Qué pena verlos viajar por Estados Unidos portándose como si fueran candidatos a alcalde de Cinquera o Intipucá (disculpen, nada en contra de estos pueblos). Primero va a usted, don Salvador... ¡a Long Island! (tampoco nada en contra de los salvadoreños que viven en Long Island). Siendo vicepresidente de la República, usted tiene que visitar un país, no un pueblo.
Al sólo regresar uno, va el otro. ¿Y adónde agarra Norman Quijano? A Long Island.
Imagínense:
dos hombre que quieren ser presidente de nuestro país, uno siendo
actualmente vicepresidente y el oro alcalde de nuestra capital,
disputándose en Long Island la atención de funcionarios de segunda y
tercera categoría...
Cabe
la pregunta a ambos: ¿En calidad de qué fueron a Long Island? ¿Como
alcalde y vicepresidente, respectivamente? ¿O cómo futuros presidentes
de El Salvador? Esto incluye implícitamente la pregunta: ¿Quién pagó sus
viajes? ¿El Estado, el respectivo partido, o ustedes mismos?
Si
fueron como funcionarios públicos, los resultados son impresentables.
Un vicepresidente, que no es recibido por representantes del poder
federal en Estados Unidos, regresa humillado. Un alcalde capitalino, si
no lo recibe el alcalde de Nueva York o de Washington DC, mejor ni vaya.
Si
fueron como candidatos, peor. Primero, ni siquiera son candidatos aún.
Son precandidatos no confirmados. Segundo, un candidato serio, cuando
visita Estados Unidos, va con todo lo de la ley: con una comitiva que
demanda respeto; propuestas que demandan atención; interlocutores
serios... No pueden ir a ver qué pescan entre la comunidad salvadoreña
local o entre funcionarios regionales. Un candidato serio va cuando
puede hablar con los poderes de Estados Unidos de tú en tú. O mejor no
va...
Les
recomiendo a ambos: Quédense en casa, concéntrense a ganarse su
respectiva candidatura. Si no la obtienen, concéntrense en cumplir su
mandato como vicepresidente y alcalde. Si la obtienen, consolídenla en
su propia país y luego hagan una gira a Estados Unidos, pero como dios
manda: triunfal, con una estatura ganada que demanda que los gringos les
tomen en cuenta.
Hágannos
el favor: No puede ser que vayan a Estados Unidos como mendigos, a ver
si alguien les ayuda a consolidar sus candidaturas. No es digno para el
país.
Saludos, Paolo
(Más!/EDH)