jueves, 16 de mayo de 2013

Carta a Francisco Laínez


Estimado Pancho:
Hoy anunciaste oficialmente lo que ya sabíamos: Te incorporás a la campaña de tu ex jefe Elías Antonio Saca. Bueno, vos decís que te incorporás a Unidad. Pero ambos sabemos que Unidad no existe más allá de una campaña de marketing político.

Irónicamente ahora resultan sabias las supuestas palabras de Paco Flores que tanto escandalizaron a tu amigo Walter Araujo: que vos no ibas a ser el candidato de ARENA porque no tienes el compromiso de “topar a Tony Saca”. Bueno, no tienes este compromiso. Estás en tu pleno derecho, puedes apoyar al candidato que más idóneo te parece para dirigir al país. Pero dejemos claro una cosa, entonces: No podía ser candidato un hombre que cree que Saca debería volver a ser presidente. O sea, el hombre que está haciendo todo a su alcance para destruir al partido a nombre del cuál ustedes ambos gobernaron hasta el 2009...

Entonces, estás ahora donde quieres estar, y con quien querías estar. Te felicito: uno tiene que ser coherente con sus lealtades. Te puedo respetar por esto, Pancho. Mucho más que a aquel Pancho Laínez que luego de la expulsión de los Saca del partido se incorporó al COENA hablando peste del su ex-jefe. En más de una ocasión pensé: Bueno, ¿y si Saca era tan malo, porque alguien como Pancho se quedó sirviendo en su gabinete hasta el último día?

Así que, estimado Pancho, al fin superaste la indefinición y estás donde quieres estar. Te digo que fue precisamente por esta falta de definición y claridad que dos veces tu propio partido no te ha tomado en cuenta como candidato y dirigente. Tal vez ahora, estando bien definido y a la par de tu jefe, puedes ejercer liderazgo dentro de esta extraña coalición de fracasados que espera llegar a las frutas del poder con Elías Antonio Saca. Porque si algo necesita este artefacto Unidad es liderazgo, si no quiere quedar como el movimiento de utilería de un caudillo que no tolera líderes a su lado....

Sabés qué es lo más irónico: Dos veces peleaste en Arena contra la maldita tradición de poner a dedo sus candidatos. Y terminás a la par del hombre que no sólo hizo lo mismo, dejándote a vos colgado de la brocha y poniendo de dedo a Rodrigo Ávila, sino que luego llevó al extremo esta práctica: ahora es el caudillo que se autoproclama candidato y de dedo pone movimiento, alianzas, programa, candidato a vice y equipo de gobierno.

¿Te suena el término del ‘Síndrome de Estocolmo’?

Saludos y suerte en tu nueva carrera, Paolo Lüers
(Más!/EDH)