jueves, 20 de octubre de 2016

Carta a Oscar Martínez: Contra corriente se llega lejos

Estimado Óscar:
En nuestro país, las buenas noticias son demasiado escasas para no resaltarlas. El hecho que la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia de New York otorgó por tercera vez su “Premio Maria Moors Cabot” a un periodista salvadoreño, es una de estas buenas noticias que hay que celebrar. La primera vez el jurado se equivocó:dieron el premio del 1994 a Mauricio Funes.

Equivocarse es humano, y el jurado no estaba solo: 1.354.000 salvadoreños se equivocaron, haciendo a Funes presidente de la República. Resultó mal presidente, lo que nos hubiéramos podido evitar si hubiéramos evaluado con más seriedad su rol de periodista.

El segundo salvadoreño que recibió el “Premio Cabot” fue Carlos Dada, fundador de El Faro, en el año 2011. Lo que premiaron fue la idea (hecha realidad) de fundar contra viento y marea El Faro, un medio digital, independiente, incómodo e investigativo, cuando nadie creía que era factible.

Pero es este tercer premio, el tuyo, que realmente me llena de orgullo. ¿Por qué? Ya lo expuse en la carta que te dediqué cuando la Universidad de Columbia hizo pública la decisión del jurado (Carta a Oscar Martínez: Cuidado, los premios a veces engañan, del 21 de julio 2016).


Lee Bollinger, presidente de la Columbia University (NY) presenta a Oscar Martínez
Lee Bollinger, presidente de la Columbia University (NY) presenta a Oscar Martínez
Pero ahora que vi en Facebook la foto de vos, sentado con tu smoking alquilado en la ceremonia en New York, me hice la pregunta: ¿Por qué esta foto no sale en la portada de nuestros periódicos? Es cierto que hay diferencias en la concepción del periodismo; que existe competencia entre los medios; que nos criticamos mutuamente, pero un premio tan importante para un colega salvadoreño sigue siendo noticia, y también fuente de orgullo para todo el gremio.

Yo que dejé de escribir para El Faro por serias diferencias, luego de que Carlos Dada decidió censurar una de mis columnas, me siento orgulloso del premio que esta semana fuiste a traer a New York. Porque es muestra de que el periodismo salvadoreño está avanzando, y que este avance está siendo reconocido en el mundo. Ninguno de nuestros periódicos, con la indecorosa excepción del CoLatino, ha quedado en el deplorable estado de antes y durante el conflicto armado, cuando censura y autocensura, represión y miedo tenían amarrado y postrado al periodismo nacional.

Aunque a muchos les cuesta reconocerlo: La manera irreverente y a veces controversial en que El Faro ha irrumpido en la escena mediática, que muchos todavía ven como amenaza, es lo contrario: Es un motor más de renovación de toda la prensa salvadoreña.

Y el hecho que el “Premio Cabot” haya caído a vos, Oscar, tiene una gran relevancia: Destaca que El Faro ha logrado convertirse en una escuela de periodismo que ya a esta altura está catapultando a reporteros jóvenes al estrellato internacional. Es una muestra que la irreverencia, la audacia, la independencia, y la rebeldía, combinados con perseverancia, al fin pagan, generan éxito, se vuelven sostenibles.

Sería penoso repetir todo el elogio que te hice en la primera carta,  pero te tengo que decir que admiro la tenacidad con la cual agarras los temas que adoptás y los riesgos que estés dispuesto a correr. No solo riesgos para la vida, sino sobre todo el riesgo de ir contra corriente. Solo los que saben escribir muy bien logran superar este peligro de quedarse encerrado en un nicho alternativo y sin relevancia. Vos lo lograste y el “Premio Cabot” lo certifica.

De los tres salvadoreños que han recibido este premio,
vos sos el que más lo merece. 
Saludos,

44298-firma-paolo 

Posdata: Como generosamente me señala Roberto Valnecia de El Faro, no spn tres sino cinco salvadoreños que ganaron el premio Cabot: en 1944 Jorge Pinto; y en 1960 José Dutriz.

Vea la Carta a Oscar Martínez del 21 julio 2016

(MAS!/El Diario de Hoy)