Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, lunes 17 mayo 2021
Estimado Rubén:
Te debemos tanto, Rubén Blades. Tanta música. Tanta rebeldía. Tanta solidaridad con causas justas y resistencia a causas sucias…
Por eso duele verte defender a Nayib Bukele y legitimar su asalto a nuestra democracia. Es chocante que un niño de papi malcriado en camino al poder total podrá exhibir que ahora goza del apoyo de una leyenda latinoamericana. Es lo que necesitaba ahora, cuando está pagando el amargo costo político y moral de su comportamiento arrogante y autoritario.
En El Salvador hay una fuerte crítica y oposición al intento del clan Bukele de construir un poder centralizado sin rendición de cuentas, sin instancias de revisión constitucional, y con control partidario sobre la Fuerza Armada y la Policía – y ahora también sobre la Fiscalía. Esta oposición no surge de los partidos políticos tradicionales, que él ha logrado derrotar. Ellos casi no dan señales de vida, no existen en el debate público en la sociedad salvadoreña. La oposición surge de personas que representan lo mejor de la sociedad salvadoreña, de la ‘reserva moral’ del país. Rectores y catedráticos de universidades tan distintas en su trayectoria ideológica como la UCA de los jesuitas y la Escuela Superior de Negocios del grupo empresarial Poma; el cardenal Gregorio Rosa Chávez y otros líderes religiosos; luchadores sociales como Rubén Zamora y firmantes de los acuerdos de Paz como Salvador Samayoa; periodistas independientes, artistas, constitucionalistas, activistas de derechos humanos, feministas, a pesar de sus diferencias sociales e ideológicas se oponen conjuntamente al desmontaje de la institucionalidad, la cual logramos con los sacrificios de la guerra insurgente y con la sabiduría de terminarla con el gran acuerdo de paz, democratización y desmilitarización de 1992.
Tienes razón: Las democracias latinoamericanas, incluyendo la que hemos construido en El Salvador a partir de los Acuerdos de Paz, son deficientes. Sus instituciones, incluyendo fiscalías y salas constitucionales, son deficientes. Casi nunca son realmente independientes. Muchas veces la corrupción los alcanza y corrompe.Pero sustituir a estas instituciones por otras dominadas por un solo partido y un solo líder no puede ser la solución. No conozco la situación de Panamá, pero me parece irresponsable tu propuesta de una reforma constitucional que permita que el próximo presidente gobierne por decreto para limpiar el sistema judicial. No puedo creer que esto sea la solución para Panamá. No puedo creer que seas tú quien abre esta puerta…
Pero El Salvador sí lo conozco. Participé en la guerra insurgente y en la posterior construcción de la paz y de la democracia. Participé en el surgimiento de un periodismo independiente y crítico. Te puedo decir que estás fatalmente equivocado al poner tu capital como artista popular y luchador social detrás de Bukele. Es indiscutible que fue electo democráticamente, y que luego una mayoría de votantes le dio el control absoluto de la Asamblea. Pero el simple hecho que un gobernante logra respaldo popular mayoritario no significa que sea demócrata y no corrupto o incluso mafioso – la historia está llena de ejemplos: Mussolini, Hitler, Perón, Hugo Chávez y Trump llegaron al poder surfeando olas de popularidad.
No defiendes a Nayib Bukele porque te has pasado al lado oscuro, sino por ignorancia. Es irresponsable que alguien a quien la gente tanto ama y respeta, con esta ligereza endose a un gobernante sediento de poder – sin tomarse la molestia de conocer la situación de nuestro país y los debates dentro de nuestra sociedad.
Si te hubieras informado, en vez de reaccionar desde la profundidad de tu desilusión con la política, te hubieras dado cuenta que Bukele está sistemáticamente revirtiendo los resultados históricos de la guerra insurgente y los Acuerdos de Paz: creamos una policía civil y apolítica (que ahora está siendo militarizada y supeditada a los planes políticos de un partido y su líder); obligamos a la Fuerza Armada aceptar la desmilitarización de la sociedad, sin participación de los militares en la política (también está siendo revertida por Bukele, apostando al respaldo político de los militares); establecimos una Corte Suprema y otras instituciones de control que reflejen la pluralidad de fuerzas políticas y corrientes jurídicas. Este logro también se fue al traste con la remoción de la Sala de lo Constitucional, que por cierto ha sido una de las más independientes de nuestra historia resultado de la presión masiva de la sociedad civil.
Correcto, nada de esto ha sido perfecto. Hubo corrupción e incapacidad de erradicarla. Pero este gobierno tampoco erradica la corrupción, sólo la centraliza y la monopoliza.
Nosotros vamos a seguir luchando por una institucionalidad realmente democrática, por un sistema de justicia limpio e independiente, y por erradicar la corrupción sistémica. Pero, esta lucha nunca la vamos delegar, como tú propones, a un redentor con poderes ilimitados, mucho menos a uno que en dos años de gobernar ha mostrado que es más corrupto que “los mismos de siempre”.
Y vamos a seguir bailando y cantando tu música, porque la amamos. Pero no te haremos caso como asesor político.
Saludos,