domingo, 28 de diciembre de 2008

Soñar despierto

“Es necesario soñar. Pero sólo soñar y no despertarse para actuar es estar en coma.” Me dejaron gran impacto estas palabras que David Escobar Galindo sobre el problema del puerto de La Unión. Obviamente, el Estado no puede estar en coma…

El complemento sería: “Es necesario soñar. Porque sólo actuar sin atreverse a soñar soluciones que a primera vista parecen imposibles, sería irresponsable y mediocre.”

Entonces, ejerceré mi deber de soñar. Sueño que ante la crisis institucional y la crisis económica que enfrenta el Estado salvadoreño, los candidatos a la presidencia dejen de actuar en función de su respectivo interés partidario y comiencen a actuar en función del país.

Sueño que Rodrigo Ávila aparezca un día de estos --navidad hubiera sido buena fecha, o tal vez el 31 de diciembre-- dando un discurso que más o menos iría así:

“Ciudadanos:
El país necesita concentrar todos --¡todos sin excepción!-- esfuerzos para superar la debilidad del Estado para poner al país en condiciones de enfrentar la crisis económica, financiera y social que se desarrolla a nivel mundial.
En este momento, la polarización política es un lujo que no nos podemos seguir dando. Gane quien gane las elecciones, el próximo gobierno tiene que ser de unidad nacional para poder tomar y aplicar las decisiones necesarias --y no necesariamente populares-- para fortalecer nuestra institucionalidad y para evitar que la crisis económica cause un incremento de la pobreza y tensiones sociales que podrán ser peligrosas para la paz y la democracia que tanto han costado a nuestro pueblo.
No estaría en esta batalla si no estuviera convencido que soy mejor calificado para conducir y transformar al país en esta situación crítica. Tengo el mejor equipo, las mejores ideas, la mejor experiencia. Tengo un partido experimentado y capaz de concertar con la empresa privada. Sin embargo, todo esto no es suficiente para enfrentar los retos que tocan al próximo gobierno.
Gane quien gane la presidencia, el país necesita que el otro partido no sea derrotado, sino que se incorpore en un esfuerzo de unidad nacional. Retos especiales exigen soluciones extraordinarias. No es suficiente la concertación, el diálogo, necesitamos un pacto de gobernabilidad. Es necesario que el partido que no gane, se incorpore en el esfuerzo de solucionar los problemas del país.
Expreso mi voluntad a incorporar al gobierno de unidad presidido por mi persona a Mauricio Funes y miembros destacados de su equipo.
En caso que los votantes tomen otra decisión, expreso mi voluntad y la de los miembros de mi equipo de gobierno, a incorporarnos en un gobierno presidido por mi adversario, siempre y cuando no sea partidario sino de unidad nacional.
Las coincidencias en nuestros programas de gobierno lo permiten. Hay diferencias en visiones a largo plazo y en prioridades. Hay diferencias ideológicas marcadas y no superables. Pero hay suficiente coincidencia sobre las medidas que tomar, las reformas que hacer, los sacrificios que hacer en los próximos años.
No estoy suspendiendo la competencia política entre los partidos. Estoy planteando suspender la polarización. Estoy planteando un gobierno de transición, un gobierno de transformación.
Tampoco estoy suspendiendo la campaña electoral. Es importante que el pueblo decida en elecciones libres quien va a presidir este gobierno de unidad. Quiero ser el que gane el privilegio de dar conducción a este proyecto de unidad.
Invito al FMLN y sus candidatos a reunirse con nosotros para definir los términos del acuerdo sobre un gobierno de unidad. Después, que el pueblo decida con qué visión, con qué definición de prioridades gobernemos conjuntamente.”

Me hubiera costado un poco más, pero también me hubiera podido inventar en mis sueños el discurso correspondiente de Mauricio Funes. El hecho que se me ocurrió soñar el discurso de Rodrigo Ávila, se debe a que me cuesta aun más, mucho más, imaginármelo en boca de Mauricio Funes. Soy soñador, pero también soy realista...

¿Podría funcionar un gobierno de unidad? Obviamente no veo a Humberto Centeno como ministro de Hacienda de Rodrigo Ávila, ni a René Figueroa como ministro de seguridad de Mauricio Funes. ¿Pero sería realmente imposible que Rodrigo Ávila se convierta en ministro de gobernación de Funes, o que Funes se convierta en el canciller de Ávila? ¿Que Luís Mario Rodríguez y Guillermo Suárez integren el gabinete de Funes o Hugo Martínez y Alex Segovia el de Ávila? Difícil de imaginar tal vez, pero imposible no. Siempre y cuando sea claramente definidos y demarcados los campos de política común.

Disculpen, estoy soñando. Tal vez influenciado por tanta retórica navideña, por un rato me imaginé que ambos partidos hablan en serio del cambio y del proyecto país. Tal vez un sueño demasiado atrevido. ¿Y si nos olvidamos del gobierno de unidad, y sólo insistimos que firmen acuerdos políticos sobre reforma fiscal y electoral, y sobre el gasto social?

Bueno, ya sé que estoy hablando paja... Ya me voy a despertar y seguir funcionando en el esquema de polarización. Lo prometo. Realista hasta las últimas consecuencias.

¿O será al revés? ¿No será preferible no abandonar nuestros sueños, sino más bien abandonar a los partidos que no están dispuestos a responder a las aspiraciones y necesidades del país? ¿No será mejor --y, quien sabe, más realista-- sustituir a los partidos que no corresponden a nuestros sueños, en vez de desechar los sueños que no corresponden a los partidos que heredamos?

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

viernes, 19 de diciembre de 2008

El juego con la violencia, responsabilidad compartida

Formar y preparar grupos armados es un delito serio en cualquier parte. En un país con la historia de guerra civil y posterior paz negociada como El Salvador, es un pecado imperdonable.

Igual es imperdonable jugar irresponsablemente con este tema.

Si se tiene indicios serios de la existencia de grupos armados clandestinos, lo que menos se hace es convocar una conferencia de prensa denunciándolos. Hay procedimientos establecidos para que fiscalía, policía y otros órganos pertinentes llevan a cabo la investigación y, si hay causa, la acusación y captura de los involucrados. Una denuncia pública, como la hizo el gobierno, se enmarca exclusivamente en el contexto de la campaña electoral, no de la debida investigación y acusación.

Si el gobierno tiene pruebas, ¿por qué no procede a capturar, decomisar, judicializar? Y si no las tiene, mejor que se calle para no comprometer las investigaciones.

Si las sospechas de la existencia de grupos armados vinculadas al FMLN son ciertas, el gobierno, con su comportamiento irresponsable, ha logrado no sólo entorpecer las investigaciones, sino además que nadie le cree.

No tengo duda que existen grupos que juegan a guerrilleros.¿Cómo no van a existir si el gobierno fue incapaz (o no tuvo voluntad) de aprovechar el caso Belloso para desmantelar la Brigada Limón, de la cual fue parte?

Es un error absurdo pensar que estos grupúsculos son brazos armados del FMLN, pero sí existen vasos comunicantes de algunas estructuras del partido y sus alcaldías con los grupos violentos. También me consta que la gran mayoría dentro del FMLN no tiene nada que ver con este juego peligroso y lo rechaza.

El Estado tiene la responsabilidad de investigar y desmantelar estos grupos, y tiene todas las herramientas para hacerlo. Si no los ha usado correcta y consecuentemente durante años, y si hoy usa el tema para su campaña política, la conclusión que hay que sacar es: El gobierno no investigó y desmanteló estos grupos armados, porque les conviene su existencia, precisamente para poderlas sacar en tiempo electoral.

Esto hace al gobierno y las instituciones que tienen el deber de velar por la seguridad ciudadana y del país tan cómplices con los grupos violentos que los sectores del FMLN que siguen manteniéndolos con vida artificial.

Lo que pasó en El Paisnal --los desfiles paramilitares presididas por dirigentes del FMLN-- es otra cosa muy diferente. Las fotos de El Paisnal y las declaraciones de los dirigentes del Frente explicándolas, tampoco son pruebas para la existencia de grupos armados, pero sí para un grado sorprendente de retraso mental e ideológico en las filas del partido que pretende gobernar al país.

Es absolutamente legítimo que los excombatientes y sus familiares celebren actos para mantener la memoria de sus hazañas y de sus héroes. En Morazán hacen esto cada noviembre con mucho orgullo, pero no se ponen uniformes militares, sino camisetas que llevan la consigna “Veteranos guerrilleros contra la violencia.” Y no se cuadran con fusilitos de plástico, sino bailan al son de los Torogoces de Morazán.

El hecho que el coordinador del FMLN, en vez de usar su poder para evitar que sus bases celebren desfiles marciales de este tipo, se preste a presidirlos, no lo convierte en culpable de formar grupos armados, pero si demuestra que está anclado en ideologías incompatibles con una cultura de paz.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Acuerdo nacional: No habrá despidos

Domingo, 14 de diciembre. Una reunión cumbre sin precedentes: En la sala de gabinete se reúnen los ministros claves; los dirigentes de los dos partidos mayoritarios; las cúpulas de la empresa privada y de los sindicatos; los jefes de los principales bancos del país; y los ‘sabios’ de las facultades de economía. 32 mujeres y hombres que representan los poderes formales y fácticos del país.

Tema central: ¿Cómo enfrentar la crisis económica para defender el empleo?

El candidato a la primera magistratura del segundo partido del país expreso: “No podemos permitir que el 2009 sea el año del desempleo. La tarea de todos es mantener los empleos por el mayor tiempo posible. El Estado tiene que ayudar haciendo inversiones públicas masivas, inclusive en educación y proyectos comunales. Los fondos existentes hay que invertirlos en empleos que tienen sentido social.”

Su contraparte que busca la primera magistratura por parte del primer partido mayoritario, dijo a los poderes fácticos reunidos: “Es la hora de asumir conjuntamente la responsabilidad: la política, los empleadores, los bancos y los trabajadores. Hoy es el punto de partida de una colaboración responsable de todos los actores de nuestra sociedad, con el fin de blindar al país contra la crisis, sobre todo para defender el empleo, y para crear las condiciones para despegar después de la crisis.”

Después de horas de debate, los representantes de las empresas más poderosas del país anunciaron su compromiso para el año crítico 2009: No habrá despidos masivos, mucho menos para los trabajadores calificados que serán indispensables para el futuro crecimiento.

El segundo consenso de la cumbre: El gobierno tiene que conseguir –con garantías, con financiamiento, pero también con presión estatal- que los bancos vuelvan a conceder créditos.

Tercera prioridad concertada: El Estado tiene que coadyuvar con un gran programa de inversiones públicas. Los partidos se comprometen a colaborar para financiar este programa.

Resumen del jefe de gobierno: “Todo lo factible lo haremos. Y todo lo que haremos en el 2009 tiene que la prioridad de fortalecer el país. No queremos efectos publicitarios ni electorales.”

Una cumbre sorprendente y exitosa. Se impusieron la cordura, la concertación y el interés del país.

Razón para entusiasmo: Todo lo escrito y citado es verdad. Nada inventado. La cumbre tuvo lugar el día domingo 14 de diciembre. Sólo que no en El Salvador, sino en la capital de Alemania.

“Aquí es imposible porque estamos cerca de las elecciones.”

¡Respuesta equivocada! También Alemania hay elecciones en el año 2009.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

lunes, 15 de diciembre de 2008

La batalla decisiva es en enero

Era de esperar: las encuestas se vuelven munición en la batalla electoral. Esto siempre suele pasar y es entendible si la tendencia que diagnostican las diferentes encuestas son inequívocas. Pero es muy peligroso cuando esto no es el caso, cuando más bien las diferentes encuestas pintan imágenes muy contradictorias.

Parece que las elecciones de enero van a dar un resultado sorprendente en un país donde la palabra más usada es ‘cambio’: Todo seguirá igual. La correlación de fuerzas no cambiará en la Asamblea Legislativa. El FMLN, lejos de su meta anunciada de ganar 43 diputados, quedaría más o menos igual en la elección de diputados. ARENA, lejos de ser arrollada por la anunciada tendencia al cambio en favor del FMLN, se mantendría igual.

Por lo menos así lo indica la encuesta cuyos resultados hoy comienza a publicar El Diario de Hoy. La firma Borges y Asociados efectuó una encuesta completa en cada departamento, para medir la intención de voto a nivel regional. De los diez departamentos hasta ahora cubiertos (toda la parte de este lado del río Lempa), en seis lleva ventaja ARENA en la intención de votos para diputados, el FMLN en cuatro. En los departamentos orientales que faltan, la tendencia puede ser al revés. Al final, cuando todo esté contado, no habrá ni vencedores ni vencidos en la elección parlamentaria.

¿Cuál cambio?, habrá que preguntarse...

Parece irónico pensar que cuando se sienta el polvo de la batalla, toda seguirá igual, habrá la misma necesidad que los partidos, en vez de imponer su políticas, se pongan de acuerdo. Significa que el electorado muestra mucho más sabiduría y astucia política que los estrategas de los partidos.

Y significa otra cosa igualmente sorprendente: que la estrategia de ARENA, que todos la hemos censurado (algunos con angustia, otros con satisfacción, todos con insistencia), está funcionando mejor que todos sus críticos nos podíamos imaginar.

El mismo FMLN ha definido qué tipo de victoria piensan cosechar en enero 2009: defender la alcaldía emblemática de San Salvador, y ganar con 43 diputados la mayoría simple en la Asamblea. Y así seguir montando la ola del cambio para arrasar con las presidenciales en marzo. El surfeador, si se equivoca montando una ola que no tiene fuerza, se hunde...

Resulta que aparte de no lograr aumentar sustancialmente sus diputados, el FMLN corre peligro serio de perder la alcaldía de San Salvador. En este sentido, la decisión de ARENA de concentrarse a la batalla por San Salvador, en vez de invertir mucho en la campaña presidencial, parece correcta.

No significa que ARENA y su jefe de campaña, quien sigue siendo Tony Saca, se conforman con ganar la alcaldía y perder Casa Presidencial. Pero ellos saben que para revertir la ventaja que sigue llevando su adversario en la carrera presidencial, necesitan destruir el mito de invencibilidad que ha logrado proyectar el FMLN a su candidato. O sea, atacar exitosamente la percepción que hay una tendencia al cambio que es idéntica con la tendencia de poner a Mauricio Funes en Casa Presidencial. Una vez desinflado este globo, ya no existe ventaja en la carrera presidencial y cualquiera de los dos partidos podrá ganar en marzo.

Lo que va de la campaña demuestra que ARENA no ha encontrado el campo de batalla donde logra pincharle el globo a Mauricio Funes. No han encontrado cómo crear un hecho político suficientemente fuerte para destruir la percepción de que el que está ganando es Funes. Entonces, en vez de ir a batallas que corren peligro de perder y así fortalecer la aureola de invencibilidad de su adversario, los estrategas de ARENA han cambiado sus prioridades: Hasta el 18 de enero, la prioridad tiene la batalla por San Salvador, porque ahí es donde el FMLN es débil y puede ser derrotado; y la batalla por los diputados, porque ahí es donde el FMLN ha cometido un error estratégico, anunciando una meta imposible de alcanzar. Este error de cálculo del FMLN significa que ARENA no tiene que ganar mayoría parlamentaria para ganar, es suficiente no perder - y a partir del 18 de enero, comenzar de verdad con la campaña presidencial.

Los números hasta ahora disponibles sobre las elecciones municipales y legislativas del 18 de enero muestran que esta estrategia puede funcionar. Por primera vez, ARENA puede ver luz al final de un largo túnel.

De aquí al 18 de enero, hay que observar de cerca todo lo que pase en Sal Salvador, cómo la gente evalúa el gobierno municipal, cómo se comporta la masa de habitantes de las comunidades marginales y cómo la clase media capitalina.

Qué cosa más irónica para el FMLN: Su mejor alcalde, Héctor Silva, hubiera sido su carta ganadora para la presidencia. No la querían jugar, porque Silva era demasiado moderado. Más bien lo sacaron del partido. Y hoy su peor alcaldesa, Violeta Menjívar, puede ser la carta que los haga perder nuevamente Casa Presidencial. Todo el mundo, inclusive su candidato presidencial, les dijo que querer imponer la reelección de una alcaldesa fracasada les iba a costar caro. Pero insistieron en ella por razones de cohesión partidaria.

Los errores se pagan, si hay quien los cobra. En este caso es cobrable, y el precio puede ser la presidencia.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Cambio hacia dónde?

“No estamos jugando a ser intelectuales, sino a defender un proyecto político”, así instruye a sus futuros diputados el coordinador general del FMLN y designado jefe de su fracción parlamentaria, Medardo González.

No quieren intelectuales de diputados sino soldados fieles del partido. Reflejo de un partido que sistemáticamente ha erradicado de sus filas la crítica, el debate interno, la pluralidad, la creatividad. El FMLN ha sido invencible durante la guerra, precisamente por dos factores que en los últimos años ha sistemáticamente abandonado: por su pluralidad, uniendo las diferentes pensamientos de izquierda. Y por su capacidad de incorporar productivamente a los intelectuales, los artistas, la masa crítica del país. Hoy ha cambiado la pluralidad por un verticalismo autoritario, deshaciéndose sistemáticamente de las corrientes socialdemócratas y socialcristianos. Y en esta “limpieza”, de una sala vez, se fueron los intelectuales. Todos.

Como dice Medardo González, “no estamos jugando a ser intelectuales sino a defender un proyecto político, a mantener el poder del pueblo...” En este concepto de la dirigencia del FMLN, intelectualidad y proyecto político son incompatibles. Esto quiere decir: en su proyecto político el aporte crítico, la capacidad técnica y la creatividad de los intelectuales no es necesaria, más bien es un estorbo...

El primer órgano del Estado, el parlamento, necesita un cambio profundo si quiere recuperar la confianza y credibilidad que la gente le ha perdido. Las ha perdido porque sus diputados, con muy pocas excepciones, se comportan precisamente como soldados de partido, como representantes de “proyectos políticos”, y no como personalidades regidos por su conciencia ética y su análisis crítico. Las cúpulas partidarias --de ambos bandos, hay que decirlo-- han pervertido la cultura parlamentaria imponiendo a sus diputados una ciega disciplina partidaria muy encima del compromiso que tienen con sus votantes y con su conciencia.

El cambio que el país necesita, tiene que comenzar ahí, en el corazón de la crisis del sistema político, construyendo relaciones más transparentes y democráticas entre los representantes y sus representados, transformando a los partidos de maquinarias de dominación en instrumentos de la ciudadanía.

Ya que todo el mundo habla de cambio: necesitamos diputados que no sean soldados partidarios, sino que tengan capacidad intelectual, conciencia crítica... y valor cívico para defender los intereses del país aun cuando signifique tomar distancia crítica a sus cúpulas partidarias. Necesitamos diputados con capacidad y vocación de concertación, diputados que busquen el debate y el entendimiento con las otras fracciones para buscar soluciones. No necesitamos a diputados que sólo hablan con sus superiores para tomar decisiones.

Los demás partidos --por lo menos el PDC, el FDR y ARENA-- han tomado algunos pasos, aunque tímidos, en esta dirección. Han escogido algunos candidatos a diputados con criterios no partidarios, sino por su capacidad, su independencia, su solidez moral.

El FMLN está haciendo lo contrario, y ni siquiera trata de disimularlo: está construyendo una bancada parlamentaria hecha a la medida de los intereses partidarios, fiel a la cúpula, inmune contra “desviaciones” de intelectuales críticos, respondones y no supeditados al control de la cúpula partidaria.

Y el candidato a la presidencia, quien hace un año prometió cambiar todo esto, ahora presenta a la planilla escogida por la dirección del partido y dice: “Esto es mi equipo, con ellos voy a gobernar.”

¿Cuál cambió, entonces? ¿Cambio hacia dónde?

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 4 de diciembre de 2008

Haber peleado en la guerra no califica ni descalifica a nadie

Estoy cansado de escuchar y leer que el FMLN no tiene capacidad de manejar la economía, de defender y fomentar empleos y de atraer inversiones, porque en la guerra sus dirigentes causaron destrucciones y violencia.

Por más que lo repitan en editoriales, por más que lo digan una y otra vez Arturo Zablah y Fuerza Solidaria en incontables cuñas de radio y spots de televisión, sigue siendo una falacia. No sólo es falso, sino es peligroso, porque distrae la atención del verdadero peligro: No es por su pasado bélico que el FMLN constituye un peligro para el desarrollo económico y el bienestar del país, ¡es por su presente! Es por el desarrollo ideológico ortodoxo y el proceso interno autoritario del Frente en los últimos años. Durante la guerra, el FMLN era plural, hoy ya no. Durante la guerra, nunca el FMLN fue dominado por los comunistas, porque tenía un fuerte componente socialdemócrata. Hoy es un partido centralizado, autoritario, donde no caben los socialdemócratas y socialcristianos, que lo hicieron fuerte durante la guerra.

Haber peleado en la guerra no califica ni descalifica a nadie. Haber sido parte de una fuerza beligerante --lo que por lógica significa haber causado destrucción a la infraestructura productiva del país y violencia a las personas--, no significa que alguien no pudo convertirse en empresario exitoso, ministro capaz, estadista y demócrata.

Destrucción y violencia también ordenaron los fundadores de ARENA, los jefes militares y los empresarios que apoyaron grupos paramilitares. Esto nada tiene qué ver con la capacidad que hoy tienen políticos de izquierda o derecha de administrar al país y su economía.

Haber participado en la guerra no descalifica a nadie. Quien quiere hacer de la campaña electoral de 2009 la última batalla de la guerra civil de los años 80, sólo muestra que no ha entendido que esta guerra terminó sin vencedores y sin vencidos, y que esto es precisamente el fundamento de la paz y de la democracia de que gozamos.

Cuidado, quien descalifica a todos los que hemos participado en la insurgencia, declara enemigos también a un montón de sectores de izquierda que ahora son vitales para la defensa de la paz y del sistema político y social que construimos conjuntamente a partir de los Acuerdos de Paz. Si algo está ya claro es que la ARENA pura de la posguerra ya no tiene capacidad de ganar elecciones ni de gobernar.

Estamos de acuerdo: El Frente es el menos capacitado para defender el empleo, mucho menos en tiempos de crisis. El Frente y su candidato no podrán generar confianza, estabilidad, riqueza y justicia social. Pero, repito, no es por su pasado bélico, es por su presente. Es porque el Frente se está aliando con Hugo Chávez. Es porque el Frente y su candidato siguen viendo a los empresarios como enemigos. Es porque siguen soñando con un Estado que controla, interviene, regula todo. Es porque de esta manera crearán más burocracia, corrupción, fuga de capital, ineficiencia.

No es que no hay que regular. La actual crisis mundial demuestra los peligros de los mercados no regulados. No es que no hay que tener un Estado mucho más fuerte. Pero lo peor que puede pasar que lleguen a gobernar y desde el Estado intervenir la economía los que desprecian al mercado, los que se mueren por regular. Sería como caer en manos de un médico que quiere aplicar cirugía por principio, por el puro placer, no como último recurso.

Hablar de los comunistas que nos quieren confiscar nuestras casas y de los comandantes matavacas es el peor error que puede cometer quien no quiere que llegue al gobierno el Frente. Quien quiere convertir la campaña electoral en la última batalla de una guerra que no pudo ganar, va a terminar perdiéndola.

Esta batalla política-electoral no es entre derecha e izquierda, mucho menos entre los bandos que se enfrentaron en la guerra. Es entre los que quieren defender y perfeccionar la economía social de mercado y los que quieren sustituirla para experimentar con el Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correas, que no funciona sin autoritarismo político.

El Frente, si llega a gobernar, no aporta a resolver la crisis. La empeora. Sus medicinas serán peores que la enfermedad. Es como buscar a curanderos que estudiaron brujería en vez de medicina. Los dirigentes del FMLN y su candidato estudiaron ideología y retórica en vez de economía. Su discurso, por más que el candidato lo está disfrazando de moderado, está impregnado de revanchismo, resentimiento.

Ahí está el peligro, no en su pasado guerrillero.

(Publicado en El Diario de Hoy)

viernes, 28 de noviembre de 2008

Populismo de derecha versus populismo de izquierda

Estas son las elecciones del empleo, dijo alguien. Suena bien. Acaso no ha señalado el PNUD, en su último informe sobre el desarrollo en El Salvador, que el empleo es la clave. Entonces, hablar del empleo es políticamente correcto... Felicitaciones a los candidatos.

El tema empleo puede ser muy de moda, en sintonía con lo políticamente correcto y con lo que la gente espera escuchar - pero esto no da sentido a lo que dicen los candidatos sobre el empleo. Ninguno. Adoptan el empleo como discurso, pero lo que dicen no tiene sentido, ni económico ni común. Ni ‘sentido humano’, porque juega con las angustias de la gente.

Rodrigo Ávila promete crear 250 mil empleos. No sé en qué país vive y pretende gobernar. Donde sobrevivimos los mortales, hay una ola de despidos. Las empresas ya han realizado los primeros despidos para prepararse a los dos años duros que vienen y para preservar los demás empleos. Las empresas grandes preparan despidos masivos para la marcha cuesta arriba. En vez de hablar de un pacto nacional para defender y proteger el empleo, con sacrificios de todos los sectores y con apoyo del Estado, Ávila promete un cuarto de millón de empleos nuevos. No es que no haya recibido advertencias. Los mejores economistas del país se le han dada asesoría gratis, pero muy seria: Ya estamos perdiendo empleo, y el primer paso indispensable para la solución es reconocer el problema, su carácter y su gravedad. Le han urgido enfocar en la defensa del empleo, y a empezar a negociar pactos con la empresa privada para lograrlo.

Es cierto, siempre hay que crear nuevos empleos, es parte de una estrategia de defender el empleo. Hay sectores de la economía donde es hasta necesario perder empleos, y hay que impulsar nuevas actividades para compensar. Pero hablar de crear empleos fuera del contexto de una estrategia de defensa del empleo es simplemente irresponsable. De todos modos, no funciona como estratagema electoral, porque nadie lo cree.

El discurso de ARENA -un presidente que sigue diciendo que todo está bien en la economía del país de las maravillas; un candidato que promete un cuarto de millón de puestos de trabajo nuevos, su compañero de fórmula que promete aumento de salario mínimo- es tan burdo que el FMLN y su candidato, si no fueran tan cegados ideológicamente, fácilmente lo podrían desarmar. Por suerte de ARENA, sus contrincantes tampoco viven en el país de la realidad, sin en el país de su himno adoptado de las casas de cartón. En este país donde viven el FMLN y su candidato, en veinte años no ha habido ni crecimiento, ni han mejorado las condiciones de vida, ni se han creado empleos. Esto es lo que está diciendo el candidato: ARENA en 20 años no ha creado empleo, sino desempleo.

Esto es tan falso como la promesa de Ávila de crear 250 mil empleos. Decir que en El Salvador no se han creado empleos en veinte años sólo se le puede ocurrir a alguien con la vista tan nublada por resentimientos y prejuicios ideológicos que ya no logra ver la realidad. Alguien incapaz de ver logros en el período antes de llegar él para salvar El Salvador, porque significaría reconocerle méritos a sus adversarios ideológicos. Por tanto, es alguien que como presidente sería incapaz de identificar dónde hay que dar continuidad a las estrategias y políticas que han sido exitosas.

A esta altura ya está claro que ni la pareja Ávila-Zablah ni la pareja Funes-Sánchez Cerén van a someter a discusión del electorado las estrategias, los pactos y los sacrificios indispensables para diseñar y consensuar una política de defensa del empleo y para adecuar el rol que tiene que asumir el Estado.

Es preciso que en este debate asuman su responsabilidad los académicos, los forjadores de la opinión pública, los empresarios, los dirigentes de la sociedad civil. El asunto del empleo y del modelo de desarrollo y crecimiento es demasiado importante para dejarlo a los populistas de derecha y izquierda que continúan secuestrando el sistema político partidario.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 27 de noviembre de 2008

Del diccionario de la barbarie

Al sólo colapsar la dictadura nazi en 1945, tres escritores alemanes comenzaron a publicar una serie de artículos que luego salieron como libro bajo el título “Aus dem Wörterbuch des Unmenschen” (Del diccionario de la barbarie). Este libro cambió para siempre la manera como los alemanes usamos y entendemos nuestro idioma, creando conciencia de que ciertas palabras o expresiones son reflejo y cómplice de la tiranía y de la barbarie.

Hasta la fecha no puedo usar el término alemán ‘Volk’, que en español significa ‘pueblo’, por el uso que Hitler y sus nazis han hecho de este término, llenándolo con contenidos nacionalistas, racistas y excluyentes. Lo mismo pasa con las palabras alemanas ‘Vaterland’ (patria) o ‘Heimat’ (terruño, tierra natal). No tengo el mismo problema cuando hablo o escribo en español o inglés. Sea cual sea el idioma empleado, siempre tendré cuidado con concepciones como ‘la patria’, ‘el pueblo’, pero hablando alemán hay palabras vetadas. El otro día estuve traduciendo del español al alemán un artículo mío. En el original, no me costó usar términos como ‘dirigente’ o ‘líder’ – pero cómo iba a decir en alemán ‘Führer’, que fue el título que llevó Adolf Hitler y que expresa, para siempre, la concepción reaccionaria y totalitaria del liderazgo político. Tuve que usar el anglicismo ‘leader’, porque el alemán, hasta la fecha, no ha generado un término nuevo e insospechoso.

Que yo sepa, nadie ha hecho una versión ampliada de este diccionario de la barbarie, incorporando la palabras claves de barbarie estalinista. Un colega alemán, Josef Joffe, escribió en el semanario Die Zeit sobre este vacío. Llama la atención Joffe que el término ‘Abweichung’ (desviación) y ‘Verrat’ (traición) siguen en uso en las discusiones de la izquierda alemana de hoy, como si bajo este término no se hubieran decretado las ejecuciones de miles de disidentes.

Tiene razón Josef Joffe. Hay que señalar y vetar ciertas palabras y las concepciones autoritarias que en ellas se expresan. Si no excluimos de los debates términos como ‘traidor’, ‘infiltrado’, ‘vendepatria’ y todas las variaciones de estos conceptos que están de moda en ciertos movimientos de izquierda en Venezuela, Nicaragua y El Salvador, no podemos estar seguros de no ver traidores muertos o encarcelados. Son palabras de exclusión, de amenaza, de violencia. Hay que incluirlos en el diccionario de la barbarie.

Basta leer los testimonios sobre la matanza de ‘infiltrados’ que tuvo lugar entre 1996 y 1990 al interior de una de las organizaciones guerrilleras de El Salvador, las FPL comandados por los actuales dirigentes máximos del FMLN, para entender que no estamos hablando de algo hipotético ni de algo de nuestra prehistoria. Los testigos reportan que unos mil combatientes y colaboradores fueren torturados y ejecutados por sus propios ‘dirigentes’, bajo la acusación de ‘desviación’, ‘infiltración’ y ‘colaboración con el enemigo.’

Basta escuchar las respuestas que del seno del FMLN y en sus órganos de difusión están recibiendo estos testigos y los que han recopilado sus testimonios, para darse cuenta que el lenguaje no han cambiado, los conceptos no han cambiado, la intolerancia no ha cambiado, la incapacidad de ver a disidentes sin pensar en traidores no ha cambiado.

Quiero recomendar -más bien urgir- a mis lectores buscar y leer el libro “Grandeza y miseria en una guerrilla” de Geovani Galeas y Berne Ayalá, que contiene los mencionados testimonios. Para los que hemos participado en el movimiento guerrillero es lectura obligada. Para asumir con dignidad y orgullo nuestro papel en la transformación del país, tenemos que enfrentar la verdad. Toda la verdad, no sólo la que nos conviene.

(Publicado en Siguiente Página)

jueves, 20 de noviembre de 2008

PRUEBA DE CARÁCTER

Una vez que el ex presidente Alfredo Cristiani está siendo demandado en España por el asesinato de los padres jesuitas, la sociedad salvadoreña tiene que reaccionar: el gobierno, los partidos, las iglesias, los hombres y mujeres que junto con Alfredo Cristiani firmaron los acuerdos de paz; y quienes fuimos protagonistas del conflicto bélico que fue sellado con esta refundación del país y, aunque no les gusta reconocer a algunos, con la amnistía para ambos bandos.

Entiendo la necesidad de tener instancias internacionales que pueden generar justicia cuando las nacionales no lo hacen. Si mañana el gobierno venezolano (o el colombiano, o cualquier otro) comete terrorismo de Estado y al mismo tiempo tiene capacidad de impedir que la justicia nacional pueda enjuiciar a los culpables, se necesitan cortes internacionales o de otros países. La mera existencia de estas instancias tiene fuerza preventiva.

Entiendo el derecho y las motivaciones de los familiares del padre Martín Baró de buscar justicia para la muerte de su ser querido. Si no la encontraron en El Salador, lugar del crimen, tienen derecho de buscarla en su país.

Sin embargo, como ex-integrante de una de las fuerzas beligerantes que firmamos la paz, no puedo aceptar que el hombre a quien dimos la mano para sellar la paz, hoy (16 años después) sea puesto en el banquillo de acusado por su actuación en el conflicto. La acusación actual contra Alfredo Cristiani no es un ataque a un ex-adversario, es un ataque a la esencia de los acuerdos que hemos negociado. Por tanto, todos los que hemos construido la paz, nos toca defender a Alfredo Cristiani para proteger la paz. No es por simpatía. No es por considerarlo libre de culpa. Es por razón del Estado y de la paz.

Ignacio Ellacuría, uno de los padres jesuitas víctimas, fue asesinado porque aportó activamente a crear las condiciones para hacerla posible. Frente a la izquierda, Ellacuría argumentó contra la posición que consideraba que sería inmoral negociar con ‘los escuadroneros de ARENA’ y con ‘los genocidas del alto mando’. Y frente a la derecha --precisamente frente al presidente Cristiani-- Ellacuría argumentó contra la posición que consideraba inmoral negociar con los comandantes guerrilleros responsables de secuestros y asesinatos políticos.

El padre Ellacuría hablaba con Cristiani, argumentaba con Cristiani, precisamente porque había que hablar con el hombre que tenía poder sobre los escuadroneros y los generales. Y hablaba con Joaquín Villalobos y Schafick Handal, precisamente para que se sentaran con Cristiani a negociar, a buscar entendimientos, a construir salidas. Siempre he pensado que Ellacuría fue asesinado precisamente porque tenía éxito en esta labor. Fue asesinado para detener la negociación.

Es absurdo querer enjuiciar hoy, en el nombre de Ignacio Ellacuría, al hombre al que él convenció de la solución negociada. Sería absurdo que los protagonistas de estas negociaciones, los ex-dirigentes guerrilleros, dejaran pasar esto, o que incluso lo promovieran.

“Ahora está defendiendo hasta a los asesinos de los mártires jesuitas” - me van a decir los que no entienden nada de nuestra historia. Pero no se trata de defender a personas, sino al edificio que hemos construido negociando la paz, facilitando la amnistía, emprendiendo el camino de la reconciliación.

Varios tienen culpa que ahora, a 16 años, todavía andemos en esta discusión. Esta situación la hubieran podido evitar los dirigentes del Frente con una posición clara respecto a la amnistía.

La culpa la tienen también --sobre todo-- los presidentes areneros, empezando por el mismo Alfredo Cristiani, que no han tenido el valor, la humildad ni el carácter para reconocer los crímenes cometidos y pedir perdón en nombre del Estado. Al igual que los mil campesinos de El Mozote, los padres jesuitas han sido asesinados por el Estado, en nombre del Estado.

Tal vez todo esto todavía tiene reparo. No es tarde para que los signatarios de la paz de ambos bandos se pronuncien. No es tarde para que los dirigentes del Frente tomen una posición inequívoca asumiendo y defendiendo la amnistía que los ha favorecido igual que a los militares. Y no estoy hablando de la amnistía como cuerpo de ley, sino de la amnistía como un principio, como una manera de superación de conflicto.

No es tarde para reparar la falta de carácter que han mostrado los cuatro areneros que han llegado a la presidencia. Nada impide al hombre que quiere ser el quinto arenero presidente a mostrar su valentía y liderazgo diciendo: “Al ser investido presidente de la República, solicitaré a los hermanos jesuitas que me inviten a la UCA, al jardín de las rosas donde descansan los padres asesinados y sus dos colaboradoras, para pedir, como máximo representante del Estado salvadoreño, perdón por los crímenes cometidos en su nombre.”



Con un sólo gesto, se hizo posible el difícil proceso de reconciliación entre Alemania y Polonia: En 1970, el jefe del gobierno alemán Willy Brandt, visitando Varsovia y rompiendo el protocolo, se arrodilló frente al monumento en honor a los millones de polacos y judíos asesinados por los alemanes. La ultraderecha alemana lo acusó de traidor por este gesto, el resto de la sociedad alemana y el mundo lo admiraron por su valor. Este día en Varsovia, el político Brandt se hizo estadista, el padre de la reunificación de Europa.


No se trata de olvido. Pero tampoco de buscar penalización. Se trata de esclarecer, y se trata de perdonar. Para esto, primero los victimarios tienen que pedir perdón. Así como ningún presidente arenero ha pedido perdón por los crímenes cometidos por el Estado, tampoco Salvador Sánchez Cerén ha asumido públicamente la responsabilidad por las ejecuciones sumarias que su organización hizo en San Vicente. Si los máximos responsables de ambos bandos beligerantes pidieran perdón, nadie necesitaría ir a España a buscar justicia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Intervención en el mercado, ¿lo indispensable o lo más que se puede?

Necesitamos un Estado más fuerte. Sobre esto hay consenso. Estado fuerte para regular al mercado donde el abandono de la regulación ha llevado al caos al mercado.

El peligro es que intervenga y regule un Estado que no sepa hacerlo, con instrumentos inapropiados. Peor aun que intervengan y regulen gobiernos que quieren regular e intervenir lo más que se puede, dirigidos por partidos y políticos que tienen años o incluso décadas de esperar que haya una situación que les permita intervenir en el mercado. Hay una gran diferencia entre estar deseoso de intervenir y sentirse obligado a intervenir. Es una gran diferencia que intervenga un Estado conducido por gente que desconfía de un exceso de intervención del Estado en el mercado -- o un Estado conducido por gente que siempre ha desconfiado del mercado. El primero va a intervenir lo estrictamente necesario, pero lo menos posible. El segundo va a buscar aprovechar la actual crisis para implementar la máxima intervención estatal posible. Para el primero, la nacionalización sería el último recurso, para el segundo la opción preferencial.

No es una cosa hipotética. En la cumbre iberoamericana en San Salvador las voces más altas que exigieron más Estado en la economía eran precisamente los gobiernos que sueñan con la crisis final del sistema capitalista -- crisis que durante décadas han anunciado y que al fin vuelva a poner en la agenda al socialismo. La discusión sobre el capitalismo provocada por los jefes de Estado de Nicaragua, Ecuador, Argentina, Bolivia, Guatemala y Honduras no sólo mostró que bajo la influencia de Cuba, Venezuela y los petrodólares se está formando un bloque de países latinoamericanos que no tiene ningún interés que los mecanismos y organismos del sistema financiero internacional se reformen y se vuelvan eficientes. También mostró un preocupante grado de incapacidad de los demás jefes de Estado de enfrentar esta tendencia. Con pocas excepciones, la cumbre desnudó el bajo –en algunos casos pésimo- nivel de liderazgo y capacidad de debate, análisis y propuesta de los gobernantes de América Latina.

Había muy pocas excepciones: la chilena Bachelet, el brasileño Lula, el español Rodríguez Zapatero, el colombiano Uribe y el mexicano Calderón. Todos los demás, o brillaron por discursos cargados de ideología trasnochada o por incapacidad de responder. Lograr que esta cumbre lograra algunos resultados y no termine en un gran fracaso, es resultado de una excelente y encomiable labor del presidente anfitrión.

Para que la receta de más Estado y más regulación funcione y para que la medicina no sea más dañina que la enfermedad, primero hay que construir Estado. Parece que Estados Unidos, el país clave para el sistema financiero mundial, está haciendo precisamente esto con el ascenso de los demócratas al poder: reconstruir el Estado que bajo la presidencia de Bush ha perdido la capacidad de intervenir adecuadamente en crisis económicas, financieras e incluso naturales.

“Regular el funcionamiento de los mercados globales, sin la tentación de confiar en la autorregulación de la ‘mano invisible’, tampoco debe llevarnos a lo contrario, con un exceso de intervencionismo del Estado o de los Estados concertados. Necesitamos Estados modernos, fuertes y ágiles, que sean ellos mismos transparentes, eficaces y previsibles. Regular el mercado no es sustituirlo, sino enmarcarlo en su función correcta. Por eso es la hora de la política como gobierno de los intereses de los ciudadanos en el espacio que compartimos, desde lo local nacional hasta lo global, pasando por integraciones regionales como la Unión Europea, capaces de ordenar el sistema financiero y los flujos comerciales,” escribió Felipe González en El País.

En la cumbre iberoamericana, los que más intervención del Estado promovieron, eran los que presiden sobre los estados menos transparentes, menos eficaces, menos previsibles y menos democráticos: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina.

El debate constructivo de cómo repensar las relaciones entre Estado y mercado no nace en estos lados. Nacerá en la nueva administración demócrata en Washington y sus debates y negociaciones con líderes como el francés Sarkozy, la alemana Merkel, el británico Brown, el español Rodríguez Zapatero, y el brasileño Lula. Las nuevas formas mundiales de regulación saldrán de un debate que no es entre capitalismo y socialismo. Es entre los que están construyendo Estados verdaderamente democráticos, unos con criterios más conservadores, otros con criterios más liberales, otros con criterios socialdemócratas.

En El Salvador, los candidatos a la presidencia tienen que decir con claridad cómo piensan construir un Estado e instituciones capaces de relacionarse con el mercado, para hacerlo más efectivo y evitar abusos, desequilibrios y crisis incontrolables, y sin ponerle trabas. Anunciar que el próximo gobierno va a generar “más empleo” o “más justicia”, sin decir cómo, con qué institucionalidad, y con qué instrumentos regulatorios es una falacia que ya no hay que dejar pasar a ningún candidato.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 6 de noviembre de 2008

Columna transversal: No le pidan milagros a Obama

Barack Obama es electo presidente, no dios. “Que cada niño, cada ciudadano y cada inmigrante nuevo sepa que a partir de este día realmente todo es posible en América.” Así comenta la elección de Barack Obama uno de los columnistas más prestigiosos de Estados Unidos, Thomas L. Friedman del New York Times.

Palabras grandes. Palabras peligrosas.

Son tan mentira y tan verdad como lo que muchos han querido contarnos: que la existencia de hombres como Bill Gates y Steve Jobs (los legendarios fundadores de Microsoft y Apple) comprueba que en Estados Unidos cada estudiante tiene la oportunidad de convertirse en billonario. O que Pelé es la prueba que cada niño en cualquier barrio pobre de América Latina puede salir de la pobreza jugando fútbol. Las historias de estos hombres y sus éxitos son verdaderas, los mitos creados son mentira, engaño, propaganda.

El mismo Obama, en su discurso en la noche electoral ante sus seguidores en Chicago, fue mucho más realista: “This victory alone is not the change we seek - it is only the chance for us to make that change... Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos - es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio.”

Algunos de los seguidores de Obama –sobre todo los que ahora se quieren subir al tren del éxito y del poder- se dedican a convertir a Obama en mitos. De nada le servirá esto a Obama. Si lo que logre hacer y construir en los próximos años lo convierte en mitos, es otra cosa. Sería un mitos basado en hechos, en logros, en transformaciones exitosas. Convertirlo en mitos sólo por el hecho que haya logrado llegar a la Casa Blanca sólo puede convertirse en obstáculo para lo que se propuso hacer y tiene mandato amplio a buscar: transformar Estados Unidos, devolverle dinámica, dignidad y autoridad. Reconstruir un Estado que puede asumir el desafío de regular el mercado sin hacer más daño que el ya hecho por el mercado desregulado...

Las expectativas que enfrenta Obama son altas. No tiene sentido aumentarlas. No tiene sentido pedirle milagros. Obama puede hacer buen gobierno, puede restablecer el prestigio de su país en el mundo, puede ampliar las oportunidades de los en Estados Unidos y en el mundo. Este es su mandato. Milagros hay que pedir a las instancias correspondientes...

Hay un lado de Obama que provoca que, en vez de apoyarlo, le rindan culto. Tal vez este lado de Obama era indispensable para ganar en un país tan conservador, a los conservadores a la McCain. Pero el presidente, el estadista, el comandante en jefe que tiene que surgir de esta campaña, debe ser diferente. Tengo la sensación que Obama lo sabe perfectamente. El discurso de victoria de Chicago tiene una primera parte que muestra al Obama presidente: palabras mesuradas, palabras que tratan de contrarrestar los fanatismos, los resentimientos y simplificaciones que ha despertado la campaña tan largo, tan dura, tan controversial, tan cargada de emociones, tan cerca de traumas colectivos...

En la segunda parte del discurso de Chicago, Obama –frente a 200 mil seguidores que esta noche a gritos piden emociones, no racionalidades- regresa al tono de campaña. El meeting otra vez se convierte en culto, el candidato en predicador, la frase “Yes we can! ¡Sí podemos!” en el estribillo litúrgico que los feligreses repiten con lágrimas en sus ojos...

Me quedo con el Barack Obama presidente, él de la primera parte del discurso de Chicago, donde dice: “Habrá reveses y salidas en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas. Pero siempre seré sincero con ustedes sobre los retos que nos afrontan. Yo los escucharé, sobre todo cuando discrepemos.”

Espero que el Obama candidato, el que a veces cayó en el sermón, el que se presta a idolatría como la de Thomas L. Friedman y miles de intelectuales liberales y de izquierda, el que es sujeto a culto en vez de debate analítico, no llegue a la Casa Blanca, sino quede en la extraordinaria historia de esta campaña seductora que logró lo casi imposible: llevar al poder en Estados Unidos al hijo de un inmigrante africano.

Si es así, ¡bienvenido, presidente Obama! Ya era tiempo.

(El Diario de Hoy)

domingo, 2 de noviembre de 2008

El escándalo del puerto La Unión

Está pasando lo impensable: El puerto La Unión estará listo y no podrá operar, porque El Salvador no ha logrado definir el modo de concesión y operación del puerto.

No sé cuánto dinero va a dejar de percibir el fisco por esta negligencia del gobierno. Pero esto no es lo más importante, sino: ¿Cuántas familias van a tener que esperar cuántos meses antes de poder vivir de los empleos que generará el puerto?

La importancia del puerto no reside en el dinero que el Estado ganará operándolo o comisionándolo. Reside en el impulso que el puerto, bien operado, puede dar a la economía del país.

No había ninguna razón de dejar el debate sobre la concesión del puerto hasta el último momento. No había necesidad de permitir (o provocar, ¿quién sabe?) que la decisión sobre el modo de concesión más conveniente para el país se mezcle con la coyuntura electoral.

Desde enero 2005, cuando se inició la construcción del puerto, se sabía cuándo se iba a entregar la obra y para qué fecha se necesitaría haber resuelto las definiciones legales, financieras, políticas y operativas del convenio de concesión. Más bien, todo esto se sabía desde el 2001, cuando la Asamblea Legislativa autorizó el convenio de préstamo con Japón para la construcción del puerto.

Lo responsable hubiera sido construir un acuerdo nacional sobre la concesión del puerto dentro del contexto del acuerdo nacional sobre su construcción. Responsabilidad del gobierno, por cierto. Es el gobierno que tiene que asegurar que la búsqueda de los acuerdos políticos y legislativos no genere retrasos en la puesta en práctica de este proyecto de interés nacional estratégico.

Incluso en el caso hipotético (pero improbable) que mañana se logre un acuerdo legislativo sobre el modelo de concesión, ya será tarde. A esta fecha el futuro operador del puerto La Unión ya tendría que estar construyendo las infraestructuras técnicas que le tocan. Ya tendría que haber encargado las grúas. La tecnología portuaria no es una cosa que se compra en una tienda, se tiene que diseñar, negociar, financiar y encargar con tiempo.

Cualquier modelo de concesión -junto con Acajutla, o sólo La Unión; con o sin participación mayoritaria del Estado; sólo el puerto o incluyendo el polo de desarrollo alrededor del mismo- hubiera sido mejor que lo que está pasando ahora: que al recibir la obra no tenemos operador, no tenemos plan de inversión, no tenemos la infraestructura técnica, no tenemos clientes, no tenemos puerto.

Sin embargo, sí es importante el modelo de concesión. Incluso, parece que ya estaba sobre la mesa un acuerdo, negociado con mucha habilidad por la vicepresidenta Ana Vilma de Escobar, que contemplaba una participación del Estado de 20% en la compañía operadora de los puertos. Participación suficiente grande para garantizar al Estado el acceso a los libros e influencia en las decisiones estratégicas.

Participación suficientemente reducida para dejar la mera operación en manos de un consorcio con capacidad de inversión, con experiencia y con la relaciones con las navieras internacionales. Este acuerdo hubiera dejado en manos del Estado el resto del polo de desarrollo alrededor del puerto, no para empresas estatales, sino para un sistema de concesiones con diversos inversionistas y operadores, donde el factor común, coordinador y supervisor sería el Estado.

Este acuerdo, de por si ya tardío, pero por lo menos políticamente posible y económicamente razonable, recibió un torpedazo cuando Arturo Zablah, en la presentación de su candidatura dentro de la fórmula presidencial de ARENA, puso su veto. Con Él no iba a haber una concesión del puerto sin mayoría accionaria del Estado.

Uno entiende que de alguna manera el nuevo socio de ARENA tuvo que mostrar su hombría y su fidelidad a sus promesas de 'cambio.' Infortunadamente escogió mal el punto de honor. Todos respetamos a Arturo Zablah por su crítica consecuente a la manera como los gobiernos de ARENA han realizado las privatizaciones.

Todos esperamos que mantenga esta posición. Sin embargo, no hay que permitir que los fantasmas de las privatizaciones mal manejadas espanten a los pocos consorcios internacionales dispuestos y capaces de convertir al puerto de La Unión en el dinamizador de la economía nacional que queremos y necesitamos.

El gobierno ya tiene que cargar con la responsabilidad de no haber construido a tiempo un modelo de concesión que hubiera permitido iniciar las operaciones del puerto La Unión sin retrasos. No puede darse el lujo de ahora hacer suyo el veto de Arturo Zablah contra el modelo de concesión con participación minoritaria del Estado.

Ya tenemos el conflicto absurdo sobre la participación mayoritaria que la CEL quiere negar a la compañía italiana Enel en la empresa de generación geotérmica LaGeo.

Los italianos han hecho todas las inversiones financieras y tecnológicas que se comprometieron a hacer, y el gobierno no quiere cumplir con su compromiso de transferirles la mayoría accionaria.

Un malísimo antecedente en nuestra política de conseguir inversiones para un ambicioso plan energético. ¿Serán LaGeo y el puerto de La Unión muestras de un cambio en nuestra política de atracción de inversiones y transferencias de tecnologías?

¿Por qué expongo este caso en la sección Observador Electoral? Porque no escucho a los candidatos hablar del tema. Y lo que escuchamos de uno de ellos, es preocupante.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)

viernes, 31 de octubre de 2008

Peleando con fantasmas

Era de esperar: las encuestas se vuelven munición en la batalla electoral. Esto siempre suele pasar y es entendible si la tendencia que diagnostican las diferentes encuestas son inequívocas. Pero es muy peligroso cuando esto no es el caso, cuando más bien las diferentes encuestas pintan imágenes muy contradictorias.

Claro, cada candidato está tentado a hacer propaganda con la encuesta que más le favorece. En este sentido es casi lógico, aunque no de buen gusto, que el FMLN está colocando campos pagados de página entera en los periódicos haciendo suyas las cifras de la última encuesta
de la UTEC. Bajo el titulo “Lo dice la nueva encuesta de la UTEC” ponen una inmensa barra roja con el nombre Mauricio Funes con 45.6% y una barra minúscula azul con el nombre de Rodrigo Ávila con 30.9%.

Y no me extrañaría si mañana saliera un campo pagado de ARENA poniendo las cifras de la encuesta que más favorece a su candidato. A lo mejor no lo ha hecho debido a que hasta ahora no ha salido ninguna encuesta que dé ventaja a Ávila.

Este tipo de apropiaciones no le hacen ningún favor a la credibilidad de las encuestas. Tampoco a la credibilidad de los candidatos, dicho sea de paso.

Bueno, propagandizar las encuestas favorables es un asunto de gusto y credibilidad. Se vuelve un juego peligroso cuando los partidos y los candidatos acusan a las encuestas desfavorables de estar mintiendo, manipulando, conspirando. Las encuestas de La Prensa Gráfica y de
El Diario de Hoy salieron el martes y el día siguiente Mauricio Funes utilizó una entrevista en Canal 33 no sólo para descalificarlas, sino para acusar a los periódicos y sus casas de encuestas de formar parte de una conspiración de ARENA para preparar un fraude. Hoy dicen que le bre-
cha se hizo mínima, mañana dirán que estamos empatados, y después sacan encuestas que muestran al candidato de ARENA con ventaja. Así va el argumento.

¿Y si mañana de verdad hay un empate? Claro, se confirma la tesis de que el adversario, junto con los medios y las casas encuestadoras, está preparando el fraude. Qué conveniente...

Es un juego con fuego. Hace tres años casi arde la colonia Escalón porque las brigadas de activistas del Frente se querían tomar la sede del TSE en el Hotel Radisson para evitar un fraude en la elección municipal de San Salvador. En la televisión estaban transmitiendo el recuen-
to voto por voto, dando diferencias mínimas y cambiantes entre los dos candidatos, y afuera estaban preparando acciones violentas “para defender el voto”. Para suerte de los vecinos de la colonia Escalón -no necesariamente para suerte de la ciudad- la candidata del FMLN al fi-
nal ganó -con 44 votos de ventaja- y nos ahorramos la batalla campal. El Frente nunca explicó con qué derecho estaba denunciando un fraude, cuando la diferencia era tan mínima que era imposible saber quién iba a ganar.

El FMLN y su candidato desde ya están dejando bien clara la disyuntiva: O ganamos o es fraude. O las encuestas y los medios de prensa nos diagnostican una cómoda ventaja, o mienten para preparar el fraude.

No hay ninguna razón para asumir que LPG Datos, Borge y Asociados o Mitofsky (los tres institutos de opinión pública que diagnostican que la brecha entre los candidatos se está cerrando) estén manipulando. Ni más ni menos hay razón para asumir que están manipulando las tres universidades que presentaron encuestas que que muestran que Funes está manteniendo una ventaja de 15 puntos porcentuales.

Hay quienes siguen pintando la imagen que en este país los medios siguen manipulados por el gobierno, y que las universidades siguen condenadas a ser aliadas de la revolución. La verdad es otra. Tanto los medios como las universidades tienen compromisos serios con la independencia, la crítica, la pluralidad, la verdad. Algunos con sus contratiempos y recaídas en la lógica de la polarización y de la necesidad de integrarse a uno de los bloques que se disputan la verdad. Pero en general, ya nadie tiene derecho a asumir que los medios siempre van a manipular para favorecer a la derecha, y que las universidades van a mentir para favorecer a la izquierda.

Lo que pasa y aparentemente no es aceptable para el FMLN y sus candidatos es una cosa muy compleja, pero en el fondo muy simple: a cinco meses de las elecciones presidenciales, las preferencias de los votantes todavía son muy contradictorias y volátiles. Todavía no hay una
tendencia clara. Esto se refleja cada en una de las encuestas y en las contradicciones entre unas y otras. Muy mínimas diferencias metodológicas pueden causar resultados considerablemente distantes. Las encuestas -cada una y en su conjunto- demuestran que hay tendencias conflic-
tivas en una gran parte del electorado.

Más les vale a los candidatos entender y aceptar esta realidad compleja, si quieren responder a las inquietudes, temores, aspiraciones y contradicciones en el electorado, en vez de estar peleando con fantasmas de conspiraciones y fraudes.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 30 de octubre de 2008

Carrera de persecución

Algo está mal con las encuestas. El mismo día martes 28 se publican tres encuestas, de tres institutos prestigiados de opinión pública, pero nos pintan dos imágenes totalmente diferentes.

Los resultados de la encuesta de El Diario, realizada por Borge y Asociados, y de La Prensa Gráfica, coinciden: La carrera presidencial se ha hecho sumamente cerrada, Rodrigo Ávila y Arturo Zablah están ya casi empatados con la fórmula del FMLN. Pero la tercera encuesta, realizada por la Universidad Tecnológica, muestra una diferencia muy marcada de 15% a favor de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. Muy parecido a los resultados que el mes pasado publicó la UCA.

¿Existe en El Salvador una verdad de los periódicos y otra de las universidades? No puede ser. Conociendo la trayectoria de las cuatro institutos de opinión pública, es absurdo pensar que las marcadas diferencias en sus resultados se explican por manipulación. Ni las universidades ni los periódicos están mintiendo, por más que algunos fanáticos en ambos bandos hablen de manipulación.

Habrá que hacer un análisis muy serio, exhaustivo e imparcial de las diferentes metodologías empleadas por las diferentes encuestas, desde las bases demográficas hasta la formulación de las preguntas y el entrenamiento de los encuestadores.

Mientras tanto, ¿a quién creer? - Cada uno con su olfato, papá - como si no existieran encuestas. A mí personalmente, tanto la lógica como lo que a diario escucho en los ambientes donde me muevo me indican que la tendencia de esta carrera es al empate, a una larga pelea con ventajas cambiantes y donde no veremos ganador seguro sino hasta cuando se acabe...

Hay, por cierto, una dos coincidencias entre las tres encuestas que hoy desayunamos: Primero, que el FMLN sigue adelante de ARENA. Segundo, la diferencia se está haciendo más estrecha. Cada uno mide otro nivel de diferencia, pero siempre se está reduciendo. Cualquier otra cosa sería ilógica, ya que desde el principio se trataba de una carrera de persecución, donde uno sale con gran ventaja y el otro tiene que ganarle terreno. ‘Catching up’ es el nombre de esta carrera.

En este tipo de carreras, se gana con estrategia. Y la estrategia es timing, manejo del tiempo, administrar las fuerzas. Quien se confía, pierde. Y este peligro lo corre él que va adelante, no él que persigue. Por esto, ojo con la lectura de las encuestas. El error del FMLN es que están convencidos que ya ganaron. Combina esto con la convicción ideológica de la izquierda que los periódicos, como son de derecha, mienten y manipulan - y ya tienes la receta segura para perder...

Para el perseguidor, para el cazador, las encuestas hoy publicadas, con todas las discrepancias, tienen un mensaje clarísimo: Estás en desventaja, ¡a trabajar! No importa cuánta es la diferencia en números, el otro está en defensiva.

Espero que en los próximos días aparezcan analistas capaces de resolver el enigma de las encuestas. Mientras tanto, los corredores tienen que usar sus instintos. O confiarse de los números que más les convienen - y perder.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)

domingo, 26 de octubre de 2008

No confíen en candidatos que prometen arreglar el mundo

El peligro de las grandes batallas políticas en tiempos electorales es que nadie ve los problema pequeños. Sin embargo, son ellos los que más nos chingan la vida a los ciudadanos.

Es desesperante ver tantos problemas sencillos –de sencilla solución– que nadie resuelve, porque todos están ocupados –¿cegados?– por los problemas trascendentales, donde están en juego la civilización cristiana y/o el progreso de la humanidad.

A ver si algún candidato nos da alguna pista de cómo resolver, por ejemplo, el problema que en Soyapango, sobre la autopista que conduce de Nejapa a Cojutepeque y San Miguel, todos los fines de semana se instala una feria. No estoy hablando del acostumbrado desorden de ventas informales en los centros urbanos –aunque sobre esto también sería bonito escuchar a hablar a los candidatos–, sino de ventas ilegales en una autopista que conecta al país con Guatemala y Honduras. Los candidatos, recorriendo el país en sus campañas, deben estar pasando por este desmadre peligrosísimo cada rato. ¿Será mucho pedir que uno de ellos diga: “El 1 de junio del 2009 voy a dar instrucciones al Viceministerio de Transporte y a la PNC de desalojar estas ventas que causan serios peligros para el tráfico vehicular en una autopista?”

Una vez que den instrucciones a sus futuros viceministros de transporte, talvez podrían dejar claro también que no están dispuestos a tolerar que siga funcionando la trampa que VMT y PNC nos tiende diariamente en la autopista a Comalapa. Quiero imaginarme a un presidente con el valor de decir: “Las autopistas, ya que hemos pagado tan caras por ellas, son para el tráfico rápido, voy a quitar todos estos rótulos que limitan la velocidad en la autopista Comalapa a 60km/h”. Todo el mundo sabe –se supone que también los candidatos– que la única razón imaginable de esta limitación de velocidad es poder cobrar diariamente cientos de multas de $57 a los que transitamos por esta vía como Dios manda, o sea a 100 km la hora.

Para empezar, sería una medida revolucionaria crear un Ministerio de Transporte y una política pública de transporte. Porque también hay que arreglar el minúsculo asunto del transporte público. Todo el mundo le hizo bromas a Mario Valiente por su idea del Metro, y muchos piensan que pueden hacer bromas a Norman Quijano por el Metrobús, pero a la par del resto de candidatos estos señores son visionarios.

Otro tema del cual no he escuchado hablar a los candidatos a la presidencia es la basura. La basura ha sido tema de pleitos, crisis y confrontaciones durante décadas. Lo extraño es que al acercarse las elecciones, nadie habla de la necesidad de crear un sistema nacional de desechos sólidos, ya que queda comprobado que las alcaldías no pueden asumir y resolver el problema. A Héctor Silva y Orlando Mena, los dos alcaldes excepcionales que se han echado este paquete al lomo, en vez de promoverlos a presidente, los han querido crucificar. Claro, los candidatos a la presidencia pueden decir que por ley la basura y su disposición final son asuntos de los alcaldes. Pero esto significa fingir demencia ante lo obvio que es que necesitamos cambiar el marco legal para poder resolver estos problemas.

Propongo un sistema muy fácil para que los ciudadanos racionen sus votos: Votar por los candidatos que a los problemas sencillos proponen soluciones sencillas. Ir por lo sencillo: Antes de que nos cuenten cómo piensan resolver los problemas complejos, como por ejemplo el impacto sobre El Salvador de la crisis de los mercados internaciones financieros, que nos expliquen cómo, cuándo y con qué fondos piensan resolver los problemas terrestres que nos afectan todos los días. Estos problemas que nunca se han resuelto, no por ser complicados, sino simplemente por falta de voluntad y falta de valor de los gobernantes: el desorden del transporte público, la invasión y destrucción de los centros de las ciudades por el comercio informal, la recolección y disposición final de la basura, la contaminación de los ríos y mantos acuíferos. Simplemente no hay que confiar en ningún candidato –a presidente, a alcalde, a lo que sea– que promete arreglar el mundo sin decir cómo arreglar el vecindario. Porque proponer cómo arreglar el mundo, sólo requiere fantasía. Proponer cómo arreglar el vecindario, requiere capacidad y, sobre todo, valentía.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 23 de octubre de 2008

Despedida del debate de periodistas del Canal 33

Quiero hoy despedirme del público que nos acompaña semana a semana en este debate de periodistas. He decidido retirarme de este programa tan exitoso.

Me retiro de esta ronda, no del periodismo independiente.

Por lo contrario: Tengo otros proyectos, tanto periodísticos como personales, que requieren más de mi tiempo y que me obligan a viajar con más frecuencia. Sigo comprometido, más que nunca, con el periodismo crítico e independiente. Sigo convencido que en la transición que está viviendo el país, es indispensable el debate sin tapujos ni amarres.

Deseo mucho éxito a este programa y a mis colegas. Este programa, cuando lo hincamos, asumió un compromiso muy serio con el público y con el país: hacer valer el pluralismo, la transparencia, el profesionalismo periodístico. Este era el compromiso de esta mesa -- y espero que así se mantenga, esté quien esté en la mesa.

Yo seguiré trabajando en función de este compromiso con el periodismo y con la independencia.

Agradezco a mis colegas --y sobre todo al público televidente-- que han aguantado con tolerancia y paciencia mis intentos de análisis, mis críticas a veces muy duras, mis comentarios a veces apasionados. Gracias y ¡nos vemos!


El veto de monseñor. ¿Estado laico o Estado católico?

Parece que en El Salvador está gobernando el arzobispo, no el presidente de la República. Un veto del jerarca católico es suficiente para imponer que el gobierno salvadoreño decida que no firmará la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes. Por más que el gobierno busque impedimentos constitucionales que tienen que ver con la pena de muerte y el servicio militar obligatorio, ambos en caso de guerra, la negativa de firmar la Convención se debe a otros impedimentos: el veto de la Iglesia Católica.

El mismo presidente Tony Saca declaró: “No hemos firmado ningún compromiso internacional como país que atente contra la familia.” Y su canciller Marisol Argueta explica que el documento “tiene incompatibilidades con la moral que es aceptable para la sociedad salvadoreña.” Y la ministra de Educación, Darlyn Meza, habla de “los valores salvadoreños” con los cuales la Convención Iberoamericana es incompatible.

¿Cuál es el gran pecado que Iglesia y gobierno detectan en la Convención?
El primer pecado es que la Convención, en el artículo 14 (Derecho a la identidad y personalidad propias) reconoce que “todo joven tiene derecho a su propia identidad” y que esto incluye la “orientación sexual.”
El segundo pecado es que la Convención reconoce el “derecho a la educación sexual” que “fomentará una conducta responsable en el ejercicio de la sexualidad, orientada a la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, el VIH, los embarazos y el abuso o violencia sexual.”
Y el tercer pecado es que la Convención reconoce que los jóvenes tienen el “derecho a la salud sexual” que incluye el “derecho a la confidencialidad en lo relativo a su salud sexual y reproductiva.”

Estos tres derechos -a la identidad propia, a la educación sexual, y a la salud sexual con garantía de confidencialidad- son contrarios a “los valores salvadoreños” y atentan “contra la familia,” y por eso el presidente Fernando Sáenz Lacalle y monseñor Elías Antonio Saca no pueden permitir que El Salvador ratifique esta Convención.

No les importa que los derechos que se quiere negar a los jóvenes sean derechos humanos básicos que un Estado democrático y un gobierno “con sentido humano” deberían garantizar, exista o no una Convención Iberoamericana al respecto. ¿Cómo vamos a negar a los jóvenes el derecho a recibir educación y salud sexuales? ¿Cómo vamos a negarles la confidencialidad que de todas formas es parte fundamental de la ética de la profesión médica?

No les importa que esta Convención esté ratificada por países como Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, República Dominicana, España y Uruguay. La diferencia entre El Salvador y estos países no es que sean menos católicos, sino que en estos países funciona el carácter laico del Estado. Son países de larga tradición católica, pero no permiten que la Iglesia dicte o vete las leyes o los convenios internacionales. Si el gobierno salvadoreño permite que la Iglesia exitosamente vete una Convención que asegura los derechos de la población juvenil, está poniendo en peligro el carácter laico del Estado.

No les importa que la próxima semana El Salvador será anfitrión de la Cumbre Iberoamericana que tiene por tema precisamente la Convención de los Derechos de los Jóvenes. Están dispuestos a pagar el costo que la no ratificación le causa a nivel internacional.
¿Y el costo interno? Parece que no les importa que tengan elecciones a ganar o perder. Es cierto que El Salvador es un país católico, pero no es un Estado católico, no es un régimen religioso como Irán. Y sobre todo, es un país de jóvenes que posiblemente van a decidir las elecciones.

El gobierno dice que en vez de ratificar la Convención presentará una Ley de Juventud que recogerá a todos los artículos de la Convención que no riñen con la Constitución. Habrá que ver si esto es cierto, o si no, más bien, esta proyecto de ley solamente recogerá aquellos artículos de la Convención que no riñen con lo que nuestras autoridades en Casa Presidencial y Arzobispado definan que es “aceptable para la sociedad salvadoreña.”

(Publicado en El Diario de Hoy)

miércoles, 22 de octubre de 2008

En vez de miedo provocan lástima

Hay un malentendido común: Las campañas negras no son detestables porque sean duras, sino por que son sucias.

Me gustaría que las campañas, los discursos de los candidatos, los debates entres los partidos fueran más duras, más claras, más explícitas en sus críticas.

Las campañas negras -por ejemplo los spots que publican organizaciones fantasma diciendo que el FMLN está vendiendo el país y que pone en peligro las remesas; por ejemplo los insultos difundidos en los blogs afines al Frente- no son duras, sino son estúpidas.

Son ofensivas, pero no por críticas y duras, sino por burdas. Ofenden a la inteligencia de los ciudadanos más que al adversario.

Lo preocupante de estas campañas no es que sean conflictivos, sino que sustituyen los análisis duros y las críticas muy agresivas que habría que discutir de cara a las elecciones.

Discutir, con toda franqueza y sin tregua, las consecuencias fatales sobre la economía del país que tendrían intervenciones técnicamente mal concebidas del gobierno en el mercado, no es campaña sucia. Confrontar a cada uno de los candidatos, sin tapujos, con su historial, señalando incongruencias o incluso muertos enterrados en el sótano, no es campaña sucia.

Claro que Rodrigo Ávila tiene que rendir cuenta sobre su participación en unidades paramilitares, y Salvador Sánchez Cerén sobre su responsabilidad, como comandante, de los crímenes de guerra de San Vicente.

Claro que el candidato a la presidencia del FMLN y el candidato a la vicepresidencia de ARENA tienen que responder a cuestionamientos duros sobre contradicciones de sus discursos con su propio pasado y con sus partidos.

Quisiera que todos los candidatos fueran sometidos a entrevistas tan duras e incómodas como la que hizo El Faro a Arturo Zablah. Es loable la cortesía con la cual se están tratando los dirigentes partidarios en la ronda dominical de Nacho Castillo, pero todos nos moriremos de a aburrimiento si no sacan al aire los temas espinosos, las críticas sin misericordia.

Golpear duro y precisamente a los puntos débiles del adversario político, donde más le duele, no es campaña sucia, es un deber ante una ciudadanía sedienta de transparencia y claridad.

El hecho que en el sitio www.simpatizantesfmln.org me llamen Paolo Hitler Lüers, me denuncien como agente de la CIA y recomiendan a la Seguridad de Estado de Venezuela estar pendiente de mis movimientos, me tiene sin cuidado. Es campaña negra, porque quiere desautorizar las críticas que un periodista está haciendo.

Es campaña sucia, pero al final es inofensivo por inefectivo. Igual las tonterías que el Foro Permanente de la Libertad escupe de insultos contra los candidatos del FMLN. Inofensivos por inefectivos y por falta de credibilidad. Esta y otras fachadas que piensan hacerle un favor a ARENA, en realidad están haciendo lo contrario. Son tiros por la culata.

Ni vale la pena denunciar y llevar a juicios éticos estas estupideces. Tampoco se trata de firmar pactos de caballeros. Hay que ir al grano, con claridad, transparencia y mostrando la cara. Hay que tocar los puntos sensibles.

Exponerlos a análisis y crítica. Por ejemplo, mis modestos esfuerzos periodísticos de desnudar las prácticas autoritarias en Venezuela y Nicaragua, y de dejar que hablen los protagonistas de las luchas que estos autoritarismos provocan, para algunos es campaña negra. Claro, estas radiografías son duras, tocan donde más duele, porque ahí hay putrefacción.

Este tipo de miradas críticas provocan respuestas medio violentas, como en órganos de campaña sucia tipo www.simpatizantesfmln.org , o como en los medios sandinistas en Nicaragua que conciben y denuncian un trabajo de investigación periodística como 'misión de inteligencia al servicio de la ultraderecha.'

Lo interesante es que incluso mi militancia, durante la guerra, con la insurgencia salvadoreña, en la óptica de los ex insurgentes aferrados al poder se convierte en 'trabajos de inteligencia.' Un verdadero fenómeno freudiano de proyectar las mañas propias a todo el mundo.

Para los que ven la política como un permanente operativo de inteligencia y guerra sicológica, instituciones como la crítica y el periodismo no existen, al no ser como fachadas.

Los partidos deberían simplemente ignorar las campañas negras, las supuestamente amigas como las enemigas, y dedicarse a la batalle de ideas, al ejercicio del debate crítico y duro. Dentro de cada partido, entre los partidos, y con la sociedad.

Tampoco entiendo los grandes lamentos sobre las 'campañas de miedo.' ¿Cuál miedo? Estas campañas dan risa, tal vez lástima, pero no con los atacados, sino con los inútiles que son los atacantes.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)

domingo, 19 de octubre de 2008

NICARAGUA ADENTRO -
UNA MIRADA CRITICA

Una serie especial de El Diario de Hoy, por Paolo Luers


Paolo Lüers Enviado Especial:
Paolo Lüers
Periodista de origen alemán y editor del blog Siguiente Página.
Lideró el semanario Primera Plana entre 1994 y 1995 y ha sido columnista de El Faro y El Diario de Hoy.




Eduardo Montealegre, la oposición desde la derecha 11/10/2008
La opción opositora
Donde hay imposición, crece oposición. En Nicaragua, la supresión de 2 partidos opositores fortalece la opción, Eduardo Montealegre


La división del sandinismo, la oposición desde la izquierda 10/10/2008
Menos que un partido más que un partido
En Nicaragua hay un desgaste de autoridad intelectual y ética. Este vacío viene llenando un partido que se va fortaleciendo con cada golpe que le da el gobierno

La manipulación que Ortega hace de la pobreza, en el caso de las víctimas de intoxicaciones masivas 09/10/2008
Haciendo política con los pobres
En toda Managua, las rotondas están ocupadas por hombres y mujeres pobres contratados para rezar día y noche contra el odio y por las políticas del gobierno de Daniel Ortega

  • La marcha sin retorno
    Entrevista con Altagracia del Socorro Solís jefa del campamento precario donde viven 1,200 de los afectados de intoxicación masiva en las bananeras.
El otro frente: los artistas 08/10/2008
Artistas contra "La tragicomedia vergonzosa" del frente
La revolución tenía de su lado a los artistas de Nicaragua y del mundo entero. Ahora el Frente, en su segundo gobierno, está divorciado de los artistas.

Los conflictos sobre el control de la sociedad civil 07/10/2008
El turno de la sociedad civil
La participación ciudadana y la democracia directa son ejes centrales del discurso que manejan gobierno y partido de Daniel Ortega. Los protagonistas de los movimientos civiles y sociales cuentan otras historias

Los medios de comunicación, el otro opositor 06/10/2008
Los medios como enemigos del estado
La batalla diaria por la opinión pública tiene por protagonistas los medios independientes, los medios oficialistas, el partido gubernamental, las organizaciones de mujeres, los artistas e intelectuales opositores
Las mujeres, el sector más decidido 05/10/2008
Una mirada crítica
¿Es Nicaragua un laboratorio, donde se experimenta lo que aquí pasará si gana las elecciones el Frente? ¿O es, simplemente, un país con mala suerte y malos gobernantes?

sábado, 18 de octubre de 2008

Reprobados

¿Cuál renovación? ¿Con estas listas de candidatos a diputados nos quieren convencer ARENA y el FMLN que de veras están apostando a la apertura, al cambio y a una Asamblea Legislativa capaz de producir debates de altura, concertaciones y políticas públicas del país?

Tendríamos que ser bobos para creernos este cuento. Más bien, las planillas de los dos partidos son claras evidencias del continuismo. Es evidente que los dos partidos grandes no quieren correr el riesgo de tener en la Asamblea a mentes críticos capaces de construir acuerdos, sino han escogido sus candidatos con el criterio de fidelidad partidaria y disciplina. El FMLN va a tener a partir del 2009 la bancada más homogénea, más ortodoxa, más alineada de su historia parlamentaria. Pero no alineada con el candidato a la presidencia, sino alineada con la Comisión Política del partido. No habrá bancada plural, porque en el FMLN ya no hay pluralidad a representar. El candidato y sus amigos no han tenido nada que hacer en el proceso de selección de candidatos.

En el caso de ARENA es diferente. Hay pluralidad, hay discusiones dentro del partido, hay diferencias de enfoques, y de alguna manera se reflejan en la planilla de diputados que presentó el COENA. Lo que falta es una clara muestra que el candidato y presidente del partido está dispuesto a usar la selección de diputados como instrumento para consolidar su propio posición, para asegurar su independencia frente al grupo que ha dominado al partido en los últimos años, y para reforzar la apertura que quiere producir en el partido. Apertura significa, por definición, que por la puerta que se abre, entren ideas nuevas y liderazgos frescos. Abrir la puerta para que entre un señor a la fórmula, pero no dejar pasar a nadie más, no es apertura. Por la puerta de los diputados van a entrar un par de personas capaces, aunque algunas no tan frescas, pero esto tampoco es apertura. Otra oportunidad no aprovechada por Rodrigo Ávila para cambiar la percepción que la gente tiene de su partido, de su falta de independencia. El nombramiento de Arturo Zablah, junto con una verdadera renovación de la bancada parlamentaria, anunciados en la Asamblea partidaria del domingo pasado, esto hubiera podido ser el punto decisivo, el viraje, el relanzamiento de la campaña de Rodrigo Ávila.

Le quedan unas contadas oportunidades más: Cuando presente su programa de gobierno – siempre y cuando sea suficiente audaz, claro y contundente en la formulación de políticas públicas diferentes a las tradicionales de ARENA; la presentación de su comando de campaña – siempre y cuando sea compuesto por gente brillante y que no se deje manipular de nadie; y cuando presente a la nación el nuevo COENA – siempre y cuando sea una dirección plural, incluyente y que realmente asume la difícil tarea de combinar unificación y apertura. Lo más lógico fuera hacer este último primero, o sea inmediatamente. Y que este nuevo COENA de unificación y apertura haga uso de su derecho de revisar, caso por caso, la planilla de diputados y alcaldes, para corregir errores y para introducir candidaturas que surjan con la lógica de la apertura y de la renovación.

Me hubiera encantado poder dar este tipo de consejos también al Frente, pero sería inútil. En ARENA por lo menos no se han suspendido las discusiones, vale la pena intervenir y exigir seriedad. En el FMLN todo está amarrado, decidido, sin voces que expresen dudas, cuestionamientos, críticas. Es muy difícil querer aportar criterios a un debate que no tiene lugar. Porque esto es lo que hacemos los observadores: opinar, cuestionar, intervenir en discusiones aunque nadie nos ha invitado, aunque nos digan intrusos. Las decisiones que ahora se toman son demasiado importantes para dejárselas a los partidos.

(Publicado en El Diario de Hoy, Observador Electoral)