martes, 30 de marzo de 2010

Carta al subsecretario de Transparencia

Estimado Marcos Rodríguez:

Ahora resulta que el gobierno –el presidente- necesitan dos meses más “para definir su posición” frente a la Ley de Transparencia. Vaya. Entiendo que vos fuiste uno de los autores de esta ley. Bueno, tenés razón esto fue antes de que Funes ganara las elecciones y te invitó a trabajar con él en Casa Presidencial.

Tenés razón, es una cosa quererle poner candados a un gobierno de ARENA o a uno Funes y el FMLN.

Vaya, incluso tomando en cuenta este pequeño detalle, todavía no entiendo porqué en un año completo ustedes no han podido “definir posición” ante el proyecto de Ley de Transparencia. ¿Y no es que para eso que han creado tu oficina? ¿No es para eso que te pagan?

Si vos, desde que estás en Casa Presidencial, tenés objeciones contra el proyecto de ley que vos mismo promoviste con vehemencia cuando ARENA estaba en el poder y vos en oposición, ¿en 12 meses no pudiste ponerlas en papel y ponerlas al debate público?

O tal vez no sos vos el que tiene las objecciones, sino tu jefe o el jefe de tu jefe. O algunos ministros con poder de veto. Si fuera así -lo que me parece más probable, ya que conocemos tu trayectoria en Transparencia Internacional-, entonces sí estás en un gran huevo. Esto significaría que no te dejan hacer tu trabajo según tu conciencia.

En este caso, papito, mejor renunciar, antes de hacer lo contrario de lo que quisiste hacer cuando aceptaste tu cargo y la responsabilidad sobre la transparencia del gobierno ‘del cambio’.

Saludos, Paolo Lüers

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sábado, 27 de marzo de 2010

Carta al presidente Funes

Estimado señor presidente:

Le escuché decir en televisión: “No hay ni una sola decisión de este gobierno que no esté basada en el legado de monseñor Romero.”

Vaya. Es una cosa que el presidente, en su discurso de toma de poder, declare que Monseñor Romero será la “guía espiritual” de su gobierno. Otra cosa diferente es que cada una de las decisiones del gobierno esté tomada siguiendo el ejemplo del maestro.

Esto provoca algunas preguntas: ¿En cuales de los principios que encarnó Oscar Arnulfo Romero usted habrá basado su decisión de nombrar como presidente de la Lotería Nacional a un señor con reputación de abusador de sus colaboradoras?

¿En qué homilía de monseñor Romero se ha inspirado, señor presidente, cuando exigió a su secretaria de Cultura que despidiera a su director de Artes para nombrar a un amigo de su esposa? ¿Y realmente estaba pensando en monseñor cuando, al no acatar ella esta orden, la despidió?

¿Se habrá sentido muy cercano a su ‘guía espiritual’ cuando tomó la decisión de no investigar casos de corrupción del gobierno Saca?

¿Habrá pensado en Oscar Arnulfo Romero su canciller Hugo Martínez cuando no hizo caso a la solicitud del vice cónsul en San Francisco de dejarlo unos meses más en su cargo mientras su hijo se someta a una operación de corazón?

¿El “compromiso preferencial con los pobres” le habrá guiado cuando autorizó varios millones de dólares para la remodelación de la residencia presidencial, de la residencia del vicepresidente y de la casa del lago Coatepeque?

¿Cuál parte del legado ético de monseñor le inspiró a mantener como presidente de la CEL al hijo de Nicolás Salume, quién tan generosamente le había proporcionado una mansión para vivir dignamente... y 3 millones de dólares para su campaña?

Para mi, cometer errores es humano. Sólo el que no hace nada, no comete errores. Lo que le quiero reclamar no son los errores que ha cometido, sino más bien la manera como usted se declara infalible, diciendo cosas como “No tenemos el derecho de errar en el camino” o esta frase más reciente que cada una de las decisiones de su gobierno está basada en el legado de Monseñor Romero.

Oscar Arnulfo Romero no merece este abuso de su nombre.

Paolo Lüers

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jueves, 25 de marzo de 2010

Columna transversal: Romero, ejemplo de coraje civil

En enero del año 1980 recibí en Berlin, Alemania, la visita de unos salvadoreños que dijeron ser guerrilleros de una cosa que llamaban Ejército Revolucionario del Pueblo. Lo que me contaron era tan grotesco que no les creí la mitad. Me hablaron de sacerdotes asesinados, de sindicalistas torturados, de profesores decapitados. Esta parte me pareció exagerada y dramatizada, pero en el fondo coincidía con lo que uno de izquierdoso se imaginaba que pasaba en este tipo de países salvajes en América Latina. Pero cuando me empezaron a contar de la guerrilla y de las milicias que estaban preparando la insurrección, me sentí defraudado. Otros poetas revolucionarios invocando la ira de las masas.

Los chavos me cayeron súper bien. La pasamos de maravilla en los barrios bohemios de Berlin. Compartimos preferencias en música, cine, literatura, filosofía. Compartimos el menosprecio al autoritarismo de los países comunistas. Nos hicimos amigos, pero no les hice caso. Me pidieron organizar una campaña de solidaridad, y yo les mandé con los grupos católicos enamorados de Ernesto Cardenal. Me retaron como reportero: ¿Por qué no vas a San Salvador y te enseñamos la represión y la revolución? Puedes ser testigo de algo grande.

Algo grande en su imaginación, les dije. Y despaché a San Salvador a un reportero de nuestro periódico que ya estuvo en Managua entrevistando a lindas mujeres comandantes y ministras. "Esté pendiente del 22 de enero", me dijeron en el aeropuerto, cuando nos despedimos. "¡Vamos a hacer temblar la dictadura!"

Una semana después recibí de nuestro corresponsal en Salvador las crónicas y las fotos de la marcha del 22 de enero y su represión. Y la entrevista con un comandante guerrillero, cuya cara ya había visto en Berlin, diciéndome: "Queríamos mandar un mensaje a los incrédulos..."

Me sentí como un idiota. Como un cínico que ya no es capaz de imaginarse otra cosa que fracasos, derrotas y mentiras. Cuando me hablaron mis amigos desde San Salvador, les pregunté: "Y ahora, ¿qué viene? ¿Más marchas? ¿Más muertos?"

"No, más marchas no. Más muertos sí, porque vamos a la guerra. Necesitamos apoyo".

Incrédulo que soy, nuevamente no les creí. Resulta que era cierto lo de las masas. Era cierto lo de la represión. Pero una guerra en un país como El Salvador, esto es un locura... Eso no funciona.

Cuando en marzo supe del asesinato de Romero y vi en televisión las escenas del día del entierro enfrente de Catedral, al fin entendí: Van a la guerra, a pesar de que es una locura. A pesar de que saben que es una locura. Y es más: No les queda otra.

Este día empezamos a organizar la campaña "Armas para El Salvador", que era otra locura en teoría imposible, pero en la práctica un éxito (político y financiero) sin precedentes. En un mes se reunieron más de 3 millones de dólares en una campaña abiertamente para armas. Y este mismo día de la muerte de Romero decidí: Estos locos del ERP tenían razón: Tengo que ir a El Salvador.

No voy a decir que es por Oscar Arnulfo Romero que estoy en El Salvador. No sólo no soy religioso, soy muy crítico del rol de la Iglesia en la política. Detesto que me sermoneen. Además, sospecho del culto a los héroes y aún más del culto a los mártires. Detesto esta parte de la cultura de izquierda.

Vine a El Salvador porque no pude resistir a unos locos que me dijeron: "Nosotros vamos hacer la guerra, aunque no hay condiciones. ¿Por qué no te encargas vos de documentarla, de hacerla visible?"

Me quedé en El Salvador, porque la manera cómo estos locos hicieron la paz me pareció aún más audaz y creativa que la manera excepcional cómo hicieron la guerra.

¿Qué tiene todo esto que ver con Oscar Arnulfo Romero, quien fuera asesinado hace 30 años? Algo tiene que ver, aunque repito, no tengo mucho uso para mártires ni para santos. Sigo amando este país por la enorme capacidad de lucha y la igual capacidad de reconciliación de su gente. Este es el legado de Oscar Arnulfo Romero. Este y una cosa que en alemán llamamos "Zivilcourage": coraje civil. El valor del individuo de actuar obedeciendo a sus valores cívicos; el coraje del ciudadano frente al Estado y la sociedad.

Mientras que algunos, invocando el nombre de San Romero, el mártir, quieren revitalizar las divisiones ideológicas, la mayoría, asumiendo el legado de Romero, el ciudadano con coraje civil, trabajan con ex-correligionarios y ex-enemigos en construir un proyecto común de país y de domocracia.

A estos otros, algunos de izquierda y otros de derecha, se debe que todavía me fascina la política en El Salvador. Así como a uno le fascinan las tareas no concluidas, los retos. Por eso, no solamente no pude dejar El Salvador, sino que tampoco pude dejar la política.

(El Diario de Hoy)

Carta a Don Ramón

Querido Don Ramón:

Un fantasma recorre la capital, primero en Merliot, después en el Mercado Central de San Salvador, en Plaza Mundo en Soyapango, en el centro histórico de Santa Tecla, en las ciclovías, en las universidades finas y menos finas...

El fantasma sos vos, don Ramón. Tu cara de repente aparece en miles de en camisetas, en calcomanías, en murales, en facebook, en youtube... Y nadie sabía a qué viniste.

Luego te transformas. Primero con cara feliz, de repente con cara de encachimbado: “¡Don Ramón está harto!”

¿Harto de qué, Ramón? ¿Y quién diablos está detrás de esto? En Santa Tecla vimos a los activistas de Oscar Ortíz con camisetas tuyas. Ah, ¡es el Frente quien está lanzando una campaña con don Ramón. ¿Estarán harto de Mauricio Funes? ¿O de las tarifas telefónicas?

Pero el mismo día reportan que la gente de Norman andan repartiendo tus camisetas en todos los mercados de San Salvador. Y dicen que Toby jr. también regala camisetas de Don Ramón. Igual que unos bichos que antes hemos visto con camisetas verdes del pescado. Y yo personalmente vi unas patrullas de la PNC con la calcomanía que decía: Don Ramón está harto...

Entonces, ¿qué diablos es la cosa que tiene hartos a todo el mundo, no importando partidos o credos?

¡La violencia! Ya te cachamos, don Ramón, andas en una campaña contra la delincuencia.

¿Pero quién está detrás de esto? Parece que nadie y todos. ¿Será cierto que al final se hacen escuchar los ciudadanos encachimbados?

Yo me uno. ¿Y sabés qué, Ramón? Somos más.

Que sigas jodiendo, viejo, este jueguito ya me empezó a gustar.

Esperando con qué más nos vas a salir, Paolo Lüers

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martes, 23 de marzo de 2010

Carta al Papa Benedicto XVI


S
u santidad, estimado paisano Joseph Alois Ratzinger:

Le escribo desde San Salvador. Aunque soy paisano suyo, aquí vivo desde el año 1981.

Entiendo que usted tiene en sus manos decidir sobre la santificación de Oscar Arnulfo Romero. Yo no me quiero meter en asuntos de la Iglesia, mucho menos en asuntos de santos, cosa que no logro entender.

Personalmente no tengo mucho uso para santos, ni para mártires ni para héroes. Así que a mi me da igual si ustedes lo declaran santo a Romero. Es un asunto interno de su Iglesia...

La izquierda radical convirtió a Romero en icono de su revolución. Ponen su silueta a la par de la del Che Guevara, y en El Salvador, su foto a la par de un señor llamado Schafick Handal quien en vida fuera secretario general del Partido Comunista.

Yo a Oscar Arnulfo Romero le hubiera dado un premio Nobel de Paz. Como esto no se dio, sería bueno que usted, como autoridad moral, le diera un reconocimiento público como ciudadano ejemplar, como un hombre con coraje civil ante el poder y ante el miedo.

Después pueden ver con calma lo del santo de la Iglesia y cómo reaccionan ante el hecho que ya otra ‘religión’ lo adaptó como santo de devoción.

A ver cuándo nos visita para ver con sus propios ojos cómo están usando para dividir la imagen de un ciudadano y líder que luchó por la reconciliación.

Respetuosamente, Paolo Lüers

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sábado, 20 de marzo de 2010

Carta a la jueza de menores María Isabel Ponce

Estimada señora:

Usted les puso el dedo a los medios de comunicación que publicaron la foto y el nombre del “niño” de 17 años que mató a cuchillazo a otro joven. ¡Esto sí es pronta justicia! Cero tolerancia con los criminales. Sobre todo los que publican fotos de asesinos sin pedirle permiso a usted. La felicito.

Usted cree que hay que proteger al joven asesino para que no se le vaya generar un trauma o un complejo por el rechazo que le pueden hacer sentir sus vecinos, una vez que conocen su cara y su nombre y lo que ha hecho. Ya ha pasado por mucho, viéndose involucrado en un acto de horrible violencia, teniendo que matar a un alumno del Inframen...

Usted cree que están equivocados los que pensamos que los periódicos tienen la obligación moral de informar y alertar a los ciudadanos. La publicación del reportaje sobre Jonatan, que para usted constituye un delito a perseguir, para nosotros es un servicio a la sociedad.

Quien quiere proteger a los delincuentes, obviamente no quiere ver este tipo de reportajes en los periódico. Quienes queremos proteger a los ciudadanos y a los miles de alumnos que quieren estudiar, no queremos ver a jueces como usted en los tribunales. Le recomiendo que se cambie de profesión y busque trabajo con los grandes proyectos de prevención que dice el gobierno que va a montar en todas partes.

Saludos, Paolo Lüers

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¿Un golpe de Estado del Frente y de ARENA contra Funes?

Querer superar el veto presidencial no es un intento de golpe de Estado o de derrocar al gobierno. Tampoco es un atentado contra la estabilidad de la Nación o contra el interés nacional. Es un derecho constitucional. Es un trámite normal en la democracia representativa. Es como funciona la autonomía de los poderes del Estado.

Igual que el Presidente tiene el derecho constitucional de vetar una ley aprobada por la Asamblea, los diputados tienen el derecho de superar este veto si alcanzan la mayoría calificada de 56 votos.

Entonces, ¿por qué algunos partidos, aunque en el fondo siguen estando de acuerdo con el aumento de 7 a 15 años de la pena máxima para delincuentes juveniles, tienen tanto miedo a votar contra el veto presidencial? ¿Por qué diputados normalmente muy sensatos como Rodolfo Parker y Ana Guadalupe Martínez reaccionan como si las fracciones del FMLN y de ARENA, que quieren superar el veto del presidente, estuvieran proponiendo a la Asamblea que invoque el artículo 87 de la Constitución que da al pueblo el derecho a la insurrección?

En todo este debate, la decisión del presidente de vetar un decreto aprobado casi con unanimidad, parece normal, pero la decisión de dos partidos de votar en contra de este veto parece desleal, polarizante, confrontativa y desestabilizadora. No extraña tanto que esta sea la posición de Casa Presidencial. Pero, ¿qué puede motivar a un diputado de tomar esta posición? Sólo se puede especular.

Cada uno tiene derecho de votar como le dicta su conciencia, su cálculo político o su interés. No hay ninguna necesidad de dramatizar la cosa artificialmente. Los diputados van a votar en pro o en contra de una reforma que aumenta las penas máximas para jóvenes de 16 y de 17 años que cometen delitos graves como asesinatos. No van a votar en pro o en contra de la gobernabilidad. A menos que algunos diputados siguen dramatizando de esta manera el conflicto. Por más que ellos hablan de que con este voto está en juego la gobernabilidad y la estabilidad del país, ellos mismos están creando este problema.

Yo podría aceptar y respetar la decisión de un diputado que genuinamente está en contra del aumento de las penas para menores de edad. Pero parece que nadie toma esta posición. Todos parecen estar de acuerdo en el fondo, pero algunos no quieren crearle una derrota política al presidente que presentó un veto mal argumentado.

¿Cuál es el problema de que todos los diputados que están convencidos que hay que aumentar las penas y que esta medida no tiene nada de inconstitucional, voten en favor de su decreto y en contra del veto presidencial? En este caso, no se genera ningún vacío legal ni tampoco una crisis entre los poderes. Nada de eso. En este caso, la Constitución manda que la Cámara de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia decida. Así tiene que ser: que la Corte tenga la última palabra sobre la constitucionalidad de la ley.

Entonces, ¿por qué algunos alertan que proceder así, haciendo uso de los pesos y contrapesos que define nuestra Constitución, atentaría contra el presidente y su capacidad de gobernar? El presidente y el ejecutivo tienen que aprender a gobernar dentro del marco de pesos y contrapesos que define nuestro sistema republicano. Ejercer oposición no es desestabilizar al país. Hacer uso de la independencia de los órganos del Estado, no es un minar la autoridad del ejecutivo. Dejar que la Corte Suprema decida sobre asuntos de constitucionalidad, cuando hay diferentes interpretaciones entre Asamblea y Ejecutivo, no es provocar una crisis constitucional.

Entiendo perfectamente que el presidente quiere hacer valer su criterio. Entiendo también que la banda de los 12 (ahora 13) se presta para ayudar al presidente, tenga o no razón. Tampoco esperaba del PCN que defendiera principios. ¿Pero qué diablos está buscando el PDC en esta coalición de rescate a un veto presidencial mal fundamentado?

(El Diario de Hoy)

jueves, 18 de marzo de 2010

Carta al canciller Hugo Martínez


Estimado Hugo:

¿Cómo te fue en Cuba? Lástima que a Cuba, a diferencia del viaje a Estados Unidos, no llevaron el montón de periodistas. Me hubiera gustado leer un reportaje sobre la fiesta de inauguración de la embajada salvadoreña en La Habana. Sobre tu discurso. l discurso del canciller cubano.

Sobre todo me hubiera encantado leer una crónica bien hecha que relata una reunión de nuestro canciller con los opositores cubanos. Para entender cómo ellos explican las huelgas de hambre.

¡Espérate! No me vas a decir que no aprovechaste tu viaje para reunirte con algunos representantes de la oposición política.

Porque si fuera así, no entiendo para qué sirve la apertura de las relaciones plenas con Cuba que fue la primera decisión del nuevo presidente salvadoreño. Yo siempre apoyé la idea que era necesario abrir las relaciones y romper el aislamiento de Cuba. En Alemania, una política consecuente de apertura y múltiples relaciones con el gobierno comunista de Alemania Oriental al fin consiguió que cayera el muro y el régimen totalitario.

Todos estos en contra del embargo contra Cuba. Todos estamos en favor de normalizar las relaciones con Cuba. Pero normalizar significa hablar con todos, no sólo con el gobierno.

Bueno, se me olvidó que en Washington tampoco hablaron con la oposición, aunque en este caso el State Department con gusto les hubiera hecho los contactos con los republicanos. Yo se que en Cuba es un poco más complicado. Pero, ¿quién te ha dicho que ser canciller no es un reto complicado que, a parte de buenos modales y refinados gustos, a veces requiere huevos?

Saludos, Paolo Lüers

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miércoles, 17 de marzo de 2010

Autogol de Casa Presidencial y diputados vacilantes

Uno no tiene que ser jurista para saber que el decreto de aumentar las penas máximas para delincuentes juveniles no es inconstitucional. Basta tener razón común para ver que el presidente se equivocó con su veto, basándolo en inconstitucionalidad.

El doctor Chico Bertrand Galindo, en su manera magistral de explicar asuntos de derecho, le dio una gran lección al presidente, explicándole en El Diario de Hoy que puede vetar una ley basándose en dos diferentes razones: por inconstitucionalidad o por inconveniencia política. O sea, para vetar no hay que inventar inconstitucionalidad.

Simplemente puede decir: No estoy de acuerdo. Y la Asamblea decidirá si le acepta el argumento de la conveniencia política o, para llamarlo de manera más prepotente, de la razón del Estado.

Funes y sus asesores (¿a saber quiénes le redactan los decretos y las argumentaciones jurídicas?) se equivocaron. Pensando que así estaban dando más peso a su veto, se fueron por la inconstitucionalidad para vetar la reforma a la ley penal juvenil.

El problema que no previeron: Ahora a los diputados, al llegar a la conclusión obvia que no existe inconstitucionalidad, no les queda otra que superar el veto. Incluso los diputados que están dispuestos a tomar en cuenta los argumentos políticos del presidente, no lo pueden hacer, porque el presidente se fue por la vía de la argumentación jurídica, la cual no tiene sustento.

Si el presidente hubiera vetado la reforma argumentando que está en contradicción con las políticas públicas que está implementando el gobierno, les hubiera salido mucho mas fácil a los diputados aceptar el veto.

Se hubiera armado un debate político, donde el presidente hubiera tenido buenas posibilidades de imponer su voluntad, dada la composición actual de la Asamblea y el carácter vacilante de varios partidos.

De hecho, la disposición de los diputados de PCN, PDC, GANA y CD de acatar el veto del presidente, no es basada en dudas en la constitucionalidad del decreto vetado, sino en consideraciones políticas. No quieren minar la posición del presidente. Y quieren ofrecerse a Casa Presidencial como potenciales aliados, o por lo menos como 'oposición constructiva'...

Hoy los diputados vacilantes actúan y argumentan como si el presidente hubiera observado, no vetado, la reforma a la ley penal juvenil. Hoy discuten como 'mejorar' su propio decreto.

Eso es precisamente el problema de los diputados vacilantes: Como el presidente armó berrinche y vetó, en vez de observar, y como el veto se hizo en base de inconstitucionalidad, sólo en base de inconstitucionalidad pueden cambiar su voto original y negarse a apoyar a ARENA y FMLN en su intento de superar el veto.

La votación en la Asamblea no puede ser si hacer caso o no al presidente en su argumentación política. Esto queda descartado desde Casa Presidencial se fue por la ruta equivocada de la inconstitucionalidad. La única votación razonable y basada en principios es sobre la constitucionalidad del decreto en cuestión. Caso perdido. Autogol de Casa Presidencial.

(El Diario de Hoy)

martes, 16 de marzo de 2010

Carta al fotoperiodista que registró un asesinato

Estimado colega:

Tomaste las fotos del asesinato del alumno Francisco Garay. Y ahora nuestro ex-colega y ahora presidente, Mauricio Funes, se atreve a cuestionarte por haber hecho tu trabajo.

La respuesta al presidente es: El país sería mejor y más seguro si cada uno estuviera haciendo su trabajo. Haciéndolo bien. Vos hiciste las fotos, las hiciste bien. Hiciste lo que es tu profesión y con eso, serviste al país que ahora ve estas fotos y discute a más profundidad el problema de la violencia juvenil.

La pregunta al presidente es: ¿Y usted hizo su trabajo? ¿Su ministro de Seguridad hizo bien su trabajo? ¿Su policía?

Así que no te dejés confundir, colega: Vos cumpliste. El presidente, ¿quién sabe? Nadie, mucho menos el presidente de la República, te puede cuestionar porqué hiciste fotos en vez de actuar para evitar el crimen. Actuar para evitar el crimen es el trabajo del presidente y de la policía. El trabajo nuestro es retratar la realidad, en fotos o en palabras, para informar al público y mover su conciencia.

Vos cumpliste con tu trabajo. A cabalidad.

Así se compone el país: cada uno cumpliendo lo que le toca, con responsabilidad, profesionalidad y eficiencia. Hoy hablan mucho de prevención. Pero la prevención no es inventar programas. El ministro que hace bien su trabajo, hace prevención del delito. El fiscal que hace bien su trabajo, hace prevención de violencia. Y así todos: el policía, el maestro, el fotógrafo, el escritor, el empresario, el trabajador social... y el presidente de la República. Si cada uno hace su trabajo con eficiencia, todos estamos previniendo la violencia.

Te felicito, hiciste lo que tuviste que hacer, estamos orgullosos de tu trabajo. Si al presidente, al ver tu fotos, sólo le preocupa si van a afectar su veto contra el aumento de las penas para asesinos juveniles, esto ya no es tu problema. Es un problema serio para el país que el presidente reaccione así...

Tu colega Paolo Lüers

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lunes, 15 de marzo de 2010

Un gobierno común y corriente

Así que el viaje del presidente Funes a Washington fue un éxito. Así lo dicen los prominentes periodistas que lo acompañaron.

Ahora Funes se graduó de “líder regional” -porque así se refirió Obama a su huésped.
Lo que no nos contaron es que la presencia de un nuevo “líder regional” sólo tuvo mención en el saludo protocolario que pronuncio Obama en la Casa Blanca, pero no tuvo ningún impacto en los medios. Ni el New York Times ni el Washington Post ni el Wall Street Journal mencionaron la magna visita. Sólo apareció en Estados Unidos en algunos medios latinos.

Fue una visita de rutina. Fue un éxito, porque se amarró la prolongación del TPS para los inmigrantes salvadoreños y porque sirvió para normalizar las relaciones diplomáticas entre San Salvador y Washington con el nombramiento del embajador salvadoreño en Estados Unidos. Para un gobernante electo por un partido como el FMLN, es un éxito la manera normal y rutinaria que la Casa Blanca ha recibido a Mauricio Funes.

Pero sólo quien está demasiado atraído por la cercanía al poder puede confundirse y pintar la visita en Washington como un evento trascendental y como prueba del liderazgo del presidente Funes. ¿Cuál liderazgo centroamericano? En el asunto hondureño, dicen todos en coro. La verdad es que Funes se ha plegado de manera muy pragmática y prudente a la política norteamericana hacia Honduras, primero cuando Washington decidió acompañar al ALBA en la campaña internacional para aislar a Honduras; y también cuando Washington al fin decidió facilitar el reconocimiento internacional del gobierno Lobo. Esto convierte a Funes en un enlace importante para los hondureños para volver a ingresar al SICA y a la OEA, ¿pero en líder regional? ¿Líder de quiénes? Seguramente no de los hondureños, quienes con todo derecho siguen desconfiando de quienes los abandonaron y les querían imponer la permanencia de Zelaya en el poder. De qué manera Funes se puede haber convertido, de la noche a la mañana y en Washington, en un líder para Honduras, Panamá, Costa Rica y Guatemala, sigue siendo un enigma.

Para realmente convertir su visita a Washington en un evento importante y en un exitoso más allá de la rutina y cortesía diplomática, Funes tendría que haber hecho varios movimientos audaces. Para realmente dar sentido político a sus reuniones con el liderazgo de las dos cámaras del Congreso, Funes tendría que haberse reunido con la oposición republicana. No lo hizo. Se reunió con los dirigentes demócratas. Con los más cercanos. Nuevamente: se puede llamar éxito el hecho que los máximos dirigentes demócratas del Congreso recibieron al presidente salvadoreño. Es un éxito, si antes existía duda de si lo iban a tratar con toda normalidad o como bicho raro. Lo trataron con normalidad. ¿Y qué? ¿Este es le gran éxito?

Un evento político trascendental hubiera sido sentarse y dialogar a calzón quitado con los dirigentes republicanos. Meterse en la cueva del león, de donde provienen los obstáculos para el TPS, para un aumento de la asistencia norteamericana a un gobierno del FMLN, y sobre todo, para la reforma migratoria.

No mencionar en Washington en voz alta la necesidad de una reforma migratoria puede haber correspondido a la compleja coyuntura interna que enfrenta Obama. Pero de ninguna manera al interés de El Salvador y Centroamérica. Tal vez no hubiera sido prudente presionar a Obama en este punto, sabiendo que él ahora tiene otras prioridades que negociar con la oposición republicana. Pero confrontar a los republicanos con la necesidad impostergable de la reforma migratoria para Centroamérica hubiera sido un paso en la dirección correcta. Incluso, quien sabe, en dirección de un liderazgo regional...

La otra importante misión en Washington eran las negociaciones con los organismos monetarios internacionales: Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo Monetario. También esta parte los corresponsales de la Corte presidencial nos la pintan como gran éxito, cuando en verdad es ejemplo triste de falta de sinceridad, estrategia y audacia.

Si de verdad los organismos internacionales, para soltar más créditos adicionales para El Salvador, querían ver a los representantes de los partidos en la mesa de negociación en Washington, es porque exigen como condición que el gobierno entre en una concertación con la oposición, encaminada a un pacto fiscal que no sea impuesto, sino consensuado con oposición y empresariado. Si esto era el reto estratégico que los organismos internacionales pusieron a El Salvador, obviamente salimos reprobados. El hecho de que Casa Presidencial, que no tenía previsto invitar a ningún representante de ningún partido al viaje a Washington, trató de convocar a los dirigentes partidarios a última hora, es sólo la muestra patética de otro problema mucho más serio: no existe proceso de concertación. Lo que a última hora trataron de montar en Washington era un show de algo que no existe. Los famosos “pueblos Potemkin” que el gobernador mostró al Zar, pero que eran puras fachadas...

¿Cómo proyectar en Washington unidad y concertación nacional, si a los partidos los convocan a última hora y sin concertación previa? Y con el resultado de que ni siquiera el jefe de su propio partido aceptó acompañar al presidente en estas condiciones...

Así obviamente no se prepara una visita en Washington, si realmente se quiere más que la normalidad y rutina. O sea, si se quiere más que lo mínimo: que me reconozcan como legítimo gobierno común y corriente.

Si se quiere más que esto y logros tangibles, hay que trabajar en casa y en Washington de otra manera. Hay que concertar antes en casa y conjuntamente llevar el resultado a Washington, a la Casa Blanca, a la oposición republicana y a los organismos internacionales. En este sentido, la visita de Funes a Obama fue una oportunidad no aprovechada.

(El Diario de Hoy)

sábado, 13 de marzo de 2010

Carta al Coordinador General del FMLN, Gerardo González

Estimado Medardo:

Pocas veces hemos estado de acuerdo últimamente. Pero cuando tienes razón, tienes razón.

Tuviste toda la razón del mundo de no ir a Washington, cuando te lo pidió el presidente Funes en el último momento.

Las visitas de Estado se planifican durante meses. Quién acompaña al presidente y quienes no, esto es un mensaje político. La decisión de Funes era clara, durante meses: No necesito llevar a los partidos políticos, la visita a Obama es mi momento de fama...

Y de repente alguien en Washington le habrá dicho: Miren, cuando se reúnen con las gallinas de oro (Banco Mundial, etcétera), quieren verlos juntos, el presidente con los partidos, el gobierno con la oposición...

Entonces, de la noche a la mañana te invitó el presidente: Arregle sus maletas y váyase a Washington, para la foto de unidad nacional...

Y vos le dijiste: No, señor presidente, así no se hace política. Mucho menos política de unidad nacional. Esto es falta de seriedad. Estas cosas se planifican. Se hacen por consenso, no por orden presidencial...

¡Muy bien, Medardo! Me imagino que también le dijiste que la aprobación de préstamos se hace en la Asamblea, no en una reunión improvisada en Washington. Si quiere presentar en Washington unidad nacional, tiene que hacer una concertación previa. Y si esta ni siquiera la puede hacer con su propio partido, ¿de qué unidad estamos hablando?

Te felicito por esta actitud de dignidad, igual que en el caso de las penas para asesinos juveniles. Votar con ARENA contra el presidente quiere huevos.

Saludos, Paolo Lüers

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jueves, 11 de marzo de 2010

Carta al ministro de Seguridad

Estimado Manuel Melgar:

Te dejaron con las maletas hechas. Neles, pasteles, nada de conocer la Casa Blanca desde adentro. Nada de codearse con los jefes del FBI, CIA, DEA...

Cuando el presidente te nombró ministro de Seguridad, lo hizo a pesar de las advertencias de los gringos. Ellos dejaron bien claro: “Melgar está vetado. No le daremos visa. No es bienvenido en Estados Unidos. Si lo nombran, se complica la cooperación en materia de Seguridad...”

Es que los gringos no se olvidan de lo que llaman “la masacre de la Zona Rosa”, cuando un comando guerrillero ejecutó a cuatro marines miembros de la seguridad de su embajada. Y como vos fuiste uno de los comandantes responsables de esta acción, puedes ser muy ministro ahora, pero nunca te van a dejar entrar a Estados Unidos.

Y aunque no lo digan en público: Por más que el presidente Funes se declare amigo de Obama, los que dirigen las instituciones de seguridad de Estados Unidos nunca tendrán plena confianza a un gobierno salvadoreño que nombra como ministro de Seguridad a un personaje vetado por ellos.

¿No te sientes humillado cuando el canciller Hugo Martínez declara a la prensa que no te llevaron a Washington, porque no había cupo ara todo el gabinete, y que tampoco se llevaron a la ministra de Salud? ¿No te da pena que el canciller tenga que decir mentiras, cuando es tan obvio porqué no te pudieron llevar a visitar a Obama?

Saludos, Paolo Lüers

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Columna transversal: No hay proyecto cultural, ni adentro ni afuera del gobierno

Así como no han tenido liderazgo cuando estaban instalados e investidos en los puestos de mando de la Secretaría de Cultura, tampoco lo tienen ahora que Casa Presidencial los mandó al carajo. Ni liderazgo, ni rumbo, ni proyecto claro..

Esa es la impresión triste que causa el reportaje videográfico que publicó El Faro de una reunión en La Luna, donde se dieron cita todos los artistas que se sentían ofendidos por la decisión del presidente de despedir a Breni Cuenca de la cartera de Cultura. Frustración, rabia, tristeza y, sobre todo, impotencia y falta de decisión. Es genial el título que dieron a este reportaje: "Y ahora, ¿cuál es el plan, capitán?"

Resulta que no hay plan ni mucho menos capitán. Esta patética reunión tuvo lugar un día después de la sustitución de Breni Cuenca. A los protagonistas se nota que todavía estaban bajo efecto del trauma: ¡Los agentes del cambio despedidos por el presidente del cambio! Ahora ha pasado un mes, y ni la ex-Secretaria de Cultura, ni sus ex-directores que medio renunciaron, medio fueron despedidos, ni nadie de los artistas ofendidos ha presentado una propuesta a los cientos de artistas, escritores, teatreros, bailarines, trabajadores de cultura afectados por la acefalía de la Secretaría de Cultura y por el cinismo de Casa Presidencial.

Proyectos e instituciones culturales se han quedado paralizados. Muchos se han quedado sin contratos y pagos, y en la acéfala Secretaría de Cultura no hay nadie que puede arreglar la situación de los artistas y que han quedado literalmente colgados de la brocha. La Compañía Nacional de Danza es sólo un ejemplo. Los bailarines están ensayando diariamente, sin saber quién va a responder por sus contratos, salarios y gastos.

Los que hasta hace poco han manejado la cartera cultural del Estado, se quejan de su situación, pero no han asumido el compromiso de defender su proyecto cultural (y los intereses de los artistas involucrados) en la arena pública y política del país.

Es increíble: Entre todos los artistas e intelectuales afectados y ofendidos por la manera cómo el poder presidencial los trata a ellos y la cultura, no son capaces de articular una acción colectiva contra el gobierno que todos ellos denuncian, en los cafetines y blogs, como autoritario, arrogante e indiferente a la cultura...

El dilema que los tiene paralizados es el siguiente: Están en contra de cómo actúa este gobierno, pero no quieren convertirse en opositores. Como el gobierno es "de izquierda", tienen miedo que, una vez que asumen posturas de crítica y oposición, los tilden de derechistas. No quieren verse en mala compañía con otros que hemos criticado este gobierno "del cambio" desde el principio. El miedo de que les digan '"traidores" los hace traicionar su propia causa y la decencia...

Entonces, que no anden llorando. Si son tantos los descontentos, pero no tienen el valor de convertirse en un problema para el presidente, entonces tampoco hubieran hecho nada útil continuando en la Secretaría de Cultura. Si tienen un proyecto coherente, ¿cuál es el problema de articularlo y empujarlo desde la oposición a un gobierno que los expulsó?

¿No hemos sido oposición toda la vida, y no es la crítica nuestro arma principal como intelectuales? ¿No es la crítica un elemento fundamental para la cultura? ¿Entonces, por qué no la usan ahora, en público, para defender un proyecto político y cultural? No me van a decir que uno tiene que estar en el gobierno y ser amigo del presidente para desarrollar un proyecto cultural (y político) verdaderamente de izquierda, o sea crítico, rebelde, creativo y autónomo...

(El Diario de Hoy)

martes, 9 de marzo de 2010

Telegramas a gobernantes que nos deben respuestas

Estimado presidente de CEPA:

¿Cuándo va a empezar a trabajar el puerto de La Unión que nos regaló Japón?

Estimada ministra de Salud:

¿Ya pusieron la segunda piedra al nuevo Hospital Maternidad?

Estimado director de Correos:

¿Me puede conseguir la dirección de la Ciudad de la Mujer? Por más que busco, no puedo encontrar esta institución creada por la primera dama...

Estimado subsecretario de Transparencia:

¿Y la Ley de Transparencia que usted promovió cuando era representante de Transparencia Internacional en El Salvador, todavía tiene apoyo de Casa Presidencial? En caso que no, ¿cuándo va a renunciar, para seguir la lucha desde afuera del poder?

Estimad primera dama y secretaria de Inclusión Social:

Si va a nombrar a un sustituto de la titular de Cultura que despidió, ¿será antes o después de que se desplomen las instituciones culturales que ahora no tienen quien les firme contratos o cheques?

Estimado secretario de Comunicación de la Presidencia:

¿Qué ondas con el Canal 10, ‘la señal del cambio’? ¿Cuál cambio?

Estimado ministro de Defensa:

¿Podría ser tan amable de hacer público el informe que por ley tuvo que entregar al presidente en febrero sobre el impacto del despliegue de la Fuerza Armada sobre la seguridad ciudadana?

Estimado ministro de Hacienda:

¿Cuántos fondos del presupuesto 2010 se han transferido de los ministerios a la partida de gastos imprevistos de Casa Presidencial, haciendo uso del mismo mecanismo legal que utilizó el ex presidente Saca?

Estimado ministro de Seguridad:

¿Me podría proporcionar copia del Plan de Seguridad, o todavía no existe?

Todos los telegramas los firma atentamente Paolo Lüers

(Más!)

Pactos

En la última fase de la contienda electoral, los estrategas de la campaña de Mauricio Funes tomaron una decisión que posiblemente les aseguró la victoria: mostrar caras de un posible gabinete de Funes.

Y eran caras que a los electores de clase media urbana les daban la confianza que votando por Funes no estaban votando por un gobierno del FMLN, sino por una izquierda moderna, democrática, plural. Apareció a la par de Funes la cara de Héctor Silva, la víctima emblemática de la depuración que el FMLN había hecho de la tendencia reformista en sus filas. Apareció el doctor Héctor Dada, dirigente socialcristiano de reconocida trayectoria anti-autoritaria. Aparecieron intelectuales como Roberto Turcios, quienes tienen años de distancia crítica de la ortodoxia y de las prácticas anti-democráticas del FMLN. Junto con el economista Alex Segovia, un ex-asesor del gobierno de Duarte, y los empresarios del grupo Cáceres, estas caras se presentaron como ‘los hombres de Funes’ que iban a gobernar. Ningún dirigente ni comandante del FMLN apareció en estas fotos...

Al mismo tiempo, los estrategas de la campaña de Rodrigo Ávila impidieron celosamente que su candidato hiciera algo parecido. No permitieron que Ávila hiciera caso a los consejos de muchos de sus amigos y presentara, en esta última fase de la batalla electoral, su equipo de gobierno, con caras muy diferentes a los personeros que controlaban al partido y Casa Presidencial. Pero estos personeros también controlaron la campaña y no permitieron que Rodrigo Ávila se rodeara de un equipo de gobierno que no sean ellos mismos.

Así que en la recta final de la campaña presidencial se presentaron dos candidatos que enfrentaron el mismo problema principal: la sombra de sus partidos. Ambos enfrentaron el mismo doble reto: la gente tenía serias dudas de su capacidad personal de gobernar; y al mismo tiempo tenía miedo que se iba a imponer el continuismo - en un caso el continuismo de la administración Saca; en el otro caso el continuismo de la ortodoxia del FMLN. La gente no quería ni ortodoxia ni continuismo, ni de la derecha ni de la izquierda.

Las dos campañas, en la recta final, enfrentaron de manera muy diferente estos retos: Funes se presentó con personalidades con credenciales de independencia frente al FMLN; y Ávila se presentó básicamente cercado y controlado por los personeros claves de la era Saca en ARENA y en el gobierno.

Ganó el más audaz. Ganó el que logró que lo percibieran como el candidato con más independencia de su partido.

Sin embargo, gobernar es otra cosa. ¿Qué papel juegan en el gobierno Funes las personas de la izquierda que son independientes del FMLN y de sus padrinos en Cuba y Venezuela?
Son instrumentales para administrar, junto con los empresarios amigos de Funes, la parte del ejecutivo que no fue entregado al FMLN. Se concentraron, sobre todo, en las secretarías (Técnica, Asuntos Estratégicos, Cultura, Comunicación...) de la Presidencia, en Economía y en el FISDL. Algunos ya fracasaron rotundamente: Todo el montón de intelectuales de izquierda independiente que entró con Breni Cuenca a la Secretaría de Cultura, ya perdieron la ilusión que desde el poder y respaldado por la autoridad del presidente iban a crear un proyecto fuerte de izquierda democrática, creativa, plural - o cambiando al FMLN o creando una nueva fuerza izquierda que compita con los ortodoxos y chavistas. El presidente ya los expulsó del poder, dejando claro que su proyecto nada tiene que ver con cambiarle de polaridad a la izquierda salvadoreña.

Otro importante proyecto frustrado de la izquierda democrática es el de la transparencia. Funes creó una subsecretaría para el tema, nombró como titular a uno de estos personajes de la izquierda independiente, quien además fue uno de los protagonistas de la amplia iniciativa de ciudadanos e instituciones que presionaron por una Ley de Transparencia... y enterró el proyecto. Nada de Ley de Transparencia, nada de erradicar el uso de los fondos discrecionales de Casa Presidencial, nada de cambio de la Ley de Presupuesto que permite pasar fondos de los ministerios a Casa Presidencial...

El hecho que el sub-secretario de Transparencia no haya sido despedido, como lo fue la secretaria de Cultura, es debido a que aún no se ha negado a acatar ordenes del presidente.
¿Y los demás representantes de ‘la otra izquierda’? En Economía, haciendo lo posible para mantener un mínimo nivel de estabilidad y confianza en lo macro-económico. En el FISDL y en la sub-secretaría de reforma territorial, haciendo lo imposible para crear contrapesos a la manera como el Frente está traduciendo su presencia en el gobierno en estructuras de control territorial y ventaja electoral.

Frente al FMLN, que sí tiene estrategia a mediano y largo plazo y que sí tiene organización territorial capaz de acumular y de absorber esfuerzos e inversiones realizadas desde el poder del ejecutivo, estos personajes de la otra izquierda operan en defensiva. Están en total desventaja: No tienen plan, porque no han entrado al gobierno como grupo, sino cada uno por su lado. Entrando así, han roto sus canales de concertación con el resto del espectro político, incluyendo con sus tradicionales socios en el resto de la centro-izquierda y el centro. El único aliado que tenían, el presidente, los ha abandonado en su proyecto político de usar el poder para crear una izquierda diferente. El presidente, al sellar su pacto con el FMLN, se dio cuanta que acababa de empeñar este proyecto. Le queda el plan B, un proyecto conjunto con sus amigos empresarios de usar los cinco años en el poder para acumular poder económico...

Para esto tiene que mantener a flote su gobierno. Para esto necesita que lo sigan apoyando los idealistas de la otra izquierda, que le ayudaron a ganar las elecciones y a llenar parte de su gabinete. El pacto con el FMLN no le permite a Funes gobernar bien. Pero el pacto con personajes de la izquierda democrática por lo menos le permite seguir escondiendo la incapacidad de este gobierno de enfrentar los retos de seguridad y de crecimiento económico. Si además logra vender a la empresa privada la idea de una alianza de gobernabilidad paralela al pacto que tiene con el FMLN, Funes puede pensar que podrá pasar los cinco años flotando: sin resolver, pero sin hundirse.

Pero un gobierno que no resuelve, tal vez no cae, pero sí hunde el país. Problemas no resueltos se acumulan y profundizan. Todos sus aliados -los de hecho de la izquierda democrática que ya están comprometidos con Funes, y los potenciales aliados en sectores de derecha y del sector empresarial, deberían revisar bien su estrategia. Para esto es indispensable que vuelvan a dialogar entre ellos.

Juntos posiblemente podrían obligar al presidente a definir claramente su relación con el FMLN: O rompe el pacto - o de una vez por todo se define como parte de la estrategia del FMLN de tomar el poder total en el 2014.

En ambos casos, la actual oposición y el sector privado podrían negociar con el gobierno la gobernabilidad. En caso de reafirmarse el pacto Funes-FMLN, habría que buscar un pacto mínimo para evitar que el país y su economía colapsen. La derecha y la empresa privada aportando a la gobernabilidad desde la oposición. Oposición y gobernabilidad no son excluyentes.

En el caso poco probable de una ruptura entre Funes y el FMLN, sería un pacto de formar un gobierno de transición con apoyo del sector privado, de la izquierda democrática y de las derechas.

Lo que no se puede aceptar al presidente es un sistema de pactos paralelos: con el FMLN contra la derecha, y con los empresarios contra los peligros que implica el pacto con el FMLN. Y con la ‘otra izquierda’ contra FMLN y ARENA...

Esta política de los pactos compartimentados llevará al país a la verdadera ingobernabilidad.

(El Diario de Hoy)

sábado, 6 de marzo de 2010

Carta a un agente de la PNC


Es
timado amigo:

Yo sé que vos se sentiste horrible cuando te tocó acompañar la marcha de los pandilleros. Lo leí en tu cara. No hubiera querido estar en tus botas este día...

No sé cómo tus jefes te han explicado la situación. ¿Cual era la misión? ¿Proteger a los pandilleros contra la rabia de los ciudadanos o cuidar para que no asalten a ningún cristiano?

¿O les han dado instrucciones de filmar la marcha, cara por cara? ¿Cuántas ordenes de captura habrán desfilado este día bajo la mirada frustrada de los policías y de los vecinos?

¿Qué te han dicho las señoras de las ventas que vieron marchar a los pandilleros que les cobran la renta?

¿Y viste los carteles que llevaban? Exigiendo que se les mantenga el derecho de visita íntima. Vos sabés mejor que yo que uno de los grandes negocios en las cárceles es que les llevan putas para la visita conyugal, cada semana otra.

¿No te dio vomito escuchar a los pandilleros hablar de derechos humanos y garantías constitucionales? ¿O llevar pancartas escritas en oficinas de estudios legales?

Yo sé que vos tenías ganas de ponerles un cerco, revisarles el DUI a cada uno, y arrestar a los que llevan orden de captura. No se pudo. Hay que acatar órdenes.

Tal vez la próxima vez.

Saludos, Paolo Lüers

(Más!)

jueves, 4 de marzo de 2010

El plan que nadie conoce

Hoy sí es para preocuparse. Aunque nos causa mal de estómago, ya nos habíamos acostumbrado a la extraña idea de un plan nacional de Seguridad que no conocemos, pero del cual mucho se habla. Pero ahora, en una entrevista de televisión, el Fiscal General Romeo Barahona, confesó que tampoco conoce el plan. O sea, el muy Fiscal General de la República no sabe más que cualquier otro pelón de aquel asunto que el ministro de Seguridad llama “una política de Estado, construida colectivamente, una política integral” (citado de la página Web de Casa Presidencial).

A los que tenemos la tendencia a dudar (y no conceder con facilidad el beneficio de la duda), ya nos pareció sospechoso el tortuoso proceso de ‘consultas’ que el presidente y su gabinete de seguridad pusieron en escena durante una semana completa. Hablando con varios de los convidados, se confirmó que no fueron consultas, sino presentaciones publicitarias: un día a los empresarios, otro día a los alcaldes, luego a los jueces, después al ‘movimiento social’, finalmente a los diplomáticos...

Ahora resulta que el Fiscal General de la República, a quien la Constitución pone al frente de la investigación y persecución penal, no ha tenido ninguna vela en este entierro. El jefe de la fiscalía ha sido ‘consultado’ como cualquier periodista, cualquier alcalde o cualquier dirigente de una organización de homosexuales que representa frente al ‘gobierno de la unidad nacional’ al ‘movimiento social’...

Era obvio que todas estas reuniones, por muy largas que hayan sido, no eran para consultar, mucho menos para “construir colectivamente una política del Estado”, como nos trata de vender el ministro Melgar. Estas asambleas eran para que nos cuenten. Lo que no es muy cortés, pero talvez no es tan grave, en el caso del alcalde de la isla de Meanguera o del director de una ONG de Medio Ambiente. Pero sí en el caso del Fiscal General de la República es muestra de una gravísima falta de voluntad (o capacidad) de “construir colectivamente.”

Si ahora nos cuenta el Fiscal General que su institución no ha participado en la elaboración del Plan de Seguridad, y que incluso hasta la fecha no lo conoce en su totalidad, significa que no hay plan. Así de simple. Por lo menos no hay plan que sea ‘integral’, ni mucho menos ‘del Estado’. Sospecho que todo lo que hay es un plan mediático.

Un plan es una cosa puesta en papel que explica qué se va a hacer, con qué objetivos, con qué fondos, con qué métodos, con qué plazos, bajo la responsabilidad de quién y con qué mecanismos de control y evaluación.

Un plan de este tipo, para volverse ‘del Estado’, tiene que ser resultado de un esfuerzo conjunto de las diferentes instituciones del Estado competentes. Si son instituciones independientes del poder ejecutivo, como la fiscalía y el órgano jurídico, no es suficiente que les cuenten, tienen que consensuar con ellos.

En este caso, a todos les han contado, y ni siquiera todo el cuento. Cuesta imaginarse que el Fiscal General de la República, a esta altura, no tenga el plan completo en sus manos. Sólo hay dos explicaciones: O no confían de una institución y su titular que no está bajo control del ejecutivo, o no hay plan que resista una revisión por parte del Fiscal General. Ni siquiera un plan parcial del ejecutivo.

(El Diario de Hoy)

Carta al Fiscal General de la República

Estimado Lic. Romeo Barahona:

Hoy sí estoy asustado. Aunque nos causa mal de estómago, ya nos habíamos acostumbrado a la extraña idea de un plan nacional de Seguridad que nadie conoce, pero del cual se habla mucho. Pero hoy en la mañana, en una entrevista suya en televisión, me doy cuenta que ni siquiera usted conoce el plan. O sea, el muy Fiscal General de la República no sabe más que cualquier otro pelón de lo que el ministro de Seguridad llama “una política de Estado, construida colectivamente, una política integral” (citado de la página Web de Casa Presidencial).

Ya me pareció sospechoso el tortuoso proceso de ‘consultas’ que el presidente y su gabinete de seguridad pusieron en escena durante una semana completa. Que al final no fueron consultas, sino presentaciones publicitarias: un día a los empresarios, otro a los diplomáticos, otro día a jueces, otro al ‘movimiento social’, otro a los alcaldes.

Ahora resulta que usted, como Fiscal General, no ha tenido ninguna vela en este entierro. Ha sido ‘consultado’ como cualquier periodista, cualquier alcalde o cualquier dirigente de una organización de homosexuales, representando al ‘movimiento social’ y las ONGs...

Era obvio que estas reuniones no eran para consultar, mucho menos para “construir colectivamente”, como nos trata de vender el ministro Melgar. Esta asambleas eran para que les cuenten. Lo que talvez no es tan grave en el caso del alcalde de la isla de Meanguera o del director de una ONG de Medio Ambiente. Pero sí es gravísimo en el caso del Fiscal General de la República.

Si Usted nos cuenta que como Fiscalía no han participado en la elaboración del Plan de Seguridad, y que incluso hasta la fecha no lo conocen en su totalidad, significa que no hay plan. Así de simple. Por lo menos no hay plan que sea ‘integral’, ni mucho menos ‘del Estado’.

Sospecho que todo lo que hay es un plan mediático. Y sigue la improvisación...

Paolo Lüers

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martes, 2 de marzo de 2010

Carta a mis colegas periodistas de deportes


¿
Qué les pasa, colegas?

En Vancouver terminaron unos Juegos Olímpicos - y aquí ni nos dimos cuenta que empezaron, porque en los periódicos y noticieros simplemente no tuvieron lugar.

Los salvadoreños no han podido ver las batallas de hockey sobre hielo. No se han podido enamorar de la belleza de las parejas chinas de patinaje sobre hielo. No se nos paró el corazón viendo la audacia de los hombres voladores suizos, porque nadie transmitió el salto de esquí. No vimos como las chicas alemanas desafiaron las leyes de la gravedad en las carreras del eslalon alpino.

Okay, fueron olimpiadas de invierno, deportes del frío, de la nieve y del hielo. Son deportes que aquí no practicamos. Pero si esto fuera una razón válida, tampoco deberían transmitir en El Salvador el mejor fútbol del mundo. Porque este tampoco se practica en El Salvador.

Las carreras de patinaje de velocidad y de esquí alpino, las competencias de patinaje de parejas, y los saltos de esquí tienen una belleza universal. Esta bellaza la puede apreciar cualquiera, aunque nunca haya tocado la nieve. Para entender y amar el hockey sobre hielo no es necesario haberse deslizado sobre pistas de hielo...

Los Juegos Olímpicos de Vancouver han sido un espectáculo bellísimo. Un regalo de los países nórdicos para el mundo entero. Los salvadoreños se lo perdieron, por culpa de ustedes. ¡Qué lástima que nuestros medios son tan provincianos!

Me hubiera encantando poder compartir con mis compatriotas guanacos el dramatismo del esquí alpino y la belleza del patinaje. Lástima que aquí los editores de deporte no piensan más allá de la Liga Española...

Saludos, Paolo Lüers

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