sábado, 8 de febrero de 2025

Carta a los militares: ¿En serio, quieren regresar al pasado oscuro? De Paolo Luers

  

"Ya no será como teóricamente funcionaba hasta ahora, que efectivos militares sólo podían acompañar a contingentes policiales y sólo actuar bajo su dirección. Hoy los soldados, aunque no están entrenados para esta tarea, son ‘agentes de autoridad’ por derecho propio." 

En la voz del autor: Autoridad.mp3

Publicado en MAS!  y DIARIO DE HOY, sábado 8 febrero 2025

Posiblemente ustedes no se han dado cuenta que están por cambiar la naturaleza de la Fuerza Armada. De manera casi clandestina, quieren borrar definitivamente los cambios que con los Acuerdos de Paz y las posteriores reformas constitucionales se dieron al rol de su institución en la sociedad.
 

Como ya es costumbre, lo hacen sin discusión pública, con engaño, para que nadie se dé cuenta. ¿O acaso el tema se ha discutido en el Alto Mando militar? Estoy hablando del cambio sustancial de la definición legal del ‘agente de autoridad’. Antes la ley decía “Agente de autoridad, los Agentes de la Policía Nacional Civil” (Código Penal, art. 39.4). En la reforma que esta semana pasó el dictamen de la Comisión de Seguridad Pública y pronto será aprobada por el pleno legislativo, se agrega: “...y los militares, cuando acompañen o realicen funciones de seguridad pública.”

 

Este detallito, que cambia la naturaleza de la Fuerza Armada, retrocediendo a su pasado más oscuro, está escondido entre docenas de reformas a los Códigos Penal y Procesal Penal, que tienen que ver con el aumente de penas para los delitos criminales. El tema de las condenas más duras capta toda la atención de la sociedad, de los medios y de los gremios de abogados. Y nadie se da cuenta que de contrabando están metiendo una reforma de mucho más importancia que las penas para homicidas o violadores. Estoy seguro que ni siquiera los miembros de la Comisión de Seguridad Pública se dieron cuenta lo que estaban aprobando...


En el orden legal de la postguerra, a la Fuerza Armada se le quitó, de manera tajante, su rol en la Seguridad Pública. Fue uno de los cambios claves dentro de los Acuerdos de Paz. Se terminó el capítulo oscuro de la Fuerza Armada, que antes estaba al cargo de la Seguridad Pública – con las nefastas consecuencias que casi le costaron su existencia a la institución armada. Una de las condiciones para seguir existiendo en la postguerra era que la Fuerza Armada se desvinculara de la Seguridad Pública. Y esto de manera radical: Se disolvieron todos los cuerpos de seguridad adscritas a la Fuerza Armada: la Policía Nacional, la Policía de Hacienda y la Guardia Nacional. Se fundó la Policía Nacional Civil, como la única institución encargada de Seguridad Pública.

 

El cuerpo de oficiales que quedó en la Fuerza Armada luego de la depuración desarrolló una nueva doctrina militar, conforme con esta separación de las tareas de Seguridad Pública. Quedaban atrás las pesadillas de los militares arrastrados a la represión y la persecución política. Podían asumir el rol de garante del orden constitucional y de una tropa al servicio de la población. Me recuerdo de las conversaciones que tuve con muchos oficiales contentos de poder dejar el pasado atrás y construir una nueva Fuerza Armada profesional y democrática. 

 

Cuando en los primeros años del nuevo Siglo, debido a la crisis de seguridad relacionada con el surgimiento de las pandillas, surgió la necesidad de que la Fuerza Armada apoyara a la PNC, las decisiones que se tomaron en este contexto fueran estrictamente temporales, amparadas por decretos ejecutivos excepcionales. Nadie quería revertir los Acuerdos de Paz y nuevamente militarizar la Seguridad Pública. La participación de efectivos militares en tareas de Seguridad Pública fue estrictamente bajo la dirección operacional de la PNC.

 

A partir del 2014, irónicamente bajo un gobierno de izquierda, la participación de la Fuerza Armada se hizo sistemática y permanente, incluyendo la aplicación de tácticas y armamentos militares en operativos conjuntos con la policía. Fui testigo que en esta situación hubo mucha preocupación en el seno del cuerpo de oficiales de la Fuerza Armada. Muchos no estaban de acuerdo con este nuevo -más bien viejo- rol de su institución. 

 

El gobierno de Sánchez Cerén emitía los ‘decretos excepcionales’ en secuencia permanente. Pero por lo menos se mantuvo la teoría que la participación militar en la seguridad pública era excepcional y temporal. 

 

Ahora que se institucionaliza una nueva dictadura, esta ficción ya va sobrando. Se borra definitivamente, con esta reforma escondida a la definición de la ‘autoridad de seguridad’. Y fíjense cómo se define: “...y los militares cuando acompañen o realicen funciones de seguridad pública.” Ya no será como teóricamente funcionaba hasta ahora, que efectivos militares sólo podían acompañar a contingentes policiales y sólo actuar bajo su dirección. Hoy los soldados, aunque no están entrenados para esta tarea, son ‘agentes de autoridad’ por derecho propio. La PNC saldrá sobrando. Incluso ya están transfiriendo partes del presupuesto de la PNC al ministerio de Defensa.

 

Se cierra el ciclo histórico casi como como inició: Ustedes los militares son nuevamente ‘agentes de autoridad’. A esta altura, cuando estas cosas ya no se pueden discutir libremente, no tengo idea qué piensan ustedes de este nuevo -viejo- rol. ¿Sienten que han recuperado un privilegio - o sienten que los están metiendo nuevamente en una película en la cual terminarán siendo, otra vez, los malos, los represivos?

Saludos, 


Posdata: 
El 6 de febrero El Diario de Hoy salio en su portada con el titular: "Piden que soldados tengan la misma autoridad que policías". El 7 de febrero El Diario de Hoy publicó en su versión online en el sitio elsalvador.com la "Carta a los militares: ¿En serio, quieren regresar al pasado oscuro?" de Paolo Luers. Este mismo día, en horas de la tarde, la fracción de Nuevas Ideas en la Asamblea recibía órdenes de retractarse de la reforma del art. 39 del Código Penal que daba a los militares la calidad de "agentes de autoridad". 
Casa Presidencial se retractó. Querían aprobar esto a escondidas, pero no pudieron.






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