martes, 9 de agosto de 2011

Carta a la clase política

Estimados, dirigentes partidarios, firmantes de la paz, gobernantes:

No se vale el silencio. No se vale esperar qué pasa. No se vale meter la cabeza en la arena y esperar que la crisis de resuelva por arte de magia... Hace falta tomar posición.

¿De qué crisis estoy hablando? De la incertidumbre si El Salvador va a ejecutar las ordenes de captura emitidas por un juez español contra militares salvadoreños. De la crisis creada por los que quieren utilizar este caso para echar al traste la amnistía decretada para que todos los involucrados en la guerra civil –y en las violaciones de derechos humanos que la acompañara- podían incorporarse a la vida civil y a la tarea conjunta de la reconstrucción económica y moral del país, sin temores, sin persecuciones, sin revanchismos.

Hay que terminar con esta incertidumbre. Necesitamos escuchar al presidente de la República diciendo qué instrucciones va a dar a la PNC: acatar la orden de un juez español, o aplicar la protección que la Ley de Amnistía da a militares y guerrilleros. Necesitamos escuchar al vicepresidente y a los dirigentes del FMLN si ellos quieren ver humillados a los que negociaron con ellos el cese de fuego, la separación de fuerzas, las acciones conjuntas de desminado.

Pregunto al presidente Cristiani, a Joaquín Villalobos y todos los firmantes de los Acuerdos de Paz si ellos van a permitir que el revanchismo prevalezca sobre la cordura, el perdón y el espíritu de responsabilidad compartida que ustedes han logrado liderar, de forma conjunta, en la transición de la guerra a la paz.

Hago la misma pregunta a los partidos y los diputados. ¿Cómo puede la Asamblea no pronunciarse en esta cuestión que afecta cómo nos definimos como nación y como democracia en construcción? ¿A quienes vamos a permitir que se excluyan de amnistía y de la tarea de la reconciliación? ¿Hoy a los militares acusados en España, mañana a los ex-jefes guerrilleros?

No es cierto que es un asunto técnico legal que podemos delegar al encargado de Interpol o a un juez. Es un asunto vital de la nación.

No importa cuál es la posición de cada uno de ustedes. En pro o en contra de la extradición. Tenemos derecho de conocer la posición de nuestros líderes. Nadie tiene derecho de esconderse y esperar que alguna corte nos quite encima este dilema.

Saludos, Paolo Lüers