Los alemanes tienen un presidente que no tiene ningún poder
administrativo. El poder y el gobierno están exclusivamente en manos del
Kanzler, como llaman al jefe de gobierno. Jefa actualmente: la poderosa señora Angela
Merkel. El único poder que tiene el presidente reside en su capacidad
de crear debate, definir agenda, y de esta manera despertar o cambiar la
conciencia de la ciudadanía. Si es que tenga esta capacidad.
Hubo presidentes alemanes que nunca la tuvieron, y que por tanto se redujeron a un rol meramente
protocolario. El actual presidente Joachim Gauck sí tiene esta
capacidad de provocar controversia y así generar debate y conciencia. El
último ejercicio de este tipo de poder presidencial fue cuando apareció
en la Conferencia de Seguridad en München, el principal foro mundial
para discutir conceptos de política militar y de seguridad, con estas
palabras: "Alemania, para ser un socio confiable, tiene que intervenir
en cuestiones de seguridad de manera más ágil, decidida y sustancial... Y
esto incluye intervenciones militares multilaterales."
Muchos
dijeron que con esto, Gauck estaba metiéndose donde no tiene
competencia, incursionando el ámbito exclusivo de la jefa del gobierno.
Pero Gauck sostuvo que es su responsabilidad como presidente iniciar
debates para redefinir el rol de Alemania luego de dos guerras mundiales
y su reinserción a la comunidad internacional. Sus adversarios
argumentaron que Alemania, con su historia, no tiene solvencia moral
para intervenir en conflictos internacionales. Gauck argumentó lo
contrario: Con su historia particular, Alemania no puede negarse a
asumir responsabilidad por la vigencia de los derechos humanos.
En una entrevista dijo la frase provocativa: "En la lucha por los
derechos humanos uno tiene que estar dispuesto incluso de tomar las
armas."
Misión cumplida: se generó el debate necesario, y una
comisión de funcionarios e intelectuales presentó un papel sobre
política exterior y militar con el título: "Nuevo poder, nueva
responsabilidad." Está naciendo un nuevo consenso sobre el rol de
Alemania, rompiendo con los tabúes, complejos de culpa y las doctrinas
de la posguerra.
¿Quién dice que la presidencia de Alemania no
está dotada de poder? La poderosa canciller Angela Merkel ve con celos
este ejercicio del poder moral e intelectual del presidente. Pero en el
caso de la nueva doctrina de seguridad, que se generó a raíz de la
provocación de Gauck, al fin no le queda otra que implementarla.
De
la misma manera, el presidente Gauck ha dado impulsos a la política
social, de medio ambiente,
a la defensa de la libertad empresarial. ¿De
dónde viene este hombre? De la Alemania comunista, de la resistencia
pacífica contra la dictadura comunista. Resistencia que por falta de
oposición partidaria nació de instituciones como la Iglesia
Luterana, de la cual fue pastor. En este tiempo antes de la caída del
muro de Berlin, cuando el régimen entró en crisis por la ola de
ciudadanos que buscaron huir del "Estado de los Obreros y Campesinos",
surgió otra frase célebre del entonces opositor Joachim Gauck: "Una vez
que tengamos el derecho de salir de esta república, vamos a insistir en
quedar y cambiarla."
De la lucha contra el totalitarismo le nació
su concepto de libertad que pone en el centro de todo. Libertad del
individuo. Libertad que nadie debe limitar, tampoco alegando interés
colectivo.
Tener a un hombre de este formato y con este coraje como presidente me parece a mi, ahora ciudadano de El Salvador, un privilegio.
Saludos desde Alemania, Paolo Lüers
(Mas!/EDH