sábado, 16 de agosto de 2014

Carta desde Alemania (3) sobre armas

Un terremoto en Alemania. Algunos dirigentes políticos, de diferentes partidos, pero a los cuales les une el valor de provocar debates controversiales, exigen en voz alta: ¡Armas para los kurdos!

Es como si alguien se echara un pedo en plena misa. La misa es el discurso pacifista, humanitario de todos los partidos, todas las iglesias y todos los intelectuales. Discurso que suena bonito, y que normalmente es correcto cuando se exige que Alemania no exporte armas a zonas de conflicto. Pero en el caso de la actual situación en Irak, este discurso es cínico e hipócrita. Hay una milicia islamista ultra radical y armada hasta los dientes llamada IS (Estado Islámico), que masacra a cristianos, kurdos, chiitas – a todos que no comulgan con su versión sangrienta del Islam. El gobierno central del Irak y su Fuerza Armada no pueden detener a los genocidas, porque Obama, cuando se retiró, los dejó en un Estado lamentable de corrupción y división religiosa y étnica. Cuando los islamistas de IS tomaron control de buena parte norte del Irak, cuando las tropas del gobierno del Irak se rindieron y les entregaron las armas, y cuando las masacres comenzaron, Obama esperó semanas antes de ordenar por lo menos algunos ataques aéreos al Califato programado por el IS. Too Little too late. Demasiado pinche, demasiado tarde…
Los únicos que se enfrentaron a las milicias relacionadas a Al Qaeda, fueron los kurdos y sus milicias, que controlan sus territorios en el norte de Irak. Y los únicos que inmediatamente aparecieron para apoyar a los Peshmerga, fueron los guerrilleros kurdos de Turquía del PKK.
Regresemos al debate en Alemania: Todos coinciden que hay que ayudar a las minorías religiosas y étnicas que están siendo perseguidas y masacradas por lo que se llama el “estado Islámico” que los islamistas están creando en partes de Irak y Siria. Discuten sobre “ayuda humanitaria”, y algunos llegan a proponer “equipos no letales” – y el gran debate es si los entregan al gobierno central del Irak o directamente a los kurdos.
En medio de esta discusión estéril aparecen voces disonantes y dicen: Dejémonos de pajas, en Irak necesitan armas y municiones, y hay que dárselos a los únicos que están combatiendo: los milicianos kurdos del Norte de Irak y sus aliados, los guerrilleros kurdos de Turquía y Siria. Y lo que pasa es increíble: el diputado Gregor Gysi del partido La Izquierda, algunos dirigentes de Los Verdes en incluso conservadores del CDU, que exigen inmediata ayuda militar para los kurdos para evitar mas masacres en Irak, son atacados en sus propios partidos. Se topan con el dictado de lo políticamente correcto, y esto dice: ayuda humanitaria, pero nunca mandar armas a zonas de conflicto.
En mayo del 1980, fui parte de una campaña muy polémica en Alemania, pero también inmensamente exitosa, que se llamó “Armas para El Salvador”. Bajo el impacto del asesinato a monseñor Romero y de la represión sistemática contra opositores en El Salvador, lo políticamente correcto en la izquierda alemana era la ayuda moral y humanitaria para el movimiento popular salvadoreño. Nosotros, con una campaña muy transparente y provocativa, exigimos públicamente y sin disfraz: Hay que apoyar a la insurgencia, y lo que necesitan es dinero para armas. Y recolectamos, en solo un año, unos 3 millones de dólares - para armas, no para asistencia humanitaria.
En el 1980, logramos cambiar lo políticamente correcto. Armamos una gran controversia, y al final grupos sindicales, estudiantiles y hasta religiosas aportaron dinero para armas. Hoy pasa algo parecido. Unos cuantos levantan la voz, se arriesgan y se rebelan contra el dictado de lo políticamente correcto - y la gente lo entiende y apoya. Ya hay cambios en la opinión pública alemana: el influyente semanario DER SPIEGEL publicó un editorial exigiendo que se levante el embargo de armas para los kurdos. Y la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, comienza a hablar de la necesidad de apoyar a los kurdos con armas, no solamente con discursos. Al rato el gobierno alemán va a mandar armas y directamente donde saben usarlas: a los kurdos. La suerte del Irak no puede depender de pusilánimes como Obama.
Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/EDH