jueves, 8 de junio de 2017

Carta al Fiscal General: El código de la venganza


Estimado Douglas Meléndez:

En otra acción jurídica bien publicitada, usted inició el proceso de confiscar 9 propiedades de la familia del ex presidente Francisco Flores. La cereza del pastel que ofrece a la opinión pública: la hacienda Zapotitán, con sus lagos artificiales, presentada como ilustración y símbolo de los lujos que se da un político a costa de fondos públicos.

En esta historia que cala perfectamente con el imaginario y el resentimiento popular, ya no importan los hechos. Ya no importa el hecho que esta hacienda ha estado en propiedad de la familia materna de Paco Flores desde los tiempos de Stanislao Pérez, hacía como 120 años. No importa que las mejoras a esta propiedad -por ejemplo los famosos lagos artificiales y la caballería- fueron hechos años antes de que Francisco Flores se convirtiera en presidente. No importa que 8 de las 9 propiedad que usted está confiscando estaban en su propiedad mucho antes de asumir la presidencia. Y la novena propiedad confiscada, situada en la isla Sebastián, la adquirió Flores canjeándola por otra de don Juan Wright. Tampoco nada ilícito.

Tampoco importa que Francisco Flores no ha sido condenado, ni en el juicio penal relacionado con los cheques de Taiwán (porque nunca se comprobó que tales cheques eran parte de fondos del Estado); ni en el caso civil por enriquecimiento ilícito derivado del examen de la Sección de Probidad de la Corte Suprema.

A pesar de todo esto, usted quiere confiscar a su familia sus bienes, haciendo uso de la controversial Ley de Extinción de Dominio – controversial porque permite confiscación de bienes antes de comprobar culpabilidad en juicios civiles o penales. Pero sobre todo usted está haciendo uso de otro mecanismo que ya se ha hecho costumbre en el período de su antecesor Luis Martínez, hoy procesado por fraude procesal, y que lastimosamente usted sigue cultivando: Primero llevar a cabo un juicio mediático, buscando una condena en la opinión pública, apelando a los resentimientos populares, para luego ir al juicio formal bajo la sombra y presión de esta pre condena. El resultado: juicios viciados. Con un daño colateral, ya no a los acusados sino al sistema de justicia. Este daño colateral se llama: justicia populista.

Yo no sé si Francisco Flores se ha enriquecido durante su mandato presidencial. Muchos lo creen, pero nadie lo sabe, porque ningún juicio lo ha comprobado. Esto fue uno de grandes problemas de Luis Martínez en el juicio Flores/Taiwán: No pudieron comprobar que los fondos de estos cheques se reflejaran en cuentas o bienes del ex presidente.

Lo que sí sabemos -usted igual que yo- es que las propiedades de la familia Flores que hoy usted quiere expropiar no han sido adquiridas ni por los cheques de Taiwán, ni tampoco por un enriquecimiento presuntamente establecido por la Sección Probidad. Sin embargo, usted procede con su confiscación.

Usted está haciendo uso malintencionado de una ley que a todas luces es inconstitucional. Ojala que la Sala, antes de terminar su mandato en 2018, revise la constitucionalidad de la Ley de Extinción de Dominio.

Hay una lógica que sólo conocemos de la Mafia y de dictadores: ‘A mis enemigos los perseguiré aunque hayan muerto, persiguiendo a sus hijos y hasta sus nietos. En esto reside mi poder…’
No puede ser que usted, que como fiscal general tiene el mandato de garantizar el Estado de Derecho, aplique este código de la venganza.

Saludos,


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PD: Y no me digan que estoy defendiendo a Paco Flores. Estoy defendiendo al Estado de Derecho, porque la fiscalía no lo hace.


(MAS!/El Diario de Hoy)