Estimados amigos:
Entiendo
sus reservas de asistir a más diálogos, mesas, consejos, concertaciones
convocadas por Hato Hasbún. Tienen la experiencia que siempre es mucho
discurso, poco diálogo y cero resultados. Entiendo su resistencia de
dejarse envolver en un diálogo inútil que solo sirve para que el
gobierno puede decir que está dialogando.
El día vienes vi la s
fotos que el Presidente de la República, en sus cuentas oficiales en las
redes sociales, publicó la foto de su nuevo Consejo de Seguridad
Ciudadana. Conté a más de 30 personas sentados en Casa Presidencial,
convocados por el secretario presidencial de comunicación, Hato Hasbún, y
por el secretario presidencial de participación, Marcos Rodríguez,
presididos por el mero Presidente de la República. Al solo ver esta foto
entendí perfectamente porqué ustedes no quieren sentarse en esta mesa.
Dicen que este Consejo será juramentado por el Presidente, o sea que
será un Consejo presidencial.
Según un documento elaborado por el
PNUD, que aceptó asumir la secretaría técnica de este esfuerzo, el
Consejo será liderado por los ministros de Seguridad y Gobernación. La
"convocatoria, coordinación y facilitación" será asumida por el
secretario de gobernabilidad, Hato Hasbún, quien a la vez es el
responsable del aparato de comunicación (y propaganda) de la
presidencia. La "articulación con otros sectores de la sociedad" estará
al cargo de otro secretario presidencial, Marcos Rodríguez. Este dirige,
entre otras cosas, el sitio oficial "Transparencia Activa", que en los
últimos años se encargó de atacar a los críticos del gobierno,
incluyendo a ustedes, los empresarios y dirigentes gremiales.
Yo
entiendo que no se quieren sentar en esta mesa. A pesar de todo esto,
les pido no tirarles la puerta. O sea, no cerrar la puerta a la idea de
impulsar un diálogo sobre conceptos nuevos para enfrentar el problema de
inseguridad, violencia, delincuencia - y problemas socioeconómicos de
los barrios donde se reproducen permanentemente. Ningún gobierno,
ninguna policía, ninguna fiscalía, aunque se vuelvan eficientes, van a
poder enfrentar estos retos sin aporte de la sociedad y, sobre todo, del
sector privado.
En vez de sentarse en una mesa falsa de diálogo,
ustedes deberían aprovechar la invitación tan insistente del gobierno,
nacida de la desesperación y urgencia de mostrar algo ante la demanda
popular, para explicarles cómo se construye una mesa de diálogo real. En
vez de simplemente no ir al diálogo, busquen canales para demandar un
diálogo serio. Hablen con el presidente y los dirigentes partidarios del
FMLN, no con los secretarios de gobernabilidad y participación. Hablen
con los dueños del circo. Explíquenles que no tiene sentido este Consejo
así como lo plantean: No tiene sentido que sea apéndice del gobierno,
porque los empresarios no quieren ser usados. Y no tiene sentido
convocar a 60 personajes (algunos de dudosa reputación, otros conocidos
por hablar por hablar), y pensar que de ahí va a salir una estrategia.
Propongan
ustedes una mesa real y autónoma, representativa de la sociedad civil y
del sector privado, que puede hacerle propuestas al gobierno, puede
recibir propuestas del gobierno, y negociar puntos y acciones en común.
No una mesa falsa del gobierno, sino una mesa real que habla con el
gobierno.
Y una cosa más: La seguridad pública como tal es
responsabilidad exclusiva del Ejecutivo. Esto incluye los planes de
lucha contra el crimen, las estrategias y el financiamiento. Son
responsabilidades que no pueden delegar a la sociedad o al sector
empresarial. Que no nos pidan aportar a un fideicomiso para pagar las
cuentas del gobierno.
Ustedes como empresarios y muchos como
sociedad civil podemos (y debemos) entrar en todas las acciones e
inversiones necesarias para complementar la labor de la PNC y del
ejecutivo. Para esto sí tiene sentido crear una mesa de empresarios y
expertos, un grupo pequeño pero calificado, que habla con el gobierno,
con los alcaldes, con la cooperación internacional, con las iglesias - y
también con las pandillas. Estoy hablando de la prevención, de la
transformación de los barrios, y de la tarea de abrir puertas de
reinserción a los que están al margen de la sociedad y de la ley.
Resumo, amigos: está bien que no se sientan en mesas falsas, pero no cierren las puertas al diálogo. Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy