Con medidas disciplinarias o incluso expulsiones no van a resolver los problemas que figuras como Milena Mayorga y Gustavo Escalante les están causando. Estos problemas existen por la falta de debate político dentro de su partido. Sólo donde no hay claridad de las posiciones políticas y de los principios y las posturas ideológicas detrás de ellas, figuras tan mediocres y superficiales como estos dos diputados pueden adquirir notoriedad y eco dentro y fuera de la militancia.
Si no tuvieran impacto, simplemente los podrían dejar hablar solos – y no pasaría nada. Pero la cosa es más complicada. Aunque es perfectamente visible que estos dos diputados (y probablemente otros más) obedecen a líneas políticas emanadas del campo del gobierno de Bukele y sus expertos en manipulación políticas (por ejemplo Porfirio Chica), siguen teniendo impacto y creando confusión entre las bases de ARENA. Siunos diputados de repente asumen, de manera visible e incluso beligerante, las posiciones políticas del adversario principal de su partido, uno crearía que ellos mismos se aislarían y el problema no llegaríaa más.
Pero no es asíen el caso de Milena Mayorga, Gustavo Escalante, Felissa Cristales y Arturo Magaña. Tan asíque ahora el partido se vio obligado a abrirles juicios disciplinarios – cosa que sólo puede empeorar el problema. ¿Por qué diputados, que tan visiblemente se han hecho seguidores del adversario político, sigan teniendo impacto, o sea credibilidad frente a ciertos sectores? Porque en el fondo, en ARENA no existe claridad sobre su posición frente al presidente Bukele y sus posiciones populistas. El infiltre tan obvio como en el caso de Milena Mayorga sólo puede funcionar en esta ambigüedad dentro de ARENA, donde no se entiende el fenómeno de un presidente que los derrotóen las elecciones con consignas de izquierda y ahora aísla y paraliza la oposición gobernando con discursos y acciones de derecha...
El impulso de querer expulsar a estos diputados es entendible, pero es contraproducente. El único remedio es confrontar el problema con un debate interno y público de gran profundidad, sinceridad e impacto, sobre el papel de la oposición, sobre los principios que los separan del populismo oportunista de Bukele.
ARENA necesita este debate de todos modos. Es también la única forma en terminar de construir entre los distintos grupos existentes en el partido unidad basada en diversidad y concertación. En una situación, en la cual no existe claridad sobre los principios y acuerdos que unen a los diferentes grupos que han estado compitiendo dentro de ARENA, figuras disociativas como Mayorga pueden adquirir protagonismo y continuar haciendo daño. Es más, si los mecanismo de debate interno estuvieran funcionando en ARENA y produjeran posiciones claras frente a Nuevas Ideas, Bukele, y su gobierno, entonces estas posiciones disociativas ya estarían insostenibles – y el partido podríaproceder a separarlos del partido. Un partido con rumbo definido no paga ningún costo si se separa de personas que van a otro rumbo.
Sin embargo, tratar de resolver el problema con expulsiones, sin pasar por el debate necesario para definir el carácter y el rumbo del partido, es suicidio.
El debate que estoy proponiendo no es entre el partido y los diputados“golondrino”en su seno. No es para convencer a Milena Mayorga o Gustavo Escalante. Es el gran debate de reunificación y búsqueda de rumbo que ARENA necesita si quiere sobrevivir. Pero al mismo tiempo, como efecto colateral, es el único antídoto contra oportunistas con posturas postizas que tratan de profundizar la crisis.