martes, 16 de junio de 2020

Carta a los bien intencionados: Cuidado, en CAPRES tienden trampas cazabobos. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 16 junio 2020


Qué bueno que los hombres del presidente tratan de imitar a su jefe. Son bocones y no cuidan sus palabras. Como Conan Castro, el secretario jurídico, quien escribió el domingo pasado en Twitter: “Al haber aceptado la Sala de lo Constitucional la reunión en CAPRES con el presidente de la República y los demás actores, han perdido toda legitimidad en sus actuaciones; ya no se les puede creer (que) sus resoluciones son imparciales”.
El escritor y periodista Jorge Ávalos le contestó: “¿Tan malo es reunirse con el presidente, que al hacerlo se pierde legitimidad?”
Y yo contesté a Ávalos: “Mejor dicho, tan malo es el presidente que al reunirse con él uno pierde credibilidad y legitimidad…”
Pero bromas aparte, la “confesión” de Conan Castro revela una estrategia de Casa Presidencial: aprovechar la buena voluntad que todavía muchos tienen de entrar en diálogo con el presidente y sus operadores (hermanos, secretarios, etc.) para ver si se puede llegar a acuerdos por el bien del país y luego quemarlos. Usan Casa Presidencial y las audiencias con el presidente para tender emboscadas o trampas de cazabobos.
Con esto no estoy diciendo que los que aceptaron invitaciones a Casa Presidencial sean bobos. Estoy diciendo que son personas bien intencionadas que creen en el diálogo y en la palabra del presidente de la República. Por ejemplo, los empresarios que aceptaron reunirse con Nayib Bukele en Casa Presidencial para discutir la necesidad de reactivar la economía del país.
Estamos hablando de empresarios exitosos que son cualquier cosa menos bobos.  Pero cayeron en la trampa. Les tomaron fotos y gustosamente las publicaron los operadores de propaganda de Casa Presidencial, con comentarios que indicaron que las cúpulas empresariales estaban apoyando al presidente en su afán de conseguir que la Asamblea le aprobara un decreto de emergencia con medidas inconstitucionales y otros 1,000 millones de dólares…
Y para matar dos pájaros con un tiro, utilizaron la reunión de los representantes del gran capital con el presidente para debilitar a Javier Simán en el justo momento de asumir la presidencia de ANEP. “No hablamos con Simán, ni con ANEP, hablamos directamente con los dueños del circo”, este fue el mensaje que querían transmitir.
Obviamente, nada de esto era la intención de los empresarios. Fueron con las mejores intenciones, pero con un análisis equivocado de las intenciones de Nayib Bukele.
Y lo mismo les pasó -varios decretos, leyes y vetos más tarde- a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al fiscal general. Viendo la profundidad de la crisis institucional, en medio de los desastres de la epidemia, aceptaron una invitación a Casa Presidencial, donde además del presidente y del embajador (de Estados Unidos, Ronald) Johnson encontraron a representantes de ARENA y a Luis Cardenal, el presidente saliente de ANEP.
Los magistrados y el fiscal general son funcionarios que por la característica de sus cargos no pueden negociar o pactar con la Presidencia, pero que por mandato de la Constitución están obligados a fomentar la cooperación y armonía entre los diferentes órganos del Estado. Aceptaron la invitación para hacer otro intento más de explicar al presidente que no puede hacer el combate a la epidemia con medidas inconstitucionales que afectan los derechos de los ciudadanos.
Otra vez: Buenas intenciones, pero un análisis equivocado de la intenciones del presidente.
Este tuvo la sinvergüenzada de revelar en su última cadena nacional la reunión con los magistrados y el fiscal general, pero dando su versión: Los magistrados avalaron su propuesta de la cuarentena, incluso se involucraron en su redacción y luego la declararon inconstitucional.
Dada la eficiencia del aparato masivo de propaganda de Casa Presidencial, Conan Castro tal vez tiene razón en decir que luego de esta emboscada los magistrados han perdido credibilidad. De esto se trataba al diseñar la trampa.
Sin embargo, Castro no tiene razón en celebrar que lograron restarles legitimidad. Esto está fuera del alcance de Casa Presidencial, por más trampas que inventen. La legitimidad de la Sala está basada en la Constitución y en el hecho que la ciudadanía crítica la está defendiendo.
La moraleja de esa historia: No acepten invitaciones a Casa Presidencial. Son trampas. Han caído ya empresarios, magistrados, diputados (ahí realmente los más bobos), alcaldes…
Saludos,