Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 10 agosto 2021
Hola, Carolina:
Yo también amo Italia, especialmente Roma. así que, el traslado de tu esposo Arnoldo Bernal, de embajador en Moscú a embajador en Roma, debe ser excelente noticia para vos. ¿Quién quisiera pasar su exilio dorado en el frío de Moscú si lo puede hacer en la ciudad eterna, con excelente vino, deliciosas cenas y moda elegante?
A Moscú fueron en la época de la guerra fría los comunistas exiliados o desterrados, sólo a pasar hambre y sufrir depresión o, en muchos lamentables casos, terminar en Siberia. No me extraña que pediste al presidente, ya que te iba a sacrificar para ganar algunos puntos con los gringos, que lo haga en Italia. En este gobierno, de todos modos con una orden del presidente se nombran o quitan embajadores, independiente de su capacidad o incapacidad.
Mientras tanto, tus antiguas compañeras Violeta Menjívar y Erlinda Handal, están en manos del sádico ángel de la venganza Osiris Luna, y tu viejo comandante en jefe Leonel tiene que conformarse con un exilio en Nicaragua, con opciones de vacaciones en Venezuela o Cuba.
Definitivamente, vos al hacerte del lado ganador y ayudarle a Bukele a destruir el Frente, tenés derecho a mejor suerte y a un exilio con más estilo. Sin embargo, no sé cómo los italianos, como parte de la Unión Europea, van a manejar lo de la lista Engel de funcionarios corruptos, en la cual figuras. En Bruselas están discutiendo aplicar las mismas sanciones que ya decretaron en Washington. ¿Harán una excepción para la señora esposa del excelentísimo embajador salvadoreño en Roma?
Tal vez, con suerte, porque los italianos son muy corteses. Pero tal vez no te invitarán a los espléndidos eventos sociales, culturales o diplomáticos. Tal vez le harán la vida muy incómoda a tu esposo, el embajador.
Tal vez mejor regresen a Moscú, donde a todo el mundo le vale un comino si alguien es corrupto o no. O a Minsk en Bielorrusia, donde el dictador Alexandr Lukashenko siempre está feliz si puede recibir a alguien que se volvió una carga para uno de sus homólogos. En Moscú o en Minsk te recibirán con gusto en la alta sociedad de mañosos.
Y no te preocupés: Tu trabajo de regañar a los ministros, darles línea y corregirles la plana lo hacen felizmente los mercenarios venezolanos. Mejor que vos, con más discreción y menos espectáculo.
Disfrutá el tiempo que te quede en Roma. Saludos,