miércoles, 4 de diciembre de 2013

Carta al periodista Lafitte Fernández

Estimado colega:
Hemos llevado en facebook un interesante y controversial debate sobre periodismo. Más bien sobre el papel de los medios y periodistas frente al intento de un presidente de convertirse en investigador, acusador y fiscal contra sus adversarios políticos. Vos has asumido el papel de caja de resonancia del presidente, reproduciendo no sólo las acusaciones de Funes, sino también los documentos que te filtró para sustentarlas – y al mismo tiempo me criticás a mi de haber asumido la defensa de los acusados, tanto en el caso CEL, como en el caso de los cheques de Taiwán. Yo, en cambio, critico a los medios, como el tuyo (diario1.com), que se ponen a la disposición del poder gubernamental en su cruzada. Cruzada que para vos es combate a la corrupción, mientras que yo tengo la sospecha que es el intento de usar la justicia para fines electorales.

Para vos, es legítimo que un presidente se vuelva acusador, incluso filtrando supuestas pruebas. Para mi, quien tengo desconfianza profesional a los gobiernos, es un abuso de poder: El presidente debería entregar lo que considera pruebas al fiscal y dejar que las instituciones de justicia trabajen.

Vos criticás que me estoy inventando una nueva doctrina profesional: desde el periodismo callar las denuncias que hace un gobernante. Pero, estimado colega, aquí nadie está inventando nuevas doctrinas de periodismo. Por lo menos, yo no. Estoy defendiendo una muy vieja: No permitir que los políticos y gobiernos nos instrumentalicen. Tampoco bajo el manto de causas supuestamente nobles, como el combate a la corrupción.

Mi instinto me dice: Si un gobernante me filtra documentos que supuestamente comprueban corrupción de sus adversarios, lo más probable es que quiera esconder sus propios pecados...

Yo no digo que como periodistas nunca podemos recibir y procesar acusaciones cuando provienen del centro del poder (presidencia, inteligencia del estado, policía...) - pero hay que usarlas para iniciar una investigación, no para servir de caja de resonancia de la parte interesada o acusadora.

Vos lo que hiciste en diario1.com es precisamente esto. El presidente Funes sale en TV mostrando algunos documentos, y el día siguiente estos mismos salen reproducidos en tu medio. Sin cuestionamiento, sin información adicional, sin otras fuentes. De esta forma tu medio se convierte en instrumento de la presidencia de la República.

Lamentablemente es algo común este pecado de tomar las filtraciones de fuentes oficiales como verdad, en vez de investigar incluso las intenciones de estas mismas fuentes. Puede ser que el verdadero caso no sea el que la fuente nos quiere vender, sino algo que quiere esconder. Por esto, por más que Funes me habla del “caso CEL-ENEL”, sospecho que más bien hay que investigar un “caso CEL-INE”, que involucra a Saca y Funes, más sus respectivos funcionarios en CEL, GEO e INE.

La diferencia, Lafitte, al final se reduce al grado de confianza y cercanía que tenemos en el gobierno de turno. Yo pienso que a los periodistas nos conviene tener muy poco de ambas. Sea quien sea quien gobierne.

Saludos, Paolo Lüers

(Este debate se desarrolló en facebook, tú lo retomaste en tu medio diario1.com, y yo lo documenté completo en mi blog siguientepagina.blogspot.com.) 
(Más!/EDH)