sábado, 27 de noviembre de 2010

Carta a los diputados de la Asamblea Legislativa

Estimados padres de la patria:

No puedo creer que en la Asamblea Legislativa no existe ni siquiera una voz que se haya expresado en contra de una ley que...

· ... en vez de abolir de una vez por todo la oficina de censura de Gobernación, le da competencias adicionales de control sobre lo que puede o no puede publicarse en los medios y la publicidad. Felicidades, don Humberto Centeno, al fin tendrá sentido ser ministro de Gobernación...

· ... establece dos tipos de asesinatos, con penas diferentes; matar a un niño de 3 años o a un anciano de 85 ahora saldrá más barato que matar a una mujer.

· ... pone multas a nuevos ‘delitos’ como “elaborar y publicar imágenes o mensajes con contenido de odio o menosprecio a las mujeres”; o “utilizar expresiones verbales o no verbales relativos al ejercicio de la autoridad parental que tengan por fin intimidar a las mujeres...” (Entiéndase: educar con criterios ‘machistas’ a sus hijos...);

· definir como delito “burlarse de las mujeres dentro de sus ámbitos de trabajo, educativo, comunitario, espacios de participación política y ciudadana...” ¡Cuidado, Alecus, con tus caricaturas de doña Violeta!

Para dejarlo claro: Era necesario una ley que obligue a las autoridades a proceder debidamente con las investigaciones y juicios en todos los casos de violencia intrafamiliar y contra mujeres. Era necesario una ley que obligue a las autoridades estatales a remover los obstáculos que enfrentan mujeres para avanzar en su educación y profesión.

Me imagino que el sentimiento de culpa que todos ustedes sienten por no haber resuelto estos vacíos legislativos durante años y décadas, los tiene tan ahuevados que ahora permitieron que de contrabando les metieron cualquier tipo de barbaridades en esta ley.

Qué patético este cuadro: Como única manera de conseguir que dejen de chingar las feministas y que se callen los abogados de lo ‘políticamente correcto’, nuestros diputados (¡todos!) aprueban una ley, donde mezclan reformas necesarias con verdaderos atentados contra el sentido común.

Y ni una sólo voz se levanta en la Asamblea para decir: ¡Alto!, discutamos bien antes de hacer leyes contra toda lógica. Que ahuevada...

Paolo Lüers

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