Su señoría:
Usted tiene que decidir si es juez o fiscal. Más
bien: si actúa como juez o actúa como fiscal. Son dos roles diferentes
en un juicio, y cuando se confunden, la justicia está en aprietos.
El
jueves pasado, en la audiencia de Francisco Flores, usted actuó como
fiscal, con lógica de fiscal, con lenguaje de fiscal, asumiendo el rol
de fiscal, pero usando el poder de juez. Esto no se vale.
Bueno,
todos sabemos que usted, aparte de juez, es candidato a fiscal general.
Tiene todo el derecho de aspirar a este cargo, y como candidato y
competidor tiene todo el derecho de criticar al fiscal general que busca
la reelección. Lo que no puede hacer es usar su investidura de juez en
el caso del Siglo (el caso de Francisco Flores) para mostrar que usted
sería mejor fiscal que Luis Martínez.
Lamentablemente, esto es
precisamente lo que usted hizo. No solo en la audiencia esta semana,
cuando mandó el caso a juicio y a Paco Flores a las bartolinas de la
PNC, lo hizo desde que el caso de Flores llegó a su juzgado.
Lo
éticamente correcto, para no entrar en un obvio conflicto de intereses y
de roles, hubiera sido excusarse como juez del caso Flores en el
momento en que se inscribió como candidato a fiscal general. Porque era
obvio e inevitable que este caso tan conflictivo y prominente lo iba a
enfrentar directamente con el fiscal general Martínez, a quien usted
busca desplazar, y que este juicio (ya bastante contaminado por la
campaña iniciada por Mauricio Funes desde Casa Presidencial y por la
evidente precondena mediática del acusado) se iba a pervertir del todo.
Esto
es exactamente lo que pasó. Usted desde el principio no actuó como
juez, que tiene que ser imparcial, sino como fiscal, como acusador.
Llegó a la situación perversa que todo el mundo percibió que en este
juicio el juez estaba enfrentado con el fiscal. El colmo fue cuando
usted, en la audiencia final de su diligencia, procedió a incluir otro
delito en la acusación contra Flores: el lavado de dinero.
Cambiar el
delito es tarea de la fiscalía, y no del juez. Y agregar a última hora
otro delito nuevo a la acusación, simplemente es abuso de autoridad,
porque atenta contra el derecho del acusado a tener una defensa. Los
mismo usted trató de hacer a Miguel Lacayo en el juicio CEL-Enel. Y
ambas veces lo hizo para mostrar que sería un fiscal más “duro” que Luis
Martínez. Usted actuó en la lógica de su carrera por la fiscalía. Hasta
este día nadie le había parado bola con su candidatura, y algo
dramático tuvo que hacer para no quedar fuera de la lista corta que en
estos días tienen que hacer los diputados para poder elegir fiscal.
Y
cabal, al solo terminar esta histórica audiencia que le dio a usted sus
5 minutos de fama, y al solo callarse los aplausos con los cuales la
gente del FMLN y de GANA recibieron la noticia que usted mandaba a Paco a
bartolinas, salió en twitter y facebook el diputado del FMLN, Damián
Alegría, avalando su candidatura a fiscal general: “Estoy pensando que
el Juez García se ha ganado el derecho a ser el Fiscal General de la
República!” Cómo que no…
Pero esta movida no le va a funcionar.
Seguramente se ganó el apoyo del FMLN y de GANA, que ven que ya no
podrán lograr la reelección de Luis Martínez y necesitan un sustituto.
Pero igual se ganó el veto de la oposición. Porque déjeme decirle, ahora
no se trata de deshacerse de un mal fiscal para poner otro que igual
politice la justicia. Ahora se trata de poner un fiscal que no le hace
favores a ningún partido, gobierno o poder fáctico. Y ahí ni Luis
Martínez ni usted califican. Usted se eliminó solito con la manera cómo
ha llevado los casos de CEL-Enel y Flores-Taiwan, pensando que los pueda
usar como trampolín para llegar a cargos más altos…
Saludos,
(Mas!/El Diario de Hoy