Estimado comisionado Mauricio Ramírez Landaverde:
Que
bueno que a raíz del caso de Francisco Flores, quien recién fue
trasladado de las bartolinas de la DAN a un hospital para recibir
tratamiento médico, se genere un debate sobre las condiciones que miles
de ciudadanos detenidos viven a diario en las bartolinas de la PNC.
Miles
de ciudadanos se expresaron indignados que un expresidente recibe
tratamiento médico adecuado, mientras que los reos de a pie se pudren en
las bartolinas en condiciones peores. Tienen razón: la situación en las
bartolinas, donde hay una sobrepoblación de más del 400 %, es
absolutamente infrahumana. E igual que en el caso de Francisco Flores,
no se trata de personas vencidas en juicio y condenados por crímenes
comprobados, sino de personas bajo investigación que esperan su juicio.
Teóricamente, tomando en serio la Constitución y las leyes, son
inocentes y deben ser tratados como tales.
Lastimosamente, la
indignación que se percibe en el ambiente no se dirige contra la
negligencia del Estado y de la PNC en cuanto a las infrahumanas
condiciones en las bartolinas donde ustedes retienen a miles de
personas. Toda la indignación va contra los contados casos
excepcionales, donde el Estado cumple con la ley y garantiza a un
detenido su derecho de recibir tratamiento médico. Tendría que ser al
revés: hay que exigir que el Estado, y ustedes como jefes de la PNC,
cumplan la ley para todos sin distinción de clase social. El escándalo
no es que a Paco Flores se le respetan sus derechos, sino que a miles de
otros reos ustedes se los niegan sistemáticamente.
La PNC emitió
sobre el caso de Flores un comunicado, en el cual encontramos esta
frase: "La PNC, custodian permanentemente la salud de los internos en
resguardo en las instalaciones policiales."
Le reto, señor
director general de la PNC, a poner a prueba esta afirmación. Como
periodista le solicito que me extienda el permiso de visitar las
bartolinas de las instalaciones de la PNC en Montserrat y en Zacamil,
para verificar de qué forma la PNC está cumpliendo su deber de
"custodiar permanentemente la salud de los internos en resguardo en las
instalaciones policiales." La única manera de verificar si esto es
verdad o mentira es tener acceso a las bartolinas y poder entrevistar,
sin presión del personal policial, a los internos.
Le pido
permiso, porque se ha hecho tradición en la PNC de negar a los medios el
acceso a las bartolinas. No le estoy pidiendo un favor o un privilegio,
sino el ejercicio de un derecho. La transparencia de la gestión pública
no puede terminar en los portones de las instalaciones de detención,
sobre todo cuando hay indicios que en ellas existen condiciones que
violan la ley, la Constitución y los Derechos Humanos.
Espero que
me comunique a la brevedad la fecha en que puedo realizar las visitas a
las bartolinas, sin restricciones de tomar fotografías y grabaciones.
Atentamente, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy