viernes, 11 de julio de 2014

Columna transversal: Petrocaribe, un proyecto en la oscuridad

No sé cómo el FMLN y su presidente piensan salirse con la suya con la absoluta falta de transparencia en su proyecto estrella: Petrocaribe. Mientras en la campaña estaban anunciando que mediante esta barita mágica el Estado iba a obtener 450 millones de dólares anuales para financiar los programas sociales que prometía, uno podía decir que campaña es campaña. Y como de todos modos no creemos en promesas electorales, nadie realmente examinó bien los números.
Pero ahora los señores Sánchez Cerén, Ortiz y Lorenzana son gobierno. Lo dirigen. Mentir o encubrir la realidad como gobierno es otra cosa mucho más seria que falsas promesas electorales. Al gobierno se exige transparencia. Y todo lo que desde la toma de poder a la fecha ha pasado con Petrocaribe carece de transparencia.

Al solo tomar posesión, el nuevo gobierno solicitó en forma el ingreso de El Salvador a Petrocaribe, el grupo de países que sostiene convenios petroleros con Venezuela. Fue de hecho su primer acto de gobierno. Para este fin, El Salvador fue anfitrión de una cumbre de Petrocaribe, aprovechando la presencia de presidentes y ministros en la toma de poder de Sánchez Cerén. Así que nos desayunamos la noticia que ahora somos parte de Petrocaribe, pero el desayuno no tuvo sustancia:
Nadie nos dijo en qué consistía este paso, qué derechos, privilegios y obligaciones implicaba. Sólo se repetía la consigna de la campaña: Por arte de Petrocaribe (y de las condiciones de pago que implica esta nueva forma en que el país adquirirá su combustible), el gobierno tendrá disponible unos 450 millones de dólares al año. Y con esto pagarán las computadoras para todos los alumnos, y cualquier cantidad de otros programas sociales.

Hubo una serie memorable de entrevistas sobre el tema. Memorables, porque desfilaron los funcionarios que supuestamente saben del tema (o sea, que por su cargo estarían obligados a saber y a informar) sobre Petrocaribe y sus implicaciones. Y en toda estas entrevistas fue imposible enterase de cómo iba a funcionar: Habló la flamante viceministra de Economía, la doctora Luz Estrella Rodríguez. Nadie esperaba que a esta altura que como médico y ex-alcaldesa de Apopa supiera mucho de las tareas que la esperan en su nuevo cargo, pero de este tema específico no puede fingir ignorancia: en los últimos años se desempeñaba como directora de Alba Petróleos, el joint venture entre el FMLN y PDVSA, la estatal compañía petrolera al cargo de administrar Petrocaribe. Tampoco el nuevo ministro de Economía, Tharsis Salomón López, supo explicar nada sobre Petrocaribe – excepto que es bueno y va a dar liquidez al gobierno. Y así Hugo Martínez, el canciller que recientemente había firmado el documento de ingreso de El Salvador a Petrocaribe.

Nadie supo (o quiso) explicar quién va a comprar el combustible a Venezuela. ¿Será el gobierno? Entonces, ¿con qué infraestructura logística? Y sobre todo, ¿el gobierno como tal se va a encargar de vender a los distribuidores? ¿Tiene el gobierno esta capacidad, y cómo va a evitar trabas burocráticas, corrupción, etc.?

¿O será que el importador seguirá siendo la empresa Alba Petróleos, cuyo socio local es el partido FMLN? En este caso, sí tiene la infraestructura logística - pero ¿cuál es la base legal que obligaría a las otras distribuidoras de combustible a comprar a su competidor Alba Petróleos?

Nadie de los funcionarios tuvo una sola respuesta a estas preguntas. Y mucho menos a la interrogante central, que por cierto ninguno de los entrevistadores supo (o quiso) formular: ¿Cómo va a hacer el gobierno para que TODO el combustible que consume El Salvador sea comprado a PDVSA, cuando ahora cada uno de los distribuidores compra a sus contactos en el mercado internacional, Texaco El Salvador a la Texaco Internacional, Alba Petróleo a PDVSA, etc.?

¿Van a nacionalizar la importación de combustible? No, dijo el ministro de Economía, ¿cómo va a pensar, si somos una economía libre? Pero tampoco tuvo idea de qué otra manera mágica se iba a lograr el truco que todos compraran su gasolina a Venezuela.

¿Por qué es tan central esta pregunta?

Bueno, porque sólo si el acuerdo Petrocaribe con Venezuela abarca TODA la cuenta petrolera de nuestro país, las condiciones de pago que ofrece PDVSA redundan en los famosos 450 millones de liquidez adicional que el FMLN promete para asegurar sus gastos sociales. Acuérdense del cuento de hadas (o más bien de las cuentas mágicas) de la campaña electoral: nuestra cuenta petrolera es de X millones al año; pero los venezolanos nos permiten que sólo paguemos Y %; y el resto es préstamo a tantos años a bajo interés, por tanto tendremos 450 millones disponibles al año para financiar el gasto social.

Esta cuenta solamente cuadra bajo dos condiciones que lamentablemente nadie quiere discutir o transparentar: Primero, todos los distribuidores tienen que comprar todo su combustible exclusivamente a PDVSA. Segundo, para que el beneficio de las condiciones de pago (los famosos 450 millones) le quedan al gobierno y no a Alba Petróleo y otros, tiene que ser el Estado la contraparte en el negocio con Venezuela. ¿Cuáles son entonces, los mecanismos legales y comerciales, para que Texaco, Alba Petróleos, Puma, UNO y hasta los distribuidores de bunker se abastezcan exclusivamente de Venezuela, pero que permitan que el único que tendrá los beneficios financieros de este monopolio será el gobierno? Esto quiero que alguien me explique.

Y ahí surge inmediatamente la otra pregunta obligatoria: ¿Está el FMLN, que con Alba Petróleo ha sido el exclusivo beneficiario de los precios y condiciones preferenciales ofrecidos por Venezuela, dispuesto a ceder esta mina de oro al gobierno? No es poca cosa. El FMLN estaría cediendo al Estado la fuente de cientos millones de dólares que lo han convertido en el partido con más fondos propios y que controla toda una red de empresas e inversiones en el consorcio ALBA, abarcando agricultura, ganadería, leche, alimentos, etc.

¿O están tratando de inventar un mecanismo que permita que ambos (gobierno y partido) se puedan beneficiar de esta gran torta que tendrían sobre la mesa si encuentran la forma de monopolizar la importación de combustible? Una parte para el gobierno, otra para Alba Petróleo y el partido..

Esta es mi tesis: Nadie quiere hablar de cómo va a funcionar Petrocaribe, porque están tratando de encontrar mecanismos que sean favorables al gobierno y también al partido y sus empresas. Y estos mecanismos, por supuesto, serían inconfesables.
(El Diario de HOY)