Los ‘guerreros celestes’ de mil batallas en redes sociales te pusieron ‘Betty la fea’. Pero no voy a hablar de sus gustos, sino de su falta de decencia – y de inteligencia. Cometen un tremendo error de cálculo: No saben que los salvadoreños, si algo detestan, es la prepotencia. Se solidarizan con el ‘underdog’, el ‘outsider’, el ofendido – siempre cuando tenga agallas. No suelen simpatizar con la arrogancia de los ‘ricos y famosos’..
La única manera que un ‘underdog’ puede perder esta simpatía es cuando se hace la víctima y pasa quejándose, en vez de pelear. Quien pone la cara, gana simpatía, y no importa que tan bonita o fea sea.
Otra cualidad típica del político exitoso es: Tener respuesta para todo. A vos no te cuesta decir: Habría que analizar el problema y ver las soluciones. Porque vos sos analítica. Como académica sabes que no se trata de saber todo, sino de saber cómo investigar para llegar a respuestas.
Tampoco sos carismática. Vos no te parás frente a una multitud y la hacés hervir de emociones. La hacés reflexionar. La retás a pensar, no a gritar. Y a veces las multitudes no quieren pensar. Por esto, nunca llegarás a presidente. Asumís, sin complejos, el papel de técnica. Por muy importante que sea el liderazgo transmisor de visiones y rumbos, alguien tendrá que garantizar que estas visiones se implementen de manera eficiente, transparente, técnicamente correcta. Muchos suelen tener menosprecio a los ‘tecnócratas’, pero sin ellos las mejores ideas o visiones producirán desastres.
Viendo todas estas tus deficiencias, de repente uno llega a la conclusión que vos sos la verdadera ‘outsider’, ajena. Por esto te atacan con tanta saña: Les estás disputando el rol de renovadores, de gente ajena a las formas tradicionales de hacer política.
Tu mera existencia en la carrera es un desafío complicado para los populistas. Mientras venden discursos que llenan a política con emociones, vienes vos con un discurso que introduce racionalidad a la política. De repente, ante el desgaste de la política tradicional, se vislumbran dos opciones opuestas: la anti-política que apela a reacciones irracionales, como el resentimiento y la venganza – versus el reto de dignificar la política, haciéndola eficiente, transparente y centrada en los resultados para los ciudadanos.
Este
debate, entre estas dos alternativas, estás planteando vos a Nayib Bukele. Por
supuesto no puede aceptarlo, sería demasiado arriesgado. Pero al no aceptarlo,
paga un costo posiblemente más alto. Parece irónico que la piedra donde al
final se topa su campaña es una mujer que en nada no corresponde al molde de
una candidata exitosa: carismática, cínica, fotogénica. Se topó con una pinche
técnica que e hace e #DebateChallenge…
Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)