Carta sobre
lo feo del 2011
Estimados lectores:
Voy a aprovechar esta última semana del
año para hacer un balance del
2011: lo bueno, lo malo y lo feo. Empecemos con lo feo, para terminar el año
con el sabor de lo bueno...
Pero veamos la diferencia entre lo malo y
lo feo. Lo primero son cosas que van mal en el país, pero que con políticas
acertadas se pueden mejorar: el crecimiento económico, la seguridad pública, la
inversión, la productividad...
En cambio lo feo son cosas que no tienen
solución, porque son cosas de carácter (o más bien de falta del mismo), de
actitudes, de vicios... Cosas que realmente indignan. No son cosas malas, sino
maldades, que no se pueden mejorar, sino hay requieren cambios de fondo y raíz.
En este sentido, lo más feo del 2011 ha
sido la actitud conflictiva del presidente con el sector privado. Ha sido una
constante durante todo el año - y ha sido señalada al presidente por algunos de
sus ministros, por funcionarios internacionales y de la administración Obama,
quienes han querido construir puentes para facilitar acuerdos sobre el
crecimiento, la inversión y el empleo.
Pero obviamente la actitud negativa con
los gremios empresariales no es un problema racional que puede tener soluciones
racionales, sino es un problema de hígado, de prejuicio y de resentimientos
llevados a política presidencial.
El problema es que todas las grandes
apuestas del país: los asocios público-privados, la conversión del puerto de La
Unión en un polo de desarrollo e inversión, el Asocio por el Crecimiento con
Estados Unidos, el segundo proyecto Fomilenio... todas estas apuestas
estratégicas sólo van a tener éxito si el gobierno logra construir consensos y
compromisos compartidos con el sector privado y con la oposición.
Lo otro feo del año 2011 ha sido la
manera cómo el gobierno Funes ha manejado el sector energético: los
nombramientos de personajes cuestionados en las presidencias de CEL, INE y
LaGeo; el desastre de la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral;
y la decisión del gobierno de no acatar la sentencia internacional a favor de
ENEL como socio estratégico para el desarrollo de la energía térmica – han
hecho al país un daño casi irreparable.
Lean el jueves sobre lo malo, y el sábado
31 sobre lo bueno que ha pasado en 2011.
Saludos, Paolo Lüers
(Más! y El Diario de Hoy)