“La terrible banalidad del mal”. Esta frase parece escrita para describirte a ti, Osiris. Tú eres el burócrata y logístico, que administra el sistema carcelario, como si fuera una empresa industrial. Pero en esta empresa se ejerce tortura, aunque tú jamás te ensucias la mano. Las torturas no son accidentes y excesos, son el sistema cómo funcionan los penales."
El audio: LA BANALIDAD DEL MAL.mp3
Publicado en MAS!y EL DIARIO DE HOY, sábado 24 agosto 2024
Osiris Luna:
No te puedo dar la cortesía de decirte ‘querido’ o ‘estimado señor director general de Centros Penales’, porque si hay una cosa que me causa repulsión en lo más profundo es la tortura.
Siempre cuando veo tu cara en los medios, pienso en la manera como la filósofa alemana Hannah Arendt describió a Adolf Eichmann: el “burócrata del mal”. Arendt cubrió para la revista The New Yorker el juicio, que Israel hizo en 1961 al hombre que había sido el genio logístico detrás de la eliminación de millones de judíos en Alemania y los territorios ocupados por los nazis.
Cuando Hannah Arendt publicó sus reportajes en la revista, sorprendió al mundo: no describió a Eichmann como un monstruo asesino de masas, sino como un burócrata, un hombre normal y mediocre, pero sin conciencia. Arendt formuló la famosa frase de “la terrible banalidad del mal”.
Esta frase parece escrita para describirte a ti, Osiris. Tú eres el burócrata y logístico, que administra el sistema carcelario, como si fuera una empresa industrial. Pero en esta empresa se ejerce tortura, aunque tú jamás te ensucias la mano. Las torturas no son accidentes y excesos, son el sistema cómo funcionan los penales.
Hoy viene tu líder máximo y dice al mundo en Twitter/X: “Los pandilleros pasarán toda su vida en prisión. Pero los criminales no violentos pueden recibir entrenamiento y saldar su deuda con la sociedad. Ya hemos empezado con los primeros 48.000.”
Ooops, algo no cuadra con sus números, como suele pasarle a él. La matemática le es tan indiferente como la verdad.
Veamos los números.
Es sistema carcelario tiene ahora un total de 108 mil privados de libertad.
88 mil han sido encarcelados bajo el régimen de excepción, o sea con acusaciones relacionadas con pandillas.
De estos 88 mil, unos 10 mil han sido liberados, obviamente por ser inocentes.
Quedan 78 mil reos acusados de delitos del crimen organizado.
No tomando en cunta estos 78 mil, existen unos 30 mil reos, que no tienen que ver con estado de excepción y pandillas. Los llamados “civiles”. Pero, muchos de ellos son viejos y enfermos. Quedarían unos 20 mil en capacidad productiva.
Entonces, ¿de dónde salen los 48 mil a quienes -según Bukele- ustedes van a poner a trabajar para reconstruir el país? Para llegar a este número, tiene que incluir a por lo menos 28 mil reos acusados a ser miembros y colaboradores de pandillas.
¿Que significa esto? El mismo presidente está confirmando lo que muchos hemos dicho hasta la saciedad: Miles y miles de los detenidos bajo el régimen de excepción no tienen nada que ver con pandillas. Fueron detenidos arbitrariamente y la gran mayoría no tienen condena. Según art. 10 de la Ley Penitenciaria, no son elegibles para trabajo forzoso. (Art. 10.- El interno sometido a detención provisional conservará, los derechos y facultades constitucionales y los previstos en esta Ley y en consecuencia no se podrá́ obligarlo a realizar otras actividades penitenciarias que aquéllas tendientes a preservar la finalidad de su detención, de conformidad al Código Procesal Penal.”).
¿Cuántos son los detenidos sin causa? Yo siempre he dicho que por lo menos la mitad de los detenidos. Aplicando los números oficiales, son 38 mil: los 10 mil ya liberados luego de 1 o 2 años de encarcelamiento, plus los 28 mil reos acusados bajo el régimen de excepción, pero que ustedes ahora clasifican como “civiles” y que a diferencia a los pandilleros son elegibles a la resocialización. Como si fuera la máxima instancia judicial, el presidente dictó que “los pandilleros pasarán toda su vida en prisión.” Menos mal que en El Salvador no existe la pena perpetua...
Otras dudas se derivan del número de 48 mil. ¿Adónde se hacen las capacitaciones vocacionales para decenas de miles de internos, si los penales tienen muy poca infraestructura para esto? ¿Cuántos talleres han construido en los últimos años? ¿Quiénes entrenan a los reos? ¿Qué obras van a hacer los 48 mil reos-trabajadores? ¿Será una nueva forma de esclavitud?
Si tuviéramos una Asamblea y una Corte Suprema de Justicia que cumplen sus funciones constitucionales, túdeberías contestar esta preguntas. Por el momento, reina impunidad. Pero téngalo por seguro: En algún momento tendrás que responder. Mientras tanto, todo queda registrado: cualquier trato cruel y arbitrario, con nombre y apellido - de las víctimas y también de los responsables.
Sin más que agregar,
Lea en THE NEW YORKER:
Adolf Eichmann and the banality of evil. 1963