jueves, 30 de julio de 2020

Carta al ministro de defensa: ¿Héroe o cobarde? De Paolo Luers

9 febrero 2020

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 30 julio 2020

Estimado ciudadano René Francis Merino Monroy: 

Usted ostenta el grado militar de contralmirante, equivalente a general de brigada. Pero como ministro, usted es un ciudadano igual que cualquier otro servidor público civil.

La Asamblea Legislativa ha decidido interpelarlo. Es su oportunidad para explicar cuál ha sido su papel y responsabilidad en el operativo militar del 9 de febrero que terminó en la ocupación del Salón Azul de la Asamblea Legislativa por soldados con armas largas. Alguien tiene que haber ordenado este operativo, el cual además involucró al presidente de la República, quien entró al Salón Azul una vez que los militares habían tomado control de él. Y sentado en la silla del presidente legislativo, el presidente dijo: “Bueno, ya está claro quien tiene el control aquí…”

Sus colegas del gabinete obviamente no ven que la interpelación es su oportunidad de explicar qué pasó el 9 de febrero y quién dio las órdenes. Lo ven como un ataque a un héroe nacional. Lo que nos obliga a hacernos dos preguntas: ¿Por qué un procedimiento previsto en la Constitución (art 131, apartado 34) como potestad de la Asamblea es visto por el gobierno como un ataque? Y la otra pregunta: ¿Cómo usted se ha convertido en héroe y por tanto en intocable por los procedimientos constitucionales, inmune al control parlamentario?

La primera pregunta se contesta fácil: Este gobierno no acepta que la Asamblea ejerza funciones de control sobre el Ejecutivo, aunque esto sea previsto en la Constitución. Por esto quieren cambiar la Carta Magna y crear un Estado con un Ejecutivo omnipotente.

La segunda pregunta no tiene respuesta racional. Todo el concepto del héroe no es racional. Un tuit como este del ministro de Agricultura no es racional: “Que les quede claro, se meten con Merino Monroy y se meten con todos nosotros. El pueblo no va permitir que se metan con nuestros héroes”.

Viendo todas las reacciones de los miembros del gobierno a su interpelación queda claro que ellos le dicen héroe porque anda repartiendo víveres, porque anduvo en lancha durante las inundaciones, porque personalmente supervisa retenes y cercos sanitarios.

Un buen soldado sabe qué significa ser héroe. Implica mostrar el valor de arriesgar su vida para proteger a otros. Hacer su trabajo no lo convierte en héroe, mucho menos actuar en spots de propaganda…

Cuando realmente su cargo de ministro de Defensa le exigió valor, usted no respondió con la dignidad que debería mostrar un oficial: No se negó a cumplir una orden del comandante en jefe que a todas luces contradijo la Constitución. Tal vez actuar con honor el 9 de febrero, sacrificando su cargo, y renunciando antes de hacerse cómplice de comprometer la Fuerza Armada en un operativo anticonstitucional, lo hubiera convertido en héroe.

Pero no, usted no renunció el 9 de febrero, y ahora le tocará explicar al Órgano Legislativo quién le dio la orden de militarizar la Asamblea, en qué términos y por qué usted la acató sabiendo que era una orden ilegal.

Si le queda un resto de dignidad como soldado y como ciudadano, todavía puede pararse frente de los diputados, decir la verdad sobre el 9 de febrero, aunque sea vergonzosa, y anunciar su renuncia antes de que lo sustituyan. Y sobre todo, antes de que la Fuerza Armada sufra daños irreparables.

La verdad y su renuncia serían un mensaje muy sano a los oficiales y soldados, que luego de un año de tener al ciudadano Bukele como comandante en jefe y a usted como ministro de Defensa deben tener una gran confusión sobre su rol en una sociedad democrática. 

Saludos,


martes, 28 de julio de 2020

Carta a Héctor Silva: David contra dos Goliat. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 28 julio 2020

Estimado Héctor:

David contra Goliat. Más bien, David contra dos Goliat. Así parece tu decisión de postularte como candidato de alcalde capitalino, desafiando a Neto Muyshondt, alcalde y el segundo político más popular en las encuestas, solo superado por Nayib Bukele; y a Mario Durán, ministro de Gobernación, a quien el presidente ha asignado la misión de convertir la capital en bastión de Nuevas Ideas.   

 

Son dos Goliat que estás desafiando: Poderosos, disponiendo de aparatos fuertes, con equipos profesionales de propaganda a su disposición. Ambos dispuestos de poner las estructuras estatales y sus recursos en función de sus respectivas campañas. Y aun que parezca absurdo, ambos con el aval del presidente.

 

Y vos, más que un David, sos un Davidcito. Un joven sin experiencia electoral. Postulado por un partido pequeño, que por primera vez participa en elecciones. Parece una locura. ¿Pero realmente lo es? No necesariamente.

 

Vos tenés algunas ventajas. Primero que llevás el nombre y apellido y hasta la cara de tu abuelo, el Dr. Silva que fue el primer alcalde capitalino de izquierda, el hombre que muchos ven como “el presidente que no fue”. El que pudiera haber sido presidente, si no fuera por el veto de los ortodoxos en el Frente. Muchos dicen con nostalgia: Si el primer presidente de izquierda, el presidente del cambio, hubiera sido un hombre honesto, capaz y transparente como el Dr. Silva en vez de un charlatán y corrupto como Mauricio Funes, otro rumbo hubiera agarrado de El Salvador...

 

Pero tenés más puntos a tu favor. Puedes convertir las aparentes desventajas en ventajas: la juventud tuya y de tu partido Nuestro Tiempo, por ejemplo. No tienen pasado político que los compromete. Lo que representan no cuenta mucho cuantitativamente, pero mucho en cuanto a calidad. Mostrando audacia (como con tu candidatura), tienen un gran potencial de convocatoria y movilización de ciudadanos jóvenes, profesionales, escépticos de la política tradicional, pero igual de la anti política irracional;  sedientes de alternativas racionales y con fundamento ético.

 

Y la ventaja más grande tuya y de tu partido es que no están condenados a ganar, como los partidos grandes que ya han gobernado: Arena, Frente y Nuevas Ideas/Gana. Para ustedes, si hacen buenas campañas, perder con dignidad sería ganancia política. Ustedes lo único que necesitan es ponerse en el mapa, consolidar un espacio en el tablero político, una cabeza de puente dentro del sistema político – para desde adentro introducirle racionalidad y dignidad. O sea, si vos hacés una buena campaña, logrando movilizar lo mejor de la juventud urbana, no por lástima sino por la calidad de tus propuestas y lo sincero de tu discurso, no tienes que ganar la alcaldía para ganar como persona y como opción política. Lo que no significa que vos no puedes incluso ganar. Nada está escrito en piedra en nuestra política tan volátil.

 

Para proyectarte, las condiciones son casi ideales. Por la alcaldía van a pelear dos Goliat, con gran despliegue de recursos, retórica populista, ejércitos de activistas y propagandistas en las redes, pero con una debilidad muy grande: En el fondo representan el mismo populismo; la misma manera caudillista de conducir; la misma disposición de usar recursos estatales para consolidar su liderazgo. Contra esto, será relativamente fácil para vos y tu partido perfilarse como la alternativa diferente. 

 

Lo único que tenés que hacer, en toda la campaña que viene, es mantenerte fiel al espíritu de audacia, sinceridad y humildad con el cual te lanzaste. Y vas a tener más apoyo del que te imaginaste. Incluso de bastantes viejos como yo.

 

He sido amigo de tu abuelo, y me encante el regreso de un Héctor Silva. 

Saludos, 


domingo, 26 de julio de 2020

Columna Transversal: La hora de los relevos. De Paolo Luers

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 26 judo 2020


Todavía no conocemos los resultados de las elecciones primarias de todos los partidos, pero ya podemos ver que habráuna gran cantidad y pluralidad de candidatos que prometen hacer interesantes las elecciones de febrero 2021. Contrario a lo que muchos creen (porque lo desean), estas elecciones se están volviendo impredecibles. Lo que es buena noticia: Cuando los resultados de las elecciones son impredecibles, la democracia está viva y coleando...

Muchos pensaban que las elecciones del 2021 iban a tener el mismo punto de partida que las del 2019 que llevaron al poder a Nayib Bukele: el desgaste de los partidos tradicionales grandes, permitiendo el éxito de quien prometió ideas, políticas y comportamientos nuevos. Pero luego de un año de gobernar Bukele (y a la hora de votar serían 1 año y 9 meses), el punto de partida es diferente. Ya no funciona lo de “los mismos de siempre”, porque los que tienen que rendir cuentas sobre corrupción son Bukele y su partido Gana/Nuevas Ideas. Ahora, el desgaste se reparte entre los tres partidos grandes (ARENA, FMLN y Gana/NI). 

 

Será la hora de los pequeños, que juntos pueden ser grandes, si lo hacen bien. Será la hora de los nuevos, que nunca participaron en política partidaria, pero que ante las amenazas al sistema democrático decidieron involucrarse. Unos se lanzaron adentro de los partidos grandes Frente y Arena, desafiando (en algunos casos desplazando a los liderazgos desgastados, en otros haciéndoles contrapeso); otros en el PDC, atraídos por el liderazgo que Rodolfo Parker asumió en las batallas de la Asamblea por su independencia; otros se unieron a los partidos emergentes (Vamos y Nuestro Tiempo). 

 

Un aparte: Es una movida audaz de Nuestro Tiempo lanzar a Héctor Silva Hernández, nieto del ex alcalde capitalino, a competir contra Neto Muyshondt y Mario Durán, con el argumento que ellos son lo mismo y se necesita una alternativa. Sin duda elevará el debate político. Igual que en la Asamblea, en la política municipal se trata de introducir racionalidad y decencia, como antídotos al populismo.

 

Muchos dicen que todo esto es marginal, que las caras nuevas y los partiditos emergentes no van a poder contra los aparatos partidarios de los grandes. Esto está por verse. Por el momento podemos constatar que las personalidades más interesantes en el nuevo tablero electoral son las caras nuevas, algunos en Arena, pero sobre todo en el PDC, Vamos y Nuestro Tiempo. Por esto digo: Fíjense en los chiquitos...

 

Mujeres con gran trayectoria intelectual y de compromiso ciudadano como como Claudia Ortiz (de Vamos); Aída Betancourt, Bertha María Deleon y Leonor Selva) de Nuestro Tiempo); Sulen Ayala (en el PDC) me provocan agregar: ¡Fíjense en la mujeres! Si estas 5 mujeres entraran a la Asamblea, los debates legislativos cambiarían de fondo. 

 

Pero para mi no es una cuestión de género. Igual hay una lista de hombres que como futuros diputados jugarían un papel clave en convertir la Asamblea en el centro de la defensa del pluralismo político y del orden republicano: El ex diplomático Alex Kravetz y el Dr. Ricardo Lara (en Arena); el ecologista Juan Marco Álvarez y Héctor Menjivar (en el PDC); Johnny Wright (en Nuestro Tiempo); y Roberto Ocampo (en Vamos). No tengo claro quiénes serán los relevos interesantes en el Frente, pero estoy seguro que pronto se van a proyectar.

 

Y fíjense: Para que entren todos estos relevos no se necesita ni milagros ni lo que en Estados Unidos llaman “landslides”, o sea grandes cambios en las preferencias electorales. Sólo se necesita que una parte del electorado haga uso inteligente del voto por caras y del voto cruzado. 

 

Si aparte de esto, los electores sabrán elegir bien entre los diputados actuales, que buscan la reelección, puede surgir una Asamblea cuyos debates serán dominados por mujeres y hombres de alta calidad académica y humana, sumando las mejores caras nuevas y viejas. El comportamiento de los actuales diputados está a la vista. No cuesta identificar quienes son los corruptos, los vivianes, los oportunistas, los tibios – y quienes son los consecuentes y combativos. Estos últimos hay que privilegiar con el voto por cara. De esta manera se pueden eliminar algunos de los dinosaurios que todavía quieren seguir dominando en el Frente y Arena. Hay que reemplazarlos con las caras nuevas que quieren dar la pelea por defender la democracia – y que tengan la capacidad de hacerlo. 

 

No se necesitan milagros para componer en la próxima Asamblea un bloque fuerte, plural y comprometido con ejercer de manera inteligente y consistente el papel de oposición en el período 2021-2024, que coincide con los años que le quedan a Nayib Bukele y Cia. en el poder. Se necesita en la próxima campaña una actuación inteligente y responsable de los partidos y candidatos de oposición. Y además, requiere un rol activo e incisivo de los ciudadanos que se sienten responsable del rumbo del país.




sábado, 25 de julio de 2020

Carta a los nuevos opositores: Sin tibieza, por favor. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 25 julio 2020

Estimados amigos:
Los que quieren asumir el rol de oposición al gobernante autócrata, que por favor se definan con claridad, sin ambivalencias. Hago este llamado a los partidos nuevos, igual que a las caras nuevas en los partidos tradicionales. No es tiempo para tibiezas.

Cito las declaraciones de una candidata, cabeza de la planilla para diputados de uno de los partidos emergentes: “El juego político que ha tenido el país es una oposición enfrascada en lo electoral que busca desgastar al adversario con la mirada en las siguientes elecciones.” Bueno, yo diría que de esto se trata en democracia: derrotar al adversario en las próximas elecciones, sobre todo cuando se trata de un adversario de la democracia.

La candidata habla de “confrontación entre el presidente y otros órganos de Estado”. Pero, ¿quién confronta? La Sala cumple su mandato de someter al control constitucional las actuaciones de los órganos del Estado. Esto lo puede ver como confrontación solo alguien como Nayib Bukele, quien no cree en el sistema de pesos y contrapesos. La Asamblea hace su trabajo. Su rol no es pasar papeles que le manda Casa Presidencial. Cuando el Ejecutivo presenta un proyecto de Ley de Emergencia, la Asamblea lo estudia y le agrega los mecanismos necesarios de transparencia, de rendición de cuentas y de garantías de derechos humanos. ¿Esto es confrontación? No, solamente para quienes no están de acuerdo con que las leyes nazcan de la Asamblea, no de la voluntad del gobernante.

¿Por qué no llamar las cosas por su nombre y hablar de “confrontación del presidente con los demás poderes del Estado”? Pero no, escuchamos una versión ambivalente del conflicto entre Ejecutivo y Asamblea: “Pensemos en el decreto que se negoció durante 6 días seguidos. El presidente usa ese ejemplo para decir que es imposible dialogar con la Asamblea, pero lo cierto es que tanto el presidente dinamitó ese acuerdo, pero en la Asamblea hubo una deficiencia en su rol como políticos.” ¿Cuál deficiencia? La Asamblea aprobóla ley, y lo hizo bien: con mecanismos que garantizan transparencia y respeto a los derechos humanos. El presidente la vetó. ¿Quién actuó con deficiencia?

En una situación tan clara de confrontación entre una concepción autocrática versus otra protectora de los derechos de los ciudadanos, ¿por qué adjudicar la culpa a ambos lados por igual, gobierno y oposición? ¿Será por miedo a tomar partido? ¿Será por oportunismo, para proyectarse como alternativa a ambos, las fuerzas opositoras igual que los fuerzas detrás del gobierno?

Lo que señalo no es un problema exclusivo de una candidata o un partido en particular. La misma tibieza se expresa en otros, quienes para irrumpir a la política partidaria se expresan de manera ambivalente. Veamos un tuit del dirigente de otro partido emergente, quien comenta los incidentes entre funcionarios del Ejecutivo y el presidente de la Asamblea en el contexto de los informes de los ministros. El dirigente habla de “el vergonzoso incidente ocurrido en la Asamblea por culpa de ambas partes.” Y concluye: “¡Ya basta! Es @NuestroTiempoSV”

No, no fueron ambos lados. Fue la secretaria de comunicación de Casa Presidencial, quien a gritos reclamaba al presidente de la Asamblea que dejara de insistir en que los ministros le entregaran sus informes, en vez de darle la espalda y salir del Salón Azul. A esta plenaria estaban invitados los ministros a dar sus informes. Todos los demás (los secretarios de Casa Presidencial y su personal de prensa) no estaban ahí como invitados, sino como acompañantes de los ministros para hacerles barra. No tenían derecho de hablar, mucho menos de gritar, y Mario Ponce tuvo razón de decirles: Está bien que lleguen con sus empleados, pero que se comporten…

Otra vez: Es oportunismo político decir a “ambos lados” el mismo mensaje. Hay que decir “¡ya basta!” a todos los que quieren debilitar y deslegitimar la Asamblea como institución. Y cuando dicen “Es Nuestro Tiempo”, no es para que se aparten los demás que (a veces con tibieza y ambivalencia) ejercen oposición. Es para reforzar la oposición, para darle más contundencia, más fuerza, más claridad.

Que me disculpen Claudia Ortiz y Juan Valiente que les haya escogido como ejemplos. El mensaje va a para todos que corren para diputados en tiempos que la oposición tiene que dejarse de pajas, tibiezas y ambivalencias. Va para las nuevas caras en Arena y el PDC, igual que en Vamos y Nuestro Tiempo. 

Saludos,



jueves, 23 de julio de 2020

Carta a mis hijos: Tienen derecho a recuperar su vida normal y libre. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 23 julio 2020

Bichos:
A cada rato nos vienen a sermonear, en los medios y en redes sociales, que luego de la pandemia no se vale regresar a “la vieja normalidad” y que hay que cambiar nuestra forma de vivir y construir “una nueva normalidad”. Como si la vida que hemos llevado, nuestra normalidad, haya sido responsable del surgimiento de la pandemia. No me jodan.

No sé cuál habrá sido la normalidad dañina de estos predicadores. Si quieren abandonarla, que lo hagan. Discúlpenme si digo algo políticamente incorrecto, pero yo insisto en recuperar nuestra vida normal. No a la loca, no mañana, pero sí en cuanto la situación sanitaria lo permita. De esto estamos hablando: de la vida post epidemia. 

Insisto en que luego de tanto tiempo que nuestra vida ha estado restringida por la epidemia (y aquí también por el mal gobierno), podamos volver a reunirnos, aunque nuestra familia esté distribuida en varios países; a compartir cenas con nuestros amigos, pasear en los parques, gozar de la vida en la playa; a dedicarse cada uno plenamente a su trabajo, carrera o estudios, sin muletas como conferencias zoom o clases en línea; hacer fiestas, abrazarnos; olvidarnos de esta palabra inhumana del “distanciamiento social”…

¿Qué diablos tiene de malo esta normalidad? ¿Por qué es malo mi deseo de recuperarla y vivirla nueva y plenamente con ustedes y nuestros amigos? 

En última instancia es un asunto de libertad. Estoy de acuerdo que ante desastres como esta epidemia tenemos que aceptar las restricciones de nuestra libertad que sean necesarias para evitar la propagación del virus. Muchas de estas restricciones las asumimos los ciudadanos por nuestra propia iniciativa y responsabilidad, una vez que las autoridades estatales nos den todos los elementos de juicio para tomar las decisiones correctas. Y algunas restricciones las tendrá que decretar el poder legislativo y aplicar el gobierno.

Pero las restricciones a nuestra libertad y normalidad impuestas por el Estado tienen que limitarse a las estrictamente necesarias, basadas en criterios objetivos y científicos, nunca en el afán de consolidar control social. Y el objetivo tiene que ser restablecer la plena libertad de los ciudadanos en cuanto sea posible.

Plena libertad no solo incluye la libertad económica de empresarios y trabajadores, sino el derecho irrestricto de vivir como nos da la santa gana. Tenemos derecho a recuperar y volver a vivir plenamente cada uno la normalidad que nos place, sin remordimiento ninguno. Sin que nos metan miedo ni complejos de culpa…  

Para nosotros, en nuestra familia, de todos modos la normalidad nunca ha sido estática, sino sujeta a un proceso de cambio permanente, tanto colectivo-familiar como de cada uno. A ustedes les ha tocado crecer en un país en transformación, de la guerra a la paz, de la represión a una democracia en construcción permanente, y esto se refleja en su capacidad de reinventarse. Y así será luego de esta experiencia de la pandemia, del confinamiento, del miedo al contagio, de ver amigos y colegas enfermarse y luchar por su vida.

Algunos de ustedes viven en países donde ya están gradualmente regresando a la normalidad. Vi fotos de nuestro hijo escalando montañas en los Alpes, y de mi nieto saltando de alegría al volver a tomar posesión del parque de columpios a la vuelta de su casa en España. Son símbolos de libertad, de la recuperación de normalidad. 

Las lecciones que tenemos que sacar de la epidemia que estamos viviendo no ponen en duda nuestra vida como individuos libres, pero sí el diseño de nuestras instituciones. Hay que hacerlas menos autoritarias e impositivas y más dedicadas a fomentar la responsabilidad ciudadana. Hay que cambiar radicalmente las prioridades del gasto público, priorizando salud, protección civil, educación. En cuanto a la política, no hay que conformarse con la recuperación de la vieja normalidad, sino que hay que acelerar y profundizar las reformas necesarias. 

Ustedes, mis hijos, recuperen su normalidad y libertad, vívanlas en plenitud. No se dejen meter complejos de culpa por volver a gozar la vida.

Saludos, 

martes, 21 de julio de 2020

Carta al presidente: Neles pasteles… De Paolo Luers

La primera reunión del gabinete de gobierno de Nayib Bukele

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 21 julio 2020


Ciudadano Nayib Bukele:

Así como usted tomó tan sorprendentemente la decisión de levantar el boicot gubernamental a la reactivación económica, así un día después tomó la decisión contraria:  ¡Neles pasteles! 

Ambas decisiones -que sí y que no- las tomó con la improvisación y arbitrariedad que caracterizan su estilo de gobernar. El problema de fondo: no hay plan, ni para la política sanitaria, ni para la económica; ni contra la propagación de la epidemia, ni contra la propagación del desempleo, la miseria y el hambre. Ni mucho menos hay un plan que integre los dos temas que están ligados inseparablemente.

Sin plan y sin líneas y criterios claros de acción, lo único que queda es la improvisación y la arbitrariedad. Usted dijo que tomó la decisión de recularse “después de escuchar las opiniones de expertos y sobre todo del Ministerio de Salud, ente rector de la salud”. Permítame que me ría: usted nunca ha reconocido a ningún ministerio como “ente rector” de sus políticas, y menos en el tema de Salud. Usted siempre ha asumido las decisiones, aunque no tiene el conocimiento necesario para tomarlas. Por esto el proyecto de un hospital temporal de emergencia en el Cifco de repente se convirtió, ante las miradas incrédulas de los expertos, en un hospital permanente, sin que haya sido diseñado para este propósito.

Y como siempre pasa en organizaciones verticales administradas por mentes autoritarias, los errores del jefe se reproducen en toda la pirámide de mando. Así que su ministro de Salud funciona igual: no busca a los expertos, ni dentro ni fuera del ministerio, antes de recomendarle decisiones a usted. Para buscar y apreciar las opiniones, críticas y propuestas de expertos, uno tiene que estar libre de complejos de inferioridad y capaz de discutir con ellos de tú en tú. Ni Francisco Alabí ni usted se sienten cómodos frente a científicos y profesionales comprobados. 

Entre los expertos (no solo aquí, sino a nivel internacional; no solo de epidemias, sino también de desarrollo económico y social) se están discutiendo diferentes estrategias para lidiar con la epidemia sin terminar de arruinar la economía, y para lidiar con la economía sin profundizar el desastre sanitario que ya tenemos. No hay recetas fáciles, pero sí hay consenso que hay que avanzar en ambos campos simultáneamente. Si un presidente no tiene la formación y capacidad para procesar todo esto y sacar conclusiones y planes concretos, entonces tiene la obligación de delegar esta tarea a un grupo de expertos que sí lo puede hacer. Lo que no puede hacer un presidente es simplemente desatender lo que no alcanza de entender, y sacar sus decisiones de la manga. Pero esto es lo que usted está haciendo. Y como usted se ha construido un gabinete que no es deliberante, sino definido como ejecutor de la voluntad presidencial (incluyendo sus caprichos), no hay quien le señale errores.

No me entienda mal: No estoy exigiendo que un presidente tenga la formación y los conocimientos necesarios para sacar del ámbito académico y profesional las conclusiones que lo lleven a planes y políticas correctas. Los presidentes no son seres suprahumanos. Lo que se está exigiendo a usted es que se apoye en instancias de expertos para analizar, proponer, monitorear las políticas que enfrentan la doble crisis (sanitaria y económica) que enfrenta el país. 

Le exigimos que deje de tomar decisiones arbitrarias e improvisadas, y que busque a quienes le puedan elaborar un plan integral y coherente. Si no puede con estas exigencias, no es apto para ejercer la presidencia.

Saludos, 

Posdata: La conclusión que yo saco de todas las diferentes opiniones de los expertos es que tenemos que abrir la producción y el comercio ya, porque sólo así como país vamos a aprender a convivir con la epidemia. Las cuarentenas generales son muletas que no resuelven el problema.


domingo, 19 de julio de 2020

Columna Transversal: El final del diálogo, sin signos de interrogación. De Paolo Luers

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 19 julio 2020

“¿El fin del diálogo?”. Bajo este titular salió este semana la columna de Luis Mario Rodríguez, excelente analista, siempre preocupado por argumentar de manera racional, evitando la polémica y privilegiando el debate serio.

Obviamente Luis Mario está hablando del diálogo entre los órganos del Estado, y entre gobierno y oposición. Voy a retomar este tema, pero para hacerlo, primero le tengo que quitar los signos de interrogación al titular: El fin del diálogo. Para mí, no es una interrogante, es una afirmación. Es un hecho. Lamentable, pero un hecho.

El diálogo es como el tango: se necesitan dos. Dos interesados de que el diálogo llegue a entendimientos. Lamentablemente, al presidente Bukele no le interesa en lo mínimo el diálogo como forma de llegar a definir políticas compartidas. Muchos dicen que es un diálogo entre sordos lo que tiene lugar entre el gobierno y la Asamblea, y entre el gobierno y la oposición. Es una imagen equivocada. Asigna mal la responsabilidad del fracaso de los diálogos. Es un diálogo entre un sordo y otros que intentan a mantener abierta la posibilidad de llegar a acuerdos, a veces de forma torpe o ingenua. Así han sido los diálogos entre el presidente con la Sala Constitucional, con los empresarios, o de los representantes de Casa Presidencial con los diputados. Todos fracasaron, porque el gobierno solo estaba interesado que le ratificaran sus políticas y no en un diálogo como método para construir políticas que todos podrán apoyar.

Detrás de este desprecio a un diálogo sincero hay un profundo malentendido sobre el concepto de gobernabilidad. En una democracia republicana y pluralista, la gobernabilidad depende de la capacidad del gobierno de diseñar políticas que no sean simplemente el reflejo de sus intenciones políticas e ideológicas, sino que sean diseñadas para que puedan ser apoyadas por una mayoría parlamentaria, y para que no choquen con la Constitución y la jurisprudencia de la Sala.

Un gobierno que insiste en su autosuficiencia para definir políticas exclusivamente con sus propios criterios, sin tomar en cuenta los posibles conflictos de las demás instituciones y fuerzas políticas, por definición apuesta a la imposición, no al diálogo. Imposición y diálogo son incompatibles. La compra de voluntades, el chantaje, la amenaza, la descalificación y cualquier otro método de imposición mata el diálogo.

Así que, la triste realidad es que no hay diálogo, porque el gobierno no apuesta a una gobernabilidad construida por concertaciones y acuerdos. No apuesta al diálogo como forma de dirimir diferencias y conflictos. Por lo contrario, el gobierno conducido por Nayib Bukele ve las diferencias y los conflictos con la Sala, con ANEP, los empresarios, la Asamblea y con los partidos de oposición como algo que hay que profundizar, con el propósito de convertir todas estas instancias en sujeto del repudio popular y así ganar en el 2021 el control de la Asamblea. Así piensa poder aplicar su modelo de gobernabilidad: la sumisión de la Asamblea a los diseños del gobierno. Gobernabilidad sin diálogos.

Los que estamos convencidos de que es indispensable el diálogo como método de llegar a acuerdos viables para el país no vamos a desistir en practicarlo solo porque tenemos un presidente que lo desprecia. Pero tampoco vamos a continuar participando en diálogos inútiles con un sordo. En esta situación que no hay diálogo posible con el gobierno, es de suma importancia abrir un diálogo serio, permanente y transparente entre todas las fuerzas que no quieren que en el 2021 nazca un régimen autoritario, basado en una gobernabilidad sin diálogo, sin pluralismo, sin inclusión de todas las fuerzas y los intereses que representan.

Las instancias y los métodos de este diálogo hay que construirlos desde ya, para que produzca los acuerdos mínimos para poder ganar en febrero 2021 al bloque autoritario compuesto por los Bukele, Nuevas Ideas, Gana y el CD. Quienes dicen defender el pluralismo como elemento indispensable de nuestra democracia, que lo practiquen desde ya. Quienes apuestan a un sistema político basado en que las políticas públicas tienen que someterse al diálogo, que lo practiquen desde ya con todas las fuerzas opositoras.


sábado, 18 de julio de 2020

Carta al alcalde Muyshondt: Un pleito que solo distrae del problema real. De Paolo Luers

23 de abril 2018: El alcalde electo de San Salvador, Ernesto Muyshondt en una entrevista televisiva reconoció el trabajo sindical de Rolando Castro al frente de la Asociación de Trabajadores Municipales (ASTRAM), el sindicato más grande dentro de la comuna capitalina.


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 18 JULIO 2020
Estimado Neto:
Es tan obvio que vos tenés asegurada la candidatura para la alcaldía capitalina que no se entiende tu molestia con la otra planilla que se inscribió. Vos decís que no es competencia leal, pero la verdad es que no es competencia real. Las primarias vos las vas a ganar sin despeinarte. Luego te va a tocar una competencia real, la del candidato que te puso Bukele, Mario Durán. Para ganar esta batalla vas a necesitar el apoyo de total de tu partido.
Entonces, la pregunta real es cómo lograr, de aquí a febrero, la unificación de ARENA detrás de tu candidatura, y no si Rolando Castro, el ministro de Trabajo de Bukele te está criticando. Nadie puede pensar que el responsable de los problemas internos de ARENA sea el ministro de Trabajo. La razón para los desencuentros dentro de ARENA es la falta de un debate serio, sincero y constructivo sobre el futuro del partido… y del país sobre cómo ejercer la oposición ante un gobierno que quiere destruir los partidos e instituciones que ve como obstáculos para asegurar la hegemonía de su clan y su partido.
Vos tenés tus respuestas a esas preguntas esenciales para ARENA, y otros en el partido tienen otras. Lo que no existe es un proceso de debate que promete llegar a un entendimiento que facilite una acción conjunta frente al gobierno y frente a las elecciones del 2021. Y sin esto, tanto vos vas a perder la batalla por la alcaldía capitalina, como Arena la batalla contra el intento de Bukele de ganar el control de la Asamblea.

No veo en ARENA diferencias profundas en lo ideológico y programático que no se podrían resolver. Veo diferencias sobre cómo renovar el partido y, principalmente, bajo qué tipo de liderazgo. Nada de esto se resuelve echándole la culpa a gente fuera del partido. Entiendo que vos buscas (o aceptás con ganas) el pleito con Rolando Castro, porque ahora que Bukele te puso a uno de sus lugartenientes como competidor, necesitás marcar cierta distancia al gobierno, pero lo quieres hacer sin abandonar tus posiciones en favor de una oposición constructiva que incluso facilite gobernabilidad al presidente. En este contexto, no te conviene atacar directamente al presidente Bukele y prefieres el enfrentamiento con uno de sus ministros.
17 de julio 2020: Conferencia de prensa de Neto Muyshondt 
para denunciarinterferencia de Rolando Castro en ARENA
Dudo que esta estrategia te vaya a funcionar. Tené claro que ningún ministro se mete en una confrontación directa con el alcalde capitalino sin el consentimiento del presidente. Puede ser que Bukele considera que a él tampoco le conviene verse él personalmente envuelto en este conflicto. Él no quiere hacer nada que tenga como consecuencia que en ARENA se pongan de acuerdo. La división de Arena es parte esencial de su estrategia.
Para facilitar una estrategia consensuada para las elecciones del 2021, vos tendrás que desmarcarte más claramente del gobierno y de Nuevas Ideas. Para esto no te sirve un pleito proxi con Rolando, tendrás que tomar distancia crítica del dueño del circo, Bukele.
Rolando Castro comete el error de atacarte donde no es. Si tiene críticas a tu gestión como alcalde, que las exponga, con argumentos y datos. Pero te ataca uniéndose al coro hipócrita que te quiere precondenar por haber dialogado con las pandillas. Esto no te debe preocupar, porque si te quieren hundir con esto, también se hunden tu competidor Durán y hasta el presidente. Dentro de tu partido vos has sabido defenderte con la cabeza en alto de todos los intentos de debilitarte con estas acusaciones hipócritas.
Enfrentá los problemas internos de la misma manera, con franqueza y humildad. Tené en cuenta que si ustedes pierden en el 2021, será irrelevante quién se imponga dentro de Arena, de todos modos dirigirá algo irrelevante.
La renovación de ARENA necesariamente pasa primero por ganar la batalla por la democracia. Quien no esté dispuesto a dar esta batalla, mejor que se aparte. 
Saludos,