Embajadora Manes y su delegación |
Y el elenco principal de la obra -el gobierno de Donald Trump- con el clásico esquema de “policía bueno, policía malo”. Habló el “nice guy”, el secretario del estado Rex Tillerson, diciendo que Estados Unidos quiere contribuir a la prosperidad y seguridad de Centro América. Pero el segundo día vino el policía malo (bueno, más bien es militar, ex jefe del Comando Sur) John F. Kelly, diciendo que nos olvidemos de una prórroga del TPS para 400 mil centroamericanos.
También
este show tiene sus partes cómicas, como debe ser: Oscar Ortiz
echándose un discurso calcado del otro que su jefe dio en la redición de
cuentas del 1 de junio: Pintó una imagen de El Salvador resolviendo sus
problemas de seguridad, donde gobierno y empresarios trabajan juntos.
Uno se pregunta: ¿Para qué jalaron a ministros y empresarios a Miami
para que los hermanos grandes del Norte los pongan en sintonía? ¿Y
porqué diablos andan llorando por ayuda, si ya el gobierno está
resolviendo todo?
No
menos cómico: Hugo Martínez propagando optimismo que ya se va a
arreglar lo del TPS, mientras en una sala adjunta el general Kelly, el
máximo jefe de la migra, da una entrevista a Univisión diciendo que los
gobiernos centroamericanos pecan de ingenuos pensando que Estados Unidos
va a conceder TPS a sus emigrantes hasta que sus países hayan alcanzado
la paz y el empleo completos…
Interludio: Aparece el vicepresidente Mike Pence, quien ya está bien entrenado para asumir a la perfección el papel del policía bueno, a la par de su Jefe Trump.
Sede del la conferencia sobre seguridad: US-Southcom |
Otra aparición del policía malo: Kelly recomendando a los gobiernos centroamericanos que pidan asesoría y entrenamiento a la policía y los marines mexicanos, que según él tienen una “gran experiencia” en la guerra contra los narcos y -amárrense de sus sillas- contra la corrupción. Y estos mexicanos sí que son “bad cops”, ellos sí saben matar, torturar, y pasarse encima de los civiles.
Tengo que felicitarle, embajadora, por su excelente labor de pastoreo. Nadie en la delegación, teóricamente tan explosiva, no dijo nada cuando Oscar y Hugo hablaron paja. El comisionado Cotto y el fiscal Meléndez (sí, también los llevaron a Miami…) no dijeron ni papa cuando le pusieron a los matones mexicanos de ejemplo. Todos (incluyendo empresarios, ministros y precandidatos) sonrían en las fotos, todos mandan tuits constructivos. Job well done, embajadora.
Solo usted sabe como poner quietos a los salvadoreños tan famosos por sus berrinches. Tal vez usted debería seguir gobernando El Salvador. Saludos,