sábado, 6 de abril de 2013

Carta a la diputada Claudia Ramírez


Estimada diputada:
¿Es usted el famoso voto 56 que tan desesperadamente estaban buscando quienes quieren darle en la nuca a la Sala de lo Constitucional?
Usted dice que no. ARENA dice que sí. No voy a especular sobre esto, ni tampoco si la compraron o no. Pronto veremos la verdad: sus votaciones en la Asamblea.
Usted renuncia a su militancia de más de 30 años, según usted, porque ARENA abandonó sus principios. Por ejemplo, cuando el COENA instruyó a sus diputados a votar por el Alba-magistrado Padilla como presidente de la Corte Suprema. Y como no hubo discusión posible en el partido, ya que Jorge Velado no le contestó el teléfono, usted renunció...
Fíjese que yo coincido plenamente con usted: Dar sus votos por Padilla fue un error y una vergüenza. Pero en el gran debate que se armó sobre este caso, nunca escuché a Claudia Ramírez expresando su oposición, su disidencia, sus principios. El coronel Ochoa armó un berrinche y muchos le dimos la razón (de todas formas terminó a la par de Saca). Los diputados Edwin Zamora, Ana Vilma de Escobar, David Reyes se expresaron en este debate. Pero usted no.
Tampoco le armó a Donato Vaquerano ni al COENA ningún berrinche ni le escuchamos ninguna declaración de principios cuando todos ustedes votaron por los 800 millones, por el magistrado Trejo...
Es más: 90 % de los ciudadanos (o sea todos que no somos de Santa Ana) se enteraron de la existencia de Claudia Ramírez hasta cuando renunció. Antes no apareció en el radar ni siquiera de los observadores de la vida política y legislativa. No apareció, porque estaba callada. Si usted hubiera peleado durante años por sus principios (o los de ARENA, si es que estos existen y están definidos), para al final cansarse de tanto gritar y nadie escuchar - yo entendería su renuncia. Yo la apoyaría.
Pero las únicas expresiones suyas de oposición y disidencia fueron 33 intentos infructuosos de llamar a Jorge Velado, pero nunca un debate serio en la fracción, una entrevista para movilizar la opinión pública, un discurso para mover la conciencia de la militancia...
Todas las frustraciones y críticas que usted expresó en la entrevista con Moisés Urbina me parecen entendibles. Mucha gente las comparte. Pero ninguna de ellas (y ni siquiera la suma de todas) es una razón para renunciar al partido y declararse independiente. Yo puedo perfectamente aceptar que usted se frustró de la política partidaria y del trabajo legislativo. Tiene derecho de tirar los guantes, para que otro con más paciencia y más ganas de pelear las retome. O sea: Tiene derecho de renunciar a la diputación, renunciar a la política.
Si mañana usted, como todo el mundo teme, se une al bloque conducido por el FMLN y Gana, Funes y Saca, porque lo de una diputada independiente es paja y no lleva a nada, ¿con qué principios y valores lo va a explicar?
Piense bien su próximo paso, Claudia Ramírez. Su única salida decente es que renuncie a su diputación..
Posdata: Quien quiera usar esta carta para tapar los problemas de ARENA de convertirse en un partido democrático, no ha entendido nada.
(Más!/EDH)