sábado, 28 de septiembre de 2024

Carta sobre la megalomanía de nuestro presi. De Paolo Luers

  

"El mundo civilizado, por mucho que según Bukele esté en crisis y decadencia, sabe que si no hay seguridad para todos, no existe para nadie; sabe que si no hay justicia para todos, no existe para nadie. Nuestro presi renunció a estos principios universales – y todavía piensa que el mundo lo va a aceptar como gurú y adoptar su modelo de seguridad sin democracia."

El audio en la voz del autor: NB en la ONU.mp3

       Publicado en MAS!y EL DIARIO DE HOY, sábado 28 septiembre 2024

 

“Nikita Krushev golpeó la mesa con un zapato. Yaser Arafat se presentó con una rama de olivo y una pistola. Hugo Chávez dijo que el estrado olía a azufre. El presidente salvadoreño Nayib Bukele inició su discurso tomándose una selfie”. 

LA Times, 2019

 

En su primera aparición ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en 2019, Bukele se burló de esta organización mundial, la llamó obsoleta, dijo que si no se adapta a los nuevos tiempos, puede correr “la misma suerte que Kodak, Blockbuster y otros dinosaurios”.

En entonces, el mundo todavía no lo conocía y no tenía noción que se iba a convertir en dictador. Así que la comunidad internacional le perdonó la bayuncada, así como se perdona a un niño mal educado, con tal que sea ‘cute’. ¡Qué cool y qué cute este joven presidente!, fue la reacción de la prensa internacional.

 

A pesar de haber diagnosticado como obsoleta la ONU, Bukele fue cada año para dar su discurso en la Asamblea General. Siempre en un tono apocalíptico, sermoneando al mundo sobre su decadencia. Cada año, hubo menos aplausos. El hombre ya aburría con sus intentos de presentarse ante el mundo como filósofo.


Esta vez, la sexta que fue a la ONU, fue el colmo. Otra vez la apocalipsis: “No podemos prevenir los tiempos oscuros que se avecinan pero lo que sí podemos hacer es convertirnos en un pequeño refugió ante la tormenta que se aproxima y mantener la esperanza”.

 

Por suerte, nuestro presi es historiador, es el sabio que supo leer la historia y sus desastres: “No entendimos ese aviso (la pandemia) y nos estamos dirigiendo hacia otra crisis, una quizás mucho más grande, como lo fue la Segunda Guerra Mundial, arriesgando mucho más de lo que creemos posible perder. Estamos en un mundo cada vez más acelerado, más desunido, más ansioso, más pesimista e individualista, un mundo en donde casi nadie sabe a dónde vamos o al menos a donde quisiéramos ir, resolviendo problemas momentáneamente, saltando de crisis en crisis, hasta que lleguemos a una que no podamos resolver”.

 

Escuchando esto (no en la Asamblea, cuyo auditorio estaba vacío, sino luego en la prensa y en unos videos), el mundo ya no lo ve como el niño mal educado del 2019 haciendo payasadas, sino se pregunta: ¿Qué diablos se cree este caudillo en uniforme de fantasía, que ha convertido su república bananera (más bien cafetalera) en su finca? Este tipo nos dice que estamos en decadencia, en una crisis que no sabemos resolver. El único que lo sabe es él – y presenta a su país como ‘refugio ante la tormenta’.  

 

Una vez que agarró impulso, nuestro presi ya no se contiene: "Mientras El Salvador se volvió más seguro, el mundo se volvió más inseguro. Mientras el pueblo salvadoreño se volvió más optimista, la mayoría de la gente en el mundo moderno se vuelve cada vez más pesimista (...) Tal vez sea demasiado tarde para evitar los tiempos oscuros que enfrenta nuestro mundo hoy, pero no es demasiado tarde para construir una arca para enfrentar la tormenta".

 

Y la arca es: El Salvador - bajo el mando del capitán Nayib. Apocalipsis. ‘Der Untergang des Abendlandes’, la caída de Occidente, anunciada por Oswald Spengler, el filósofo alemán favorito de Adolf Hitler – y ahora en palabras del ‘philospher king’ de Nuevo Cuscatlán. Combinado con otro truco filosófico, esta vez prestado del cristianismo: la promesa de la tierra prometida. Léanlo: “En El Salvador no encarcelamos a nuestra oposición, no censuramos opiniones, no confiscamos bienes de quienes piensan diferente, no arrestamos a las personas por expresar sus ideas.”

 

Muy atrevido que esto lo diga, ante las cámaras del mundo, el hombre que ordenó encarcelar a adversarios políticos y críticos; el hombre que dejó morir en cautiverio a Alejandro Muyshondt, su asesor de seguridad e inteligencia, luego de que comenzara a denunciar la corrupción en su gobierno; el hombre que, para asustar y callar a los empresarios de su país, confiscó todos los bienes de Alfredo Cristiani – y para que se entienda, las de su hermano, sus hijos y hasta sus nietos. El hombre que tenía preso por dos años al periodista comunitario Víctor Barahona...

 

Nuestro historiador, filósofo y teólogo sabe que su punto oscuro es el régimen de excepción, vigente desde hace 30 meses, con sus 80 mil detenidos, 75% de ellos encarcelados por dos años sin juicio. Entonces, va a la ofensiva preventiva: “En El Salvador, priorizamos la seguridad de nuestros ciudadanos honestos por encima de la comodidad de los criminales (..) Algunos dicen que hemos encarcelado a muchos, pero la realidad es que hemos liberado a millones. Ahora son los buenos los que viven libres, sin miedo, con sus libertades y derechos humanos totalmente respetados".

 

Pero el mundo civilizado, por mucho que según Bukele esté en crisis y decadencia, sabe que si no hay seguridad para todos, no existe para nadie; sabe que si no hay justicia para todos, no existe para nadie. Nuestro presi renunció a estos principios universales – y todavía piensa que el mundo lo va a aceptar como gurú y adoptar su modelo de seguridad sin democracia y de justicia selectiva.

 

El mundo está comenzando a reírse de él, y este es el comienzo del fin de los megalómanos.

 

Saludos, 




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jueves, 26 de septiembre de 2024

Columna Transversal: La libertad no es lo que piensan que es. De Paolo Luers

La libertad es un trabajo nacional. Se necesita una nación cooperativa para crear individuos libres. Esa cooperación se llama gobierno." Timothy Snyder 

                   Publicado EL DIARIO DE HOY, jueves 26 septiembre 2024

Robé este título al catedrático de historia de la Universidad Yale, Timothy Snyder. Bajo este título, Snyder publicó un ensayo en The York Times, en el cual cuenta como en su viaje a la zona de guerra en el Oriente de Ucrania encontró a una mujer de 86 años, llamada Mariia. Snyder le preguntó cómo vivió la liberación de su pueblo luego de meses de ocupación rusa, y notó con sorpresa que Mariia “usó la palabra ‘desocupación, en lugar de la esperada ‘liberación’.” Ambos, el historiador y la ucraniana, coincidieron que la libertad es otra cosa que la ausencia de tropas invasoras.

Hablamos mucho de ‘la libertad’, pero poco nos detenemos para preguntarnos qué es. 

Los libertarios, cuando hablan de la libertad, hablan de la libertad del gobierno. Para ellos, el gobierno es el enemigo de la libertad. Los liberales sociales hablan de la libertad individual, sexual, de una vida libre de discriminaciones. Los seguidores del liberalismo económico hablan de la libertad de producir, comerciar, acumular riquezas y pasarlas libremente a sus hijos. Las izquierdas hablan de una sociedad libre de opresión, de desigualdad, de explotación, y de marginación. Las feministas hablan del ideal de ser libres del patriarcado. 

Y cuando hablamos de la geopolítica, todos hablamos de pueblos que luchan por su libertad. Ucrania contra la agresión rusa. Los palestinos contra la ocupación israelí. Los israelíes contra la agresión terrorista. Hablamos de la lucha entre libertad y tiranía en Venezuela, en China, en Nicaragua, en Cuba – y crecientemente en El Salvador.

Coincido con Timothy Snyder, quien no está satisfecho con todas estas definiciones de libertad: “La libertad no es solo la ausencia del mal. La libertad es la presencia del bien. Es el valor de los valores, la condición en la que elegimos y combinamos las cosas buenas, trayéndolas al mundo y dejando nuestra propia huella única. Es positiva.”

Pero, ¿qué puede significar la ‘libertad positiva’? Hay una pista en el ensayo del historiador Snyder: “En las ruinas de los suburbios de Járkov recientemente, y en los escombros de la región de Jersón el año pasado, me acordé de una enfermera que llegó a un campo de concentración nazi en 1945 tras la ‘liberación’. Escribió en su diario que esa no era la palabra correcta. Pensaba que los prisioneros no podían considerarse libres hasta que se hubieran recuperado y se hubiera abordado su trauma.”Siguiendo esta pista, podríamos llegar a una conclusión: No hay que preguntarse solamente de qué queremos ser libres, de qué tipo de opresiones, persecuciones, imposiciones, abusos del poder. Necesitamos saber para qué queremos ser libres.

Esta no es una pregunta nueva. Se la hizo en el Siglo 4 San Agustín; Para él, la libertad no era simplemente actuar sin restricciones, sino la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Para él, la verdadera libertad sólo se podía alcanzar a través de la virtud y la moralidad, y que la búsqueda de la verdad y el conocimiento eran fundamentales para ello.

Este planteamiento del primer filósofo cristiano está casi olvidado, pero necesario a recuperar en el tiempo del surgimiento de movimientos libertarios que son lesivos para la coherencia social. No tiene nada que ver con el concepto de libertad que hoy pregonan los libertarios y personajes como Donald Trump, Elon Musk, Javier Milei y Nayib Bukele. 

Timothy Snyder no cita a San Agustín, pero retoma la dirección de su pensamiento: “La libertad tiene cinco formas, conectando la filosofía con la política. La primera, la soberanía, significa la capacidad de los niños para entenderse a sí mismos y al mundo. Pensamos en los estados como soberanos, pero una política que comience con la libertad requiere un gobierno que ayude a hacer que las personas lo sean. La segunda, la imprevisibilidad, nos hace indisciplinados y vivaces. La tercera, la movilidad, es la multiplicidad de caminos a través del espacio y el tiempo que se abren ante nosotros. La cuarta, la facticidad, es el conocimiento del mundo que nos permite cambiarlo. Y la quinta, la solidaridad, es el reconocimiento de que la libertad debe ser para todos nosotros.”

¿Cuáles son las conclusiones prácticas que se derivan de esta teoría? O como dice Snyder: “¿cómo pasamos de lo negativo a lo positivo?”

Su primer intento de respuesta concreta es la siguiente: La libertad es un trabajo nacional. Se necesita una nación cooperativa para crear individuos libres. Esa cooperación se llama gobierno. Y la libertad es un trabajo generacional. Para que los niños crezcan libres, las instituciones y políticas necesarias deben estar ya en su lugar. Los bebés no pueden crear las condiciones de su propia crianza. Ningún joven puede construir las carreteras y universidades necesarias para el sueño americano. Siempre tenemos que estar mirando hacia adelante. Es esta perspectiva, este sentido de un futuro mejor habilitado por decisiones presentes, lo que hace una tierra de los libres.”

Su resumen: “Si entendemos correctamente la libertad, si extraemos las lecciones correctas de situaciones extremas, podemos conectar la libertad con el gobierno.”

Coincido plenamente con este enfoque. Es la antítesis de la moda libertaria que contrapone libertad con gobierno, con un Estado que interviene en el orden social para crear las condiciones pare que todos puedan gozar de libertad. No es destruyendo las instituciones del Estado que vamos a ser libres, sino luchando por un gobierno que construya y preserve las condiciones para que todos podamos ser libres. 




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martes, 24 de septiembre de 2024

Carta a Bukele: ¿La guerra contra 'los mismos de siempre' es para tomar su lugar? De Paolo Luers

  

"La otra cosa que me hace sonreír, pensando en usted, es la certeza que usted, por más riqueza que acumule, nunca las sabrá disfrutar relajada y felizmente. Todos pudimos ver en el video, que usted mismo difundió, que si pensaba que ahora puede relacionarse con un tipo como Elon Musk de tú a tú, estaba equivocado. Elon le vio a los ojos, usted se agachó."

El audio en la voz del autor: FAMILIA OLOGARCA.mp3

      
       Publicado en MAS!y EL DIARIO DE HOY, sábado 21 septiembre 2024

Ciudadano Nayib Bukele:

Cuando hace dos meses, el 24 de julio 2024, publiqué mi carta titulada “Preguntas al nuevo terrateniente-cafetalero”, ya le di las debidas felicitaciones por su ascenso a la aristocracia guanaca. Le escribí“¡Bienvenido al círculo de los terratenientes y cafetaleros! Al fin ha logrado llegar a la altura, donde antes solamente estaban las famosas 14 familias...” 

 

En este momento, me quedé corto, sólo había logrado averiguar que usted había comprado dos fincas en el Volcán de Santa Ana, fincas que formaban parte del imperio de los Regalado. Hoy, otros colegas han logrado investigar a fondo y documentar debidamente un fenómeno mucho más importante y preocupante que las dos fincas de los Regalado, que usted adquirió para ascender a la élite económica del país. Hoy el fenómeno es que usted logró realmente poner a su clan en la fila y la tradición de las familias Regalado, Dueñas y Meléndez y Quiñones, que usaron el poder político para convertir el país en su finca. Ni siquiera el dictador Maximiliano Hernández Martínez logró esto, y desde su derrocamiento ningún presidente ni siquiera se atrevió a hacer el intento. Hasta que llegó el clan Bukele.

 

Y queda mucho más por investigar, pero esto solamente es una cuestión de tiempo. Afortunadamente funciona el periodismo salvadoreño, a pesar de todo. Habrá que investigar, por ejemplo, cómo quedó el mercado de los medicamentos, especialmente el abastecimiento del sistema público de Salud, luego de que su fiscalito ordenó a confiscar a la familia Cristiani la droguería Santa Lucía, principal competidora de la importadora de medicamentos de la familia Bukele. Poco a poco se conocerá la manera acelerada en que su clan está convirtiendo el poder político en poder económico.    

  

Ahora se entiende que su insistencia de permanecer en el poder, desafiando la constitución, no es un capricho personal, sino obedece a un cálculo económico. Un imperio oligárquico no se construye ni se consolida en un período presidencial, mucho menos, cuando se construye desde el poder político. Este poder tiene que ser total – y no temporal. Tiene que institucionalizarse.

 

Nadie le cree cuando dice al reportero de la revista Time que no aspira a una segunda reelección en el 2029. Tal vez no sería usted, pero entonces alguien de su clan, que desde el poder presidencial protegerá los intereses económicos de la familia Bukele. No es solamente por las posibles consecuencias penales que usted no puede entregar el poder, pensando en lo que pasó a JO Hernández o Noriega, principalmente es porque un imperio económico construido desde el poder político necesita tiempo para hacerse intocable. 

 

Lo bueno de todo esto -sobre todo de la capacidad de la prensa de revelarlo- es que a partir de ahora su discurso contra los mismos de siempre y su corrupción, que ha sido tan central para su ascenso al poder, ya no le funcionará. Ahora es uno de los mismos. Ejercer el poder para volverse oligarca es la máxima expresión de corrupción. Ahora, cuando en El Salvador se habla de corrupción, ya no se piensa en el pasado, sino en el presente. Menos mal (para usted y su familia, no para el país), que usted ya tiene control total del aparato de investigación y justicia...

 

Siempre cuando lo veo a usted, me hace reír, porque me recuerdo de la fábula del emperador que desfila vestido de las mejores ropas, pero ante los ojos del pueblo está desnudo. La otra cosa que me hace sonreír, pensando en usted, es la certeza que usted, por más riqueza que acumule, nunca las sabrá disfrutar relajada y felizmente. Todos pudimos ver en el video, que usted mismo difundió, que si pensaba que ahora puede relacionarse con un tipo como Elon Musk de tú a tú, estaba equivocado. Elon le vio a los ojos, usted se agachó.

 

Saludos, 




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sábado, 21 de septiembre de 2024

Carta al Fondo Monetario Internacional: Bukele les hace trampa. De Paolo Luers

  

"El ajuste fiscal de Bukele apenas comienza. Repito, a lo loco, a lo bruto y a lo brutal. Y con una característica: Todas las medidas golpean a los sectores más vulnerables. No reducen el despilfarro en Casa Presidencial, los aparatos de inteligencia y propaganda y represión, o sea los gastos realmente superfluos." 

El audio en la voz del autor: AUSTERIDAD.mp3

        
      Publicado en MAS!y EL DIARIO DE HOY, sábado 21 septiembre 2024

Señores del FMI:

Ustedes son los jueces sobre las políticas fiscales de los gobiernos. Pueden dar préstamos para sacar a un país de su crisis fiscal – o dejar que se hunda, porque no hace caso a sus recomendaciones y no acepta sus condiciones.

 

Bukele ha metido a El Salvador en una crisis fiscal permanente. Ahora que se vuelve inmanejable, necesita que el Fondo acuda a su rescate. La crisis se creó debido al despilfarro, las improvisaciones, la corrupción del gobierno y al carácter clientelista de sus políticas. Por tanto, la receta que ustedes prescriben se llama austeridad. Reducir los gastos superfluos.

 

Pero la concepción de austeridad es: “emprender reformas para moderar el gasto sin dejar de proteger a los más vulnerables”, dice el Fondo en su blog. No se trata de reducir gastos a lo loco, sino donde hay excesos de gastos y gastos innecesarios y corruptos. Se trata de revisar rigorosamente si las subvenciones realmente reducen la pobreza o si son regidas por políticas electorales. Se trata de eliminar puestos superflous en el aparato estatal, no eliminar gastos en áreas necesarias para el bienestar de la población y para la inclusión social.

 

Bukele agarró la tijera y está cortando, no solo a lo loco, sino a lo bruto y lo brutal. Está tratando de hacerles trampa. 

 

Bukele ordenó despedir a 300 empleados de la Procuraduría General de la República. Es la institución que tiene que "brindar asesoría, asistencia legal y psicosocial a todas las personas que lo requieran, velando por la defensa de la familia, mujer, niñez y adolescencia, personas con discapacidad, adultas mayores y otros grupos poblacionales en condición de vulnerabilidad”, según su Ley Orgánica. 

 

La mayoría de los empleados cesados son abogados. Se dedican a la defensa de acusados que no tienen como pagar abogados particulares. En la situación actual, con 80 mil detenidos bajo el régimen de excepción, cada defensor público tiene cientos de casos en su portafolio. Esto ya significa que a miles de detenidos el Estado no garantiza su derecho a defensa. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su reciente informe sobre El Salvador, ya denunció esta situación como inadmisible. Cesando ahora a cientos de defensores públicos el gobierno agrava esta crisis de manera escandalosa. Venden la idea que están “saneando las finanzas públicas”, pero están dando el tiro de gracias a la defensoría pública y la seguridad jurídica de los más vulnerables. Así funciona la política de austeridad a la Bukele.

 

El Ministerio de Hacienda comunicó a la Universidad de El Salvador que su presupuesto será congelado y que no puede llenar los puestos vacantes. Durante años, el gobierno de Bukele ha tenido a la UES en la miseria, negándole el presupuesto mínimo para cumplir sus funciones. Hasta ahora, La UES está comenzando a retomar las clases presenciales suspendidas en la pandemia. En esta situación congelar el presupuesto condena a la educación superior pública de El Salvador a la miseria permanente. La eduación superior le vale un comino a los Bukele.

 

En su primer mandato, Bukele ha dejado las escuelas en decadencia, tanto el estado físico de los centros de educación, como el cuerpo docente. Ahora decretó que el gobierno no va a aumentar el presupuesto para reconstruir las escuelas y que no cumplirá con las obligaciones según el escalofón de salarios de los docentes. Igual va a suspender el escalofón para los trabajadores de Salud. 

 

En el Ministerio de Cultura no sólo se han realizado despidos masivos, sino varias dependencias han sido disueltas del todo: las casas de Cultura en los municipios fueron cerradas, igual el Coro Nacional, el departamento de arqueología, la Dirección de Publicaciones. La cultura para Bukele es un gasto superfluo. A menos que sirva para la propaganda...

 

La reducción casi total de los fondos del gobierno central para los municipios y su reducción de 262 a 44 han dejado a las alcaldías sin capacidad de responder a las necesidades básicas de las comunidades. Miles de trabajadores comunales han perdido su trabajo y los servicios que brindaban han sido reducidos o abandonados. 

 

La lista es más larga - y el ajuste fiscal a la Bukele apenas comienza.  Repito, a lo loco, a lo bruto y a lo brutal. Y con una característica: Todas las medidas golpean a los sectores más vulnerables. No reducen el despilfarro en Casa Presidencial, los aparatos de inteligencia y propaganda y represión, o sea los gastos realmente superfluos. 

 

La política de austeridad más eficiente sería una que efectivamente desarticula la corrupción. Solo existe un discurso contra la corrupción, sobre todo contra la del pasado, pero no medidas contra la actual. 

 

Señores del Fondo Monetario, observen bien lo que Bukele está haciendo – y se darán cuenta que les está haciendo trampa. 

Saludos, 




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