradicionales de hacer política.

Tu mera existencia en la carrera es un desafío complicado para los populistas. Mientras venden discursos que llenan a política con emociones, vienes vos con un discurso que introduce racionalidad a la política. De repente, ante el desgaste de la política tradicional, se vislumbran dos opciones opuestas: la anti-política que apela a reacciones irracionales, como el resentimiento y la venganza – versus el reto de dignificar la política, haciéndola eficiente, transparente y centrada en los resultados para los ciudadanos.





Este tuit generó 55 mil impresiones en 24 horas


Este debate, entre estas dos alternativas, estás planteando vos a Nayib Bukele. Por supuesto no puede aceptarlo, sería demasiado arriesgado. Pero al no aceptarlo, paga un costo posiblemente más alto. Parece irónico que la piedra donde al final se topa su campaña es una mujer que en nada no corresponde al molde de una candidata exitosa: carismática, cínica, fotogénica. Se topó con una pinche técnica que e hace e #DebateChallenge…

Saludos,





sábado, 19 de enero de 2019

Carta sobre la corrupción: Hay que cortarle la cabeza

El gran logro de los casos penales contra Saca y Funes es que ya no nos queda duda sobre cómo y desde dónde opera la corrupción: desde Casa Presidencial.
  • Por tanto, ya sabemos cómo combatir la corrupción: cortándole la cabeza, el centro operativo, el puesto de mando – o sea cambiar de fondo cómo funciona Casa Presidencial.
Saca y sus lugartenientes diseñaron un sistema relativamente simple y sumamente audaz para robar cientos de millones de dólares al Estado – y Mauricio Funes y sus lugartenientes (algunos siendo los mismos de la época de Saca) lo heredaron y perfeccionaron.
Lo primero que se necesita para armar esta operación: establecer la presidencia como centro único del poder gubernamental. Armar en Casa Presidencial un sobre gobierno, junto con tus lugartenientes incondicionales, dejando fuera de las decisiones y de toda capacidad de control al Consejo de Ministros.
  • Entonces, para desarmar el esquema mafioso, lo primero que tiene que hacer el próximo presidente es limpiar Casa Presidencial: desmontar el sobre-gobierno ahí instalado, y volver a establecer la institucionalidad del Consejo de Ministros.
Lo segundo que hizo el equipo de Tony: multiplicar los fondos reservados a disposición libre de Casa Presidencial – fondos que pueden gastar (y si quieren, robar) sin ninguna rendición de cuentas ni auditoría. Para multiplicar la ‘caja negra’, establecieron un mecanismo novedoso: asignaron a todos los ministerios partidas infladas artificialmente. Estos fondos eran exclusivamente para reportarlas como ‘sobrantes’, para que Hacienda los podía transferir (sin ninguna autorización de la Asamblea Legislativa) a Casa Presidencial, engrosando la partida de ‘fondos reservados’. De esta manera, Tony Saca logró aumentar su ‘caja negra’ por 240 millones de dólares que se sumaron a las partidas originales asignadas a Capres. De estos fondos (algo entre 300 y 350 millones de dólares) pagaron sus operaciones políticas clandestinas (como por ejemplo financiar la creación de GANA), los sobresueldos, etc. También pagaron gastos reales, como los de la Inteligencia del Estado – y el resto se lo robaron y lo transfirieron a cuentas personales o de sus empresas. El mismo mecanismo, con algunas innovaciones (un esquema de prestanombres) lo usó después Funes.
  • Entonces, lo segundo que tiene que hacer el próximo presidente es: erradicar las asignaciones ficticias en el presupuesto; prohibir cualquier transferencia a Casa Presidencial sin aprobación de la Asamblea; y erradicar el concepto de los ‘fondos reservados’. Todos los gastos tienen que ser auditados – aunque algunas, como las de Inteligencia, no puedan ser públicos. Aunque los mecanismos de la corrupción presidencial ya han sido revelados, el actual gobierno no los ha erradicado del todo. Esto tocará al presidente que elijamos…
Todo este esquema de corrupción sistemática dirigida desde Casa Presidencial solo pudo funcionar bajo la protección de un manto de impunidad. Nunca hubiera funcionado con una Corte de Cuentas independiente y profesional, ni tampoco con fiscales generales que no fueran parte de la trama.
  • Entonces, lo que el próximo gobierno tiene que promover son acuerdos políticos y legislativos para reformar la Corte de Cuentas y el Tribunal de Ética, y para fortalecer la Fiscalía General y Probidad.
Todos los candidatos a la presidencia y vicepresidencia han hablado de la corrupción. Con más o menos credibilidad han anunciado cómo piensan combatirla. Pero a la hora de firmar un compromiso contra la corrupción, a invitación de docenas de universidades y organizaciones cívicas, solo las fórmulas de ARENA y VAMOS se hicieron presentes y firmaron el documento. El FMLN por lo menos mandó a Gerson Martínez, pero GANA quedó fiel a su estrategia de ausencia.

Que cada uno decida quienes son los candidatos que de hecho están dispuestos a erradicar  la corrupción cortándole la cabeza: en Casa Presidencial. Con una presidencia sana, la corrupción gubernamental no funciona.

Saludos, Paolo Luers

jueves, 17 de enero de 2019

Carta sobre los que se niegan a defender los Acuerdos de Paz

Escribo estas líneas el 16 de enero 2019, aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz. Para mi, este año no se trata de una simple celebración de un evento que no solo puso fin a la guerra civil, sino que abrió la puerta a la construcción de la democracia pluralista. Este año, más que en cualquier otro de los 27 años que han pasado desde este evento histórico, se trata de unirse para defender lo que a partir de este acuerdo de nación logramos.

Nayib Bukele concentra su campaña en la denuncia que todos los demás se están uniendo para bloquearle a él el acceso a la presidencia. Por tanto, según él quedaría confirmada su tesis de que FMLN y ARENA son lo mismo. Lo que no entiende es que estos dos partidos se están uniendo para defender lo que juntos en Chapultepeque asumieron como responsabilidad de construir y defender: la nueva República fundada en 1992, basada en los Derechos Humanos, separación de poderes, pluralismo, libertad de expresión, institucionalidad democrática.
Su tesis es falsa. El hecho que ahora el Frente y ARENA se unan para defender lo construido a partir del acuerdo de nación del 1992, no significa que sean lo mismo, ni borra sus marcadas diferencias ideológicas y de materia de políticas públicas. Igual que el hecho que garantizaron una alternancia pacífica e institucional en el 2009 no significa que hayan hecho cómplices. Ahora se unen por responsabilidad histórica compartida, porque de repente surgió una fuerza que desconoce lo construido a partir de los Acuerdos del 1992, lo desprecia y lo amenaza con desmontar: Nayib Bukele con su movimiento Nuevas Ideas.

¿Se han fijado en lo que dice el spot de TV que vemos a cada rato de Bukele? Habla de “30 años de promesas falsas”.  ¿Por qué habla de 30 años? ¿A que se refiere? ¿Qué pasó hace 30 años? ¿Cuál fue la promesa que se dio hace 30 años?

Hace 30 años arrancó en serio el proceso de paz. Luego de años de promesas falsas de diálogo, en el 1989 al fin comenzó la negociación real para desmontar la guerra. Esta fue la promesa de hace 30 años. Esta es la promesa que Bukele denuncia como falsa. Por esto él y Ulloa dicen que la tarea de refundar la República, con una nueva constitución, todavía está pendiente – y les tocará a ellos.

Para ellos los Acuerdos de Paz, firmadas hace 27 años, no fueron un acuerdo de nación, sino un arreglo entre dos partidos: FMLN y ARENA. Para ellos, lo que se aplicó y construyó a partir del 1992, no fue la voluntad de la sociedad expresada en un acuerdo nacional, sino la repartición del poder entre dos partidos. Por tanto, desconocen lo construido. Por esto, hablan con tanta ligereza de que Bukele, si fuera electo presidente, marchara con el ejército y la policía a Asamblea Legislativa para que deje de sabotear su proyecto político. Por esto, tiene tanto desprecio a instituciones como la fiscalía y los medios de comunicación y su independencia.

Bukele y sus seguidores en Nuevas Ideas, Cambio Democrático y GANA no se sienten comprometidos con los Acuerdos de Paz y con lo que a partir de ellos hemos construido en el país. No se sienten parte de este acuerdo nacional, y no lo van a defender.

Lo logrado en 27 años es deficiente. Pero nosotros tenemos que decidir si lo queremos mejorar – o si queremos permitir que lo destruyen para sustituirlo con recetas populistas que siempre llevan al autoritarismo.

Celebrando este mes el aniversario de los Acuerdos de Paz, el próximo mes hagamos lo nuestro para defenderlos.

Saludos,

martes, 15 de enero de 2019

Carta a Nayib Bukele: Usted no es ningún Steve Jobs

Candidato:
El intento de copiar a Steve Jobs no le funcionó. El legendario fundador de Apple inventó un estilo muy propio de presentación pública de sus productos que se volvió parte del mito de su marca – igual que su tecnología innovadora, su software revolucionario, y su publicidad audaz. Su estilo es difícil de imitar, como incluso su sucesor Tim Cook tuvo que darse cuenta.

¿Cuál es la esencia de este ‘estilo Jobs’ de presentación pública? Un hombre solo en el escenario, acompañado únicamente de imágenes digitales del producto que se está presentando.

Para que esto funcione, primero hay que tener un excelente producto nuevo. El show, incluso si fuera bien hecho, sin un producto revolucionario no sirve para nada.

Usted, joven Bukele, no tiene producto.

Con esto llegamos al tercer requisito de éxito: El producto tiene que ser absolutamente acabado. Solo así funciona el truco: la fusión entre el hombre inventor y su producto…

Usted, joven Bukele, presentó toda una ensalada de productos, ninguno acabado, ninguno innovador. En vez de concentrarse en una, dos y tres ideas fuerza, se dispersó con docenas de ideas, ninguna acabada.
Otro requisito, tal vez el más importante: El presentador tiene que ser el autor, el inventor del producto. Lo que se presenta tiene que ser 100% genuino, original, nuevo e innovador. Para poder venderlo como SU creación, aquel hombre solitario en el escenario tiene que conocer no solo el último detalle y aspecto de su producto, sino su esencia y filosofía. La más mínima duda que ahí se puede haber copiado o reciclado hace caer todo.

Esto es precisamente lo que le pasó a usted con su ‘reality show’ del Plan Cuscatlán. Inmediatamente la gente se dio cuenta que el show no era ‘live’, sino pregrabado; que no era un público real, sino un público arreglado; que el candidato no dominaba el tema, sino usaba teleprompter, y que cada rato había que parar la filmación y repetir frases o bloques. Y el día siguiente aparecieron varias fuentes señalando que muchas partes del Plan Cuscatlán no son originales, no son de autoría suya, no son ni siquiera nuevas ideas, sino son pedazos de artículos y documentos ajenos copiados. Un plan producido con el método de copy-paste – método que en cualquier universidad inmediatamente es detectado y sancionado.

El suyo fue un show chabeliado para presentar un producto chabeliado.

Resulta que usted es nada más un (mal) imitador de Steve Jobs, que piensa que copiando su método de presentación puede imitar el éxito del original. Esto solo lo puede pensar alguien que nunca entendió nada de la filosofía detrás del genio Steve Jobs y sus creaciones: originalidad, autenticidad, y una obsesiva ambición de solo presentar lo que verdaderamente podrá cambiar al mundo.

Jamás a Jobs se le ocurrió presentar sus productos a un auditorio ‘fake’. Para él, el reto era presentar sus creaciones al público más exigente que existe: a los periodistas y analistas de tecnología, a los gurús de la revolución digital.

Usted presentó su producto clandestinamente, en un escenario alquilado por terceros bajo pretextos falsos; sin periodistas, sin observadores, sin público crítico; ante unos cien ‘extras’ jugando el papel de ciudadanos. Claro, un público atento y crítico se hubiera dado cuenta que en el escenario actuaba un vendedor, no un creador de ideas.

Usted no es ningún Steve Jobs, sino un pobre impostor que se vio patético tratando de imitarlo. Menos caro le hubiera salido ir al debate, enfrentar a los competidores y al público. Solo hubiera tenido que fingir competencia unos pocos minutos, y no durante un largo programa especial con un solo hombre hablando: usted. Mal cálculo.

Saludos,

domingo, 13 de enero de 2019

Tal vez fallaron los detectores de bullshit, pero no los de prepotencia. Columna Transversal

Los debates entre candidatos son pruebas de carácter, más que ocasiones para transmitir contenidos y propuestas. En los debates, sobre todo cuando son de verdad, uno observa como los hombres que quieren conducir el país se manejan bajo estrés, y cómo encaran la crítica y las preguntas incómodas, en un ambiente que no pueden controlar y que puede volverse hostil. El futuro presidente tendrá que enfrentar este tipo de situaciones críticas con frecuencia, en escenarios internacionales y nacionales. Tendrá que enfrentar conflictos con la oposición o con movimientos sociales; huelgas, desastres y crisis regionales. Tiene que saber conducirse y conducir en situaciones críticas y hostiles.

Esta capacidad de los candidatos es muy difícil de medir, sobre todo cuando en sus campañas prefieren solo enfrentarse al público en situaciones controladas, puestas en escena, coreografiadas. Los debates ponen a prueba esta capacidad.

La manera más contundente de reprobarla es no asistir.
Bukele no asistió al debate convocado por la UES, y no participará este domingo en el debate televisivo organizado por ASDER. No solo esto: Su vice Félix Ulloa no llegó a la cita de los vicepresidentes con ASDER, y ninguno de ellos se dignó asistir al evento del Colegio Médico, en el cual los médicos presentaron sus demandas a los candidatos. Tampoco hicieron caso a una convocatoria que varias ONG hicieron a los candidatos a nombre de la niñez salvadoreña.
Son candidatos ausentes. Esta ausencia extraña en la recta final de una campaña también se manifiesta en los medios. Bukele y Ulloa son los únicos candidatos que no se exponen a preguntas ni a entrevistas. Prefieron monólogos. Incluso en los programas donde invitan a representantes o voceros de las diferentes campañas para discutir ciertas problemáticas del país, quedan vacías las sillas reservadas para GANA.

Lo mismo se refleja en los territorios. Bukele solo se deja ver en pocos eventos totalmente controlados y coreografiados para limitar el contacto directo con la población, incluso con la propia militancia. Los otros candidatos diariamente se exponen a ‘baños de pueblo’ en colonias, actividades casa por casa, mercados, buscando el contacto directo con todos, incluyendo escépticos y adversarios. Por esto es que están ganando terreno. Bukele rehúye este contacto y todas las situaciones que se escapan del control y de la estricta escenografía de sus showmasters.

¿Qué hay detrás de esta ausencia sistemática? Miedo a enfrentarse a riesgos, desafíos, y preguntas incómodas. Detrás de este miedo: inseguridad. Pero también la inmensa arrogancia de alguien que no cree en debates, en intercambios de ideas, en concertaciones, en la necesidad de escuchar. Prepotencia e inseguridad son una mezcla fatal.

Muchos quieren explicar la ausencia de los candidatos como la estrategia adecuada de quienes creen que están ganando. La lógica: ¿Por qué exponer a los candidatos a cualquier riesgo (en entrevistas, en debates, en eventos territoriales no controlables), si ya estamos ganando? Entonces, ven la ausencia como muestra de fuerza. Yo la veo más bien como muestra de pánico. Comienzan a ver que el globo se está desinflando – y no saben cómo pararlo. La mejor prueba de eso es el intento fracasado de corregir en un fin de semana el error de no haber construido a tiempo su aparato de defensa del voto y apoyo logístico para el ‘Día D’.  No saben ellos cuánto le está costando este error, precisamente con las bases del FMLN que ya estaban al punto de enamorar. Las bases del FMLN saben qué es organización territorial, sectorial y local, saben cuánto cuesta y saben cuánto vale. Organización es parte de su ADN. Observando a Nuevas Ideas haciendo política como unos principiantes que no entienden, sino más bien menosprecian la organización popular, y que no saben moverse fuera de las redes sociales, estas bases históricas de la izquierda comienzan a perderle el respeto a Bukele – y se les esfuma la expectativa de que este nuevo partido Nuevas Ideas podría ser la nueva izquierda, sustituyendo a un Frente desgastado. Pero estas bases de la izquierda, por más que estén frustrados con el FMLN y quisieran castigarlo, lo que menos soportan es el menosprecio a la gente que comienzan a detectar en Bukele, en su ausencia y en su arrogancia.

Igual los jóvenes, sobre todo los que se sienten rebeldes e irreverentes. Tal vez son vulnerables que les den paja, pero a la vez tienen un detector infalible de prepotencia. Estas alarmas ya están activadas, tanto en las bases de la izquierda, como en los jóvenes. Y por esto la campaña de Bukele se está desinflando.
(EL DIARIO DE HOY)

sábado, 12 de enero de 2019

Carta a mis lectores: Los inicios de ‘Las Cartas de Paolo’

Estimados amigos:
Hace 10 años, el martes 13 de enero 2009, salió la primera de mis “Cartas de Paolo”. Salió en el MAS. Ya tuve varios años de escribir mi Columna Transversal para El Diario de Hoy, y queríamos crear un formato propio para el MAS: una columna menos analítica, más directamente al grano, más provocativam más “de calle”…
Fue hasta abril del 2010 que las ‘Cartas de Paolo’ también aparecieron en El Diario de Hoy, y poco a poco se fueron transformando: siempre polémicas, siempre al grano, pero con más contenido analítico o reflexivo, más largas. La verdad, extraño las versiones más cortas, aunque requieren, contrario a lo que uno podría pensar, mucho más trabajo y arte…
La primera Carta de Paolo en MAS
Las cartas comienzan a reproducirse en El Diario de Hoy
Con la que están leyendo hoy, la número 1533, mis cartas cumplen 10 años de vida y forman parte de la cultura nacional. He criticado a mucha gente, a algunos de manera demasiado dura, a otros de manera demasiado condescendiente. Donde me he equivocado, pido disculpas a los afectados, pero sobre todo a ustedes, los lectores.

Una columna con este estilo controversial siempre sale bajo el riesgo de cometer injusticias. Pero el error imperdonable sería callarse por miedo a meter la pata.

Saludos,

jueves, 10 de enero de 2019

Carta sobre el 10 de enero

Un día 10 de enero como hoy, pero del año 1981, llegué a El Salvador. Cumplo 38 años de vivir y trabajar aquí – ya más que los años que pasé viviendo en Alemania.

Este mismo día, el 10 de enero 1981, estalló la guerra que durará 11 años. Se anunció con unos bombazos en el cuartel San Carlos, a dos cuadras de la casa donde con otros periodistas estuvimos esperando el inicio de la ofensiva. En el avión me habían advertido que a las 5 de la tarde iba a comenzar la guerra, cosa que por supuesto no la creí – hasta que utualito a esta hora empezó a temblar la colonia Laico.

Este día cambió la historia del país – y ciertamente la mía. De repente me encontré en medio de una guerra, con balas y muertos de verdad, una guerra que comencé a acompañar como observador, pero que pronto me arrastró como un remolino en corrientes cruzadas de agua. Lo más violento que había visto como reportero y fotógrafo habían sido manifestaciones donde estudiantes y antimotines se agarraron a palos – pero el 11 de enero 1981 ya me tocó tomar fotos de muertos en combate, y de cadáveres que en sus manos tenían naipes, los “calling cards” de un escuadrón de la muerte. Poco después tomé la decisión de unirme a la guerrilla.

Cuando 11 años después pusimos fin a esta guerra, decidí quedarme y ser partícipe de la reconstrucción del país y de su tejido social. ¿Qué sentido tiene aguantar la guerra, si luego uno no disfruta de la paz, de la libertad, de los retos que plantean?

Hoy, 38 años después, todavía me topo (sobre todo en las redes sociales) con algunos que me niegan el derecho de opinar y participar en la política del país en el cual he pasado una vida entera luchando, trabajando, haciendo familia, educando a mis hijos, ejerciendo mi oficio, debatiendo. Callate viejo, ni sos de aquí… Me dan risa. Muchas veces no tienen ni la mitad de años de vivir en El Salvador que yo. Lo que se construyó en la guerra y en la paz les parece un sistema obsoleto, poco cool, nada sexy, deficiente, aburrido, lo mismo de siempre. Te dicen en la cara que todas estas luchas no cambiaron nada, no lograron nada – y que Bukele tiene razón de querer botar este sistema y refundar la Patria.

Pero esto no va a pasar. Somos demasiados los que sí hemos vivido la guerra y aprendido sus lecciones. Somos demasiados que nos recordamos de los tiempos cuando por una broma o una canción te podían detener o incluso matar. Son demasiados también los jóvenes que, aunque hacen uso de la libertad de criticar y protestar, no se compran el discurso anti político y anti sistema – mucho menos de un hijo de papi, que nunca tuvo que arriesgar nada en su vida.

Por esto no me afligen los fanáticos. En 38 años he venido a conocer a mi gente. Joden, pero no se dejan joder. Pueden dejarse engañar, pero no dos veces por los mismos. Defienden lo conquistado.

Saludos,




martes, 8 de enero de 2019

Carta con mi pronóstico electoral

Voy a hacer lo que normalmente no se hace: dar mi pronóstico para las elecciones presidenciales. ¿Por qué? Porque no son tiempos normales. Demasiadas fantasías.
  • ARENA/PCN/PDC: 1,400,000 votos – 50%
  • FMLN: 600,000 votos – 21.43%
  • GANA: 740,000 votos – 26.43%
  • VAMOS: 60,000 votos – 2.14%
  • Total: 2,800,000 votos – 100%              
Esto significa que Calleja puede ganar en primera vuelta, o tendrá que ir a una segunda contra Bukele. Pero viendo estos números, también ganaría en segunda vuelta.

En la segunda vuelta, el resultado dependerá principalmente de los votantes del FMLN y de VAMOS, los dos que quedarían afuera. Incluso si todos los votantes del FMLN votaran por el candidato de GANA, este solo llegaría a 1.34 millones de votos. Lo más probable es que la mitad de los votantes del FMLN se queden en casa, que una porción muy pequeña vote por ARENA, y que el resto vote por Bukele. Démosle otros 300 mil votos extra a Bukele…

En el caso de VAMOS, estimo que un tercio de sus votantes se quedará en casa, un tercio votará por Calleja y el restante tercio por Bukele. Démosle otros 20 mil votos a Bukele. Entonces, el cuadro sería así:
  • Bukele: 740,000 + 300,000 del FMLN = 20,000 de VAMOS = 1,06 millones = 42.23%
  • Calleja: 1,400,000 + 30,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS = 1.45 millones = 57.77%
Con solo 2.51 millones de votos tendríamos la participación más baja en un segunda vuelta en la historia, debido a la abstención masiva de los votantes del FMLN.

Si calculamos que este número de abstenciones será compensado por unos 300 mil ciudadanos que no votarán en la primera ronda, pero sí querrán votar en la segunda, el número total de votantes llegaría otra vez a un poco más de 2.8 millones. Es razonable asumir esta cantidad, ya que tradicionalmente hay un 10% adicional votando en la segunda ronda de las presidenciales. Solo que esta vez el total no subiría, debido a los votantes de Frente que no quieren votar ni por ARENA ni por GANA.
Incluso si el 100% de voto nuevo se inclinara por Bukele, no sería suficiente para igualar o superar el voto de Calleja.

El cuadro probable para la segunda vuelta sería más o menos así:

  • Calleja: 1,400,000 + 30,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS + 100,000 votos nuevos = 1.55 millones = 55.16%
  • Bukele: 740,000 + 300,000 del FMLN + 20,000 de VAMOS + 200,000 votos nuevos = 1,26 millones = 44.84%
¿Estos números son realistas? Bueno, no menos realistas que las cuentas alegres que sacan Bukele y sus propagandistas. Ellos basan sus números en las encuestas. Yo baso los míos en los resultados de las últimas elecciones legislativas de marzo 2018, en las cuales la suma de votos para ARENA+PCN+PDC llegó a 1.24 millones, y para el FMLN a 569 mil. Para la primera ronda calculo que la alianza ARENA/PCN/PDC solo tendrá un aumento modesto de 160 mil, tomando en cuenta que la participación en elecciones presidenciales siempre es más alta que en legislativas.

Por la misma razón calculo al FMLN un aumento, aunque sea muy modesto, poniéndole 600 mil votos. Detrás de esto está el análisis político que, aunque es cierto que la fuerza electoral de GANA/Bukele ha crecido muy rápido, fue a costa del FMLN, pero que esta hemorragia se ha logrado parar a partir de la candidatura de Hugo Martínez. Mientras tanto, los partidos de la derecha, aunque no han crecido sustancialmente, se han mantenido. Para que Bukele gane, el FMN tendría que colapsar totalmente, y además GANA tendría que quitarles masivamente votos a ARENA, PCN y PDC.

Las golondrinas basan sus pronósticos en su monitoreo de las redes sociales, y yo en el monitoreo del trabajo territorial de las diferentes campañas. Pronto veremos quien hizo cuentas alegres.

Saludos,



sábado, 5 de enero de 2019

Carta a los oficiales de la PNC: ¿Una Tandona 2

Estimados amigos:
Circula entre los oficiales de la PNC un proyecto legislativo llamado “Ley de Compensación por Retiro para Personal de Carrera de la PNC”. Detrás de este título bombástico se esconde algo mucho más sencillo: el intento de un grupo de comisionados de negociar su salida dorada, antes de que los echen..

Es obvio que el próximo presidente va a tener que hacer muchos cambios en la PNC, incluyendo de dirección. Es obvio que muchos de los comisionados, sobre todo los que durante años han sido responsables de estrategias policiales fracasadas, se tendrán que ir.
Con este proyecto de Ley tratan de recetarse una salida dorada: retiro voluntario con una pensión equivalente al 100% de su último salario. Pero esto no es todo: una “compensación” de 200 mil dólares (para el que haya sido Director General 260 mil; para Subdirector General 250 mil; para Subdirectores 240 mil). Y como todavía no fuera suficiente, además se recetan “el uso de armas, municiones, vehículos y personal de seguridad”, por 5 años a partir del retiro.

Es cierto que se necesita un plan de retiro para la PNC, sobre todo para los oficiales de más alto rango, pertenecientes a las tres promociones “fundadoras”. No solo porque varios de ellos han fracasado, o porque han sido protagonistas de la excesiva politización de la PNC, sino también porque estas promociones hacen un tapón, que no permite el ascenso al poder de las siguientes promociones.

Con razón en la PNC los llaman “La Tandona 2”, en comparación con la famosa promoción de militares que al final de la guerra acaparró todo el poder en las Fuerzas Armadas. Sus integrantes por cierto recibieron “compensaciones” similares para aceptar y no obstaculizar la depuración y a reducción de la Fuerza Armada. Muchos dijeron que eran sobornos, otros hablaron de extorsión.

Estoy de acuerdo que hay que darles una salida digna a los comisionados. Pero tampoco hay que aceptar ninguna extorsión. Ellos han acumulado mucha información, que podría complicarle la vida al gobierno que salga electo, igual que a todos los partidos. Además tienen capacidad de estorbar el proceso necesario de reorganización de la PNC.

Algunos jefes policiales quieren usar el poder que tienen ahora para obligar al Estado a concederles privilegios que irían mucho más allá de una salida digna. Esta salida dorada es indigna, porque es corrupta. No hay que hacer caso a esta extorsión. Y los oficiales decentes y profesionales, que quieren asumir responsabilidades en la PNC, deben distanciarse claramente de este chantaje.

Saludos y Feliz Año Nuevo,