sábado, 30 de noviembre de 2013

Carta al expresidente Francisco Flores

Estimado Paco:
El presidente de la República te está acusando de haberte robado 10 millones de dólares provenientes de una donación del gobierno de Taiwán.

Es obvio que Funes (quien ha asumido la parte sucia de la campaña del FMLN, para que su candidato Sánchez Cerén puede seguir perfilándose como abuelito buena gente) lanza esta acusación en el contexto de la fase decisiva de la carrera electoral. Este me hace dudar de la validez de la acusación.

Funes dijo que los documentos del Departamento de Tesoro de Estados Unidos sobre el recorrido de estos 10 millones por diferentes bancos (documentos que él mostró en público y luego filtró a varios medios digitales para su publicación) le fueron entregados por la Fiscalía General salvadoreña. Pero el fiscal general dijo enfáticamente que esto no es cierto. Otra razón para dudar.

El hecho que Funes lanza esta nueva acusación en el momento en que se le comienza a caer al suelo el caso CEL, tampoco le da mucha credibilidad. La jueza puso en duda todo este edificio de acusaciones, que todo el mundo sabe que, más allá de la fiscalía, provienen de Casa Presidencial. Otra razón para dudar de la nueva acusación...

Pero la razón más fuerte de desconfiar de la credibilidad de Funes en su rol de investigador, acusador y juez de la corrupción es el hecho que lanza esta nueva acusación en el momento en que él se encuentra irremediablemente enredado en sus mentiras sobre los 3 millones de dólares que recibió de Nicolás Salume: Antes dijo que era un préstamo que él personalmente iba a repagar al empresario; luego declaró que fue una donación de Salume a él como candidato; al fin dijo que no los recibió él sino el FMLN, como préstamo, pero que luego fue condonado. Con el agravante que, una vez investido de presidente, nombro al hijo del donante presidente de la CEL, y luego al donante mismo primer designado a la presidencia. Hay quienes sostienen que el hijo sacó de la CEL y negocios relacionados mucho más que los 3 millones que su papá prestó-donó-condonó a Funes.

Claro que un presidente, enredado en sus propias explicaciones, mejor pone a la nación a hablar de otros cheques, que involucran a otro presidente, de otro partido.

Vaya, pero a pesar de todas estas dudas que provoca la actuación de Funes, vos no puedes hacerte el maje y confiar que nadie le va a creer. Por muy dañada que esté la credibilidad de Funes, así será la tuya también, si no salís pronto al encuentro de la acusación y aclarás el destino de los 10 millones de dólares de Taiwán.

Billy Sol Bang, con sus 86 años, dio el ejemplo que ahora todos esperamos que sigás: Poner la cara, explicar lo que pasó. Billy lo pudo hacer porque es inocente.

Aquí hay dos posibilidades, Paco: O el destino que diste a los 10 millones fue legal - entonces lo único que hay que hacer es explicarlo bien. O no fue tan legal - y en este caso el responsable tiene que hacerse cargo y enfrentar la justicia, antes de que este problema se lleve de encuentro a tu candidato, tu partido y tu país.

Si vos no das pronto una explicación pública y clara (o probando tu inocencia, o asumiendo la responsabilidad), este caso puede acabar de hundir la candidatura de Norman Quijano y el futuro de tu partido.

Esperando tus palabras, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 28 de noviembre de 2013

Columna transversal: Ir contra corriente

Un buen amigo me dijo: “Dejá de escribir ya sobre las pandillas y su tregua. Tenés razón, y muchos lo sabemos, pero nadie te va a apoyar. Es un tema demasiado impopular. Te estás aislando, vas totalmente contra corriente. Estás desgastando el capital político que tanto te ha costado acumular como analista.”

Ir contra corriente no me importa. Me preocuparía lo contrario: seguir la corriente. Esta columna de opinión se llama “transversal” porque creo en la necesidad de ir (y escribir) diagonal a las acostumbradas coordenadas izquierda-derecha. El concepto de esta columna no nació hace pocos años cuando comencé a escribir en El Diario de Hoy. Nació en 1979, cuando fundamos en Alemania un periódico nuevo, rebelde e irreverente llamado “Die Tageszeitung”. Fui editor de internacionales y comencé una columna llamada “Querspalte”: columna transversal.
Cuando 25 años y 1 guerra más tarde volví a atreverme a publicar una columna de opinión, a invitación de Carlos Dada de El Faro, no fue casualidad que la bauticé con el mismo nombre. Quise retomar mi labor de columnista precisamente donde la había interrumpido para irme a la militancia guerrillera – y con la misma concepción: independencia, crítica, polémica, provocar debate... pensar transversal.
Si con esto he acumulado en el transcurso de los años “capital político”, como dice mi amigo, ¿en qué consiste? Consiste en credibilidad basada en independencia; en la disposición de tocar temas y fibras que causan reacciones adversas; en no callarse, ir contra corriente, asumir riesgos...
Así que le dije a mi amigo: “El capital de un escritor (pero también de un político, un académico, un líder...), ¿para qué sirve si no estamos dispuestos a invertirlo y ponerlo a trabajar para una causa necesaria, pero impopular?”
Y este es el caso con la tregua. Aunque “tregua” es un mal término para describir el fenómeno. Es un proceso complejo y contradictorio de las pandillas y sus contornos sociales de repensar la mecánica de exclusión-autoexclusión, que ha desencadenado en una escalada loca de exclusión-violencia-represión-más violencia-más exclusión. La tregua nos confronta con una pregunta: ¿Cómo hacemos, como sociedad, para volver a integrar a la vida productiva y al sistema de valores compartidos a esta minoría que subsiste fuera de la ley?
Muchos han criticado los primeros pasos que se han hecho en esta dirección: la tregua entre pandillas, con la cual se logró reducir los homicidios; los acuerdos municipales y comunitarios, con los cuales se logró reducir las extorsiones, si no de manera general, por lo menos en los lugares donde hay condiciones; y todo el sistema de mediación e intervención social que incluye el trabajo de los dos mediadores iniciales (monseñor Fabio Colindres y Raul Mijango), pero donde participan alcaldes, concejales, líderes comunitarios y religiosos, la Fundación Humanitaria y otras ONGs – además de docenas de pandilleros convencidos que se está abriendo una puerta a la reinserción de su gente. Mediante este sistema de solución de conflictos se han salvado vidas, negocios, comunidades. Pregunten en Apulo o en Valle del Sol.
Dicen que en este esfuerzo se han cometido errores. Por supuesto, no podía ser de otra manera: Es un proceso inédito, para el cual nadie ha escrito manuales o guiones. Uno de los errores principales ha sido presionar al gobierno a tomar protagonismo en este proceso. El gobierno ha hecho mucho daño a este proceso, tanto con su inicial postura de querer capitalizar los logros; como con su actual postura de querer asumir el control de los mecanismos de mediación que la sociedad civil ha desarrollado – y de obstaculizar a los mecanismos independientes que no se dejan controlar por el gobierno. El principal error del gobierno: Hablar mucho de la tregua y sus logros, pero no cumplir en nada con sus promesas de invertir en las comunidades.
No le voy a hacer caso a mi buen amigo - y mucho menos a todas las presiones y amenazas que uno recibe. No voy a dejar solos a los que se están jugando la vida para mantener funcionando este proceso inédito y peligroso de reducir la violencia y de crear condiciones para que, entre todos sin exclusión, podamos comenzar a rehabilitar las comunidades y a rehacer el tejido social. Hay confianzas construidas en casi dos años de discusión, diálogo y construcción de soluciones alternativas a la violencia y la represión. Desde mi trabajo de periodista, así como desde mi participación en la Fundación Humanitaria y en los esfuerzos de mediación, voy a seguir aportando para que se construyan puentes de entendimiento y se abran canales de debate nacional.
Estoy seguro que el siguiente gobierno no está condenado a repetir los errores del actual gobierno que no supo definir su rol: facilitar los procesos de entendimiento que surgen de la sociedad civil; y focalizar su inversión social en las comunidades donde desde décadas se está reproduciendo la mecánica exclusión-violencia. 
(El Diario de Hoy)

Carta al Fiscal General de la República

Estimado Luis Martínez:
Todo el mundo está tratando de entender cómo un fiscal general puede presentar, en un caso tan prominente como el de CEL, una acusación tan débil. Al principio tampoco lo entendí. Disculpe que lo diga así, licenciado, pero pensé: Este señor es demasiado astuto y ambicioso como para correr el riesgo de perder un caso contra personajes tan importantes, sólo para quedar bien con el presidente de la República y dos candidatos presidenciales, quienes a como dé lugar quieren que se enjuicie toda la política de privatizaciones de ARENA.
Ahora me doy cuenta que esto es precisamente su intención, señor fiscal general: perder el caso. Usted armó una comisión investigativa especial, compuesta de la manera que igual que la comisión especial de la Asamblea podía llegar a una sola conclusión: Tienen razón Saca y Funes de negarse a cumplir el contrato con ENELy el fallo del arbitraje internacional. Hay que acusar a los responsables que atentaron contra el interés nacional...

Usted recibió el informe de su comisión, y sin mayor examen, le dio trámite: Presentó acusación contra 21 ex-funcionarios, muchos de ellos ligados el ex-presidente Flores. Pero usted no firmó órdenes de captura contra don Billy Sol, el presidente de la CEL de Flores; o contra Miguel Lacayo, su ministro de Economía; o contra Tono Rodríguez, su cuñado y gerente general de la empresa geotérmica. Usted no firmó orden de captura contra nadie, porque sabía que este caso lo iba a perder. Usted, lo que básicamente hizo es darle trámite a una acusación que vino de Casa Presidencial, que se avaló en la Asamblea Legislativa, y medio se legitimó en una comisión especial de la fiscalía, compuesta por usted de la manera que nadie detuviera esta locura.

Así que usted cumplió lo que Casa Presidencial, la mayoría legislativa, dos candidatos presidenciales y una opinión pública manipulada con un discurso seudo patriótico le solicitaron: Puso en el banquillo de los acusados a los arquitectos de la política energética de ARENA. Que esta acusación no iba a prosperar, que los jueces la iban a desestimar, esto ya es otra historia...

Usted se quitó la presión. Funes, Saca y el FMLN felices, porque por lo menos durante la campaña electoral estarán sentados en el banquillo de los acusados personeros prominentes de la oposición, y con ellos toda la política económica y energética de ARENA.

Bien hecho, licenciado. Un caso mal preparado, con todas las de perder. Preparado por una comisión, que usted compuso para este fin, y a la cual al final le puede echar la culpa, cuando el caso colapsa ante los tribunales.

Mientras tanto, termina la carrera electoral, y al final sabremos quienes habrán fortalecido su poder y quienes lo verán debilitado o incluso del todo perdido. O sea, al final sabremos con quienes hay que arreglarse... Y dependiendo quienes serán, se va a contar  y justificar la historia del caso CEL, que empezó como un bombazo y terminó como cohete soplado.

Usted hizo lo que le demandaron: presentar el caso. Pero lo presentó, sabiendo que lo iba a perder. ¿Quieren un caso? Aquí está. ¿Se perdió? Ni modo, la justicia habló. Al final, gane quien gane las elecciones y el poder, no le podrá reclamar nada al señor fiscal general.

Felicidades le dice Paolo Lüers 
(Más!/EDH)

martes, 26 de noviembre de 2013

Última carta a Mel Zelaya

Estimado ex-presidente de Honduras:
Le dediqué varias cartas durante la crisis desatada en Honduras antes, durante y después de su deposición mediante un golpe de Estado. Luego de todo esto, incluyendo el absurdo episodio de su “República Fronteriza de Las Manos” (cuando Daniel Ortega le permitió instalarse en un pedazo de Nicaragua fronterizo con Honduras); y luego de su humillante regreso a Tegucigalpa... yo me imaginé que usted nunca iba a volver a dar de qué hablar.
Pero hay que reconocerle algo: Usted no se rinde tan fácil. Hizo todo lo posible por regresar a Casa Presidencial. Aunque sea por la puerta trasera, como “primer caballero”. Como usted no pudo ser reelecto, puso a su esposa de candidata, pero usted se quedó dirigiendo el partido y las relaciones con el ALBA.

Mal cálculo. Su esposa llenó todos los requisitos legales para ser candidata, pero no los políticos para ser electa. Ustedes no entendieron que los ciudadanos hondureños están cansados del permanente discurso de refundación de la república, constituyente y democracia popular que tienen años de escuchar de ustedes.

Así como hizo mal el cálculo en el 2009, cuando apostó que “el pueblo” lo iba a reinstalar en el poder, se equivocó hoy pensando que “las masas” iban a votar por su esposa para que usted retome el control del país. No se dio cuenta que esta opción dinástica ya no funciona luego de la payasada de la esposa de Álvaro Colom, que quería suceder a su marido en la presidencia en Guatemala; luego del espectáculo en que ha convertido al gobierno nicaragüense la pareja Daniel&Chayo; y luego del desastre en que hundió su país Argentina la señora Cristina de Kirchner, quien logró suceder a su esposo difunto en el poder...

Los hondureños, una vez más, no se comportaron como "pueblo en lucha" o "masas organizadas", sino como ciudadanos: Ante el peligro de regresar, bajo un segundo gobierno Zelaya, a la conflictividad del 2009, con injerencia de Venezuela y Cuba; y ante la evidente ausencia de un liderazgo nuevo y progresista, optaron por el “mal menor”: dar continuidad al complejo proceso de recuperación económica del país. Yo creo que el Partido Nacional, igual que bajo el débil liderazgo de Porfirio Lobo, difícilmente va a resolver sus inmensos problemas sociales, de institucionalidad y de inseguridad bajo Juan Orlando Hernández. Pero sí comparto la convicción de la gran mayoría de hondureños que con el regreso de los Zelaya la crisis y todos los problemas se hubieran profundizado. Por esto el 55% votó por los dos partidos tradicionales de Honduras -el Nacional y el Liberal- claramente opuestos al regreso de los Zelaya.

Si esta correlación de fuerzas se refleja también en el nuevo Congreso (todavía no hay resultados de las elecciones parlamentarias), habrá una mayoría sólida para iniciar la recuperación económica del país. Y cuando se logre la recuperación económica, tal vez futuros liderazgos nuevos pueden iniciar la recuperación del tejido social tan deteriorado en Honduras que está detrás de la horrible inseguridad que vive su país.

Ustedes tienen que pensar si quieren tratar de ejercer una política de veto y de obstrucción, para la cual no han recibido un mandato en las urnas; o si deciden llegar a acuerdos de nación que aceleren la rehabilitación del país. Si quiere, pida consejo a la izquierda mexicana, que acaba de separarse de su líder López Obrador que no supo aceptar su derrota.

Adiós, Mel Zelaya. Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 23 de noviembre de 2013

Carta a "la Sala"

Estimados magistrados de la Sala de lo Constitucional:
Elías Antonio Saca tiene el derecho de enfrentar la voluntad de los votantes. Y los ciudadanos tenemos derecho a votar por él, los que así decidan; o de votar contra él, los que decidan llevar al poder a ARENA, el proyecto político declarado muerto por quien fue su máximo dirigente durante su presidencia.


Es esencial para nuestra democracia que en un caso tan clave como el de Elías Antonio Saca el veredicto esté en manos de los ciudadanos, y no de una Sala de la Corte. ¿Por qué? Porque la pretensión de Saca de recuperar el poder no es un problema jurídico, sino un problema eminentemente político, que no se resuelve por una sentencia judicial. Sólo se resolverá por la decisión del votante. Ustedes, como jueces, pueden sacarlo de la carrera, pero no pueden curar la enfermedad política y ética detrás de la candidatura de Saca. El único punto final irreversible es cuando sufra la clara derrota electoral que se le avecina. Una sentencia de ustedes, que inhabilite su candidatura, sería todo lo contrario - le daría oxígeno a Saca, convirtiéndole en víctima y ahorrándole la humillación del desastre electoral.
Estoy seguro que ustedes no se harán cómplices de la peligrosa tendencia de judicializar la política en nuestro país. La justicia (sobre todo la constitucional que ejercen ustedes en la Sala) es para defender los derechos constitucionales de los ciudadanos. La justicia tiene que intervenir en procesos políticos exclusivamente cuando estos atentan contra los derechos ciudadanos. En el caso de las múltiples demandas de inconstitucionalidad que existen contra varias candidaturas presidenciales, no sólo contra la de Saca, el único derecho irrevocable de los ciudadanos en juego es nuestro derecho al voto.
La práctica de intervenir en procesos electorales mediante la inhabilitación de candidatos es propia de regímenes autoritarios. Veamos lo que está pasando en Venezuela: El gobierno se hizo del control de instituciones originalmente creadas para controlar el poder, como la fiscalía, la Corte de Cuentas (que allá se llama Contraloría General), y las usa para abrir expedientes contra candidatos opositores y luego declararlos “inhabilitados” a ser electos. En estos días, faltando dos semanas a las elecciones municipales, nuevamente los periódicos de Venezuela están llenos de estos casos.
Apliquemos la fórmula básica de la democracia: Que decida el pueblo. Sólo en casos muy extremos y cristalinamente claros deberíamos permitir que sobre las candidaturas decidan magistrados de la Corte de Cuentas o de la Corte Suprema de Justicia. Esto obviamente no es el caso en las demandas que existen contra las candidaturas de Saca, Quijano y Sánchez Cerén.
Confío en su sabiduría y su responsabilidad, magistrados. Hasta ahora, (casi) no me han fallado. Y la vez que sentí que sí fallaron, fue precisamente cuando cometieron el error de judicializar la política - sin defender un derecho constitucional de la ciudadanía. Fue cuando inhabilitaron a dos ex-militares a ejercer cargos de seguridad pública, y con esto descarrillaron toda una política de seguridad pública.
Por esto repito: Cuidado con la inhabilitaciones vía sentencias. Dejen que inhabilitemos en las urnas a candidatos corruptos o autoritarios.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 21 de noviembre de 2013

Carta a Norman Quijano

Estimado Norman:
Cuando usted anunció las medidas de austeridad que piensa implementar al sólo llegar a Casa Presidencial, muchos se quedaron incrédulos.


¿Realmente Norman Quijano va a poner la casona en la Masferrer (la del semáforo privado) al servicio de alguna obra social y quedarse viviendo en su casa?
¿Realmente Norman Quijano va a dejar de hacer uso de los símbolos del poder arrogante que Mauricio Funes llevó al absurdo: las “caravanas de la muerte”, la flota de carros de lujo que mueven al presidente, sus familiares y sus amistades?
¿Realmente tendremos a un presidente que se quedará con la mitad del Batallón Presidencial para asegurar su seguridad, y que destina la otra mitad a reforzar la seguridad de la ciudadanía?
Muchos reaccionaron con escepticismo. Demasiadas veces nos han mentido.
Como era de esperar, Mauricio Funes se declaró ofendido. Cuando hablan de los excesivos lujos y símbolos de prepotencia que él exhibe, el presidente lo (re)siente como crítica personal. Y lo es. Entonces, agarra los micrófonos y se le echa encima a usted: ¿Cómo se atreve Quijano a hacer este tipo de propuestas, cuando como candidato ocupa todo un dispositivo de seguridad de la PNC, con 15 efectivos y cuatro oficiales?, grita el señor presidente, visiblemente agitado y encachimbado...
Pero con este exabrupto, el presidente de la República le tiró un pase divino para que usted le meta gol. Sólo hubiera tenido que envolver en papel de regalo a los policías, los oficiales y demás recursos del gobierno asignados a su seguridad – ya mandarlos al presidente con una nota: Señor, tiene razón, no necesito que el gobierno me cuide.
Y para rematar, usted hubiera mandado de una sola vez de regreso a su labores normales a todos los agentes del CAM asignados a su seguridad. Se hubiera quedado con su propia seguridad, pagada por su partido y su campaña. Hubiera dejado ahuevado a Funes, y a la vez mostrado que sus planes de austeridad no son pajas, sino hechos.
Sin embargo, en vez de agarrar esta pelota que torpemente le pasó el presidente, jugarla y meterla, usted se va a la defensiva y comienza a justificar: que esta escolta policial le corresponde por ley; que todos los candidatos la andan; que no son 15 sino menos; que no los ocupa todos los días, sino sólo el fin de semana...
Al mismo tiempo, los diputados de ARENA, un poco ahuevados y casi a escondidas, dan su voto para recetarse un bono navideño de 4 mil dólares. Otra oportunidad perdida de mostrar con hechos que la oposición va en serio con su discurso contra el despilfarro.
¿O será que estoy equivocado? Tal vez el cálculo ARENA era: Si no agarramos el bono, este dinero queda en la caja chica de Sigfrido Reyes y lo gastará en a saber qué barbaridad. Mejor cobremos los bonos, los juntamos, $4000 x 28= $112,000, y mandemos un cheque de este monto a un asilo de ancianos o huérfanos, para que celebren navidad.
Tal vez usted y su partido nos sorprenderán. Mientras tanto, me quedo escéptico, como el resto del país.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 19 de noviembre de 2013

Carta al Tribunal Supremo Electoral

Estimados magistrados:
Ustedes no hicieron nada durante un año contra la campaña electoral adelantada, cuando sí era urgente que impusieran el cumplimento de la Ley. Ahora de repente les agarra la fiebre de intervención y comienzan a actuar... ¡de censores!
Ustedes se hacían los majes, cuando obviamente se estaba violando la ley y todos los partidos comenzaron sus campañas. Y hoy se hacen los fuertes cuando los partidos hacen lo que se hace en campaña electoral: resaltar las debilidades de los adversarios y las fortalezas del propio candidato y su programa. Tan fuertes se hacen que incluso emiten amenazas a los medios de comunicación, cuando ustedes sólo tienen autoridad de multar a los contendientes, no a los medios.

Aquí se ha creado una gran confusión con el término de “campaña sucia” que todo el mundo invoca. Claro que en esta campaña, como en todas, hay anuncios que son horribles, de forma y contenido. Hay que criticarlos, pero no para pedir censura, sino para aumentar el costo político para quien hace mal su campaña. El juez es el votante, no unos burócratas como ustedes.

En este sentido, yo he criticado duramente los dos spots de televisión de la señora Maritza Herrera Rebollo contra la participación electoral de Salvador Sánchez Cerén. Le dije a la señora y al partido ARENA que están equivocados: al candidato del Frente hay que criticar por las barbaridades que propone, por los atentados que su partido está cometiendo contra el orden democrático, no por su rol en la guerra contra un régimen que no dejaba espacio a la oposición. Ahora vienen ustedes y prohíben estos spots, amenazando a los medios a multarlos en caso que los siguen difundiendo.

Los prohíben argumentando que “únicamente a los partidos políticos o coaliciones contendientes” conservan el derecho de hacer propaganda utilizando los medios. Bueno, pero este párrafo del Código Electoral está hecho de la misma hule que el otro que por esto ustedes nunca aplican: el que prohíbe la propaganda electoral adelantada. La señora va a alegar lo mismo que alegan los partidos cuando pautan propaganda hasta un año antes del plazo legal: No estamos pidiendo el voto. La señora no está pidiendo el voto para nadie, por tanto (bajo la mismo lógica del TSE) no está haciendo propaganda electoral... Es más, señores magistrados, ella está haciendo exactamente los mismo que hace el presidente de la República con sus spots, como hace ALBA, y como hace el movimiento 5+ (que pide 5 años más para el Frente).

No estoy diciendo que hay que censurar estas campañas. Por lo contrario, para aplicar justicia pareja, no hay que censurar los spots de nadie. Si realmente son tan malos y causan tanto repudio en la población, que cada partido pague el costo de los spots malos que difunde. Pero en las urnas, no en el TSE...

Prohibieron otro spot, firmado por ARENA, de la manera que queda prohibido decir: “Un voto para Saca es un voto para el FMLN.” Bueno, esta frase puede ser correcta o no (yo coincido con ella),  ¿pero cómo se atreven a prohibirla?

Otro ejemplo: Ustedes ya prohibieron varios anuncios reclamando que usaban las fotos o los colores de otros candidatos. Okay, para esto parece que sí hay base legal. Entonces, viene ARENA y publica un anuncio con una silla vacía, diciendo que corresponde al candidato del FMLN, quien prefirió no participar en un evento junto con los demás candidatos. Y el TSE prohíbe este nuevo spot, diciendo que no se puede ni siquiera mencionar el nombre del adversario. ¿Cómo van a debatir sin referirse al contrincante? Esto es ridículo - pero a la vez autoritario y un abuso. Ustedes no son censores. No les corresponde juzgar si una campaña es negativa o positiva. Esto corresponde al votante. Para eso son las elecciones.

Dejen de jugar a jueces sobre la moral y la ética de otros. Además, les queda muy mal esta pose.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

sábado, 16 de noviembre de 2013

Carta a Ana Vilma de Escobar

Estimada Ana Vilma:
felicidades por la manera cómo encaraste al presidente de la Corte de Cuentas, zampándose a su propia conferencia de prensa, en la cual te iba a difamar denunicando irregularidades en tu gestión al frente del Seguro Social. Pero cuando de repente  te tuvo en frente en persona (y para más joder, los dos frente a las cámaras), el señor se acobardó y prefirió disculparse y afirmar que no tiene nada contra vos. Una gran lección que diste. Lo pusiste en su lugar.


Sin embargo, al sólo retirarte vos de la Corte de Cuentas, el señor se armó nuevamente de valor. Cambió de lenguaje - y hasta de mímica. De actor de caballero se transformó en el patán que es - y de funcionario público en activista. “Gatillera con silenciador” te dijo, lo que quiere decir: “sicaria”. Y te acusó de haberte metido a punta de pistola a su sala de reuniones, cuando todos en la tele te vimos entrar tranquila – y a él saludándote, un poco sorprendido, pero todavía con maneras...

Repite: Te felicito por esta lección que nos diste a todos que la maejor defensiva es la ofensiva.
Lo que vino luego ya no me gustó. Decidiste declararte mujer víctima del machismo, cuando en realidad, igual que Don Billy Sol y los otros acusados en el caso CEL, sos una ciudadana atropellada por funcionarios públicos abusando del poder del Estado.

Este señor Tóchez no te atacó en tu calidad de mujer, Ana Vilma. Te atacó en tu calidad de ciudadana. La ley que hay que invocar para defenderse de este tipo de ataques del Estado es la Constitución, y no la “Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres.”

Está fuera de lugar la declaración que diste cuando te enteraste de la última ofensa del presidente de la Corte de Cuentas: “Me siento indignada. Soy la presidente de la Comisión de la Mujer e Igualdad de Género en la Asamblea Legislativa”. Este señor, por muy patán y machista que obviamente es, no estaba actuando contra la igualdad de las mujeres, sino contra tu derecho ciudadano a ejercer la oposición sin represalias de ninguna autoridad estatal. Su pecado no es machismo sino el autoritarismo antdemocrático. Lo hubiera hecho igual con cualquier hombre opositor. Meter en esta cuestión el aspecto de género es como si Billy Sol protestara que le están coaccionando los derechos de un anciano...

Este gobierno y sus aliados están tratando de usar las instituciones para intimidar a opositores. De esto tenemos que defendernos, hombres y mujeres, no de un ataque de funcionarios misógenos. 

Saludos, Paolo Lüers
(Más!

jueves, 14 de noviembre de 2013

Carta al ministro de Justicia y Seguridad

Estimado Ricardo Perdomo:
Es un país libre. Sin embargo, usted como funcionario público que tiene bajo su responsabilidad la seguridad de la ciudadanía, no tiene la libertad irrestricta de decir lo que le da la gana o lo que le conviene para encubrir sus propios errores.

Ya por segunda vez le escucho decir en público que “diciembre será un mes aun más violento”, y que así seguiremos hasta las elecciones. Imagínese, el ministro de Seguridad vaticinando más homicidios – en vez de anunciar soluciones, o explicar cómo va a corregir los errores suyos, por los cuales la violencia se incrementó desde el día que asumió el ministerio...
Aunque usted lo sabe, nunca va reconocer que el incremento de la tasa de homicidios de 5 a 10 diarios tiene que ver con sus decisiones políticas: el regreso a prácticas policiales de mano dura, y la suspensión de la exitosa facilitación que el ministerio y Centros Penales brindaron al proceso de mediación, con el cual se había logrado reducir la violencia - y en algunos municipios también las extorsiones. Bueno, hasta que llegó usted y puso cualquier tipo de trabas al proceso de mediación. Los mediadores tuvieron que construir mecanismos nuevos que no dependen de la facilitación del gobierno. En esto, se perdió mucho tiempo y algo de eficiencia y agilidad...
Obviamente el trabajo de los mediadores no funciona con la misma eficiencia, si no pueden tener una comunicación ágil con los pandilleros, sobre todo sus líderes, que casi todos se encuentran presos en diferentes centros penales. Antes de su llegada, Centros Penales facilitó las reuniones que eran necesarios para resolver problemas y para llegar a acuerdos adicionales en la búsqueda de la solución de conflictos entre pandillas, entre pandillas y autoridades, y entre pandillas y comunidades. Visitas en los penales; traslados ágiles de reos para facilitar reuniones con pandilleros de diferentes penales...
Usted suspendió todo esto, y los resultados no se dejaron esperar: más homicidios. A menos mediación, menos solución de conflictos y más violencia.
Como usted no quiere reconocer nada de esto, tiene que inventar otras razones para explicar el fracaso de sus políticas. Por esto de repente anunció que la tregua había colapsado; luego que la pandilla 18 estaba en campaña de expansión territorial; luego que los narcos estaban interviniendo...
Y de último usted llegó al colmo de recoger la trillada tesis de Douglas Farah, el “investigador” gringo relacionado con el sector de inteligencia: que las pandillas actúan y matan en función de sus jugadas políticas-electorales: “Tanto los grupos de pandilla como los grupos políticos quieren jugar con las condiciones de seguridad elevando homicidios, ya sea para tener algún tipo de ventajas electorales y de parte de las pandillas para buscar algún tipo de acuerdo”, dijo usted. Y como no tiene pruebas, cita “fuentes de inteligencia policial”.
Parece que usted está matando su chucho a tiempo. Como no sabe cómo frenar el incremento de la violencia, a menos que recapacite y deje de boicotear el trabajo de los mediadores, prefiere anunciar que habrá un auge de homicidios, y que se debe a una estrategia política de las pandillas. Con complicidad de ARENA, por supuesto...
Yo puedo afirmar con propiedad que lo contrario es cierto. Los cabecillas de ambas pandillas, tanto los presos y como los libres, están decididos a mantener vivo el proceso de reducción de la violencia, a pesar de las campañas electorales que los atacan todos los días, y a pesar de sus políticas, señor ministro. Lo puedo afirmar porque no ha roto el diálogo y las discusiones con los pandilleros, sobre todo con sus líderes en los municipios.
Me consta que ellos están haciendo grandes y serios esfuerzos para evitar que los homicidios se disparen más; para evitar que se rompan los acuerdos locales alcanzados; y para evitar que el proceso electoral se contamine con violencia.
Si usted, ministro, dejara de jugar nuevamente con políticas de mano dura para provocar de hecho el colapso de la tregua (cosa que de todas formas no va a lograr), podríamos entre todos lograr que en los meses de navidad y elecciones volvamos a bajar, poco a poco, la violencia y los homicidios al nivel que usted encontró cuando asumió en junio. ¿Cómo? Intensificando los mecanismos de comunicación, mediación y solución de conflictos.
Déjenos trabajar, ministro, a quienes desde la sociedad civil podemos potenciar el trabajo de los mediadores.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

martes, 12 de noviembre de 2013

Carta al Fiscal General de la República

Estimado Luis Martínez:
A los golpes, sobre todo los mediáticos, hay que responder inmediatamente. Por esto, pese al peligro de poder equivocarme, porque no puedo hacer un estudio exhaustivo del caso consultando expertos y letrados, decido reaccionar hoy mismo a lo que entiendo como otro golpe más a la institucionalidad democrática. Un golpe bajo...

Estoy hablando de la manera cómo usted presentó hoy a los medios, a la Nación y a la corte (en esta secuencia y prioridad) los resultados de la comisión especial de la fiscalía que investigó lo que ya tiene un nombre: el caso ENEL. Y ahí empieza el problema: la investigación debería haberse hecho no sobre el "caso ENEL", sino sobre el caso CEL, que incluye todo: la creación de la compañía de energía geotérmica (primero Gesal, luego LaGeo), el convenio con ENEL como socio estratégico de la CEL LaGeo, todo esto bajo el gobierno de Paco Flores. Y luego lo que sigue bajo los gobiernos de Saca y Funes: el traspaso no autorizado de las acciones de la CEL en LaGeo a una sociedad anónima INE, que no es auditada por nadie; la decisión de no cumplir el contrato con Enel; el resultante litigio internacional que CEL pierde aparatosamente en dos instancias; los millones que CEL pagó a sus abogados perdedores; la política de sobreprecios de la energía eléctrica promovida por CEL contra la voluntad de ENEL y contra los intereses de los usuarios; los amaños multimillonarios en los proyectos hidroeléctricos Chaparral y la ampliación de la 5 de Noviembre...

De todo esto resulta ahora que la Fiscalía General solamente investiga y persigue "el caso ENEL" —o sea solo lo que compromete a exfuncionarios de la presidencia de Flores y de la CEL de Billy Sol. Usted tomó la decisión de dejar afuera de la investigación todos los demás casos ya conocidos, los cuales tienen que ver con la CEL bajo las presidencias de Saca y Funes.

Y así usted entregó a los medios y a la corte un paquete que ambos van a masticar durante los meses que faltan para las elecciones, incluyendo la segunda ronda. Todos los días se van a generar informaciones, declaraciones, documentos alrededor de la posible culpabilidad de exfuncionarios del gobierno y de la CEL bajo la presidencia de Flores.

Esto no se vale, señor fiscal. Mucho menos para alguien como usted, quien asume la fiscalía con la enorme expectativa de, al fin, convertirla en un ente profesional e independiente de amarres del gobierno y de partidos.
Está perfectamente bien que usted investigue la corrupción. Está bien que haya comenzado con la Diego de Holguín. Pero ¿por qué excluyó de la investigación al ministro Gutiérrez y a su jefe Saca? ¿Por qué limitó la investigación a funcionarios de la administración Saca que no lo han acompañado en la creación de Gana y de Unidad?

Está bien que usted investigue la CEL —pero toda: la de Flores-Billy Sol, la de Saca-Salume, y la de Funes-Salume-Samour. Investigue todo, señor fiscal, entregue los resultados a la corte, comprometa a quien comprometa, y que los partidos políticos vea cómo defender á su gente o se desmarcará de ellos.


Así como usted está actuando, tanto en el caso de la autopista Diego Holguín como en el caso CEL, la fiscalía parece tuerta. No podemos permitir que los avances que hemos logrado contra la politización de la justicia y la judicialización de la política se echen al traste porque alguien necesita que la fiscalía intervenga en el proceso electoral manejando con parcialidad el caso CEL.


(Más!/EDH)

sábado, 9 de noviembre de 2013

Carta a los candidatos de FMLN y ARENA

Estimados amigos:
"Los partidos que andan recogiendo a figuras folklóricas y dudosas como candidatos deben darse cuenta que tal vez les sirven para ganar un municipio, pero al costo de perder su alma. O sea, su credibilidad.” Esto lo escribí el 8 de mayo 2010 al alcalde “Chicho” Ramírez de San Francisco Menéndez. El PDC, que hizo alcalde a un coyote y luego del su tiroteo con narcos no lo removió, perdió su alma. Terminó uniéndose a Elías Antonio Saca y va hacía su muerte definitiva.
Hoy veo que “Chicho” aparece con chaleco tricolor – y el partido y su candidato le dan la cordial bienvenida. El mismo día sale el FMLN presentando a su más reciente adquisición: Orlando Arévalo, histórico manipulador de campesinos a nombre del PCN, luego del PDC y de ARENA. Incluso de un su propio partido, que formó con dinero del rey de la basura Enrique Rais, lo terminaron echando por mentiroso y corrupto...

Les pregunto: ¿Qué piensan ustedes ganar con la adquisición de tan desprestigiados aliados? Yo entiendo que, estando en elecciones, cada voto cuenta. Seguramente “Chicho” atrae a usted, Norman, un par de miles de votos. ¿Pero estás realmente dispuesto de pagar el precio? Igual pregunto a Salvador: ¿Cuántos votos puede aportar Orlando Arévalo, luego de todas las fechorías que ha hecho, para que valga la pena el alto costo de dejarse ver en público con este personero?

Con cierta ingenuidad se podría haber pensado que fue una gran suerte para el país que formaron GANA y luego UNIDAD, para que todos los políticos pícaros se aglutinen en un solo cuchumbo. Y funcionó bien esta reunificación de dirigentes reciclados. Lastimosamente, al pincharse el globo de la candidatura de Saca, que había atraído a tanto pícaro,  las ratas comienzan a abandonar el barco. Y en vez de dejar que se ahoguen (políticamente, por supuesto), ustedes les tiran salvavidas: ARENA al alcalde pistolero, el FMLN a Arévalo...

ARENA indudablemente anda mejor sin toda esta gente que se les ha ido a Unidad; ha ganado poquito por poco nueva  credibilidad. De esta credibilidad depende el voto de la clase media urbana, que forma la mayoría de los indecisos, y que van a decidir las elecciones. Los pocos votos que ganan en San Francisco Menéndez dando chaleco tricolor a “Chicho”, lo pierden en Santa Tecla, San Salvador, Mexicanos y Soyapango, porque se exponen a la idea que “todos son iguales, todos compran voluntades”...

Igual en el caso del FMLN. Lo poquito que ustedes han podido ganar de credibilidad usando el discurso de institucionalidad y transparencia, lo echan al traste con Orlando Arévalo.

Mejor paren de una sola vez este intento infructuoso de crecer. No vaya ser que de pronto veamos a Juan Pablo Durán y Oscar Kattán (los que Funes tuvo que echar de la Lotería y del Seguro Social) a la par tuya, Salvador; o a Will Salgado o Quique Rais a la par tuya, Norman. Dejen a los pícaros adónde estén: en el barco con el cual se están hundiendo.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Carta al candidato de ALBA

Estimado Salvador Sánchez Cerén:
Usted entregó en Soyapango 62 computadoras a una escuela, donadas por la empresa Alba Petróleos. No es la primera vez que usted aparece en este tipo de actividades de esta empresa. Igual ha inaugurado gasolineras, entregado becas de Alba...

La noticia del acto de entrega en Soyapango se reflejó orgullosamente en las diferentes cuentas twitter y facebook suyas y de su campaña. Reaccionando a esto, yo le hice una pregunta en twitter: “¿Usted compra las computadoras a ALBA o se reflejan como donación de ALBA a su campaña?”

Ampliemos el tema: Lo de Soyapango, como todos los demás actividades de ALBA donde usted aparece, obviamente son eventos de campaña. Si es así, es legítimo decir: Las computadoras que el candidato del FMLN dona a alumnos son instrumentos de campaña, igual que las camisetas, lapiceros y gorras. Los regala para poder decir “Así será cuando yo sea presidente: A cada alumno le daremos su computadora”. Entonces, es válido preguntar: ¿Quién paga por las computadoras y cómo se refleja esto en los libros contables de ALBA y de la campaña? ¿Es una donación de la empresa a la campaña? ¿O ustedes las compran a ALBA – y así se refleja contablemente?
  
Usted obviamente no contestó este tipo de preguntas. Pero un tuitero me contestó enseñándome que hay una tercera manera de ver el asunto: “opción 3: un funcionario público promociona a una empresa privada actuando como su imagen comercial.”

Interesante punto de vista. Nos olvidamos que usted sigue siendo funcionario público, y no cualquier funcionario: vicepresidente de la República. Entonces, si es así, lo de Soyapango es hasta peor. Veamos: Una empresa, digamos Coca Cola, o Tigo, o ALBA, quiere armar un evento público de promoción de su marca: repartir regalos, o inaugurar una sucursal nueva. La receta para que el evento tenga suficiente visibilidad y tiempo de televisión: Se consigue al vicepresidente de la República para que actúe como promotor de la marca y, como dijo nuestro tuitero mal pensado, “actuando como su imagen comercial.”

En el evento de Soyapango usted tuvo el cuidado de ponerse una camisa blanca. Pero cuando inauguró gasolineras Alba, anduvo la camisa de la marca ALBA. De un ministro o vicepresidente uno no espera precisamente que actúe como imagen comercial de una marca. Imagínese que mañana el presidente Funes se pondría una camisa de Coca Cola para regalar gaseosas a los niños de la Zacamil.

El problema, profesor, es que con usted uno ya no sabe quien está hablando y actuando: el vicepresidente de la República, el candidato del FMLN, el promotor de ALBA, o una personalidad múltiple... Usted confunde diariamente estos papeles, de la manera que uno ya no sabe si es usted el que regala computadoras o si es ALBA, y usted funge como el promotor de esta marca comercial.

Alguien me preguntó en twitter si esto es ilegal. No sé, no soy fiscal. Para mi no es un asunto legal, sino un problema ético. Si usted regala las computadoras, tienen que aparecer como donación de ALBA a su campaña. Si ALBA como empresa regala las máquinas, usted como vicepresidente no debería aparecer como representante de una marca. La única manera de evitar estas confusiones: póngase una sola camisa, la de candidato del FMLN y deje de usar la de su empresa y de la vicepresidencia.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!EDH)

Hora de aclarar las diferencias

En una carta a Salvador Sánchez Cerén que publiqué el sábado pasado, me referí a la iniciativa “Acuerdo de Nación 2014-2044” con esta frase: “En medio de la campaña, en una carrera tan cerrada, no existe la posibilidad de construir acuerdos honestos. Ahora se trata de proyectar cada uno sus propuestas y soluciones, y de enfocar con la máxima claridad en las diferencias, para que los ciudadanos podamos tomar decisiones informadas y concientes a la hora de votar. Es hora de elección, no de negociación.”

El tema, sin embargo, merece más argumentación. La propuesta del grupo promotor de un Acuerdo de Nación (encabezado por el economista Luis Membreño y apoyado por mucha gente de buena fe) ha creado mucha expectativa. Esto no extraña en un país, donde el lamento de “la polarización” se ha puesto de moda - e incluso convertido en el grito de campaña de una coalición que quiere convertirse en la tercera fuerza capaz de romper tal polarización.
¿Por qué existe este cansancio con la polarización, o por lo menos la disposición de tanta gente de creerse lo que todos los días escuchan: el cuento del mal que trae al país la polarización ideológica, o sea el enfrentamiento de dos ideologías? Muchos dirían que este cansancio generalizado de la polarización se debe a un exceso de confrontación y de ideología en nuestro país. Yo sostengo lo contrario: Se debe a la ausencia de un debate donde realmente se enfrentan, de manera transparente y honesta, los diferentes proyectos políticos con sus principios, ideas clave y estrategias a largo plazo. La confusión se da porque hay dos fuerzas políticas que parecen mutuamente bloquearse, pero que no explican sus posiciones, más bien las disfrazan.
El FMLN ya no se atreve a decir lo que realmente quiere: el socialismo, versión capitalismo del Estado. Los dirigentes del FMLN ya no se atreven a decir abiertamente que no creen en el mercado de la libre competencia, sino en el capitalismo del Estado, del partido y de los funcionarios convertidos en capitalistas. Prefieren presentar a su instrumento principal ALBA como iniciativa de la libre empresa. Ya no se atreven a decir que siguen opuestos al TLC y al convenio de Asociación Centroamérica-Unión Europea, y que los quieren sustituir alineándose a ALBA. Ya no hablan de su intención de revertir la dolarización y de someterse a la línea geopolítica conducida por La Habana mediante la chequera venezolana. Ya no confiesan en público que buscan revertir la privatización en los campos de energía y pensiones, además de nacionalizar la importación de petróleo. Hay indicios de todo esto, pero los candidatos evitan mensajes claros. Y su candidato habla del “bien vivir”...
ARENA tampoco se atreve a asumir posiciones liberales, por el pánico de ser tildados de “neoliberales”. Este pánico es simétrico al miedo del FMLN de ser identificado de comunista o chavista. ¿Cuál polarización, entonces, si los dos polos ya no se atreven a tomar posiciones claras, sino prefieren moverse en el mismo fango de generalidades, indefiniciones y populismo que caracteriza a la supuesta “tercera fuerza”?
¿ARENA presenta al ciudadano un programa liberal? No. Han aceptado que la palabra “privatización” es mala palabra. En contra de sus convicciones (y en algunos casos de la mera lógica), han abandonado los principios liberales de defensa del libre mercado, y se han retirado al mismo terreno liso de  los tales asocios público privados donde fingen “acuerdo de nación” todos los demás, incluyendo los partidarios del chavismo que ahoga el mercado con expropiaciones y regulaciones estatales; los amigos de Daniel Ortega, quien desde el poder controla la partición del pastel entre su familia y los capitalistas; y los otros amigos del crony capitatalism (capitalismo de cheros) a la Saca, Salume, Mecafé, Enrique “Mides” Rais, etc.; y no olvidar a los que dentro de ARENA son enemigos del liberalismo porque también prefieren un mercado regulado a su favor...
Claro que los principios liberales, de alguna manera, forman parte del programa de gobierno de ARENA. Pero sin claridad y, pero aun, sin aplicarlos consecuentemente a las propuestas concretas. Si no, ARENA no podría ofrecer “mantener y ampliar” las subvenciones; no hubiera dado sus votos para la ley de Asocios Públicos Privados que excluye de esta modalidad todo lo relacionado con saludo, educación, seguridad, prisiones, etc.
Tenemos un déficit de claridad en la formulación de los principales proyectos políticos. Un déficit de enfrentamiento claro de ideas y conceptos, no un exceso de polarización. Las campañas de mutuos ataques a los candidatos sólo genera la ilusión de polarización, mientras consiste en ataques personales y no en el enfrentamiento de ideas.
Lo que hace falta en esta campaña electoral no es enfocar en las coincidencias, más bien el ambiente está enlodado por demasiada coincidencia de los partidos en las mismas posiciones y promesas oportunistas y  populistas. Son coincidencias por causa de disfraz y mentira, no como resultado de un debate en el cual se enfrentan ideas y se acercan posiciones.
Lo que hace falta en esta campaña electoral es enfocar con valor, coherencia y honestidad en las diferencias, no en las coincidencias. Es el carácter de la democracia y del pluralismos que hay opciones claramente diferenciadas. Sólo así habrá un voto informado, conciente y crítico. No es la hora de buscar acercar posiciones sino de separarlas donde están acercadas artificialmente por el oportunismo y el populismo. No es la hora para proponer un Acuerdo de Nación, mucho menos uno que defina el rumbo para los próximos 30 años. Quien lo intenta corre el riesgo de jugar, a lo mejor sin querer, a favor del discurso de “Unidad”, que promueve el fin de la polarización y de las ideologías para abrir espacio a una ideología de “todo se vale”.
Si tuviéramos el debate y enfrentamiento de ideas adecuados, quedaría claro que hay tres opciones para el país: el socialismo estatal donde controla el Estado; el liberalismo basado en el libre mercado y un Estado que garatiza los servicios públicos, seguridad y justicia; y el “capitalismo mafioso”, con un Estado al servicio de un sector. Con la complicación que esta tercera opción no es limitada a Unidad, sino que tiene adeptos también en ambos partidos grandes, mientras o se definen claramente: como socialistas y liberales.
Una vez que el votante haya decidido, habrá tiempo para construir gobernabilidad acercando posiciones. Sobre la base de tener cristalinamente claras las diferencias.
(El Diario de Hoy)

martes, 5 de noviembre de 2013

Carta a los estrategas de cafetín

Estimados amigos:
Ya todos hemos hecho cualquier tipo de chistes sobre los aviones de chatarra que estamos comprando a Chile; hemos usado facebook para ofrecer al ministro de Defensa nuestro Datsun del año de la cuca; hemos comparado los A37 con la ministra de Salud. Siempre es relajante reírse a costa del gobierno. Yo también me divertí...

Pero ya estuvo. Pongámonos serio, aunque sea por un momento. ¿Qué es lo que queremos? ¿Y cuál es precisamente nuestra crítica? ¿Estamos haciéndoles pedazo por haber comprado chatarra? Vaya, entonces, ¿hubiéramos querido que compren aviones nuevos? ¿Y estaríamos dispuestos a pagarlos?
Bueno, podría ser una opción. Ya la tuvimos sobre la mesa hace un par de años, cuando Funes quiso comprar los Super Tucanes a sus amigos en Brasil – nuevecitos, un orgullo para cualquier Fuerza Aérea. Sólo que costaban 100 millones, o sea 10 veces más que los A 37 generación Vietnam que ahora compraron en Chile...
Si bien me recuerdo, lo mandamos muy al carajo al señor presidente. Nadie estaba dispuesto a pagar tanto pisto sólo para que la Fuerza Aérea tenga nuevos juguetes. Ahí se murió la compra a Brasil, con todo y la comisión que viene con estos negocios. Que bueno, digo yo.
Entonces, ahora nos hicieron caso y buscaron aviones usados. Una ganga. 10 millones del presupuesto regular de Defensa. Pero ahora todos brincamos, porque nos parece una ofensa al orgullo nacional que vamos a comprar chatarra...
Hago la pregunta: ¿Y qué es lo que realmente queremos? Si yo tuviera que tomar la decisión, no dudaría en decir: Cerremos la Fuerza Aérea. Los helicópteros los pueden manejar entre Protección Civil, la PNC y lo que queda de la Fuerza Armada. Yo feliz. Corresponde a mi ideología: Por menos que gastemos en armamento, mejor. Guerras ya no las vamos a tener, porque hoy en día cualquiera que ataque a otro país por la fuerza militar, se enfrentará a toda la comunidad internacional.
Okay, este es mi opinión, desde que terminamos la guerra. ¿Pero esto será la opinión de todos que en el 2010 no permitieron que El Salvador comprara aviones nuevos y que ahora estamos encachimbados porque compra aviones viejos? ¿Quieren, en serio, deshacer se la Fuerza Aérea? Lo dudo. Pero entonces, mientras no la disolvemos, hay que mantenerla y equiparla. Algo le tenemos que dar a la Fuerza Aérea para que vuela. Podrían ser helicópteros, que me parecen mucho más útil que aviones (viejos o nuevos, Tucanes o Dragonfly).
Pero otra pregunta a todos ustedes: Si el gobierno recapacita y plantea comprar por 10 millones de dólares helicópteros, en vez de aviones, ¿estaríamos de acuerdo – o haríamos el mismo berrinche? Porque el argumento que por 10 millones se puede comprar mejor medicina, construir escuelas o pagar mejor a los policías sigue vigente...
Seamos sinceros: Si queremos una Fuerza Armada y una Fuerza Aérea, entonces hay que mantenerlas y equiparlas. O queremos dejar de invertir en gastos militares y de armamento, en favor de otras prioridades civiles. Entonces, digamos esto, entremos en esta discusión y este proceso. Cuenten conmigo, yo sería activista en esta causa...
Pero dejémonos de pajas: ¿Tenemos el valor de decir que ya no queremos mantener al aparato militar? Sólo con chistes y sarcasmo no vamos a resolver este problema.
Saludos, Paolo Lüers
PS: Si los candidatos presidenciales se sienten aludidos, sería bueno que hablen del problema, pero con claridad y responsabilidad.
(Más!/EDH)

viernes, 1 de noviembre de 2013

Carta al candidato del FMLN

Estimado profesor:
Usted es el único de los 5 candidatos a la presidencia que no participó en el evento de “Acuerdo de Nación 2014-2044” y que se negó a firmar la “Carta de Entendimiento para la Construcción de un Acuerdo de Nación”. Todos hemos estado muy pendientes de este evento solemne, pero sobre todo del compromiso que iban a firmar los candidatos. La sorpresa: Lo que terminaron firmando se resume en esta frase: “Nos comprometemos a construir el Acuerdo de Nación que más convenga a los intereses de nuestro país y sus ciudadanos...

Le confeso: Yo tampoco hubiera firmado una cosa tan vaga. Digo esto corriendo el riesgo que algunos trasnochados nuevamente salgan diciendo que estoy defendiendo al candidato del FMLN, como pasó luego de mi carta a la señora Maritza Rebollo Herrera...
Sin embargo, no lo digo por simpatía con usted, sino por simpatía con la verdad. Es obvio que ningún candidato va a decir que quiere hacer lo que menos conviene al país. 
 

No sé si es por esta razón que usted no firmó este documento. ¿O será que a usted le parece absurda la idea de que los candidatos para el período presidencial del 2014 al 2019 traten de ponerse de acuerdo de una sola vez para un período de 30 años: del 2014 al 2044. Tal vez usted dijo: Quien plantea esto, o es demasiado visionario para mi gusto, o simplemente nos da paja...  Yo igual tengo mucha desconfianza a los visionarios megalómanos que piensan que lo que hoy hacen determina el futuro de nuestros bisnietos. Mientras este tipo de visionarios estén escribiendo libros, está bien, pero cuidadito que lleguen al poder.
Pero para decir la verdad, aunque tal vez ofenda a algunos: No veo detrás de esta iniciativa de escribir, en medio de la campaña electoral, el guión compartido del país para los próximos 30 años, este tipo de líderes con exceso de visión y sentido de misión. Sólo exceso de retórica...
Y esto me lleva a otra interpretación posible de la decisión suya de no firmar el Acuerdo: Tal vez su negativa de firmar el compromiso de construir, en medio de la recta final de la campaña, un Acuerdo de Nación para los próximos 40 años, es simplemente porque usted resulta ser más honesto (o menos mentiroso) que los demás. Bueno, digamos... más realista. Y tal vez incluso más valiente. Porque obviamente, en este caso requería de más coraje decir no. Lo fácil, lo cómodo era decir “sí, venga esta paja, ¿adónde firmo?”
En medio de la campaña, en una carrera tan cerrada, no existe la posibilidad de construir acuerdos honestos. Ahora se trata de proyectar cada uno sus propuestas y soluciones, y de enfocar con la máxima claridad en las diferencias, para que los ciudadanos podamos tomar decisiones informadas y concientes a la hora de votar. Es hora de elección, no de negociación. Si este es su mensaje, lo suscribo.
Pero de repente leo el comunicado que usted publicó para explicar su no asistencia, y todo se ve diferente: “No hemos sido parte de la formulación inicial de la agenda, la que además consideramos insuficiente, pues faltan temas importantes... tales como la inequidad social..”
Claro, si usted quiere incluir en un Acuerdo de Nación, de una sola vez, la discusión del modelo económico social, claro que esta iniciativa no le parece. No por demasiado ambiciosa, sino por lo contrario: por quedarse corta; no por exceso, sino por falta de visión misionaria.
Vaya, me confirmó porque no votar por usted. Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)