martes, 23 de julio de 2019

Carta a nuestros amigos en EEUU: Queremos relaciones buenas, pero sin bullshit



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 23 julio 2019


Dear Friends:
Todos estamos contentos que ahora, luego de 10 a
ños de políticas internacionales incoherentes de los dos gobiernos del FMLN, tengamos mejores relaciones con Estados Unidos. La visita del secretario de estado Mike Pompeo en San Salvador lo confirmó

Pero lo que necesitamos son relaciones normales con Estados Unidos, no cambiar la confrontación ideológica por sumisión. Relaciones normales significan: amistad, respeto mutuo, franqueza – y no excluir de la agenda los puntos donde tenemos intereses diferentes. 

Este último pasó, lastimosamente, en la visita de Pompeo y sus conversaciones con el presidente Bukele. Se habló de Venezuela (tema donde al fin los dos países tenemos coincidencia en la calificación del régimen de Maduro como dictadura. Se habló de seguridad pública y de la lucha contra las pandillas, pero no se mencionó la problemática de la militarización de esta lucha. Se habló de cómo frenar el flujo de migrantes considerados “ilegales” por el gobierno que representa Pompeo – pero nadie mencionó que se haya tematizado la situación violatoria a los Derechos Humanos que viven los migrantes salvadoreños detenidos en Estados Unidos. Tampoco nos informaron que se haya hablado del intento del gobierno de Trump de imponer a México y Guatemala el mecanismo del “tercer país seguro”, que obligaría a los migrantes salvadoreños a quedarse en estos países para tramitar sus solicitudes de asilo en Estados Unidos – y obligaría a nuestros vecinos a detener a los migrantes salvadoreños.

No tematizar las diferencias políticas y de intereses no es la mejor manera de construir buenas relaciones entre los países. Y mucho menos lo es si el socio pequeño de antemano se ve obligado a aceptar las políticas del socio más potente. 

Tenemos más coincidencias con Estados Unidos que diferencias con el gobierno de Trump. Pero estas, sobre todo cuando tienen que ver con asuntos tan sensibles como violación sistemática a derechos humanos y militarización de la seguridad pública, no pueden silenciarse. Y nuestro ilustre visitante Mike Pompeo tiene mucho que ver con estos dos asuntos, donde existen divergencia de intereses entre El Salvador y Estados Unidos. Es un fiel soldado (o más bien general) de la política migratorio de Trump y de una política de Estados Unidos hacia Centro América y sus problema de Seguridad Pública plenamente supeditada a criterios de su política de Seguridad Nacional. Lo expresó cuando era representaba al Tea Party en el Congreso. Lo puso en práctica cuando Trump lo nombró jefe de la CIA, y lo sigue haciendo ahora jefe del State Department. 

Pero es el representante del gobierno Estados Unidos – y vale la pena construir el máximo número de coincidencias con él. Hasta ahí muy bien lo que hizo nuestro presidente. Pero luego publicó –en Twitter, como es su estilo de gobernar- lo siguiente: I didn’t know what to expect on my meeting with@SecPompeo. His position (the top diplomat of the most powerful country in the world) might sound a little frightening. But I met a kind man, who wants the best for his country and, in the process, help us make the best for ours.”

Traducción: “No sabía qué esperar de mi encuentro con el Secretario Pompeo. Su posición (el jefe de diplomacia del país más poderosos del mundo) puede asustar un poco. Pero encontré a un hombre amable, quien quiere lo mejor para su país y, en el proceso, ayudarnos hacer lo mejor para el nuestro.”

No, señor presidente, no finja ingenuidad. Mike Pompeo no es un tío amable, es conocido como “tough guy”, es un incondicional guerrero de la cruzada “Make America Great Again” - cueste lo que cueste a otros países. 

¿Podemos llegar a acuerdos con Mike Pompeo y su jefe? Por supuesto. Seríamos tontos si no lo tratáramos. Pero lo que no podemos hacer es callarnos y no decirle, con toda franqueza, lo que pensamos del trato que su gobierno da a nuestros compatriotas migrantes, de sus amenazas a los adscritos a TPS y DACA, de sus recetar de “estrategia contrainsurgente” para nuestros problemas de seguridad pública. (Este último será tema para otra carta.)

Así que queridos amigos en Estados Unidos, ayúdenos construir relaciones francas y sólidas con su gobierno. Con respeto y sin “bullshit”. 

Saludos,