Estimado Héctor:
sábado, 28 de abril de 2012
Carta al doctor Héctor Dada
martes, 24 de abril de 2012
Carta a la Asamblea Legislativa saliente
Estimados diputados:
lunes, 23 de abril de 2012
El tamal tóxico
El tamal se está haciendo, a pesar de que sus ingredientes apestan y su consumo intoxicará la institucionalidad del país. Se está cocinando a fuego lento, a pesar de toda la oposición - la parlamentaria de una impotente ARENA y la extraparlamentaria de una crecientemente amplia coalición de organizaciones y personajes de la sociedad civil, gremios empresariales, sindicatos, universidades.
Hay que objetar todo el tamal, pero en particular los ingredientes específicos que harán tóxico al conjunto. Hay que objetar que cocinen el tamal en la Asamblea saliente, pero hay que armar un especial berrinche contra dos actos que la sociedad no debe dejar pasar: la elección de un fiscal general comprometido con los intereses de la coalición FMLN-GANA, y que va a garantizar impunidad para todos los actos de corrupción durante los gobiernos de Saca y Funes. Un fiscal que además esté dispuesto a utilizar el enorme poder de la fiscalía para callar a críticos y opositores. En este sentido no es suficiente que la sociedad civil y la opinión pública haya logrado bloquear la llegada de Guillermo Gallegos a la fiscalía. Este hombre, sin duda, hubiera sido un especial peligro para la legalidad. Pero tampoco hay que permitir que en vez de Gallegos llegue un fiscal puesto por Gallegos, GANA y los Saca. Puesto por ellos o llegado a ser electo en base de compromisos con ellos.
sábado, 21 de abril de 2012
Carta a los ex-ministros
jueves, 19 de abril de 2012
Columna transversal: Nadie me va a callar
Si la acusación pública proviene de un político, ya es otra cosa más seria. Uno dice: Está jodida nuestra clase política.
Si la acusación es la respuesta de un político a una crítica periodística recién publicada, uno se pregunta: ¿Qué dolido está este señor para que aproveche una entrevista en televisión para tratar de desquitarse la crítica política recibida con una acusación tan ridícula? Pero todavía llegaría básicamente a misma la conclusión: Otro loco más, ¿qué vamos a hacer? Sobran los que se vuelven locos porque no aguantan la crítica...
Pero cuando la acusación proviene de un político con la trayectoria de Guillermo Gallegos, por lo menos hay que preguntarse: ¿Me tengo que preocupar? ¿Hasta dónde está dispuesto llegar este señor? ¿Y qué poder de fregar gente tiene un tipo que hace pocos días era el candidato más probable a ocupar el cargo de fiscal general y que todavía hoy es miembro de una subcomisión de la Asamblea Legislativa, constituida especialmente para poner al próximo fiscal general?
Hay quienes me han dicho: Tienes que demandar a Gallegos. Cosa que no voy a hacer. No sólo porque no tiene sentido demandar a un tipo que está gozando de la impunidad que provee el fuero de diputado, sino porque estoy en contra de usar las leyes de difamación para restringir la libertad de expresión. Y quiero ser consecuente con esta posición.
Pero queda sin respuesta la pregunta del millón: ¿Hasta qué extremo, hasta qué acción ilícita estarán dispuestos llegar el diputado Guillermo Gallegos y sus amigos para callar a un crítico incómodo? ¿O más bien, como no me pueden callar, para desacreditar o sacar de circulación a un crítico incómodo?
Entonces, seamos consecuentes y nos preguntamos: ¿Será este miembro influyente de la Asamblea Legislativa capaz de usar su poder para incentivar a algún funcionario a cometer un fraude procesal contra un periodista para desacreditarlo?
Todavía quiero pensar que nuestro país tiene una institucionalidad suficientemente fuerte para que no procedan estos tipos de maniobras. A pesar de todas las deficiencias de nuestras instituciones, sigo creyendo en el Estado de Derecho.
Pero tengo que admitir: la actuación de Guillermo Gallegos es una dura prueba para esta mi confianza. No es un loco hablando solo. Es un señor que una mayoría de diputados estaba al punto de convertir en fiscal general de la República, y lo más probable es que al final saldrá electo a este cargo algún chero de él. Entonces, ¿comienzo a preocuparme?
No tanto para dejar de decir en mis cartas y columnas lo que hay que decir. No tanto para bajar el tono de mis críticas a gobernantes, partidos y diputados. Pero sí para resignarme con la triste verdad que aquí existen y tienen cuotas considerables de poder fuerzas políticas, que juegan sucio con la confianza que todos tenemos en el sistema democrático e institucional.
Regreso a la pregunta inicial: "¿Qué hacer cuando un político que está poniendo fiscal general te inventa en público que traficás con drogas?" Todavía no estoy seguro. Me imagino que la respuesta prudente es: Tener cuidado. Menos en lo que escribo, porque esto es lo que los Gallegos del mundo quieren... y no les puedo dar esa satisfacción.
Carta a los candidatos a magistrados y a fiscal general
Estimados abogados:
martes, 17 de abril de 2012
Carta al congresista Jim McGovern
sábado, 14 de abril de 2012
Carta al alcalde Ortiz
martes, 10 de abril de 2012
El fiscal que necesitamos
Todos los días abrimos los periódicos y se nos queda atravesado el desayuno al ver las fotos de los personajes que están siendo propuestos para asumir el cargo de Fiscal General de la República.
Carta a Guillermo Gallegos
Estimado diputado:
¿Magistrados idóneos?
En mayo de este año, cuando la nueva Asamblea Legislativa tiene que renovar a 5 de los 15 magistrados de la Corte Suprema, dos de ellos son para completar la Sala de lo Contencioso, que ve demandas de ciudadanos contra el Estado. Pero entre los 30 candidatos propuestos no existen 2 abogados calificados en derecho administrativo. Sólo existe uno, y quién sabe si los diputados lo van a tener en cuenta, ya que además es un tipo ajeno al juego partidario. Teóricamente, estas dos cualidades deberían asegurarle a este candidato una de las magistraturas vacantes en la Sala de lo Contencioso. Pero lamentablemente, la pericia específica para al cargo específico en la Corte es el criterio menos tomado en cuenta en la elección de magistrados.
Es como si en un hospital necesitan un jefe de cirugía y a un jefe de pediatría, y en las ternas presentadas hay médicos de todo tipo, menos cirujanos y pediatras.
Es una falacia simplemente actuar como si se tratara de elegir a 5 magistrados. Se trata de elegir a dos magistrados para la Sala de lo Contencioso, y que necesitan ser abogados expertos en derecho administrativo; más llenar una vacante en la Sala de lo Constitucional, pero con un constitucionalista; más un magistrado para la Sala de lo Penal y uno para la Sala de lo Civil. En estos últimos dos casos, no habrá problema porque hay suficientes candidatos que representan estas ramas del derecho.
Quedemos un rato más analizando el problema de la Sala de lo Contencioso. En El Salvador, como en muchos países con trayectoria autoritaria, esta rama de la justicia es la más atrasada. Como siempre se elige a los magistrados con criterios políticos y nunca profesionales, esta Sala nunca ha tenido cuatro magistrados académicamente idóneas. Además, es una cabeza sin cuerpo y manos: no existen juzgados ni cámara de lo contencioso, sólo existe la Sala de la Corte Suprema de Justicia. Claro que este campo del derecho ha quedado subdesarrollado y tiene la mora más grande. Por eso, a casi nadie se le ocurre demandar al Estado. Lástima, porque el derecho de las empresas y de los ciudadanos de demandar a las alcaldías, a los ministerios o cualquier otra institución del Estado es uno de los índices significativos para el Estado de Derecho.
Entonces, para cambiar esto y para hacer una reforma judicial que fortalezca el derecho administrativo-contencioso, se necesitaría aprovechar esta elección de magistrados para finalmente componer una Sala de lo Contencioso competente que puede empujar esta reforma. Lo contrario va a pasar, porque sólo hay un candidato idóneo. Y a saber si a él lo van a elegir los diputados dentro de su esquema partidario.
Tampoco veo a ningún constitucionalista en la lista de 30 candidatos, de la cual los diputados tienen que escoger a un magistrado para completar la Sala de lo Constitucional. Otros dicen que existe uno. ¿Pero qué tipo de elección es cuando sólo hay un candidato idóneo?
Todo esto demuestra que nuestro sistema de selección de candidatos no correspondelas necesidades reales de la justicia. Urge una reforma de este sistema que garantice que a las salas especificas lleguen magistrados con pericia específica. Para esto hay que crear listas específicas para cada Sala.
Pero mientras tanto, ahora en mayo hay que elegir a cinco magistrados. La nueva Asamblea hará bien en empezar el proceso con un estudio exhaustivo de la idoneidad profesional y académica, cargo por cargo, sala por sala. Y si realmente no hay candidatos académicamente idóneos para completar las Salas de lo Contencioso y de lo Constitucional, habrá que analizar la posibilidad de ampliar la lista de candidatos.
Esta es la verdadera tarea que espera a la nueva Asamblea, no seguir eligiendo con criterios partidarios. A la larga, sólo una Corte compuesta por magistrados académicamente idóneos puede aplicar con independencia y excelencia la justicia.
sábado, 7 de abril de 2012
Carta a Pedro Alberto Salazar
jueves, 5 de abril de 2012
Carta a Paolo Luers
Columna transversal: Alarma desactivada
Como el tema que voy a tratar es una especie de campo minado, voy a definir bien adónde estoy parado. Cualquier amenaza contra la vida, la integridad física de periodistas y su derecho de hacer su trabajo es un atentado contra la libertad de expresión y su hermana gemela, el libre ejercicio de nuestra profesión periodística. Hay que confrontar esta amenaza, independientemente del grado de coincidencia o contradicción política o profesional con el colega amenazado. Punto.
Vaya, habiendo dicho esto, entremos al campo minado.
El día viernes 16 de marzo asistí a un desayuno que el ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés, había convocado con directores de medios y editores para reaccionar a notas publicadas por El Faro y El Diario de Hoy, sobre el traslado de 30 cabecillas de pandillas del penal de máxima seguridad de Zacatecoluca a cárceles de menor aislamiento. El Faro además había informado que detrás de este traslado existía una negociación del Gobierno con las dos pandillas, en la cual ellas se comprometían a bajar la tasa de homicidios y el Gobierno a pagar dinero a las familias de los cabecillas.
En esta reunión el ministro hizo un comentario poco feliz y aclaró que esta información, según él falsa, podía causar violencia dentro de las pandillas y también poner en riesgo al mismo Faro y sus periodistas. Digo poco feliz porque lo correcto hubiera sido informar de esta preocupación directamente a El Faro en vez de mencionarla en una reunión, a la cual además había decidido no invitar a este medio.
Y poco claro porque no explicó si lo del potencial riesgo para los colegas era una deducción de él o si había indicios concretos para su existencia.
Al regresar de esta reunión, decidí hacer llegar al ministro, de manera privada, mi observación sobre el mal manejo que había dado a esta problemática. No sólo la relacionada con El Faro, sino de todo este tema de los traslados y de la baja de la tasa de homicidios. Para hacerle llegar este mensaje al ministro, decidí hablar a un amigo común: Raúl Mijango. En este momento no tenia la más mínima idea que Mijango estaba metido en esta historia, sólo sabía que es amigo cercano de David Munguía Payés. Le hablé por teléfono y le digo: "Tu amigo la está cagando..."
Horas después estamos sentados juntos en La Ventana y me dice: Ya hablé con David y hemos decidido que mejor te contamos toda la historia, con una condición: No la puedes difundir hasta el miércoles de la semana que viene. Júrame esto, porque si sale antes, nos cagamos en todo el proceso...
¿Cuál proceso?, le pregunto. Y Raúl me dice: "Es que es paja lo que dice El Faro: no hay negociación entre el Gobierno y las pandillas. Lo que sí hay es una negociación entre las pandillas de cesar la guerra entre ellos, y yo soy, junto a monseñor Colindres, el negociador...
Y me cuenta toda la historia, del inicio al fin, que el país conocerá en los días siguientes y que está resumida en la excelente entrevista a Raúl Mijango, que El Faro publicará el lunes 2 de abril.
Al terminar la historia, le digo a Raúl: Ok, entiendo que esto no se puede difundir antes de que ustedes tengan luz verde desde adentro de las cárceles. Hay que hacerlo luego de que monseñor y vos lo revelen, pero para verificar todo esto, yo necesito hablar con los líderes de las pandillas en Ciudad Barrios y Cojutepeque. Y así se hizo. Era la única forma de difundir el comunicado de la pandillas: confrontarlo con los autores.
Pero regresemos a aquel día viernes 16 de marzo, cuando 25 periodistas de alto nivel tuvieron enfrente al ministro de Justicia y Seguridad... y no le creyeron nada, porque era obvio que algo importante estaba pasando, pero que el Gobierno no quería divulgar.
Pocas horas después de este desayuno, en el cual el manejo informativo del ministro dejó mucho qué desear, Carlos Dada publicó un mensaje en twitter: "En reunión con jefes de medios a la que no invitó a El Faro, el Gral. Payés dijo que le preocupaba la seguridad de El Faro y recordó a Poveda".
Quien haya sido el colega que informó a Carlos Dada de esta manera, lo hizo con intención de echarle leña al fuego del ya planteado conflicto entre El Faro y el ministro. Porque simplemente no fue esto lo que David Munguía Payés dijo, y de esto hay 25 testigos, entre ellos los directores de varios medios de comunicación.
Por esto, al sólo ver el tweet de Dada y su eco inmediato en el mundo digital, inmediatamente le contesté, también en twitter: "@CarlosDada Estás mal informado. No lo dijo así. Eran dos contextos diferentes. Pregunte a Nacho u otros que estuvieron".
Porque el ministro había hablado de El Faro en la forma que arriba mencioné, y media hora después, en un contexto totalmente diferente que nada tuvo qué ver con El Faro, mencionó el asesinato de Poveda. Si el ministro hubiera dado un mensaje como el referido en el tweet de Carlos Dada, yo me hubiera levantado en protesta y salido de la sala. Porque el periodista Christián Poveda fue asesinado por pandilleros de la 18. Y esto no permite comentarios ligeros. Sólo que nadie hizo semejante comentario...
Me imagino que Carlos Dada nunca consultó con Nacho Castillo y nadie de mis colegas le contó el contexto de la palabras de Munguía Payés, así que esta supuesta amenaza del ministro al periodista, que todo el mundo lo entendía como "¡Cuidadito, no te olvidés de Poveda!", continuó corriendo por el mundo, en una carta de Carlos Dada, y luego en docenas de declaraciones de solidaridad con El Faro...
Al llegar al penal de Ciudad Barrios (y luego al penal de Cojutepeque) y sentarme enfrente de pandilleros para entrevistarlos sobre el comunicado conjunto de ambas pandillas rivales, les dije: "Como periodista no puedo tranquilamente entrevistarlos a ustedes, mientras haya duda si por parte de ustedes existen amenazas contra el Faro, contra Carlos Dada o contra cualquiera que en el debate público diga cosas que a ustedes no les gusta. ¿Existen amenazas de este tipo u órdenes de atentar contra periodistas, sí o no?"
Si los voceros tanto de la MS como de la 18 no me hubieran correspondido con un claro "No", y si no lo hubieran hecho de manera que yo les podía creer: sin vacilar y mirándome en los ojos, yo no hubiera publicado ni una palabra de las entrevistas realizadas con ellos. Es una cuestión de principios: Bajo amenazas, no puede haber entrevistas.
Y así salió esta historia el día siguiente en El Diario de Hoy: Se confirma que el comunicado es auténtico; los pandilleros asumen su autoría y su voluntad de seguir un proceso de desmontaje de la violencia. Además afirman que por parte de las dos pandillas no existen ni existirán amenazas contra periodistas. Eso sí: piden a nosotros, los periodistas, responsabilidad y profesionalidad frente a un tema tan delicado como el intento de las dos pandillas de ponerse de acuerdo sobre el cese de la guerra entre ellas. Como ellos me dijeron: "En el mundo nuestro, mentiras matan".
Tengo entendido que así también "El Diablo", de la MS, se lo dijo a José Luis Sanz, cuando cubrió para El Faro la misa del Nuncio Apostólico en el penal de Ciudad Barrios. Qué bueno que podemos desactivar la alarma, olvidarnos de amenazas, y todos regresar, con más tranquilidad, a nuestro trabajo
martes, 3 de abril de 2012
Realmente no sé cómo dirigirme a ustedes: ‘amigos’ no son, tampoco sé si ‘estimados’ es lo adecuado, ‘señores’ sueña raro, y ‘chavos’ como si quiero quedar bien ustedes...
Entonces, así no más, sin formalidades.
Con varios de ustedes he estado en Ciudad Barrios y Cojutepeque respectivamente, mirándoles en los ojos, y una de las cosas que me ha impactado es que nadie de ustedes me ha quitado la vista ni un segundo.
Fui para comprobar si el comunicado conjunto de las dos pandillas, que anunciaba que querían ser parte de la solución de violencia que tiene patas arriba al país, era auténtico. Ustedes me miraron en los ojos y dijeron que sí, que van en serio...
Fui para saber si además de suspender la guerra entre pandillas ustedes estaban pensando en dar pasos para disminuir la violencia que sufren las comunidades. Ustedes me miraron en los ojos y dijeron que de esto se trataba...
Fui para preguntarles si tenían algún mensaje a los familiares de las víctimas de la violencia le las pandillas. Ustedes me miraron en los ojos y sin vacilar dijeron: Les pedimos perdón. No podemos revivir a nadie, pero podemos evitar que sigan muriendo...
Fui para preguntares si ustedes estaban amenazando a periodistas que escribían cosas que ustedes sintieron fueron mentiras sobre supuestas negociaciones suyas con el gobierno. Me miraron en los ojos y dijeron que dos veces no. Que no había negociación con el gobierno. Y que no había amenazas.
Muchos no les creen nada de esto. Y se entiende. No son precisamente la gente que inspiran confianza. Yo también soy escéptico si todo esto va a funcionar. Pero por lo menos me convencí que ustedes están seriamente buscando una solución. Si la van a encontrar, y si va a funcionar, ¿quién sabe? Depende en parte de las respuestas que les da la sociedad. Por esto es importante escribir sobre este tema y obligar a toda la sociedad que reflexione bien antes de tomar una postura.
Si este experimento de querer reducir la violencia fracasa, que por lo menos no sería porque nadie estaba dispuesto a repensar sus prejuicios.
Yo les dije en los penales que he escrito columnas y cartas bien agresivas contra ustedes. Algunas que tengo que repensar, otras que sostengo. Yo acepto el reto que ustedes nos lanzan de volver a reflexionar con la menta abierta.
Así como hablamos en la cárcel, frente a frente y mirándonos en los ojos, les digo: No nos defrauden. Como ustedes dijeron: Mentiras matan.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)