Óscar Panameño es fundador de la empresa Torogoz, que todo salvadoreño
conoce por sus famosos productos: placas, trofeos, estatuas, bustos y hasta
monumentos, que se venden en cinco salas de venta y en el exterior. Don Óscar
ha sido dirigente gremial durante muchos años y siempre dedicado parte de su
tiempo a servicios sociales. En 2010 fue honrado por la Cámara de Comercio e
Industria con la Palma de Oro.
¿Cómo se puede lograr al mismo tiempo el desarrollo democrático y el
desarrollo económico de un país?
Para lograr esto, se necesita que el sector productivo, el sector laboral,
el sector político, y el sector profesional definan juntos un proyecto de país.
Me recuerdo de una misión en 1996, cuando todos estos sectores juntos fuimos a
Singapur, a ver como un país, que estuvo tan pobre como el nuestro, logró
convertirse en un país sumamente rico. Te voy a poner el mejor ejemplo: Nos
llevaron a ver el puerto de Singapur. Seiscientos barcos atracados, 30 mil
contenedores moviéndose por día. Nos dijeron que estaban privatizando este
puerto. Y preguntamos por qué lo estaban privatizando. La contestación: Para
hacerlo más productivo. Y revisen en Internet: Hoy es el segundo puerto más
grande del mundo.
Para que un desarrollo funcione así, ¿qué tipo de gobierno se necesita? ¿Qué
rol tiene que jugar el gobierno?
Obviamente no un gobierno que en cinco años no ha logrado poner a funcionar
al puerto de La Unión. Si entre partidos y sectores nos peleamos hasta sobre la
última coma, nunca vamos a firmar un contrato y concesionar el puerto. ¿Qué se
necesita? Tener una misma visión, un mismo objetivo: hacer grande el país. Y
para esto tiene que haber liderazgo, de la parte patronal, de la parte laboral,
y de la parte política.
Estamos ante unas elecciones, vamos a elegir un nuevo gobierno. ¿Qué espera
usted del próximo gobierno? ¿Qué pasos concretos espera, qué actitudes del
próximo gobierno, para que volvamos a crecer y a crear oportunidades para los jóvenes?
Necesitamos un gobierno que crea confianza entre los tres sectores. Hoy no
existe esta confianza. Por esto vemos cosas tan tristes como sindicalistas
tomándose los hospitales, y empresarios no haciendo lo que deberían hacer. Los
empresarios todos tenemos que involucrarnos en los problemas sociales del país.
Hoy se está viendo muchos cambios en la empresa privada y estoy muy contento
con los programas sociales que está llevando a cabo.
Usted habla de crear oportunidades. Las oportunidades tienen que ser para
los jóvenes. Me preocupa que los jóvenes no participan en política, ni siquiera
les interesa ir a votar.
Si los jóvenes hoy no están inspirados a votar, es porque no creen en el
futuro. Entonces, ¿qué mensaje les puede dar usted como empresario exitoso para
devolverles el optimismo que vale la pena votar?
Votar es un deber ciudadano. La gente se queja del gobierno que tenemos, y
tal vez ni siquiera fue a votar. Hay que votar, hay que poner un gobierno
correcto, y luego a trabajar para levantar el país. Llamo a la juventud a que
salga a votar.
¿Pero cuál es la perspectiva positiva del país que hace la gente volver a
creer en el país y también en la política? Se lo pregunto de manera más
directa: ¿Usted cree que este país y su economía se pueden volver a levantar?
¡Sí señor! Imagínese que yo creyera que mi país no tiene solución. Yo me
iría de aquí, o no sé qué haría. Teniendo las condiciones correctas, el país se
levanta. ¿Qué es lo que hace quebrar una empresa? La mala organización, la
falta de administración. Pero la empresa es bondadosa. Tiene mercado. Entonces,
la tengo que ordenar. Tal vez cambiar al gerente. Y así es con el Estado, el
país. Un país no quiebra. Puede fallar un gobierno, entonces hay que ordenar la
administración. El gobierno es como una empresa. Hay que administrarla como una
empresa.
Entonces, regreso a la pregunta: ¿Qué tipo de gobierno necesitamos para que
administre bien al país?
Yo no nunca he sido político. Desgraciadamente cuando uno dice una palabra
sobre política, se la interpretan mal. Este es peligro que hay.
Por esto yo no le voy a preguntar por quién hay que votar. No se trata de
esto. Usted es un empresario bastante representativo para la mediana empresa,
que es la columna vertebral de nuestra economía y genera la mayor parte del
empleo. Desde este punto de vista, ¿qué necesitan ustedes del próximo gobierno
para juntos poder hacer crecer nuestra economía?
Yo tengo una empresa familiar. ¿Qué es lo que yo necesito de mis hijos?
Confianza. ¿Qué necesitan mis hijos de mi? Confianza, entendimiento, buena
comunicación, respeto. ¿Qué quiero decir con esto? Si un gobierno tiene una
buena administración, y se lleva bien con los empresarios, con los sindicatos,
con los comunicadores, podemos lograr lo mismo que Singapur...
Llevarse bien con los empresarios suena un poco a hacerles favores o darles
privilegios...
¡No! Yo tengo mi empresa, ni hago favores no los recibo.
Entonces, llevarse bien el gobierno con los empresarios, ¿qué significa?
Significa confianza. Si yo hago un negocio con usted, y no tengo confianza
con usted, el negocio no va a funcionar y o vamos a prosperar.
¿Se ha perdido esta confianza con el gobierno?
Yo creo que sí, sinceramente. Cuando se recupera, las cosas cambian.
La economía nuestra, empresas como la suya, la mía, las de mucha gente,
¿tienen suficiente energía que pueden movilizar para crecer?
Si tenemos confianza en el país, sí hay energía para crecer. ¿Pero quien me
va a dar confianza en mi país si no el gobierno? Yo tengo confianza en mi
gobierno; mi gobierno saca leyes justas; mi gobierno me está protegiendo a mi
también.
¿No está hablando del gobierno que tenemos?
No, no, no... De lo que está pasando aquí ahora no quiero hablar nada. Estoy
hablando de cómo debe ser. Si yo me llevo bien con mis trabajadores, si me
llevo bien con mis competidores, si me llevo bien con mis clientes, si hay
confianza... mi negocio crece. Para mí, si hay un entendimiento, si hay una
magnífica comunicación, si hay un respeto en todo aspecto, podemos crecer todos
y como país.
Si hay un gobierno que es justo y confiable, ¿usted también acepta que el
gobierno le exija a usted también?
Indiscutiblemente. Y voy a cumplir. Yo no soy para recibir, soy para recibir
y dar. Igual tiene que ser la relación con el sector laboral. A mí no me
molesta pagar impuestos para financiar los gastos sociales.
¿Pero uno quiere también saber en qué gasta el gobierno los impuestos, y con
qué prioridades?
Indiscutiblemente. Por esto ya no me gusta ver la televisión, porque salen
cosas sobre millones de dólares...
Cerremos el ciclo, Óscar. Usted comenzó esta conversación insistiendo a los
jóvenes que no dejen de votar. Yo pienso que para exigirles que voten, les
tenemos que dar alguna certeza que el país va a crear oportunidades para ellos.
Cuando ya hay un descontento que lleva a quebrar la confianza, recuperarla
es bien difícil. Yo a los jóvenes les diría: Jóvenes, borrón y cuenta nueva.
¡Empecemos hoy, salgamos a votar! Y vemos qué va pasar en los próximos cinco
años con el gobierno que le di mi voto. Tenemos que actuar como si no ha pasado
nada en el país, y como si todo es posible. Yo me reúno con mi personal y les
digo: Hay que votar. Jamás permito que ninguno de mis gerentes les diga a un
empleado por quién va a votar. Lo quito, porque en la empresa no se hace
política, se hace conciencia de que hay que votar.
Óscar, ¿esta empresa El Torogoz puede seguir creciendo?
Podemos crecer en la exportación. El mercado afuera, pero la producción
aquí. Cada vez que me piden una plaza nueva, me siento feliz, créame. Porque sé
que hay una familia más que se sostiene con un empleo.
Última pregunta: ¿Cuál ha sido el obstáculo principal que ha impedido a su
empresa y su país crecer? ¿Falta mercado, que no hay acceso a crédito para
invertir, que...
No, nada de esto. Mercado hay, crédito hay. Nuestro límite lo marcan la
inseguridad ciudadana y la inseguridad jurídica. Uno no sabe lo que va a venir.
Si un gobierno -yo le estoy hablando de aquí para adelante- le dice a los
empresarios: este es el plan, esto se va hacer - y si hay confianza que esto se
cumpla, todos podemos planificar, invertir y producir. Podemos crecer.
(El Diario de Hoy