Vos sos la sorpresa de nuevo gabinete. Sorpresa grata. Algo bueno está pasando. Cuando hace 7 años, en el 2007, te lanzaste de candidato a la rectoría de la U con un programa de recuperar su excelencia académica, tu partido FMLN te negó el apoyo y hizo ganar a Rufino Quezada, el candidato de los sectores de izquierda que tenía secuestrada la universidad. Pero hoy, Salvador Sánchez Cerén te nombra ministro de Educación. No me atrevo a interpretar que en estos 7 años el FMLN haya evolucionado de un partido de talibanes dogmáticos a un partido que apuesta a la calidad de educación. Más bien pienso que en el seno del partido siguen coexistiendo los que apuestan a rufianes como Rufino y otros que apuestan a intelectuales serios como vos.
En 2007, a pesar de todos los esfuerzos que mucha gente de
diversas formas de pensar hicimos para que la Universidad te eligiera rector,
la Universidad quedó nuevamente en manos de las fuerzas que durante décadas la habían
condenado a la mediocridad. Por culpa del FMLN, hay que decirlo. Quedaron
frustrados los esfuerzos que vos, docenas de académicos, y la Chabelita
Rodríguez como rectora habían hecho para recuperar la calidad de la educación
superior. Nunca entendí cómo el Frente podía ser tan ciego y no apoyar a la
doctora Rodríguez en su gestión al frente de la U, ni a vos como su sucesor
lógico…
Sentí esta derrota como propia, como un enorme retroceso y
una oportunidad perdida. Por esto me entusiasma tanto que ahora, 7 años después,
el mismo Frente te nombró ministro de Educación. ¿Habrá esperanza que el cambio
al fin alcance al partido que tanto habla del cambio?
Estoy seguro que los conflictos que tuviste en el partido
como precursor del programa de Jóvenes Talentos y como candidato a la rectoría
no van a desaparecer por arte de magia. Pero igual estoy seguro que vas a
pelear, como siempre has hecho, para superar la poca visión que sobre la
calidad de la educación tiene la izquierda salvadoreña. Bueno, no solo la
izquierda…
De tu capacidad de pelear por tus principios y de remover
los obstáculos en tu propio partido dependerá si como ministro de Educación
tendrás los apoyos, los recursos, y el espacio político necesarios para
impulsar una política pública nueva, orientada a la calidad educativa. Igual
que en la Universidad, vas a encontrar férrea resistencia cuando hablés de la
necesidad de elevar -¡y evaluar!- la calidad de los profesores para poder mejorar
la calidad académica de los alumnos. En esta lucha te vas a dar en la madre con
sindicalistas retrógrados y con dogmas de la izquierda mediocre. Pero también
te vas a encontrar con mucho apoyo, dentro y fuera de las escuelas, dentro y
fuera de tu partido, porque en la sociedad hay una sed de educación – pero de
una educación de calidad, que abra nuevos horizontes, que forma ciudadanos
críticos, no la educación que repite y repite y repite consignas, creencias,
dogmas religiosos o ideológicos.
Tienes adelante una gran tarea. Ojala que tengas el valor de
enfrentar a los escépticos, tanto en la izquierda como en la derecha. Ojala que
tengas la fuerza para resistir las tendencias de politizar las escuelas. Ojala
que tengas la capacidad de enamorar a muchos sectores fuera de las escuelas y
fuera del partido de tu proyecto.
Cuente conmigo, Carlos. Paolo Lüers
(Mas!/EDH)