jueves, 27 de diciembre de 2007

TRES SALIDAS EN FALSO


S
uficientes resúmenes del año han sido publicados. No hace falta otro. Voy a limitarme a resaltar algunos eventos/procesos con potencial de cambiar el mapa político del país:

1) La salida en falso de Mauricio Funes y Leonel González en la carrera presidencial. En deporte, la segunda es la vencida. No aplica en este caso, porque empezaron a correr tan temprano que aún no había nadie en el estadio, ni competidores, ni público, ni jueces. Por esto nadie los sancionó. Sólo que cuando toque la salida de verdad, contra competidores reales, ellos ya estarán agotados.

Pero broma aparte: El FMLN necesita este tiempo extra --y con gusto paga su costo-- para lograr transformarse de oposición maximalista y ortodoxa en contendiente real por el poder, por primera vez.

Una vez eliminada toda oposición interna de sectores renovadores y reformistas, el candidato "civil" Mauricio Funes facilita a la cúpula del FMLN la adopción de posiciones reformistas y pragmáticas, necesarias para poder competir exitosamente en elecciones presidenciales. Con Héctor Silva hubieran podido ganar, pero con él el ala renovador hubiera tomado control del partido. Con Mauricio no existe este peligro, porque ya no existe ala renovador.

2) El intento de Arturo Zablah de convencer al FMLN a construir una amplia alianza. Se abortó con la nominación prematura de Funes. Su plan B --abrir una vía alterna al cambio y a la alternancia-- también se frustró. Dejando colgados de la brocha a sus potenciales socios en CD y FDR.

Con esto se confirma la incapacidad de la izquierda socialdemócrata de articularse como fuerza política. Existe, tiene fuerza e influencia como corriente de pensamiento, pero no logra competir por el poder.

3) La tercera salida en falso, la de René Figueroa, provocada por un tiro de salida falso a manos de Ana Vilma Escobar, también se frustró. Tiro por la culata: En vez de continuismo, habrá un viraje estratégico en ARENA, una apertura, un posicionamiento nuevo como partido reformista del centro...

Aunque al final de este año, ARENA aún está buscando construir consensos sobre su apuesta estratégica y su fórmula, ya está clara la dirección de su viraje.

4) La toma de control de la Universidad de El Salvador por parte del FMLN, que tomó partido en las elecciones universitarias, las ganó, puso rector, y ahora está en el escaparate: Quien quiere ver lo mal que gobierna el Frente, ya tiene dos ejemplos a estudiar: la alcaldía de San Salvador y la UES.

El FMLN va a tratar de contrarrestar estas manchas con una maniobra audaz y muy pragmática: Sacrificar a la fracasada alcaldesa Violeta Menjívar y ofrecer un concejo capitalino plural, con participación de profesionales independientes y otros partidos de izquierda, con un candidato a alcalde externo. Alguien como Héctor Silva o Héctor Dada. Si van solos, de cualquier manera pierden la capital, y con esto las presidenciales. Entonces, mejor ofrecer un escaparate nuevo: "Vean, somos capaces de ser flexibles, abiertos y plurales"…

5) La salida de Will Salgado es el inicio del fin del PCN, por lo menos en su rol parasitario de proveedor de mayorías. Con Salgado en el PDC, serán Rodolfo Parker y Ana Guadalupe Martínez con quienes habrá que hablar de gobernabilidad. Aunque a muchos no le guste, por lo menos será gobernabilidad concertada, ya no la gobernabilidad comprada al PCN. Y esto independiente de quien sea el residente de Casa Presidencial.

6) El "efecto Tony Saca". Saca sigue siendo el político más popular del país. Y por una sola razón: sus políticas sociales. Lo que sólo logrará capitalizar a favor de su partido si decide apoyar al viraje y sintonizarse con el nuevo discurso que adoptará el candidato. Las 19 medidas sociales de su "Alianza para la Familia" (nombre equivocado para políticas correctas) apuntan en esta dirección, y seguramente tendrá otros panes en el horno. Sorpresas incluidas.

7) Suchitoto, 2 de julio. La realidad detrás de los discursos. Demostraciones de fuerza del FMLN y del aparato de seguridad del Estado. Se exhibe el potencial y la disposición a provocar violencia. El Frente feliz por tener presos políticos. El gobierno feliz por poder aplicar su ley antiterrorista. Los moderados de los dos lados apartados de las decisiones y obligados a asumir el discurso bélico de los halcones.

¿Ya es cosa del pasado, ahora que todos hablan suave? Será pasado cuando en ambos bandos los candidatos y las direcciones digan públicamente: "Suchitoto fue un error, no volverá a pasar".

(Publicado en El Diario de Hoy)

miércoles, 26 de diciembre de 2007

NO HAY DERECHO AL PODER

Alternabilidad, alternancia..., palabras mayores en estos días. Con razón, se trata de la esencia de la democracia: Todos tienen la posibilidad de llegar al poder, siempre y cuando el pueblo así lo decida en elecciones.

Pero esto no significa que todos tienen derecho a gobernar. En la democracia no hay ninguna regla que diga: Hoy le toca el turno a quien nunca ha gobernado. Hay quienes nunca van a gobernar, porque nunca van a ganar elecciones, Por suerte. ¿O queremos que le toque el turno nuevamente al PCN? Y esto, que algunos nunca van a gobernar, es inherente al concepto de la alternabilidad democrática.

El simple “hoy me toca a mí” no es argumento. No hay turnos que reclamar.

El hecho que en El Salvador ARENA esté gobernando de manera permanente, no es muestra de la falta de alternabilidad. Más bien de la falta de alternativa. La culpa no tiene ARENA, sino la izquierda que es incapaz de proyectarse como alternativa viable.

En democracia, la aspiración de quedarse en el gobierno –incluso por quinta vez- es tan legítima que la aspiración de la oposición de llegar al poder.

Además hay otro malentendido: que sólo desde el ejecutivo se puede poner en práctica las ideas programáticas de su partido. Esto es así mientras la concepción de oposición es obstrucción. Pero en una cultura política donde oposición incluye propuesta, concertación, negociación y niveles de corresponsabilidad, gobernar no es la única forma de producir cambios, reformas y avances.

Hay otra palabra que todos usan: cambio. Viene el cambio, dice el FMLN, mientras Arturo Zablah y el FDR hablaron de construir una alianza para el cambio. En la cual querían que participe otro partido que incluso adoptó la codiciada palabra y marca en su nombre: Cambio Democrático.

Palabras como el cambio son putas, no son amantes leales. Van con cualquiera. No tienen dueños. Esto ya lo tuvo que aprender Schafick Handal, quien pensaba que la palabra cambio fue inventada para o por él. Gran sorpresa, cuando un señor arenero le quitó la bandera anunciando: ¿Cambio quieren? Pues,¡que bueno, el cambio soy yo!. Y ganó.

Hoy, aun más que en el tiempo de Schafick, la gente demanda cambios. Todas las encuestas lo confirman. Y nuevamente hay quienes se confunden y piensan que quien más y más alto grita “¡cambio!”, convence a los ciudadanos que quieren cambio. Afortunadamente, no es así. Los ciudadanos que quieren cambio, esta masa crítica de la sociedad, no pregunta quién promete más cambio, sino quién tiene capacidad de producirlo. No es la cantidad y radicalidad de cambios prometidas que gana votos, sino más bien la factibilidad de los cambios que le gente ve que alguien puede producir.

La izquierda -cierta clase de izquierda- tiende a adolecer de una enfermedad que afecta de manera misteriosa su capacidad de análisis: la enfermedad de sentirse asistido por la historia. Antes en los manuales del marxismo producidos por Moscú esta locura de creer que la historia es de mi lado, por tanto el cambio, la transformación, siempre va a favorecer a la izquierda, se llamaba ‘materialismo histórico’. Siempre ha sido y sigue siendo un error fatal que lleva a estrategias y políticas equivocadas.

Los cambios se dan cuando la sociedad lo demanda. Y si una fuerza política no es capaz de producirlos –por más que lleve la palabra ‘cambio’ en su discurso-, lo va a hacer la otra. Simplemente porque la sociedad lo exige. Y si esta otra fuerza política es conservadora –de derecha-, en esta situación histórica se va a convertir en fuerza transformadora. El peronismo argentino es un ejemplo clásico de una fuerza de derecha que produce los cambios sociales que la izquierda es incapaz de producir. En México, cuando se agotó el régimen del PRI, el PAN tuvo que asumir las reformas democráticas porque el PRD no estaba listo para gobernar.

En El Salvador está abierto quién es la fuerza que producirá los cambios. De esto se trata de aquí al 2009.


(Publicado en Siguiente Página)

viernes, 14 de diciembre de 2007

Desayuno dulceamargo

Tengo ganas de no suspender mi suscripción al periódico El Mundo. Sería lo correcto. Hay varias razones fuertes para hacerlo. Sin embargo, voy a seguir leyendo El Mundo, por una sola –y no muy digna- razón: el morbo.

Este es el dilema: No quiero ser el único en no darse cuenta de los chambres que a diario publica El Mundo sobre la clase política. Pero detesto el chambre impreso. No hay nada mal con el chambre que te cuentan en el cafetín, en la tienda del barrio, donde el peluquero, en el gimnasio. Es la sal en la sopa insípida que a veces es la vida. Pero el chambre producido por periodistas, el que se hace pasar por información, es un atentado a la ética profesional. Es chuco, venenoso y barato.

El truco es: publicar lo que no es publicable. Aplicando las reglas básicas no sólo del periodismo sino de la decencia humana, no se puede publicar lo que alguien ha contado confidencialmente. Cualquier información que empieza con “dicen que…” es inadmisible para un periódico serio. Claro, no dicen nombres, pero el personaje siempre es identificable.

Si yo escribo: “Dicen que un periodista nicaragüense y otro de Costa Rica, que antes trabajaron juntos en otra empresa mediática…” –y de ahí empiezo a hablar que están ligados a “un grupo de inteligencia, pero que aparece en el organigrama del Estado, pero sí tiene relaciones con funcionarios del Estado…” -- ¿quién no va entender de quienes hablo y te qué cosa los acuso? Sin embargo, ante cualquier reclamo de mi amigo Lafitte Fernández, yo le voy a decir: “Pero Laffo, ¿quién dice que estoy hablando de vos? Además, a mi no me consta nada, sólo que alguna gente menciona….”

Dije que las razones de no leer El Mundo son múltiples, no sólo la tal columna de chambres. Es un periódico con muy poco información interesante. Y cuando es interesante, es poco confiable. Tiene una tendencia de agarrar llave con algunos personajes. Todo contra Orlando Mena se vale. O contra Rodolfo Parker. Los pocos reportajes y crónicas que produce El Mundo, a veces rayan a la ficción. No necesariamente para joder a alguien, sino simplemente para contar algo sin haberlo investigado bien. Muy pocas veces vale la pena leer las columnas, y nunca los editoriales.

Suficientes razones para no leer este periódico. Si no fuera por los malditos chambres de ellos y por el gusanito del morbo. Por esto, todas las mañanas abro El Mundo, y todas las mañanas me siento un poco sucio. Y un poco culpable.

(Publicado en Siguiente Página)

jueves, 13 de diciembre de 2007

Dime quiénes son tus diputados y te diré quién eres

Ya es previsible que para ganar en 2009 los dos partidos grandes se verán obligados a cambiar su discurso. Todos van a decir que quieren una nueva forma de gobernar: más moderación, más concertación, menos polarización, más diálogo, gobernabilidad democrática y consensuada en vez de gobernabilidad pactada y comprada. Muy bien. Les voy a dar el beneficio de la duda cuando vea hechos. Si dicen querer cambiar la forma de gobernar y no cambian el tipo de personas que ofrecen como diputados, es paja. Con los que ahora ocupan las diputaciones en ARENA y el FMLN, no habrá otra forma de hacer política. Por más nuevas que sean las caras de los candidatos a la presidencia.

La pésima calidad de los diputados no es accidental. No es que los partidos se hayan equivocado. Es a propósito que los diputados de ambos partidos grandes son como son: mediocres intelectualmente; sin capacidad propositiva; sin capacidad de diálogo y de construcción de consensos. Los escogieron no para pensar y debatir, sino para obedecer y reproducir líneas partidarias.

Mientras no vea una propuesta legislativa del FMLN donde Hugo Martínez será el jefe de fracción; el doctor Eduardo Espinoza el presidente de la Comisión de Salud, el ex-diputado Héctor Córdova el vocero en asuntos fiscales, el doctor Fabio Castillo el hombre en la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, el renovador Francisco Jovel vicepresidente del Congreso, y donde vea incorporados como diputados a personas de la capacidad de un Roberto Rubio o de un Alberto Enríquez (ambos de Funde), Mauricio Funes puede seguir hablando de un cambio en la forma que el FMLN hace política, y no le voy a creer ni una sola palabra.

Igual, si no veo como dirigentes de la fracción arenera a personajes de la integridad, independencia intelectual y capacidad de concertación como Francisco Bertrand Galindo, Federico Hernández Aguilar, David Escobar Galindo, Federico Colorado, Evelyn Jacir o Elena María de Alfaro, me pueden poner como candidata a la presidencia a la Madre Teresa, y no voy a creer en un cambio en ARENA.

Obviamente, para ilustrar mi tesis, estoy usando nombres conocidos, lo que no significa que los diputados nuevos que se necesitan para llegar a una gobernabilidad consensuada no puedan ser caras nuevas. Por supuesto que sí. Con tal que no sean fotocopias de los prestanombres que ahora representan a sus direcciones partidarias en la Asamblea.

Alguien va a decir: ¿Pero cómo los partidos van a convencer a gente tan independiente y crítica como Elena María de Alfaro, Roberto Rubio, Francisco Jovel o David Escobar Galindo a convertirse en diputados? ¿Cómo va el FMLN convencer que a los que ha tratado tan mal que regresen a sus filas? Esto precisamente es el centro del problema. Mientras los partidos no logren convencer a estas mentes brillantes y exigentes que no quieren seguir con lo mismo, sino construir políticas públicas y formas de gobernar nuevas, nosotros como observadores o votantes tampoco nos vamos a convencer.

Si el FMLN no es capaz de incorporar en su estrategia de cambio a las cabezas críticas de la izquierda, mejor se queden de un solo con los diputados Salvador Arias, Humberto Centeno, Nidia Díaz, José Luis Merino. Entonces, ya sabemos a qué tipo de régimen político aspira el FMLN y no nos hagamos bolas con el nuevo discurso electoral…

Y si ARENA no es capaz de convencer a la Nena Alfaro, a Chico Bertrand o a don David que vale la pena convertirse en sus líderes parlamentarios, simplemente no habrá nada nuevo que esperar de ARENA…

Sigo escéptico, pero con gusto me dejaré sorprender. De paso se haría algo muy valioso para nuestra democracia: dar más valor, más fuerza, más autoridad ética e intelectual, más credibilidad al Parlamento. Y sobre todo: más capacidad de construir políticas de nación.
Nuestra democracia es presidencialista, no es parlamentaria. Prefiero los regímenes parlamentarios, donde los ciudadanos eligen a los diputados, y los diputados eligen al jefe de gobierno, formando coaliciones si un partido no alcanza la mayoría necesaria en el Parlamento para asegurar la gobernabilidad.

Nuestra Constitución es presidencialista y no vale la pena lamentarlo. Pero esto no significa que no se pueda y no se deba reforzar el Parlamento. Ningún artículo de la Constitución obliga a los partidos a tratar con tanto desprecio a la Asamblea Legislativa, nombrando como diputados a gente mal educada, mal preparada y mal intencionada. En cambio, si realmente quieren cambio, ahí es donde menos cuesta empezar, y donde todo el mundo entiende el mensaje.
Dime quiénes son tus diputados, y te diré quién eres.
(Publicado en El Diario de Hoy)

martes, 4 de diciembre de 2007

Primeras tesis sobre Venezuela -- el inicio del fin

El fracaso de su referéndum es el inicio del fin de Hugo Chávez y su proyecto político. El coronel ya tenía más poder que cualquier otro presidente latinoamericano. Pero quería poder absoluto. Se jugo todo y perdió.Quería imponer una constitución que adopta, como ideario del Estado y de la nación, la plataforma partidaria –o más bien personal- de Hugo Chávez. La gente dijo no.
Quería una constitución que le permite quedarse en la presidencia y gobernar por decreto. La gente dijo no.
Quería una constitución que le permite el total control de los bienes del Estado y de los bienes privados confiscados por el Estado. La gente dijo no.
La gente dijo no incluso a los dulces que pensaba regalar para ganar el referéndum. La gente no es tan tonta que cree que vía enmienda constitucional se puede acabar con la pobreza, garantizar un régimen de prestaciones sociales a todo el mundo, reducir la jornada laboral. La gente dijo no, porque sabe que esto es paja.
El coronel destruyó la base de su poder extraordinario que era la incapacidad, la cobardía y la desunión de la oposición. Queriendo perpetuar e institucionalizar la impotencia de la oposición, provocó el nacimiento de una nueva oposición: los estudiantes. ¿Cómo decretar el socialismo, si no tenés de tu lado la juventud, o sea el futuro del país? ¿Cómo perpetuarse en el poder, si tenés a la juventud en las calles protestando? Que mande el coronel a preguntar en Praga, en Belgrado, en Budapest, en Varsovia… En todos estos lugares hay un montón de viejitos todavía tratando de entender qué les pasó: Tenían el control absoluto de los aparatos del Estado, del partido y de los cuerpos armados, tenían el socialismo ya decretado - y todos perdieron el poder, porque perdieron el control de la juventud. Y si todavía tiene dudas el coronel, que mande a preguntar en Santiago de Chile a la familia de su hermano en armas Pinochet…
Hugo Chávez, apostando al poder total, dio impulso a una oposición que a partir de ahora le va hacer imposible su forma de gobierno Una oposición que ya no es inepta, sino muy creativa. Que ya no es desunida y fracturada, sino plural, multifacética e incluyente. Que ya no está siendo liderada por las momias reaccionarias del sistema anterior, sino por gente mucho más progresista que Hugo Chávez.
Además, la apuesta al poder total le costó a Chávez el apoyo de muchos de sus aliados. Sectores que durante años estaban con él, se pronunciaron en contra de la reforma constitucional. Gente que ha votado por Chávez en las elecciones, en el referendo votó por el No. Gente que siempre lo ha apoyado, esta vez se abstuvo. Sin la erosión en el campo del oficialismo, el No difícilmente hubiera ganado.
En síntesis. El nuevo intento de golpe de Estado le fue por la culata. Unió la oposición y desunió a su propio campo. El inicio del fin del chavismo.
(Publicado en Siguiente Página)

viernes, 30 de noviembre de 2007

Cuba, objeto de amor y crítica

Imposible no amar a Cuba y su revolución. Imposible no criticar a Cuba y su revolución. Es igual de estúpido quien no encuentra nada bueno en Cuba que el que no encuentra nada malo. Si es así, aquí sobran los estúpidos: los que ven en Cuba el paraíso que hay que proteger de crítica; más los que ven en Cuba el reino del mal.

Tengo mucho que agradecer a Cuba, su gente, su partido, Acogieron a nuestros lisiados, les dieron vida, esperanza, dignidad. Acogieron a mis hijas y las mandaron de regreso, después de la guerra, mejor formadas, optimistas, orgullosas de ser salvadoreñas, hijas de guerrilleros, pero también un poco cubanas. Acogieron a una de ellas por segunda vez, después de la guerra, para estudiar medicina. Durante la guerra, cada vez que llegabas a la isla, los cubanos te hicieron sentir en casa, te curaron, te llevaron a la playa, a bailar, a tomar ron. Te escucharon tus cuentos, te prestaron sus hombros para llorar tus muertos, y sus noches para festejar tus victorias.

Uno puede decir, como la derecha salvadoreña, que todo esto se dio en el marco de la intervención del bloque comunista en Centro América. Tal vez en los burós políticos en Moscú y Habana lo hayan visto así. Pero se dio también en el marco de genuina amistad, solidaridad, generosidad de la gente común y corriente de Cuba. A uno que andaba en La Habana como ‘compañero internacionalista’ no sólo le trataron bien los cuadros del partido y los coroneles y generales, sino le trataron con respeto y amor los camareros, los soldados comunes, las enfermeras…

Los cubanos –cuadros o no cuadros- tenían una profunda admiración por los guerrilleros salvadoreños. Incluso –y sobre todo- para los guerrilleros del ERP que no ocultamos que no éramos comunistas y que criticamos la falta de libertades, de información y de la crítica en Cuba.

Los cubanos respetaban tanto a los guerrilleros salvadoreños, precisamente porque sabían que su lucha era genuina, que no importada i dirigida desde Cuba sino made in El Salvador. Es cierto que Fidel tenía mucha influencia sobre los dirigentes del FMLN, a veces los presionaba, a veces los regañaba. Pero igual es cierto que no siempre le hicieron caso. Sólo pocos de los comandantes tomaron ordenes de Fidel Castro. Tal vez los mismos que hoy aceptan ordenes de Hugo Chávez. La mayoría no. Y también es cierto que el mismo Fidel respetaba más a los comandantes salvadoreños que mostraron capacidad y coraje en la conducción de la guerra, que en los comandantes sumisos que pasaron más tiempo en La Habana que en El Salvador.

No decir todo esto, no confesar amor y respeto a Cuba, su gente, sus dirigentes, al mismo Fidel, es imposible para quien ha estado en la guerrilla salvadoreña. Para alguien como yo, que venía con un trauma resultado del socialismo gris, triste, malhumorado y malencarado de Europa Oriental, conocer al socialismo caribeño de Cuba, era toda una revelación.

Sin embargo, ya a segunda vista, ya durante los ochenta, era evidente la debilidad del sistema cubano. Igual que en Europa Oriental, no funcionaba sin represión, no estaba basado en libertad e información, no toleraba disidencia ni pluralismo. Era evidente, incluso para los visitantes amigos, que un sistema con estas debilidades no tiende a resolverlas, sino a profundizarlas. Cada año Cuba se volvió un poco menos alegre, un poco más triste. Un poco menos abierto, un poco más cerrado.

A esta altura, casi 20 años después de la caída del reino soviético, no decir con claridad que el sistema político que han creado Fidel y su partido es una dictadura, es irresponsable. No decir que la existencia de dos economías –la dolarizada y la de los pobres- ha creado en Cuba diferencias sociales incompatibles con la idea del socialismo. Decir que todo esto es sólo resultado del bloqueo impuesto por Estados Unidos, es hipócrita. Hay que exigir el fin del bloqueo económico, hay que exigir la apertura de relaciones diplomáticas con Cuba, pero igual hay que exigir a Cuba que se transforme hacia un régimen democrático y abierto. Para este proceso, Cuba puede contar con el apoyo de las izquierdas de todo el mundo.

Uno puede seguir amando, respetando y apoyando a Cuba - pero mantener frente a su militancia el mitos de Cuba como ‘democracia popular’, como lo hace el FMLN, es inaceptable. O es falta de valor de enfrentarse a sus aliados; o es expresión de su propia concepción antidemocrática. No es entendible que Mauricio Funes no puede decir con claridad lo que piensa de Cuba, de su falta de libertades, su falta de pluralismo, su falta de opinión pública crítica.

Si alguien le pide distanciarse del régimen represivo de Arabia Saudita, el candidato del FMLN puede decir: ¿Por qué diablos me preguntan sobre Arabia Saudita? ¿Por qué yo tengo que hablar de este país que apenas se donde queda? Pero esto no puede decir sobre Cuba el candidato de un partido que ha estado muy vinculado a Cuba durante toda su existencia. Tampoco lo puede decir sobre Venezuela y Hugo Chávez, cuando es evidente que hay vínculos entre su partido y Chávez y su ideario antidemocrático. Tener buenas relaciones con Cuba y Venezuela no tiene nada de malo, pero requiere de transparencia. EL FMLN y su candidato tienen que explicar con claridad y honestidad hasta dónde van sus coincidencias y vínculos con Fidel y con Chávez y sus políticas internas e externas.
(Publicado en Siguiente Página)

jueves, 29 de noviembre de 2007

El FMLN no quiere alianzas, busca anexiones

El FMLN no quiere alianzas, busca anexiones. Así lo define uno de los personajes más cortejadas por el Frente, pero quien --al definirlo así-- obviamente no quiere dejarse anexar.

Es uno de los pocos sabios de la política salvadoreña. No ha abandonado el sueño de una gran alianza de izquierdas que dé viabilidad a un gobierno de rescate de las instituciones y de consolidación de la democracia, pero tampoco está dispuesto a abandonar la condición que sea alianza, forjada en un proceso de diálogo sincero, basado en respeto mutuo. No ha abandonado del todo la esperanza que el Frente pueda llegar a la apertura, la cordura, la tolerancia necesarias para formar parte de esta alianza. Piensa que el Frente está en un proceso de cambio y que hay dejarle la puerta abierta. Por otra parte sabe que antes de nombrar su fórmula presidencial y así iniciar de lleno la precampaña electoral, el FMLN no ha entrado en el diálogo interno y externo, en las discusiones de fondo indispensables para producir los cambios ideológicos indispensables para poder concertar una alianza con las otras izquierdas y con sectores interesados en el cambio. Y sabe --por algo es sabio-- que los virajes y cambios de discurso en tiempos preelectorales no son nada confiables.

A pesar de saber racionalmente todo esto --a pesar incluso de los desplantes que le han hecho los dirigentes del FMLN-- su corazón y su profunda convicción que el país necesita cambios no le han permitido de cerrar la puerta al diálogo y a negociación con el FMLN. Puerta que otros de la izquierda democrática y del centro progresista, tal vez menos generosos y pacientes que él, han cerrado hace ratos.

El dilema de nuestro caballero --por que aparte de sabio y de gran corazón de izquierda es caballero, otra cosa que lo distingue dentro de la clase política-- es que para él y sus alegados, si no van con el FMLN, no hay alternativa que sea realista, digna y garantía de la supervivencia a la vez. Ir con el FDR y con Arturo Zablah, más que una alternativa realista, cada día parece más una cimera. Lastimosamente, de tres no hacen una. E ir con el PDC, significa el mismo riesgo de pérdida de identidad e integridad que ir con el FMLN. Además el PDC no quiere.

Tamaño dilema. Tengo la impresión que nuestro dirigente va trabajar y dialogar y tratar de abrir puertas sin descanso (las dos puertas, la que comunica hacia el FMLN y la otra que comunica hacía el FDR y Arturo Zablah y a saber quiénes podrían completar esta formula), aunque racionalmente ya sabe que el FMLN sigue buscando anexarlo para mejorar su imagen sin cambiar. Sabe que lo quieren como interlocutor con la empresa privada, con los gobiernos socialdemócratas y socialcristianos en Europa, y para terminar de anexar al resto de la izquierda democrática dispersa en el país. Igual sabe que Arturo Zablah no va a tener ni espacio ni capacidad ni dinero para crear una fuerza nueva capaz de romper la polarización.

E ir solos, parece una salida digna pero últimamente suicida. En un mundo donde los partidos socialdemócratas europeos y latinoamericanos (e incluso algunos empresarios salvadoreños) sólo le prometen apoyo si va con el FMLN, para que le ayude a moderarse, y cuando va solo lo dejan solo, ¿qué futuro político puede tener mi amigo Héctor Dada Hirezi?

No mucho, lastimosamente. Yo prefería verlo retirarse de la política partidaria, con a cabeza en alto, en vez de tratar de hacer funcionar alianzas, donde él y su Cambio Democrático sólo pueden terminar perdiendo su identidad y su dignidad. Le deseo, de todo corazón, que encuentra una salida digna de este dilema. Ofertas de algunas diputaciones y alcaldías repartidas no van a faltar, pero ¿qué va a hacer el CD con cuatro diputados y dos alcaldías si ha empeñado su alma?

Si esta nota me salió como homenaje a Héctor Dada, no es por accidente. Le deseo que después de todos los esfuerzos hasta imposibles que yo sé que va a hacer para construir una alternativa, y después de llegar a la conclusión de que no se pudo, tenga el valor de retirarse de la política partidaria antes de que le robe su independencia y su integridad. Y de seguir aportando al país desde el mundo académico.
(Publicado en El Diario de Hoy)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Extraña competencia discursiva

Hay dos señores de la alta política salvadoreña empeñados en una extraña competencia: A ver a quien le sale mejor el lenguaje socialdemócrata. Lo irónico: Ninguno de los dos es socialdemócrata. Uno es de derecha, es el presidente de ARENA y de la República. El otro es el candidato presidencial del FMLN, partido que ha expulsado de sus filas a toda desviación socialdemócrata. En esta competencia de cómo hacerse pasar de socialdemócratas, gana la derecha. Ha hecho más compatible --mucho más que el FMLN-- su discurso con ideas socialdemócratas sobre mercado y Estado. También tiene más tiempo de ensayar y practicar…

Bueno, para ser más preciso: Gana Tony Saca. Pero él, lamentablemente para la derecha, no será el candidato. A ver si encuentran a un candidato –o una candidata, en este caso sí es indispensable hacer la distinción de genero-- con reales tendencias socialdemócratas. Alguien que no tenga que fingir. Alguien que ha entendido que la derecha no puede seguir igual, sino tiene que abrirse hacía la izquierda socialdemócrata.

Porque una cosa ya se proyecta: El discurso obligado, el discurso que quiere escuchar la población, es esencialmente socialdemócrata. Se mueve en el campo donde están construyendo coincidencias FUSADES, FUNDE, el PNUD, los honorables de la CND y su grupo de apoyo, algunos dirigentes de ANEP, los intelectuales independientes de la izquierda, los rectores universitarios más influyentes del país, los columnistas más leídos de los medios.

Tanto ARENA como el FMLN van asumiendo como propio este discurso que habla de subsidios; de equidad; de equilibrio entre libertad y justicia social; de reformas institucionales; de concertación; de pactos sociales; de políticas públicas de nación. Lo asumen porque ya no se pueden dar el lujo de dejar este discurso a los pocos políticos locos (o sea, visionarios) como Héctor Dada, Arturo Zablah, Facundo Guardado, Joaquín Villalobos, Salvador Samayoa, quienes durante años han tejido este nuevo lenguaje político, cuando por nada estaba de moda, cuando más bien estaba de moda --en la derecha como en la izquierda-- el lenguaje de la confrontación, de los maximalismos, de la exclusión.

Milagrosamente, la moda está cambiando. Las expectativas de la gente, el ánimo de la gente, están cambiando. La misma gente que durante años premió con sus votos a los halcones, a los más agresivos, a los más confrontativos, a los más ortodoxos en los dos polos del espectro político, castigando a las “palomas”, a los concertadores, ahora ya no permite la polarización, exige políticas consensuadas de Estado. Lo moderado tenía estigma de blandengue, de falta de hombría. Hoy lo que cae mal es la falta de tolerancia, el insulto, la intransigencia…

Por esto Mauricio Funes está hablando diferente al Shafick de la campaña anterior. No porque uno sea moderado y el otro radical, uno socialdemócrata y el otro comunista. No, es porque la cultura política, al fin, está cambiando. Por esto Mauricio Funes trata de desaparecer (o por lo menos suavizar) los ataques frontales al empresariado. Por esto ya nadie habla del regreso al colón, de la oposición al TLC. Por esto ya no dejan hablar en público a Salvador Arias.

Y porl a misma razón, Tony Saca sigue hablando de lo social, de la intervención regulador del Estado en el mercado, de justicia social. Por esto ARENA está buscando desesperadamente a un candidato que puede asumir, hacer creíble y desarrollar este discurso exitoso de Tony Saca, pero esta vez sin contrarrestar y neutralizarlo con el lenguaje tradicional de ARENA, con el lenguaje de la mano dura, el lenguaje anticomunista, el lenguaje neoliberal.

Ni uno ni el otro está muy convencido del nuevo discurso moderado, conciliador, reformista y socialdemócrata. Ni ARENA, ni el FMLN, ni Tony Saca, ni Mauricio Funes. Sin embargo, su instinto político les dice que se está produciendo un viraje en el ánimo de la gente, y se adaptan.

A veces dan la impresión --sobre todo Mauricio Funes y los dirigentes del FMLN-- que en el mismo discurso quieren mandar señales a sus bases, como diciendo: “No tomen demasiado en serio lo que estamos diciendo. No somos socialdemócratas, nunca caeremos tan bajo, pero entienden, es tiempo electoral…¨ En estos momentos, rapidito expresan su solidaridad con Cuba y Venezuela unos o su rechazo a Fidel y Hugo los otros. O gritan una consigna para mostrar que siguen siendo combativos…

Pero no importa no creen en sus propias palabras. El nuevo lenguaje conciliador y socialdemócrata cobra su propia vida, refuerza y confirma el nuevo animo de la gente. Varios --de los dos bandos-- habrán estado sentados en Toledo poniendo buenas caras al discurso socialdemócrata proporcionado por los españoles, y diciéndose a si mismos: “Cuidadito, suena bonito, pero esto es precisamente el peligro, a mi no me van a lavar el cerebro…”

No importa. Es discurso de Toledo cobra vida propia. Nadie se atreve a contradecirlo, por lo menos no en público. A otros los hace reflexionar, flexibilizar posiciones. El mismo discurso, el mismo juego, se repite tres semanas después cuando la clase política salvadoreña ovaciona al ex-presidente chileno Patricio Aylwin hablando sobre la concertación como base de la transición democrática chilena. “La política partidaria no puede seguirse concibiendo como guerra interna”, dice don Patricio, y todos aplauden. Y Armando Calderón Sol complementa la idea: “Hay que romper con la idea de que el que gana, gana todo. Los gobiernos tienen q1ue ser incluyentes.”

En el Encuentro Nacional de la Empresa Privada (ENADE 2007), los empresarios escuchan con tolerancia respetuosa, pero sin mucho entusiasmo, el discurso el dinosaurio neoliberal Carlos Alberto Mantener; pero aplauden enfáticamente cuando el presidente Saca les exige “un crecimiento con equidad, con mayor sensibilidad sectorial y con un sentido más incluyente.”

Mauricio Funes dijo el 11 de noviembre en el estadio, ante 60 mil gentes vestidos de rojo dice: “Vamos a promover y respetar la inversión privada, nacional y extranjera, con base al respeto de las leyes del país. Vamos a exigirle al capital privado nacional y extranjero que respete las leyes del país, sobre todo las leyes laborales, la normativa relacionada con la regulación del mercado y las leyes fiscales.”

Y tres días más tarde, en el ENADE, Tony Saca le contesta: “No podemos renunciar, ni vamos a renunciar, al necesario papel del regulador de las instancias gubernamentales para evitar que la sed especulativa y la avaricia desmedida lastimen el bolsillo de los salvadoreños.”

Parece que todos estamos de acuerdo. Sólo que uno lo dice con el puño en alto, y los 60 mil militantes del Frente lo entienden como amenaza a los empresarios, no como gesto conciliador. Y el otro lo dice con toda la tranquilidad relajada de un hombre que ya sabe que los mil empresarios no lo van a malentender como amenaza…

Sin embargo, están diciendo lo mismo, en otras palabras, pero sobre todo en diferentes contextos. Sólo falta que todos lo que realmente creen en estos discursos, los tomen de la palabra, obligándoles a convertir el discurso en práctica política.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Izquierda seria versus Izquierda bayunca

¡Qué bueno que el pleito de Santiago de Chile pasó ante los ojos de toda América Latina! Hablo del berrinche que armaron Hugo Chávez y Daniel Ortega y que motivó a los estadistas socialistas Michelle Bachelet y José Luis Rodríguez Zapatero, a distanciarse de los populistas. Ya era tiempo que se volviera a pintar la línea divisoria entre izquierda democrática e izquierda populista.

El FMLN reclama casi como suyo el triunfo electoral de Álvaro Colom en Guatemala. Absurdo. Colom ganó aplastando a la parte de la izquierda guatemalteca que es homóloga del FMLN, representada por la URNG y Rigoberta Menchú. A la derecha la derrotó a duras penas, pero a la izquierda vinculada al FMLN la borró del mapa. El FMLN, en su acto del 11 de noviembre, presentó una carta de cortesía recibida de Álvaro Colom como apoyo político. Que esperen la convención de ARENA y van a escuchar la misma carta dirigida al candidato de la derecha.

En Guatemala --igual que anteriormente en Panamá, Costa Rica, Uruguay, Chile, Perú-- no ganó la prolongación del eje La Habana-Caracas-Managua-La Paz-Quito, sino más bien su antítesis socialdemócrata. En Guatemala ganó un señor empresario que con tranquilidad, sin sobresaltos, pero con perseverancia hablaba de "inteligencia", siempre cuando la derecha hablaba de "mano dura". Un señor que durante toda su campaña no se dedicaba a fanatizar sus bases partidarias, sino de construir mensajes de confianza, confiabilidad, continuidad y reforma a la empresa privada, a los militares, a la clase media.

El hecho que el socialista Rodríguez Zapatero tome el insulto a su precedente y adversario político José María Aznar como insulto a su persona, su cargo y su país es ejemplo de una madurez democrática con la cual aquí sólo podemos soñar. El día que en El Salvador un presidente o candidato a presidente de ARENA, declare en público que no permitirá que nadie tilde a Schafik Handal de "terengo", porque como firmante de la paz y dirigente de un partido con importante votación merece respeto o el día que un presidente o candidato a presidente de la izquierda diga en voz alta que no permite que en su presencia tilden a sus adversarios de "arenazis" y al fundador de ARENA de asesino, exigiendo respeto a un hombre que ha sido presidente de la Asamblea Constituyente de la República, ese día, repito, dejaré de preocuparme de nuestra convivencia democrática.

Defender la integridad de los principales dirigentes políticos del país --incluyendo de los adversarios-- es un asunto del Estado. Es proteger el Estado. Esto hicieron tanto el rey como el presidente del gobierno de España cuando Hugo Chávez insultó, en sus caras, al ex-presidente del gobierno español. El diputado socialista español Diego López Garrido lo definió así: "El jefe del Estado y el presidente del gobierno unidos, sin fisuras, han demostrado una vez más cómo se defienden los intereses de España y los españoles (...), incluyendo a quienes como Aznar no se comporta precisamente de esa forma cuando va a al extranjero".

El hecho que el presidente Hugo Chávez ahora se proyecte como libertador que lucha contra la colonia y corona española, sólo demuestra que de historia no ha entendido nada. No ha comprendido el papel crucial que el rey Juan Carlos ha jugado en la transición del fascismo a la democracia. Mucho menos el papel crucial que España --con gobiernos de derecha y con gobiernos de izquierda-- ha jugado para facilitar los procesos de democratización y reconciliación en América Latina. El discurso antimonarquista es muy barato. Todos somos republicanos. Pero en España, hasta los que han derramado la sangre para defender la República contra el fascismo, respetan al rey Juan Carlos por su papel protagónico en la transición.

El discurso de Hugo Chávez ya raya. Da pena ajena. Alguien tuvo que callarlo. Gracias, Juan Carlos. Reciba las gracias de un convencido republicano. Y gracias a Rodríguez Zapatero por esta lección en cultura política. Bueno, también gracias a Hugo Chávez y Daniel Ortega por volver a marcar la línea divisoria entre las dos izquierdas que se están disputando la hegemonía en América Latina: La seria y la bayunca.

¿Y en El Salvador, quién marca esta línea?
(Publicado en El Diario de Hoy)

martes, 13 de noviembre de 2007

Botan con una mano lo que construye la otra

A los bichos les dicen que en vez de vagar y delinquir, jueguen fútbol. Ministros inauguran canchas en las comunidades. Hasta canchas nocturnas. Prevención. La otra mano del Estado. La mano que no pega, sino ayuda, educa, orienta. La mano amiga.
Talvez funciona así en las canchas “oficiales” del Consejo de Seguridad Pública. En las canchas que tienen mantas de “Paz Social”, vigilancia, trabajadores sociales, iluminación, comités de vecinos.
¿Qué pasa donde no han llegado los del Consejo ni de la Secretaria de la Juventud ni de “Paz Social”? ¿Que pasa si los bichos de estas colonias se creen las consignas que ven en televisión? ¿Qué pasa cuando un grupo de seis bichos de una colonia de Santo Tomás se reúne para organizar un partido de fútbol, en una cancha no “oficial”, no iluminada, no asistida, no vigilada? Un mascón en un pedazo de tierra...
Lo más probable es que los levante la policía, que los remitan a un juez de menores, que los tengan tres días en bartolina, que los acusen de “asociación ilícita” y --para que valga la pena-- de robo. Esto es lo que pasó a seis jóvenes de Santo Tomás. Los levantaron el lunes, los tuvieron en bartolinas, el jueves el juez los sobreseyó. No por falta de pruebas o por debilidad de pruebas, sino por ausencia de pruebas.
Todos son estudiantes. No tienen antecedentes. Ni siquiera tienen aspecto de mareros. Bichos comunes y corrientes que salen en su tiempo libre para echarse un mascón. ¿Cómo es posible que los agentes policiales que patrullan estas colonias, no saben distinguir entre nuestros hijos y los mareros? Todo el mundo sabe distinguirlos. A estos bichos nadie se les aparta, como lo hacen cuando ven a pandilleros. Y los policías, supuestamente entrenados y experimentados, los confunden...
Los policías dicen que poco antes de la detención de los jóvenes ellos recibieron un aviso que en esta zona unos jóvenes estaban robando en un bus. Los únicos jóvenes que encontraron en la calle, eran los seis que en este momento estaban desplazándose a la cancha para jugar fútbol. Su pecado: estar en el momento equivocado en el lugar equivocado. Aparte del pecado de ser joven y pobre, no tener carro sino andar a pie. Suficiente pecado para pasar tres días y noches en bartolinas.
A mi hijo de 14 años, a quien cualquiera que sabe un poco de jóvenes lo reconoce como un bicho de colegio bueno, lo paró la policía en Suchitoto y le hicieron quitarse su arete. Con el argumento: “Mirá, bicho, aquí no andés esta mierda, porque así solo andan los mareros.” Cuando le reclamé al jefe, me pidió disculpas y regañó a sus agentes, pero no por actuar totalmente fuera de lo legal y fuera de lo lógico, sino porque no se habían dado cuenta que se habían topado con “el hijo de don Paolo...”
A mi hijo no pasó nada. Tampoco a los muchachos de Santo Tomás. En la estación los trataron bien, hasta les dieron comida. Claro, los agentes de la estación inmediatamente se dieron cuenta que estos bichos no habían hecho nada. Pero una vez remitidos, tienen que pasar detenidos hasta la audiencia. Mala suerte.
Es más que mala suerte. Es una falla grave del sistema. Es la mano dura estropeando la mano amiga. Al final ninguna mano haciendo nada. Ni prevención ni represión.
Urge repensar el concepto de la seguridad ciudadana. Urge una policía comunitaria que tenga raíces en la comunidad, que conozca a los vecinos, que sepa distinguir entre jóvenes maleantes y sanos. Una policía que realmente tenga dos manos.
Urge revisar los códigos para poder soltar a los inocentes sin tenerlos tres noches en bartolinas. Urge borrar de la concepción policíaca la cuota de detenciones que cada patrulla debe cumplir para quedar bien.
Pero lo que más urge es una cosa mucho más de fondo. Hay que volver a la presunción de la inocencia. Hay tenemos presunción de culpa. Los bichos tienen que probar su inocencia. No puede ser que los policías y fiscales vean a cada jóven y a cada pobre como presunto maleante.
Si no, vamos a seguir produciendo pandilleros. De los seis muchachos de Santo Tomás, si les pasa esto frecuente, más de uno se va a convertir en marero. Aunque sea para sentir “protección”. Porque en esta colonia de Santo Tomás, toda la gente te dice: “A los verdaderos pandilleros, les tienen miedo los policías, no les hacen nada, y por eso se lo desquitan con los bichitos virgos.”
Claro, ¿quién quiere que lo vean como bicho virgo?

viernes, 2 de noviembre de 2007

Una vida, en El Salvador, cuesta $250

Esto es lo que pagó el conductor y propietario del bus asesino de Santa Ana a los familiares de sus víctimas. El homicida no tenía licencia para manejar bus, pero según testigos lo manejaba a más de 100 kilómetros por hora. El bus no estaba matriculado y no tenía permiso para transportar personas. El homicida había comprado una chatarra --a precio de chatarra-- y la puso a transportar personas. Sin licencia, sin matrícula, sin permiso, sin misericordia. Nadie lo detuvo. Por el contrario, alguien lo contrató para transporte de personal. Hasta hora no he leído nada sobre una investigación para determinar quién lo había contratado para transportar a trabajadores de una maquila. En los periódicos se dice que este bus transportaba a 90 personas. Incluso si tuviera matrícula, ¿para cuántas personas hubiera podido tener permiso? Seguramente no para 90. ¿Quién lo contrató para transportar a 90 trabajadores?

Los periodistas reportan que las llantas eran inservibles. Una explotó y el bus pirata chocó contra una pared, matando a 10 de sus pasajeros e hiriendo a más de 70.

En El Salvador, una historia casi inadvertida. Esto precisamente es el problema. No debería pasar inadvertida. Pasa inadvertida porque nosotros lo permitimos, porque las víctimas siempre son pobres, y porque a nadie en la Asamblea le importa un comino. Mucho menos a la oposición que maneja excelentes relaciones con las mafias del transporte.

La jueza ratificó la "conciliación". No soy jurista, no sé si esto es legal. De todas formas, es profundamente inmoral. Si no hay una ley que mande a los jueces a no validar conciliaciones tan inmorales que ponen un precio de $250 dólares a la vida de un ciudadano, sólo porque es pobre y no tiene un abogado que defienda sus derechos, es tiempo que se haga esta ley.

Es tiempo también de cambiar --erradicar de una vez por todas-- los decretos legislativos que siguen permitiendo la circulación de buses chatarra y homicidas. Dicen que el Viceministerio de Transporte tiene registrados más de 2 mil 800 buses con más de 15 años de vida.

Es tiempo que el Estado haga cumplir la ley que obliga que para prolongar la matrícula a los buses (más bien todos los vehículos), tienen que pasar por una exhaustiva revisión técnica. Y esta revisión tiene que estar a cargo de una institución o empresa altamente calificada, independiente y regulada por el Estado.

Es tiempo de poner en vigencia las leyes que obligan a los transportistas a contratar un seguro para daños a terceros, para garantizar los derechos de las víctimas de accidentes. Y como en otros países, estos seguros tienen que ser extremadamente caros para los que causan accidentes o acumulan multas.

Hay un problema aún más de fondo. Antes de crear nuevas y más duras leyes, hay que erradicar el grado casi criminal de indiferencia, incapacidad e incluso complacencia que tienen las autoridades --policía, fiscalía, jueces, Viceministerio de Transporte-- con los infractores. El accidente en la autopista a Santa Ana fue provocado por un tipo que incumplió todas las leyes existentes. La simple aplicación del derecho actual hubiera sido suficiente para evitar este catástrofe. De nade sirven leyes más estrictas si nadie sanciona a los que sistemáticamente incumplen las existentes. Viajar por las autopistas y carreteras del país es suficiente para darse cuenta que no hay ningún control policial que evite que los vehículos circulen en el carril izquierdo, sin luces, con llantas lisas y a excesiva velocidad.

En los retenes revisan los papeles, pero jamás las luces, los frenos, las llantas. Aun sin revisión técnica obligatoria es prohibido circular con carros defectuosos. Pero a todo el mundo le vale.

Ojalá que escuchemos de alguno de los incontables candidatos palabras y medidas claras al respecto. Necesitamos que alguien asuma la responsabilidad para mejorar la seguridad en las carreteras, y liderazgo en la lucha contra las mafias del transporte, contra la indiferencia, incompetencia y la complacencia de las autoridades.

Y don Tony Saca, si quiere mostrar que no es cierto que su gobierno se encuentra paralizado por los forcejeos sobre las candidaturas y el rumbo del partido, ahí tiene todo un campo donde al país le urge gobierno, acción ejecutiva, acción legislativa.

(Publicado en El Diario de Hoy, 1 de nov. 2007)

miércoles, 31 de octubre de 2007

Consejo no solicitado

Concejo no solicitado: tómense tiempo, señores del Cambio Democrático, del FDR y del PDC, señor Arturo Zablah. Sólo porque al FMLN se le ha ocurrido a definir y proclamar candidatos un año antes del tiempo, no tienen que correr ustedes y tomar decisiones prematuras.

Los únicos que tienen prisa para que los partidos de izquierda y del centro tomen decisiones --tomen partido-- son el FMLN Mauricio Funes. El resto de la oposición no tiene porque apurarse con la definición de su proyecto, sus alianzas y sus candidaturas. Si de construir una opción nueva se trata, necesitan tiempo, paciencia, trabajo de laboratorio. El FMLN trata de apurar al resto de la oposición precisamente para evitar que el resto de la posición se dedique, con tranquilidad e independencia, a explorar las posibilidades de formar una tercera opción.

Cambio Democrático, para mantener su credibilidad, tiene que ponerse claro: Si ya decidieron ir con el Frente, que lo digan y negocien las condiciones y cuotas. Si quieren ser partícipes de una tercera opción, entonces que se metan al proceso de construcción, que se vuelven protagonistas, que asuman liderazgo. El discurso de CD es correcto: Primero hay que hacer el diagnóstico de los problemas del país, después definir políticas de solución, al final definir candidaturas. Pero este discurso no tiene ningún sentido si quieren ir con el FMLN. El Frente ya quemó las tres etapas: Ya tienen diagnóstico, ya tienen programa, y ya tienen candidatos. Con el Frente no queda nada que discutir, sólo repartir cuotas. Y tampoco muchas, porque las importantes ya están distribuidas internamente.

El discurso y la metodología de CD sólo son correctas y honestas si hablan de la construcción de la tercera opción. Ahí sí todo esta abierto. Hay un hombre que se ofrece de candidato, pero no tiene cómo imponerse, no tiene cómo dictar condiciones.

Arturo Zablah tiene que tomar una decisión y esta sí urge: si está dispuesto a participar en la labor y el riesgo que implica la construcción de una opción nueva que rompe el esquema bipartidista, aun cuando es muy poco probable que puede ganar en 2009. Arturo Zablah tiene que saber --y decir-- si está dispuesto de aceptar el reto de acumular, de construir para mediano plazo. Arturo Zablah no puede pensar sólo en las elecciones presidenciales, urge que incorpore en su proyecto la necesidad de construir una fuerza legislativa suficiente fuerte, independiente y consolidada para establecer otro tipo de gobernabilidad en el país. Gobernabilidad pactada, concertada, en vez de gobernabilidad comprada e impuesta.

Una decisión parecida tienen que tomar el doctor Héctor Dada y los demás dirigentes --formales y fácticos/históricos-- de Cambio Democrático. Si piensan en el corto plazo, van a ir con el Frente. Aunque pierdan las presidenciales, por lo menos pueden negociar espacios en concejos municipales e incluso en la Asamblea. Pueden asegurar su sobrevivencia, pero al costo de su autonomía.

Si aceptan su responsabilidad como representantes de la izquierda democrática, tienen que pensar en plazos más largos. Tienen que olvidarse de los salvavidas y jugárselo todo, aceptando el reto de construir una opción de cambio diferente, un opción real de alternabilidad, aunque no a corto plazo, sino pasando por un proceso de acumulación. A la par del FMLN les puede ir medianamente bien, si son suficientemente oportunistas de conformarse con un papel de fachada democrática de un partido grande, autosuficiente y autoritario.

Aceptar el reto de convertirse en el arquitecto de una opción nueva que no acepta la polarización, sino se propone a romperla, es riesgoso para el CD. Pero es la única manera de mantener su dignidad, su autonomía, su razón de ser. Dirigentes históricos como Héctor Dada, Rubén Zamora, Héctor Silva, Francisco Díaz, Jorge Villacorta Juan José Martell no tienen el derecho a conformarse con salvavidas y cuotas de poder. Tienen un compromiso con el país, con la izquierda democrática. Tienen cosas que hacer, sueños a cumplir, que un Arturo Zablah y un Rodolfo Parker no pueden hacer solos, ni siquiera apoyándose en el FDR. Son el ingrediente casi indispensable de un contingente que se propone construir una alianza amplia y plural capaz de llevar al país a la alternancia que necesita.

En cambio, en alianza con el FMLN estos dirigentes simplemente se anegan. Como complemento cosmético de una maquinaria populista, ortodoxa y antidemocrática, renuncian a su responsabilidad de producir, construir, crear, liderar.

Mis amigos Zamora, Silva y Dada van a decir: Si nos aliamos con el FMLN es para asegurar que se vuelva democrático, constructivo, responsable. Pero esto, muy estimados amigos, es aun mucho más difícil, improbable y riesgoso que la otra aventura, la de ponerse a la cabeza de un proceso de acumulación y construcción de una opción independiente de los dos polos que reúna, por primera vez en el país, a los reformistas de izquierda y derecha para producir la transición.

(Publicado en Siguiente Página)

martes, 23 de octubre de 2007

Berlin 1936 - Pekin 2008

Nunca entendí porqué las naciones libres participaron --así no más, sin ningún gesto de inconformidad-- en los Juegos Olímpicos 1936 en Berlin. Era visible para el mundo que la dictadura nazi de Hitler iba a explotar los juegos como espectáculo político- propagandístico. Estaba ya en marcha la persecución de toda oposición política y de los ciudadanos de origen judío. Ya eran previsibles el carácter totalitario del régimen alemán y sus preparativos para la expansión territorial mediante la guerra. La intervención militar alemana en la guerra contra la España republicana era un hecho.

Sin embargo, todos asistieron a unos juegos que presentaron a la juventud alemana uniformada y uniforme, marchando al son de músicas marciales, pero sonriendo. Los juegos deportivos, concebidos cómo símbolo y vehículo de la paz y del entendimientos entre los pueblos, se convirtió, bajo el mando de los nazis y los ojos pasivos del mundo, en un evento paramilitar. Una mancha en la historia deportiva, una vergüenza para las democracias, una oportunidad no aprovechada a ponerle contención al fascismo en Europa...

Para nadie era ni secreto ni sorpresa que los Juegos Olímpicos de Berlin iban a convertirse en un gigantesco show propagandístico de los nazis. La España republicana --en una guerra de defensa contra el fascismo español y la intervención militar de los regimenes fascistas de Italia y Alemania-- llamó a las naciones del mundo a boicotear los juegos de Berlin. Pero todos llegaron y ayudaron a Hitler, su ministro de propaganda Goebbels y su cineasta Leni Riefenstahl a armar el show. En los juegos del 1932 sola habían participado 32 naciones, en 1936 en Berlin participaron 39 países, de los cuales 16 serían ocupados por los alemanes en los siguientes años.

¿Y Pekín 2008? Los chinos están preparando un show aun más poderoso que los alemanes. La población, sobre todo la juventud, está siendo organizada para recibir las naciones del mundo: marchas, cantos, coreografías, danzas, desfiles, todo multitudinario, gigantesco, monumental; todo uniformado, todo ensayado, todo perfecto. El lenguaje visual y escenográfico de las dictaduras totalitarias. Ya lo vimos en Berlin, ya lo vimos en Moscú...

Nadie ignora que en China miles de niños de muy corta edad están siendo entrenados con métodos absolutamente inaceptables, para convertir China en la superpotencia deportiva de los juegos del 2008. Nadie ignora que el doping en China es política del Estado. La juventud al servicio de la revolución, ¡venceremos!

¿Y la juventud que se manifestaba en la plaza Tiananmen en 1989? ¿Los estudiantes del movimiento pro democracia? ¿Los tibetanos? ¿Serán visibles en Pekín 2008? ¿O pasarán los juegos olímpicos en detención preventiva? Preventiva para que los visitantes, deportistas y periodistas no los vean...


La organización Reporteros sin Fronteras llama al boicot de los juegos en “China, la mayor cárcel del mundo para periodistas y cibernautas”. No sé si habría que boicotear la fiesta china. O condicionar la participación a ciertas condiciones mínimas para la oposición, para la desmilitarización del evento, para una apertura real que permite que las ideas revolucionarias, pacifistas de los Juegos Olímpicos tengan libertad y espacio para penetrar la sociedad china. No se qué han pensado los dirigentes del deporte mundial cuando eligieron Pekín como sede para el 2008. El problema es que todos quieren algo de China: unos venderlos carros, otros venderles materia prima, otros comprarles armas, otros acceder sus inmensas reservas de devisas, otros simplemente vivir en paz con un vecino tan poderoso. China, la próxima superpotencia económica, militar y financiera. Mejor estar bien con los chinos y no meterse en sus asuntos internos...

Así pensaron en 1936 también los países europeos al viajar a Berlin, tres años antes de ser invadidos y masacrados por sus alegres anfitriones...

Por lo menos hay que iniciar, en cada país y en el movimiento olímpico internacional, una discusión seria y honesta sobre la problemática de Pekín 2008. Discusión que en el 1936 no se dio. Los medios de comunicación del mundo tienen que decidir si aceptan ser receptores de la imagen que China quiere proyectar, o si exigen acceso libre y no filtrada al país, a la información, a la oposición.

Si no, en el 2008 sólo vamos a ver en nuestros televisores millones de jóvenes chinos sonrientes, alegres, disciplinados, uniformados y bien entrenados. Y pensar que en China todo está bien: moderno, alegre y eficiente. Pues sí, la típica cara del totalitarismo.

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miércoles, 17 de octubre de 2007

Para enjuiciar al adversario, primero hay que vencerlo

Si querrés, después de la guerra, hacerles juicios a tus adversarios, primero tenés que vencerlos. Tenés que ganar la guerra antes de hablar de juicios. Los juicios a los criminales de guerra las hacen los vencedores. El tribunal de Nürnberg lo hicieron los aliados después de derrotar y desarmar a los alemanes. Enjuiciaron a los criminales de guerra alemanes, no a los criminales de guerra americanos, británicos y soviéticos. No a los responsables del bombardeo a la población civil de Dresden e Hiroshima. Enjuiciaron a los comandantes de los campos de concentración y extermino masivo alemanes, no así a los responsables de los campos de concentración y exterminio rusos.

Lo que está bien. Para mi, hubieron tenido que enjuiciar a mucho más de los culpables alemanes. Los aliados contra Hitler llevaron una guerra justa y necesaria para liberar al mundo de la plaga fascista. Hicieron sacrificios enormes, y también cometieron crímenes de guerra - pero ganaron, por suerte. Nadie los enjuició, porque ganaron.

En la guerra interna salvadoreña hubo crímenes de guerra, asesinatos de civiles, masacres. La Comisión de Verdad instalada por Naciones Unidas con el aval de las partes firmantes de la paz señaló varios de los crímenes más emblemáticos. Y atribuyó culpabilidad: la mayor parte de los crímenes fueron cometidos por fuerzas gubernamentales y paramilitares progubernamentales, una parte mucho menor por la guerrilla.

Cualquiera de las dos partes, si hubiera ganado esta guerra, hubiera hecho su Nürnberg, investigando y sancionando a los crímenes del bando derrotado. Si gana el FMLN, varios de los dirigentes de ARENA y de los miembros del Estado Mayor hubieran terminado encarcelados o exiliados. Hubiera habido juicios en las casos de Oscar Arnulfo Romero, de Mozote, de Enrique Córdova, de Febe, de Herbert Anaya.Y si el ejército hubiera derrotado al FMLN, hubiéramos presenciado juicios en los casos de los secuestros a empresarios y embajadores, de la Zona Rosa, del comandante Mayo Sibrián, de los asesinatos de políticos e intelectuales de la derecha, del secuestro de Inés Duarte, de los alcaldes asesinados por el Frente, etc. Y los comandantes del Frente hubieran terminado exilados o encarcelados.

Sin embargo, en nuestra guerra no hubo ni vencedores ni vencidos. Negociamos terminar la guerra. Es inconcebible sentarse en una mesa de negociación para concertar la paz y al mismo tiempo decir a quien está sentado en frente: “Vaya, arreglemos este asunto del cese al fuego, pero después te vas a la cárcel?” Y el otro hubiera dicho: “Bueno, pero vos también, pero mientras tanto, sigamos en la agenda y discutamos el volado de la PNC...”

Para obtener una solución negociada y una paz sin vencidos, obviamente había que pactar una amnistía. De otra manera, no era posible.La paz, la negociación, la incorporación de la guerrilla y su dirigencia a la vida civil e institucional tuvo sus costos. No hay nada gratis, mucho menos en una guerra. Y el costo fue discutido, fue asumido concientemente. Incluyendo la amnistía. Todos teníamos claro que lo que íbamos a firmar en Chapultepec significaba que los jefes militares y escuadroneros iban a transitar libres por las calles, igual que nosotros y nuestros dirigentes.Lo discutimos y lo asumimos. Me recuerdo de incontables reuniones en los campamentos donde las fuerzas guerrilleras estaban concentrados entre el cese al fuego y la desmovilización definitiva. Muchos tenían dudas. Muchos decían que les iba a costar tragarse que iba a haber impunidad para los asesinos de sus familiares, de su obispo, de sus sacerdotes, de sus dirigentes gremiales o religiosos. Pero nadie dijo: “No, entonces mejor sigamos con la guerra hasta que la ganemos y podamos echarlos presos a todos estos criminales.”

Hoy, 15 años después –o sea luego de 15 años de hacer uso (bien o mal) de los espacios que nos ha abierto la solución negociada, luego de 15 años de haber gozado de las libertades y garantías que nos dieron los acuerdos, incluyendo la amnistía- algunos quieren negarse a pagar los costos. Surge nuevamente la demanda de abolir la Ley de Amnistía. Vuelven a alzarse voces de indignación contra la impunidad que esta ley ha dado a los implicados en crímenes relacionados con la guerra, o sea crímenes dentro del marco de insurgencia y contrainsurgencia.

Suenan nobles estas voces. Hablan en el nombre de las víctimas. Defienden derechos humanos, derechos civiles, dignidad de las víctimas. Pero, ¿realmente son sinceras estas voces? ¿No será que estén haciendo un juego peligroso o hasta cínico con los sentimientos de las víctimas? ¿Realmente quieren la situación que se generaría si de veras se estaría aboliendo la amnistía y abriendo juicios contra miles de protagonistas de los dos bandos?

Me llama la atención que los que ahora están exigiendo la abolición de la Ley de Amnistía no son los excombatientes guerrilleros. Ellos son los que mejor saben que en el 1992 todos asumimos las condiciones de los acuerdos de paz, incluyendo la amnistía, porque no existía la opción de vencer y vengar.

Los que han combatido en la guerra son los que menos caen en tentaciones de revanchismo. Conocen mejor la guerra y aprecian más la paz. No es cierto lo que dice Geovanni Galeas que de una guerra nadie sale limpio. Miles de combatientes guerrilleros y miles de militares han salido limpios: han matado, pero no han asesinado a civiles, no han torturado. Pero todos tienen conciencia de que la línea divisora entre guerra y crimen de guerra muchas veces no es clara. Todos han estado en situaciones donde han estado cerca de cometer abusos contra civiles o adversarios capturados o compañeros bajo sospecha de colaboración con el enemigo o cobardía frente al enemigo... Y esto es más cierto por más responsabilidades y mando que alguien ha tenido.

En esta nueva campaña de la abolición de la amnistía están hablando, por el momento, activistas de derechos humanos, religiosos, dirigentes de movimientos sociales. Parece que el FMLN está respaldando esta petición. Quisiera escuchar en la voz de los que han dirigido la guerra por parte de la insurgencia si realmente quieren abolir la Ley de Amnistía y que se abran juicios contra todos los que han sido señalados de abusos y crímenes, incluyendo a ellos mismos, por supuesto. Quisiera escuchar a Leonel González, por ejemplo, si está dispuesto a promover un decreto de abolición y, consecuentemente, renunciar al fuero de inmunidad que goza de diputado para que pueda enfrentar los juicios que le tocarían. Tengo que decir que admiro la valentía de Salvador Samayoa quien prácticamente ha dicho: Juntos hemos --gobierno e insurgencia-- acordado la salida al conflicto, juntos la defenderemos.

Hay dos afirmaciones, en este contexto, que requieren respuesta. Una es que la impunidad otorgada por la amnistía del 1993 es una especie de pecado de nacimiento de nuestra sociedad de posguerra y, como tal, directamente culpable de la impunidad que beneficia a los corruptos, los pandilleros y los narcos de hoy. Es como decir: Porque nadie está en la cárcel por el asesinato de Oscar Arnulfo Romero, andan libres los asesinos de los señores Manzanares en Suchitoto y de Federico Bloch.

No hay nada para sustentar esta tesis. La impunidad de hoy es resultado de los pecados de la posguerra, no de los Acuerdos de Paz y la amnistía. Tiene que ver con la ineficiencia de la fiscalía de la policía, con los errores de la política de seguridad pública, con la corrupción entre los jueces. Tiene como trasfondo la extrema polarización que ha impedido pactos nacionales en el área de seguridad pública y reforma del sistema judicial.

La otra afirmación es que la amnistía ha impedido una verdadera reconciliación. Primero, ¿quién dice que nuestra sociedad no está reconciliada? Pregunten a los combatientes de los dos lados, por ejemplos en las asentamientos de ex-soldados y ex-guerrilleros en el Bajo Lempa. Contarán cómo se han convertido en aliados, cómo se están apoyando mutuamente. Yo sostengo que la sociedad salvadoreña es altamente reconciliada, no así los liderazgos de los dos partidos grandes.

¿Y cómo imaginarse que sin la amnistía, con una avalancha de juicios contra militares, paramilitares, guerrilleros y comandos urbanos estaríamos mejor reconciliados? No, la amnistía ha sido parte vital e indispensable del proceso de reconciliación. Si queremos llegar aun más lejos en el camino de la reconciliación, no hay que atacar la amnistía sino la polarización y la ortodoxia en los dos polos.

(Publicado en Siguiente Pagina: vea tambien Diario de Hoy del 25 de oct)

miércoles, 10 de octubre de 2007

El mitos del Che. Una recopilación.

Han aparecido, en todo el mundo, en todos los idiomas, miles de artículos sobre Ernesto Guevara “el Che” a 40 años de su muerte. En vez de escribir otro más, he decidido seleccionar partes de algunos de los artículos que analizan el fenómeno del Che como mito, y su transformación en marca, por una parte, y santo de devoción, por otra. Yo persnalmente sólo quiero decir esto: Nunca en mi vida he portado ni voy a portar una camiseta con la imagen del Che. No me gustan los mitos, ni los santos, ni los héroes. Sin embargo, Ernesto Guevara ha tenido una gran influencia sobre mi vida. Su frase “creamos uno, dos, muchos Vietnam” cambió mi vida y, en última instancia, me llevó a El Salador. Igual que los ejemplos de los alemanes, americanos, ingleses y ciudadanos de otros países que combatieron en la guerra civil en España contra el fascismo que estaba al punto de apoderarse de Europa, Ernesto Guevara me hizo adoptar el internacionalismo como concepción que nunca pienso abandonar. Sin embargo, ‘el Che’ como santo de devoción de la izquierda y cómo icono revolucionario y comercial, no me dice nada. Veo en San Salvador buses adornados con la famosa silueta del Che a la par de la silueta casi idéntica de Jesús y de la suástica nazi. Las imágenes, combinadas así, pierden sentido. Las tres. Poner a la par, como si fueran compatibles, Jesús con el Che convierte a los dos en abstracciones sin sentido. Y combinarlos con la suástica sella lo absurdo del uso arbitrario de los iconos.
...

“A pesar de cientos de vidas que pesan sobre su conciencia, el Che es chic.” Así introduce el escritor alemán Reinhard Mohn, su artículo en la revista alemana Spiegel sobre los 40 años de la muerte de Ernesto Guevara. A continuación fragmentos de su artículo:

“A 40 años de su muerte lo encuentras en todas partes: en la celda de una prisión de Andreas Baader (jefe del grupo terrorista RAF de Alemania), en el pecho de Johnny Depp y en el escotado del supermodelo Gisele Bündchen.”

“Políticamente fracasado en todo sentido, como icono inmortal.”

“El escritor Peter Weiss (La Estética de la Resistencia) escribió: ‘Cuando nos enteramos de la muerte del Che, nuestro primer pensamiento fue: ¿Tuvo que morir ahora cuando más indispensable se había vuelto? ¿Se sacrificó? La respuesta es sencilla y desnuda nuestra derrota y nuestra cobardía.’

“Aquí ya escuchamos el tono de la adulación de los héroes, que va a la par con la auto denuncia revolucionaria de nuestra propia debilidad. Los pecadores cobardes, arrodillados ante la imagen del sacrificado divino. Mucha gente de izquierda en toda Europa adoptaron esta actitud casi religiosa. Un ser sobrenatural como ejemplo, ante cuya grandeza sobrehumana uno puede fracasar sin cargo de conciencia.”

“Jean Paul Sartre llamó al Che Guevara ‘el hombre más completo de su tiempo’, y Jean Ziegler, sociólogo suizo y uno de los críticos más prominentes de la globalización, dijo: ‘Guevara creyó en el efecto terapéutico de la violencia. Pensaba que el que ejerce la violencia hasta el sacrificio de su propia vida descubre, en si mismo, el nacimiento del hombre nuevo.’ De eso se trataba, de la utopía fascinante del hombre totalmente diferente, totalmente nuevo. Libre, orgulloso, autodeterminado.”

“En la imagen del Che el comunista revolucionario abnegado y disciplinado se fusiona con el predicador del amor al prójimo y de la misericordia – y se forma un Jesús Cristo con machete y fusil AKA.”

“A pesar de que sobre su conciencia pesan cientos de vidas, entre ellas ‘traidores’ eliminados a sangre fría, nunca perdió el aura del hombre sensible, del visionario, del capitán en alta mar que conoce el rumbo.”

“Entonces, el Che Guevara –ojo: dialéctica- se ha convertido en un emblema hasta intercambiable para usos múltiples – y en última instancia también para nada. El Che se hizo una moda universal. Hasta pacifistas convencidos pueden llevar su cara en sus camisetas.”

“A diferencia de las otras grandes leyendas de la revolución mundial –Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao- el Che Guevara nunca fue un ideólogo partidario, tampoco el típico dirigente de masas, y tampoco –a pesar de todo- no fue un burócrata del genocidio, no fue asesino de cuello blanco. Siempre le rozaba el aire del aventurero romántico, el desafío existencialista, la búsqueda ansiosa del cambio radical, de la liberación del mal. El comandante Che Guevara es ahora el mitos central de una religión secular mundial.”

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I
sabel Hilton en The New Statesman, Inglaterra, dice: “A cuarenta años de su muerte, el Che Guevara tiene poco que ofrecer como guía de cómo hacer la revolución. Entonces, ¿por qué su imagen sigue inspirando adhesiones casi religiosas?”

“El legado del Che, a 40 años de su muerte en un intento fallido de iniciar la revolución en Bolivia, consiste en una imagen tan poderosa y plástica que todavía funciona como inspiración para rebeliones, así como para vender cualquier cosa, desde ceniceros hasta camisetas.”

“Incluso en su muerte, el Che tenía suerte con sus fotógrafos. Freddy Alborta, el único fotógrafo profesional que tenía acceso a ver su cuerpo después de la ejecución, difundió una imagen impactante del cuerpo acostado en una mesa, rodeado de militares. Es la imagen de un Cristo... Pero fue la foto suertuda de Korda que hizo al Che inolvidable. La foto de Korda, adecuadamente manipulada, cobró vida propia, creando una combinación irresistible de celebridad y rebeldía que dio al Che una influencia en un mundo que ya se ha olvidado de los detalles de su trayectoria. A través de esta imagen, las complejidades de la vida y del pensamiento del Che son reprocesadas y transformadas en una abstracción que puede simbolizar cualquier cosa.”

“La durabilidad del Che poco tiene que ver son sus logros revolucionarios, aunque son auténticas sus credenciales revolucionarias... Ernesto Guevara indudablemente fue revolucionario, pero igual lo eran muchos otros cuyos nombres ya han sido olvidados. El impacto del Che es emocional. Su muerte joven en Bolivia creó al Che como un Cristo secular, el hombre que asumió los pecados del mundo y dio su vida por la causa de los oprimidos. Su imagen continua inspirando la esperanza de cambio y la virtud de la rebelión, y su derrota, en vez de debilitar esta imagen, le da fuerza. Cristo también fue derrotado en la tierra...”

“El Che es el revolucionario del rockers, el mártir del idealismo, el James Dean en uniforme de camuflaje. Cuando el Papa Juan Pablo II celebró misa en la Plaza de la Revolución en La Habana, la gigantesca imagen del Che sirvió como contrapunto revolucionario.”

“El Che tiene poco que ofrecer como guía de cómo hacer la revolución. Lo que sí tiene es la imagen mesiánica de sacrificarse por los pecados -o sufrimientos- de los demás. Independientemente de sus fracasos y contradicciones, o de lo obsoleto de sus métodos y su ideología, la fuerza de su imagen, con su calidad simbólica y religiosa, continúa inspirando. Como escribió el escritor portugués José Saramago, en sus términos característicamente místicos: ‘La foto del Che Guevara fue, ante los ojos de millones de personas, la imagen de la suprema dignidad del ser humano. Che Guevara solamente es el otro nombre de lo más justo y digno en el espíritu humano’. “
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En el periódico alemán Die Tageszeitung, durante la década de los ochenta expresión de la solidaridad con los movimientos revolucionarios de América Latina, escribe el periodista Toni Keppeler, quien por años fue profesor de periodismo en la UCA en El Salvador, un artículo titulado: ‘Che Guevara, el hombre Marlboro de la izquierda’.

“Hay camisetas del Che, hay un reloj Swatch del Che, incontables afiches, calcomanías con su cara, y en Google te salen 4.8 millones de menciones en fracción de segundos. El Che Guevara tiene 40 años de haber muerto, pero está tan vivo como Elvis. Sus ideas ya no siguen siendo omnipresentes, pero sí su cara.”

“Cuando los hombres se transforman en mitos, es mejor no saber mucho sobre ellos. Si no, pierden el encanto y vuelven a ser hombres. Se han escrito muchas biografías sobre el Che Guevara. La mayoría parecen leyendas de santo. Cuando Fidel Castro, en sus discursos, mencionaba a su compañero de lucha, le gustaba hablar del ‘hombre probablemente más completo y transparente de la historia’. Y los niños de Cuba aun son inducidos a gritar en coro que quieren ‘ser como el Che’.“ Mejor que no. Ernesto Che Guevara no era un hombre agradable. A pesar de todos sus méritos como guerrillero, fue vanidoso, temperamental y autoritario. Un hombre descuidado que no se bañaba muy seguido. Podía ser injusto y brutal y a veces tenía ataques de racismo. Esto no está escrito en las leyendas del santo. Hay que ir a hablar con los ancianos que estaban con él en la Sierra Maestra o en el Ministerio de Industria. Luego de unos cuantos vasos con ron comienzan a contar – bajo la condición de no mencionar sus nombres. Y uno tiene que leer las cartas y diarios de Guevara. Así uno escucha y lee muchas cosas que no caben en el mito del Che como hombre bueno.”

“Tal vez fue bueno que Guevara haya muerto joven. En la Cuba de hoy andaría perdido. Cuando Fidel, en 1993, introdujo el dólar como medio de pago en Cuba, el Che lo hubiera mandado a un campo de trabajo forzoso. Y ahora que el anciano Fidel se está paulatinamente retirando y dejando gobernar en su lugar al partido, el Che hubiera sentido que la revolución está perdida. Sin embargo, como mito del guerrillero ejemplar sigue entusiasmando a la juventud.”

“El mismo construyó este mito. En su libro ‘La guerra de guerrillas’ lo describe detalladamente. El tabaco, dice, es fundamental en la vida del guerrillero. El humo que puede emitir en momentos de tranquilidad es ‘el gran compañero del soldado solitario’. Ernesto Che Guevara, el hombre Marlboro de la izquierda.”

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El diario argentino La Nación, dedica varios artículos al aniversario de Ernesto Guevara. De uno, de Pablo Mendelevich, son los siguientes fragmentos:

“Verdaderamente difícil es imaginar el mundo -en sentido literal: una manifestación iracunda en Trípoli, una protesta universitaria en Varsovia, el piquete de un grupo trotskista en Plaza de Mayo, las paredes del dormitorio fucsia de una modelo adolescente en Sidney, un homicida tatuado que espera en Tennessee la hora de la silla eléctrica, el comercial de un cero kilómetro en Francia, el brazo derecho de Maradona, la barriga de Myke Tyson- sin el rostro del Che. El Che multiplicado por cientos de millones, la legendaria foto tomada por Alberto Korda, la imagen más reproducida de la historia, logotipo de la rebeldía.”

“Todo mito popular, se sabe, gana vigor si está asentado sobre una muerte temprana –lo único más injusto que la muerte misma.”


“Los adoradores del Che mutaron, no son los mismos. Primero su epopeya fue descripta sin fisuras por la historiografía cubana y por el marxismo foquista (para los partidos comunistas, incluidos el boliviano, que le dio la espalda tanto como los campesinos, y también el argentino, el Che recién muerto era una incomodidad). Luego las izquierdas moderadas comprendieron que podían reconocer la figura épica –mucha alternativa ya no tenían- sin asumirse como guevaristas. Con la depreciación ideológica aparecieron quienes recortaron las prestaciones militares, políticas y administrativas del guerrillero –incluida su responsabilidad en fusilamientos al por mayor– para estandarizarlo como gran luchador romántico, quintaesencia del idealismo. Y finalmente ganaron su espacio los fabricantes de remeras estampadas.”

“Dice Kevin Johansen en una de sus últimas canciones: ‘Todos se compran la remerita del Che/ sin saber quién fue/ su nombre y su cara no paran de vender/ parece Mc Guevaras o Che Donalds/ parece Mc Guevaras o Che Donalds’.”

“Alvaro Vargas Llosa escribió que el renacimiento de la marca, para él empujado sobre todo por la película Diarios de motocicleta, sucedió años después del ‘colapso político e ideológico de todo lo que Guevara representaba’.”

“Como dice uno de sus biógrafos locales, Mario Pacho O’Donnell, ‘a adhesión al Che no pasa por la adhesión a sus ideas políticas sino por lo que simboliza: principismo, ética, utopía; valores hoy escasos’.”

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Y el mismo periódico, La Nación, publica un reportaje de Andrés Schipani titulado: San Ernesto: la última leyenda del Che Guevara, descubriendo la leyenda del Che en los pueblos de Bolivia donde luchó y finalmente fue capturado y ejecutado. Aquí fragmentos de este reportaje:

“Hay misas, se le reza y nos hace milagros, dice Susana Osinaga mientras camina por las polvorientas calles de Vallegrande, un pueblo que parece suspendido en el tiempo. Pero ella no habla de Jesús ni de algún santo, habla de Ernesto ‘Che’ Guevara, el guerrillero argentino que hace 40 años fue ejecutado a 60 kilómetros de aquí, en La Higuera, por el Ejército de Bolivia, después de su fallida aventura revolucionaria en la selva.”

“Para los pobladores está siempre presente, pero presente de un modo distinto al que se observa en el resto del mundo, en donde ha permanecido o bien como inspiración política, o bien como icono de consumo en la industria del entretenimiento. Aquí, como en La Higuera, la imaginación popular ha hecho de él presencia santa.”

“Eusebio Tapia, un hombre de origen aymara que hace décadas peleó junto a Guevara en la campaña boliviana, explica: ‘Sí, mucha gente en Bolivia tiene al Che como inspiración, se ha convertido en un icono, un mito’. Y agrega: ‘Pero existe otro mito, mucho más fuerte: el que ha construido la fe de la gente que lo tiene como si fuese un Cristo, como un santo’.”

“Si para muchos de sus seguidores alrededor del mundo, el Che representa un icono progresista y revolucionario y para sus críticos "una máquina de matar", para los lugareños de este rincón boliviano es completamente otra cosa. Para ellos es una ‘fuerza que protege y provee’.”

“El pintor mendocino Ciro Bustos -quien acompañó al Che en la campaña de Bolivia y fue capturado al separarse del grupo junto al filósofo francés Régis Debray- trata de explicar el fenómeno de la devoción desde una perspectiva escéptica: ‘La izquierda trabaja sobre los sueños y la Iglesia sobre el miedo. Los íconos sirven para manipular mejor ambas ilusiones y, de paso, aparentar hacer algo’. Para algunos, esta parece ser la razón por la cual, a 40 años de la muerte del Che, su imagen sigue dando la vuelta al mundo, presente en manifestaciones y claustros universitarios, mientras que aquí en Bolivia uno puede encontrar una especie de beatificación casi sacrílega para muchos, a la que la Iglesia local no parece oponerse.”

“Se cuenta que, herido, apoyado sobre una piedra en la Quebrada del Churo, Guevara dijo: ‘No disparen, soy el Che Guevara y valgo más vivo que muerto’. Al parecer no estaba en lo cierto: para bien o para mal, más allá de los pósters, las remeras y los cantos de protesta, su figura ha trascendido como mito y como símbolo. Y para algunos, aquí donde halló la muerte 40 años atrás, también como santo obrador de milagros.”
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miércoles, 3 de octubre de 2007

¿Hinchas, barras móviles, turbas o partidos políticos?

Sigo soñando con un país que tenga partidos políticos civiles. Integrados por ciudadanos. Partidos que tengan miembros, no militantes.

Aquí los partidos -todos, sin excepción, pero sobre todo los dos grandes- siguen reclutando, indoctrinando, uniformando a sus miembros, convirtiéndolos en activistas, hinchas, barras. Hay partidos que más que asociaciones de individuos libres, autónomos y soberanos para buscar fines comunes parecen organizaciones paramilitares: verticales, uniformados, organizadas en brigadas, disciplinadas, entrenadas para “misiones” y “tareas”, incluyendo de seguridad.

Basta ver las asambleas o convenciones de los partidos. En otras partes del mundo son eventos meramente civiles, donde a nadie se le ocurre uniformarse con camisetas, chalecos, binchas, gorras y pañuelos con los colores de su partido. Llegan en traje, en jeans y tenis, en moño, en ropa deportiva, en traje folclórico – cada uno según su costumbre, su profesión o su gusto. Aquí las convenciones de los partidos son eventos de hinchas, no sólo por lo uniformado, sino por los gritos, la bulla, las consignas, el confeti, los insultos, los empujones, las vivas con que reciben a sus candidatos y los chiflidos con que rechazan a otros. Última demostración: la barra móvil arenera que el sábado pasado puso en escena el espectáculo “Las masas quieren a René”, interludio tragicómico en la obra “No hay candidatos hasta que yo diga” de Tony Saca.

La cultura política salvadoreña es una rara mezcla, en la cual se funde la tradición estadounidense de poner en escena convenciones partidarias como eventos deportivos con cachiporras y desfiles con los orígenes paramilitares de los partidos salvadoreños. Ver a empresarios, ministros del Estado, damas de la alta sociedad, ex-jefes de Estado parados en fila, disfrazados de boy scouts, gritando consignas estúpidas y cantando himnos de guerra, puede parecer cómico. Pero en el fondo es una muestra triste del pobre estado del partido de gobierno. De la falta de civilismo. De la falta de creatividad. No es realmente un partido político, es la maquinaria electoral, el cuerpo de activistas y operadores políticos de una élite de poder que normalmente no se quiere meter directamente en el negocio de la política.

El otro partido, el que quiere convertirse en gobierno, da la misma triste y bélica imagen, con otros colores y otros actores. Amas de casa, vendedoras del mercado, estudiantes, trabajadores, profesores, campesinos forrados de trapos rojos. Ya no permiten barras enfrentadas en sus asambleas, solo expresiones orquestadas de unidad, entusiasmo colectivo y disciplina revolucionaria. Y así los otros partidos, unos de verde, otros de azul o amarillo.

Lo más llamativo en este circo y lo más revolucionario en este escenario político sería un partido que no tenga uniforme. Donde cada uno sigue siendo quien es y viste como acostumbra. El show se lo llevaría un dirigente o candidato que no se pone trapos sino aparece en traje; que no pone ni la derecha en el pecho ni la izquierda en el aire; que se hace acompañar de integrantes de la orquesta sinfónica juvenil en vez de bandas de guerra o conjuntos llorones de protesta.

Sigo soñando que algún día, después del 2009 -o sea después de 17 meses de campañas de hinchas, barras, grupos paramilitares que ensucian las ciudades, las carreteras, hasta los cerros y las rocas en nuestros paisajes, que gritan consignas, cantan barbaridades militaristas o cursilerías revolucionarias-, que después de este sufrimiento surja, como alternativa, movimientos civiles, partidos de ciudadanos. Partidos deliberantes, tolerantes, abiertos, donde es prohibido gritar consignas. Imagínate un partido del cual te expulsan no por disidente, nunca por desobediente, tampoco por independiente, sino por falta de tolerancia. ¿Te puedes imaginar un partido político en cuya cultura la palabra más negativa no es “traidor” sino “conformista”?

Las imágenes de la semana pasada -la foto de la Comisión Política del FMLN, que para hacer una conferencia de prensa se viste de rojo; y la otra foto de tres jefes de Estado (uno actual, dos retirados) disfrazados de hinchas y cubiertos de confeti me hacen dudar de la capacidad intelectual de nuestros liderazgos. Seriamente. Es tiempo que seamos gobernados no por payazos ni por cachiporristas, mucho menos por hinchas y paramilitares, sino por ciudadanos.

Con gusto me dejo sorprender. Tal vez por Mauricio Funes, si decide que no tiene porque disfrazarse con trapos rojos. O por Arturo Zablah, si se queda fiel a su concepto de movimiento ciudadano. O por un candidato de ARENA que decide correr por la presidencia, pero simbolizando con su traje (o vestido) civil el viraje que quiere producir desafiando la descultura de las barras, hinchas y grupos de choque paramilitares.

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