lunes, 7 de junio de 2004

Adiós, Paquito, adiós Schafik

Para entender la transición de Paco Flores a Tony Saca, no hace falta analizar los discursos. Basta ver los gestos. El montaje en Casa Presidencial de la reunión de concertación con toda la oposición fue un gesto contundente, cerrando la puerta detrás del presidente saliente. El mensaje, entregado con una gran sonrisa: lo que no pudiste hacer en cinco años, yo lo hago en tres días, así que adiós, Paquito, no nos veremos.

Por el otro lado, también hablan los gestos y las caras, mucho más que las declaraciones: un Schafik incómodo, de invitado en la casa que considera legítimamente suya. Logró cambiar de un día al otro su discurso, pero su cara ni siquiera trata de simular que está parado a la par de Tony Saca porque éste, después de ganarle las elecciones, le acaba de ganar la primera batalla política, obligándole a posar en la foto que va a marcar la presidencia de Tony Saca.

Paco Flores y Schafik Hándal realmente estaban hechos uno para el otro. Dos maestros del monólogo, cada uno atrincherado en su visión del mundo, sin capacidad y sin disposición al diálogo. Pero Flores fue sustituido por Tony Saca, y Schafik se negó a entregar el mando. Así que lo que le funcionó muy bien con Flores, la terquedad y el discurso radical, con Tony Saca lo lleva al aislamiento. Teniendo como contraparte a Paco Flores, el FMLN no estaba obligado a definir una visión del país que tenga puntos comunes con los demás actores. Teniendo como contraparte a un Tony Saca quien no tiene ningún problema de romper con ningún tabú de los gobiernos areneros anteriores, el FMLN de repente está obligado a aparecer en Casa Presidencial, pero con las manos vacías, sin planteamiento. El viejo ya no le funciona, y el nuevo está siendo vetado precisamente por Schafik, quien no permite que en el FMLN surja un planteamiento diferente basado en la necesidad de llegar a una visión compartida del país para sacarlo adelante.
Es difícil imaginarse que de este diálogo surja una verdadera concertación que permita abrir espacio a las profundas reformas que necesita el país: la gran reforma política (reforma electoral, ley de partidos, descentralización del estado, conversión de los concejos municipales en entes pluralistas, etc.); la inclusión de la otra mitad de la población a la economía formal, al régimen del estado de derecho y al sistema político; y el desarrollo de políticas económicas que no se queden en un crecimiento macroeconómico sino que transforman la situación social de todos. Para atacar estos temas, no es suficiente tener un nuevo gobernante dispuesto a dialogar y líderes de oposición que siguen coqueteando con la confrontación social para consolidar su liderazgo. La derecha sola, por más que alguien como Tony Saca la esté empujando a nuevas actitudes de apertura, no puede producir las reformas. La derecha sola, sin tener como contraparte una izquierda comprometida a servir de motor a las transformaciones políticas y sociales, no pasará de cambios cosméticos. El FMLN obviamente no es ni quiere ser esta izquierda necesaria. El FMLN está participando en la concertación con Tony Saca no por convicción, sino exclusivamente porque el flamante presidente lo emboscó y lo puso en la defensiva no dejándole otra opción más que participar y cambiar su discurso.

Queda, entonces, pendiente la constitución, fuera y dentro del FMLN, de una izquierda propositiva y responsable que sepa aprovechar las debilidades de la derecha y las consecuentes aperturas en la derecha y su entorno empresarial, para participar creativamente en la formulación de una visión básica del país y su desarrollo compartido por todos. Porque la derecha, representada en ARENA, no está dando estos signos de apertura, reformismo y conciencia social por casualidad o por ocurrencias del señor Tony Saca. ARENA se está empezando a mover hacía la búsqueda del entendimiento porque las políticas de la ortodoxia neoliberal que ellos mismos han aplicado durante 15 años los han llevado a la puerta de la ingobernabilidad, produciendo incluso el crecimiento desmesurado del FMLN, pero un crecimiento meramente cuantitativo, sin ningún componente de cualitativo o de transformación democrática.

El FMLN, así como va, seguirá debilitándose, resultado de una acertada política de la ARENA de Tony Saca. Schafik, con la salida de Paco Flores, queda peleando con molinos de viento. Como no tienen una política alternativa, se van a quedar con la peor de las opciones: el doble discurso. Radical y populista en la plaza, servil en Casa Presidencial. “Ya con semitas en la mesa, caminaban las cosas”, describe Calderón Sol el mecanismo de concertación con el FMLN.

Por esto al “adiós Paco” yo agrego “adiós Schafik”. Tony Saca y su propia soberbia han derrotado a Hándal mucho más allá de la derrota electoral. Lo van desnudando. Pronto se verá que detrás del discurso revolucionario no hay ninguna concepción realista de los cambios que necesita el país.

Por más exitosos que ahora estén los cuadros históricos del Partido Comunista y del ala comunista de las FPL en evitar la transformación democrática del FMLN, a largo plazo el FMLN va a cambiar. Antes de verse reducido al papel de oposición insignificante, como ha sido la suerte de los partidos comunistas en muchos países, el FMLN va cambiar o va a dividirse. Schafik puede ganar tiempo, pero no la batalla. Puede ir contra la lógica, pero no contra la historia. Sin embargo, así como van las cosas dentro del FMLN, con una oposición interna tibia, temerosa y casi tan ortodoxa como la dirección, cualquier cambio real tomará tiempo, bastante tiempo. Tiempo que el país no tiene. Es preciso el surgimiento de una izquierda socialdemócrata, fuera del FMLN. Urge un contingente fuerte de izquierda que haga su trabajo, sea cual sea el desenlace del conflicto interno del FMLN. Su constitución como partido y su intervención en el panorama político es impostergable. Hoy es cuando hay espacio, hay oportunidad y hay necesidad. (Publicado en El Faro)