viernes, 6 de junio de 2008

¿Quién manda en su partido?

Teníamos dos candidatos a la presidencia que no mandan en su partido. Mauricio Funes quien quería cambiar la Comisión Política del FMLN, metiendo a sus dos más cercanos colaboradores – y no pudo. Le dijeron que no se meta en los asuntos internos del partido. Y si había alguna duda sobre quién manda, los jefes del partido dijeren en público que serán ellos, y no el candidato, quienes van a aprobar el programa de gobierno.

Por el otro lado, en ARENA, un candidato que surgió bajo la sombra de los dos hombres fuertes, Tony Saca y René Figueroa. Como la mayoría de las plantas, el candidato no iba a crecer en la sombra. Le impusieron un COENA donde seguían mandando ellos. El resultado era desastroso. La gente, aunque le cae bien Rodrigo Ávila, lo sintieron débil, porque no lo vieron como alguien que manda.

Entonces, dos candidatos que no mandan en su respectivo partido. Pero de repente, este cuadro empieza a sufrir cambios. Lentamente, el candidato de la derecha comienza a tomar control de su campaña y de su partido. Sale René Figueroa del COENA, dos hombres de confianza del candidato –Gerardo Suvillaga y Ricardo Martínez asumen los puestos claves en el COENA. Pero los movimientos de Ávila todavía muestran mucho cuidado. Tal vez demasiado. Se esperaba más audacia. Lo que el candidato necesita es más que una retirada elegante de René Figueroa, urge un gesto de poder y decisión. Quedan todavía en el COENA algunas piezas claves del poder saliente. Queda Rodrigo Ávila todavía sin control de la chequera. En cambio, parece una decisión sabia dejar a Cesar Funes, un cuadro experimentado y abierto al cambio, al frente de la campaña – siempre y cuando sea claro quién manda.

Rodrigo Ávila está al punto de producir un viraje – primero en el estado de ánimo de su propio partido, luego en la opinión pública. Pero para hacerlo, necesita agarrar el toro por los cuernos y dar unos pasos claros y valientes que den fe de su independencia, su audacia, su decisión al cambio y la renovación. La manera más convincente de hacer esto es incluyendo en el COENA, en su equipo da campaña y en el equipo de gobierno –que más temprano que tarde tiene que presentar- nombres que dejan claro que no está ofreciendo más de lo mismo sino renovación real.

Es por esto que cada nombramiento que el candidato hace es tan importante. Cada decisión audaz en la selección de sus cuadros claves demuestra dos cosas: liderazgo y rumbo.

Regresemos al otro lado. Las movimientos que está haciendo Ávila, tarde temprano van a obligar a Mauricio Funes a reaccionar. Su propia falta de liderazgo sobre su partido no le causa los mismos problemas que está causando a su contrincante Ávila. Todavía no, por la simple razón que tiene la ventaja en todas las encuestas. Pero los dos candidatos pronto se van a emparejar en las encuestas – y entonces Mauricio Funes va a sentir la misma presión que ahora sufre su adversario: la obligación de mostrar que de hecho es capaz de transformar a su propio partido; la exigencia que escoja –para gobernar, para legislar, para conducir- personas independientes del partido, con mentes libres de ataduras ideológicas.

Entonces, comenzará la batalla. Entonces, habrá parámetros de comparación. Entonces, la gente podrá realmente decidir por quién votar. Todo lo que estamos viendo ahora es calentamiento, escaramuzas preliminares. Sin embargo, el posicionamiento antes del juego es importante. O como decía Cassius Clay, ‘muchas peleas se definen en el foreplay’.


(Publicado en El Diario de Hoy)