sábado, 30 de marzo de 2019

Carta sobre el emperador, el papa y la coronación


El 2 de diciembre del año 1804, Napoleón Bonaparte fue coronado emperador en la Catedral de Notre Dame de Paris. Supuestamente iba a coronarlo el papa Pio VII, a quien para este fin Napoleón lo mandó a traer desde Roma. El papa hizo caso a la orden de Napoleón, quien a esta altura ya tuvo bajo su poder a Italia, dejando solo al Estado Pontifico con cierta soberanía.

Lo que realmente quería Napoleón era humillar al papa, quien representaba la única institucionalidad que podía hacerle contrapeso a él como emperador. Luego de traerlo bajo amenaza a Paris, para supuestamente coronar al emperador, lo único que lo dejó hacer en Notre Dame fue bendecir al ‘revolucionario’ acto de auto coronación de Napoleón. Ni siquiera dejó al papa tocar la corona antes de ponérsela él mismo…
Luego de la coronación, Napoleón quiso obligar a Pio VII a quedarse en Francia, pero el papa había venido preparado: Había instruido a sus cardenales en Roma a declarar vacante el papado si no regresaba a Roma, y proceder a elegir otro Santo Padre. Napoleón lo dejó regresar a Roma, pero en 1808 mandó a sus tropas a ocupar al Estado Pontifico, y en 1809 decretó su anexión a Francia. Al papa Pio VII lo arrestaron y lo llevaron a Francia, donde permaneció rehén de Napoleón hasta el año 1814. Pero nunca se doblegó ante el hombre que por plebiscito había llegado a proclamarse y luego auto coronarse emperador.

Hoy ya no hablamos de coronación, sino de alternancia del poder, porque somos República. Hoy ya no le toca a la Iglesia Romana, como único contrapeso al poder del monarca, juramentar al nuevo jefe del Estado, sino al parlamento, que hoy en día es el contrapeso al poder del presidente. 

Pero sigue siendo importante quien controla los actos de traspaso de poder y puede llenarlos de significado o manipularlos. Parecen formalidades, pero tienen impacto en la manera como la ciudadanía percibe el poder y los contrapesos.

La fuerza simbólica de los actos relacionados al poder es importante: Pueden exhibir el poder total y arrogante – o el poder democrático, limitado y contrarrestado, dependiendo como se pongan en escena los eventos. De esto se trata el pleito sobre el traspaso del poder al presidente electo.

Unos quieren proyectar el 1 de junio la institucionalidad del estado administrando la alternancia democrática. Otros quieren proyectar una ruptura histórica – y la relación directa del gobernante con ‘el pueblo’, dejando al parlamente en la misma irrelevancia en la que dejó Napoleón al papa.

Si queremos, podemos aprender de la historia. Saludos,

jueves, 28 de marzo de 2019

Carta sobre el traspaso de mando: ¿transparente u hostil?

Parece que todo lo que el presidente electo haga y publique hay que someterlo a un estudio exhaustivo de realidad y mentira.
Veamos: El martes 26 de marzo, Nayib Bukele publicó en Twitter la siguiente denuncia:

Este día, Cancillería le comunicó a nuestros delegados para el acto de la Toma de Posesión del 1 de junio, que por orden de Casa Presidencial, se suspende toda reunión de coordinación, obviamente por nuestras recientes críticas al gobierno. De continuar esta decisión, sería la primera vez que en la historia moderna del país, que no habría acto de Traspaso de Mando. Ni ARENA trató así al FMLN.”
Si esto ya era tabaco fuerte, su acólito Walter Araujo elevó el tema a crisis nacional que pone al país al borde de la insurrección, con esta publicación en Twitter:


“INAUDITO, si ellos no hacen el traspaso de mando, sería un Golpe de Estado directo, violando la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia. Si eso se da, no queda más que el pueblo, disuelva la Asamblea Legislativa golpista, usando todos los recursos a su mano. Advertidos.”
¿Cuáles son los hechos detrás de todo este drama? Son totalmente diferentes – y no explican el drama que arman Bukele y Araujo.

18 febrero 2019:
El canciller Carlos Castaneda dirige una carta al Nayib Bukele, informándolo que por ley tiene la responsabilidad de constituir una “Comisión Coordinadora para el Traspaso de Mando Presidencial 2019-2024”, y solicita al presidente electo a nombra a sus representantes en esta entidad.





17 marzo 2019

Mandada esta carta, durante 1 mes no pasa nada. Es hasta el 17 de marzo que Bukele contesta al canciller y nombra a sus delegados: Marcela Rodríguez y Sofía Medina. La última fue gente de comunicaciones de Bukele en la alcaldía de San Salvador y una de as acusadas en el caso “Troll-Center”.





19 marzo 2019:

A solo recibir esta respuesta, cancillería emitió, el 19 de marzo, un acuerdo ejecutivo, formalizando la Comisión Coordinadora, incluyendo a las dos representantes del presidente electo.





21 marzo 2019:

La primera reunión de esta “Comisión Coordinadora para el Traspaso del Mando Presidencial” tuvo lugar en cancillería, el 21 de marzo. Según fuentes del gobierno, fue una sesión informativa, para ver todos os detalles a atender. Se acordó convocar la próxima reunión para el martes 2 de abril. Esta convocatoria nunca fue suspendida, confirma Roberto Lorenzana desde Casa Presidencial.




26 marzo 2019:

El martes 26, de la nada, salió Nayib Bukele con su denuncia que el gobierno no quería realizar el acto de traspaso – y Walter Araujo con su denuncia que no quieren entregar el poder, y por tanto había que preparar la insurrección. ¡Qué manera de anunciar su retiro de una comisión!








¿Así nos van a tener los próximos 5 años, inventando una crisis tras otra: fraudes electorales, golpes de estado, conspiraciones - y llamando al “pueblo” a disolver la Asamblea, el Tribunal Electoral, la Corte Suprema o a sustituir al fiscal general?


En todo esto, tampoco el presidente electo ha nombrado su equipo de transición para recibir los ministerios y autónomas. Parece que no están interesados en una alternancia coordinada y transparente, sino más bien planificando una transición accidentada.
Saludos,



Epílogo

27 marzo 2019, 10.17pm



Epílogo 2

28 marzo 2019, 8.02am



martes, 26 de marzo de 2019

Carta a los tuiteros y facebuqueros: Paremos a las ‘turbas digitales’

Todos deberían leer la columna titulada “No nos van a callar”, publicada por Erika Saldaña el lunes 25 de marzo en El Diario de Hoy. De su propia experiencia explica el fenómeno de las “turbas digitales” que en las redes sociales atacan a cualquiera que se atreve a expresar crítica pública al líder de Nuevas Ideas y presiente electo Nayib Bukele.

Yo recibo este tipo de ataques diariamente: insultos, mentiras, amenazas. Amenazas de expatriarme, amenazas de muerte, amenazas a mi familia. Siempre he preferido no tomar en serio estos ataques. Siempre he dicho: Para mucha gente frustrada, las redes sociales son una válvula de escape para deshacerse de sus agresiones reprimidas. La gente que nos insulta o amenaza en Twitter, ya no nos va a tirar piedras o balas…

Sigo convencido que para mucha gente, la violencia digital funciona como terapia. Pero solo funciona para individuos. Si la violencia digital es organizada, colectiva y dirigida, ya no sirve como válvula de escape para prevenir violencia real. Por esto es correcto el término que Erika Saldaña usó en su columna: “Turbas digitales”. Ella no fue victima de la agresión de unos locos, sino de un ataque organizado y dirigido. Y así como lo vimos en la violencia en la manifestación contra la Ley de Agua, en estos casos la violencia digital la violencia digital va a la calle, la verbal se hace real. Cuando estamos ante “turbas”, la violencia digital promueve, convoca y prepara la violencia callejera y real contra personas o propiedades.

El fenómeno de las “turbas” se hizo famoso en Centroamérica  mucho antes de que existieran las redes sociales: las “turbas divinas”, que los sandinistas echaron encima a sus adversarios en Nicaragua para controlar sindicatos, universidades, barrios. Hoy estas “turbas” sandinistas las vemos en televisión: grupos civiles armados hasta los dientes, convertidos en escuadrones de la muerte, protegidos por la policía, reprimiendo a estudiantes. En la Venezuela de Maduro se llaman “colectivos” y con total impunidad atacan y asesinan a opositores.

Aquí en El Salvador tuvimos la “Brigada Limón”, encabezada por Mario Belloso, que operaba como grupo de choque del FMLN y sus alcaldías, sobre todo para reprimir protestas de sindicatos municipales. Cuando Mario Belloso, aprovechando una manifestación en frente de la UES, sacó un fusil para matar a sangre fría a dos agentes policiales, la conmoción social fue tan grande en todo el país y en todos los sectores que el FMLN tuvo que desarticular, de una vez por todo, esta su propia versión de las “turbas”.

Fue una muestra que la violencia política no ha tenido espacio en El Salvador desde los Acuerdos de Paz. Y no hay que permitir que esto cambie.

Siempre hemos tenido violencia verbal en las redes. Los partidos y gobiernos han tratado de montarse encima de este fenómeno y dirigirlo contra sus críticos y adversarios. Pero antes de la entrada en escena de Nuevas Ideas, esto había sido un fenómeno marginal, sin mucho impacto. Pero ellos sí han logrado armar en serio y en grande sus “turbas digitales”, y dirigirlos eficientemente – que es la parte más complicada en este tipo de campañas. A veces parecen todos sincronizadas, siguiendo señales y mensajes de algunas cuentas claves, como las de Ernesto Sanabria (@-Brozo)  y Walter Araujo – otras veces operan de forma descentralizada, como “guerrilla cibernética”, como células, por iniciativa propia.




(Más importante que el tuit original de Walter Araujo, que da la señal de ataque, son todas las respuestas e en el hilo)

Una vez que la violencia digital tiene este grado de organización, ya no se trata de individuos frustrados deshaciéndose de sus agresiones. Se trata de operaciones intencionales y planificadas de dar muerte civil, intimidar y destruir a adversarios o críticos. Y ya no hay ninguna garantía que la violencia se quede limitada al espacio cibernético. Por lo contrario, en cualquier momento puede traspasarse a la calle, a la realidad, y volverse criminal – sea por ordenes superiores, sea por la inercia propia de una “guerrilla cibernética” o “turba digital”.

Todavía podemos parar las “turbas digitales”, así como entre todos logramos parar a la “Brigada Limón”.

Saludos,


domingo, 24 de marzo de 2019

El Manifiesto de Los Mismos de Siempre. Columna Transversal

[A veces hay que optar por la ficción para enfrentar la realidad. A veces hay que usar la imaginación para visualizar cómo salir de una crisis marcada precisamente por la falta de imaginación. Bueno, yo me imagino que un día de estos líderes de izquierda y derecha se sientan para analizar sus diferencias y coincidencias. Me los imagino en esta mesa a viejos a la par de jóvenes, unidos por el compromiso de promover, cada uno en su ámbito político, las discusiones y transformaciones necesarias. Me imagino que su primer acuerdo sería pronunciarse al público para romper la defensiva y recuperar la iniciativa. Así es que nacería este Manifiesto de los Mismos de Siempre…]
Nos dicen ‘Los mismos de siempre’. Han ganado una elección con este slogan, porque nos dejamos colocar a la defensiva y dejamos de defender con orgullo lo que hemos logrado en las últimas tres décadas.

Somos los mismos de siempre que hemos construido el modelo salvadoreño para salir de una dolorosa guerra: una paz sin perdedores y sin ganadores, para todos poder participar en la reconstrucción del país – sin discriminaciones y con la frente en alto.

Somos los mismos de siempre que demostramos a la comunidad internacional que supimos cumplir al pie de la letra los complicados compromisos del cese al fuego, de la separación de las fuerzas beligerantes y su posterior desmovilización  – y de los Acuerdos de Paz en General.

Somos los mismos de siempre que a pesar de las profundas diferencias ideológicas supimos consolidar el sistema pluralista, dotar de credibilidad las elecciones, y crear la confianza necesaria para la alternancia pacífica del poder.

Somos los mismos de siempre que al fin logramos una estabilidad tal de las instituciones que les permitió romper con el lastre de impunidad y comenzar a investigar y perseguir la corrupción de los más altos funcionarios. Contrario a lo que muchos quieren hacernos creer, hoy no tenemos más corrupción en El Salvador sino más lucha contra ella.

Aunque todos hemos fallado en muchas tareas, sobre todo en la lucha contra la violencia y la erradicación de la pobreza, los mismos de siempre hemos logrado que durante 27 años se respetara la libertad de expresión y de prensa y se erradicó la violencia política, o sea el uso de las armas para conquistar o defender el poder.

Nada de lo que hemos construido es perfecto. Hay que mejorarlo, no botarlo. Ahora por primera vez asumirán el gobierno personas que no se sienten comprometidos con los Acuerdos de Paz y lo construido a partir de ellos. Desprecian la República que hemos construido por eso hablan de refundarla. Nosotros vamos a defender la República.

El error que cometieron tanto ARENA como el FMLN en la campaña electoral pasada fue que con frases como “los mismos de siempre” y “devuelvan lo robado” se dejaron poner a la defensiva, en vez de defender con orgullo lo logrado, incluyendo la lucha contra la impunidad y la corrupción.

Quieren ganar otra elección de la misma manera, la elección decisiva del 2021, donde se tratará de consolidar o perder el sistema de pesos y contrapesos, o sea el carácter democrático y republicano de nuestro sistema político. Esto no pasará, porque estamos creando partidos renovados (o incluso nuevos), modernos, democráticos.

En el 202l, el populismo demagógico se va a topar nuevamente con “los mismos de siempre”, pero esta vez preparados y sin complejos. Se va topar con una contingentes con una clara definición ideológica de izquierda democrática, y con una derecha con clara definición ideológica liberal. Estas dos corrientes principales van a ofrecer a la ciudadanía un debate sobre sus proyectos políticos, sobre las diferencia fundamentales entre la izquierda democrática y la derecha democrática – pero también, sobre sus coincidencias frente a los peligros de un nuevo autoritarismo.

Por más que estemos coincidiendo en la necesidad de defender el Estado de Derecho y las libertades, los proyectos políticos de derecha e izquierda nunca serán iguales. Es otra mentira que Nuevas Ideas necesita inventar para justificar su existencia. Y al revés: Por más que vayamos a luchar cada uno por su proyecto político, no vamos a abandonar la lucha común por defender la democracia pluralista.
Volcán de San Salvador, algún día pronto
Los Mismos de Siempre

sábado, 23 de marzo de 2019

Carta a Oscar Arnulfo Romero: De tantos que hablan en tu nombre no se hace ni uno que tenga madera de líder

Otro aniversario de tu asesinato. Esta vez, coincide con el final de10 años, en los cuales los dos presidentes de izquierda dijeron gobernar en honor tuyo. Además de que la Iglesia Católica te elevara a Santo, los gobiernos de turno te dedicaron una autopista y un aeropuerto, colgaron pinturas y fotos tuyas por todas partes, hablaron de tu legado en casi todos sus discursos.

Te voy a confesar que para mi este culto se volvió insoportable – por lo hipócrita de la devoción exhibida. El que más abusó de tu nombre, luego de gobernar por 5 años tuvo que fugarse a Nicaragua, porque aquí lo esperan 4 juicios diferentes, todos por corrupción en dimensiones industriales.

Su sucesor también terminó de manera trágica. Gobernó tan mal que se le fueron 1 millón de votantes, para terminar haciendo presidente a un tipo que no es ni chicha ni limonada – un populista que un día adopta el discurso de la izquierda radical, otro día el discurso vacío del populismo, y el tercer día imita el discurso de la derecha conservadora que gobierna en Washington. Al asumir el poder el 1 de junio de este año, este hombre también te va a rendir pleitesía. No te ofendas. Hoy eres políticamente correcto, hasta la derecha lo acepta… 
Lastima que tu ejemplo, aunque es permanentemente invocado, de ninguna manera llena el vacío ético que tenemos en el país. De tantos que dicen hablar en tu nombre no se hace ni uno que tenga madera de líder y sepa orientar el debate nacional hacia la definición del rumbo del país.

Ni las iglesias, ni las universidades, ni los movimientos sociales y ciudadanos llenan este vacío. Y los dos partidos grandes que han manejado la postguerra, la reconstrucción del país y su democratización, han perdido la iniciativa y están enredados cada uno en su crisis de identidad. Ambos dejaron colocarse en defensiva por una rebelión de mediocres que se toman la libertad de decir cualquier cosa, en cualquier forma posible, sin las limitaciones que dictan la verdad, la decencia, la lógica, la coherencia ideológica. A los partidos del supuesto bipartidismo les dijeron “los mismos de siempre”, y se ahuevaron – en vez de decir: “Sí, somos los mismos de siempre, los que hemos negociado una paz sin ganadores ni perdedores; somos los mismos de siempre, los que hemos reconstruido el país; somos los mismos de siempre, los que hemos consolidado una nueva institucionalidad democrática – una institucionalidad que al fin incluso logró romper la impunidad y abrir juicios de corrupción a tres ex presidentes.  

Por el momento, estos dos partido ya no saben como hablarle al pueblo. No confían ni siquiera en sus grandes éxitos. Lograron establecer el principio de la alternabilidad democrática, y hoy todo el mundo lo toma como normal. Lograron que la gente tuviera confianza en las elecciones. Lograron conducir al país a la reconciliación de hecho, sin grandes discursos – y nadie se da cuenta de su profundidad y solidez. Lograron al fin abrir espacio para una justicia independiente – tan independiente que la Sala de lo Constitucional suspendió la amnistía que ambos partidos habían decretado en 1993 para facilitar la paz y la reconciliación.

Pero como estos partidos ahora ya no están seguros ni siquiera de lo bueno que han construido en la postguerra, no se atreven a abrir el gran debate nacional, un debate franco, profundo y plural sobre el tipo de amnistía que necesita el país. Tan acomplejados están ahora que ni siquiera una pinche Ley de Agua se atreven de hacer, porque tienen miedo que ‘el pueblo’ los vaya a regañar.


Bueno, ya te di un resumen de cómo es tu país a 39 años de tu muerte. No es una imagen imparcial, es mi imagen, pero habrá tanta gente que en estos días te van a hablar en oraciones, sermones y discursos oficiales, para formarte una imagen completo de cómo está tu país. Menos dividido que en 1980, pero tampoco unificado. Menos pobre que en el 1980, pero lejos de haber superado la maldita pobreza. Y lastimosamente, con más oportunismo y menos ánimo de lucha.


Saludos,



jueves, 21 de marzo de 2019

Carta a los cabezas calientes: ¿Guerra religiosa o debate racional?

Es impresionante el poder de la fantasía, o más bien del engaño. Para combatir heroicamente la privatización del agua (aunque en el fondo todo el mundo sepa que es un fantasma), se cancelan reuniones de concertación entre el futuro presidente y la oposición; se derraman ríos de discursos indignados; se arman manifestaciones; y cuando la PNC detiene a algunos patanes, quienes aprovecharon estas marchas para cometer delitos violentos, el presidente electo usa su cuenta en Twitter para ordenar a la PNC su “inmediata liberación”, dándole un plazo de 2 horas. Y en caso que a la policía se le ocurriera a no hacerle caso, ya que como presidente electo no tiene ningún poder de mando, dijo: “De lo contrario se abrirá un expediente a los involucrados a partir del 1 de junio”, fecha en que tomará posesión de su cargo.

Todo este derroche de pasiones porque la comisión legislativa que discute la Ley de Agua había votado por mayoría que en el futuro ente regulador de agua estarán representados los sectores privados afectados.
Voy a decir de antemano mi opinión personal: No estoy a favor de crear nuevas instituciones burocráticas y reguladoras, sea con y sin representantes de la empresa privada. Creo que el estado tiene suficiente instituciones que pueden asumir las tareas de regulación. Por esto, no me gusta esta Ley de Agua. Sin embargo, es una locura que quieran decirnos que la propuesta de composición del ‘ente regulador’ sea el inicio de la ‘privatización del agua’.

El problema es que en nuestro país no se puede discutir ciertos asuntos urgentes sin que se desate una guerra religiosa sobre ‘privatización’ versus ‘nacionalización’. Para unos, cualquier medida de privatización -o incluso la participación de privados en asuntos del Estado- es obra del diablo. Y para otros, cualquier medida de nacionalización –o incluso cualquier intervención del Estado en asuntos de mercado- es sacrilegio. Y así se arman las batallas, sin ninguna racionalidad, a pura pasión, y siempre sujeto de horrenda manipulación.

Si el tema realmente fuera el agua, ¿por qué la Universidad de El Salvador y las organizaciones rojas y celestes no van en la madrugada a la carretera de Oro para apoyar a los habitantes de las colonias de San Martin cuando protestan porque ANDA los tiene sin agua desde hace meses? ¿Por qué arman el pleito por una decisión preliminar y además poco sustantiva de una comisión legislativa? La institución que diariamente viola el tan apasionadamente reclamado ‘derecho humano al agua’ se llama ANDA.

Si su preocupación realmente fuera por el agua, el presidente electo, en su afán de llamar la atención y proyectarse como ‘superman’, no mostraría su desprecio al estado de Derecho dándole ordenes y plazos a la PNC, sino a ANDA, pidiéndole a conectar las colonias de San Martín al agua potable. De paso sea dicho: Incluso luego de asumir la presidencia, el hombre tendría que abstenerse a intervenir así en el trabajo de la PNC. Hacerlo como presidente electo simplemente es otra muestra de arrogancia.
Tenemos que aprender a llevar discusiones racionales sobre los conceptos de privatización y control estatal. No son asuntos de fe y dogma, sino de eficiencia, transparencia y conveniencia práctica.

En el asunto del agua no veo necesidad de pensar en privatización.
Pero aunque a muchos les parezca sacrilegio, en el Seguro Social sí nos convendría considerar seriamente privatizar varios servicios. Pero esto no se puede discutir sin desatar guerras religiosas y batallas callejeras – igual que otros permiten discutir en serio la necesidad de nacionalizar el transporte público y el negocio de la basura.

Calma y cabeza fría en vez de falso drama.
Saludos,

martes, 19 de marzo de 2019

Carta a los amigos de una CICIES: Cuidado con lo que pidan

Hay un dicho muy sabio que dice: “Be careful what you wish for, you just might get it – Cuidado con lo que pidan, peligroso que se les cumpla…” Aplica perfectamente a estos deseos que de repente se ponen populares, promovidos por personas muy ágiles para recoger las frustraciones y los sentimientos de la gente, para convencer a la gente que acepten soluciones, a pesar de los riesgos evidentes que conllevan.

Por ejemplo: Ante la crisis de violencia, surge la demanda de que la policía responda con más fuerza, y comenzamos incluso a pedir que la autoridad pueda usar métodos fuera de la ley – con tal que ponga orden. Pero cuando nos cumplen estos deseos, de repente nos damos cuenta que la represión puede afectar a cualquiera.
Todos lamentamos la corrupción. Muchos piden una Comisión Internacional contra la Impunidad, la famosa CICIES. Bukele la ofreció en su campaña, como receta para combatir la corrupción y la impunidad. Y muchos le aplauden. Pero no se dan cuenta de los riesgos que implica una CICIES, cuando la promueven para debilitar las instituciones del Estado que le pueden hacer estorbo al presidente entrante. Bukele tendrá una gobernabilidad difícil, porque la oposición (ARENA y FMLN) controla el Legislativo, y porque las instituciones que controlan al poder (como la Corte Suprema, la Sala Constitucional, la Fiscalía), son independientes por diseño constitucional, pero además surgieron de la actual correlación de fuerzas en el Asamblea Legislativa.

Entonces, surge una ‘nueva idea’: Aprovechar la indignación contra la corrupción para instalar una CICIES que puede corregir decisiones de la Fiscalía General y de la Corte Suprema. O sea, un CICIES encima de las instituciones y sus poderes constitucionales. Y ahí se vuelve peligroso el grito por la CICIES, en boca de gente con tan poco respeto por la Constitución y la independencia de las instituciones. Ahí es donde tenemos que decir: “Cuidado con lo que pidan, peligroso que se les cumpla…”

¿Estamos viendo fantasmas? No. Hay indicios preocupantes. A ver:
El secretario general de Nuevas Ideas, Federico Anliker, escribe en Twitter: La reciente resolución de la CSJ de El Salvador, de prohibir a la sección de Probidad de investigar los delitos de corrupción antes del 2009, es una burla al pueblo Salvadoreño y al combate contra la corrupción. #CiciesYa”.

Está perfectamente en línea con su líder Bukele, quien el día anterior tuiteó lo siguiente: “Uno de los indicadores donde más ha caído El Salvador, es en el de corrupción e impunidad. Luego de la resolución de hoy de la Corte Suprema de Justicia, queda claro que ese indicador solo irá aún más a la baja. Urge una CICIES.”

Se confirma una sospecha que algunos tuvimos hace ratos: que la CICIES, versión Félix Ulloa/Nayib Bukele, no será supeditada a la institucionalidad constitucional, sino diseñada para alterarla. Cuando expresé esta sospecha en Twitter, varios partidarios de Bukele la confirmaron sin ningún tapujo: No estamos obligados a obedecer autoridades corruptas. Pueden haber sido electos con requisitos y procedimientos “legales”, pero si son corruptos no hay que someterse,” dijo Bertha María Deleon.  

Y a mi pregunta ¿Cuál es la alternativa que propones? ¿Poner una CICIES que opere al margen de CSJ y FGR?”, el ingeniero Jacinto Bustillo, antiguo compañero y (pensaba yo) amigo mío, ahora defensor de Bukele, contestó de manera aun más descarada: “No al margen. Por encima. Declarar Estado d Excepción y destituir a la CSJ, FGR, funcionarios de justicia. Reforma a la Constitución.”

Esta discusión surgió a raíz del debate sobre la decisión de la Corte Suprema de no seguir investigando en Probidad las declaraciones de patrimonio de épocas que ya caen bajo prescripción para cosos civiles.

Esta discusión con expertos jurídicos la resumí de esta forma: “Entonces, como las investigaciones de Probidad tienen como finalidad, cuando hay indicios, una acción civil, es correcto que Probidad respete prescripción de acción civil (10 años). Esto no impide que FGR tome acción penal.”

Esta lógica legal no les gusta a todos los seguidores de Bukele. Uno de ellos, llamado @gabriel9085, tuiteó: “Y que importa la inconstitucionalidad cuando se trata de hacer justicia ya es tiempo que haya en este país serias acciones…”

Es evidente que quieren instalar una CICIES con facultades fuera del margen constitucional, encima de la Corte, la Sala Constitucional y la Fiscalía. Piensen bien lo que pidan. Podría hacerse realidad.

Saludos,




sábado, 16 de marzo de 2019

Carta a la Fundación Heritage: Seducidos por Bukele

Ustedes orgullosamente reclaman dos cosas: que son el ‘tanque de pensamiento más influyente del mundo’ y que son una ‘bastión del movimiento conservador’.

Los principios ideológicos de Heritage están bien explicados en su pagina WEB y obviamente Nayib Bukele los estudió bien antes de presentarse ante ustedes. Es más, los tomó como guión para su ponencia: libre mercado, libertad de empresa, estado reducido. La agenda de Ronald Reagan, el Tea Party y Mr. Trump.

El abrazo a esta agenda es sorprendente para un político como Bukele, quien comenzó a denunciar a su partido izquierdista FMLN por supuestamente haber abandonado la lucha contra estos principios neoliberales. Así comenzó su campaña presidencial: denunciar al FMN como igual de neoliberal que ARENA y presentarse como heredero de la lucha social supuestamente abandonada por el FMLN…
Y un mes después de su victoria electoral viene a Washington, a la Heritage, y dice: Surprise, surprise! Soy uno de ustedes. Voy a seducir (lure) a los inversionistas, voy a reducir al estado y eliminar la corrupción. ¡Aplauso!

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Y ustedes, los guardianes del conservadurismo reaganiano, están tan impactados que se olvidan que también son guardianes de la reputación académica y ética de un tanque de pensamiento comprometido con el alto estándar de sus investigaciones y análisis. ¿Por qué les digo esto? Porque escuché decir a Nayib Bukele, en el sacrosanto auditorio de la Heritage Foundation, varias afirmaciones que pensaría que iban a provocar por lo menos preguntas críticas. Pero no escuché ninguna pregunta crítica o de algún rigor académico.

Voy a mencionar tres ejemplos.

Bukele les dijo que en El Salvador no hay seguridad porque ARENA se robó todo el dinero para financiarla. En concreto, afirmó que en 20 años de gobierno, ARENA robó 37 mil millones de dólares. O sea, un promedio anual de casi 2 mil millones en un país donde apenas en el año 2000 el presupuesto general de la nación sobrepasaba los 2 mil millones de dólares. Bukele tomó la cifra de los 37 mil millones de dólares de un estudio de su mentor Salvador Arias, un economista marxista y dirigente del FMLN, fallecido en 2018. Bueno, el maestro Arias fue más bien la caricatura de un economista marxista y estoy seguro que jamás le hubieran permitido disertar en la Fundación Heritage. Pues una de sus tesis más populares entre la izquierda salvadoreña sí disertó ante ustedes y nadie pidió a Bukele que justificara estas exorbitantes cifras.

También dejaron pasar, sin pregunta ninguna, cuando anunció que en sus 5 años en Casa Presidencial va a reducir a cero la cantidad de drogas que pasen por El Salvador con destino a Estados Unidos y la migración ilegal desde El Salvador a Estados Unidos. No dijo limitar el narcotráfico y la migración ilegal, dijo erradicarlos 100%. ¿Y ustedes aplaudieron porque están de acuerdo con Trump que narcotráfico y migración son los únicos asuntos que cuentan para la región centroamericana, o porque le creyeron a su invitado que puede llevarlos a cero?

Me extraña que en la Fundación Heritage un expositor puede decir estas tres cosas absurdas sin que ningún analista o investigador se levante para cuestionarlo.

La única manera de medio explicarme esta tolerancia al bullshit es esta: la derecha de Estados Unidos, luego de aguantar por 10 año el discurso antiimperialista de un gobierno salvadoreño que defendió los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, abraza feliz a cualquiera hable mal de Maduro, Ortega y China Popular y le deja pasar cualquier barbaridad, con tal que diga que quiere ser amigo y hacer business con Estados Unidos.

Que el tipo tiene años de arremeter contra los medios de comunicación, ¿cómo va a irritar esto a quienes aceptaron tragarse las mismas actitudes de su propio presidente?

Saludos desde San Salvador,
( MAS! y EL DIARIO DE HOY)

martes, 12 de marzo de 2019

Carta a los sabios: Tomen la reconciliación en sus manos

En 2016, cuando la Sala de lo Constitucional derogó la Ley de Amnistía, escribí en una columna titulada ‘Cállese, señor presidente’ los siguientes párrafos:
“Puede y debe haber una legislación que establezca una instancia temporal de justicia transicional que podrá satisfacer las demandas de verdad y reparación, pero sin necesidad de abrir mandar a nadie a la cárcel. Esta fue la reacción inmediata de las personas sensatas del país a la sentencia de la Sala. En esto coincidimos muchos, independientemente de si estábamos de acuerdo o no con la sentencia. Había que acatarla y había que buscar una forma de cumplirla y que en vez de hacerle daño al país haga más sólido su proceso de paz y reconciliación.”
“El presidente (y todos los demás ‘implicados’ de todos los bandos), por decencia y prudencia, tenían que apartarse de este debate. Si no, la posible solución sería inmediatamente percibida como un nuevo pacto de los protagonistas de la guerra de evadir su responsabilidad”.
Exactamente esta percepción se ha materializado ahora. Hoy existen dos propuestas de ley y ninguna tendrá capacidad de aportar a la reconciliación. Una propuesta es conocida como la Ley Rodolfo Parker, y uno solo tiene que ver la composición de la comisión legislativa que la elaboró para saber que no será aceptada por la sociedad. Son los protagonistas de la guerra (de ambos bandos), y todo el mundo percibe que están redactando una auto-amnistía. La segunda propuesta proviene de otro sector ‘interesado’: de organizaciones que dicen representar a las víctimas de crímenes de guerra. Aunque algunos lo quieran declarar ‘políticamente correcto’, ‘las víctimas’ tampoco son los llamados para diseñar esta legislación, por dos razones: son parte interesada y nadie puede hablar en nombre de todas las víctimas del conflicto.    

Decir que ambas propuestas no proceden de ninguna manera significa que todo lo que se propone en ellas sea malo. Significa que el método no funciona. Lo que hubieran tenido que hacer los poderes del Estado (Presidencia, Asamblea, Corte Suprema) es convocar una ‘Comisión de Sabios’ (compuesta por rectores de universidades, representantes de iglesias, penalistas, constitucionalistas y otras personalidades de prestigio moral e intelectual) para organizar debates, tanto públicos como académicos, y que de ellos surja una propuesta de Ley de Reconciliación que llene el vacío que dejó la derogación de la Amnistía de 1993.

Como no llevamos a cabo este debate, perdimos casi tres años sin cumplir con la sentencia de la Sala. Ojo: esta sentencia no solo derogó la ley del 1993, sino también ordenó consensuar una nueva.

Pero nunca es tarde. En vez de continuar una estéril discusión que se concentra en descalificar las propuestas existentes de Ley de Reconciliación, impulsemos la Comisión de Sabios y aportemos todos a su trabajo, con propuestas, críticas y criterios.

Saludos,

domingo, 10 de marzo de 2019

¿Historia oficial? Columna Transversal

En un noticiero internacional hice un descubrimiento sorprendente: En Polonia existe una “política oficial de historia”. El término que usaron en el noticiero –“Geschichtspolitik” en alemán- y su traducción al español suenan raro. ¿Cómo puede existir una política oficial del Estado (o gobierno) en cuanto a cómo entender y escribir la historia? Con otras palabras, ¿puede existir una “historia oficial”, administrada y reglamentada por una política oficial?

Parece que sí. La noticia era sobre un incidente en Polonia: El gobierno conservador-nacionalista de Polonia removió al historiador Papel Machcewicz de la dirección del Museo de la Segunda Guerra Mundial en Gdansk. El conflicto detrás de la noticia: Machcewicz inauguró el museo con una exposición sobre el Holocausto cometido por los alemanes contra los judíos polacos durante la ocupación nazi de Polonia – y en esta exposición también documenta el antisemitismo polaco. Esto, según el ministro de cultura, “no corresponde a la ‘política de historia’ del gobierno. Machcewicz tuvo que ir y el museo cerró sus puertas, hasta que adapte la exposición a la historia oficial…


Polonia no es el único país, donde el gobierno y el partido oficial quieren escribir una ‘historia oficial’, aunque creo que no hay muchos gobiernos tan descarados como para inventar el concepto de una ‘política de la historia’, que sirve para censurar exposiciones y otras expresiones culturales o académicas, y para justificar el despido de un director de museo u otros funcionarios académicos.

En otros lados, igual que en Polonia, en este mismo contexto, se habla de la ‘cultura de memoria’ – o de ‘la memoria histórica’, por ejemplo aquí en El Salvador. No hay nada mal de hablar de ‘cultura de memoria’ o ‘memoria histórica’, siempre cuando nadie trate de uniformar y reglamentarlos. La memoria, por definición es subjetiva y depende del punto de vista y la experiencia particular de los individuos y grupos. No puede haber una memoria única o una que reclame representar ‘la verdad’ – y mucho menos puede pasar esto por decreto, desde el estado o gobierno. La memoria o es diversa y plural, o es un constructo de engaño.

La historia parece un asunto más objetivo, no tan subjetivo que la memoria. Pero  tampoco existe ‘la historia’. Para acercarse a la verdad, siempre tienen que existir y estar en comunicación varias maneras de ver la historia. Y la única a la cual no hay que hacer caso es la que viene vestida de ‘historia oficial’.


Nosotros que vivimos en la posguerra (por más que algunos quieren reclamar que esté cerrado este capítulo), nos topamos con este problema todos los días. Por ejemplo en la actual discusión sobre la amnistía. Aparecen quienes hablan a nombre de ‘las víctimas’, pero es obvio que no representan a todas las víctimas. Obviamente en una guerra entre dos partes beligerantes, hay víctimas de ambos bandos y de civiles. Hay víctimas que sufrieron violencia de ambas partes, hay víctimas organizadas que reclaman justicia, hay víctimas que nunca se organizaron y no se sienten representados por nadie y para reclamar nada a nadie. Cada grupo de victimarios tiene sus ‘memorias’ y su historia, igual que cada grupo de víctimas. Hay que escucharlas todas.


La política oficial polaca puede escribir una historia oficial, en la cual el antisemitismo polaco no existe – pero siguen existiendo las víctimas de ataques racistas cometidos por compatriotas, no solo por la fuerza invasora nazi. Y si existen las víctimas, existe su memoria y su historia, tenga espacio en la historia oficial o no.


Igual aquí. Cuando se habla de ‘las víctimas’, uno piensa en los campesinos de El Mozote masacrados por el Atlacatl, o en los padres jesuitas, masacrados por el mismo batallón 8 años más tarde. Pero también existen los familiares de los campesinos de San Vicente, masacrados no por la Fuerza Armada sino por las FPL en su paranoica fiebre de erradicar ‘desviaciones ideológicas’. Y también existen las víctimas de secuestros y atentados de a guerrilla. Hay de todos: víctimas que no quieren amnistía para nadie, y víctimas que no quieren negarle amnistía a nadie. Las historias de todos ellos son parte de la memoria histórica.


Los diputados, al legislar para llenar el vacío legal y la incertidumbre que dejó la suspensión de la amnistía del 1993 por parte de la Sala, tiene que tomar en cuenta a toda la historia y escribir una ley de Reconciliación que haga justicia a todas las víctimas. Y a los que critican con tanto absolutismo el borrador existe para esta ley, les recomiendo que lo lean entero, o por lo menos el artículo 2, donde dice que en la amnistía quedan excluidos los crímenes de lesa humanidad y de gravedad.