jueves, 14 de agosto de 2008

Somos masa sincronizada, ¡¿y qué?!

Las inauguraciones de Juegos Olímpicos nunca son eventos deportivos. Son eventos políticos y propagandísticos. El anfitrión las usa para proyectar la imagen que quiere que el mundo se haga de su país. Eso es legítimo. Ningún país va a mostrarse así como es, con sus problemas, sino así como quiere ser. Va a proyectar el sueño que tiene de su futuro.

Ya vimos la ceremonia de inauguración de los chinos. Entonces, ¿así es que China sueña a si misma? No. no es China que se sueña así, es la minoría que tiene el poder de definir y proyectar su visión, su sueño de China. Es el sueño de la dirección del Partido Comunista, el único centro de poder.

Entonces, lo que cientos de millones de televidentes vimos en la transmisión de la inauguración de los Juegos Olímpicos es la versión de la cultura china como la define la dirección todopoderosa de un partido. Un Estado, para proyectarse, utiliza de manera ornamental a los seres humanos que necesita para su show. Sólo por momentos el artista individual es protagonista: una niña (que al final resulta ser un doble, porque la cantante no tiene la cara bonita que el Estado quiere proyectar), un pianista, un cantante estrella. Por lo demás, el protagonista es la masa sincronizada, orquestada, la masa convertida en pantalla gigantesca de proyección de video, la masa como reservorio de movimiento. La masa disciplinada y dirigida como medio para expresar la visión totalitaria de su dirigencia.

Viendo la ceremonia en televisión, se confirmó lo que quien quiso podía saber antes: Los Juegos Olímpicos 2008 serán un show propagandístico de un régimen totalitario. El show puesto en escena por el director cinematográfico Zhang Yimou fue perfecto en su ejecución técnica. Zhang ganó la primera medalla de oro en la disciplina novedosa de poner en perfecta sincronía a la masa humana. Un fiel espejo de la sociedad china bajo el régimen del partido.

Los chinos lograron algo increíble: Ponerle a los Juegos Olímpicos, símbolo mundial del civismo y de la paz, un marco simbólico profundamente militar. El ejército es la institución que utiliza para sus cohesión --y también para su distinción del resto de la sociedad-- la disciplina, lo monumental, la masa en movimiento sincronizado, la uniformidad. China se percibe y proyecta como aparato militar. China no trata de disfrazarse de sociedad abierta, civil, deliberante. Somos masa sincronizada, seremos masa sincronizada, en política, en cultura, en deporte, ¡?y qué?! Esto es el mensaje de Beijing 2008.

Lo verdaderamente lamentable y vergonzoso no es que China se proyecta de esta manera, sin que el Comité Olímpico Internacional no sólo permite este show, sino se hace partícipe, obligando a los deportistas a abstenerse de cualquier tipo de manifestación de desacuerdo, convirtiéndolos en parte de la puesta de escena. Muchos deportistas querían ausentarse de la ceremonia o manifestar de alguna manera pública su desacuerdo con la instrumentalización política de los Juegos. El escándalo es que 80 jefes de Estado avalaron con su presencia este show, en vez de deslegitimizarlo con su ausencia en la inauguración y su presencia en las competencias.

La dirigencia china se ha salido con la suya. Mantienen las restricciones a la prensa. No permiten que deportistas, turistas o periodistas se relacionen libremente con quienes quieren en China. Para los reporteros y los deportistas es absolutamente imposible hablar con alguien de la oposición china. Nadie puede viajar al Tibet ni a otras regiones conflictivas del reino chino. Nadie puede investigar las prácticas chinas de entrenamiento de niños y de doping.

No importa, pero los fuegos artificiales eran espectaculares...

(Publicado en El Diario de Hoy)