Estimado señor Bukele:
Trataré de escribir esta carta lo más desapasionado posible. Realmente no importa lo que pienso yo de usted, sino lo que piensan los militantes del FMLN y los muchos ciudadanos que se sienten frustrados de los partidos.
No le va a funcionar su jugada. Usted provocó un pleito con el FMLN, con dos opciones de desenlace: Que el partido, por miedo de perder la alcaldía y la presidencia, se deje extorsionar y le postule candidato a la alcaldía y luego a la presidencia. La otra opción: Que el FMLN le expulse y victimice, lo que le permitiría convertirse en el caudillo que se ponga a la cabeza del malestar con los partidos y lanzar su proyecto político propio.
Pero ambas opciones son irreales. El FMLN no tiene problemas de hacer alianzas de conveniencia con personeros como Mauricio Funes o usted, pero jamás les va a entregar el partido. Al tratar de capitalizar las dudas, angustias y frustraciones que pueden existir en la militancia del FMLN, y al ponerse retóricamente a la izquierda del partido, se convierte en adversario a combatir y a aplastar. Y precisamente esto va a pasar. Además, por más que quiera abrirlo, no hay espacio a la izquierda del FMLN.
Veamos la otra opción a la que apunta: Desmarcarse del FMLN, deshacerse de la alcaldía, y lanzarse desde ya como candidato presidencial contra ambos partidos mayoritarios. Esto sólo podría funcionar bajo dos condiciones: primero, que logre llevarse una buena parte de las bases del FMLN; segundo, que logre que los amplios sectores que se sienten frustrados con ambos partidos, lo acepten como alternativa. Ambas condiciones no se van a dar: Al sólo salir del FMLN, usted se dará cuenta que la militancia y el voto duro del FMLN son disciplinados y jamás van a cambiar la bandera de su partido por seguir a un caudillo. Para ellos, usted era un aliado útil (para algunos, un tonto útil), para ampliar el alcance del FMLN. Esta utilidad vence el día que usted rompe con el partido. Este día se convierte en adversario.
Queda la pregunta si usted puede capitalizar el descontento de amplios sectores con los partidos y de esta manera construir y encabezar una tercera vía. Ahí se va a topar con un problema que parece que usted todavía no lo ha entendido: Estos sectores que se desmarcan tanto del FMLN como de ARENA están ubicados en el centro del espectro ideológico de la sociedad, y esperan opciones racionales, constructivas, concertadoras, capaces de superar el bloqueo que mutuamente se están haciendo los dos partidos mayoritarios. Pero cuando uno escucha sus críticas al gobierno y la cúpula partidaria del FMLN, se da cuenta que usted los ataca por no ser suficientemente radicales.
Usted exige al FMLN políticas aún más populistas en cuanto a reforma fiscal, reforma de pensiones, subsidios. Usted exige una política más radical, sin concesiones, frente a la empresa privada y la oposición. Mucha suerte con este radicalismo estéril.
Con esto, usted se ubica en el extremo del espectro político, no en el centro, donde se encuentran los sectores que podrían apoyar una tercera vía, ya que se sienten frustrados por ARENA y FMLN. La disputa por la confianza de los sectores frustrados con las políticas tradicionales de ambos partidos va a ser, a corto plazo, entre Javier Simán y Carlos Calleja; y a la larga la van a dar Johnny Wright, Juan Valiente y otros liderazgos emergentes de la sociedad civil. Usted, con las posiciones y actitudes que defiende, no califica para esta disputa por el centro de la sociedad.
Usted recibió mucho apoyo de gente que ingenuamente pensaba que usted podría ser la nueva cara del FMLN, el que sacuda este partido y lo lleve al siglo 21. Pero saliendo del FMLN, usted no tiene futuro político.
Usted tiene dos opciones: salirse dignamente de la política, o darse en la madre tratando de ir contra FMLN y ARENA. Espero que algún día exista un proyecto político que pueda competir contra ambos, pero no tendría nada que ver con el populismo irracional de usted.
Saludos,
Trataré de escribir esta carta lo más desapasionado posible. Realmente no importa lo que pienso yo de usted, sino lo que piensan los militantes del FMLN y los muchos ciudadanos que se sienten frustrados de los partidos.
No le va a funcionar su jugada. Usted provocó un pleito con el FMLN, con dos opciones de desenlace: Que el partido, por miedo de perder la alcaldía y la presidencia, se deje extorsionar y le postule candidato a la alcaldía y luego a la presidencia. La otra opción: Que el FMLN le expulse y victimice, lo que le permitiría convertirse en el caudillo que se ponga a la cabeza del malestar con los partidos y lanzar su proyecto político propio.
Pero ambas opciones son irreales. El FMLN no tiene problemas de hacer alianzas de conveniencia con personeros como Mauricio Funes o usted, pero jamás les va a entregar el partido. Al tratar de capitalizar las dudas, angustias y frustraciones que pueden existir en la militancia del FMLN, y al ponerse retóricamente a la izquierda del partido, se convierte en adversario a combatir y a aplastar. Y precisamente esto va a pasar. Además, por más que quiera abrirlo, no hay espacio a la izquierda del FMLN.
Veamos la otra opción a la que apunta: Desmarcarse del FMLN, deshacerse de la alcaldía, y lanzarse desde ya como candidato presidencial contra ambos partidos mayoritarios. Esto sólo podría funcionar bajo dos condiciones: primero, que logre llevarse una buena parte de las bases del FMLN; segundo, que logre que los amplios sectores que se sienten frustrados con ambos partidos, lo acepten como alternativa. Ambas condiciones no se van a dar: Al sólo salir del FMLN, usted se dará cuenta que la militancia y el voto duro del FMLN son disciplinados y jamás van a cambiar la bandera de su partido por seguir a un caudillo. Para ellos, usted era un aliado útil (para algunos, un tonto útil), para ampliar el alcance del FMLN. Esta utilidad vence el día que usted rompe con el partido. Este día se convierte en adversario.
Queda la pregunta si usted puede capitalizar el descontento de amplios sectores con los partidos y de esta manera construir y encabezar una tercera vía. Ahí se va a topar con un problema que parece que usted todavía no lo ha entendido: Estos sectores que se desmarcan tanto del FMLN como de ARENA están ubicados en el centro del espectro ideológico de la sociedad, y esperan opciones racionales, constructivas, concertadoras, capaces de superar el bloqueo que mutuamente se están haciendo los dos partidos mayoritarios. Pero cuando uno escucha sus críticas al gobierno y la cúpula partidaria del FMLN, se da cuenta que usted los ataca por no ser suficientemente radicales.
Usted exige al FMLN políticas aún más populistas en cuanto a reforma fiscal, reforma de pensiones, subsidios. Usted exige una política más radical, sin concesiones, frente a la empresa privada y la oposición. Mucha suerte con este radicalismo estéril.
Con esto, usted se ubica en el extremo del espectro político, no en el centro, donde se encuentran los sectores que podrían apoyar una tercera vía, ya que se sienten frustrados por ARENA y FMLN. La disputa por la confianza de los sectores frustrados con las políticas tradicionales de ambos partidos va a ser, a corto plazo, entre Javier Simán y Carlos Calleja; y a la larga la van a dar Johnny Wright, Juan Valiente y otros liderazgos emergentes de la sociedad civil. Usted, con las posiciones y actitudes que defiende, no califica para esta disputa por el centro de la sociedad.
Usted recibió mucho apoyo de gente que ingenuamente pensaba que usted podría ser la nueva cara del FMLN, el que sacuda este partido y lo lleve al siglo 21. Pero saliendo del FMLN, usted no tiene futuro político.
Usted tiene dos opciones: salirse dignamente de la política, o darse en la madre tratando de ir contra FMLN y ARENA. Espero que algún día exista un proyecto político que pueda competir contra ambos, pero no tendría nada que ver con el populismo irracional de usted.
Saludos,
Una versión más corta de esta carta sale en el periódico MAS!
(El Diario de Hoy)