jueves, 11 de julio de 2024

Carta a los empleados públicos: Viene el corte a tierra arrasada. De Paolo Luers

  

"Y los sindicatos de los maestros, que siempre han ido adelante en las luchas sociales, ¿qué harán? Si ahora no enfrentan al gobierno de facto, en el futuro ya no tendrán la fuerza ni la autoridad de levantar la cabeza. Y esto es cierto para todos los sindicatos del sector público."

El audio: RECORTES.mp3

 Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 11 julio 2024
 
   

Amigos: 

El enfermo es el gobierno, pero recetan la medicina amarga a ustedes. Y no es medicina, es veneno. 

 

El presupuesto de la nación para el 2024 incluye $2,460 millones para ‘remuneraciones permanentes’. Son los salarios de todos los empleados fijos del Ejecutivo, desde el inquilino de Casa Presidencial hasta la señora que limpia el despacho de un funcionario, pasando por los profesores, médicos, trabajadores de salud, soldados, policías... 


De este total de $2,460 millones, han recortado el 10%, unos $245 millones. Esto significa que están por eliminar el 10% de los empleos fijos en el gobierno. 20 mil de las 200 mil plazas serán eliminadas. 20 mil salvadoreños que pierden su trabajo. Y no serán los altos funcionarios y asesores, sino los de a pie, como siempre. Los más afectados serán los maestros, porque el recorte más radical se está haciendo en Educación: $163.8 millones. Corresponde a por lo menos 10 mil maestros eliminados. El área más abandonada en los 5 años del régimen Bukele, se desangrará aun más... 



¿Se recuerdan de las imágenes del Javier Milei, cuando en su campaña electoral salió desfilando por Buenos Aires sobre la cama de un pickup con una gran motosierra, diciendo que con ella va a hacer los recortes a ‘ministerios inútiles’ como de Educación, Cultura, Inclusión Social etc.? Ya antes lo llamaban ‘El Loco’, ahora ‘El Loco de la Motosierra’. Ganó las elecciones y cumplió sus amenazas: según el periódico El País, Milei tiró a la calle a 25 mil empleados públicos y dijo: “Esto es solamente el inicio.”


Nuestro presidente de facto no fue en su campaña tan directo como su amigo ‘El Loco’. No es su estilo. Además Bukele, que ni sabe cómo agarrar una pala, cuando le toca poner primeras piedras a sus proyectos que nunca termina, no se atrevería de levantar encima de su cabeza una motosierra, a lo mejor se cortaría un brazo. Él es más fino en sus modales, pero en la práctica actúa igual de radical, con el mismo desprecio para los pobres. Igual que Milei hace sus recortes donde más duele, no solo a los miles que pierden su trabajo, sino al pueblo que recibe aun peores servicios: peor educación, peor salud, peor oportunidad de conseguir una vivienda digna, peores pensiones. 

 

Si Milei es ‘El Loco de la Motosierra’, Bukele es el hombre cool, que nunca se despeina cuando de cortar cabezas se trata. 

 

Como en la República Bukeliana toda la información sobre los manejos financieros del gobierno está bajo candado –bajo ‘reserva’ lo llaman finamente-, no hay manera de saber qué harán con los $245 millones recortados en personal. Efectúan traslados de fondos asignados por el presupuesto sin pasar por aprobación de la Asamblea. No porque quieran evadir el control del parlamento -que no existe-, sino para evadir su responsabilidad de informar públicamente sobre sus gastos. 

 

Ustedes, los empleados públicos, que voluntariamente o obligados han ido a las marchas de Nuevas Ideas, han servido al partido oficial en su campaña electoral y en las mesas de votación, y que incluso han financiado la campaña, ahora son de los primeros que reciben la medicina amarga que anunció Bukele, vestido de Napoleón Bonaparte de pacotilla, desde el balcón del Palacio Nacional, poco antes de hacerles jurar que no se van a quejar jamás de las medidas del líder elegido por Dios y el pueblo. 

 

Vaya, aunque cumplan su juramento de nunca quejarse, aún cuando los manden al carajo, el pueblo sí se va a quejar. Las madres, que necesitan que sus hijos reciban una educación digna, sí se quejarán cuando sus escuelas no sólo se queden sin reperaciones, sin agua potable, sin alimentación, sino también sin maestros.

 

Y los sindicatos de los maestros, que siempre han ido adelante en las luchas sociales, ¿qué harán? Si ahora no enfrentan al gobierno de facto, en el futuro ya no tendrán la fuerza ni la autoridad de levantar la cabeza. Y esto es cierto para todos los sindicatos del sector público.

Saludos, 




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