martes, 19 de abril de 2016

Carta a Oscar Ortiz: Te quemaron. De Paolo Luers

 Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY,  MARTES 19 ABRIL 2016

Estimado Oscar:

Tu problema no es que en el 2010 hayas formado una Sociedad Anónima junto con el señor Adán Salazar. El hombre está en el pleno goce de sus derechos civiles – y el hecho que el gobierno de Estados Unidos, con firma del propio presidente Obama, le haya declarado capo de drogas, es resultado de un proceso tan poco transparente que no puede tener relevancia legal en nuestro país. En nuestro país no confiamos mucho en condenas por decreto, sin el mínimo derecho a defensa.

 

Mientras que el señor Adán Salazar no está siendo condenado por nada, sería absurdo tratarlo como delincuente– y sería aun más absurdo hacer precondenas por asociación a todos sus familiares, amigos y socios comerciales. 

 

Tampoco veo mayor problema en los escasos negocios que esta sociedad haya hecho con terrenos en una isla remota sin importancia económica. Me imagino que podés justificar estas inversiones…

 

Problemático sí es que vos, siendo vicepresidente de la República, de repente decís que “pasando ibas” - y que casi no conocés a este señor. Por más ridículo que me parece que comienzan a sacarte fotos con Adán en un partido de fútbol, te van a fregar con estas pendejadas simplemente porque mentiste. Y sin ninguna necesidad: Si es legal tener negocios con este señor, ¿cómo va a ser un pecado estar a la par de él viendo un partido de fútbol entre Metapán y Santa Tecla?

 

El problema es que quien miente sin necesidad, se enreda. Y despierta sospechas. 

 

Pero bueno, lo que quiero decirte es: El hecho que tengás amistad y negocios con personeros como Adán Salazar y Rogelio Cervantes, que tienen negocios poco transparentes y muchos enemigos, lo hubieras podido asumir sin titubeos, sin rodeos, sin evasiones, y sin mentiras. De todos modos, Oscar, no es por esta piedra que estás cayendo en el camino a la candidatura presidencial. 

 

Perdiste esta posibilidad (que de todos modos era algo remota) cuando dejaste de jugar un rol de contrapeso en el partido y en el gobierno. Nadie obliga a un vicepresidente a asumir el costo de todas las políticas erróneas y fracasadas del presidente. Si tienes dudas, preguntále a Ana Vilma, ella te lo puede explicar. Fue vice de Tony Saca y no se hundió con él. Hoy tiene más posibilidades de llegar a Casa Presidencial que vos.

 

Cometiste el error (y este sí es un pecado político fatal) de poner la cara para la política de seguridad del gobierno, precisamente cuando se hizo evidente su fracaso. No es que te hayan dado el poder de corregir esta política que nos lleva a una guerra que nadie puede ganar. No, te dieron un papelón: dar la cara por esta política ninguna posibilidad de corregirla. Los verdaderos responsables del fracaso -el presidente, su súper-secretario Hato Hasbún, y su mano oculta Manuel Melgar- apelaron a tu ego y tu ambición, sabiendo que no ibas a resistir: Al fin sos comandante, por lo menos en televisión. 

 

¡Cómo has cambiado tu discurso, Oscar! Hace tres años todavía firmaste un pacto local de paz con los pandilleros de la MS en Santa Tecla; los convocaste a la plaza pública; explicaste al secretario general de la OEA Miguel Insulza y otros alcaldes que este era el camino correcto para construir la paz en El Salvador. ¿Te acordás, verdad? Y hoy manejás el discurso más duro, más guerrerista, más intransigente de todos: “Vamos a profundizar la confrontación, vamos a seguir pagando la cuota de sangre el tiempo que sea necesario. ¡Hasta la muerte o la victoria!” 

 

Mientras tanto, tus compañeros, sobre todo los que también aspiran a la candidatura, se esconden detrás de tu discurso, trabajan calladitos en las comunidades, y hasta negocian con pandillas. Los que quieren jugar a presidente no quieren mancharse de sangre. 

 

Suerte, Oscar. La vas a necesitar. Saludos,