lunes, 3 de enero de 2005

Periódico e inteligencia

El 22 de diciembre del año recién concluido El Diario de Hoy prestó sus mejores páginas -las páginas 2, 3 y 4, usualmente reservadas a las principales noticias del día- al Ministerio de Gobernación para publicar una galería de fotos de supuestos "cabecillas" quienes, según Rodrigo Ávila y Ricardo Meneses, encabezan organizaciones "violentas y extremistas". Una galería de 43 fotos, con nombres y apellidos, algunas con su lugar de trabajo. ¿Acaso es considerado normal que un diario publique, sin filtro ninguno, sin investigación propia, datos entregados por la inteligencia del Estado? Aunque aquí existe esta práctica, sigue incompatible con la ética periodística. El periódico reporta que Ávila y Meneses declararon que "han identificado a los agitadores que han planificado cometer hechos vandálicos", que "las fotografías de los sospechosos de causar desórdenes y daños a la propiedad en protestas pasadas fueron mostrados a los medios de comunicación", y que "Ávila detalló que, por medio de la labor de la inteligencia del Estado, han determinado que los promotores de los disturbios son miembros de las BRES, el MPR-12, el BPJ y el Furd." Ante la crítica que el FMLN ha hecho a esta publicación, El Diario de Hoy se vio obligado a contestar en un editorial (el 28 de diciembre). Escribe Don Quique: "Cabecillas comunistas se presentaron ante la Procuraduría de Derechos Humanos a denunciar lo que llaman una campaña contra individuos involucrados en grupos semiclandestinos. La semana pasada la PNC hizo públicos los nombres y las fotografías de esas personas (...). ¡Vaya historia! Los denunciantes califican de -difamación- lo que la policía ha revelado sobre sus movimientos y actividades, que en gran parte consisten en librar una campaña de falsedades contra el TLC, el Poder Ejecutivo, el sistema económico del país, diversos sectores sociales y lo que han dado a llamar -la derecha-." ¡Vaya historia! Primero, con el permiso de Don Quique, dudo que los "cabecillas comunistas" hayan hablado de una "campaña contra individuos involucrados en organizaciones semiclandestinas". Segundo, me pregunto: en esta lista de horrendos "movimientos y actividades", sobre los cuales la PNC informó: ¿dónde están los delitos? Si librar "campañas de falsedades" fuera un delito, el citado editorialista talvez estaría escribiendo desde Mariona. ¿O se convierte en delito cuando la campaña de falsedades es contra el Poder Ejecutivo o incluso -¡qué atrevimiento!- contra la derecha? En serio: me pregunto en base de qué la inteligencia del Estado (que según Rodrigo Ávila, citado por El Diario de Hoy, es la fuente de las informaciones), y la PNC están investigando y publicando fotos y nombres de sospechosos si no hay delito. Si los denunciados son culpables de estar hablando mal del TLC, del gobierno y de la derecha, así como clasifica el editorialista del Diario de Hoy sus delitos, obviamente la PNC y la inteligencia del Estado actúan fuera de la legalidad investigándoles y publicando sus fotos. Si hubiera delito, la información tendría que entregarse, por oficio, a la Fiscalía y no a los medios. Pero el problema grave que quiero señalar no es la actuación de las autoridades, sino la actuación de El Diario de Hoy. Para no exponerse al señalamiento de publicar información cruda proveniente de la inteligencia del Estado, adornan su publicación del 22 de diciembre con agregados periodísticos que ponen en contexto la galería de fotos de los "extremistas". Por ejemplo, entrevistan a Roberto Hernández, ex coordinador municipal del FMLN de San Salvador. Título de la nota, entre camillas: "Ellos están capacitando en uso de armas". Pero esto el entrevistado jamás lo ha dicho. Lo que dijo es: "Sí he escuchado muchos comentarios que ellos están capacitando en manejo y uso de armas, pero, como te digo, no doy fe porque no tengo ninguna prueba de eso." Entonces, lo que dijo Hernández es más bien: Sobre esto hay rumores, pero no los creo. Invertir esto y poner un titular afirmativo ("Ellos están capacitando en uso de armas") es simplemente una mentira. O, para usar el lenguaje de El Diario de Hoy, una "campaña de falsedades". Para mí, las declaraciones y acciones de las organizaciones denunciadas representan la mayor estupidez dentro de la izquierda salvadoreña. Por suerte, son grupos muy pequeños y totalmente aislados de las masas cuyos intereses juran defender. Pero eso no justifica por nada el trato que les dan las autoridades y ciertos medios. Ya que Don Enrique, en su editorial, recurre a la historia, hagamos historia: La última vez que en este país un prominente dirigente de la derecha vinculado a la inteligencia del Estado encontró las páginas de los periódicos abiertos para publicar galerías de fotos y nombres de supuestos extremistas, a los días comenzaron a aparecer sus cadáveres en las calles, debajo de los puentes, en la Puerta del Diablo, en El Playón, en los parqueos de las fábricas en el Bulevar del Ejército, en las colonias populares. Ni siquiera hay que ir tan lejos en nuestra historia. Siempre cuando veo en nuestros periódicos las fotos de mareros, con nombre y apellido y colonia de residencia, primero como detenidos, al roto como liberados por falta de causa o de pruebas, tengo el feo presentimiento que muy pronto veré las fotos de los mismos pandilleros, pero esta vez como cadáveres, ultimados por desconocidos, botados en las calles, debajo de los puentes... etc. Ojalá que estas comparaciones no sean más que preocupaciones que salen de una mente paranoica. Pero lo que sí es cierto, sin lugar a duda, que aquí se está atentando contra normas éticas del periodismo. De normas éticas de la inteligencia del Estado no voy a hablar, porque dudo que existan. Datos filtrados a los medios por la inteligencia del Estado, sobre todo cuando se trata de expedientes personales con nombres y caras, para un periodista no es información que puede publicar así no más. El hecho que la inteligencia del Estado, sea directamente o (como en nuestro caso) mediante otras instituciones gubernamentales (como la policía o gobernación, en nuestro caso), procede a filtrar este tipo de datos a los medios de comunicación, esto en si se convierte en un hecho que merece investigación y reflexión periodística. Lo que hace un periódico serio en este caso no es publicar la galería de fotos y la información proveniente de fuentes de inteligencia, porque esto significa hacerse partícipe de un operativo de inteligencia. Más bien inicia una investigación sobre porque el gobierno, en este momento, en este contexto político, decide lanzar un operativo de inteligencia de este tipo. Muchos medios, hasta los más prestigiosos, y muchos periodistas, hasta los más ejemplares en cuanto a ética profesional, han sido utilizados y manipulados involuntariamente en el contexto de operaciones de inteligencia y desinformación. Pero en nuestro caso nadie ha sido engañado, sólo el lector. Rodrigo Ávila ha tenido la decencia de decir claramente que la información y las fotos que entregaba a los medios resultaban de "la labor de inteligencia del Estado". Hablando de inteligencia del Estado: Muy inteligente no es. Yo no sé nada de la estructura y dirigencia de las organizaciones señaladas por la inteligencia y El Diario de Hoy. Pero si "la labor de inteligencia del Estado" que menciona Rodrigo Ávila arrojó como resultado de su investigación de la extrema izquierda que el señor Luis Merino, conocido como Ramiro durante la guerra cuando era el jefe del brazo militar del Partido Comunista, hoy se dedica a la tarea de dirigir a un grupo minúsculo, políticamente insignificante y compuesto por unos cuantos bichos locos de romanticismo revolucionario, entonces la inteligencia del Estado hoy anda igualmente perdida como durante la guerra. (Publicado en El Faro)