Todavía se me eriza la piel cuando me
recuerdo de aquellas fiestas del 19 de julio en Managua, los aniversarios de la
Revolución Sandinista. El país entero bailando, cantando, tomando ron,
abrazándose. La esperanza hecha fiesta.
Hoy es otro 19 de julio, y la fiesta se
ha secado a un tedioso acto oficialista. La última vez que vi en televisión
(gracias a TeleSur que se encarga a transmitir en vivo a todo el continente
este tipo de eventos casi religiosos desde Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Cuba
y Ecuador) la celebración del 19 de julio, me recordaba a los últimos actos de
1 de mayo en Moscu, Praga o Berlín Oriental, poco antes del colapso de la caída
del muro y el colapso de todo el bloque socialista. Discursos aburridos. Masas
apáticas. Consignas falsas. Aplausos ensayados.
En el 1981 viví por primera vez un 19 de
Julio en Managua: el segundo aniversario de la revolución sandinista. Me
encantó, porque en nada se pareció a los actos oficiales con los cuales los
comunistas suelen espantar a la juventud. Se pareció mucho más al carnaval de
Rio o al festival de Woodstock que a las ceremoniosas concentraciones de
obreros y campesinos en La Habana, Pekín o Moscú…
De ustedes, mis amigos sandinistas, con quienes
festejamos toda la noche el 19 de julio del 1981, ya nadie está con el Frente
Sandinista, que Daniel ha convertido en una maquinaria política para mantener
el poder y aumentar la riqueza de su familia. Hoy el 19 de Julio ya no es un
día de felicidad y esperanza, sino un día de frustración y tristeza. Las masas
que asisten, ya no serán expresión de rebeldía, como en el 81, sino de
sumisión. El acto será preparado, controlado hasta el último detalle y presidido
por Chayo Maurillo, la esposa y bruja del comandante-presidente Daniel.
La revolución sandinista fue secuestrada
por un grupo de comandantes y sus familiares. El clan Ortega sustituyó al clan
Somoza, con los mismos mecanismos de control, corrupción y represión. La
nobleza de la rebeldía juvenil fue lo que hizo a todo el mundo enamorarse del
Sandinismo. Pero donde existía nobleza, hoy existe el cinismo de la corrupción.
En
la plaza ya no estarán ustedes, los rebeldes sandinistas. Y en las tribunas ya no estarán las grandes figuras intelectuales y
artísticas del Sandinismo como Sergio Ramírez, Luis Enrique y Carlos Mejía
Godoy, Ernesto Cardenal, Giaconda Belli, Carlos Fernando Chamorro y tampoco
héroes de la lucha guerrillera como Dora María Tellez, Jaime Whelock, Mónica
Baltodano, Luis Carrión, Víctor Tirado, y Henry Ruiz. Todos ellos están apartados, algunos en la oposición, otros en el “exilio
interno” de sus casas…
A pesar de todo, también este año una
nutrida delegación de dirigentes del FMLN y del gobierno de Salvador Sánchez
Cerén va a estar presente en el acto oficialista del 19 de julio, a la par de
Daniel Ortega, Chayo Murillo y los otros oligarcas nuevos de Nicaragua.
A este servidor, quien ha estado bailando
en estos aniversarios en los años cuando ir a Managua no era una expedición con
aire condicionado, por favor no me representen. Mis saludos van a los nicas
rebeldes que siguen batallando contra la dictadura, solo que hoy se llama
revolución…
Les
saluda Paolo Lüers
(Mas!/EDH)