domingo, 28 de diciembre de 2008

Soñar despierto

“Es necesario soñar. Pero sólo soñar y no despertarse para actuar es estar en coma.” Me dejaron gran impacto estas palabras que David Escobar Galindo sobre el problema del puerto de La Unión. Obviamente, el Estado no puede estar en coma…

El complemento sería: “Es necesario soñar. Porque sólo actuar sin atreverse a soñar soluciones que a primera vista parecen imposibles, sería irresponsable y mediocre.”

Entonces, ejerceré mi deber de soñar. Sueño que ante la crisis institucional y la crisis económica que enfrenta el Estado salvadoreño, los candidatos a la presidencia dejen de actuar en función de su respectivo interés partidario y comiencen a actuar en función del país.

Sueño que Rodrigo Ávila aparezca un día de estos --navidad hubiera sido buena fecha, o tal vez el 31 de diciembre-- dando un discurso que más o menos iría así:

“Ciudadanos:
El país necesita concentrar todos --¡todos sin excepción!-- esfuerzos para superar la debilidad del Estado para poner al país en condiciones de enfrentar la crisis económica, financiera y social que se desarrolla a nivel mundial.
En este momento, la polarización política es un lujo que no nos podemos seguir dando. Gane quien gane las elecciones, el próximo gobierno tiene que ser de unidad nacional para poder tomar y aplicar las decisiones necesarias --y no necesariamente populares-- para fortalecer nuestra institucionalidad y para evitar que la crisis económica cause un incremento de la pobreza y tensiones sociales que podrán ser peligrosas para la paz y la democracia que tanto han costado a nuestro pueblo.
No estaría en esta batalla si no estuviera convencido que soy mejor calificado para conducir y transformar al país en esta situación crítica. Tengo el mejor equipo, las mejores ideas, la mejor experiencia. Tengo un partido experimentado y capaz de concertar con la empresa privada. Sin embargo, todo esto no es suficiente para enfrentar los retos que tocan al próximo gobierno.
Gane quien gane la presidencia, el país necesita que el otro partido no sea derrotado, sino que se incorpore en un esfuerzo de unidad nacional. Retos especiales exigen soluciones extraordinarias. No es suficiente la concertación, el diálogo, necesitamos un pacto de gobernabilidad. Es necesario que el partido que no gane, se incorpore en el esfuerzo de solucionar los problemas del país.
Expreso mi voluntad a incorporar al gobierno de unidad presidido por mi persona a Mauricio Funes y miembros destacados de su equipo.
En caso que los votantes tomen otra decisión, expreso mi voluntad y la de los miembros de mi equipo de gobierno, a incorporarnos en un gobierno presidido por mi adversario, siempre y cuando no sea partidario sino de unidad nacional.
Las coincidencias en nuestros programas de gobierno lo permiten. Hay diferencias en visiones a largo plazo y en prioridades. Hay diferencias ideológicas marcadas y no superables. Pero hay suficiente coincidencia sobre las medidas que tomar, las reformas que hacer, los sacrificios que hacer en los próximos años.
No estoy suspendiendo la competencia política entre los partidos. Estoy planteando suspender la polarización. Estoy planteando un gobierno de transición, un gobierno de transformación.
Tampoco estoy suspendiendo la campaña electoral. Es importante que el pueblo decida en elecciones libres quien va a presidir este gobierno de unidad. Quiero ser el que gane el privilegio de dar conducción a este proyecto de unidad.
Invito al FMLN y sus candidatos a reunirse con nosotros para definir los términos del acuerdo sobre un gobierno de unidad. Después, que el pueblo decida con qué visión, con qué definición de prioridades gobernemos conjuntamente.”

Me hubiera costado un poco más, pero también me hubiera podido inventar en mis sueños el discurso correspondiente de Mauricio Funes. El hecho que se me ocurrió soñar el discurso de Rodrigo Ávila, se debe a que me cuesta aun más, mucho más, imaginármelo en boca de Mauricio Funes. Soy soñador, pero también soy realista...

¿Podría funcionar un gobierno de unidad? Obviamente no veo a Humberto Centeno como ministro de Hacienda de Rodrigo Ávila, ni a René Figueroa como ministro de seguridad de Mauricio Funes. ¿Pero sería realmente imposible que Rodrigo Ávila se convierta en ministro de gobernación de Funes, o que Funes se convierta en el canciller de Ávila? ¿Que Luís Mario Rodríguez y Guillermo Suárez integren el gabinete de Funes o Hugo Martínez y Alex Segovia el de Ávila? Difícil de imaginar tal vez, pero imposible no. Siempre y cuando sea claramente definidos y demarcados los campos de política común.

Disculpen, estoy soñando. Tal vez influenciado por tanta retórica navideña, por un rato me imaginé que ambos partidos hablan en serio del cambio y del proyecto país. Tal vez un sueño demasiado atrevido. ¿Y si nos olvidamos del gobierno de unidad, y sólo insistimos que firmen acuerdos políticos sobre reforma fiscal y electoral, y sobre el gasto social?

Bueno, ya sé que estoy hablando paja... Ya me voy a despertar y seguir funcionando en el esquema de polarización. Lo prometo. Realista hasta las últimas consecuencias.

¿O será al revés? ¿No será preferible no abandonar nuestros sueños, sino más bien abandonar a los partidos que no están dispuestos a responder a las aspiraciones y necesidades del país? ¿No será mejor --y, quien sabe, más realista-- sustituir a los partidos que no corresponden a nuestros sueños, en vez de desechar los sueños que no corresponden a los partidos que heredamos?

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

viernes, 19 de diciembre de 2008

El juego con la violencia, responsabilidad compartida

Formar y preparar grupos armados es un delito serio en cualquier parte. En un país con la historia de guerra civil y posterior paz negociada como El Salvador, es un pecado imperdonable.

Igual es imperdonable jugar irresponsablemente con este tema.

Si se tiene indicios serios de la existencia de grupos armados clandestinos, lo que menos se hace es convocar una conferencia de prensa denunciándolos. Hay procedimientos establecidos para que fiscalía, policía y otros órganos pertinentes llevan a cabo la investigación y, si hay causa, la acusación y captura de los involucrados. Una denuncia pública, como la hizo el gobierno, se enmarca exclusivamente en el contexto de la campaña electoral, no de la debida investigación y acusación.

Si el gobierno tiene pruebas, ¿por qué no procede a capturar, decomisar, judicializar? Y si no las tiene, mejor que se calle para no comprometer las investigaciones.

Si las sospechas de la existencia de grupos armados vinculadas al FMLN son ciertas, el gobierno, con su comportamiento irresponsable, ha logrado no sólo entorpecer las investigaciones, sino además que nadie le cree.

No tengo duda que existen grupos que juegan a guerrilleros.¿Cómo no van a existir si el gobierno fue incapaz (o no tuvo voluntad) de aprovechar el caso Belloso para desmantelar la Brigada Limón, de la cual fue parte?

Es un error absurdo pensar que estos grupúsculos son brazos armados del FMLN, pero sí existen vasos comunicantes de algunas estructuras del partido y sus alcaldías con los grupos violentos. También me consta que la gran mayoría dentro del FMLN no tiene nada que ver con este juego peligroso y lo rechaza.

El Estado tiene la responsabilidad de investigar y desmantelar estos grupos, y tiene todas las herramientas para hacerlo. Si no los ha usado correcta y consecuentemente durante años, y si hoy usa el tema para su campaña política, la conclusión que hay que sacar es: El gobierno no investigó y desmanteló estos grupos armados, porque les conviene su existencia, precisamente para poderlas sacar en tiempo electoral.

Esto hace al gobierno y las instituciones que tienen el deber de velar por la seguridad ciudadana y del país tan cómplices con los grupos violentos que los sectores del FMLN que siguen manteniéndolos con vida artificial.

Lo que pasó en El Paisnal --los desfiles paramilitares presididas por dirigentes del FMLN-- es otra cosa muy diferente. Las fotos de El Paisnal y las declaraciones de los dirigentes del Frente explicándolas, tampoco son pruebas para la existencia de grupos armados, pero sí para un grado sorprendente de retraso mental e ideológico en las filas del partido que pretende gobernar al país.

Es absolutamente legítimo que los excombatientes y sus familiares celebren actos para mantener la memoria de sus hazañas y de sus héroes. En Morazán hacen esto cada noviembre con mucho orgullo, pero no se ponen uniformes militares, sino camisetas que llevan la consigna “Veteranos guerrilleros contra la violencia.” Y no se cuadran con fusilitos de plástico, sino bailan al son de los Torogoces de Morazán.

El hecho que el coordinador del FMLN, en vez de usar su poder para evitar que sus bases celebren desfiles marciales de este tipo, se preste a presidirlos, no lo convierte en culpable de formar grupos armados, pero si demuestra que está anclado en ideologías incompatibles con una cultura de paz.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Acuerdo nacional: No habrá despidos

Domingo, 14 de diciembre. Una reunión cumbre sin precedentes: En la sala de gabinete se reúnen los ministros claves; los dirigentes de los dos partidos mayoritarios; las cúpulas de la empresa privada y de los sindicatos; los jefes de los principales bancos del país; y los ‘sabios’ de las facultades de economía. 32 mujeres y hombres que representan los poderes formales y fácticos del país.

Tema central: ¿Cómo enfrentar la crisis económica para defender el empleo?

El candidato a la primera magistratura del segundo partido del país expreso: “No podemos permitir que el 2009 sea el año del desempleo. La tarea de todos es mantener los empleos por el mayor tiempo posible. El Estado tiene que ayudar haciendo inversiones públicas masivas, inclusive en educación y proyectos comunales. Los fondos existentes hay que invertirlos en empleos que tienen sentido social.”

Su contraparte que busca la primera magistratura por parte del primer partido mayoritario, dijo a los poderes fácticos reunidos: “Es la hora de asumir conjuntamente la responsabilidad: la política, los empleadores, los bancos y los trabajadores. Hoy es el punto de partida de una colaboración responsable de todos los actores de nuestra sociedad, con el fin de blindar al país contra la crisis, sobre todo para defender el empleo, y para crear las condiciones para despegar después de la crisis.”

Después de horas de debate, los representantes de las empresas más poderosas del país anunciaron su compromiso para el año crítico 2009: No habrá despidos masivos, mucho menos para los trabajadores calificados que serán indispensables para el futuro crecimiento.

El segundo consenso de la cumbre: El gobierno tiene que conseguir –con garantías, con financiamiento, pero también con presión estatal- que los bancos vuelvan a conceder créditos.

Tercera prioridad concertada: El Estado tiene que coadyuvar con un gran programa de inversiones públicas. Los partidos se comprometen a colaborar para financiar este programa.

Resumen del jefe de gobierno: “Todo lo factible lo haremos. Y todo lo que haremos en el 2009 tiene que la prioridad de fortalecer el país. No queremos efectos publicitarios ni electorales.”

Una cumbre sorprendente y exitosa. Se impusieron la cordura, la concertación y el interés del país.

Razón para entusiasmo: Todo lo escrito y citado es verdad. Nada inventado. La cumbre tuvo lugar el día domingo 14 de diciembre. Sólo que no en El Salvador, sino en la capital de Alemania.

“Aquí es imposible porque estamos cerca de las elecciones.”

¡Respuesta equivocada! También Alemania hay elecciones en el año 2009.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

lunes, 15 de diciembre de 2008

La batalla decisiva es en enero

Era de esperar: las encuestas se vuelven munición en la batalla electoral. Esto siempre suele pasar y es entendible si la tendencia que diagnostican las diferentes encuestas son inequívocas. Pero es muy peligroso cuando esto no es el caso, cuando más bien las diferentes encuestas pintan imágenes muy contradictorias.

Parece que las elecciones de enero van a dar un resultado sorprendente en un país donde la palabra más usada es ‘cambio’: Todo seguirá igual. La correlación de fuerzas no cambiará en la Asamblea Legislativa. El FMLN, lejos de su meta anunciada de ganar 43 diputados, quedaría más o menos igual en la elección de diputados. ARENA, lejos de ser arrollada por la anunciada tendencia al cambio en favor del FMLN, se mantendría igual.

Por lo menos así lo indica la encuesta cuyos resultados hoy comienza a publicar El Diario de Hoy. La firma Borges y Asociados efectuó una encuesta completa en cada departamento, para medir la intención de voto a nivel regional. De los diez departamentos hasta ahora cubiertos (toda la parte de este lado del río Lempa), en seis lleva ventaja ARENA en la intención de votos para diputados, el FMLN en cuatro. En los departamentos orientales que faltan, la tendencia puede ser al revés. Al final, cuando todo esté contado, no habrá ni vencedores ni vencidos en la elección parlamentaria.

¿Cuál cambio?, habrá que preguntarse...

Parece irónico pensar que cuando se sienta el polvo de la batalla, toda seguirá igual, habrá la misma necesidad que los partidos, en vez de imponer su políticas, se pongan de acuerdo. Significa que el electorado muestra mucho más sabiduría y astucia política que los estrategas de los partidos.

Y significa otra cosa igualmente sorprendente: que la estrategia de ARENA, que todos la hemos censurado (algunos con angustia, otros con satisfacción, todos con insistencia), está funcionando mejor que todos sus críticos nos podíamos imaginar.

El mismo FMLN ha definido qué tipo de victoria piensan cosechar en enero 2009: defender la alcaldía emblemática de San Salvador, y ganar con 43 diputados la mayoría simple en la Asamblea. Y así seguir montando la ola del cambio para arrasar con las presidenciales en marzo. El surfeador, si se equivoca montando una ola que no tiene fuerza, se hunde...

Resulta que aparte de no lograr aumentar sustancialmente sus diputados, el FMLN corre peligro serio de perder la alcaldía de San Salvador. En este sentido, la decisión de ARENA de concentrarse a la batalla por San Salvador, en vez de invertir mucho en la campaña presidencial, parece correcta.

No significa que ARENA y su jefe de campaña, quien sigue siendo Tony Saca, se conforman con ganar la alcaldía y perder Casa Presidencial. Pero ellos saben que para revertir la ventaja que sigue llevando su adversario en la carrera presidencial, necesitan destruir el mito de invencibilidad que ha logrado proyectar el FMLN a su candidato. O sea, atacar exitosamente la percepción que hay una tendencia al cambio que es idéntica con la tendencia de poner a Mauricio Funes en Casa Presidencial. Una vez desinflado este globo, ya no existe ventaja en la carrera presidencial y cualquiera de los dos partidos podrá ganar en marzo.

Lo que va de la campaña demuestra que ARENA no ha encontrado el campo de batalla donde logra pincharle el globo a Mauricio Funes. No han encontrado cómo crear un hecho político suficientemente fuerte para destruir la percepción de que el que está ganando es Funes. Entonces, en vez de ir a batallas que corren peligro de perder y así fortalecer la aureola de invencibilidad de su adversario, los estrategas de ARENA han cambiado sus prioridades: Hasta el 18 de enero, la prioridad tiene la batalla por San Salvador, porque ahí es donde el FMLN es débil y puede ser derrotado; y la batalla por los diputados, porque ahí es donde el FMLN ha cometido un error estratégico, anunciando una meta imposible de alcanzar. Este error de cálculo del FMLN significa que ARENA no tiene que ganar mayoría parlamentaria para ganar, es suficiente no perder - y a partir del 18 de enero, comenzar de verdad con la campaña presidencial.

Los números hasta ahora disponibles sobre las elecciones municipales y legislativas del 18 de enero muestran que esta estrategia puede funcionar. Por primera vez, ARENA puede ver luz al final de un largo túnel.

De aquí al 18 de enero, hay que observar de cerca todo lo que pase en Sal Salvador, cómo la gente evalúa el gobierno municipal, cómo se comporta la masa de habitantes de las comunidades marginales y cómo la clase media capitalina.

Qué cosa más irónica para el FMLN: Su mejor alcalde, Héctor Silva, hubiera sido su carta ganadora para la presidencia. No la querían jugar, porque Silva era demasiado moderado. Más bien lo sacaron del partido. Y hoy su peor alcaldesa, Violeta Menjívar, puede ser la carta que los haga perder nuevamente Casa Presidencial. Todo el mundo, inclusive su candidato presidencial, les dijo que querer imponer la reelección de una alcaldesa fracasada les iba a costar caro. Pero insistieron en ella por razones de cohesión partidaria.

Los errores se pagan, si hay quien los cobra. En este caso es cobrable, y el precio puede ser la presidencia.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Cambio hacia dónde?

“No estamos jugando a ser intelectuales, sino a defender un proyecto político”, así instruye a sus futuros diputados el coordinador general del FMLN y designado jefe de su fracción parlamentaria, Medardo González.

No quieren intelectuales de diputados sino soldados fieles del partido. Reflejo de un partido que sistemáticamente ha erradicado de sus filas la crítica, el debate interno, la pluralidad, la creatividad. El FMLN ha sido invencible durante la guerra, precisamente por dos factores que en los últimos años ha sistemáticamente abandonado: por su pluralidad, uniendo las diferentes pensamientos de izquierda. Y por su capacidad de incorporar productivamente a los intelectuales, los artistas, la masa crítica del país. Hoy ha cambiado la pluralidad por un verticalismo autoritario, deshaciéndose sistemáticamente de las corrientes socialdemócratas y socialcristianos. Y en esta “limpieza”, de una sala vez, se fueron los intelectuales. Todos.

Como dice Medardo González, “no estamos jugando a ser intelectuales sino a defender un proyecto político, a mantener el poder del pueblo...” En este concepto de la dirigencia del FMLN, intelectualidad y proyecto político son incompatibles. Esto quiere decir: en su proyecto político el aporte crítico, la capacidad técnica y la creatividad de los intelectuales no es necesaria, más bien es un estorbo...

El primer órgano del Estado, el parlamento, necesita un cambio profundo si quiere recuperar la confianza y credibilidad que la gente le ha perdido. Las ha perdido porque sus diputados, con muy pocas excepciones, se comportan precisamente como soldados de partido, como representantes de “proyectos políticos”, y no como personalidades regidos por su conciencia ética y su análisis crítico. Las cúpulas partidarias --de ambos bandos, hay que decirlo-- han pervertido la cultura parlamentaria imponiendo a sus diputados una ciega disciplina partidaria muy encima del compromiso que tienen con sus votantes y con su conciencia.

El cambio que el país necesita, tiene que comenzar ahí, en el corazón de la crisis del sistema político, construyendo relaciones más transparentes y democráticas entre los representantes y sus representados, transformando a los partidos de maquinarias de dominación en instrumentos de la ciudadanía.

Ya que todo el mundo habla de cambio: necesitamos diputados que no sean soldados partidarios, sino que tengan capacidad intelectual, conciencia crítica... y valor cívico para defender los intereses del país aun cuando signifique tomar distancia crítica a sus cúpulas partidarias. Necesitamos diputados con capacidad y vocación de concertación, diputados que busquen el debate y el entendimiento con las otras fracciones para buscar soluciones. No necesitamos a diputados que sólo hablan con sus superiores para tomar decisiones.

Los demás partidos --por lo menos el PDC, el FDR y ARENA-- han tomado algunos pasos, aunque tímidos, en esta dirección. Han escogido algunos candidatos a diputados con criterios no partidarios, sino por su capacidad, su independencia, su solidez moral.

El FMLN está haciendo lo contrario, y ni siquiera trata de disimularlo: está construyendo una bancada parlamentaria hecha a la medida de los intereses partidarios, fiel a la cúpula, inmune contra “desviaciones” de intelectuales críticos, respondones y no supeditados al control de la cúpula partidaria.

Y el candidato a la presidencia, quien hace un año prometió cambiar todo esto, ahora presenta a la planilla escogida por la dirección del partido y dice: “Esto es mi equipo, con ellos voy a gobernar.”

¿Cuál cambió, entonces? ¿Cambio hacia dónde?

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

jueves, 4 de diciembre de 2008

Haber peleado en la guerra no califica ni descalifica a nadie

Estoy cansado de escuchar y leer que el FMLN no tiene capacidad de manejar la economía, de defender y fomentar empleos y de atraer inversiones, porque en la guerra sus dirigentes causaron destrucciones y violencia.

Por más que lo repitan en editoriales, por más que lo digan una y otra vez Arturo Zablah y Fuerza Solidaria en incontables cuñas de radio y spots de televisión, sigue siendo una falacia. No sólo es falso, sino es peligroso, porque distrae la atención del verdadero peligro: No es por su pasado bélico que el FMLN constituye un peligro para el desarrollo económico y el bienestar del país, ¡es por su presente! Es por el desarrollo ideológico ortodoxo y el proceso interno autoritario del Frente en los últimos años. Durante la guerra, el FMLN era plural, hoy ya no. Durante la guerra, nunca el FMLN fue dominado por los comunistas, porque tenía un fuerte componente socialdemócrata. Hoy es un partido centralizado, autoritario, donde no caben los socialdemócratas y socialcristianos, que lo hicieron fuerte durante la guerra.

Haber peleado en la guerra no califica ni descalifica a nadie. Haber sido parte de una fuerza beligerante --lo que por lógica significa haber causado destrucción a la infraestructura productiva del país y violencia a las personas--, no significa que alguien no pudo convertirse en empresario exitoso, ministro capaz, estadista y demócrata.

Destrucción y violencia también ordenaron los fundadores de ARENA, los jefes militares y los empresarios que apoyaron grupos paramilitares. Esto nada tiene qué ver con la capacidad que hoy tienen políticos de izquierda o derecha de administrar al país y su economía.

Haber participado en la guerra no descalifica a nadie. Quien quiere hacer de la campaña electoral de 2009 la última batalla de la guerra civil de los años 80, sólo muestra que no ha entendido que esta guerra terminó sin vencedores y sin vencidos, y que esto es precisamente el fundamento de la paz y de la democracia de que gozamos.

Cuidado, quien descalifica a todos los que hemos participado en la insurgencia, declara enemigos también a un montón de sectores de izquierda que ahora son vitales para la defensa de la paz y del sistema político y social que construimos conjuntamente a partir de los Acuerdos de Paz. Si algo está ya claro es que la ARENA pura de la posguerra ya no tiene capacidad de ganar elecciones ni de gobernar.

Estamos de acuerdo: El Frente es el menos capacitado para defender el empleo, mucho menos en tiempos de crisis. El Frente y su candidato no podrán generar confianza, estabilidad, riqueza y justicia social. Pero, repito, no es por su pasado bélico, es por su presente. Es porque el Frente se está aliando con Hugo Chávez. Es porque el Frente y su candidato siguen viendo a los empresarios como enemigos. Es porque siguen soñando con un Estado que controla, interviene, regula todo. Es porque de esta manera crearán más burocracia, corrupción, fuga de capital, ineficiencia.

No es que no hay que regular. La actual crisis mundial demuestra los peligros de los mercados no regulados. No es que no hay que tener un Estado mucho más fuerte. Pero lo peor que puede pasar que lleguen a gobernar y desde el Estado intervenir la economía los que desprecian al mercado, los que se mueren por regular. Sería como caer en manos de un médico que quiere aplicar cirugía por principio, por el puro placer, no como último recurso.

Hablar de los comunistas que nos quieren confiscar nuestras casas y de los comandantes matavacas es el peor error que puede cometer quien no quiere que llegue al gobierno el Frente. Quien quiere convertir la campaña electoral en la última batalla de una guerra que no pudo ganar, va a terminar perdiéndola.

Esta batalla política-electoral no es entre derecha e izquierda, mucho menos entre los bandos que se enfrentaron en la guerra. Es entre los que quieren defender y perfeccionar la economía social de mercado y los que quieren sustituirla para experimentar con el Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correas, que no funciona sin autoritarismo político.

El Frente, si llega a gobernar, no aporta a resolver la crisis. La empeora. Sus medicinas serán peores que la enfermedad. Es como buscar a curanderos que estudiaron brujería en vez de medicina. Los dirigentes del FMLN y su candidato estudiaron ideología y retórica en vez de economía. Su discurso, por más que el candidato lo está disfrazando de moderado, está impregnado de revanchismo, resentimiento.

Ahí está el peligro, no en su pasado guerrillero.

(Publicado en El Diario de Hoy)